Índice de contenidos
Número 119-120
Serie XII
- Actas
- Textos Pontificios
- Estudios
- Información bibliográfica
- Ilustraciones con recortes de periódicos
- Crónicas
Autores
1973
La despoblación del campo y el vertiginoso crecimiento de las aglomeraciones urbanas. II. El socialismo en la URSS, visto por Sacharov
ILUSTRACIONES CON RECORTES DE PERIODICOS
l. LA DESPOBLAG!ON DEL CAMPO Y EL VBR.TIGINOSO CRE
CIMIENTO DE LAS AGLOMERACTONES URBANAS
Es un hecho que está a la vista de todos.
¿Cuál
es su causa?
¿Está prou0cad-O, consciente
o inconscienteme~, por quienes llevan las
riendas
del Estad.o
y concretamente p0r los que planifican el desarrollo?
_¿Favorece a detet'minadas corrientes politica:; masificadoras, socializwi-
tes. totalitarias?
¿Es una rrecesúlad. para
el des8!trollo de
la
producción que exige la
formación de la llamada "sociedad de co,isumo", manipulable por la pro,
pagartda, para la auJ la masa ciudadana resulta la materia más ad&
cuada?
¿Cuáles son los resultados sociológicos, las influencias idieológictNJ, les
consecuencias morales y las incidencias políticas,
a
corlo y largo plazo, de
todo
esto?
No vamos a contestar ahora estas preguntas inquietantes. Nos limi-
taremos simplemente a,qui
a insertar unos recortes de periódico referentes
al tema enunciado en el título de estas ilustraciones.
1, CRECIMIENTO, úESARROLW Y MOVILIDAD GEOGRÁFICA DE LA POBLACIÓN.
Tenemos en nuestras manos un:as páginas de Ya del 1 de julio de
1973;
en las que se t.ata. de esta cuestión en un articulo firmado por A. G.
Barbancho, con un título que afirma "CASI LA MITAD DE LAS PROVINCIAS
ESPA~OLAS ESTÁN
EN DESPOBLACIÓN
.. ' del que recorlainos algunos párrafos:
«Con gran frecuencia se suelen identificar los términos «des.
arrollo
económico» y
4'crecimiento económico». Este último,
o
sea el
crecimiento, se
refiere comúnmente al de las principales
magnitudes económicas, como
consumo, inversiones,
renta, etc.
Lipsey señala al efecto que «se ha dado a menudo gran impor
tancia a las
tasas de
crecimiento. Para
muchos países, conseguir
una
elevada
tasa de crecimiento reeulta un fin político importante».
Para
mí, el
crecimiento económico se centra en el hecho u
oh-
1051
Fundaci\363n Speiro
1052
jetivo de que ciertas magnitudes económicas cr6'.t.can por encima
-de una determinada tasa; cuando ello se logra, no
hay otra cosa
que hacer que echar las campanas al vuelo. Parece com.o si todo
el
interés estuviera
en
es,calar la
cumbre de las tasas de crecimiento,
ni más ni menos que
si se tratara de una competición deportiva
al uso. »Yo creo que
el· hombre y la sociedad que forma es algo más
serio que todo esto. No
_se trata
de batir
uingún absurdo récord;
se
tra:ta simplemente
de
c~mseguir que
ese hombre y esa capacidad
sean cada
vez mejores,
si es que este objetivo no es una
utopfa.
De
no serlo, casi todo
lo que hoy implica el crecimiento -auto·
móviles, .frigoríficos,
televisores, población denominada
universi
taria, etc.~ no
es
más que una cortina de humo o unos fuegos
artificiales que distraen a los hombres
'.le los
verdaderos proble
mas, que yacen enmascarados tras
ese telón
que parece
ser impene·
trable.
Con gran frecuencia repito a
mis alumnos y a quien me
quiere oír que todo economista que se·
olvide de que
la economía
es una ciencia social es un mal
economi1:fü1, es
un economista ta
rado. Nuestro
saber de
economistas, si
C;J que tenemos alguno,
debe ser
puesto al
servicio de
lo sociedad, y en este contexto todo
economista
sabe distinguir
entre creéimiento económico y
des
arrollo
económico. Del primero ya se ha hablado
más arriba.
Del
segundo he de decir que es la aportación de la economía al des
arrollo
de la
sociedad, o dicho de otro modo: es el desarrollo
social utilizando instrumentos
económicos.»
« ... El primer efecto de este crecimiento y desarrollo sea el
proceso de urbanización que viene de
fo mano
con la transfe
rencia de población
activa del
sector primario o agrario a los
otros dos
sectores».
«Aquella
transfereneia del sector primario a los otros dos
sectores origina una movilidad sectorial y geográfica de la pobla
ción. Los· dos tipos de movilidad son
iué.vitables, dada la fonna
en que se ha producido el cambio, El paso del sector agrario al
sector industrial implica usualmente
el paso _de lo rural ll; lo ur
bano.
Por ello puede decirse que es una
uÍO:pía preteDÍfe~. en
el
contexto actual, "llevar la ciudad al campo", como se ha dicho
y
escrito repetidas
veces-, si eon
esta frase ¡¡e intenta
llevar
_ al
mi
núsculo poblado la
parte proporcional de industria
y servicios
que le
correspondería en un reparto homogéneo por todo el
país de
las actividadeti que
en él existen.
»La movilidad geográfica que ha entrañado la movilidad
Sec
torial
se manifiesta claramente en esos seis millones
-un quinto
Fundaci\363n Speiro
de la población total- que han tenido que abandonar sus mu
nicipios de
odgen para
trasladarse a otros lugares.
El crecimiento
económico español ha tenido
un alto precio: el de esos seis mi
llones de seres que tuvieron que romper con sus costumbres y
tradiciones para insertarse en ambientes que no siempre · les fueron
propicios. Hay
.que hacer
constar que
eSltl movilidad
que
ha per
mitido el crecimiento ha sido
totalmertJe de.sasistida por la-
so
ciedad
que se
benefició de
ese· crecimiento.
»La
movilidad geográfica
esta afectando,
además, a la
di-stri•
bución
espacial de la población, de modo que
se están
presentando
unas
cuántas áreas supercongestionadas,
por un
lado, ·mientras que,
por
otro, se está asistiendo a
la despoblación de buena parte del
país. En el decenio 19Q_l-10 sólo dis-minuyeron su conting'ente
humano las provincias
de Logroño
y Zamora; en el die 1951-60 ya
íu6ron 18,
y en 1961-70
alcanzaron la cifra de 23. Es decir, cari
la
mitad de las
pro"incias españolas
están en despoblación.
El
panorama es aún más sobrecogedor si el cómputo se hace ,sobre
comarcas.»
De las conclusiones finales recogemos las tres primeras, que. proponen
remedio.s preventivos:
«l. Debe aplicarse una política regional efectiva, con toda
la descentralización económica, administrativa
y política que con
venga al
país, para
que en cada rincón puedan tomarse
decisiones
con la mayor independencia y autonomía posibles.
»2, Debe
procederáe a
una
división regional y comarcal que
sirva a los fines económicos,
administrativos y políticos, con el
fin de que en las comarcas, en las
provincias y en las regiones
puedan
desaITollarse el hombre y·
la
sncledad al enfrentarfos con
la solución de los problemas que les afectan.
»3. De-be
procederse. como
objetivo básico de política eco
nómica
y demográfica, a la urhanizaeión y a la creación de
puestos de empleo
''in situ", entendiendo por tal el realizado
dentro de los límites de la comarca, de la provincia o de la re
gión».
2. EL CAMPO, ANTE LOS PROBLEMAS MONETARIOS.
Este mismo e.s el título elle un artículo de BALANCE, n. 455 de 1 de
abril de 1973, fim,ado Labrador,
Notemo.s que en la inflación, como en el juego de la mona~ siempre
ha de haber alguien a quien .se coloca la carta fatídica; é.sta aquí con~
• 10~3
Fundaci\363n Speiro
siste-en el reSt.tltado de endosar a algún o a algunos sectores los efectos
más perjudiciales de Ja infl'f¾dón. Hoy los brujos de la economia tratan
de
.compatibilizar la expansión que produce toda inflación, en sus mo
mentos eufórico:,, con la estabilidad de los precios, en especial de los sec ...
tares básicos de los cuales el primero es el agrícola. Así se pretende hacer
indefinida
la euforia que se nota especial.mente en l.u grandes capital.es,
aunque paguen
los vidrios rotos los. que sufren fo congelación de sus
precios
de venta. Se trata de ni.velar así el precio medio estadístico contra,,
pesando
los que suben
sin ·cesar, entre
los
que se incluyen· los
que los
labrado'res deben pagar par sus com-pras. -Hubo épocas en que la tasa de
los predos se utilizaba a-éste fin -tal .vez se vuelva a ella, cuando ya
~ quepa otra solución,......,; pero_ hoy, en las naciones europeas, se recurre
con mayor eficacia a_ las importaciones de choqut>.
Pero veamos
lo más ~ienl:e de lo qlie -dice el artíci.tlo enunciado en
los
párrafos que transcribimos a continuación:
"
1054
«-Algunos creen que a los produc.tos agrarios que vengan
del exterior ~-del área
del dólar
concretamente-----debe dárseles la
bienvenida.
Aunque haya que echar por la horda a nuestra
agri
cultura~
Todo
sea· por el consumidor.»
«-Si
amenaza una
avalancha de
productQs
agrarios extranjeros
al
amparo de una política monetari8 internacional que el agricul
tor no acaba
de entender -porque, ~ realidad, es una minoría
la que entiende- a
~ie. debe extraiiar que el agricultor pida
que
se le
proteja
iµediante la aplicación de
algo que oyó alguna
vez y
.que es como ·una
barrera
.....-la arancelaria-
que frene a
la invasión.»
« ...
El país
más potente económicamente hablando -Estados
Uq.idos-, causante del confusionismo monetario
actual,
se pre
para, mediante un conjunto de disposiciones
de marcado carác
ter proteccionista
-..:...tal y
como lo
hizo, por
supuesto, en 1971-,
a defenderse ante la ventajosa· situación competitiva de los pro
ductos extranjeros. Nada más lógico que, el sector
agrario es
pañol, ante la posible riada
de productos
alimenticios norteame
ricanos
--o del área del dólar--- a bajo precio, pida, en legítima
defensa, detennin_adas
protecciones
· arancelarias.»
«Sin
embargo, todo esto, por lo visto -mejor, por lo
leído-:-,
no
cuenta. Porque sigue
diciéndosie que
el consumidor siempre
e.s el . más indefen.so».
Fundaci\363n Speiro
« ... Los· más de .. treint
nuestra querida, España
somos todmi, absolutamente
todos, con
sumidores. Precisamente por eso no acabo de entender la
frase.
Porque
pienso. que todos
consumimos de
todo. Productos del
campo
-alimentos-, frigoríficos,
automóviles,
zapatos,. tejidos,
muebles,
productos farmacéuticos o
electro-domésticos en
general.
Y servicios que van
desde el transporte 'll dentista,
pasando por
el fontanero. No importa el
orden. porque todos son igualmente
respetablés.
Lo que me resisto a
creei y
a aceptar
es ((ne cuando
se habla
de consumidores en general se
. pretenda aludir al que
compra un kilo de pimientos o
media docena
de
éhu.Ietas. Con
eumidoreis somos
todos.
Esos treirita y pfoo de millones. Ocurre
que cuando el médico
necesita los
·
OOrvicios de
un colega los
recibe gratis,
por(Jlle es
pri_ncipio de
buemi ética.
profesional. Y
que el pintor que precisa
retocar las goteras de su cocina las
pinta
y aquí
se acabó la
historia. Y del mismo modo
el agri
cultor que tiene su campo de
·.limones no
necesita
comprarlos
para
exprimirlos
sobre lo
que
sea. Pero
ese agricultor
necesita
b)do
lo
demás. Al
médico, al
fontanero,
al dentista, al_ transpor
tista. Y utiliza el telégrafo o el espectáculo. Y a
lo mejor -y si
se lo
permiten- se compra un transistor. El
más barato, -JM):r
supuesto.
Y casi se
me olvidaba,
tiene
que comprar y..-no
por
capricho-- un tractor,
'.l una cosechadora, o unos fertilizantes,. o
unos' plaguicidas,
y tantas y tantas
cos:i.s.
»¿A qué viene,
pues,
hablar del sector consumidor
¿Es que
se pretende haeer discriminaciones? ¿Es, que se quiere acorralar
al agricultor, dejándole en sus puros· huesos, para que no
pueda·
ser
consumidor de nada?
¿ Le conviene :1. la industria prescindir
de unos compradores en
potencia? Lo que ocurre es que no es
lo mismo escribir sobre algo desde 1in despacho reP'leto de cifras,
de coyunturas y de
esta-dístiéas1 que defenderse - desde el terruño
-desde el terruño de siempre, cargado de historia y con ilusiones
de
futuro-. El despacho es un laboratorio. Dos y dos son siempre
cuatro. Y luego,
eso de
las tendencias, y de las previsiones; y
de que si tú debes abandonar una profesión -precisamente la
agraria- que resulta
marginal. Pero
desde el terruño se ven las
cosas de
o·tro modo.
Hay raíces. Hay sudor. Hay hombres
curtidos
a
fuerza de sol y de nieve. Hay -callos en las manos porque no
los hay en el alma. Y así, de golpe y porrazo ..
¿todo por
la borda?
¿ Lo dice la ciencia económica? Pero también se ha dicho que
la economía está
al &ervicio de la política. Una aceión política
sometida al dictado de la economía --eon · teorías que, en todo
caso, son opinables-no
·tiene sentido.
Cual~er día
puede
de-
1055
Fundaci\363n Speiro
cidir que, dado que los hombres dejan de producir a determi
nado número de años -y que, teniendo en cuenta que las ju
bilaciones representan
una carga
para los contribuyentes en edad
de merecer~-, lo prudente y lo. rentable es que cada ciudadano
que
se precie
se haga
el «hara-kiri» a
los sesenta y
---cinco años.
~ .
«No queremos andar demasiado deprisa. Que, en fin de cuen
tas, el «plan
Mansholt» de
1968, con sus
drásticas medidas
de
reducción de la población campesina, se ha quedado para «vestir imágenes».
Nadie se
ha atrevido con él: incluso en
países fuerte
mente
industrializados, que podían
rccíhir los
brazos que viniesen
del campo. Pero
nuestra industria, ¿puOOe hacerlo?
¿No debe
prepararse para recibir a muchos
espafioles que
hoy trabajan
en el extranjero y que algún día
habrán de volver?»
3. ¿ TENDENCIA A DESTRUIR LA VIDA RURAL?
Quitando los interrogantes, que hemos puestb nosotros, este titulo co
rresponde al de una carta al director de "La Vangua11clia:", firmada -por
Augusto Assia y publicada el 30 de junio de 1973, en LA VANGUARDIA
ESPA~OLA, al que cOt'responden los párrafos siguierrtes:
!Ol&
«Me gustaría insistir en los temas de mis últimas dos cartas
sobre el
proyecto de la ley para concentrar en las ''cabeceras de
comarca" a
los
veterinarios-, una de_ ellas·; y la otra sobre el
''plan nacional
de
mer:cados de
ganados" con arreglo al cual
el
«actual
millar»
existente hoy en
España va
a ser reducido a unos
ciento cincuenta, o así. Centralizados en
las grandes
localidades y
ciudades. Los dos temas
son, de
hecho, uno solo; y eutre ambos
representan otra
manifestación de
la tendencia a extinguir la vida
rural, como incompatible con el
progreso, y
a centralizar sus
servicios.»
« ... ¿A qué reaponde el activo desvelo por destruir lo rural y
convertirnos en una sociedad de cemento armado? Como no res
ponda al pdncipio del
materialismo dialéctico
según el cual
1'la acumulación de cantidad acaba transformándose en calidad",
no es fácil averiguarlo ni discernir
lo que persiguen nuestros
tecnócratas Vaciando las aldeas y acumulando los
servicio·s, ex
traídos ·de ellas,
en
las urbes, con un trai:,va·se que,
por su ra
pidez, por
el procedimiento
con que
es llevado a cabo, sin
consultar
a nadie ni encomendarse a Dios ni al diablo, y por
Fundaci\363n Speiro
,,
la ligereza que lo preitide, no tiene quizá paralelo en el mundo
y, desde luego, su característica más notable es que marcha
a.
contrapelo del proceso que Europa pretende darse a sí misma.»
«... Sólo la semana pasada en Inglaterra (y al mismo tiempo que
era anunciado aquí el
propecto de
ley concentrando a los vete
rinarios) aparecía publicado por la imprenta del Gobierno el
proyecto de una ''real comisión" sobre la
dispersión de la btrro
cracia
desde Londres
al resto
del país.
»En el
proyecto, que, naturalmente,
entes de
ser llevado a
cabo tendrá
que pasar por las
horcas caudinas
del gabinete, la
Cámara de los
Comunes, la.
Cámara de
lo3 Lores, la discusión en
las universidades, en
los, sindicatos,
en
fa5 cámaras mercantiles
e industriales, en la prensa y en 11Hyde Park Comer", el pre
sidente
d~ la
comisión,
el lord Provost, sir Henry Hardman,
recomienda,
de$pués de
otras llevadas a
cabo ya
en los últimos
años, una
nueva dispersión, lo más
atomizada posible, de
oficinas
gubernamentales, departamentos
ministeriales y servicios desde
Londres
a ciudades provinciales,
pueihlos y
aldeas, lo cual afecta
a
30.000 de los 86.000 empleados públicos que quedan todavía
en
Londres.»
«Con ser terrible todos sus
efectos., el
peor
efectO de
la ex
tinción del mundo
rústico que está siendo
llevada a
cabo con
tanto
entusiasmo y activida-d, es que descarga sus dolores y sus
tribulaciones especialmente
sobre los
más pobres
y los más dé
biles y
que su
tendencia común
ea no sóÍo destruir
las
aldeas, .sino
destruir
las empresas
agrfoilas, industriales y mercantiles basadas
sobre
la tradición, la familia y
las circunstancias
naturales.»
«En Galicia concretamente no está
sólo actuando
contra los
pequeños labradores,
sino contra los
_Oficios y las industrias ru
rales.
En Duhra,
seis de
las nueve aserradurías que existían hace
tres años
han tenido que cerrar, mientras los obreros, incluso ]os
hijos de los
industriales, algw10s de
los cuales llévaban genera
ciones en el
oficio, se
han visto
(Jbligados a emigrar a
Alemania.
En cambio florecen
y prosperan las industrias y empresas que
pueden y saben beneficiarse de los créditos y las tendencias
ofi
cia-les~
aunque
muchas de
ellas, si
no la- mayoría, probablemente
sólo podrán vivir mientras
los créditos
las ayuden.
Muchos de
lo.s que
decretan
desde Madrid
e incluso
muchos de
los_ jerarcas
locales no parecen tener idea de lo que
es la vida rural,
de lo que es una
aldC'ft~ de
lo
(Jue en
]a esta-
1057
Fundaci\363n Speiro
bilidad de un país representa la aldea como la línea de retirada
no sólo espiritual,
sino vital
y económica, en caso de
·crisis, ni
parece
que les importe much
petjuicios o
el dolor que a
las aldeas
pueden
sedes infringidos,
o .la .pérdida de
8118 ame·
nidades.»
4. CoNCEPTO DEL CAM:PESINADO.
¿Qué es el cámpesinado?, ¿cuáleS son sus características?
Para
contestar a esta· pregunta nds viene-como anillo al dedo el ntú-
mero 58 de la revista EL PONT, pues contiene un arlíctilo de su cro-
nista A. Bladé i Desumvi:la, titulado CONCEP1'E DE LA PAGESIA, ~concepto
del -campesinado~ que exptica lo que inquirimos, y, por elfo, de él hemos
traducido del catalán los recortes que aqU'i ofrecemos:
1058
«Ante la pujanza, frecuentemellte de~'.:ruétora de las grandes
ej.udades y la prÍsa frenética -a menud? para no ir a ningún
lado---del hahitaO:te de las _urbe.a:, resulta adll1irahle la
fuerza
ética·
y de conservación social del _ campesinado, ]a, sensata calma
del
hombre del terrufio, su múltiple y diversa experiencia que
la convierten en una verdadera enciclopedia de conocimientos
prácticos.
·Hablamos refiriéndonos,
sobre todo, al
«payés» por
excelencia
que es
el" policultor
de huerta
y secano, de ribera y
ladera de montaña, tan entendido en el cultivo de hortalizas y
de
árboles frutales
como en el
cuidado de lás viñas,
del
al
mendro y el olivo, que además, stiele ser, prácticamente semi
carpintero,
semi á.lbañil, semestral,
semi
pescador, y
experto, casi
siempre, en toda
clase de astucias venatorias.
De
tal· modo
que
puede decirse, sin faltar a la verdad, que- constituye una familia o,
más- exactainent~ Una clase
de trabajadores difererite a todas las
demás,
por el
hecho de vivir en plena riaturaleza, o· sea, en con
tacto directo y cotidiano con
plantas y
animales, seres sensibles a
los que ha de
c-ui-dar, y
entre los frutos de
u'na tierra,
que tan
conocida le es, tan
faini..li-ar como
el propio· hogar, como la mujer
y los hijos, en
el trabajo y el dolor, pero también en los goces
secretos, en
la alegría · íntima y en la
es,peranza, inmortal
como la
tierra. Vive siempre
eu medio de
un mundo
reai concreto,
el más
"real y
concreto que
pueda existir. Un mundo. que el campesino co
noce a fondo,
palmó a
palmo, parcela
a· parcela,-
árbol por árbol,
como
c·oriOCe la 1.abor que ha de efectullr cllda día y lo que ha de
producirle
si, el tiempo ayuda, al cabo del ~ñO. Y aun cuando
casi siempre, por· simples razones
de -experiencia
y de. una ele-
Fundaci\363n Speiro
mental filosofía, se complazca en mostrarse pesimista, en: el fondo
no
lo. es
tanto como. parece.-
Tiene confianza en lo· que hace,
porque sabe que lo
sabe hacer,
·-
y en todo aquello que, razona
blemente puede·
prever» ... «viviendo como
vive absorto en
el
trabajo,
inmerso en la vida natural y, generalmente;
en el
ám
bito de una pequefía
pohlacióa, no.
tien'e
tiempo de
hus·car otros
horizontes ni, superfluo par~e decirlo, de forjar -suefios de re
dención ooléetiva. Otro trabajo tiene. El
·
campesino cree
en
aquello que· la vida le
ha demostrado que· es verdadero en la
práctica Y no hace apenas ca1:10 de las teorías si no van acom
pañadas
de ejemplos
reales o
comprobables,
:pues sabe que todo
lo
bueno
cuesta, y
que para
hacer&e · un árhO'l son
precisos años,
mientras que para· destruirlo
basta con
media· hora.
Ari, por
instin:io, en función a su trah.'!jo, del medio en
que vive, de
su
visión
pragmática del mundo,
es realista,
conservador y patriota
-aunque de
esto último,
a - veces no se
dé cuenta-. En
con
traste con otros estamentos,_
representa la
prudencia, el ahorro,
la
reserva y la continúidad de las generaciones que la civilización
industrial dispersa y tritura.»
« ... Es bien
sabido, por
otra parte, que la prosperidád de las
naciones
ha sido siempre un resul,tado dC: la riqueza agrícola que,
aún
hoy; es más importante y-
tiene más volumen
económico que
la
producción industrial
inc.Im10 -en los
pueblos más desarroHados
de la tierra. Porque, precisamente ·en esos pueblos es ·donde la
agricultora
ha aumentado su producción, desde hace unos veinte
años pará acá,
en
umi proporción que
pocas -industrias han lo
grado. No obstante
.lo cual, tti rina política universal y univer
salista no lo
remedia, cosa
_
dificil, ·o una guerra atómica no ex
termina la
humanidad, el
mayor problema de:l día de mañana,
de un mafíana
próximo, será
el de. la alimentit.ción, el de nutrir
las masas
famélicas ·en un
planeta
superpohlado. A
no ser, claro
está, que la providencia interven·ga.
$En todo caso, es
evidente que, hasta ahora, -los
gobiernos,
salvo
contada·s
exc-epciories, no
han
dispensado nunca
a los
agri
cultores
la
atención otorgada-a los otros
sectores
laboriosos, y
en
este sentido el campesino ha sido,· y -continúa siendo la ceni
cienta de la gran familia del trabajo, ya que incluso
quienes se
atribuyen
la
misión de r.edimir a los trabajad.ores, en el fondo
menosprecian
al campesinado
y le niegan el_ papel de motor
his
tórico
· y progresivo» ... «i;tor
éso no
debe
·soJÍ)~éll~eriíos que
_en
los Estados organizados
~n nombre de
la
dicladW:S del
pro,Ieta
riado, también los
campesinos sean menospreciados,
y que, en
Í059
Fundaci\363n Speiro
justa correspondencia, la agricultura colectivizada haya fracasado
hasta tal
punto que sólo parecerá inconcebible a quienes
todavÍ'll
no
han comprendido que
el hombre
rural pertenece a un mundo
que marcha
según unas
leyes
muy diferentes
de las que se apli
can a las
·oficinas y la11 fábricas. Por eso, también
la agricultura,
colectivizada o
no,
parece un
escándalo y un desafio a ojos
de ciertos dirigentes que
ae complacen
en ''organizarla" con la
pretensión de sujetarla a
-ms planes
y previsiones, prescindiendo
de la
realidad. Y
la realidad, en
esa materia,
quiere
deci,r el
viento
y la lluvia, las
heladas y las plagas, los infinitos caprichos
de la
metereología, que se burla
de los
planes, y
previsiones, e
induso, si
así le
place, del
propio campesino, que mucho reirse
es.
Porque lo
cierto es que con iguales superficies
semhradas~ o
plantadas,
con igual
cantidad· de cuidados, esfuerzo
y
sudor.es,
la fantasía de los elementos atmosféricos puede aumentar las co
sechas o
reducirlas a la nada.
Esto, que el campesino
más ig
naro
descubre por
si ·
so.Jo desde
que comienza a tener el
uso de
razón,
en cambio
m1ichos sabihondos
de
la política y de la eco
nomía no pueden llegar a entenderlo ni a la edad de, ochenta
años, obstinados en
no querer reconocer esta
simple y
clara
verdad; la
única fuerza
conocida hasta ahora, animadora y regu
ladora de la agricultura es la vo,luntad, es decir, el amor que el
campesino tiene
a la tierra que trabaja
y particularmente, si
esta tierra es la
euya, el
amor que le
éumerge en
el trabajo
día
tras
día,
con excepción de las
fi-estus mayores;
de que es capaz
de manejar la azada hasta que se le
ca~ de
las manos, por viejo,
y le hace
soportar todas -las inclemencius
y privaciones de una
vi-da arrastrada, pero que él con.Eri.,dera digna de ser vivida por
que estima
que ·nadie le
manda y tiene
siflmpre el
sentimiento
de vivir en libertad. Ya que por
ser campesino
-propietario
que
vive
de lo suyo, es el
ideal, porque
significa señorear un domi
nio y equivale por tanto a ser un
hombre libre-e.n el sentido
antiguo y moderno de la palabra. Mandar en su caso, organizar
el propio trabajo, confiar en
fas propias
fuerzas y
8dminis
trarlas lihrremente y
siempre persiguiendo un resultado mejor,
éste es el secreto del
ca:Dlpesinado y
de una manera de
ser que
no
pueden admitir los teorizantes de la organización
forZosa
del
estatismo a
ultranza.'->
Notemos que la propiedad personel y la experiencia enriquecida por
las transmitidas por las generaciones anteriores, son dos elementos básieosr
del campesina.do hoy puestos en entredicho por el socialismo, el "pro-
gresismo" y· la tecnocracia. Esto nos invita a repasar algunos recortes
1060
Fundaci\363n Speiro
que tocan estos temas. N atemos antes, de pasada, que contra la pro
piedad campesina, acechan
el sodalismo y el capital.ismo, aquél para
estatificarla
y éste para absorberla en grandes sociedades anónimas, más
b menos preparadas y Of'ganizadas tecnocráticamente.
5, EL PROBLEl'dA DE lA PROPIEDAD.
"EL APASIONANTE PROBLEMA DE 1A PROPIEDAD". es el título con el
que
Al/fon.so J1ll11CO, de la Academia Mejicana de la Lengua, ha publi--_
cado
en
la
tercera página de ABC de 17 de junio de 1973, un artículo
interesantísimo
del que recogemos los párrafos más salientes:
«La propiedad -la propiedad honrada, por supuesto- es
mi trabajo acunmlado. Si yo gano igual que otro y él disipa su
dinero
y yo lo ahO'l'rO para comprar una casa, aquella finca es
plenamente mía: es mi trabajo hecho casa.
Y puedo trasmitirla
a quien yo
quiera. Es
el premio
y el estímulo de mi sobriedad, -
de
mi ingenio, de
mi esfuerzo. «Tú eres dueño de tu trabajo
-exclama un fuerte pensador- porque tu trabajo es tu acti
vidad
y tu actividad eres tú, Quitarte el dominio de tu trabajo
seria quitarte
el donílnio de tu actividad, es decir, la posesión
de ti mismo, de lo que te hace un ser viviente y libre.»
»La
propiedad es derecho natural;
instinto entrañable del
hombre;
acicate del
trabajo
y del progreso; defensa de la hu
mana dignidad.
»Por eHO la ley divina estatuye la propiedad; y el eterno
decálogo
no sólo dice:
«No hurtarás»,
sino que penetra hasta
a las entrañas del deseo: «No codiciarás las cosas ajenas.»
»¿Cristo reprueba
la propiedad? No.
»Cristo no
vino a derogar la ley, sino a darle plenitud. Su
pensamiento se ve diáfano en la respuesta al joven que le pre
guntaba qué
debía hacer para alcanzar la vida eterna:
«Guarda
los mandamientos», le dice. Replica el joven que los h11 guardado
e
inquiere qué más le
falta. Jesú's contesta: «Si quieres ser
perfecto, anda y vende cuanto tienes, y dá-selo a los pobres, y
tendrás un tesoro en el cielo». (San Mateo, capítulo
XIX).»
»«Si quieres ser perfecto»: no es obligación, sino consejo,
»«Anda
y vende»: en vender está implicado el pleno derecho
de propiedad: vendo lo mío
.
»Después,
libremente,
daré el fruto
a ]os pobres, por estí
muloa ultraterre"Stres: «y tendrás
un
tesoro en
el cielo.»
»Pensamiento preciso,
claro, intergiver.sahle.»
• • •
1061
Fundaci\363n Speiro
1062
«Así lo
entendieron y lo practicaron, con hambre amorosa
de
perfooción,
los
cristianos
primeros:
»Toda
la
multitud de
-lós fieles
-dicen los Hechos
Apo:stó
lieos
en
el
cuarto
capítulo-------, tenía un mismo corazón y una
misma alma; ni había entre ellos quien considerase como suyo
lo que
pos'eía, sino
que
tenían: todas las cosas
en común ... No
había entre ellos persona
necesitad~ pues tOdos los
que tenían
posesiones
o casas, :vendifndolas traí_an el preci-, de ellas y lo
poníai:i,_
a los pies de Io_s ·Apóstole&9 el .eual despu~ ~e distribuía
según la necesidad de cada uno.»
»D"esasimi_ento no
forzoso,
.sino voluntario, c9tno en
_el quinto
capítulo se recalca en el caso de Ananías. Vendió
éste· un
campo,
retuvo falazmente
parte de
su -valor- y .trajo lo demás a
San Pedro; El Apóstol lo increpa: «Ananías, ¿cómo ha tentado
Satanás tu corazón para que- mintieses· al Espíritu Santo reteniendo
parte del precio de
ese campo? ¿ Quién te quitaba el- conservarlo?
Y
alinque lo hubieses- vendido, ·¿ no estaba su precio a tu dis
posición? Pues ¿
a
qué fin
has urdido en
tu corazón esta· trampa?
No
m~ntiste a
hombres, sino a Dios.»
»Subraya
Pedro el dereého de
propiedad, y no increpa a
Anamías por conservar
lo suyo, sino por mentir.»
«La Iglesia,
política engendradora durante
veinte siglos del
santo
comunismo voluntario en las Ordenes-
religiosas, ea adver•
saria
irreductible del comunismo .-forzoso
. y
universal. Lo com
batió en
las varias
sectas heréticas
que a través de los tiempos
lo proclamaron, y lo, combate en el s-istema qtle actualmente
revive,
con -ridícula pretensión
d~ . novedades,
aquellas vetusteces.
»¿Por qué?
...
»Porque lo que es adorable por amorosa elección, es abomi
nable por obligada violencia. Porque la quimera del
~omunismo
forzado
traería al
mundo· el despotismo más
afrentoso, los abusos
más irrefrenables, el
envilecimiento más
ruin. Porque la pro
piedad es
baluarte de
la libertad.
»Oigámosle_·de la
boca elocuente de Lacordaire:
«La sociedad,
se dice, será propietaria única del suelo y del
trabajo. Pero,
¿qné es la sociedad? . En apariencia es todo el
mundo ; en
realidad, cuando se trata
de
administración y
de go
bierno, es siempre un número de hombres
exclusivamente limi
tado.» »Que
la sociedad se llamP. monarquía,
aristocracia o
demo,
cracia, e8lá siempre
representada y conducida por dos o tres
hombres, a quienes el curso de las cosas humanas llama al poder
Fundaci\363n Speiro
y hace depositarios de .todos los. elementos sociales. A. los veinte
años
esto no
se
eree; a . los, cuarenta, ya
no se duda; se
sabe
que el gobierno positivo,_ a_ pesar de~ toda.s las combinaciones
imaginé:U)les, cae-
siempre en
mános de dos o
tres
hombres, y
que
muertos
_estos_: tres hombre&,' vienen--infaliblemente otroa
tres
y
así siempre. Se
sabe que, a cauea de
esto
mism:o, es
ne
cesario oponer
lU poder diques de una fuerza invencible, sin
los cuales se -abismaría la sociedad en una a~tocracia' tan es
tr.echa
que
no podría habitarse en la .tierra ni un-
cuar:to de hora.»
«Pues
hien: la propiedad es uno de esos diques~ una fuerza
invencihle ·comunicada.
al hombre, que
.. une.
su vida de un día
a
la, inmortalidad
de la
iierra, al poder del trabajo, y le permite
manten~rse en pif:'", las manos· sobre
el pecho y el .suelo
bajÓ sus
plantas.
Quitadle
el dominio de la -tierra y del trabajo, y ¿ qué
es
entonces,·. sino un esclavo?
Porque, no hay más que una
de
finieión
.del -~sclavo: el ser que
no tiene tierra ni
trabajos pro
pios. Transportad después ebte doble dominio
a la
sociedad, es
decir,
a algunos
ho-mhres que In gobiernan y" la representan: ¿qué
resta de
la patria sino la s·ervidumbre universal, el hambre y la
sed reglamentadas bajo la vara de dos o tres
quidams, la
bajeza
de todos bajo nn orgullo cuyo tipo, después · de t.antos orgullo~
no
puede ni siquiera imaginarse? El ciudadano no
se-rá más
que
el criado de la
república, y
ni
arm -podrá, sin crimen de alta
traición, "tomar sus dos brazos y marchara-e con ellos", como ha
dicho un hombre elocuente •.. »
»¿No está anticipada en· esta página, centenaria ya, la visión
de
la abyecta Rusia
holcheviBta, y del muro ~e Berlín, y
de -otros
paraísos que son
cárcele;s »
«El comunismo voluntario encuentra compensacfones supe·
riores,
haciendo al
hombre más
libre y
más r_ico · en la subli
midad
de su
desasimientO. Pero
el comuriismo forzoso consu
maría, escuetamente, un -doble atentado: arrebataría al
mismo
tiempo
la
propiedad y la
libertad.»
6. LA TRADICIÓN, ELEMEh'TO DE LA. SABIDURÍA CAMPESINA.
Finalizando las "Cartas desde la aldea", de Pepe Gil, EL PENSA
MIENTO NAVARRO del 31 de marzo de 1973 pubUcó la titulada
DIFERENCIAS DE COSTUMBRES ENTRE EL CAMPO y LA CIUDAD. que expone
asi el tema que hemos enunciado,:
« ... La Tradición es precisamente el elemento de la sabiduría
humana dentro de la historia y no
es compatible con estas· ca-
1063
Fundaci\363n Speiro
rac.terísticas de las costumbres ciudadanas modernas. Y la impo
sibilidad del diálogo se
hace: sangrante:
la
Tradición no
es in
movilismo, pero para quien sufre
de aceleración y vuela a 500
kilómetros hora, el que sólo anda a 100 está parado o se lo
parece. La Tradición
es evo lución, pero para quien sólo opera
con
saltos en el vacío sin orden resulta estática. La Tradición
es movimiento rítmico
y armónico, pero para quien no conoce
riim.o ni
armonía
semeja rutina.
La Tradición
es lógica~ pero
al que carece de tiempo de reflexión le aburre. La Tradición es
progreso, pero aquel que ya sólo es sen-sible al solo cambio por
el cambio· no · puede comprenderlo. La Tradición es escala de
valores, pero cómo
lo percibirá quien sólo sie gobierna por la
moda? La Tradición es realidad,
pero ¿cómo lo
entenderá quien
con
las prisas no puede pararse en detalles? (Y detalle acaba
siéndolo
todo
lo ·que no le interesa). La Tradición es estudio,
¿ pero lo ... aceptará quien se abruma en informaciones desorde
nadas? La Tradfoión enlaza el
pasado,
el presente -y el futuro,
. ¿ pero cómo lo podrá apreciar el que sólo vive un presente exis
tencial
desalienado? La Tradición es conocimiento
y sabiduría
con una suma
de conceptos elaros y concretos., pero ¿ cómo con
vencer de ello a
quien i:,e ha
acostumbrado a vivir de
ahstrae
ciones,
prescindiendo de los conceptos,
y sin llegar al verdadero -
abstracto que
se compone
de los universales?»
«Aquí tenemos en toda su oposición fundamental del campo
y la ciudad. El campo refugio último-de la Tradición, no puede
esperar de
la ciudad ni un ápice de comprensión. La ciudad in
mersa en el movimiento sin ritmo, acelerado y .subjetivo a las
modas, sólo puede
resiponder destructivamente
.a la interpelación
del campo y por ello habrá de autoconvencerse de que no ne
cesita
de
él. La armonía social queda rota sin remedio. El campo
no puede
cubrir sus
complementariedades en la ciudad que fundó
para este
meuester, y ésta a sru vez no puede encontrar otras fuen
tes de
savia nueva.»
IL EL SOCIALlSMO EN LA. URSS, VISTO POR SACHAROV
La segunda parte de estas ilustraciones no va a recoger: recortes de
artículos
de periódicos, sino una entrevista completa qtJ.e par su mlf>CJr~
tancia hemos considerado conveniente tradudr íntegramente. Titulada
UI?SS 1973, DECADENCIA, APATIA. CINISMO, contiene las mani
festaciones del científico ruso Sacharov, publicadas en el semanario ale~
mán
Der Spiegel, del 9 de julio de 1973. Merece la pena leerlas atentamente:
1064
Fundaci\363n Speiro
«El conocido sabio atómico soviético Sacharov es el portavoz
de
la oposición interior "en Rusia. Sin aquiescencia de las autori
dades, fundó un «COMITE me DEFENSA .DEL-OS DERECHOS
HU1\.1ANOS EN LA URSS», creado para criticar las persecuciones
y arbitrariedades
del Estado. En 1968, recomendó Sacharov el tra&
plante del socialismo democrático de Praga a la URSS, en un
Memorandum. Como persona distinguida por Stalin y como
miem
~o
de
la Academia de
Ciencias, cuyas ideas
contribuyeron
prin
cipalmente
al desarrollo de la
Bomba Atómica,
parecía Sacharov,
de cincuenta y dos afíos, a cubierto de persecuciones.
Desde hace
poco,
sin embargo,
fue perseguido
por la
KGB y amonestado. En
una entrevista de la
Televisión Sueca,
reproducida en Spiegel,
trató Sacharov sobre el destino de su
famHia, criticó el Régimen
del partido y la arbitraria potencia de
los funcionarios. Sus exigen
cias
fueron: Publicidad;
Libertad de
prensa; Democracia.
Pregunta.--¿ Qué
es el socialismo?
Sacharov.-Al principio, creía que era algo alcanzable, pero
pronto empecé a dudar si,
ett la realidad, era algo más que una
expresión formada
con _palabras vacías.
Prnpaganda para
ser uti
lizada en la política exterior y en la interior.
En este Estado, impresiona la íntima identificación de lo econó
mico
y lo político y, en el .poder, el extraordinario grado de mo
nopolización.
Se pue~e hablar, como Lenin en la postrevolución,
de Capitalismo de Estado, ya
que el Estado domina toda la
economía.
Y esto significa que el Sc,cialismo nada nuevo trae y que, en
realidad, la forma
extrema del desarrollo del
capitalismo, tal
como existe ya en los
'Estados Unidos y en otros países del mundo
Occ,idental, aun
cuando en nosotros adquiera un mayor
grado de
monopolio. Esto
no puede asombrarnos, por la razón de que nosotros te
nemos,
desde el
punto de
.,_-ista eualitativo, los mismos problemas
que los capitaliSll:as: criminalidad y alienación. Sólo que entre
nosotros se
extreman las
circunstancias: máxima fa:lta de libertad;
máximo condicionamiento
ideológico y, por encima· de todo, por
una
Soei'edad que
tiene la pretensión de
ser la
mejor de todas,
aun cuando, en
ningún caso, lo
sea.
P.-¿Cuál
es, a su juicio,
la
n1af-or deficiencia
de la sociedad
soviética?
S.-Posiblemente la
falta de libertad y la burocratización del
sistema de la soberanía desarrollada en forma harto irraciona•l
en la Administración, que sólo pretende sostener y extender el
1065
Fundaci\363n Speiro
1066
sistema más .allá
de los
ineon'\'enlenteS, de
las apariencias y de la
decencia. , He
. t~ido ya
ocas1on de
e.ecrib-ir
sobre esto
y
de·
IÍJ.anifestar a
todos los observadores. con
absoluta
claridad, que todo lo social, tal
como
se
presenta entre
nosbtros,
.
es más
bien superficial
que efectivo. Y e.sto es aplicable al sistema representativo
lo mismo
que
al .sistema
asistencial sanitario.
Los
()ccidentales dicen, con frecuencia:. Su sociedad· tiene de•
!ect_os, pero . en
todo cas_o disfrutan
ustedes de
atenciones sanita
rias gratuitas. Pero resulta,
en último ex-tremo,. que_ no es más
gratuito que en la mayoría de los
países occidentales
e incluso
resulta más·
caro, ya que
es de un nivel muy inferior por término
medio. En los
sistemas de
pccleccionamiento es
angmtioso encon
trarse
con situaciones de
mezquinda-d.
P.-¿
C_ree
usted que
la sociedad
soviética actual
es una
so~
ciedad de clases?
S.-La sociedad actual padec~ en
todo
caso, muchas defi.
ciencias
en
cuanto a
igllaldad. Es posibie qu~ no se pueda calificar de sociedad de clases, aunque tiene sus singularidades.
P.-¿Existen injusticias ad•1ertihles?
S.-Sí, en muchos aspectos. Por ejemplo, entre las poblaciones urbanas y campesinas: Los campesin0& de los Koljoses carecen
de sa:lvoeollducto y se encuen-µ-an ligados a sus lugares de resi
dencia, prácticamente,
a sus
Puestos· de
trabajo, que no pueden
abandonar salvo
en
el casó de
que
aus directores lo autoricen, lo
cual
sucede la
mayor parte de las veces.
Desigualdades existon entre
las
difCI"entes regiones y lugares_ Moscú y otras grandes
ciudades
Se ven
privilegiadas respecto de
lae
mercancías, en las, comodidades de la vida -cotidiana, en la
vida cultural,
etc. El sistema de sálvoeonductos sirve ·de funda
mento a
estas desigualdades. La mayoría resulta perjudicada.
P.-Andrej
Dimitrievic~ usted ha
afirmado de sí mismo
que -es un privilegiado.
S.-Sí, además,-
por concesión de la Ley, tropecé con pocas
dificultades; Antes-, fui un snpei,privilegiado, por el hecho de
trabajar- en la industria
bélica de
punta y
disfmté de
un nivel de
renta gigantesco~ desde el
punto de
vista soviético.
Premios, .. ,
P.-¿ Qué privilegios disfrutan los miembros del Partido, en
la
Uriión Soviéti.Ca?
S.-Son
grandes
sus privilegios
en especie: a
través del
sis
tema de sanatorios; en el sistema - de asistencia sanitaria. Inne
gables ·wntaj-as disfrutan, temhién, en cuanto a los puestos de
trabajo y las carreras.
TodoJ los
puestos directivos de
alguna·
Fundaci\363n Speiro
significación, tales como la dirección de fábricas, o los cargos
d~ ingenieros jefes, .son :;ólo alc.anza,bles. por_ los miembros del
partido, además de ser raros. ;Hay una
estrecha dependencia ~tre la. pertenencia
al partido,
el. puesto ocupado ,en las jerarquías del partido y los. puestos de
trabajo. Por otra parte, la política personal está .dominada por
una fuerte tradición, que
se ha
hecho comprensible ante sí
mis
ma:
una
pel"80na que
ocupa
un puesto directivo
que
abandona
es destinado a 9tro puesto \'.'.{lle -le asegura análogas
ventajas ma•
teriales. El s_istema de promoción depende de las
rela-eiones recíprocas
en
el seno .de
las jerarquías. Cada funcionario directivo está li
gado a un
grupo de ,personas que
lo siguen, en
sus .traslados,
de
estación en estación. Esto se ha convertido ya en una especie de
ley en el
sistema estartal Se_ ha provocado
así una especie de
agrup-Qciones, claramente
delimitadas y aisladas •.•
· Destacan
los
privilegios «no
ma-terialea». Se puede~ en co~secuencia, afirmar
.que
p~se~o~ unos partid05 que se ha apropiado d~l partido,
en
el sentido de Orwell.
Desde el punto de vista material, las gentes del Partido
disfrutan de diversas ventajas. Hay un sistema de recompensas,
sohrea, el
sistema
parece Y renace una vez y otra y no sé cómo
está en este momento. Tengo
la impresión .,?e qué ha ~obrado
nueva
vida.
Hay algunas
redes de
distribución en las que los -bienes son
mejores y los precios más
boratos. Por
.lo tanto, con el mismo
rublo, en
determinado almacén, se .puede obtener mejor contra
partida que
en otro.
La
rem.uneraeión nominal,
por
lo .tanto, poco
dice
en relación
con la verdadera
comperultción salarial.
RUPTURA DE CINCUENTA AÑOS DE AISLAMIENTO.
P .. -¿ Qué puede hacerse cqntra esto?
S.-Qué se
puede y qué se debe hacer son dos preguntas ·muy
düerentes.
Creo que es
im¡Josible, en
lo esencial, hacer cosa
alguna, ya que
el sistema tiene, por sí mismo, un gran peso.
Cuanto menos libre es un
sfatema, tanto
más conservador es.
P.-¿Pueden obtener
al~<Ún reeultado las
fuerzas
externas?
S.-No
es fácil determinar cuál puede
ser el peso dd mundo
exterior,
ni qué papel puede · desarrollar, en las reglas de juego
de nuestro país. lo que es de lamentar. Pero las cosas tienen otra
cara. Solamente
el hecho d~ haber
roto el aislamiento de
cin
cuenta
años puede, con el
tiempo, o_casionar
consecuencias posi
tivas.
Sin embargo, es muy difícil hacer profecías sobre cómo va
a
desarrollarse· todo.
Í067
Fundaci\363n Speiro
1069
Ante cualquier ayuda del exterior,_ debemos preguntarnos:
¿Procede
del propósito
de ayudarnos, o demanda una
capitulación,
un
servicio a intereses propios de Occidente en los que
sól~
desempeñaríamos
e1 papel de «paganos»?
P.-¿Pero, qué puede
hacerse con
las fuerzas interiores en
la URSS?
S.-En el interior de la Unión Soviética se desarrollan pro
cesos determinados,
aun
cuando no sean aparentes
y actúen
r,n
la sombra, y
no
sea posible
hacer
pl'ediociones sobre cambios
positivos.
Es de
comprender que
un Estado
tan grande como el
nuestro jamás puede tener
nna unidad absoluta y
lo que en él
acontece no puede
ser eompletamente
conocido,
por falta de
información y de contacto con los diferentes grupos de población.
Sabemos qu~ las
tendencias nacionalistas, en los territorios pe
riféricos de
nuestro pueblo, son muy fuertes, pero
es difícil
saber si,
en último
extremq, son positivos o negativos. Entre nos
otros, por ejemplo, en
Ukr11:ni-a, estas
tendencias
están en
estrecha
relación con las
aspiracion0s democráticas, lo mismo que
sucede
en el Báltico, donde las corrientes religiosas y nacionalistas son
consecuenrtes con las _ demandas
de democratización. En otras
partes, por el contrario, acaso no
suc6da así.
Sabemos muy poco,
en detalle. P.-Usted es muy escéptico. No obstante ...
S.-Soy escéptico
aute el socialismo. Encuentro que el so
dalismo, en el plano
teórico, nada nos ha aportado de nuevo,
en
lo económico.
Seguramente pueda descubrirse, ocasionalmente, una variante
positiva,
aun cuando en su conjunto, el desarrollo
de nuestro
Estado
tenga
más
aspectos d(•structivos que
positivos.
Lo positivo
se
refi'ere al aspecto general humano,
ciertamente: Este se hubiera
producido tamhién en
otras circunstancias
y no se trata un
me
recimiento
del -sistema.
En sí, y por sí, lo alcanzado· no es poco, pero, en nuestra si
tuación
-particular,
hay tantas luchas políticas, tantas
fuerzas per
turbador~ tantos
endurecimientos,
que, aparte de los frutos du
raderos, tenemos que advertir: decadencia, apatía y cinismo. Y de
ello podemos curarnos sólo con grandes
dificulta-des, o
acaso no
podamos. No es fácil profetizar,
desde el
interior, qué tendencias
adoptará
el desarrollo de
nuestra
economi-a. Desde
fuera,
acaso
sea
más
sencillo, pero deherfan mirarse las
cosas
sin prejuicios.
CHi'NA NO ES AGRESIVA.
P.-Usted duda, no obstante, sobre lo que es posible corregir en
Fundaci\363n Speiro
el sistema soviético. Sin embargo, s·e mantiene activo y claro
¿Cuál es la razón? S.-FJ hombre tiene la
necesidad, siempre,
de
sentir con
cla•
ridades sus ideales y de tener
collS'ciencia de
ellos, aun cuando
no manifieste una acción
dirip:ida a
su realización.
Si no hubiera
ideales, o esperanzM, nos
encontraríamos sin horizontes, en un
callejón sin salida. Nada sabemos,
pOr otra parte., sobre las
reales posibilidades
de una acción
comÜn de nuei;tro pueblo y el mundo exterior. Sin
indicar un par de señales de que, entre nosotros, no ·to-do va de
lo mejor, no es factible utilizar las posihiHdades puestas al mar
gen
y nadie sabrá, entonces, realmente., lo que sería necesario
modificar.
La cuestión es que la historia de nuestro pueblo debe servir
de advertencia
al
Mundo Occidental
y al Tercer_ Mundo, para
que puedan evitar
los defectos de desarrollo que nuestro país
ha padecido. Pero no se puede establecer la
consec'(J:eneia de
que las
e&pe•
ranzas
de
un hombre se funden en el hecho de que no puede
callar. Podría carecer de
esperanzas y, sin embargo, hablar, por
serle imposible guardar silencio. En casi todos los casos concretos
que llegan
a la prensa, nada puede
ya esperarse. Casi siempre, la
experiencia nos dice que, de los datos
concretcw,, nada
puede
resultar. P.-¿Qué es lo que
ust,e:d pretende?.
¿DesM llegar a
ser
socialmente
activo?
S.-Sí.
Mi oposición ideológica la he expuesto en el
Me
morán,dum y en los escritos posteriores, ante el Soviet Supremo.
Su
contenido puede
ser ahora, precisamente, comprobado.
El
«interrogante
chino» lo trató en un tono que hoy no podría usar,
acaso
ni siquiera trataría de
M, ya que no se me
alcanz:a la forma
en que se desarrollan nuestras
relaciones con
China, siendo mejor
guardar
silencio. Hoy
no
se advierte
en China agresividad en
parte alguna, aun cuando
tampoco la
haya
puesto de relieve en
mi
Memoránd~ limitándome
a aludir, en
forma global,
a una
«amenaz:a china».
China
está, sencillamente, en nn estadio de
desarrollo como
el que nuestro pueblo tenía anteriormente. China persigue,
anrte
todo,
una autoafirmación, interna y externa como algo necesario
para
asegurarse el
bienestar de
sus ciudadanos.
VARIACIONES PAULATINAS O VANDALISMO
P.-Usted opina que no procede reconocer merecimientos al
socialismo, en
la Unión Soviética.
¿ Cre·e que el hombre debe
1069
Fundaci\363n Speiro
1070
~ariar la . sociedad entera, o supone posible hacer algo por su
mejoramiento, dentro
del siitewa?
S.-Esta
pregunta es
muy difícil
de contestar para mí. No es
imaginable la
variación total
de una Sociedad, ya que debe
existir
un
nexo entre aquello
que era -y aquello ·que deviene. La,s varia
ciones
__ deben hacerse paso
a paso, ya que, de otra
mallera, se
provocaría
una conmoción
p1.,rturbadora como
la que nuestro
país experimentó, ya, por dos v-eces. _ Soy partidario de variaciones
evolutivas. P.-¿
Qúé es lo que debería hacerse antes que cualquier otra
cosa? S.-¿Qué
es lo que hay que hacer? A mi parecer, que nuestro
sistema· actual encuentre, dentro de sí mismo, la fuerza y no hacer
nada, o muy poco. Lo
qtie i,t•. necesita es superar la obsesión por
liquidar la
Sociedad.
P.-¿ Cómo es esto? S.-La estructura ideológica, que es esencialmente antidemocrá
tica, significa,
para el
Éstado, una profunda tragedia. El aislamiento
del exterior,
la renuncia al derecho a visitar otras tierras y a viajar
para volver a
casa, actuó
en un
s'°'ntido funesto sob!'e la vida d·e
aquí.
Es una
infinita tragedia, para todos, para
aquellos que desearían
liberarse de
loa condicioñamientos
personales o nacionales,
Jo mis
mo que
lo es para aquellos que permanecen en su tierra, ya que
una tierra que
no se puede dejar libremente, o a la que no se
puede volver,
d'ista de ser una tierra
valiosa.
Se convierte en una
unidad cerrada en la cual todos los
proce1ms se
desarrollan
e!1
una
forma muy diferente
que en
los sistemas
abierto-,.
P.~Ahora,
el
derecho· de viajar ...
S.-Sí,
es una condición muy
importante. Así como el derecho
a regresar. P.-¿ Qu_é
pasa, entonces?
S.-Entre
nosotros, la
vigilancia socialista
alcanza también a
las iniciativas personales,
donde pudieran
haberse desplegado,
incluso en
ámbitos
Como los
de la gran industria, donde el
dirigismo estatal
es recomendable. El hecho
de la restricción de
las iniciativas individuales, y de la libertad, actúa sobre el standard de vida en forma negativa
y la hace sencilla, tediosa
y melancólica, como lógicamente ténía que suceder.
NECESITAMOS ELECCIONES t;ENEPALES.
Ems circunstancias se producen, también, en cuanto a las
iniciativas personales, en
f'1 sectoi: del consumo, en el rendi-
Fundaci\363n Speiro
•
miento del trabajo, de la enseñanza, de l9s cu_idad:os sanitarios.
Todos
debieran experimentar reformas
pqsitivas por-lo menos
en cuanto a
reducir su exh·Ecma estructur_a monopolista
estatal.
El mon0:polio directivo del
Estado, a travé_s
del Partido,
ha alcan
zado, entre
nosotros", extreµa.os _que
llegan
ha_sta la dirección
misma, provocando, .],a • inefet"li.vidrul rectora. __ "
¿ Qué es lo que necesita entonces? MJÍ.4_. __ pnblicidad, más
apertura en
los
dato,s de la acción _ estatal. Evidentemente, el
sistema de un partido único es muy elástico. También, en un.a
organización socialista, es
poi.;:i.hle la existencia de_
un sistema de
partidos
múlni-piles. De
ello tenemos ejemplo en _diversas demo
cracias po·pulares, aun cuando
en forma
un tanto de parodia.
Necesitamos elecciones generales, sin un número excesivo de
candidatos, en
resumen,
unu serie de
medidas-, cada
wia de
las
cuales por sí
mis-roa no
es
efectiva, pero
que en conjunto podrían
quebrar el
_bloque monopolísttico. La
prensa debería ser refor
mada,
también, ya
que hoy están concebidos los periódicos de
tal manera que
se pierde
el valor de gran parte de sus infor
maciones. En el caso de que determinados hechos se convierten
en tema de las noticias de
prenea, se
trata de aquellos que ya
son conocidos y desfiguran, por lo demás, una correcta imagen
de la vida de nuestro pueblo. Por
lo que concierne a la intelectualidad, nada, absolutamente
nada pueda ser distorsionado.
EL papel de la lntelligentzija es
considerado en
forma
peyontiva por la Sociedad, sin sentido
alguno.
Los intelectuales carecen, materialmente, de acomodo y
en ninguna forma están mejor que los trabajadores manuales. Considerado en
absoluto, su
standard
de vida es, muy bajo, si
se
compara el de los países
del Mwi,do Occidental
que han al
canzado un grado similar de
desarrollo.
La
opresión, y la
lamentable situación
económica de
los in
telectuales,
implican también presiones ideológicas y
Crea una
atmósfera
anti-intelectual. Cuando son llamados, por
ejemplo; a
los
puestos
de profesorado~ no disfrutan de las atenciones que'
merecen.
La
atmósfera anti-intelectual
significa, también,
que
lo-s in,
telectuales
se ven
obligados a una especialización estricta o a
una doble vida, entre su
tr&bajo y su hogar.
Las
gentes inician,
en
su
ambiente laboral
y en el estrecho círculo de sus
amis~
tades,
su «-pensamiento» y,
al diferenciarse de aquél
se originan
hipocre·s:ías y, además, decadencias
tanto morales como
imagina
tivas. P8ra los
científicos que se ocupan de las ciencias del
espíritu
es peor
aún que para
los técnicos.
Tienen el sentimiento
' 1071
Fundaci\363n Speiro
1072
de encontrarse en una cámara de gas. La literatura, por ejemplo;
es
gris, oficial, «colosal», en . resum~ aburrida.
P.-¿No
ha ·temido usted~ en el CUl'tiO de este año, en el que
fue
tan activo, por su vida, o por su salud?
S.-No, no en particular, No 00 tenido miedo alguno por mí
miSmo. Pero cato obedece a unas particulares circunstancias, las
de que -yo había iniciado
tc,do desde
una posición muy elevada
en la Sociedad, en la que no hay motivo
para sentir
semejante
miedo. Ahora
estoy preocupado por una clase de presión que, en
ningún caso, recaería sobre mi, sino sobre mi famiHa y sobre
la de mi
mujer.
Esto es
lo peor
de todo cuanto
nos puede
acontecer. Tal
fue el caso de Weniamin Lewitec-h., cuyo hijo SU·
frió ya las consecuencias, lo cual pone de manifiesto cómo se
tratan aquí
estas cosas.
Fundaci\363n Speiro
l. LA DESPOBLAG!ON DEL CAMPO Y EL VBR.TIGINOSO CRE
CIMIENTO DE LAS AGLOMERACTONES URBANAS
Es un hecho que está a la vista de todos.
¿Cuál
es su causa?
¿Está prou0cad-O, consciente
o inconscienteme~, por quienes llevan las
riendas
del Estad.o
y concretamente p0r los que planifican el desarrollo?
_¿Favorece a detet'minadas corrientes politica:; masificadoras, socializwi-
tes. totalitarias?
¿Es una rrecesúlad. para
el des8!trollo de
la
producción que exige la
formación de la llamada "sociedad de co,isumo", manipulable por la pro,
pagartda, para la auJ la masa ciudadana resulta la materia más ad&
cuada?
¿Cuáles son los resultados sociológicos, las influencias idieológictNJ, les
consecuencias morales y las incidencias políticas,
a
corlo y largo plazo, de
todo
esto?
No vamos a contestar ahora estas preguntas inquietantes. Nos limi-
taremos simplemente a,qui
a insertar unos recortes de periódico referentes
al tema enunciado en el título de estas ilustraciones.
1, CRECIMIENTO, úESARROLW Y MOVILIDAD GEOGRÁFICA DE LA POBLACIÓN.
Tenemos en nuestras manos un:as páginas de Ya del 1 de julio de
1973;
en las que se t.ata. de esta cuestión en un articulo firmado por A. G.
Barbancho, con un título que afirma "CASI LA MITAD DE LAS PROVINCIAS
ESPA~OLAS ESTÁN
EN DESPOBLACIÓN
.. ' del que recorlainos algunos párrafos:
«Con gran frecuencia se suelen identificar los términos «des.
arrollo
económico» y
4'crecimiento económico». Este último,
o
sea el
crecimiento, se
refiere comúnmente al de las principales
magnitudes económicas, como
consumo, inversiones,
renta, etc.
Lipsey señala al efecto que «se ha dado a menudo gran impor
tancia a las
tasas de
crecimiento. Para
muchos países, conseguir
una
elevada
tasa de crecimiento reeulta un fin político importante».
Para
mí, el
crecimiento económico se centra en el hecho u
oh-
1051
Fundaci\363n Speiro
1052
jetivo de que ciertas magnitudes económicas cr6'.t.can por encima
-de una determinada tasa; cuando ello se logra, no
hay otra cosa
que hacer que echar las campanas al vuelo. Parece com.o si todo
el
interés estuviera
en
es,calar la
cumbre de las tasas de crecimiento,
ni más ni menos que
si se tratara de una competición deportiva
al uso. »Yo creo que
el· hombre y la sociedad que forma es algo más
serio que todo esto. No
_se trata
de batir
uingún absurdo récord;
se
tra:ta simplemente
de
c~mseguir que
ese hombre y esa capacidad
sean cada
vez mejores,
si es que este objetivo no es una
utopfa.
De
no serlo, casi todo
lo que hoy implica el crecimiento -auto·
móviles, .frigoríficos,
televisores, población denominada
universi
taria, etc.~ no
es
más que una cortina de humo o unos fuegos
artificiales que distraen a los hombres
'.le los
verdaderos proble
mas, que yacen enmascarados tras
ese telón
que parece
ser impene·
trable.
Con gran frecuencia repito a
mis alumnos y a quien me
quiere oír que todo economista que se·
olvide de que
la economía
es una ciencia social es un mal
economi1:fü1, es
un economista ta
rado. Nuestro
saber de
economistas, si
C;J que tenemos alguno,
debe ser
puesto al
servicio de
lo sociedad, y en este contexto todo
economista
sabe distinguir
entre creéimiento económico y
des
arrollo
económico. Del primero ya se ha hablado
más arriba.
Del
segundo he de decir que es la aportación de la economía al des
arrollo
de la
sociedad, o dicho de otro modo: es el desarrollo
social utilizando instrumentos
económicos.»
« ... El primer efecto de este crecimiento y desarrollo sea el
proceso de urbanización que viene de
fo mano
con la transfe
rencia de población
activa del
sector primario o agrario a los
otros dos
sectores».
«Aquella
transfereneia del sector primario a los otros dos
sectores origina una movilidad sectorial y geográfica de la pobla
ción. Los· dos tipos de movilidad son
iué.vitables, dada la fonna
en que se ha producido el cambio, El paso del sector agrario al
sector industrial implica usualmente
el paso _de lo rural ll; lo ur
bano.
Por ello puede decirse que es una
uÍO:pía preteDÍfe~. en
el
contexto actual, "llevar la ciudad al campo", como se ha dicho
y
escrito repetidas
veces-, si eon
esta frase ¡¡e intenta
llevar
_ al
mi
núsculo poblado la
parte proporcional de industria
y servicios
que le
correspondería en un reparto homogéneo por todo el
país de
las actividadeti que
en él existen.
»La movilidad geográfica que ha entrañado la movilidad
Sec
torial
se manifiesta claramente en esos seis millones
-un quinto
Fundaci\363n Speiro
de la población total- que han tenido que abandonar sus mu
nicipios de
odgen para
trasladarse a otros lugares.
El crecimiento
económico español ha tenido
un alto precio: el de esos seis mi
llones de seres que tuvieron que romper con sus costumbres y
tradiciones para insertarse en ambientes que no siempre · les fueron
propicios. Hay
.que hacer
constar que
eSltl movilidad
que
ha per
mitido el crecimiento ha sido
totalmertJe de.sasistida por la-
so
ciedad
que se
benefició de
ese· crecimiento.
»La
movilidad geográfica
esta afectando,
además, a la
di-stri•
bución
espacial de la población, de modo que
se están
presentando
unas
cuántas áreas supercongestionadas,
por un
lado, ·mientras que,
por
otro, se está asistiendo a
la despoblación de buena parte del
país. En el decenio 19Q_l-10 sólo dis-minuyeron su conting'ente
humano las provincias
de Logroño
y Zamora; en el die 1951-60 ya
íu6ron 18,
y en 1961-70
alcanzaron la cifra de 23. Es decir, cari
la
mitad de las
pro"incias españolas
están en despoblación.
El
panorama es aún más sobrecogedor si el cómputo se hace ,sobre
comarcas.»
De las conclusiones finales recogemos las tres primeras, que. proponen
remedio.s preventivos:
«l. Debe aplicarse una política regional efectiva, con toda
la descentralización económica, administrativa
y política que con
venga al
país, para
que en cada rincón puedan tomarse
decisiones
con la mayor independencia y autonomía posibles.
»2, Debe
procederáe a
una
división regional y comarcal que
sirva a los fines económicos,
administrativos y políticos, con el
fin de que en las comarcas, en las
provincias y en las regiones
puedan
desaITollarse el hombre y·
la
sncledad al enfrentarfos con
la solución de los problemas que les afectan.
»3. De-be
procederse. como
objetivo básico de política eco
nómica
y demográfica, a la urhanizaeión y a la creación de
puestos de empleo
''in situ", entendiendo por tal el realizado
dentro de los límites de la comarca, de la provincia o de la re
gión».
2. EL CAMPO, ANTE LOS PROBLEMAS MONETARIOS.
Este mismo e.s el título elle un artículo de BALANCE, n. 455 de 1 de
abril de 1973, fim,ado Labrador,
Notemo.s que en la inflación, como en el juego de la mona~ siempre
ha de haber alguien a quien .se coloca la carta fatídica; é.sta aquí con~
• 10~3
Fundaci\363n Speiro
siste-en el reSt.tltado de endosar a algún o a algunos sectores los efectos
más perjudiciales de Ja infl'f¾dón. Hoy los brujos de la economia tratan
de
.compatibilizar la expansión que produce toda inflación, en sus mo
mentos eufórico:,, con la estabilidad de los precios, en especial de los sec ...
tares básicos de los cuales el primero es el agrícola. Así se pretende hacer
indefinida
la euforia que se nota especial.mente en l.u grandes capital.es,
aunque paguen
los vidrios rotos los. que sufren fo congelación de sus
precios
de venta. Se trata de ni.velar así el precio medio estadístico contra,,
pesando
los que suben
sin ·cesar, entre
los
que se incluyen· los
que los
labrado'res deben pagar par sus com-pras. -Hubo épocas en que la tasa de
los predos se utilizaba a-éste fin -tal .vez se vuelva a ella, cuando ya
~ quepa otra solución,......,; pero_ hoy, en las naciones europeas, se recurre
con mayor eficacia a_ las importaciones de choqut>.
Pero veamos
lo más ~ienl:e de lo qlie -dice el artíci.tlo enunciado en
los
párrafos que transcribimos a continuación:
"
1054
«-Algunos creen que a los produc.tos agrarios que vengan
del exterior ~-del área
del dólar
concretamente-----debe dárseles la
bienvenida.
Aunque haya que echar por la horda a nuestra
agri
cultura~
Todo
sea· por el consumidor.»
«-Si
amenaza una
avalancha de
productQs
agrarios extranjeros
al
amparo de una política monetari8 internacional que el agricul
tor no acaba
de entender -porque, ~ realidad, es una minoría
la que entiende- a
~ie. debe extraiiar que el agricultor pida
que
se le
proteja
iµediante la aplicación de
algo que oyó alguna
vez y
.que es como ·una
barrera
.....-la arancelaria-
que frene a
la invasión.»
« ...
El país
más potente económicamente hablando -Estados
Uq.idos-, causante del confusionismo monetario
actual,
se pre
para, mediante un conjunto de disposiciones
de marcado carác
ter proteccionista
-..:...tal y
como lo
hizo, por
supuesto, en 1971-,
a defenderse ante la ventajosa· situación competitiva de los pro
ductos extranjeros. Nada más lógico que, el sector
agrario es
pañol, ante la posible riada
de productos
alimenticios norteame
ricanos
--o del área del dólar--- a bajo precio, pida, en legítima
defensa, detennin_adas
protecciones
· arancelarias.»
«Sin
embargo, todo esto, por lo visto -mejor, por lo
leído-:-,
no
cuenta. Porque sigue
diciéndosie que
el consumidor siempre
e.s el . más indefen.so».
Fundaci\363n Speiro
« ... Los· más de .. treint
somos todmi, absolutamente
todos, con
sumidores. Precisamente por eso no acabo de entender la
frase.
Porque
pienso. que todos
consumimos de
todo. Productos del
campo
-alimentos-, frigoríficos,
automóviles,
zapatos,. tejidos,
muebles,
productos farmacéuticos o
electro-domésticos en
general.
Y servicios que van
desde el transporte 'll dentista,
pasando por
el fontanero. No importa el
orden. porque todos son igualmente
respetablés.
Lo que me resisto a
creei y
a aceptar
es ((ne cuando
se habla
de consumidores en general se
. pretenda aludir al que
compra un kilo de pimientos o
media docena
de
éhu.Ietas. Con
eumidoreis somos
todos.
Esos treirita y pfoo de millones. Ocurre
que cuando el médico
necesita los
·
OOrvicios de
un colega los
recibe gratis,
por(Jlle es
pri_ncipio de
buemi ética.
profesional. Y
que el pintor que precisa
retocar las goteras de su cocina las
pinta
y aquí
se acabó la
historia. Y del mismo modo
el agri
cultor que tiene su campo de
·.limones no
necesita
comprarlos
para
exprimirlos
sobre lo
que
sea. Pero
ese agricultor
necesita
b)do
lo
demás. Al
médico, al
fontanero,
al dentista, al_ transpor
tista. Y utiliza el telégrafo o el espectáculo. Y a
lo mejor -y si
se lo
permiten- se compra un transistor. El
más barato, -JM):r
supuesto.
Y casi se
me olvidaba,
tiene
que comprar y..-no
por
capricho-- un tractor,
'.l una cosechadora, o unos fertilizantes,. o
unos' plaguicidas,
y tantas y tantas
cos:i.s.
»¿A qué viene,
pues,
hablar del sector consumidor
¿Es que
se pretende haeer discriminaciones? ¿Es, que se quiere acorralar
al agricultor, dejándole en sus puros· huesos, para que no
pueda·
ser
consumidor de nada?
¿ Le conviene :1. la industria prescindir
de unos compradores en
potencia? Lo que ocurre es que no es
lo mismo escribir sobre algo desde 1in despacho reP'leto de cifras,
de coyunturas y de
esta-dístiéas1 que defenderse - desde el terruño
-desde el terruño de siempre, cargado de historia y con ilusiones
de
futuro-. El despacho es un laboratorio. Dos y dos son siempre
cuatro. Y luego,
eso de
las tendencias, y de las previsiones; y
de que si tú debes abandonar una profesión -precisamente la
agraria- que resulta
marginal. Pero
desde el terruño se ven las
cosas de
o·tro modo.
Hay raíces. Hay sudor. Hay hombres
curtidos
a
fuerza de sol y de nieve. Hay -callos en las manos porque no
los hay en el alma. Y así, de golpe y porrazo ..
¿todo por
la borda?
¿ Lo dice la ciencia económica? Pero también se ha dicho que
la economía está
al &ervicio de la política. Una aceión política
sometida al dictado de la economía --eon · teorías que, en todo
caso, son opinables-no
·tiene sentido.
Cual~er día
puede
de-
1055
Fundaci\363n Speiro
cidir que, dado que los hombres dejan de producir a determi
nado número de años -y que, teniendo en cuenta que las ju
bilaciones representan
una carga
para los contribuyentes en edad
de merecer~-, lo prudente y lo. rentable es que cada ciudadano
que
se precie
se haga
el «hara-kiri» a
los sesenta y
---cinco años.
~ .
«No queremos andar demasiado deprisa. Que, en fin de cuen
tas, el «plan
Mansholt» de
1968, con sus
drásticas medidas
de
reducción de la población campesina, se ha quedado para «vestir imágenes».
Nadie se
ha atrevido con él: incluso en
países fuerte
mente
industrializados, que podían
rccíhir los
brazos que viniesen
del campo. Pero
nuestra industria, ¿puOOe hacerlo?
¿No debe
prepararse para recibir a muchos
espafioles que
hoy trabajan
en el extranjero y que algún día
habrán de volver?»
3. ¿ TENDENCIA A DESTRUIR LA VIDA RURAL?
Quitando los interrogantes, que hemos puestb nosotros, este titulo co
rresponde al de una carta al director de "La Vangua11clia:", firmada -por
Augusto Assia y publicada el 30 de junio de 1973, en LA VANGUARDIA
ESPA~OLA, al que cOt'responden los párrafos siguierrtes:
!Ol&
«Me gustaría insistir en los temas de mis últimas dos cartas
sobre el
proyecto de la ley para concentrar en las ''cabeceras de
comarca" a
los
veterinarios-, una de_ ellas·; y la otra sobre el
''plan nacional
de
mer:cados de
ganados" con arreglo al cual
el
«actual
millar»
existente hoy en
España va
a ser reducido a unos
ciento cincuenta, o así. Centralizados en
las grandes
localidades y
ciudades. Los dos temas
son, de
hecho, uno solo; y eutre ambos
representan otra
manifestación de
la tendencia a extinguir la vida
rural, como incompatible con el
progreso, y
a centralizar sus
servicios.»
« ... ¿A qué reaponde el activo desvelo por destruir lo rural y
convertirnos en una sociedad de cemento armado? Como no res
ponda al pdncipio del
materialismo dialéctico
según el cual
1'la acumulación de cantidad acaba transformándose en calidad",
no es fácil averiguarlo ni discernir
lo que persiguen nuestros
tecnócratas Vaciando las aldeas y acumulando los
servicio·s, ex
traídos ·de ellas,
en
las urbes, con un trai:,va·se que,
por su ra
pidez, por
el procedimiento
con que
es llevado a cabo, sin
consultar
a nadie ni encomendarse a Dios ni al diablo, y por
Fundaci\363n Speiro
,,
la ligereza que lo preitide, no tiene quizá paralelo en el mundo
y, desde luego, su característica más notable es que marcha
a.
contrapelo del proceso que Europa pretende darse a sí misma.»
«... Sólo la semana pasada en Inglaterra (y al mismo tiempo que
era anunciado aquí el
propecto de
ley concentrando a los vete
rinarios) aparecía publicado por la imprenta del Gobierno el
proyecto de una ''real comisión" sobre la
dispersión de la btrro
cracia
desde Londres
al resto
del país.
»En el
proyecto, que, naturalmente,
entes de
ser llevado a
cabo tendrá
que pasar por las
horcas caudinas
del gabinete, la
Cámara de los
Comunes, la.
Cámara de
lo3 Lores, la discusión en
las universidades, en
los, sindicatos,
en
fa5 cámaras mercantiles
e industriales, en la prensa y en 11Hyde Park Comer", el pre
sidente
d~ la
comisión,
el lord Provost, sir Henry Hardman,
recomienda,
de$pués de
otras llevadas a
cabo ya
en los últimos
años, una
nueva dispersión, lo más
atomizada posible, de
oficinas
gubernamentales, departamentos
ministeriales y servicios desde
Londres
a ciudades provinciales,
pueihlos y
aldeas, lo cual afecta
a
30.000 de los 86.000 empleados públicos que quedan todavía
en
Londres.»
«Con ser terrible todos sus
efectos., el
peor
efectO de
la ex
tinción del mundo
rústico que está siendo
llevada a
cabo con
tanto
entusiasmo y activida-d, es que descarga sus dolores y sus
tribulaciones especialmente
sobre los
más pobres
y los más dé
biles y
que su
tendencia común
ea no sóÍo destruir
las
aldeas, .sino
destruir
las empresas
agrfoilas, industriales y mercantiles basadas
sobre
la tradición, la familia y
las circunstancias
naturales.»
«En Galicia concretamente no está
sólo actuando
contra los
pequeños labradores,
sino contra los
_Oficios y las industrias ru
rales.
En Duhra,
seis de
las nueve aserradurías que existían hace
tres años
han tenido que cerrar, mientras los obreros, incluso ]os
hijos de los
industriales, algw10s de
los cuales llévaban genera
ciones en el
oficio, se
han visto
(Jbligados a emigrar a
Alemania.
En cambio florecen
y prosperan las industrias y empresas que
pueden y saben beneficiarse de los créditos y las tendencias
ofi
cia-les~
aunque
muchas de
ellas, si
no la- mayoría, probablemente
sólo podrán vivir mientras
los créditos
las ayuden.
Muchos de
lo.s que
decretan
desde Madrid
e incluso
muchos de
los_ jerarcas
locales no parecen tener idea de lo que
es la vida rural,
de lo que es una
aldC'ft~ de
lo
(Jue en
]a esta-
1057
Fundaci\363n Speiro
bilidad de un país representa la aldea como la línea de retirada
no sólo espiritual,
sino vital
y económica, en caso de
·crisis, ni
parece
que les importe much
el dolor que a
las aldeas
pueden
sedes infringidos,
o .la .pérdida de
8118 ame·
nidades.»
4. CoNCEPTO DEL CAM:PESINADO.
¿Qué es el cámpesinado?, ¿cuáleS son sus características?
Para
contestar a esta· pregunta nds viene-como anillo al dedo el ntú-
mero 58 de la revista EL PONT, pues contiene un arlíctilo de su cro-
nista A. Bladé i Desumvi:la, titulado CONCEP1'E DE LA PAGESIA, ~concepto
del -campesinado~ que exptica lo que inquirimos, y, por elfo, de él hemos
traducido del catalán los recortes que aqU'i ofrecemos:
1058
«Ante la pujanza, frecuentemellte de~'.:ruétora de las grandes
ej.udades y la prÍsa frenética -a menud? para no ir a ningún
lado---del hahitaO:te de las _urbe.a:, resulta adll1irahle la
fuerza
ética·
y de conservación social del _ campesinado, ]a, sensata calma
del
hombre del terrufio, su múltiple y diversa experiencia que
la convierten en una verdadera enciclopedia de conocimientos
prácticos.
·Hablamos refiriéndonos,
sobre todo, al
«payés» por
excelencia
que es
el" policultor
de huerta
y secano, de ribera y
ladera de montaña, tan entendido en el cultivo de hortalizas y
de
árboles frutales
como en el
cuidado de lás viñas,
del
al
mendro y el olivo, que además, stiele ser, prácticamente semi
carpintero,
semi á.lbañil, semestral,
semi
pescador, y
experto, casi
siempre, en toda
clase de astucias venatorias.
De
tal· modo
que
puede decirse, sin faltar a la verdad, que- constituye una familia o,
más- exactainent~ Una clase
de trabajadores difererite a todas las
demás,
por el
hecho de vivir en plena riaturaleza, o· sea, en con
tacto directo y cotidiano con
plantas y
animales, seres sensibles a
los que ha de
c-ui-dar, y
entre los frutos de
u'na tierra,
que tan
conocida le es, tan
faini..li-ar como
el propio· hogar, como la mujer
y los hijos, en
el trabajo y el dolor, pero también en los goces
secretos, en
la alegría · íntima y en la
es,peranza, inmortal
como la
tierra. Vive siempre
eu medio de
un mundo
reai concreto,
el más
"real y
concreto que
pueda existir. Un mundo. que el campesino co
noce a fondo,
palmó a
palmo, parcela
a· parcela,-
árbol por árbol,
como
c·oriOCe la 1.abor que ha de efectullr cllda día y lo que ha de
producirle
si, el tiempo ayuda, al cabo del ~ñO. Y aun cuando
casi siempre, por· simples razones
de -experiencia
y de. una ele-
Fundaci\363n Speiro
mental filosofía, se complazca en mostrarse pesimista, en: el fondo
no
lo. es
tanto como. parece.-
Tiene confianza en lo· que hace,
porque sabe que lo
sabe hacer,
·-
y en todo aquello que, razona
blemente puede·
prever» ... «viviendo como
vive absorto en
el
trabajo,
inmerso en la vida natural y, generalmente;
en el
ám
bito de una pequefía
pohlacióa, no.
tien'e
tiempo de
hus·car otros
horizontes ni, superfluo par~e decirlo, de forjar -suefios de re
dención ooléetiva. Otro trabajo tiene. El
·
campesino cree
en
aquello que· la vida le
ha demostrado que· es verdadero en la
práctica Y no hace apenas ca1:10 de las teorías si no van acom
pañadas
de ejemplos
reales o
comprobables,
:pues sabe que todo
lo
bueno
cuesta, y
que para
hacer&e · un árhO'l son
precisos años,
mientras que para· destruirlo
basta con
media· hora.
Ari, por
instin:io, en función a su trah.'!jo, del medio en
que vive, de
su
visión
pragmática del mundo,
es realista,
conservador y patriota
-aunque de
esto último,
a - veces no se
dé cuenta-. En
con
traste con otros estamentos,_
representa la
prudencia, el ahorro,
la
reserva y la continúidad de las generaciones que la civilización
industrial dispersa y tritura.»
« ... Es bien
sabido, por
otra parte, que la prosperidád de las
naciones
ha sido siempre un resul,tado dC: la riqueza agrícola que,
aún
hoy; es más importante y-
tiene más volumen
económico que
la
producción industrial
inc.Im10 -en los
pueblos más desarroHados
de la tierra. Porque, precisamente ·en esos pueblos es ·donde la
agricultora
ha aumentado su producción, desde hace unos veinte
años pará acá,
en
umi proporción que
pocas -industrias han lo
grado. No obstante
.lo cual, tti rina política universal y univer
salista no lo
remedia, cosa
_
dificil, ·o una guerra atómica no ex
termina la
humanidad, el
mayor problema de:l día de mañana,
de un mafíana
próximo, será
el de. la alimentit.ción, el de nutrir
las masas
famélicas ·en un
planeta
superpohlado. A
no ser, claro
está, que la providencia interven·ga.
$En todo caso, es
evidente que, hasta ahora, -los
gobiernos,
salvo
contada·s
exc-epciories, no
han
dispensado nunca
a los
agri
cultores
la
atención otorgada-a los otros
sectores
laboriosos, y
en
este sentido el campesino ha sido,· y -continúa siendo la ceni
cienta de la gran familia del trabajo, ya que incluso
quienes se
atribuyen
la
misión de r.edimir a los trabajad.ores, en el fondo
menosprecian
al campesinado
y le niegan el_ papel de motor
his
tórico
· y progresivo» ... «i;tor
éso no
debe
·soJÍ)~éll~eriíos que
_en
los Estados organizados
~n nombre de
la
dicladW:S del
pro,Ieta
riado, también los
campesinos sean menospreciados,
y que, en
Í059
Fundaci\363n Speiro
justa correspondencia, la agricultura colectivizada haya fracasado
hasta tal
punto que sólo parecerá inconcebible a quienes
todavÍ'll
no
han comprendido que
el hombre
rural pertenece a un mundo
que marcha
según unas
leyes
muy diferentes
de las que se apli
can a las
·oficinas y la11 fábricas. Por eso, también
la agricultura,
colectivizada o
no,
parece un
escándalo y un desafio a ojos
de ciertos dirigentes que
ae complacen
en ''organizarla" con la
pretensión de sujetarla a
-ms planes
y previsiones, prescindiendo
de la
realidad. Y
la realidad, en
esa materia,
quiere
deci,r el
viento
y la lluvia, las
heladas y las plagas, los infinitos caprichos
de la
metereología, que se burla
de los
planes, y
previsiones, e
induso, si
así le
place, del
propio campesino, que mucho reirse
es.
Porque lo
cierto es que con iguales superficies
semhradas~ o
plantadas,
con igual
cantidad· de cuidados, esfuerzo
y
sudor.es,
la fantasía de los elementos atmosféricos puede aumentar las co
sechas o
reducirlas a la nada.
Esto, que el campesino
más ig
naro
descubre por
si ·
so.Jo desde
que comienza a tener el
uso de
razón,
en cambio
m1ichos sabihondos
de
la política y de la eco
nomía no pueden llegar a entenderlo ni a la edad de, ochenta
años, obstinados en
no querer reconocer esta
simple y
clara
verdad; la
única fuerza
conocida hasta ahora, animadora y regu
ladora de la agricultura es la vo,luntad, es decir, el amor que el
campesino tiene
a la tierra que trabaja
y particularmente, si
esta tierra es la
euya, el
amor que le
éumerge en
el trabajo
día
tras
día,
con excepción de las
fi-estus mayores;
de que es capaz
de manejar la azada hasta que se le
ca~ de
las manos, por viejo,
y le hace
soportar todas -las inclemencius
y privaciones de una
vi-da arrastrada, pero que él con.Eri.,dera digna de ser vivida por
que estima
que ·nadie le
manda y tiene
siflmpre el
sentimiento
de vivir en libertad. Ya que por
ser campesino
-propietario
que
vive
de lo suyo, es el
ideal, porque
significa señorear un domi
nio y equivale por tanto a ser un
hombre libre-e.n el sentido
antiguo y moderno de la palabra. Mandar en su caso, organizar
el propio trabajo, confiar en
fas propias
fuerzas y
8dminis
trarlas lihrremente y
siempre persiguiendo un resultado mejor,
éste es el secreto del
ca:Dlpesinado y
de una manera de
ser que
no
pueden admitir los teorizantes de la organización
forZosa
del
estatismo a
ultranza.'->
Notemos que la propiedad personel y la experiencia enriquecida por
las transmitidas por las generaciones anteriores, son dos elementos básieosr
del campesina.do hoy puestos en entredicho por el socialismo, el "pro-
gresismo" y· la tecnocracia. Esto nos invita a repasar algunos recortes
1060
Fundaci\363n Speiro
que tocan estos temas. N atemos antes, de pasada, que contra la pro
piedad campesina, acechan
el sodalismo y el capital.ismo, aquél para
estatificarla
y éste para absorberla en grandes sociedades anónimas, más
b menos preparadas y Of'ganizadas tecnocráticamente.
5, EL PROBLEl'dA DE lA PROPIEDAD.
"EL APASIONANTE PROBLEMA DE 1A PROPIEDAD". es el título con el
que
Al/fon.so J1ll11CO, de la Academia Mejicana de la Lengua, ha publi--_
cado
en
la
tercera página de ABC de 17 de junio de 1973, un artículo
interesantísimo
del que recogemos los párrafos más salientes:
«La propiedad -la propiedad honrada, por supuesto- es
mi trabajo acunmlado. Si yo gano igual que otro y él disipa su
dinero
y yo lo ahO'l'rO para comprar una casa, aquella finca es
plenamente mía: es mi trabajo hecho casa.
Y puedo trasmitirla
a quien yo
quiera. Es
el premio
y el estímulo de mi sobriedad, -
de
mi ingenio, de
mi esfuerzo. «Tú eres dueño de tu trabajo
-exclama un fuerte pensador- porque tu trabajo es tu acti
vidad
y tu actividad eres tú, Quitarte el dominio de tu trabajo
seria quitarte
el donílnio de tu actividad, es decir, la posesión
de ti mismo, de lo que te hace un ser viviente y libre.»
»La
propiedad es derecho natural;
instinto entrañable del
hombre;
acicate del
trabajo
y del progreso; defensa de la hu
mana dignidad.
»Por eHO la ley divina estatuye la propiedad; y el eterno
decálogo
no sólo dice:
«No hurtarás»,
sino que penetra hasta
a las entrañas del deseo: «No codiciarás las cosas ajenas.»
»¿Cristo reprueba
la propiedad? No.
»Cristo no
vino a derogar la ley, sino a darle plenitud. Su
pensamiento se ve diáfano en la respuesta al joven que le pre
guntaba qué
debía hacer para alcanzar la vida eterna:
«Guarda
los mandamientos», le dice. Replica el joven que los h11 guardado
e
inquiere qué más le
falta. Jesú's contesta: «Si quieres ser
perfecto, anda y vende cuanto tienes, y dá-selo a los pobres, y
tendrás un tesoro en el cielo». (San Mateo, capítulo
XIX).»
»«Si quieres ser perfecto»: no es obligación, sino consejo,
»«Anda
y vende»: en vender está implicado el pleno derecho
de propiedad: vendo lo mío
.
»Después,
libremente,
daré el fruto
a ]os pobres, por estí
muloa ultraterre"Stres: «y tendrás
un
tesoro en
el cielo.»
»Pensamiento preciso,
claro, intergiver.sahle.»
• • •
1061
Fundaci\363n Speiro
1062
«Así lo
entendieron y lo practicaron, con hambre amorosa
de
perfooción,
los
cristianos
primeros:
»Toda
la
multitud de
-lós fieles
-dicen los Hechos
Apo:stó
lieos
en
el
cuarto
capítulo-------, tenía un mismo corazón y una
misma alma; ni había entre ellos quien considerase como suyo
lo que
pos'eía, sino
que
tenían: todas las cosas
en común ... No
había entre ellos persona
necesitad~ pues tOdos los
que tenían
posesiones
o casas, :vendifndolas traí_an el preci-, de ellas y lo
poníai:i,_
a los pies de Io_s ·Apóstole&9 el .eual despu~ ~e distribuía
según la necesidad de cada uno.»
»D"esasimi_ento no
forzoso,
.sino voluntario, c9tno en
_el quinto
capítulo se recalca en el caso de Ananías. Vendió
éste· un
campo,
retuvo falazmente
parte de
su -valor- y .trajo lo demás a
San Pedro; El Apóstol lo increpa: «Ananías, ¿cómo ha tentado
Satanás tu corazón para que- mintieses· al Espíritu Santo reteniendo
parte del precio de
ese campo? ¿ Quién te quitaba el- conservarlo?
Y
alinque lo hubieses- vendido, ·¿ no estaba su precio a tu dis
posición? Pues ¿
a
qué fin
has urdido en
tu corazón esta· trampa?
No
m~ntiste a
hombres, sino a Dios.»
»Subraya
Pedro el dereého de
propiedad, y no increpa a
Anamías por conservar
lo suyo, sino por mentir.»
«La Iglesia,
política engendradora durante
veinte siglos del
santo
comunismo voluntario en las Ordenes-
religiosas, ea adver•
saria
irreductible del comunismo .-forzoso
. y
universal. Lo com
batió en
las varias
sectas heréticas
que a través de los tiempos
lo proclamaron, y lo, combate en el s-istema qtle actualmente
revive,
con -ridícula pretensión
d~ . novedades,
aquellas vetusteces.
»¿Por qué?
...
»Porque lo que es adorable por amorosa elección, es abomi
nable por obligada violencia. Porque la quimera del
~omunismo
forzado
traería al
mundo· el despotismo más
afrentoso, los abusos
más irrefrenables, el
envilecimiento más
ruin. Porque la pro
piedad es
baluarte de
la libertad.
»Oigámosle_·de la
boca elocuente de Lacordaire:
«La sociedad,
se dice, será propietaria única del suelo y del
trabajo. Pero,
¿qné es la sociedad? . En apariencia es todo el
mundo ; en
realidad, cuando se trata
de
administración y
de go
bierno, es siempre un número de hombres
exclusivamente limi
tado.» »Que
la sociedad se llamP. monarquía,
aristocracia o
demo,
cracia, e8lá siempre
representada y conducida por dos o tres
hombres, a quienes el curso de las cosas humanas llama al poder
Fundaci\363n Speiro
y hace depositarios de .todos los. elementos sociales. A. los veinte
años
esto no
se
eree; a . los, cuarenta, ya
no se duda; se
sabe
que el gobierno positivo,_ a_ pesar de~ toda.s las combinaciones
imaginé:U)les, cae-
siempre en
mános de dos o
tres
hombres, y
que
muertos
_estos_: tres hombre&,' vienen--infaliblemente otroa
tres
y
así siempre. Se
sabe que, a cauea de
esto
mism:o, es
ne
cesario oponer
lU poder diques de una fuerza invencible, sin
los cuales se -abismaría la sociedad en una a~tocracia' tan es
tr.echa
que
no podría habitarse en la .tierra ni un-
cuar:to de hora.»
«Pues
hien: la propiedad es uno de esos diques~ una fuerza
invencihle ·comunicada.
al hombre, que
.. une.
su vida de un día
a
la, inmortalidad
de la
iierra, al poder del trabajo, y le permite
manten~rse en pif:'", las manos· sobre
el pecho y el .suelo
bajÓ sus
plantas.
Quitadle
el dominio de la -tierra y del trabajo, y ¿ qué
es
entonces,·. sino un esclavo?
Porque, no hay más que una
de
finieión
.del -~sclavo: el ser que
no tiene tierra ni
trabajos pro
pios. Transportad después ebte doble dominio
a la
sociedad, es
decir,
a algunos
ho-mhres que In gobiernan y" la representan: ¿qué
resta de
la patria sino la s·ervidumbre universal, el hambre y la
sed reglamentadas bajo la vara de dos o tres
quidams, la
bajeza
de todos bajo nn orgullo cuyo tipo, después · de t.antos orgullo~
no
puede ni siquiera imaginarse? El ciudadano no
se-rá más
que
el criado de la
república, y
ni
arm -podrá, sin crimen de alta
traición, "tomar sus dos brazos y marchara-e con ellos", como ha
dicho un hombre elocuente •.. »
»¿No está anticipada en· esta página, centenaria ya, la visión
de
la abyecta Rusia
holcheviBta, y del muro ~e Berlín, y
de -otros
paraísos que son
cárcele;s »
«El comunismo voluntario encuentra compensacfones supe·
riores,
haciendo al
hombre más
libre y
más r_ico · en la subli
midad
de su
desasimientO. Pero
el comuriismo forzoso consu
maría, escuetamente, un -doble atentado: arrebataría al
mismo
tiempo
la
propiedad y la
libertad.»
6. LA TRADICIÓN, ELEMEh'TO DE LA. SABIDURÍA CAMPESINA.
Finalizando las "Cartas desde la aldea", de Pepe Gil, EL PENSA
MIENTO NAVARRO del 31 de marzo de 1973 pubUcó la titulada
DIFERENCIAS DE COSTUMBRES ENTRE EL CAMPO y LA CIUDAD. que expone
asi el tema que hemos enunciado,:
« ... La Tradición es precisamente el elemento de la sabiduría
humana dentro de la historia y no
es compatible con estas· ca-
1063
Fundaci\363n Speiro
rac.terísticas de las costumbres ciudadanas modernas. Y la impo
sibilidad del diálogo se
hace: sangrante:
la
Tradición no
es in
movilismo, pero para quien sufre
de aceleración y vuela a 500
kilómetros hora, el que sólo anda a 100 está parado o se lo
parece. La Tradición
es evo lución, pero para quien sólo opera
con
saltos en el vacío sin orden resulta estática. La Tradición
es movimiento rítmico
y armónico, pero para quien no conoce
riim.o ni
armonía
semeja rutina.
La Tradición
es lógica~ pero
al que carece de tiempo de reflexión le aburre. La Tradición es
progreso, pero aquel que ya sólo es sen-sible al solo cambio por
el cambio· no · puede comprenderlo. La Tradición es escala de
valores, pero cómo
lo percibirá quien sólo sie gobierna por la
moda? La Tradición es realidad,
pero ¿cómo lo
entenderá quien
con
las prisas no puede pararse en detalles? (Y detalle acaba
siéndolo
todo
lo ·que no le interesa). La Tradición es estudio,
¿ pero lo ... aceptará quien se abruma en informaciones desorde
nadas? La Tradfoión enlaza el
pasado,
el presente -y el futuro,
. ¿ pero cómo lo podrá apreciar el que sólo vive un presente exis
tencial
desalienado? La Tradición es conocimiento
y sabiduría
con una suma
de conceptos elaros y concretos., pero ¿ cómo con
vencer de ello a
quien i:,e ha
acostumbrado a vivir de
ahstrae
ciones,
prescindiendo de los conceptos,
y sin llegar al verdadero -
abstracto que
se compone
de los universales?»
«Aquí tenemos en toda su oposición fundamental del campo
y la ciudad. El campo refugio último-de la Tradición, no puede
esperar de
la ciudad ni un ápice de comprensión. La ciudad in
mersa en el movimiento sin ritmo, acelerado y .subjetivo a las
modas, sólo puede
resiponder destructivamente
.a la interpelación
del campo y por ello habrá de autoconvencerse de que no ne
cesita
de
él. La armonía social queda rota sin remedio. El campo
no puede
cubrir sus
complementariedades en la ciudad que fundó
para este
meuester, y ésta a sru vez no puede encontrar otras fuen
tes de
savia nueva.»
IL EL SOCIALlSMO EN LA. URSS, VISTO POR SACHAROV
La segunda parte de estas ilustraciones no va a recoger: recortes de
artículos
de periódicos, sino una entrevista completa qtJ.e par su mlf>CJr~
tancia hemos considerado conveniente tradudr íntegramente. Titulada
UI?SS 1973, DECADENCIA, APATIA. CINISMO, contiene las mani
festaciones del científico ruso Sacharov, publicadas en el semanario ale~
mán
Der Spiegel, del 9 de julio de 1973. Merece la pena leerlas atentamente:
1064
Fundaci\363n Speiro
«El conocido sabio atómico soviético Sacharov es el portavoz
de
la oposición interior "en Rusia. Sin aquiescencia de las autori
dades, fundó un «COMITE me DEFENSA .DEL-OS DERECHOS
HU1\.1ANOS EN LA URSS», creado para criticar las persecuciones
y arbitrariedades
del Estado. En 1968, recomendó Sacharov el tra&
plante del socialismo democrático de Praga a la URSS, en un
Memorandum. Como persona distinguida por Stalin y como
miem
~o
de
la Academia de
Ciencias, cuyas ideas
contribuyeron
prin
cipalmente
al desarrollo de la
Bomba Atómica,
parecía Sacharov,
de cincuenta y dos afíos, a cubierto de persecuciones.
Desde hace
poco,
sin embargo,
fue perseguido
por la
KGB y amonestado. En
una entrevista de la
Televisión Sueca,
reproducida en Spiegel,
trató Sacharov sobre el destino de su
famHia, criticó el Régimen
del partido y la arbitraria potencia de
los funcionarios. Sus exigen
cias
fueron: Publicidad;
Libertad de
prensa; Democracia.
Pregunta.--¿ Qué
es el socialismo?
Sacharov.-Al principio, creía que era algo alcanzable, pero
pronto empecé a dudar si,
ett la realidad, era algo más que una
expresión formada
con _palabras vacías.
Prnpaganda para
ser uti
lizada en la política exterior y en la interior.
En este Estado, impresiona la íntima identificación de lo econó
mico
y lo político y, en el .poder, el extraordinario grado de mo
nopolización.
Se pue~e hablar, como Lenin en la postrevolución,
de Capitalismo de Estado, ya
que el Estado domina toda la
economía.
Y esto significa que el Sc,cialismo nada nuevo trae y que, en
realidad, la forma
extrema del desarrollo del
capitalismo, tal
como existe ya en los
'Estados Unidos y en otros países del mundo
Occ,idental, aun
cuando en nosotros adquiera un mayor
grado de
monopolio. Esto
no puede asombrarnos, por la razón de que nosotros te
nemos,
desde el
punto de
.,_-ista eualitativo, los mismos problemas
que los capitaliSll:as: criminalidad y alienación. Sólo que entre
nosotros se
extreman las
circunstancias: máxima fa:lta de libertad;
máximo condicionamiento
ideológico y, por encima· de todo, por
una
Soei'edad que
tiene la pretensión de
ser la
mejor de todas,
aun cuando, en
ningún caso, lo
sea.
P.-¿Cuál
es, a su juicio,
la
n1af-or deficiencia
de la sociedad
soviética?
S.-Posiblemente la
falta de libertad y la burocratización del
sistema de la soberanía desarrollada en forma harto irraciona•l
en la Administración, que sólo pretende sostener y extender el
1065
Fundaci\363n Speiro
1066
sistema más .allá
de los
ineon'\'enlenteS, de
las apariencias y de la
decencia. , He
. t~ido ya
ocas1on de
e.ecrib-ir
sobre esto
y
de·
IÍJ.anifestar a
todos los observadores. con
absoluta
claridad, que todo lo social, tal
como
se
presenta entre
nosbtros,
.
es más
bien superficial
que efectivo. Y e.sto es aplicable al sistema representativo
lo mismo
que
al .sistema
asistencial sanitario.
Los
()ccidentales dicen, con frecuencia:. Su sociedad· tiene de•
!ect_os, pero . en
todo cas_o disfrutan
ustedes de
atenciones sanita
rias gratuitas. Pero resulta,
en último ex-tremo,. que_ no es más
gratuito que en la mayoría de los
países occidentales
e incluso
resulta más·
caro, ya que
es de un nivel muy inferior por término
medio. En los
sistemas de
pccleccionamiento es
angmtioso encon
trarse
con situaciones de
mezquinda-d.
P.-¿
C_ree
usted que
la sociedad
soviética actual
es una
so~
ciedad de clases?
S.-La sociedad actual padec~ en
todo
caso, muchas defi.
ciencias
en
cuanto a
igllaldad. Es posibie qu~ no se pueda calificar de sociedad de clases, aunque tiene sus singularidades.
P.-¿Existen injusticias ad•1ertihles?
S.-Sí, en muchos aspectos. Por ejemplo, entre las poblaciones urbanas y campesinas: Los campesin0& de los Koljoses carecen
de sa:lvoeollducto y se encuen-µ-an ligados a sus lugares de resi
dencia, prácticamente,
a sus
Puestos· de
trabajo, que no pueden
abandonar salvo
en
el casó de
que
aus directores lo autoricen, lo
cual
sucede la
mayor parte de las veces.
Desigualdades existon entre
las
difCI"entes regiones y lugares_ Moscú y otras grandes
ciudades
Se ven
privilegiadas respecto de
lae
mercancías, en las, comodidades de la vida -cotidiana, en la
vida cultural,
etc. El sistema de sálvoeonductos sirve ·de funda
mento a
estas desigualdades. La mayoría resulta perjudicada.
P.-Andrej
Dimitrievic~ usted ha
afirmado de sí mismo
que -es un privilegiado.
S.-Sí, además,-
por concesión de la Ley, tropecé con pocas
dificultades; Antes-, fui un snpei,privilegiado, por el hecho de
trabajar- en la industria
bélica de
punta y
disfmté de
un nivel de
renta gigantesco~ desde el
punto de
vista soviético.
Premios, .. ,
P.-¿ Qué privilegios disfrutan los miembros del Partido, en
la
Uriión Soviéti.Ca?
S.-Son
grandes
sus privilegios
en especie: a
través del
sis
tema de sanatorios; en el sistema - de asistencia sanitaria. Inne
gables ·wntaj-as disfrutan, temhién, en cuanto a los puestos de
trabajo y las carreras.
TodoJ los
puestos directivos de
alguna·
Fundaci\363n Speiro
significación, tales como la dirección de fábricas, o los cargos
d~ ingenieros jefes, .son :;ólo alc.anza,bles. por_ los miembros del
partido, además de ser raros. ;Hay una
estrecha dependencia ~tre la. pertenencia
al partido,
el. puesto ocupado ,en las jerarquías del partido y los. puestos de
trabajo. Por otra parte, la política personal está .dominada por
una fuerte tradición, que
se ha
hecho comprensible ante sí
mis
ma:
una
pel"80na que
ocupa
un puesto directivo
que
abandona
es destinado a 9tro puesto \'.'.{lle -le asegura análogas
ventajas ma•
teriales. El s_istema de promoción depende de las
rela-eiones recíprocas
en
el seno .de
las jerarquías. Cada funcionario directivo está li
gado a un
grupo de ,personas que
lo siguen, en
sus .traslados,
de
estación en estación. Esto se ha convertido ya en una especie de
ley en el
sistema estartal Se_ ha provocado
así una especie de
agrup-Qciones, claramente
delimitadas y aisladas •.•
· Destacan
los
privilegios «no
ma-terialea». Se puede~ en co~secuencia, afirmar
.que
p~se~o~ unos partid05 que se ha apropiado d~l partido,
en
el sentido de Orwell.
Desde el punto de vista material, las gentes del Partido
disfrutan de diversas ventajas. Hay un sistema de recompensas,
sohrea, el
sistema
parece Y renace una vez y otra y no sé cómo
está en este momento. Tengo
la impresión .,?e qué ha ~obrado
nueva
vida.
Hay algunas
redes de
distribución en las que los -bienes son
mejores y los precios más
boratos. Por
.lo tanto, con el mismo
rublo, en
determinado almacén, se .puede obtener mejor contra
partida que
en otro.
La
rem.uneraeión nominal,
por
lo .tanto, poco
dice
en relación
con la verdadera
comperultción salarial.
RUPTURA DE CINCUENTA AÑOS DE AISLAMIENTO.
P .. -¿ Qué puede hacerse cqntra esto?
S.-Qué se
puede y qué se debe hacer son dos preguntas ·muy
düerentes.
Creo que es
im¡Josible, en
lo esencial, hacer cosa
alguna, ya que
el sistema tiene, por sí mismo, un gran peso.
Cuanto menos libre es un
sfatema, tanto
más conservador es.
P.-¿Pueden obtener
al~<Ún reeultado las
fuerzas
externas?
S.-No
es fácil determinar cuál puede
ser el peso dd mundo
exterior,
ni qué papel puede · desarrollar, en las reglas de juego
de nuestro país. lo que es de lamentar. Pero las cosas tienen otra
cara. Solamente
el hecho d~ haber
roto el aislamiento de
cin
cuenta
años puede, con el
tiempo, o_casionar
consecuencias posi
tivas.
Sin embargo, es muy difícil hacer profecías sobre cómo va
a
desarrollarse· todo.
Í067
Fundaci\363n Speiro
1069
Ante cualquier ayuda del exterior,_ debemos preguntarnos:
¿Procede
del propósito
de ayudarnos, o demanda una
capitulación,
un
servicio a intereses propios de Occidente en los que
sól~
desempeñaríamos
e1 papel de «paganos»?
P.-¿Pero, qué puede
hacerse con
las fuerzas interiores en
la URSS?
S.-En el interior de la Unión Soviética se desarrollan pro
cesos determinados,
aun
cuando no sean aparentes
y actúen
r,n
la sombra, y
no
sea posible
hacer
pl'ediociones sobre cambios
positivos.
Es de
comprender que
un Estado
tan grande como el
nuestro jamás puede tener
nna unidad absoluta y
lo que en él
acontece no puede
ser eompletamente
conocido,
por falta de
información y de contacto con los diferentes grupos de población.
Sabemos qu~ las
tendencias nacionalistas, en los territorios pe
riféricos de
nuestro pueblo, son muy fuertes, pero
es difícil
saber si,
en último
extremq, son positivos o negativos. Entre nos
otros, por ejemplo, en
Ukr11:ni-a, estas
tendencias
están en
estrecha
relación con las
aspiracion0s democráticas, lo mismo que
sucede
en el Báltico, donde las corrientes religiosas y nacionalistas son
consecuenrtes con las _ demandas
de democratización. En otras
partes, por el contrario, acaso no
suc6da así.
Sabemos muy poco,
en detalle. P.-Usted es muy escéptico. No obstante ...
S.-Soy escéptico
aute el socialismo. Encuentro que el so
dalismo, en el plano
teórico, nada nos ha aportado de nuevo,
en
lo económico.
Seguramente pueda descubrirse, ocasionalmente, una variante
positiva,
aun cuando en su conjunto, el desarrollo
de nuestro
Estado
tenga
más
aspectos d(•structivos que
positivos.
Lo positivo
se
refi'ere al aspecto general humano,
ciertamente: Este se hubiera
producido tamhién en
otras circunstancias
y no se trata un
me
recimiento
del -sistema.
En sí, y por sí, lo alcanzado· no es poco, pero, en nuestra si
tuación
-particular,
hay tantas luchas políticas, tantas
fuerzas per
turbador~ tantos
endurecimientos,
que, aparte de los frutos du
raderos, tenemos que advertir: decadencia, apatía y cinismo. Y de
ello podemos curarnos sólo con grandes
dificulta-des, o
acaso no
podamos. No es fácil profetizar,
desde el
interior, qué tendencias
adoptará
el desarrollo de
nuestra
economi-a. Desde
fuera,
acaso
sea
más
sencillo, pero deherfan mirarse las
cosas
sin prejuicios.
CHi'NA NO ES AGRESIVA.
P.-Usted duda, no obstante, sobre lo que es posible corregir en
Fundaci\363n Speiro
el sistema soviético. Sin embargo, s·e mantiene activo y claro
¿Cuál es la razón? S.-FJ hombre tiene la
necesidad, siempre,
de
sentir con
cla•
ridades sus ideales y de tener
collS'ciencia de
ellos, aun cuando
no manifieste una acción
dirip:ida a
su realización.
Si no hubiera
ideales, o esperanzM, nos
encontraríamos sin horizontes, en un
callejón sin salida. Nada sabemos,
pOr otra parte., sobre las
reales posibilidades
de una acción
comÜn de nuei;tro pueblo y el mundo exterior. Sin
indicar un par de señales de que, entre nosotros, no ·to-do va de
lo mejor, no es factible utilizar las posihiHdades puestas al mar
gen
y nadie sabrá, entonces, realmente., lo que sería necesario
modificar.
La cuestión es que la historia de nuestro pueblo debe servir
de advertencia
al
Mundo Occidental
y al Tercer_ Mundo, para
que puedan evitar
los defectos de desarrollo que nuestro país
ha padecido. Pero no se puede establecer la
consec'(J:eneia de
que las
e&pe•
ranzas
de
un hombre se funden en el hecho de que no puede
callar. Podría carecer de
esperanzas y, sin embargo, hablar, por
serle imposible guardar silencio. En casi todos los casos concretos
que llegan
a la prensa, nada puede
ya esperarse. Casi siempre, la
experiencia nos dice que, de los datos
concretcw,, nada
puede
resultar. P.-¿Qué es lo que
ust,e:d pretende?.
¿DesM llegar a
ser
socialmente
activo?
S.-Sí.
Mi oposición ideológica la he expuesto en el
Me
morán,dum y en los escritos posteriores, ante el Soviet Supremo.
Su
contenido puede
ser ahora, precisamente, comprobado.
El
«interrogante
chino» lo trató en un tono que hoy no podría usar,
acaso
ni siquiera trataría de
M, ya que no se me
alcanz:a la forma
en que se desarrollan nuestras
relaciones con
China, siendo mejor
guardar
silencio. Hoy
no
se advierte
en China agresividad en
parte alguna, aun cuando
tampoco la
haya
puesto de relieve en
mi
Memoránd~ limitándome
a aludir, en
forma global,
a una
«amenaz:a china».
China
está, sencillamente, en nn estadio de
desarrollo como
el que nuestro pueblo tenía anteriormente. China persigue,
anrte
todo,
una autoafirmación, interna y externa como algo necesario
para
asegurarse el
bienestar de
sus ciudadanos.
VARIACIONES PAULATINAS O VANDALISMO
P.-Usted opina que no procede reconocer merecimientos al
socialismo, en
la Unión Soviética.
¿ Cre·e que el hombre debe
1069
Fundaci\363n Speiro
1070
~ariar la . sociedad entera, o supone posible hacer algo por su
mejoramiento, dentro
del siitewa?
S.-Esta
pregunta es
muy difícil
de contestar para mí. No es
imaginable la
variación total
de una Sociedad, ya que debe
existir
un
nexo entre aquello
que era -y aquello ·que deviene. La,s varia
ciones
__ deben hacerse paso
a paso, ya que, de otra
mallera, se
provocaría
una conmoción
p1.,rturbadora como
la que nuestro
país experimentó, ya, por dos v-eces. _ Soy partidario de variaciones
evolutivas. P.-¿
Qúé es lo que debería hacerse antes que cualquier otra
cosa? S.-¿Qué
es lo que hay que hacer? A mi parecer, que nuestro
sistema· actual encuentre, dentro de sí mismo, la fuerza y no hacer
nada, o muy poco. Lo
qtie i,t•. necesita es superar la obsesión por
liquidar la
Sociedad.
P.-¿ Cómo es esto? S.-La estructura ideológica, que es esencialmente antidemocrá
tica, significa,
para el
Éstado, una profunda tragedia. El aislamiento
del exterior,
la renuncia al derecho a visitar otras tierras y a viajar
para volver a
casa, actuó
en un
s'°'ntido funesto sob!'e la vida d·e
aquí.
Es una
infinita tragedia, para todos, para
aquellos que desearían
liberarse de
loa condicioñamientos
personales o nacionales,
Jo mis
mo que
lo es para aquellos que permanecen en su tierra, ya que
una tierra que
no se puede dejar libremente, o a la que no se
puede volver,
d'ista de ser una tierra
valiosa.
Se convierte en una
unidad cerrada en la cual todos los
proce1ms se
desarrollan
e!1
una
forma muy diferente
que en
los sistemas
abierto-,.
P.~Ahora,
el
derecho· de viajar ...
S.-Sí,
es una condición muy
importante. Así como el derecho
a regresar. P.-¿ Qu_é
pasa, entonces?
S.-Entre
nosotros, la
vigilancia socialista
alcanza también a
las iniciativas personales,
donde pudieran
haberse desplegado,
incluso en
ámbitos
Como los
de la gran industria, donde el
dirigismo estatal
es recomendable. El hecho
de la restricción de
las iniciativas individuales, y de la libertad, actúa sobre el standard de vida en forma negativa
y la hace sencilla, tediosa
y melancólica, como lógicamente ténía que suceder.
NECESITAMOS ELECCIONES t;ENEPALES.
Ems circunstancias se producen, también, en cuanto a las
iniciativas personales, en
f'1 sectoi: del consumo, en el rendi-
Fundaci\363n Speiro
•
miento del trabajo, de la enseñanza, de l9s cu_idad:os sanitarios.
Todos
debieran experimentar reformas
pqsitivas por-lo menos
en cuanto a
reducir su exh·Ecma estructur_a monopolista
estatal.
El mon0:polio directivo del
Estado, a travé_s
del Partido,
ha alcan
zado, entre
nosotros", extreµa.os _que
llegan
ha_sta la dirección
misma, provocando, .],a • inefet"li.vidrul rectora. __ "
¿ Qué es lo que necesita entonces? MJÍ.4_. __ pnblicidad, más
apertura en
los
dato,s de la acción _ estatal. Evidentemente, el
sistema de un partido único es muy elástico. También, en un.a
organización socialista, es
poi.;:i.hle la existencia de_
un sistema de
partidos
múlni-piles. De
ello tenemos ejemplo en _diversas demo
cracias po·pulares, aun cuando
en forma
un tanto de parodia.
Necesitamos elecciones generales, sin un número excesivo de
candidatos, en
resumen,
unu serie de
medidas-, cada
wia de
las
cuales por sí
mis-roa no
es
efectiva, pero
que en conjunto podrían
quebrar el
_bloque monopolísttico. La
prensa debería ser refor
mada,
también, ya
que hoy están concebidos los periódicos de
tal manera que
se pierde
el valor de gran parte de sus infor
maciones. En el caso de que determinados hechos se convierten
en tema de las noticias de
prenea, se
trata de aquellos que ya
son conocidos y desfiguran, por lo demás, una correcta imagen
de la vida de nuestro pueblo. Por
lo que concierne a la intelectualidad, nada, absolutamente
nada pueda ser distorsionado.
EL papel de la lntelligentzija es
considerado en
forma
peyontiva por la Sociedad, sin sentido
alguno.
Los intelectuales carecen, materialmente, de acomodo y
en ninguna forma están mejor que los trabajadores manuales. Considerado en
absoluto, su
standard
de vida es, muy bajo, si
se
compara el de los países
del Mwi,do Occidental
que han al
canzado un grado similar de
desarrollo.
La
opresión, y la
lamentable situación
económica de
los in
telectuales,
implican también presiones ideológicas y
Crea una
atmósfera
anti-intelectual. Cuando son llamados, por
ejemplo; a
los
puestos
de profesorado~ no disfrutan de las atenciones que'
merecen.
La
atmósfera anti-intelectual
significa, también,
que
lo-s in,
telectuales
se ven
obligados a una especialización estricta o a
una doble vida, entre su
tr&bajo y su hogar.
Las
gentes inician,
en
su
ambiente laboral
y en el estrecho círculo de sus
amis~
tades,
su «-pensamiento» y,
al diferenciarse de aquél
se originan
hipocre·s:ías y, además, decadencias
tanto morales como
imagina
tivas. P8ra los
científicos que se ocupan de las ciencias del
espíritu
es peor
aún que para
los técnicos.
Tienen el sentimiento
' 1071
Fundaci\363n Speiro
1072
de encontrarse en una cámara de gas. La literatura, por ejemplo;
es
gris, oficial, «colosal», en . resum~ aburrida.
P.-¿No
ha ·temido usted~ en el CUl'tiO de este año, en el que
fue
tan activo, por su vida, o por su salud?
S.-No, no en particular, No 00 tenido miedo alguno por mí
miSmo. Pero cato obedece a unas particulares circunstancias, las
de que -yo había iniciado
tc,do desde
una posición muy elevada
en la Sociedad, en la que no hay motivo
para sentir
semejante
miedo. Ahora
estoy preocupado por una clase de presión que, en
ningún caso, recaería sobre mi, sino sobre mi famiHa y sobre
la de mi
mujer.
Esto es
lo peor
de todo cuanto
nos puede
acontecer. Tal
fue el caso de Weniamin Lewitec-h., cuyo hijo SU·
frió ya las consecuencias, lo cual pone de manifiesto cómo se
tratan aquí
estas cosas.
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