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Número 233-234

Serie XXIV

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La opción por los pobres

LA OPCION POR LOS POBRES
El concepto de pobres,
«Son los pobres que reclaman vuestra dedicación pre/eren­
,, cial desde

el Evangelio
y con vistas a una liberación integral.
"Los pobres, vistos sin miradas reductivas, exclusivas o limitá­
,, das a la sola pobreza material. Es decir, todos aquellos que
"necesitan pan y conversión, libertad ifZtegral y ·exterior, ayuda
"material y purificación del pecado. Ellos esperan que les ha­
,, gáis presente a

Cristo. Redentor
y Liberador, camino de digni­
" dad y vocación de destino trascendente».
JuAN PABi:.o II: Alocución a los Sacerdotes,
seminaristas, :teligiosos, religiosas e institutos se-­
rulares en el teatro «Teresa Carrefio», de Ca-
/ racas,

lunes 28 de enero.
L'Osservatore Roma­
no,. edición semanal en lengua espafiola, año
XVII, núm. 5 (840), domingo 3 de febrero de 1985.
Signifiqado salví:fico del "bienaventurados los pohres".
«"Bienaventurados los pobres porque vuestro es el rrino de
"Dios
(Le, 6, 20).
»La primera parte habla de la vida temporal; la segunda,
"habla sobre

todo del
futuro eterno.·
»La vida

temporal está cargada de. innumerables fatigas, mo­
"lestias, padecimientos,

o sea, de lo que el hombre suele llamar
"el mal: el

mal de
k pobreza, el

mal del hambre, el mal que se
"manifiesta en

lágrimas de sufrimiento, el mal de las persecu­
"ciones 'J'.por causa del Hijo del hombren.
»Pero según hemos afirmado antes, el Señor Jes,ís nos ad­
"vierte que un nbien" Como la. riqueza, saciedad, alabanzas y
"todo bien temporal pueden ser un 11"mal" sí _alejan nuestro
"coiaz6n de

Dios. Y revela también que un
"mal", todos
los
"males enumerados en el

Evangelio de
hoy, pueden
tener
sigw
"nificado.salvífk:o, de bienaventuranza: pueden resultar un "bien"
267
,
Fundaci\363n Speiro

"si llevan nuestro corazón a Dios. En efecto, la pobreza, la pri­
'"vación, los sufrimientos, las Persecuciones nos preparan a la in­
"timidad eterna con El y a participar de su reino».
JUAN PABLO II:' Homilía en la Misa cele­
brada durante la visita paatotal a la panoquia
romana de Nuestra Señora de Lourdes, 13 de
febrero, VI domingo del tiempo ordinario.
DOsservatore Romano, edición semanal en len­
gua española, año XV, núm. 8 (738), domingo
20 de febrero de 1983.
Son muchas las formas de pobreza.
«La Sede Apostólica, al mismo tiempo, que por la misión
"especial a

ella confiada participa de cerca en las experiencias
"de la

Iglesia en las
distintas partes
del mundo, sabe que
son
"muchas las formas de pobreza
que padece el hombre contem­
nporáneo y se siente moral.mente obligada también con estas otras
"formas de pobreza.
»Junto a la
pobreza contra
la que se han pronunciado las
"Conferencias Episcopales de Medellin
y Puebla y, en cierto sen­
"tido, frente a
esta

pobreza,
existe la

pobreza derivada de la
"privación de los bienes espirituales a que
el hombre

tiene
de­
nrecho
por

naturaleza. ¿No es pobre el hombre sometido a
re­
,,
g!menes

totalitarios
que le

privan de las libertadas fundamen­
"tales en

que se expresa su dignidad de persona inteligente
y
"responsable? ¿No es pobre el hombre vulnerado por otros se-
11me;antes suyos en relación interidr con la verdad, en su con­
" ciencia} en sus convicciones más personJesi en su fe religiosa?
"Esto lo he recordado en mis precedentes inJervenciones, especial­
"menteen la enclclica
Redemptor hominis (n. 17), y en el dis­
"curso pronunciado el año 1979 ante la Asamblea general de
"las Naciones

Unidas (nn. 14,20), al hablar de las violaciones
"perpetradas hoy

en
la esfera
de los bienes espirituales del hom­
"bre. No existe sólo la pobreza que incide en el cuerpo; hay otra
"y más insidiosa que incide en .la conciencia., violando el san­
" tuario más intimo de la dignidad personal».
268
JUAN PABLO II: Alocuci6n a los cardenales
y prelados de la Curia Romana, el 21 de di­
ciembre. L'Osservatore Romano, edición sema­
nal en lengua española, afio XVI, núm. 53
(835), domingo 30 de diciembre de 1984.
Fundaci\363n Speiro

No existe sólo la pobreza que incide en el cuerpo ..
«Pero· deseo recordar también aquí que "no existe sólo la
"pobreza_ que incide en el cuerpo; ha.y otra y más insidiosa, que
"incide
en la

conciencia, violando et
santuario más íntimo de la
"dignidad personal" (Alocución a los cardenales y prelados de la
"Curia Romana, 21 de diciembre de 1984, 10). Contra estas
"pobrezas la Iglesia quiere luchar con todas sus fuerzas, en fa­
"vor de la promoción
y defensa de la dignidad y de los derechos
"de lfl persona humana. · ·
»Por ello, quiero hacer una apremiante llamada a la con­
"ciencia de los gobernantes
,y responsables de la sociedad, así
"como a la de todos los católicos, particularmente de aquellos
"que cuentan con
más medios

o · posibilidades de influ¡o, para
"que procureri un mayor equilibrio social y mue'stren aún más
"solidaridad con el tiecesítadb y el que sufre, recordando las
"palabras de Jesús:
"Cuantas veces
hicisteis eso a uno de estos
"mis hermanos menores, a mi me lo hicisteis" (Mt,· 25, 40). ,
"Que nadie se sienta tranquilo mientras haya en el Ecuador un
nniño sin ·escuela, una familia sin vivienda, un obrero sin tra­
"bajo,

un
enfermo o
anciano sin adecuada atenci6n.
»La Iglesia, por su parte, continuará su labor apostólica y
"asist~ncial,, colaborando en cuanto esté en su mano. para ele­
"var Id calidad de vida de todos -los ciudadanos. Ella es .cons­
"ciente de que su· misión propia es de orden espiritual, religioso
"y de que sus riquezas son la gracia de Cristo. Pero desde la
"hondura
y la exigencia del Evangelio, llama a sus hiios y mo-.
"vilíza
sus

fuerzas para compartir
.con el

necesitado en el campo
"material
y espiritual».
JUAN PABLO JI: Discurso a los liabitantes de
«El GuasmO», ·Guayaquil, 1 de febrero. -L'Os­
servatore Romano. edición semanal en lengua
española, año XVII, mlm. · 6 (841 ), domingo
10 de febrero de 1985.
De qué pobrezas debemos liberarnos.
«La Jglesia sigue inspirándose. en el Evangelio y en la pro­
" pía doctrina social

para ofrecer
su colaboración

constan.te
y de­
" cid ida a

la causa de la
;usticia.
»Por
eso

quiere estar cerca
de los in¡ustament, tratados y
"de los más pobres para me;orar su situación en todos los sen-
269
Fundaci\363n Speiro

"tidos. No sólo ert el campo económico, -sino también en el cul­
"tural, espiritual y moral.
»Porque pobre es quien carece de
lo material,
pero no menos
"quien está sumido-en el pecado; quien no conoce su dimensión
"personal que va más allá de la muerte; quien no tiene libertad
"para pensar y actuar según su cOnciencia; quien es sometido
"por los dirigentes de la sociedad a limitaciones, según las cuales
"el que practica su fe se
ve privado de

beneficios que se otor­
,, gan

a los que siguen las normas dictadas desde lo alto; quien
"es visto

como mero objeto de producción.
»La Iglesia quiere una liberación de todas esas esclavitudes».
JuAN PABLO II: Homilía durante la Misa para
los trabajadores en Trujillo, luoes 4 de febre­
ro. L'Osserv'atore_ Romano, edición semanal en
lengua espaiíola, afio XVII, núm. 7 (842), do­
mingo 17 de febrero de 1985. ·
Significado de la Iglesia de los pobres.
«La misma Iglesia, la Iglesia en Asia, en Filipinas y en Ton­
"do, ha

de prestar o/do
a la llamada de las bienaventuranzas y
"ser la Iglesia de los pobres, porque ha de hacer lo que Jesús
"hizo
y proclamar el Evangelio a los pobres (cf. Le, 4,18). Sin
"embargo, esta
preferencia que la Iglesia

muestra por el pobre
"y el marginado no significa que dirija su atención· sólo a un
"grupo, clase o categorla. Ella
predica el
mismo ménsaje a to­
" dos:

Que Dios ama al
hombre y que envió a su Hijo para la
"salvación de

todos; que Jesucristo es el Salvador,
"el camino,"
"la
verdad y la vida" (Jn, 14,6). Ser la Iglesia de los pobres" sig­
"nifica tener

que hablar el lenguaje de las
biell{lventuranzas a
"todos

los hombres, a todos los grupos o profesiones, a todas
"las ideologlas,

a todos los sistemas pollticos
y económicos. Y
"lo hace, no para servir
a intereses

pollticos, no para adquirir
· "poder,

ni para
proporcionár pretextos

que justifiquen
la violen­
"cia, sino

para salvar al hombre en su humanidad
y en su des­
"tino sobrenatuia/,.
»Defender la dignidad humana de los pobres y su esperanza
"en el futuro del

hombre no es
una postura fácil para
la Iglesia,
. "ni es una est1'ategia oportunista, ni tampo_co un medio para
"alcanzar el favor de las masas. Es su obligación, porque Dios
"quiere que

todos los seres
humanos vivan
de acuerdo con la
"digniaad que El les ha conferido. La misión de la Iglesia es
"recorrer el sendero del hombre, "porque el hombre
--,todo
270
Fundaci\363n Speiro

"hombre sin excepción alguna- ha sido redimido por Cristo;
"porque con el
hombre -cada
hombre sin excepción alguna­
"se ha

unido Cristo de algún modo,
incluso cuando
ese hombre
"no es

consciente de
ello" (Redemptor hominis, 14). Por tanto,
"la Iglesia

quiere predicar a los pobres todo el
Evangelio, quiere
"animarlos

a ser fieles a
la. vida

divina que han recibido en el
"bautismo, la vida que se nutre en la Eucaristía, y que se recibe
"¡y se mantiene a través del sacramento de la reconciliación».
JUAN PABLO II: Alocución en el barrio de
Tondo
(Manila), miércoles 18 de febrero, de
1981. L'Osservatore Romano, ed.ici6n semanal
en lengua espafiola, afio XIII, núm. 8 (634),
domingo 22

de
febrero de
1981.
Sobre la opción por los pobres.
«Otro punto de no poco interés en vuestro servicio eclesial
"es
el
que se refiere a la opción por los pobres. En efecto, des­
"de el principio, la

Iglesia se ha preocupado por los pobres en
"una doble

perspectiva: la del amor y la de la
¡usticia.
»Por

amor a los pobres, los Apóstoles ordenaron ya a los
"diáconos (cf.
A~t, 6, 1,7), para que atendieran sol!citamente
"las necesidades

de aquéllos. Desde entonces, y siguiendo su
"e¡emplo, millones

de
hiíos e hiias de
la Iglesia han consagrado
"su vida

a cuidar de los huérfanos
y-las viudas, de los enfer­
"mos y

ancianos,
ile los

abandonados, de los encarcelados,
re/u,
"giados,

de los que necesitaban instrucción humana y religiosa,
"de cuantos

son en el mundo imagen de Cristo que sufre.
»Por sentido de
iústicia, la

Iglesia ha denunciado y denuncia
"la explotación

o
{Ztrope/lo del

hombre, imagen de Dios; y me·
"diante su llamada universal a la
conversión ¡y la reconciliación
"trata de for;ar,. en

cuanto
puede,"'' mundo

más ;usto, fraterno
"y humano

para todos. Ella es consciente de que
la preocupación
"por los

pobres es un aspecto
esencial de

la misión de
la Iglesia,
"por lo

que nadie puede eximirse del
tal responsabilidad sin fal­
,,tar a su deber.
»¿Por qué, pues, la solicitud por. los pobres provoca a veces
"tensiones entre cristianos, lesionando hasta gravemente. la uni­
,, dad y comunión eclesial? Motivaciones diversas para actuar en
"favor del pobre son las que explican fse lamentable y peligroso
]}fenómeno. Porque mientras unos qUieren hacerlo movidos a
"veces por razones de equívoca implicación política y hasta ideo­
"lógica, otros

lo hacen partiendo del e¡emplo y la enseñanza de
271
Fundaci\363n Speiro

"Jesús, iluminados por la dpctrina social de la Iglesia, para dar
"soluciones concretas a
los· problemas
y necesidades de las
per­
nsonas, grupos y sectores meno.s favorecidos. ,, . . .
»No es superfluo insistir nuevamente en que la opción por
''los pobres es . una opción preferencial, no. exclusiva ni exclu­
"yente, ya que la Iglesia, consciente de que Dios n quiere que
"todos los hombres se salven :y lleguen al conocimiento de la
"verdad" (1 Tim, 2,4), no puede excluir de su solicitud a ningu­
"no de

sus
hi;os ni
a ninguno de los hombres»
JUAN PABLO 11: Alocución en la visita «ad
Llmina» de los obispos de Costa Rica. L'Os­
servatore Romano, edición semanal en lengua
española, año XVI, núm. 6 (788), domingo 5
de febrero de 1984.
La opción preferencial de· los pobres.
«Quisiera aludir, asimismo, antes de terminar, a un -punto muy
"sentido hoy, el de la "opción preferencial por los pobres". La
"Iglesia proclamó solemnemente en el Concilio Vaticano II que
"hacia suya

esta opción declarando:
"Como Cristo
...
así tam­
"bién la Iglesia abraza

con su amor a todos los afligidos por la
"debilidad humana; más aún,

reconoce en los pobres y en los
"que sufren la imagen de su Fundador,

pobre y paciente, se
es­
"fuerza
en

remediar sus
necesid¡;des y
procura
servir _en ellos

a
"Cristo" (Lumen gentium, 8).
»Esta
"opción", subrayada
hoy con fuerza especial· por los
"Episcopados de América. Latina, la he confirmado repétidamen­
"te siguiendo,

por lo demás,
el e;emplo de

mi inolvidable pre­
"decesor el Papa Pablo VI. Aprovecho gustoso esta ocasión para
"reafirmar que el compromiso en favor de los pobres constituye
"un motivo dominante de mi acción pastoral, constante solici­
"tud que acompaña mi servicio diario al Pueblo de Dios. He he­
"
cho y hago mla esta "opción", me identifico con ella. Y siento
· "que no

podr!a ser de otra
manera, puesto
que
e.s éste el men­
"sa;e eterno del Evangelio: así actu6 Cristo, así actuaron los
"Apóstoles de Cristo,· as/ ha actuado la Iglesia .a lo largo de su
"historia dos veces milenaria. -
»Ante las actuales formas de explotación del pobre, la Igle­
"sia no

puede callar. También a los ricos recuerda sus deberes
"concretos. Fortalecida por la Palabra de Dios (cfr.
Is, 5,8; Jer,
272
Fundaci\363n Speiro

n5,25-28; Sant, 5, 1}3-4), condena las injusticias, no pocas, que
"desgraciadamente se cometen hoy en perjuicio de los pobres.
»Sí, la
Iglesia hace
suya
la opción preferencial por los po­
"bres.
Una opción preferencial, nótese bien: por consiguiente,
nno una opción exclusiva o excluyente, pues el mensaje de la
"salvación está destinado a todos. Una opci6n,· además,
basa­
"da esencialmente

en
la palabra ¡:le Dios y 1'IJ en criterios aporta­
n dos por ciencias humanas o ideologías c-Ontrapuestas que, con
"frecuencia, reducen a los pobres a categorías
sócio-políticas O
n económicas abstractas. Pero una opción firme e i"evocable.
"Como dije hace poco en Santo Domingo: "El Papa, la Iglesia
",y su jerarqui{l quieren seguir presentes en la causa del pobre,
"de su dignidad, de su elevación, de.sus derechos como persona,
n de su aspiración a una improrrogable justicia social1' (L'Osser­
"vatore Romano,
edición en lengua espafiola, 21 de octubre de
"1984, pág. 9 )».
JuAN PABLO II: Alocución a los cardenales
y prelados de la Curia Romana, el 21 de di·
cieinbre. L'Osse,vatore Romano, edición sema­
nal en lengu¡¡ española, año XVI, núm. 53
(835), domingo . 30 de diciembre de 1984.
Cómo debe realizarse la opción preferencial por los pobres.
«El ejemplo de Cristo de amor al menesteroso se ha con,
"cretizado
para
la Iglesia, en
Latinoamérica, sobre todo

a
JJartir
"de Medellin y

Puebla, en la llamada
opción prefetencial por los
npobres.
»En la perspectiva deZ. ya cercano medio milenio de evange­
"lizacion, la

Iglesia en América Latina se halla ante esa
tarea
"importantísima que hunde sus raíces en el Evangelio. No cabe
"duda que

la Iglesia ha de ser íntegramente fiel a su Señor,
po­
"niendO en práctica esa· opción, ofreciendo su generosó aporte a
"la obra de "liberación social!' de las muchedumbres despose/­
" das,

a fin de lograr para todos una
iusticia que
corresponda a
"su dignidad

de hombres e hijos de Dios.
·
»Pero ésa importante

y urgente tarea ha,
de realiiarla en una
"linea
de

fidelidad al Evangelio,
que prohibe
el recurso a
méfo­
,, dai de odio y Violencia;
»- ha de realizarla manteniendo· uná opción preferencial por
"el pobre que no
sea --como yo .mismo he

dicho en diversas
"ocasiones___:.;.. exclusiva· rii excluyente,·· sino que se abra a cuantos
"quieren salir

de
Su pecado y c{)f!vertirse in ·su cordzón;
T/3
Fundaci\363n Speiro

»-ha de realizarla sin que esa opción signifique ver al po­
"bre como clase, como clase
en. lucha
o como Iglesia separada
"de la comunión y obediencia
a los

Pastores puestos por Cristo;
»--ha de realizarla mirando.-al hombre en su vocación terre-
11na y eterna,·
»- ha de realizarla sin que el imprescindible esfuerzo de
"transformación social
exponga al
hombre a caer tanto baio sis­
"te.mas que le privan de .su libertad y le someten a programas de 11ateísmo como de materiaUsmo práctico que lo expoUan de su
J1riqueza interior y trascendente;
»-ha de realizarla sabiendo que la primera liberación que
"ha de

procurarse
al hombre es

la liberación del pecado, del
"mal moral que anida en su corazón
y que es causa del "pecado
"social.11 y de las estructuras opresoras.
»Son éstos algunos puntos básicos de referencia que la Igle­
" sia

no puede
olvidar. en

su
acción evangelizadora y promocio­
n nal».
JUAN PABLO II: Homilía durante la Misa
por la evangelización de los pueblos en el
. hipódromo de Santo Domingo, el 11 de octu­
bre. L'Osservatore Romano, edición semanal en
leogua española, año XVI, núm. 43 (825), do­
mingo 21 de octobre de 1984.
La opción preferencial ·por los pobres no es exclusiva ni ex­
cluyente.
«Es consolador para mi saber que desde vuestra llegada a
"estoi asentamientos, que ahora son vuestros pobres hogares, ha­
"béis contado con el apoyo y el servicio de abnegados sacerdo­
"ti!.t;. religiosas y seglares que, dando testimonio admirable de
"amor cristiano, os han ayudado a superar vuestras dificultades,
"alentándoos en vuestros esfuerzos y legitimas aspiraciones. »En nombre de la Iglesia quiero. manifestar
aqul vivo

apre­
,, cio y agradecimiento a todos esos apóstoles que, en los Guas­
"mos y por toda la geografia del Ecuador, continúan sirviendo
"desinteresadamente a los.hermanos.
E/. Papa, ;unto con
vuestros
"obispos, quiere hoy reiterar una vez más la opción preferencial
"de la Iglesia. por los pobres. Una
opci6n que

no es exclusiva
"ni a nadie 'excluye, sino que,-_por el contrario, desea aunar el
"esfuerzo de ,todos en defender y promover "la causa del pobre,
"de su dignidad, de
.su elevaci6n, de

su aspiración a una impro-
274
Fundaci\363n Speiro

"rrogable justicia social"» (Homilía en Santo Domingo, 11 de
"octubre de 1984,
5).
JUAN PABLO II: Discurso a los habitantes de
«El
Guasmo», Guayaquil. 1 de febrero. L'Os­
seroatore Romano, edici6n semanal en lengua
española, año XVII, núm. 6 (841), domingo 10
de febrero de
1985.
La opc1on por el pobre no necesita hipotecarse a ideologías
extrañas a la fe.
«El imprescindible clamor por la justicia y la necesaria so­
"lidaridad preferente con el pobre no necesitarán hipotecarse a
"ideologlas extrañas

a la fe, como si fueran éstas las que
guar­
,,
dan

el secreto de la verdadera eficacia».
JUAN PABLO-11: Alocución a los obispos del
Perú en visita «ad Limina Apostolorum». L'Os­
servatore Romano, edición semanal en lengua
española, año XVI, núm. 42 (824), domingo
14

de octubre de 1984.
La Institución sobre algunos aspectos de la Teología de la Li­
beración y la opción por los pobres.
«Este

documento,
1¼Jmráriamente .a a/,gunas interpretaciones
"desatinadas que de él' se han dado, no sólo no se opone a la
"opción por

los pobres, sino que más bien la confirma autoriza­
,, damente,

esclareciéndola y profundizando en ella
al mismo
"tiempo. ·
»La Instrucción pone de manifiesto el vinculo intimo IY cons-.
"titutivo que une la libertad a la verdad y con ello defiende a
·
"los

pobres de ilusorias y peligrosas propuestas ideológicas de
"liberación que, partiendo de situaciones de miseria reales y dra­
"máticas,
harian de los pobres

y de sus sufrimientos
sólo un
"pretexto para nuevas e incluso :más graves opresiones. Redu­
"ciendo el mensaje evangélico a la sola dimensión socio-politica,
"se
quita
a los pobres algo
que constituye un derecho
supremo
"suyo: recibir de la Iglesia
el· don

de la verdad entera sobre el
"hombre y sobre
la presencia de Dios vivo en su histori(J.
»La

reducción del ser humano únicamente a la esfera
poli­
"tica

constituye, de hecho, no
sólo una amenata a
la dimensión
275
Fundaci\363n Speiro

"del "tener'1, sino también. a lá del )'ser". Como afirma con
"acierto la

Instrucción,
únicamente el
mensaje íntegro de la sal­
"vación puede garantizar también la liberación íntegra del bom­
"bre (IX, 16).
»Por esta

liberación, precisamente, ha luchado la Iglesia
y
"sigue luchando a/lado de los pobres, haciéndose abogada de
"sus derechos

conculcados, promotora de obras
sociales de
todo
"tipo para

protegerlos
y defenderlos, anunciadora de la palabra
"de Dios

que a todos invita
a la reconciliación y la penitencia.
"No es casual que . la Exhortación Apostólica que he publicado
"recientemente a

la luz de
las conclusiones
de la VI Asamblea
"General del Sinodo de los Obispos plantee, de nuevo, el tema
"evangélico fundamental de la
conversión del corazón, con la
"convicción _de que la primera liberación que hay -que procurar
"al hombre es la del mal moral anidado en su corazón, por estar
"aqul la

causa del "pecado social" y de toda estructura opre­
"sora».
JUAN PABLO II: Alocución a los cardenales
y prelados de la Curia Romana, el 21 de di­
ciembre. L'Osservatore Romano, edición sema­
nal
.en lengua -españOla, ·año XVI, núm. 53
(835), domingo 30 de diciembre de 1984.
El r<:omedio de la pobrezá en el. mundo.
«Dentro del cuadro de vuestr~s instituciones nacionales y én
"colaboración

con vuestros compatriotas, no hay duda de que
"queréis también descubrir las razones
estructurales que

alimen­
"tan o

provocan las
formas varias

de pobreza en el mundo
y en
"vuestro propio
pals para

que luego podáis aplicar remedios
"adeéuados. No os
de¡aréis intimidar

o desanimar por
explica­
nciones simplistas que son explicaciones ideológicas más bien que
"científiéas, encaminadas a

motivar un
mal, comple¡o
en una
sDla
"causa.
Pero

tampoco retrocederéis .ante
reformas) incluso
pro­
"fundas, de actitudes y estructuras que pueden .esultar necesa­
nrias para volver a crear, uita ty otra vez, las condicfrmes -nece­
"sarias en las que los desvalidos gocen de oportuniáades nuevas
"en la

dura batalla de la vida. Los pobres de Estados Unidos
"y del

mundo· son vuestros hermanos
y hermanas en Cristo. · No
"podéis
contentaros nunca con de¡arles sólo
las miga¡as 'de la
"fiesta. Tenéis que tomar de vuestras posesiones ~ no de lo
"que os sobre-,-para ayudarles. Y debéis tratarlos como invita­
" dos de vuestra mesa familiar. ,,
276
Fundaci\363n Speiro

»Católicos de Estados Unidos: A la vez que desarrolláis vues­
J}tras instituciones legales, participáis, asimismo, en los asuntos
"de la nación a través de instituciones y organizaciones nacidas
"de la historia del pa!s y de vuestros intereses comunes. Esto lo
"hacéis en

apretada unión con vuestros ciudadanos de todo cre­
"do y confesión.
La unión entre vosotros en dicha empresa es
"esencial bajo la guía de vuestros obispos para ahondar,
procla­
"
mar

y promover en el terreno de la práctica la verdad sobre el
"hombre, su dignidad y derechos inalienables; la verdad tal y
"como la recibe la Iglesia en la Revelación y tal como la desa­
"rolla continuamente en sus enseñanzas sociales a la luz del Evan­
n gelio. Pero estas convicciones compartidas· no son un modelo
"ya hecho ,m la sociedad (cfr. Octogessima adveniens, 42). Es
"tarea de los laicos, princiualmente, el llevarlas a la práctica en
"proyectos concretos, definir prioridades y desarrollar modelos
"adecuados para promover el verdadero bien del hombre».
JuAN. PAB~o II: Homilía duraote la Misa
celebrada en
el « Y aokee Sradium», de Nueva
York. L'Osservatore Romano, édici6n semanal
en lengua espafiola, año XI, núm. 42 (564),
domingo 21 de octubre de 1979.
La legislación humanitaria.
«La legislación humanitaria internacional ha experimentado
''un considerable
desarrollo en
los últimos tiempos. El cristia­
"nismo ofrece una base a este desarrollo, en cuanto afirma el
"valor autónomo del hombre y su preeminente- dignidad como
"persona, con su propia individualidad, completo en su
consti­
ntución esencial y dotado de una conciencia racional y de una
"voluntad libre. También en siglos pasados la visión cristiana "del hombre inspiró la tendencia a mitigar la ferocidad tradicio­
"nal de la guerra, hasta asegurar un trato más humano a cuan­
"tos se hallaban involucrados en las hostilidades. Contribu,yó de­
"c.isivamente a la_ consolidación, tanto moral como práctica, de
"las ·normas de humanismo
y ;usticia que actualmente, .de forma
"más modernizada
y específica, constituyen el núcleo de nuestras
"Convenciones internacionales.
»La legislación humanitaria internacional, al tener como base
"los derechos
de los que la persona humana es el sujeto original
"y autónomo, es universal en su aplicación. Se aplica· en todm
"los
lugares y en cualqnier circunstancia, en la paz :y ·en la
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Fundaci\363n Speiro

"guerra, en épocas de normalidad y en emergencias, fruto de. dis­
"turbios y tensiones políticas internas o debidas a desastres na-
,, turales. , ·
»A pesar de los esfuerzos realizados en la época moderna a
"nivel jurídico para evitar el uso
. de
la guerra como medio
legí­
n timo de arre'glar disputas internacionales, se siguen provocan­
,, do conflictos armados en unas áreas o en otras. La legislaci6n
"humanitaria

internacional debe imponerse en los conflictos. Exis­
"ten ,normas reconocidas que limitan la violencia de .la guerra ·y
n que protegen· a sus víctimas, normas que han sido universa/.­
"mente aceptadas por la conciencia común de los pueblos del
"mundo;
y estas normas deben ser respetadas.
»Pero la
· legislación
humanitaria internacional ha de prestar
"también atención al destino

del creciente
número de
refugiados
"en busca de asilo: esas personas, ¡6venes y ancianos, que nece­
"sitan todo tipo de asistencia material y moral después de ha­
,, berse

visto forzados a abandonar su
comunidad. de
origen
y, a
"menudo, después de

haber visto
.c6mo se

iban fraccionando sus
"familias. Debe prestar atenci6n
a los

pueblos del Tercer Mun­
,, do,

condenados
al subdesarrollo y al hambre, mientras que al
"mismo tiempo sigue avanzando una ruinosa competición por la
"posesión de un armamento cada vez más numeroso y mortlfe­
"ro. Debe

prestar atención a los perseguidos por
razones poi/ti­
,, cas,

muchos de ellos arrestados
y detenidos sin poder verse li­
,, bres de la abominable práctica de la tortura, o a los que en
"algunos casos _se hace que désaparezcan, mientras sus fatnilia­
"res se lamentan ,y las autoridades guardan silencio. Debe prestar
"atenci6n a las

victimas de los desastres naturales
y de los pro­
"vocados por el hombre
para que

la solidaridad internacional
"salga en
su ayuda

de la manera más perfecta
y con el mayor
"número de medios efectivos a su alcance~ ·
»Resumiendo}
la legislaci6n humanitaria
internacional se
"orienta a'la totalidad de. la humanidad sufriente: heridos, pri­
"sioneros, débiles, gente sin esperanza, pobres
y oprimidos. Su
u obSerVancia o no observancia es una auténtica prueba que de­
"termina la base ética e incluso la razón misma de la existencia
"de la comunidad internacional».
278
JuAN. PABLO iI: Discurso a los representan­
tes del Instituto Internacional de Derecho Hu­
manitario, del 18 de mayo. L'Osservatore Ro­
mano, año XIV, n,lm. 31 (709), domingo 1
de agosto de 1982.
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