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Número 299-300

Serie XXX

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Hacia un estudio de la figura de don Luis de Trelles

HACIA UN ESTUDIO DE LA FIGURA
DE
DON LIDS DE. TRELLES
POR
MIGUEL Aroso
He tenido la fortuna de participar, durante los días 22 a 26
del pasado
mes de julio, y dentro del programa de los VIII Cur­
sos de · V etano de la « Universidade Internacional · do Atlántico»
-que patrocina la Fundaci6n Alfredo Brafi~s----, en el consagrado
al «Centenario de don Luis de Trelles: auditor del ejército, ju­
rista, político, periodista
y fundador de la Adoraci6n Nocturna
Española».
Teniendo por sede el monasterio
mercedarió de Poyo, en ple­
na
ría de Pontevedra, y con una asistencia que desbordaba tanto
en número como
en interés lo que suele ser comón en este tipo
de cursos, se
ha rendido, pues; homenaje merecido --al CU:mplir­
se el año de su centenari~ al polifacético y por desgracia poco
conocido personaje que fue
don Luis dé Trelles y Noguerol. Po­
nencias, coloquios y actos culturales complementarios se han con­
jugado armoniosamente
eti estas jornadas, dirigidas y cootdina­
das por el Coronel Auditor Antonio Tróncoso de Castro.
La inauguraci6n corri6 a cargo del Teniente Coronel Auditor
y Vocal del Consejo General· del Poder Judicial,' Julio Padilla
Carballada, quien·
centro la personalidad · de Trelles en sus rasgos
biográficos y en el momento hist6rico que le toc6 vivir. Cierto
-en esto coincidimos muchos de.los intervinietites-"' que la figu,
ra de nuestro autor há sido poco conocida a pesát de concurrir
en él méritos sobrados, y ademas en campos bien diversos, como
para haber atraído la atenci6n de los estudiosos: De alú también,
en consecuencia, que ]os primeros esfuerzos. se· hayan· encanilnacio
Verbo, núm. 299-300 (1991), 1345-1350 1345
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MIGUEL A YUSO
a una labor preliminar de desbroce o aproximación que habrá
posteriormente que pulir
y depurar.
Por
mi parte, poco sabía de él a no ser las referencias que
aparecen
en la personalísirna e insustituible --en treinta tomos
que alcanzan hasta
1936----Historia del tradicionalismo español
de Mekhor Ferrer, prolongada --desde 1939 a 1966----por
nuestro querido
y admirado amigo Manuel de Santa Cruz en los
no menos personalísimos e insustituibles veintiocho volúmenes
de
sus Apuntes y documentos para la historia del tradicionalismo
español,
reciente y felizmente conclusos. Y es que, ciertamente,
poco
más había asequible de un Trelles al que la propia Enciclo­
pedia
gallega prácticamente pretería.
En este
sentido, su valoración está todavía por hacer, ya que
sólo
muy en los .últimos tiempos ha visto la luz la biografía de
que. es .autdr José Manuel Blanco-Ons, impulsada por la Junta
del Homenaje
a Trelles en su centenario y dirigida por el pro­
fesor Francisco Puy Muñoz,
buen. y viejo amigo de estas páginas,
catedrático
de Filosofía del Derecho de la Universidad de San­
tiago de Compostela y r,;ctor · de la Universidad que ha acdgido
el curso
a que se refieren . estas líneas.. Obra muy valiosa, pero
que
--<:omo indica Puy en el prólogo-' es tan sólo una primera
aproximación, a la que han venido
a unirse el volumen en el que
el mismo
Puy ha recogido tres trabajos suyos sobre Trelles, y el
propio curso
de Poyo, cuyas actas están pendientes de edición.
Las discusiones, a veces vivísimas, suscitadas durante el mis!Do
con participacióµ de ponentes y algunos asjstentes, vienen a acre­
ditar -por otra vía-.el carácter preliminar de todas estas. apor­
taciones.
El m1tdr de esta nota y el conocido abogado madrileño Ricar­
do Mufioz, se ocuparon de Trelles como Auditor del Distrito Mi­
litar de Galicia y Fiscal de Artillería e Ingenieros. Para ello tu­
vieron que referirse al papel del Ejército en la vida política . y
social de mediados del siglo pasado, particularmente en Galicia.
Y trazardn U!la panorámica de los procesos de desarme fronte­
rizos tras· la guerra de la Independencia, que facilitaron el ensan­
che urbano ; del desarrollo de las comunicaciones y las obras
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ESTUDIO DE LA FIGURA. DE DON LUIS DE TRELLES
públicas, con atención a los intereses populares ; del n)levo tra,
tamiento de las .zonas polémicas, conciliador con las necesidades
de desenvolvimiento de la sociedad civil; del inventario y con·
servación de los "9i{icios. procedentes de la desamortización des·
tinados a cuarteles, pronto cedidos a los ay¡:¡ntamientos y otras
administraciones; . y de la decisiva. a_ctJiación contra el bandoleris·
mo y el desorden social a trayfs del, mecanismo de la jurisdicción.
El Teniente Coronel Auditor Francisco. Javier de Mendoza, por
su. parte, añadió al aporte anterior el ,egt)ldio de Ja evolución de
la jurisdicción militar y específicamente, tras su creación, poste­
rior a los tiempos de Trelles, del Cuetpo Jurídico Militar. De
modo que quedó una visión . general . de . los problemas del Dere­
cho militar
en tiempos de Trelles, así . como un bosquejo. de su
discurrir posterior.
Sin duda
-,-escribe Troncoso y l'eCOge Blanco-OnB-'-, de estos
años
le quedó a nuestro hombre l1ll bot:\Clo -interés por los temas
castrenses, una rigurosa inclinación por. el Derecho, público y
un
amplid conocimiento de la jurisdicción .militar, los cuales más
tarde le resultarían de, gran utilidad para la defensa-de los mili­
tares tradicionalistas y
en su actuación humanitaria durante la
tei:cera gJierra carlista.
Cuando
en lll52 abandona G.!licia . y traslada su residencia a
Madrid,
no sólo deja sus cometidos jurídico militares, sino que
se
produce una notable . inflexión en su trayectoria profesional. y
aun vital. Se ensancha el círculo de sus quehaceres jurídicos e
incluso se le abre el nuevo horizQQte de la vida pol!tica. En el
Curso
de Poyo también se dedicaron estudios a ambos aspectos
de
la vida de. don Luis de Tre!les.
En lo que hace a sus ideas jurídicas, .el profesor de Derecho
procesal Francisco Fonteci)las se· ocupó, desde· un ángulo· gene­
ral, de su concepción de la ley y el derecho. A partir de los es­
tudios
de Trelles sobre materias especificas de Derecho penal
-en concreto el «Estudio sobre .. -la aplicación del artículo 248
del Código penal» y las «Observaciones a la regla 4 5 de la ley
provisional reformada para la aplicación del
Código penal»-'-, de
su ponencia al Congreso
de Jurisconsultos de 1863 sobre el «roo'
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MiGUEL A YUSO
mento hist6rico en que los pueblos deben proceder a la codifi­
cación de su Derecho y principios que deben regir todo proceso
codificador», y de algunos
de sus propios informes forense• más
destacados, resaltó a Trelles como un jurista defensor de las ga:
rantías del justiciable ;-atento a la ley pero no legalista, y partidario
de la
tradición y del respeto al derecho consagrado por la cos­
tumbre, frente al racionalismo codificador.
·
A la vista de su evolución ulterior -'-al menos en política­
no dejan de resultar significativas, e incluso inquietantes, algunas
de • las posiciones adoptadas en tanto qué jurista. Con indepen­
dencia
de su posición ante e1 movimiento codificador, en todo
coherente con
otros aspectos de su pensamiento de madurez,
chocan ciertos planteamientos de Trelles, quizá explicables por el
afán polémico de algunos de sus escritos, por las propias exigen­
cias del ejercicio de la abogacía, o en último término porque en
Derecho penal resulta extraordinariamente difícil sustraerse al
in­
flujo de las concepciones positivistas. Sin pretender hurgar de­
masiado, lo que sería impropio • de una nota como ésta, he ahí
un aspecto también interesante,
qui2á, para su elucidación y ex­
plicación.
Otro punto controvertido de
sus ideas jurídicas es el que
afrontó el magistrado y presidente
de la Academia Gallega de
Jurisprudencia
y Legislación, José Antonio García Caridad, con'
cretamente sus estudios acerca de los foros. Como es sabido, y
frente a · amplios sectores doctrinales· que · consideraban la· figura
jurídica del foro como un arcaísmo llamado a desaparecer sin
más, Trelles opinaba que era una institución que todavía
podía
desempeñar una útil función económico-social, con tal que se
hberase de ciertas lacras y corruptelas que el tiempo y los abusos
le
habían ido adhiriéndo. García Caridad íio ocultó su visión con­
traria a la de Trelles y realizó un agudó análisis jurídico tendente
a
subrayar lo ·que enténdía un error de nuestro autor. Ello dio
lugar a un
cordial y desenvuelto intercambio de pareceres entre
el ponente, por un lado,· y•los · profesores Puy, Ahol-Bra~son y
quien
firma esta nota, por el· otro, quienes desde distintos ángu­
los destacaron las dimensiones favorables de los foros y explica-
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ESTUDIO DE LA FIGURA DE DON LUIS. DE· TRELLES.
ron Jiu¡lefe~a. de los: mismos:·Jl)Or' Trellos.: como-una mu su filosofía social antiJil?eral. . -: :' , : , ·-
También -en dos ponenc:ias--se pas6 ,revista a Sú pema,
miento
y .qneb.acer político. El profesor de,iffistoria--del Deté.:bo
Manuel de Abol-Brasson, :desmenuzó fas intervencicmes parlamen,
tarias de don Luis de Trelles en la legislatura de 1871. Pata ese
tiempo. ya se
había completado su evolución-;espiritnal y ·política
y, en consecuencia,: .esos .discmrsas nos' inttoducen en la concre,
ción
de . su compromiso:. político, C011l los · ideales del -tradlcioÍílilis:
mo. El abogado sevillano Doliiifigo ,paJ..Cfutde fue el encatgado
de explicitarlo desde una comprensión -global. Asf, repasó el
cuatrilema carlista--Dios; Patria, ·Fuero;; y Rey--ilustrándolo
con textos de
Trelles.-Y resalt~ que·;;l:gjgnificad,f rellgióso­
político de la unidad católica, la· COlitepción foral de la patria o
el legitimismo monárquictr constitriyeh el fondo-de un pensamien­
to traspasado por el sentido piadoso·. de la tradición; y que no
por «ser de
todos». deja de «ser de ·ciída úno» de un modo aútén­
tico y original.
Esa
opción de cloo · Luis -fo · ha · resaltado en - diversós ltigá'
res el profesor Puy_:._ vuelve' a ser la ópción por el camino es'
trecho, por la senda difícil: por d CllriÍno y ]a senda que llevan
a estar con
los perdedores. Trelles --durante la' tercera gtierra­
se convierte en Comisario General para Canjes de los prisioneros
carlistas y desarrolla una labor que le hace adelantado del dere­
cho humanitario bélico, beneficiando con su actuación a
más de
tres mil personas. El Coronel Auditor Antonio Troncoso, direc­
tor del curso
y auténtico especialista en el tema, lo desarrolló
con todo lujo
de detalles y cifras obtenidos en investigaciones en
los archivos militares.
Por
tanto, también en este aspecto fue útil el curso de Poyo.
Todavía,
sin embargo, quedan algunas incógnitas que despejar y
algunos
rasgos que perfilar. Dentro de la «versatilidad» de los
po!fticos españoles del siglo XIX, Trelles no es excepción en cuan­
to al cambio, sf en cuanto a los móviles de la mudanza. Por eso
falta aún el análisis de si en su travesía hacia el tradicionalismo
influyó la «conversión» religiosa o, por lo menos, hasta qué pun-
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MIGUEL AYUSO
to hubo interrelaciones entre el proceso espiritual y el político;
Es una época ciertamente complicada la que vive nuestro hombre.
y en
la que, a la ilusi6n que en algunos espíritus había producido
el liberalismo, iba a seguir el desengaño. Piénsese, por no insistir
más, en el fenómeno de los «neocatólicos» .y su progresivo tras'
bordo al carlismo.
Aún hubo
tieJ;npo para el estudio de su espiritualidad y de
su obra . apastólica como fundador de la Adoración Nocturna Es­
paiíola, No podía ser de ·otro modo, a la vista de que todo, in·
cluida. la polltiCá, no es sino instrumento para la salvación de las
almas,. y que -en consecuencia-cuando todo parece hundirse,
siempre resta
el apostolado de Ja oración. Don Salvador Muiíoz
Iglesias,
director nacional. de la Adoración Nocturna Española,
contribuyó con la referencia inexcusable a
la rm_ej.,r .¡;arte». '
Con la sola. ·ausencia, quizás, de su faceta de periodista, la
figura de Lais· de Trelles y Noguerol (1818-1891) ha sido obje­
to, al cumplirse el centenario de su fallecimiento, de un home­
naje plenamente justificado y cabal. Parece, pues, ya que sigue a
otros que
han tenido lugar duraote todo el alío, que felizmente
está comenzando a ser objeto de
consideració¡,. Con todo, creo
que
se está iniciando la labor. Ahora falta la paciencia y la tena­
cidad para culminarla.
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