La encíclica Populorum progressio. III. Los cuerpos intermedios en la encíclica Populorum progressio

CAROLINA ROVIRA FLOREZ DE QUINONES
de ·ciertos límites. Y a que la intervención estatal, que lleva al so­
cialismo y al totalitarismo o a la planifi::ación administrativa, a la
corta o a la larga resulta un mal peor. Pero no se crea que por eso
aquellos deberes éticos carecen de sanción positiva en este mundo,
pues su incumplimiento llevará indefectiblemente pronto o tarde
a la subversión, a un socialismo dictatorial o al cómunismo. La
injusticia hará germinar otra injusticia aún mayor, pero de signo
contrario''.
Una vez más se percibe la insuficiencia del Derecho para regir
totalmente las relaciones
humanas y la superioridad del orden
incoercible del Amor. Como, asimismo, en el ámbito del Derecho
se constata el grave dilema en que se halla el legislador cuando
debe .aptar entre dejar sin atajar un mal o, al corregirlo, pro".ocar
males mayores, allí donde la moralidad de las costumbres y hábitos
sociales
arraigados y vividos no guía la conducta social.
JII. Los CUERPOS INTERMEDIOS EN. LA ENCÍCLICA
''POPULORUM PROGRESSIO" (*)
por
CAROLINA RovJRA FLÓREZ DE QurÑ()NES.
Prof. Adjunto de Filosofía del Derecho de la Universidad de Santiago
de Compostela.
SUMARIO: l. ;LA ENcfcLICA.-A) Finalil:tad de la Encíclica., B) Medios
para .alcanzar la finalidad.-2. Los CUERPOS_ i:NTJt.RMEDIOs.-A) Cla­
sifícación.
B) Los cuerpos intermedios profesionales_; a) Aspecto inte­
Iecttial.
b) Aspecto laboral. C) Aspecto corporativo. C) Cuerpos inter­
medios culturales. a) Aspecto-económico.· b) Aspecto social. e) Aspecto
industrial.
D) Conclusiopes.
l. LA ENCÍCLICA.
, En)a fi~~ia, de Pasq¡a de Resurrección de este año, S. S. Pau­
lo. ,VI. ~a,-,,d~do una, éarta Encíclica para los obisp9s, los ·sacerdo­
t~s, 19s.,religipsos;
los .fieles y para tOdos los hombres de buena
voluntad .. En ella se ponen de manifiesto todos los males que
aco~;iri al mundo y ~ecesitan el esfuerzo de todos los hombres para
enCpnt,rai-1.ma $O~ución __ que nos áleje _del desastrr y ayude a un
' (*' · ¡ Cofuo · e~· costumbte, · la Encíclica· · se cita por el número del párra­
fo precedida por las siglas P. P.
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desenvolvimiento armomco de los hombres en todos los campos
de la actividad humana.
A) Finalidad de la Encíclica.
El desarrollo armónico de los hombres se ve impedido por una
serie de circunstancias, entre las que podemos contar:
l.ª El desequilibrio entre los pueblos ricos, con su rápido des­
arrollo, y los pueblos pobres, que se desarrollan lentamente.
2.ª La toma de conciencia del pobre como tal, que quiere
salir
de su pobreza.
3.ª El choque entre la civilización tradicional y las noveda­
des de
la civilización industrial.
Tiene que buscarse una solución a estos hechos. Esta solución sólo nos vendrá dada en el campo de la programación de las actividades a desarrollar. "Los programas son necesarios para es­
timular, coordinar, suplir e integrar la acción de los individuos y los cuerpos intermedios" (P. P., 33). Hay que programar en cua­
tro sentidos: Actividades
del individuo, actividades de los cuerpos
intermedios, actividad del Estado y actividades de los Estados.
¿ Con qué fin? Construir un humanismo nuevo que permita
al hombre hallarse a sí mismo en relación con los demás, de modo que sus necesidades espirituales y corporales se satisfagan
al máximo (P. P., 20).
B) Medios para alcanzar esta finalidad.
Sólo puede haber un camino, y es el de la cooperación de to­
dos los hombres, de todas las instituciones, de todas las agrupa­
ciones, guiados por un espíritu de amor. Son muchos los caminos
que la
Encíclica abre en este sentido y merecen Un detenido exa­
men; así la labor del hombre y de la familia como célula básica,
familia natural, monógama y estable que
el cristianismo ha san­
tificado y que debe permanecer como punto en
el que coinciden las distintas generaciones que se ayuden mutuamente para lograr
una más completa armonía
y que armonicen las derechos de las
personas con las demás exigencias de la vida social (P. P., 36).
Otro punto interesante sería mirar
la actividad del Estado
para alcanzar el máximo desarrollo económico y cultural sin dejar
por ello su soberanía
y trazando los planes pertinentes. Lo mismo, ¿ qué actividades deben desarrollar los Estados entre sí y las orga-
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nizaciones de marco superior al estatal "que hagan fraternizar
no solamente a algunos pueblos, sino a todos los pueblos entre
sí?". "¿ Quién no ve la necesidad de llegar así progresivamente
a instaurar una autoridad mundial que pueda actuar eficazmente
en
el terreno jurídico y en el político?''
Pero nosotros, dejando a un lado estos problemas y otros
muchos que. podrían plantearse, vamos a ocuparnos de la labor
que tienen que desarrollar los cuerpos intermedios.
2. Los CUERPOS INTERMEDIOS.
¿ Qué son estos cuerpos intermedios ? Son grupos sociales o
humanos situados entre
el individuo o la familia y el Estado,
constituidos naturalmente o por acuerdo deliberado, con vistas a
conseguir una finalidad común de las personas que los componen
(cfr. Michel Creuzet,
Los cuerpos intermedios, Speiro, Madrid,
1964).
A) Clasifi,cación.
Por su ámbito podríamos clasificarlos en geográficos, cultura­
les, religiosos, profesionales...
Pero según la doctrina católica,
entre los hombres
y la sociedad existe una interdependencia exi­
gida por la naturaleza
y la razón del destino del hombre. Decía
Pío XI (14-III-1937): "El Creador quiere la sociedad como me­
dio para el pleno desenvolvimiento de las facultades individuales
y sociales, de la cual el hombre tiene que valerse, ora dando, ora"
recibiendo, para su propio bien y el de los demás. Hasta aquellos
valores más altos y más universales que sólo pueden ser realiza­
dos por la sociedad· y no por el individuo, tienen, por voluntad
del Creador, como
fin último el hombre natural y sobrenatural."
EntOnces, atendiendo a este fin social, podemos dividir los
grupos intermedios en Profesionales, cuando tienden a organizar
y
reglamentar a los individuos, y Culturales, cuando tienden a
organizar las actividades artísticas, literarias, caritativas, econó­
micas, comerciales, . . . etc.
B) Cuerpos intermedios prafesionales.
Dentro de este grupo vamos a incluir los aspectos más carac­
terizados, aqnque dentro de ellos. existe una gran relación y por
otra parte podrían buscarse muchas más perspectivas.
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a) Aspecto intelectual.
Para llevar a cabo el desarrollo se necesitan técnicos cada vez en más número, pero más aún se exigen pensadores de reflexión
profunda que busquen un humanismo nuevo, el cual permita al
hombre moderno hallarse a sí mismo, asumiendo los valores su­
periores del amor, de la amistad, de la oración y de la contem­
plación. Así podrá realizarse en toda
su plenitud el desarrollo
verdadero, que es paso,
para cada uno y para todos, de condicio­nes de vida menos humanas a condiciones de vida más huma­nas (P. P., 26).
Los filósofos tienen ante todo el deber de seguir fieles a las virtudes,. dando al mismo tiempo contenido a los valores que la nueva sociedad ha encontrado, contenido con arreglo a los prin­cipios cristianos, ya que la influencia de los pensamientos es más
duradera y causa al hombre más impacto. Entra de lleno dentro
del marco de su espíritu.
b) Aspecto lal,oraJ.
E1 traba jo ha sido bendecido y querido por Dios, y así, el trabajador, aplicándose a una materia que se le resiste, le impri­
me su sello, mientras que adquiere tenacidad, ingenio y espíritu de invención. Más aún, viviendo en común participa de una mis­
ma esperanza, de un sufrimiento, de una alegría. Pero el trabajo para los hombres y mucho más para el cristiano tiene la misión de colaborar en la ci-eación de un mundo sobrenatural, no ter­
minando hasta que lleguemos todos juntos a constituir aquel
hombre de que habla
San Pablo "que realiza la plenitud de Cristo" (P. P., Zl)
c) Aspecto corportJtimo.
La obra del desarrollo se ve frecuentemente ayudada por las organizaciones profesionales. Si la . razón de ser de estas orga­nizaciones es la de promover los intereses de sus miembros, su
responsabilidad es
grande ante la función educativa que pueden,
y
al mismo tiempo _deben, realizar. (P. P., 38). Con tal que los
valores queden a salvo,
un plural:ismo de estas organizaciones
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sindicales es admisible; desde un cierto punto de vista, es útil si
protege la libertad
y protege la emulación (P. P., 39).
Las organizaciones profesionales tienen que darse en un marco
de unión; por apajo, con los individuos aislados, y por arriba,
con las demás a-SOCíaciones similares; Son necesarios acuerdos re­
gionales entre ellas, sobre todo entre los pueblos débiles y los des­
arrollados, a
fin de sostenerse mutuamente. Son necesarios los co­
nocimientos más ambiciosos
entre unos y otros para establecer
los jalones de este camino de desarrollo que conduce a la paz.
C) Cuerpos intermedios culturales.
Con palabras terminantes dice la Carta: "En lo su~esivo no
bastan las iniciativas locales e individuales. La presente situación
del mundo exige una acción de conjunto que tenga como punto
de partida una clara visión de todos los aspectos económicos, so­
ciales, culturales y espirituales"
(P. P., 13). Siguiendo esta cla­
sificación podemos ver :
a)
Aspecto económrico,
El desarrollo no se reduce a un simple crec1m1ento económi­
co.
Para ser auténtico tiene que ser integral, debe comprender a
todos los hombres, a toda la sociedad. Tiene que darse
una so­
lidaridad universal, no sólo como beneficio
para "los miembros,
sino como deber
para alcanzar las mejores situaciones en todos
los ámbitos de la vida comunitaria.
b) Aspecto social.
"Además de las organizaciones profesionales es de notar la
actividad
de las _organizaciones culturales. Su función no es me­
nor para el éxito del desarrollo. El porvenir del mundo corre
peligro
si no se forman hombres instruidos en esta sabiduría'"
(P. P,, 40).
La actividad cultural tiene-un ámbito distinto que la actividad
a desarrollar en
el campo del progreso técnico, ya que hay países
económicamente pobres pero ricos en sabiduría,
y pueden prestar
a los demás
una extraordinaria ayuda. "Rico o pobTe", cada país
posee
una civilización recibida de sus mayores: instituciones exi-
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gidas por la vida terrena y manifestaciones superiores --artísticas, intelectuales, religiosas-de la vida del espíritu. Mientras éstas
contengan verdaderos valores humanos· sería un grave error sa­crificarlas a aquellas otras. Un pueblo que lo permitiera perdería con ello lo mejor de sí mismo y sacrificaría para vivir sus razones de vivir" (P. P., 40).
En todo lo que se le propone a los pueblos en fase de desarro­
llo, hay que saber escoger, distinguir,
los falsos bienes de los verdaderos, para no caer en un más bajo nivel de la preparación
de la persona humana. Hay que aceptar los valores sanos y be­néficos que nos ofrecen para mezclarlos con aquellos que cada
uno tiene,
y de esa manera formar un carácter propio.
Es necesaria la búsqueda de medios concretos y prácticos de organización y cooperación para poner en -común los recursos disponibles y realizar así una verdadera comunión entre todas
las naciones (P. P., 43).
En el caSo de una colisión entre estos valores conviene a los
poderes públicos procurar una solución con la activa participación de las personas y los grupos sociales.
c) Aspecto industrial.
La industrialización es necesaria para el desarrollo del mundo
y para el progreso, y es, al mismo tiempo, señal y factor del desarrollo. "Es justo reconocer la aportación irreemplazable de las
organizaciones del trabajo y del
Jl'"Ogreso industrial a la obra
del desarrollo" (P. P., 26).
Se puede afirmar que el progreso económico depende en pri­mer lugar del progreso social y, por eso, la educación básica es el primer objetivo del plan de desarrollo. Las organizaciones pri­vadas han realizado en este sentido una gran labor. "Las inicia­
tivas privadas, los poderes públicos y Ias organizaciones interna­cionales son los primeros artífices del desarrollo, al capacitar al hombre para hacerlo por sí mismo" (P. P., 35). En las relaciones comerciales, los cuerpos intermedios pueden
llegar a tener una fuerza decisiva; es de ellos de los qne se puede
esperar que alcancen la igualdad de los sujetos en la contratación, en el consentimiento para llevar a cabo las actividades. Su labor está en que todas las relaciones se efectúen de acuerdo con el derecho natural. HEI libre intercambio sólo es equitativo si está
sometido
a las exigencias de la justicia social" (P. P., 59). Es necesario establecer programas comunes, coordinar las in-
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versiones, repartir las posibilidades de producción, organizar los
intercambios, etc. (P. P;, 67).
D) Conclusiones.
Como consecuencia, los princ1p10s en los que descansa
la
Encíclica pueden reducirse a tres:
l.º Vivir humanamente es relacionarse con los demás, no
sólo con los que están cerca
de nosotros, sino con aquellos con
los que las actuales circunstancias nos pongan en contacto.
2:º Las relaciones con los demás crindicionan esencialmente
el desarrollo. Este desarrollo necesita la mano de todas las ins­
tituciones que de algún modo puedan ayudarle, y entre ellas están
primordialmente las organizaciones intermedias, que es donde el
hombre más libremente puede desarrollar su actividad.
3.º El fin de todo desenvolvimiento nos llevará a una paz
espiritual y corporal que hará más agrada bles las relaciones con
nuestros semejantes y nos acercará a Dios, fuente de todo lo
creado y fin al que debemos aspirar.
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