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Número 577-578

Serie LVII

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Presentación número 577-578

Adornan a nuestro ilustre colaborador el profesor Juan Fernando Segovia una honradez intelectual y una rectitud de intención a toda prueba. La redacción de Verbo, pues,  lo tiene como uno de sus colaboradores más fieles y constantes desde hace quince años. Verbo, por otra parte, tiene una intención tan catequética como apologética, y la ortodoxia de los trabajos que publica es de relevancia primera. Su trabajo del número anterior, severo en sus conclusiones y siempre correcto en su tono, que ha dado lugar a algunas reacciones, no siempre templadas, razonadas y bienintencionadas, lo acredita una vez más. En este número, prosigue con su serie sobre la tolerancia y la libertad religiosa, que está llegando a su fin y se reunirá en un volumen del sello Itinerarios. A continuación, por primera vez, comparece en estas páginas la firma de la profesora de la Universidad de Dallas Alexandra Wilhelmsen. Su padre, el filósofo Frederick D. Wilhelmsen, fue uno de nuestros colaboradores más preciados desde los primeros años de nuestro recorrido. Participó en una de aquellas memorables reuniones de amigos de la Ciudad Católica, a mediados de los años sesenta del siglo pasado, con Eugenio Vegas, Juan Vallet, Francisco Elías de Tejada, Rafael Gambra, Francisco Canals… Todos nuestros maestros, en suma. Su hija Elizabeth, también profesora, en la Universidad de Nebraska, nos honró con una colaboración de matriz literaria, de acuerdo con su especialidad. Y ahora, Alexandra, historiadora, recién jubilada, nos honra con una colaboración, que tiene origen en un congreso y una publicación novohispanas, y que revisada sirvió para una conferencia reciente en el que fue destacado Círculo Aparisi y Guijarro de Valencia. Una tercera contribución, de nuestro admirado amigo el escritor Juan Manuel de Prada, reúne cuatro de sus columnas en el diario ABC de Madrid, sobre el grave problema de la inmigración masiva, contemplado desde la religión, y no desde el sentimentalismo coloreado «religiosamente» hoy tan frecuente. Finalmente, para concluir, tomamos del padre José María Serra, de los Misioneros de Cristo Rey, el texto de su intervención en el acto conmemorativo de las bodas de plata de su obra apostólica, del que se da sucinta nota en la sección de crónicas. Aborda un asunto nuclear, también para nuestro trabajo de apostolado intelectual, el Reinado de Cristo y de su Sagrado Corazón.

Al inicio nos referíamos a la intención de difusión de la sana doctrina, social y política mayormente, que alienta nuestras páginas desde su fundación, hace casi sesenta años. Verbo sólo excepcionalmente acoge textos que, aunque cuestionables en algunas de sus afirmaciones o planteamientos, resultan útiles al efecto de problematizar la experiencia al objeto de ofrecer pistas para la elaboración de respuestas acordes a la tradición católica y, en particular, a la política hispánica.

En este número, como suele ocurrir con el que anualmente venimos centrando desde hace varias series en las cuestiones económicas, particularmente complejas en su concreción, los textos del cuaderno central lo muestran. Pues el análisis, siempre interesante, de nuestro colaborador Silvano Borruso, no deja de presentar algunas aristas que requerirían de un mucho mayor desarrollo. O las conclusiones, por más que sucintas, que extrae Antonio de Mendoza, de un abundante y bien trabajado material estadístico, referido a España, se resienten de una intención reivindicadora de un régimen político del que esta Casa nunca fue entusiasta. La conclusión, que pretende exaltar los efectos del gobierno de esa época, muestra en cambio en algunos momentos que fue entonces cuando se sentaron las bases de la destrucción presente. Por lo demás, en la indiscutible tarea de reconstrucción tras las demoliciones de un siglo de signo deletéreo, completado por los horrores (sin merma del heroísmo) de la guerra, el peso de una sociedad de base tradicional en el seno de una Iglesia que todavía lo era, de primer orden, quizá es el elemento principal. La aproximación a la teología de liberación en un conocido documento del pontificado de Juan Pablo II, firmado por el que luego fue su sucesor con el nombre de Benedicto XVI, que nos entrega Javier de Miguel, final y oportunamente, por más que no hurta (como tantas otras lecturas) las debilidades de la crítica liberal, no puede agotar los mil flecos de tema tan complejo. Como quiera que sea, los tres textos, sobre la moneda, la mujer y la liberación respectivamente, ofrecen útiles elementos para la reflexión.

Vuelve en este número un obituario, y no cualquiera, el de uno de los últimos supervivientes de la fundación de Verbo, Alberto Ruiz de Galarreta. Fue durante muchos años uno de los más fieles y activos asistentes a las reuniones madrileñas de los martes. Siempre atento a escudriñar los acontecimientos con las lentes del combate tradicionalista católico, pese a su edad, casi noventa y siete años, seguía con la misma pugnacidad de siempre. Así, por ejemplo, hizo llegar a la redacción su entusiasmo por la crítica del libro de Dreher, y su telón de fondo americanista y comunitarista, liberal en suma, por más que conservador. Descanse en paz. Volveremos en números posteriores sobre su figura, más que notable, extraordinaria.

Siguen las secciones habituales de crónicas, nutrida por las actividades del verano boreal y… del invierno austral, y de información bibliográfica. Entre ésta, particularmente abundante, pueden mencionarse las notas del profesor Segovia, la reseña (que señala luces y sombras) del profesor Andrés Gambra sobre una edición francesa de Serafín Fanjul, la de la versión castellana del clásico de Michel Villey sobre el derecho y los derechos del hombre, la de una novedad editorial de un equipo de investigación próximo a esta casa sobre el tema crucial del transhumanismo o la de un volumen in memoriam del que fue nuestro querido amigo y colaborador el civilista José María Castán.