Libertad de conciencia y de difusión. El ecumenismo no es irenismo

¿Libertad de conciencia y de düusión?
"Pero. ¡,erwnas y publicaciones, que tendrían la m,sron de "enseñwr y defender la fe, tampoco faltmn, pur desgro,cw;, entre "nosotros} y se hacen eco de aquellas voces subversivas, más "por la cele/,ritiad que por el valor científico de sus fautores; la "mJOda hace ley más que la verdad; el culto de la pro'/JÜ, per­" sonalidad y de la pro¡,ia Mertad de conciencia se rwiste del "más irrespo,nsable y servil gregarismio; no se obedece a la Igle­" sia, pero se da fácil crédito al pensamóento de otro y a las "audacias i.rreverentes y utópicas de la cultu.ra corriente} ai mie­"nudo superficial e irresponsable. Existe el peligro de una dis­,, gregación de la doctrina, y se piensa p,or algunos que ello· sea "fatal en el mundo m10derno. Nos correspolnde a nosofros, los "obispos, en primer lugar, maestros y testigos de la fe que sorn;os, "tomar posiciones; con la afirmr,ción positiva de la palabra de "Dios y de /,a enseñanza de la Iglesia que de ella der/ma,; y donde "estq no /!rutase con la serena y sincera .denuncia de locr errores "r.¡u.e a veces circu/,a,n, com10, una epidemtia; nos toca a nosO'tros,
,, pastores de almas, comprender, cumpart'PY, im.struirJ corregir los "espíritus abiertos al diálogo y a la búsqueda de la verdad, &vi­"dos tal vez de un sereno y razonable testiinmz.io nuestro} y lo "más de cerca que podamlOs para abrir de nue'lll> los ojos a la luz "de Cristo. .
"Pero la m1e11te va más lejos, es decir, va hada la m"'1'alidad "del pensarnóento, de las relaciones humanas, del sentido· del deber "y de la responsabilidad. La difusión de la delincuencia organüra­"da, la fa:dlidad y la extensión de fos escáináa:los públicos, el honor "tributado· a un dwismo· disolvente sobre. las leyes elementales del "am1or y de la fmnilia, la a:crp..-ación a considerar legal la disolución
"del mnculo conyugal, el est;/o cada vez mtis decadente y equí,. "voco de tmntos espectáculos y de tmntas formas hedonísticas de "diversión} etc., hacen tem'¡Cr p1or la resistencia sana y buena de ·"/,a conciencia nroral de nuestro pucbfo. Sabem'Os cuón difícil es "actuwr hoy en defema de la moralidacl; ,.; siquiera se quiere 'J oír hablar de ella. PerO' nosotros no podemos permanecer indi­"ferentes y silenciosos. Aquellos que amw,n la honestidad, la pu;.
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Fundaci\363n Speiro

"reza, la dign;,Jad de la vida, deben saber aún que nosotros nos
"sentim<:rs solidarios can ellos.n
PAULO VI en la Conferencia Episcopal Ita­
liana
(7 de abril de 1967; texto italiano en
L'Osservatore Romano del 8; texto en caste­
llano: Ecclesia, núm. 1.335, 15 de abril).
El ecumenismo no es irenismo.
"El ecumienirm-o no es sitmplism'(), no es irendsm;o superfícia.J y
"olvidadizo de las instanciu.s intrínsecas de la verdad religiosa.
"«No h,a,y nada miás ajeno al ecumienisffll01 dice el Concüio, que el
"falso wenismo, p-or el cual sufre menoscaba la pwreza de la doc­
"trma católica y queda oscu:recido su sentido genuino y preci­
"so» (lb., 11). El acerca1n!Ümto de los hermanos sepwrados, al p-aso
"que debe hacerse can gran respeto y comprensión por los vedares
"verdaderwm1ente cri.stiano,s que poseen
y con el de.seo incluso de
"aprender de ellos le que pueden darnos de verdadero y bueno, no
"debe hacerse con mrenoscabo de la fe católica y_ de nuestra dis­
,, ciplina esencial, y no debe ser [!UÁaáo por la fácíl crítica a nues­
tras cosa.s para disponerse más fácilmente al mimi~tism" de las
'' cosas ajenas, aunque buenas. y respetables.n
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PAULO VI : Alocución en la Audiencia Gene­
ral del 8 de enero de 1967 (texto italiano en
· L'Osservatore Romano del 1~ de enero; texto
en castella.IJ.o : Ecclesia, núm. 1.327, 4 de fe=­
brero ).
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