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Número 233-234

Serie XXIV

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La conversión de Malenkov

LA CONVERSION DE MALENKOy
POR
ANGEL MAasTRO
La noticia de la conversion de Georgi Malenkov al cnsua­
iÚsmo, y

su bautizo según el rito de la Iglesia ortodoxa tusa,
ha pasado poco menos que inadvertida en los medios de comu­
rucación españoles.

Una noticia de muy pocas líneas, sin relieve
de titulares alguno, y que, si ha pasado inadvertida para ' los
que sienten preocupación por los temas de
nuestro tiempo,

en
la opinión pública su impacto ha sido nulo.
Si no conociésemos las causas, resultaría asombroso este si~
lencio, pues Malenkov, no era un comuiÚsta del montón, sino
uno de los líderes más destacados en la historia de la Unióri
Soviética, desde la revolución de 1917.
La Iioticiá - ha sido s_umamente escueta, tal como antes 'decía~
mos-;

unas _ simples líneas anunciando su
cori.versión _al cristiani~~
mo ortodoxo, y su bautizo oficiado por un pope moscovita. Nada
más,
ni la iglesia donde se realizó, ni el nombre del oficiante
-que en

los casos de bautizos de la alta sociedad o
de los
ha­
bituales de la llamada prensa del corazón, se nos agobia con la
prolijidad de detalles, o las «bodas del año», etc.-. Nada, una
noticia escueta sin más.
Conociendo la mentalidad de la «nomenklatura» dirigente de
la URSS,
la. noticia,
y sobre todo el hecho de la conversión, ha
sido sabida. desde
el principio por cualquiera de los numerosísi­
mos órganos de control de
la sociedad ·soviética. Dicha 1;1oticia
ha

contado, para su difusión con
el visto bueno, sin el cual no
puede
ttansmitirs.e culaquier

novedad, por insignificante que sea
en
la URSS, y la noticia h~ sido transmitida por agencia·, no por
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Fundaci\363n Speiro

ANGEL MAESTRO
las fuentes habituales del samizdat, o por huidos del sistema mar­
xista-leninista. Pero volvamos al silencio;
¿por qué

esa nula repercusión en
la opinión? Existen dos soluciones; una por la habitual tendencia
a la
· desinformación
sobre el
. universo
comunista habitual en la
prensa progresista española, así como una televisión proclive siem­
pre a ocultar cuanto de negativo haya al otro lado del telón de acero, y lo mismo puede decirse de
las emisoras privadas de
radiodifusión, aunque tantas de ellas sean propiedad de grupos eminentemente capitalistas liberales, e incluso de la Iglesia es­
pañola. Es evidente, y sería superfluo volver sobre
.ello, pues

los lec­
tores de
Verbo conocen trabajos anteriores sobre el tema, li
eficacia de la desinformación y, por consiguiente, intoxicación
de
la opinión pública occidental; no sólo por los servicios del
Comité para la Seguridad del Estado (KGB ), sino algo mucho
más importante: la desinformación es producto del sistema todo,
y el KGB, sólo un agente más -muy eficaz desde luego
-en
la diseminación de esa intoxicación, pero también la · Academia
de Ciencias de la Unión, las Academias de las Repúblicas autó­
nomas, y, sobre todo,· el departamento internacional del comité
central del PCUS, son las fuentes, como testimonios vivos del
sistema de la desinformación:
Una posibilidad cierta, la desinformación, pero en España,
y también en Occidente tenemos otra -muy probablemente
más
posible

aún- la ignorancia. Esta segunda solución, si además
se ve
·reforzada por

la
primera, consigue
resultados espectaculares.
La incultura· periodística -salvo honrosas excepciones- es
un hecho en nuestra Nación, comparable sólo a la igoorancia
del
universitario

medio. Fuera de los tópicos, de la noticia efímera
y pasajera del día,
el desconocimiento de la historia, reciente
incluso, es aberrante.
· Muchos
de los autotitulados comentaristas
de
la actualidad internacional, empiezan ahora a conocer a Gor­
bachov, en quien se
está repitiendo la

intoxicación cometida
ton
Andropov,

presentándole
como el
hombre joven, de una nueva
generación, liberal, aperturista, etc.,
pero la actuación de Malen-
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LA CONVERSION DE MALENKOV
kov, se remonta a más de veinticinco años, tiempo suficiente
para que
el atento sólo a las modas del día, lo considere tan
arcaico como si
fuese· Chernichevski o

culaquier otro revolucio­
nario del siglo
XIX.
Más probablemente aun: lo ignore y lo desconozca en absoluto.
Por eso muy probablemente la ignorancia al uso, haya sido,
con una ligera. dosis de desinformación, la falta primordial de
la falta de relieve periodísrico de la noticia. Tal como antes comentábamos, ésto .resulta asombroso
.al·
haber

sido Malenkov, no un oscuro
«apparatchik» de
una perdida
región
Kalmuka o Kirguisa, sino nada menos que el primer su­
cesor

de Stalin. Entonces la ignorancia, el desconocimiento, pro­
ducen sensación
de tristeza,

de indignación al ver en manos de
quién está la
opinión pública.
Al

morir
Stalin -en circunstancias no del todo claras aun­
. el 5 de marzo de 1953, y dentro ·del rígido protocolo soviético
en el que reviste especial importancia el orden
. de
aparición en
escena y de las intervenciones en discursos, es Georgi Malenkov,
quien pronuncia en primer lugar
la oración fúnebre por Stalin,
seguido de Molotov y Beria. Se producen las ya tópicas, desde
la muerte de
Lenin -----<:ual hemos visto posteriormente con los
fallecimientos de Stalin, Breznev, Andropov, y lo veremos en
el
de Chernenko- ( 1) llamadas a la unidad y a la dirección colegia­
da. También, como diría Voslensky en la «nomenklatura», a la
férrea e indestructible unión entre el parrido, las fuerzas ármadas
y el pueblo soviético; podemos añadir que frente a las asechanzas
del imperialismo agresivo,
y la necesidad de aumentar la vigi­
lancia para salvaguardar los logros de la patria soviética y del
internacionalismo proletario. En fin el
uso de
lo que el fallecido
y genial Boris Souvarin, u otros .como Heller, Lazkitch y exper­
tos
sovietólogos denominan «la langue du
bois».
Pero esa unidad monolítica escondía ya el pacto tramado·
entre

bastidores entre los hombres
más importantes
del politburó
-en aquella época Presidium-, Malenkov, Molotov, Jruschol,
(1) Este trabajo estaba realizado antes de la muerte de Chernenk;o.
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ANGEL MAESTRO
Kaganovich, Bulganín, Mikoyan, para con el apoyo del mariscal
Zukov, preparar la eliminaci6n de Beria. El todopoderoso Beria,
el jefe de los· organismos antecesores del KGB actual, pero con
un poder mucho mayor que
el que fue quitado al KGB, el de
poder detener
y ejecutar, si preciso fuese, a los miembros del Co­
mité Central. Las purgas estalinianas en · 1as que el Comité Cen­
tral y
la vieja guardia bolchevique son diezmados, no pueden
' volver a ·repetirse, y los miembros del Presidium saben que no
estarári nunca seguros minettas exista la sombra amenazadora
del ejecutor implacable de la vesania estaliniana. Desmintiendo el absurdo de la existencia de palomas
y hal­
cones en la sociedad soviética, asombrosamente Beria -y esto
es poco conocido--, actúa con
el deseo de mejorar su imagen,
de dar una estampa liberal -el caso Andropov por lo tanto no
es nuevo-, suaviza las medidas draconianas y lanza, o quiere lanzar en el subconscien.te que no era el ejecutor implacable, el
hombre al que servían monstruos sangrientos como Abakumov,
.
sino

que quieren presentar a pesar de sus crímenes, como el
forzado a obedecer las 6rdenes
de Stalin.

Esto se repetirá
· con
rin Jruschof

triunfante en
el condenatorio XX Congreso, sólo
tres años· -después.
Pero _sus compañeros de Presidium· saben la personalidad de
Beria, y en un supersecreto pacto,
asegurándose la
ayuda del
mariscal Zuhov -¿pensaría éste en un nuevo
Bonaparte?-'-y
e11

una
reuni6n secreta
del Presidium le detienen
y ejecutan in­
mediatamente antes de que los poderosos jefes de la Policía Se­
creta pudiesen haber ·sido alertados. Tema éste apasionante, el de la eliminación de Beria como ejemplo de golpe palaciego, pero
.
sobre

el que forzosamente hemos de pasar de largo.
La eliminaci6n de Beria, confirma una siruaci6n una vez
más
engañosa ante los ojos de los observadores políticos oocidentales:
el
situar d6nde
estaba el poder real en la Unión Soviética. Al
poco tiempo· de la muerte de Stalin, Malenkov es nombrado jefe
del Gobierno, con cuatro vicepresidentes del
consejo de ministros,
que

eran: Beria, Molotov, Bulganin
y Kaganovich. Al ser ejecu­
tado

Beria, la posici6n te6rica de
Maleukov parece
que salía ro-
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LA .CONVERSION DE MALENKOV
bustecida, sin que tantos «Kremlinólogos,. de la época prestasen.
atención a que se había visto
oblig«do a

ceder
el puesto de pri­
mer

secretario del Comité
Central, a

Nikita Jruschof.
Sobre
Malenkov cayeron

responsabilidades técnicas y teóri­
cas, pero el poder
real estaba

en
manós de

Jruschof, que era quien
controlaba la verdadera fuente de
poder en

la Unión Soviética:
las estructuras del partido comunista. No sólo
en· 1953,

cuando
el 21 de marzo, se separan las funciones de
jefe de

gobierno y
del secretariado del partido, sino
en 1955,

lo importante, lo de-.
cisivo es figurar en el aparato del partido, teniendo
más impor­
tancia

a veces el ser jefe de un sector del Comité
Central, que
el
ocupar el cargo de ministro en uno de los numerosos ministerios
que rigen la URSS. Jruschof desde ese cargo empieza a hacerse
con las riendas del verdadero poder. El KGB, bajo los órdenes
primero del
general Serov,

es puesto bajo
el control del partido,
y no en
la situación inversa que la GPU o la NKVD, tuvieron
durante. el

período
estaiiniano.
Entre

los días 17
al 24

de febrero de 1956, se celebra el
tras­
cendental
XX

Congreso· del Partido, en
el cual se realiza la con­
dena

del culto a
la personalidad, y el comienzo de la tímida de'
sestalinización,

en
la que tanto Malenkov como Jruschof y Mo­
lotov habían jugado papeles principales. Pero Jruschof aparece
-y una vez más la estupidez o la desinformación de los occiden­
tales--como el sincero liberal que quiere renovar las arcaicas
estructuras y sustituir a la vieja guardia estaliniana. Se reproduce
la situación creada a la muerte de Lenin, cuando
nadie creía que el entonces oscuro
Stalin, gracias

a su control del
aparato del partido y no de los puestos relumbrantes, llegaría a
ejercer el

poder absoluto.
Los propios disdpulos de Stalin no supieron o no pudieron
seguir
la trayectoria de su difunto maestro. Así, el poder se va
concentrando en manos de Jruschof, y éste, maniobrando hábil­
mente, desbordando al politburó
--donde por

ser elitista tenía
perdida
la partida, y gracias al apoyo, otra vez del mariscal Zu­
kov,
y también del
KGB-, convoca una reunión urgente,

utili­
zando aviones especiales puestos a disposición de
lo~ lejanos
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miembros del Comité Central de la; lejanas repúblicas, y de toda
la Unión, desautorizando la maniobra del politburó. Por primera
y única vez, el órgano que habitualmente se li­
mita a aclamar
la política del politburó, el Comité Central, cum­
ple sus funciones es.tatutarias
y manejados sus responsables loca­
les por Jruschof, anula su destitución
~camuflada de
dimisión
naturalmente-
y · reunido los días 22-29 de junio, repudia la
postura de la vieja guardia estalinista.
Los amigos y entonces c6mplices.
de Jruschof, el hábil Brez­
nev, el jefe del KGB, Chelepin, el joven Semichatsni, el hacedor
de Reyes, Suslov, aprenderán bien la maniobra, y cuando elimi­
nen a

Jruschof, no le dejarán posibilidad de repetir su jugada.
Después del 29 de junio de 1957,
la suerte de los perdedores
está echada, y los medios de comunicación soviéticos se inundan
de ataques
y peticiones espontáneas de castigo contra él, desde
entonces, denominado «grupo antipartido». Malenkov, Molotov,
Kaganovich, son inmersos en esa
calificación que

espera al caído
eri los regúnenes comunistas. Al igual que habrían hecho ellos
con Jruschof
si. éste

hubiese sido el derrotado. Es bien sabido que
Beria fue

acusado de agente capitalista, y éste pensaba acusar a
sus verdugos de agentes del imperialismo nazi. Todas las monstruosidades, por absurdas que parezcan a una
mentalidad ocidental,
.son empleadas,

y,
· en
el uso
de las
mismas,
las purgas
estalinianas marcarían

el «.récord».
Posteriormoote ve­
remos

a
Mao-Tse-tung en la revolución cultural acusar a Liu Shao­
chi de «capitalista». Jruschof designaría para jefe .del gobierno a un figurón, Bul­
ganin, y posteriormente acapararía en un nuevo culto a la
perso­
nalidad la jefatura del partido y del gobierno, representando la fi­
gura más tosca de los dirigentes soviéticos; un equipo mucho más
preparado entre los que destacarían: Breznev, Kosiguin y Suslov,
acabaría con
él.
Pero la destitución de Malenkov y de los que formaban el
grupo antipartido, marca una nueva forma en la eliminación de
· los

dirigentes soviéticos
caídos en
desgracia. A
la eliminación
política no le sigue la eliminación física, como
venia siendo
habi-
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LA CONVERSION DE MALENKOV
tual con las primeras figuras comunistas, de la talla de Bujarin,
Zinoviev, Kamenev,
Radek ...
Malenkov, como ingeniero, es nombrado director de una cen­
tral hidroeléctrica. Molotov
y Kaganovicb (2) tampoco son elimi­
nados físicamente y pasan a un oscuro retiro, permitiéndoseles
alguna
vez a

los corresponsales occidentales saber d6nde habi­
tan, para que sepan que existen. Igual suerte correría
Jruscbof,
confinado

a un barrio de las afueras de la capital.
Muy probablemente, al
eliminar a

Beria, esta
vez sí ·física­
mente,

antes de que
él lo hiciese con ellos, los conspiradores acor­
daron al suprimir el pael todopoderoso de la policía política,
d
que ésta actuase con plenos poderes frente a la población, pero
no con la élite del partido, y así adquirir cierta tranquilidad. Sa­
ber que al ser destituído, perdería su puesto en la «nomenkla­ tura», con todo lo que ello lleva aparejado, pero no la vida, ni
la
de-sus familiares,

como era práctica inexorable.
Malenkov, retirado ya de su puesto de ingeniero-director,
vive como
un jubilado de cierto nivel en un apartamento dado
por el Comité Central.
Un anciano

de ochenta y dos
años, úpico
esponente

de la clase social de los «apparatcbik», un hombre
·
nacido

y educado desde su juventud en la devoción al
sistema.
Un

hombre que a los cuarenta y ocho años formó
parte del
otrora
·
presidium

y hoy otra
vez politburó,

centro del poder total en la
Unión Soviética. Hombre educado en el ateísmo
supermilitante
estaliniano,

en el odio, o más bien en la crítica
seudocienúfica
de

todo lo que supusiese religión y creencia sobrenatural. ¿Cómo entonces ha sido posible esa conversión? Producida
nada menos en uno de los que fue lider del movimiento comu­
nista mundial. No en un oscuro comunista, sino en una de las
personalidades del sistema. ¿Cómo puede haber actuado el toque de la inspiración en una personalidad de formación atea, y atea militante?
(2) Kaganovich, desde su alto puesto, decidi6 que los ferrocarriles de
la URSS deberlan seguir recurriendo a la tracci6n de vapor más perfec­
cionada, como elemento básico. Al ser eliminado,. se ordena suspender toda
investigaci6n sobre locomotoras de vapor (N. del A.).
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¿Habrá influido esa mentalidad eslava dada a la religiosidad
o a
la antirreligiosidad llevada al fanatismo? Forzosan;iente nos
lleva
a la comparación con
el personaje Abdulrajmanov de la
obra El Montflie, de Vladimir Volkof. El teniente general del
KGB encargado
precisan;iente de
la más
sutil desinformación,
y
que al ser vistado en
el lecho de muerte de su dacba por un an-
. ·
tiguo

discípulo suyo ve un icono al que alumbra una lámpara en
la cabecera de su
cama. El

cbekista ya moribundo que se
presig­
na, y que curiosan;iente ofrece una personalidad más humana que
el
frío tecnócrata de una multinacional,

o que
el ejecutivo de
gustos· estereotipados. Desde luego,
el tema es bastante más importante y justifica­
tivo de más espacio
y de más amplios titulares que para ser des­
paéhado

con unas breves líneas de
¡ agencia. Una vez más hay
que reconocer que los designios del Señor son inescrutables.
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