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Número 555-556

Serie LV

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El centenario de Juan Vallet de Goytisolo en la Academia de Jurisprudencia

Se cumplen cien años del nacimiento del inolvidable Juan Vallet de Goytisolo. A quien perdimos no hace tanto, pues Dios le otorgó una longevidad lúcida hasta el final. Vallet, uno de los mayores juristas españoles del siglo XX, fue desde muy joven miembro numerario de la Real Academia de Jurisprudencia y Legislación, ocupando largos años la secretaría general, para ser luego vicepresidente, presidente y finalmente presidente de honor.

Como recordaba nuestro colaborador Juan Cayón en una nota de extremo interés publicada hace algunos números, a finales de los años ochenta organizó Vallet la Sección de Filosofía del Derecho, en cuyo seno se celebró un seminario guiado por él y coordinado por Estanislao Cantero y Miguel Ayuso que duró muchos años. Cuando el profesor Ángel Sánchez de la Torre, con quien Vallet había contado (junto con Jesús Valdés, Miguel Ayuso, José Miguel Serrano y Consuelo Martínez-Sicluna) para la formación de la mesa de la Sección, obtuvo plaza de numerario, Vallet –que para entonces presidía la Academia– le cedió elegantemente la presidencia de la Sección. Cosa que aprovechó Sánchez de la Torre para intentar liquidar el seminario. No lo logró, pues –con el apoyo de Vallet– Miguel Ayuso y Consuelo Martínez-Sicluna le dieron continuidad como Seminario de Derecho Natural y Filosofía del Derecho, bautizado con el nombre de su fundador a su fallecimiento.

El seminario, que sigue reuniéndose algunas veces al año, se dedicó en su sesión del pasado 20 de abril a conmemorar el centenario de Vallet: «Juan Vallet de Goytisolo, jurisconsulto total». Debió haberlo presidido el decano de los académicos de número José María Castán, quien –aunque goza de buena de salud gracias a Dios a sus noventa y cuatro años– prefirió no salir de casa afrontando el esfuerzo. Llamó por teléfono en cambio a Miguel Ayuso, con la generosidad y caballerosidad de siempre, para excusar su asistencia y sumarse al tiempo cariñosamente. Presidió la profesora Consuelo Martínez-Sicluna, quien saludó a los asistentes, y fue dando la palabra a los oradores. Habló en primer lugar Miguel Ayuso, quien evocó el juicio de Elías de Tejada sobre Vallet de Goytisolo maestro en la técnica, la ciencia y la filosofía del derecho. Desgranó a continuación sus méritos en los tres campos y concluyó refiriéndose a su obra apostólica de Verbo y la Ciudad Católica. El magistrado del Tribunal Superior de Sao Paulo, Ricardo Dip, se ocupó a continuación de la filosofía jurídica de Vallet, tanto en sus aspectos ontológicos como en los metodológicos. Juan Fernando Segovia, investigador del CONICET y profesor de la Universidad de Mendoza, abordó por su parte los aspectos centrales de la filosofía política valletiana, a partir del concepto de orden, y haciendo especial hincapié en lo que toca a la organización social por cuerpos intermedios y a la libertad civil. Federico Cantero, notario del Colegio de La Coruña, presentó en su comunicación algunos de los rasgos del Vallet civilista y notario, envueltos en un testimonio personal de amistad. El profesor de la Universidad de Lima Fernán Altuve-Febres trazó el cuadro de la influencia de Vallet en la América hispana, de la doble influencia intelectual y personal, con nombres como el notario mejicano Villalón, el filósofo del derecho brasileño Galvão de Sousa, el presidente del Tribunal Supremo peruano Vicente Ugarte del Pino, los notarios argentinos Labanca y Montejano y los profesores chilenos Ibáñez y Widow. Así como a la única tesis doctoral dirigida por Vallet, la del profesor peruano Horacio Gago, sobre la sociedad espontánea a la luz de la obra de Joaquín Costa. Danilo Castellano, profesor de la Universidad de Udine, trazó la conclusión de modo brillantísima poniendo broche de oro al acto.