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Maritornes, una nueva revista para una «Nueva Hispanidad»

CRÓNICAS
Para obtener el reconocimiento canónico la UJJC ha someti­
do sus Estatutos a la aprobación de la autoridad competente, en
este caso el Consejo Pontificio para los Laicos, que actúa en nom­
bre de la Santa Sede, y verifica
que los mismos son conformes a
Derecbo y
no contienen nada en contra de la doctrina y la dis­
ciplina de
la Iglesia.
Finalmente, ha de reseñarse que el Cardenal Stafford recordó
en su discurso a los delegados de la UIJC que en el Nuevo
Testamento, Jesús afirma
que la justicia consiste en cumplir la ley
del amor que Dios
ha inscrito en el corazón de cada persona; esta
ley del amor,
en efecto, viene del Espíritu, del mismo Espíritu
Santo.
Las experiencias dramáticas del siglo xx nos han enseñado
que cuando el Derecbo y la ley se separan de la Justicia y del
bien común devienen
en simples normas al servicio del poder. La
persona, con sus derechos inalienables, basados en la ley natu­
ral, ha de obtener el respeto a su dignidad.
MARíA p AZ LóPEZ
MARITORNES, UNA NUEVA REVISTA
PARA UNA "NUEVA HISPANIDAD"
,.,
Las Ediciones Nueva Hispanidad, de Buenos Aires, estableci­
das también
en la Montaña de Santander, que dirige Félix della
Costa,
han irrumpido en el panorama editorial de lengua caste­
llana con
un amplio catálogo de titulas aparecidos en un corto
periodo de tiempo y que prometen renovar -como exhiben
desde la
rúbrica-más que el hispanismo la hispanidad. Desde
la reedición de los libros clásicos y eruditos del historiador argen-
(*) En números anteriores de Verbo hemos reseñado distintas obras edita­
das por Nueva Hispanidad, así como dimos cuenta de la presentación en Madrid
de la revista Maritornes. Reproducimos ahora la nota que nuestro secretario de
redacción, Miguel Ayuso, ha publicado en la revista Razón &pañola (N. de la R).
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tino Rómulo Carbia a los actuales y pugnaces del también histo­
riador y coterráneo suyo Antonio Caponnetto. Desde la nueva
estampa de obras del filósofo navarro
Rafael Gambra, quizá el
representante más destacado del tradicionalismo presente, a las
reflexiones hondas del maestro mendocino Calderón Bouchet.
Pasando
por otros muchos libros de autores -hasta el momen­
to--argentinos, chilenos y españoles.
Pero, junto con esta iniciativa, se
ha emprendido también la
de dar vida a una revista
que sirva como punto de convergencia
y hogar intelectual del pensa1niento político tradicional hispáni­
co. Tradicionalismo e hispanidad son, pues, los ejes que articu­
lan los cuadernos
que llevan por nombre Maritornes. Tradición
católica de cuño tomista, ajena a la ganga que portan otras apro­
ximaciones a la tradición. E hispanidad más
que hispanismo,
pues
no es cuestión de filias sino de ontología. Y Maritornes,
nombre osado, que· en su alegoría quijotesca evoca la penosa
realidad de nuestra común nación, por disgregación social o por
desfondamiento moral, cuando no por ambas cosas, y más allá
del espejismo del desarrollo económico de esta orilla oriental.
Pero
que no deja de aspirar a la recuperación del pálpito espiri­
tual presente
en nuestra historia.
Dos
son los números por el momento aparecidos en el curso
del último año, pues la cadencia editorial prevista
-y cumpli­
da-es la semestral. Y ambos nos permiten observar de entre su
contenido y destacar para los lectores de
Razón Española algu­
nas de sus claves. Primeramente, conforme con lo ya dicho, el
neto signo intelectual de los autores que han escrito sus páginas.
También,
en segundo término, la temática no exclusivamente his­
tórica, sino de presente y
aun prospectiva, de sus colaboraciones.
Igualmente,
en tercer lugar, y en relación con estas últimas pala­
bras, la intención constructiva del proyecto, de reforzar ideal­
mente, pero también
en la realidad, la comunidad hispánica de
naciones. Frente a la tendencia, y es otro corolario que calza
muchos puntos de relieve, de construir una hispanidad sin
España, esto es
un latinoamericanismo autónomo, el designio de
Maritornes se reclama resueltamente ligado a estas Españas
peninsulares de nuestros pecados. De modo cauto, también, se
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CRÓNICAS
adivina un deseo de revisar -lo que en modo alguno significa
un "revisionismo", en el sentido ideologizado que tal término ine­
xorablemente
implica-la historia contemporánea de los países
hispánicos. No es, desde luego, el menor
de los méritos que cabe
atribuir al proyecto. Finalmente, el alargamiento del consejo edi­
torial se compadece con
una expansión geográfica imprescindi- ·
ble:
as!, a la nómina inicialmente argentina y española, se han
venido a sumar nombres peruanos, chilenos, tejanos y napolita­
nos. Y
no ha de durar mucho tiempo la composición que apare­
ce en el número segundo, superada pronto por nuevas amplia­
ciones.
Para quienes ejercitamos la "razón hispánica", en verdad que
resulta una gran alegria poder dar cuenta de los primeros pasos
de esta iniciativa, sobre la que espero habremos de volver sin
mucha tardanza.
MIGUEL AYUSO
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