Índice de contenidos

Número 85-86

Serie IX

Volver
  • Índice

Planificación y libertad

PLANIFICACJON Y LIBERTAD
Ponencia de
Lurs
GoNZÁLEZ RooRfouxz.
Es preciso reconocer que existe un orden jurídico natural,
que el derecho positivo no puede desconocer
y que el Estado
debe respetar, bajo pena de ilegitimidad. Y este respeto debe
ser defendido de
la única manera posible: de una parte, mediante
la convicción de que ese orden natural
existe y debe ser -inviola­
ble, incluso para todos
los órganos

del Estado,
y, de otra, me­
diante un pluralismo jurídico-político, coronado
por el Estad'o
bajo

el principio de subsidiariedad, formando de abajo a
arriba
por

una escalonada gama de
cuerpos intermedios

lo más natu­
rales que sea posible. Pierre de Calan, en su obra
Renacimien1to de lms libertades
económicas
y sociales, ex.plica .la apliCación del principio de subsi­
diariedad a la vida económica, y que es como el trazo distintivo
de una economía libre. Desde
el momento en que la finalidad de las actividades hu­
manas se sitúan al nivel del hombre, deben situarse, lo más
próximos al hombre, los derechos
y las responsabilidades. Su
transferencia al nivel de colectividades cada vez más vastas no se justifica sino en la medida en que el hombre, en primer lu­
gar, las colectividades primarias, en seguida, resultan
incapaces,
de

satisfacer las exigencias del bien común ...
Lo esencial en todos los dominios no radica en que el Estado
no intervenga; no lo es tampoco que, en todo lugar
y en todo
tiempo, intervenga poco. Consiste en que intervenga subsidia­
riamente a la actuación, primero de las personas, seguidamente
445
Fundaci\363n Speiro

LUIS GONZALEZ RODRIGUEZ
de los grupos elementales : familia, empresa, profesión, colecti­
vidades
locales (1).
Rápida y brevemente vamos a exponer sobre estas bases al­
gunas
ideas acerca de la relación que debe existir entre la pla­
nificación de la economía por el Estado y la libertad de los ciu­
dadanos, integrados en dicho Estado, en el ejercicio de sus de­
rechos naturales.
El Estado está constituido por la agrupación de las personas
que en
él cumplen sus necesidades naturales; corno conjunto or­
ganizado socialmente, a través de distintos cuerpos intermedios,
que designan. de entre ellos a los individuos más idóneos para
gobernar.
La administración es el órgano, al servicio del Estado, por
el que se canaliza
y ejercita la acción de gobierno. Pero el go­
bierno no es la administración; supondría una concentración de
atribucÍones que
convertirían al

Estado
en totalitario,
en domi­
nador de todos los hilos
y resortes de la nación.
Un plan debe ser un conjunto de programas dirigidos a un
doble sector: al sector público, competencia propia del Estado,
en
el que debe existir un cálcnlo perfectamente .cifrado de pro­
yectos

y programas. Al sector privado, para el que
el Estado sólo
¡x>drá marcar unos cauces informativos de posibilidades, orien­
tadores.
El conocimiento de las ,posibilidades y metas establecidas en
el plan permitirá al individuo y a la empresa ,preparar sus pro­
pios programas
y encauzar debidamente su gestión, es decir, per­
mitirá una "acción concertada" de los cuerpos intermedios que
forman el Estado, con el poder público, que mantendrá su papel
de "experto supremo".
'~E1 error

de nuestros gobiernos es confundir el
gobierno con
.la administración",

ha dicho
·Henri Charlier
en
L'Ewrope y le
Christ
(2).
(1) Pierre de Calan, R'l?tUJi,ssance des libertés econom.iques et socWiles,
II, B. 2, págs .. 42 y sigs.
(2) Cfr. en VERBO, núm 55, un extracto de ese trabajo de Henri
Charlier,
con el título Error de confundir gobierno y administradón y
446
Fundaci\363n Speiro

PLANIFICACION Y LIBERTAD
El papel del gobierno es suscitar y proteger todas las inicia­
tivas útiles al bien
común. El

papel
de la
administración es re­
glamentar aquella acción, buscando los caminos más sencillos
y
generales. Ciertamente son tareas .difíciles de separar, a veces, y,
cuando ello no se produce, surgen errores graves.
La .primera consecuencia de la confusión de gobierno y ad­
ministración sería la fiscalización excesiva- de la acción del ciuda­
dano, tratando de llevarlo por
el camino que el Estado de:;ea.
El

Estado acabará acumulando todo el poder político
y eco­
nómico
y el ciudadano quedará sojuzgado, como ocurre en los
países marxistas.
La administración tenderá a crecer en forma descomunal y
la "funcionarización" paralizará la máquina económica. El fun­
. cionario

llegará a no preocuparse nada más que de hacer cum­
plir el reglamento correspondiente
y el poder decisorio quedará
en manos de unos pocos, cuya labor no podrá ser objeto de crí­
tica o corrección.
Estas serían, a no dudarlo, las consecuencias de una planifi­
cación tecnocrática a ultranza. Es necesario tener en cuenta lo
que Pierre Calan afirma (3):
"En una

economía libre, la pla­
nificación no puede ser, ni es, la obra ni la responsabilidad del
Estado; es la obra
y la responsabilidad de la Nación."
necesidad -de restG!Urar las corporaciones y los demás organismos natura­
les, pág. 361.
(3) Pierre de Calan, op. cit., ca.p. IX, A, p-ág·. 252.
447
Fundaci\363n Speiro