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Número 121-122

Serie XIII

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La escalonada marxistización de la teología

LA ESCALONADA MARXISTIZACION DE LA TEOLOGIA
POR
MIGUEL PoRADOWSKI
LA INFLUENCIA DEL MARXISMO SOBRE LA TEOLOGIA CONTEMPORANEA
Introducción.
Con profundo dolor, y hasta. con espanto, observamos cómo ac­
tualmente las ideas erróneas y enemigas del cristiarúsmo penetran
en el ambi~te católico e incluso están asimiladas por la teología.
Parece que, entre
ellas, hoy

por hoy, goza del mayor éxito
el mar­
xismo. Con sorpresa, y casi de repente, constatamos que un conside­
rable porcentaje del clero
y de laicos piensa con las categorías del
inarxismo
y· que el márxismo penetró dentro de la Iglesia, envene­
nando su pensamiento, la Teología,
}' su-sentir, la Liturgia.
En él piesente attículo nos vamos a ocupar, de manera muy
suniaria, sólo dé la influ"enéia del ~xismo sobre la teología con­
temporánea, limitándOnos · exclusivamente a indicar el mismo hecho,
es decir, a constatar dónde y cómo esta influencia se manifiesta, sin
ninguna pretensión de hacer un análisis teológico de
la misma, pues
ésto
ya

es el
a.Sunto de

otro tipo de trabajo, que no cabe dentro de
un artíClllo dé Carácter ·excru.Sivainente illÍorinativÓ.
La finalidad, _pu_es_, del presente ártíc_ulO es práctica, es decir," del
carácter
pastoral
y no teórica, ciendfica~.-Se trata de despertar la
atención de los pastores a fin de prevenirlos contra el peligro· que
para la pureza de la Fe, quiero decir del dogma, presentan los nume­
rosos trabajos teológicos, y especialmente los seudoteológicos, de los
autores que se encuentran bajo
una clara y evidente influencia del
pensamiento marxista, en el más estricto sentido de la palabra, es
decir, bajo la influencia del
diamat (el materialismo dialéctico) y del
SI
Fundaci\363n Speiro

MIGUEL PARADOWSKI
materialismo histórico, y especialmente bajo la influencia de la doc­
trina marxista sobre la revolución y de la visión marxista de una
ideal sociedad socialista del futuro.
Esta influencia, cosa curiosa, se manifiesta casi exclusivamente
en los países libres, es decir,· no dominados todavía por los marxistas,
con
la excepción de Checoeslovaquia, donde también es muy fuerte,
especialmente entre los teólogos protestantes, de los cuales pasa a
los católicos. Pero para las ideas, teorías, doctrinas
y pensamientos
no existen las fronteras
y "cortinas de hierro" y lo que hoy día pu­
lula en los países libres, con facilidad puede mañana penetrar
tam­
bién a los países esclavizados por el marxismo, más aún si las auto­
ridades políticas de estos países así lo desean. Es algo increíble que
una influencia de este tipo pueda existir, pero, desgraciadamente,
los hechos lo confirman.
La influencia del marxismo sobre el pensamiento cristiano es
doble: teórica y práctica, sobre la Teología (1) y sobre. la pastoral,
pues esta última está basada sobre la primera. Se trata de una in­
fluencia

muy fuerte (pero quizás será de poca duración); no se trata
de un fenómeno marginal, sino, al contrario, se trata de un fenó­
meno típico. En
toda la América Latina es un fenómeno dominante;
en los Estados Unidos y en el Canadá es bastante fuerte; en Europa
es distinto en cada país: en Francia es muy dinámico pero poco eficiente, pues se pierde en el caos general que caracteriza al pen­
samiento cristiano en
este país actualmente; en España (2) es muy
(1) No se trata aquí solamente de la Teología en el estricto sentido de
la pálabra y de cómo es presentada esta ciencia durante los siglos; pues bajo el
nombre de «teología» publícanse actualmente muchísimos trabajos que poco
o nada tienen que ver con la Teología tradicional, siendo estos trabajos, en
la mayoría de los casos, unos superficiales ensayos periodísticos o declara­
ciones de carácter político, Como ejemplo puede servir el grueso volumen
de Giuseppe Vaccari, «Teología della
--Riv_gluzione», 1971,

publicado por la
editorial del comunista Feltrinelli.
{2) Un gran porcentaje de los sacerdotes que salen desde España a
Amé­
rica Litina, constituyen los fanáticos marxistas-leninistas En un Congreso de
estos sacerdotes marxistas, que tuvo lugar en Madrid ( en El Escorial), en
julio de 1972, participaron más de 400 delegados de los países de América
Latina.
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LA MARXISTIZACION DE LA TEOLOGIA
peligroso, pero ya provocó una fuerte y saludable reacción (la cual no se nota en otros países); en Italia es muy débil
y casi marginal;
en Alemania se expresa en muchas publicaciones
y tiene bastantes
partidarios entre el profesorado de las Facultades de T eologla, peto
pasa al segundo
~ugar frente

a los otros problemas de mayor interés
para los Alemanes (los trata el Cardenal Joseph Hoffner en su fo.
lleto "Der Priester in der petmissiven Gesellschaft",
Kóln, 1971).
Casi en todos estos trabajos se nota el mismo método, a saber,
se pretende identificar
el "socialismo" con el "Reino ·de Dios" en
la tierra. Se esfuerza en convencer a los cristianos que ellos
y los
manci.Stas buscan

lo mismo, pues los unos
y los otros tienen la misma
finalidad:
construir una

nueva sociedad ideal del futuro, una socie­
dad basada sobre la igualdad, justicia, fraternidad
y solidaridad. Unos,
los cristianos, la llaman el "Reino de Dios" sobre la tierra, mientras
que los otros, los marxistas, la llamall la "sociedad socialista". Y, si
taitto los

cristianos como los marxistas tienen
el mismo fin, deberían
juntos trabajar
para alcanzarlo.

Además
quiéren convencer
los
mar­
xistas

a lós cristianos que
el único camirio que lleva a este fin es la
revolución
marxista; de

ahí
viene la
conclusión que los cristianos de­
berían comprometerse con esta revolución. Que la "sociedad socialista" es la única solución
de todos

los
problemas humanos, los marxistas lo sostienen desde hace mucho tiempo,
y sobre este tema existe una· abundatite literatura. Lo nu~O
es

que actualmente se trata de convencer a los cristianos de que el
cristianismo tiene sola.mente como fin la construcción del "Reino de
Dios" sobre
la tierra y que este "Reino de Dios" es casi lo mismo
que la futura sociedad ideal socialista. Y este es el contenido prin­
cipal de la teología marxista elaborada por los teólogos-marxistas de
hoy día (3). ¿Pero, cómo se ha podido llegar a este planteamiento?
¿ De qué
manera se pudo imponer a un _porcentaje tan grande de los teólogos
(3) Hay también varios estudios «teológicos», escritos por los miembros
de los partidos comunistas. Como· -ejemplo puede servir el trabajo del comu­
nista suizo Konrad Farner, editado bajo el título «Theologie des Kommunis­
mus
?» Ed. Hermine, Frankfurt/M., 1969, pp. 362. Desde luego _nada _ de
este
libro justifica el título «teología».
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MIGUEL PARADOWSKI
un planteamiento tan materialista y hasta ateo? ¿Cómo se explica
que hasta la mayoría (en muchos casos) de los profesores de Teolo­
gía en las Universidades Católicas en América Latina y una parte
considerable en las de Europa sean marxistas por convicción, y a veces
hasta fanáticos del marxismo?
La contestación es bastante simple: los marxistas aplicaron un
método profundamente sicológico (y muy efectivo), a saber, el mé­
todo de graduación. Primero, por una propaganda adecuada ( durante
los retiros espirituales, "jornadas", "encuentros", "congresos", etc.,
y en los artículos de los periódicos teológicos) se efectuó un ''la­
vado de cerebros" y de esta manera se "lavó" de la mentalidad de
una parte
del clero la formación y educación recibida en los Semina­
rios
y las Universidades Católicas; después ya con toda facilidad pu­
dieron
inyectar, por pequeñas dosis,
la cosmovisión marxista y espe­
cialmente el concepto marxista
del cristianismo.
El

proceso de la marxistizaci6n de
la teología marchaba al prin­
cipio muy lenta y gradualmente, pero en los últimos años va muy
rápido, penetrando profundamente no sólo en el pensamienro teo­
lógico, sino también en la mentalidad de gran .parte del clero.
A continuación vamos a señalar algunos "grados" o "etapas"
que se pueden detectar en este proceso de la marxistización del pen­
sar cristiano, que van desde lo que.podríamos llamar el "saduceísmo",
hasta el "ateísmo cristiano", quiere decir
un cristianismo

concebido
a la manera marxista.
LAS ETAPAS DEL PROCESO DE LA MARXISTIZACION DE LA TEOLOGIA
El hecho que las corrientes del pensamiento teológico mencio­
nadas a continuación tengan el carácter de
"grados" o
"etapas" del
proceso de la marxistización de la Teología, no excluye
la posibili­
dad de la existencia de corrientes simultáneas y paralelas que no ten­
gan nada que ver con este proceso. Por ejemplo, hay hoy día muchos
teólogos (ante todo protestantes), partidarios de un cristianismo con­
cebido exclusivamente como fe (sin religión) y los abundantes es­
tudios de ellos no contienen nada de marxismo, pero tal manera de
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LA MARXISTIZACION DE LA TEOLOGIA
concebir el cristianismo coincide con el punto de vista marxista y,
en consecuencia, tales opiniones y opciones facilitan la difusión y
aceptación de la posición marxista. Además, al lado de esta corriente
independiente de cualquier influencia marxista (como ejemplo pue~
den

señalarse muchas
opinio·nes teológicas
protestantes antiguas, es
decir, presentadas en los siglos anteriores a Marx), existen otras que
son de una evidente inspiración marxista.
l. El saduceísmo del siglo xx.
Es sabido que en los tiempos de Cristo una de las sectas de
mayor importancia entre los judíos era la de los saduceos. Los parti­
darios de esta secta no creían en la resurrección (lo que no implica
necesariamente la falta de fe en
la vida después de la muerte y en
la inmortalidad del alma). La vida religiosa de los saduceos se limi­
taba
casi exclusivamente a implorar a Dios su bendición
y protección
para asegurarse la felicidad en la vida terrenal, de este mundo visible,
temporal.
Pues bien, actualmente también constatamos la · presencia entre
los cristianos de una corriente muy similar a la de
la secta de los
saduceos, es la corriente de una
~vidente y

detectable influencia mar­
xista. No se niega ninguno de los dogmas de la Fe ni ninguna prác­
tica de la religión cristiana, pero se poile el acento exclusivamente
sobre lo temporal, sobre los asuntos de este mundo, silenciando todo
lo relativo a
la vida eterna.
Más

aún, existe también una corriente ya claramente "saducea",
es decir, la que abiertamente niega la existencia de la vida eterna,
qespués de

la
muerte. No
niega
la existencia de Dios; al contrario, lo
reconoce como Creador y Señor del Universo y del Hombre. Re­
conoce· que el hombre debería adorar a su Creador e implorar su
protección
y bendición para asegutarse una feliz vida en la tierra,
pero conciben la vida humana como la vida de los animales, es d_ecir,
q~_e todo

se termina con
la muerte. Esta corriente es muy antigua
~nt.re los

cristianos y probablemente es de inspiración judía, pues
entre los judíos siempre fue muy influyente (los saduceos)
y persiste
hasta hoy dfa.
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MIGUEL PARADOWSKI
Los ctistianos rÍlarxistas introducén esta corriente oficialmecite en
1a Iglesia, tanto en· 1a Teología como eri la pastoral y liturgia, pues
esta ·manera de co"ncebir · la ·vida religiosa constituye una excelente
preparación para las
siguientes etapas
de
la marxisdzación
del
ci:is­
tianismo. Se trata de acostumbiai a los criStiá.nos a que conceritt'en toda
su vida exclusivamente Sobre lo temporal, sobre los asuntos de este
mundo, sobrer los problemas concretos de 1a vida diaria y de esta
manera acercar los cristianos a los marxistas.
Es sabido que el marxismo da mucha importancia a lo que él
llama el carácter alienador de la religión, especialmente el papel de
la Fe en la existencia del Cielo, del más allá, de la vida después
de la

muerte, de la Fe en la felicidad eterna. El marxismo conside­
ra (4) que los hombres preocupados por el asunro de su salvaci6n
eterna, una· ·salvación concebidá como una felicidad perfecta después
de la
muerte,
y que Corisiste · eó. glorfosa convivencia eterna con Dios,
están "alienadóS" 'y qlle·esta alienación debilita la preocupación de
ellos de los asunros de este mundo, el cuál ·para los matxistas es el
único mundo real. En este sentido Marx habla de la religión corno
"el opio del pueblo'".
LÓs cristianos~saduceos, quier? decir los cristianos que creen _en
Dios,

le aman, le adoran
y le sirven, pero no piensan en el Cielo,
en' la Vida después

de
·1a muerte, están más cei:canos a los marxistas,
~n personas con l!s que los maixistas pueden entenderse más fácil
que con·
10s otros cristianos, con· aquéllos

los marxistas pueden cola-
. (4) El tral,ajo-_básico, primero (cronológicamente) -y el más importante
al respecto es el artículo de Carlos Marx «Zur judenfrage» ( «Sobre la cues,
tion judí~), pub~cado en < franco-alemafles»),
en

febrero del año 1844. En este artículo, Marx polemiza
con el punto de

vista de
Bruno Bauer, el autor de dos trabajos

sobre
«la
cuestión -judía» · ('el -piiinero publicado

bajo el
tíhilo «Der
Judenfrage»
(Braunschweig, 1843) el segundo publicado en
la-revista suiza «Einundz­
wanzig
Boden

aus der Schweix» (1843, págs. 56-71) bajo
-el título .«Die
Fahigkeit ~er hep.tjgen Juden

µnd Christen,
h:ei .zu

werden» (La capacidad
de
los judíos y de los_ cristianos de hoy p~a llegar a ser libres). Es precisamen­
te en este trabajo
de· Marx
donde se encuentra la primera exposición de lo
que llamamos
< Fundaci\363n Speiro

LA MARXISTIZACION DE LA TEOLOGIA
borar e incluso pueden invitarles a entrar en el partido y, poco a
poco, comprometerse en la misma
revolución marxista.
El

saduceísmo está ya bastante difundido actualmente en la Igle­
sia católica: tiene muchos
pártidarios entre

los jóvenes sacerdotes,
que concentran su celo pastoral sobre el hombre y no sobre Dios. El saduceísmo constituye la base para las siguientes corrientes (de las
cuales hablamos a continuación); es una etapa de preparación, edu­
cación y formación.
La mayor parte de la así llamada "teología de la muerte de Dios"
es saducea, pues -a pesar que ella no
nieg~ la - exi;tencia de

Dios-,
en la práctica, Dios
com? Cielo,

como recompensa
eter?a, como
fe­
licidad después de la muerte, es decir, como finalidad de la vida
humana, como objeto del amor eterno, no existe.
El "saduceísmo" (5) tiene pocaS obras teológicas propias; se
manifiesta ante todo en las publicaciones de la pastoral
y liturgia
(por ejemplo en los textos de las oraciones antes del Ofertorio). Es
bien frecuente en las obras_ de los teólogos protestarites
y de ellas
pasa a
la ~eología católica. El saduceísmo se nota en el pensamiento
de Dietrich Bonhoeffer, Rosernary Radford Ruether, Paul van Bt1ren,
J. A. T. Robinson, Harvey Cox, E. L. :Mascall, autores protestantes,
y entre los católicos en los libros del jesuita Robert L. Richard y,
ante rodo, en los escritos .del ex-dominico norteamericano, el após­
tata Jordan Bishop
McOave (6).
{ S) D~sde el punto de vista sociológico, el «saduceísmo» reduce la
religión a magia. La relación
hombre-~io_s ~n la

religión se exp_resa en la
actitud de servido; el hombre sirve a Dios; en la magia, al revés, pues el
hotnbre se sirve de Dios ( del mundo invisible).
M3.gia Se presenta

como la
instrumentalizació~ de

Dios. En el «saduceísmo», el hombre se sirve de
Dios; sus prácticas_ religiosas, devociones, etc., tienen por finalidad conseguir
la bendición
d_e Dios,

es _decir,
son <> y por {nter­
medio

de ellos el hombre-saduceo subordina ( o pretende subordinar) al mundo
sobrenatural (a Dios, la Santísima Virgen, los Angeles, los Santos) a sus
fines. El saduceo no sirve a Dios. sino se sirve de El. · { 6) Dietrich Bonhoeffer.
Resistance et sumission. ·Lettres et notes de
ca'ptivité, Géneve, 1964

(especialmente la
·carta del

30 de abril de 1944).
Rose­
mary
Radford

Ruether, The radical Kingdom, New York,
1970. Paul
van
Buren, The
serular meaning

of the Gospel, New York,
1963. J. A. T. Ro-
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MIGUEL PARADOWSKI
2. El "Reinó de Dios en la tierra".
La adaptación del cristianismo a las exigencias del marxismo es
muy patente en la escatología. Es sabido que la parte menos precisa
de Teología es la escatología.
La imagen del "Reino de Dios en la tierra" (otros tópicos de es­
catología no nos interesan aquí) que nos proporciona
la escatología,
es muy nebuloso. ¿Cuándo va a llegar este "Reino de Dios en la
tierra", si antes del día de la Resurrección y del Juicio Universal, o
si después? ¿Será este "Reino de Dios en
la tierra" todavía en este
mundo, o
tal vez en algún "nuevo" mundo?. Todas estas son pre­
guntas- sin contestación clara
y precisa, pues si hay algunas con­
testaciones sea en las Escrituras Santas, sea en los trabajos de teólo­
gos que gozan de autoridad, estas contestaciones son nebulosas, im­
precisas
y se prestan a las más. variadas interpretaciones. Sin entrar
aquí en una polémica sobre estos temas, conviene constatar que es
p.recisaffiente la

escatología,
la de hoy día, que constituye el punto
qe partida

de lo que podríamos
llamar. una "teología marxista",
como
también
es la escatología que más se. presta a las interpretaciones
marxistas. Uno de los primeros, entre los teólogos, que empezó a construir
puentes entre el cristianismo y el marxismo, era el
gran (_por su .
influencia sobre los demás) teólogo protestante Karl Barth.
Karl Barth fue uno de los primeros que desarrolló la tesis de
que el cristianismo y el marxismo tienen la misma finalidad: la cons­
rmcción de una nueva sociedad del
furu.ro. los

cristianos
la conciben
como el "Reino de Dios en
la tierra"; los mattistas como el "socia­
lismo"

o el "comunismo". Barth pretendía
acercar esta_s
dos visiones
del
furu.ro feliz

en
la tierra. Pero más todavía buscaba acercar los
cristianos a los marxistas. El era miembro de un partido marxista-
binson, Honest to God, Westminster Press, 196,. Harvey Cox, The secular
city,
Macmillan Company, 1965. Eric
l. Mascall, Cristianismo secularizado,
Barcelona, 1970. ·Rohert
L. Richard, Serularization Theology, New York,
1967, Jordan Bishop Mac Clave,
Cristiahisriio radiéal
y
marxismo, México, 1970.
)8
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LA MARXISTIZACION DE LA TEOLOGIA
socialista y, muy comprometido en las actividades sindicales (se trata
de los sindicatos dominados por los
marxistas). Sus simpatías

para
con el marxismo y el socialismo son muy evidentes y se .manifiestan
en su manera de enfoau: los problemas teológicos.
El discípulo de Barth, su
gtan admirador,
el teólogo protestante
simpatizante con
el marxismo, Helmut Gollwitzer escribe: "Como
Barth no pudo comprender el Evangelio sin influencia soI?re la vida,
quiere decir sin ética, del mismo modo no podía comprenderlo sin
inclinaciones al socialismo" (7). Barth se comprometió con el socia­
lismo marxista inmediatamente después de
la primera guerra mun­
dial.

Según Marquardt
el camino de Barth va desde un "socialismo
religioso", a través de la democracia socialista
y su admiración para
la revolución rusa y a través de su crítica anarquista de la autoridad,
hasta
el "Reino de Dios" (8).
Marquardt destaca el
carácter marxista
del socialismo de Barth.
Barth, según Marquardt es "eher
Marxist als

Ontologe" (más mar­
xista que ontologista) (9), a pesar que el mismo Barth dijo que su socialismo es más bien exterior (exoterisch) (-10).
Cuando Adolfo Hitler llegó al poder en Alemania, Karl Barth
estre<:hó ·Sus· vínculos

con
la organización "Freies Deutschlarui'.', en
la
cual entró en contaeto directo con los comunistas y cayó bajo la
influencia de ellos (11). Las distintas corrientes de
la marxistización de la Teología salen
(7) En la introducción a la obra de_Friedrich-Wilhelm Marquardt, Theo­
logie und Sodalismus. Das Beispiel Karl Barths. Kaiser Grünewald, München­
Mainz, 1972, págs. 374; pág.
9.
La

obra de Marquardt es un trabajo con el que obtó al cargo de profesor
y
fue rechazado por el Instituto Eclesial protestante de Berlín. El rechazo de
esta obra provocó la inmediata renuncia, como s_eñal de protesta, de parte del
profesor Gollwitzer. La obra de Marquardt es, tal vez, el más serio trabajo, sobre la teología -de Barth, si se trata de destacar en ella la influencia mar­
xista. El autor, Friedrich-Wilhelm Marquardt es uno de los más fervorosos
seguidores de Barth en la tarea de la marxistización de la teología.
(8)
O. ,., pág. 168.
(9) º· ,., pág. 325.
(10) º· ,., pág. 42.
(11)
o. ,., pág. 52.
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MIGUEL PARADOWSKI
precisamente de la reología de Karl Barth (12) y entre ellas, en
primer lugar, la corriente marxistizante escatológica del "Reino de
Dios en
la tierra". Barth -como un socialista-marxista- en la
lucha por una nueva sociedad del futuro, ve el primer
y el más im­
portante deber religioso del cristiano. Para Barth la enseñanza cris­
tiana sobre el "Reino de Dios en la tierra" se identifica con el
programa marxista relativo a la futura sociedad ideal. Más aún, sus
partidarios encuentran, en su teología, la justificación de la opinión
de que el marxismo -a su manera, ateísta y materialista- lucha por
la realización de la omitida y olvidada por los cristianos tarea de cons­ truir el "Reino de Dios en
la tierra".
Hay puntos en los cuales la posición de Barth es casi idéntica eon
la de Marx. Por ejemplo, ambos sostienen lo mismo respecto a la
"desaparición" de
la instirución del Estado, previa a la reali~ción
completa

de una ideal sociedad del futoro.
Es sabido que este punto
es de .mucha importancia en el marxismo de Marx
(los otros "mar­
xismos" no insisten tanto
sobre_ este

punto). Según
Marx el hecho
que
la institución del Estado empiece a desaparecer será una caracte­
rística esencial
de
la sociedad comunista; si en una sociedad marxista
la institución del Estado sigue firme, esta sociedad no es todavía
"comunista", sino "socialista" (13). Lo mismo sostiene Barth (Barth
es
más bien un anarquista); según la teología de Barth en el "Reino
de Dios en
la tierra", en la "nueva J etusalem" no habrá lugar ni
para la Iglesia, ni para el Estado, ni siquiera para cualquier
tipo de
"Ordnun", pues tanto la Iglesia como el Estado caracterizan el pe­
ríodo del "camino" hasta la
VISIO (14).
Ver en
la construcción del "Reino de Dios en la tierra" el pri­
mer
y el más importante deber del_ cristiano, y más aún identificar
este "Reino" con
la escatología marxista, es decir con el concepto
marxista de una sociedad perfecta del futuro, así como también
(12) Por esta razón habrá qrie volver a él todavía varias veces más
adelante.
(13) Vea: Otto V. Kuusinen y otros,
Manual del Marxismo-Leninismo,
Moscú, 1959. Estoy citando de la edición en lengua española, capítulo 21:
«El período
de transición del socialismo al comunismo».
(14) Marquardt,
o. c., pág. 311; el texto de Barth es del año 1948.
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Fundaci\363n Speiro

Ld. MARXISTIZACION DE LA TEOLOGIA
sostener, como conclusión, que los cristianos deberían junto con los
marxistas, colaborar, para comúnmente perseguir el mismo fin: cons­
tituye la medula de la "teología marxista", construida sobre el pen­
samiento de Bartb por sus"'1isdpulos. Bartb ya tenía muchos, aun antes de ia segunda guerra
mw¡.dial,
especialmente

entre los teólogos protestantes, de los cµales
sµs .ideas
pasaron

a los teólogos católicos. Una de estas
"e~cuelas" teológicas
marxistas, fundadas sobre el pensamiento de Barth, tal vez de mayor
peso e importancia, es la que se des~rolló en Checoeslovaquia, re­
presentada por Hromadka, Gardavski y Macbovec (15 ) .
.Las princi­
pales obras de estos escritores están ~aducidas en varios idiomas y
por esta razón bien conocidas y comentadas. Esta es así llamada
"teología dialéctica", empezada por Barth, pero que sus discípulos
subordinaron completamente al pensamiento
marxista. Los mencio.­
nados

escrimres checoeslovacos, todos teólogos protestantes, enfocan
estos problemas no tanto desde
el punto de vista teológico como del
ético. Si los
escritos de Barth son. e$~ictamente teológicos,
los escritos
de los mencionados pastores protestantes
~n más bien

ensayos éticos,
muy superficiales
y profundamente penetrados por el marxismo.
Un nuevo enfoque y un fuerte impulso
ha recibido el problema
del "Reino de Dios" en
la obra de Jürgen Moltmann, "La Teología
de la Esperanza" (16). Tal vez por
la coincidencia que la obra de
Moltrn.ann apareció inmediatamente después del Concilio Vaticano
Segundo y en un ambiente de "diálogo"
y del "ecumenismo", como
también y por la circunstancia de que los lectores del libro de Molr­
mann ya estaban preparados por
la teología de Bartb sobre el "Reino
de Dios en la tierra" y por el estudio de Ernst Bloch (17).
(15) Josef Hromadka, El Evangelio para los ateos, Montevideo, 1970.
Gardavsky, Dios no murió completamente, Milovan Machovec, Marxfrmo y
teología dialéctica; Vom Sinn des menschlichen lebens, Verlag Rembach,
-Freiburg, 1971.
(16) Jürgen Moltmann, Theologie der Hoffnung, Chr. Kaiser Verlag,
München, 1964. (17) Ernst Bloch,
Das Prinzip Ho-ffnung, Suhr Kamp, 1959.
Respecto a la relación entre la «teología de la
Esperanza)> .de Moltmann

y
el «principio de la esperanza» de Bloch, véase el estudio de Montmann:
«Das
Prinzip

Hoffnung» und die «Theologie der
Hoffnung» en
«Evangelische
61
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MIGUEL PARADOWSKI
En realidad tanto Bloch como Moltmann se ocupan del mismo
problema que anteriormente Barth,
péro lo
enfocan desde otro punto
de vista, más
atrayente, a saber, toman

en. cuenta
el papel de la espe­
ranza en
1a vida humana. La Fsperanza como virtud, como el moror
de

la vida humana, como un elemento dinámico, como la fuente del
optimismo y el
catalizador de

las energías humanas, dirigidas a un
fin concreto, temporal, terrenal, práctico: hasta la constnicción de
un porvenir mejor; la esperanza como confianza, casi seguridad,
de que el hombre puede, aquí, en la tierra, en un futuro cercano,
construir una sociedad ideal del furu.ro, que será una realización tanto
del concepto cristiano del "Reino de Dios en la tierra", como tam­
bién del Concepto marxista de una sociedad marxista. Así están com­
prendidas e interpretadas las ideas tanto de Bloch,
comó' también de
Moltmann, por

la seudo teología de los
sacerdotes-matXi~tas, profe­
sores

de casi la totalidad de las Universidades Católicas (18).
De eso se ve que principalmente por
la protestantizacióll la teo-
logía católica: sufrió
el proceso de la marxistización. ·
Un

grupo aparte constituyen aquellos escritores comunistas (mar­
xistas-leninistas), miembros de los
partidos comunistas,

que llaman
tanto a los marxistas como a los cristianos a colaborar
par'.1 eonstruir
jnntos

una ideal sociedad del futnro.
Aparte de
Roger Garaudy, uno
de los

más
desnicados iotelectnales

del partido cornnnista de Francia,
quien. desde hace más de quince años se
· dedica

principalmente a
esta tarea
de acercamiento y 'cola~¡aci_ón entre los . marxistas y los
cristianos," merece
un~ especial atención e{ ya. ffiencionado Konrad
Farner.
Este
·lleg; tan

lejos
ciue op"ina que el comunismo (~¿mo
una·

.sociedad ideal del
· futuro

y no como
utia doctrina, ,a saber,
el
marxisIT,10-leninismo) "no

es
ninguna alternativa

frente al cristianis-·
th_eologie>>, núm. 23, 1963, págs. 537-5-57; se encuentra también como «apén­
dice». en la octava edición del libro de Moltmann «Theologie der
Hofffiung», de

1969 (la primera edición es del año 1964). (18) Pertenece a este
grupo también el teólogo católico Hans Küng,
como se ve del trabajo intitulado: «En qué consiste el mensaje cristiano».
Véase al respecto
el artículo

del sacetdote A. Richard: Une réponse de Hans
Küng ·(La contestación de
Hans Küng),

en la revista «l'homme nouveau».
Núm.
605, de

2 de septiembre de 1973.
62
Fundaci\363n Speiro

LA MARXISTIZACION DE LA TEOLO(jIA
mo, sino una posibilidad y tal vez la única posibilidad" (19). Y res­
pecto a la
"esperauza" de Moltmann y
de ottos, escribe: " ... la
teología de la esperanza debería desarrollarse en una teología del
comunismo, pues el comunismo .es
la única y total esperanza del
hombre" (20). Y, en otra parte de su libro, advierte: "sin comunis­
mo no habrá en el futuro ningún cristianismo" (21). Farner no ve ningún porvenir ni para el marxismo, ni para
el cristianismo, sin el
comunismo (el comunismo concebido como un régimen) y por esta
razón hace una llamada a
Unos y otros, es decir, tanto a los marxistas
como a los cristianos, para que se unan y colaboren (22). Farner
llega a
la conclusión de que el porvenir del hombre no puede ser edi"
ficado

ni contra los creyentes, ni sin
la participación de ellos, de la
misma manera que este futuro no puede ser construido ni contra ni
sin marxistas
(23 ).
Hasta qué punto Farner se encuentra bajo la influencia de Barth,
se deduce del hecho de que uno de los capítulos de su obra lleva el
titulo: "El

agradecimiento a Karl
Barth por parte de un marxis­
ta" (24).
·
· Con nostalgia constata Farner que el marxismo, a pesar de cons­
truir una nueva sociedad en Rusia, n:o pudo formar a un "nuevo
hombte",
y si el hombre permanece el mismo como antes, hay pe:..
ligro

de un retorno a la antigua sociedad (2 5). De esta manera prevé
un fracaso -inevitable del marxismo, lo· que·· se ·_podría evitar única-·
inente '-'-Según Farner por la colaboración de los marxistas con los
(19) Konrad Fa.roer, Theologie des Kommunismus?, Ed. Stimme, 1969,
pág. 184.
(20)
º· c., pág. 220.
(21)
o. c., pág. 8.
(22) Leyendo el trabajo de Farner, se tiene la impresión que su principal
preocupación es el porvenir del comunismo; que_ el autor ve muy amenaz_ado
e incierto, en
el caso ·de .que nó' haya uoá· estreC"ha Y sincera colaboración
éntre los marxistas y cristianos; en otras' 'palabras: sólo los cristianos pueden
salvar al comunismo.,
(23). o. c., pig. 190.
(24)
Es un
artíCJ.!lo escrito
a ocasión del octogésimo aniversario del
na'taiicio de

Barth
y d~~-pués incorporado en su libro.
(2,) O. c., pág. 236.
63
Fundaci\363n Speiro

MIGUEL PARAOOWSKI
cristianos-. Esta colaboración está justificada por el hecho de que los
cristianos también están comprometidos en
· 1a construcción · de

una
sociedad ideal del futuro, que ellos
llaman el "Reino de Dios en la
tierra". Farner, como Barth, subraya que no se trata de una colabo­
ración dictada por las exigencias de táctica o de estrategia de
la
revolución marxista, sino se_ trata de una colaboración sincera, ho­
nesta y duradera.
De este modo los _teólogos
y los escritores comunistas elaboraron
las bases para una sólida
y fraternal colaboración de los cristianos con
los
comunistas~ Se

habla de una colaboración para construir juntos
una sociedad
idea]._ del

futuro, pero en
la práctica todo se reduce a
comprometerse con
la revoiución marxista que ya está en marcha.
3. El cristianismo horiz:ontal.
Lt Cruz es el símbolo de la teología tradicional; su tronco, es
decir, la dirección vertical, simboliza el amor del hombre hasta Dios
y el amor de Dios hasta el hombre, mientras sus brazos, es decir,
la dirección horizontal, indica las cons.e.cuencias de este amor: su
proyección hasta el prójimo.
Lo esencial en el cristianismo es el amor de Dios, pero su con­
secuencia se expresa en el amor del prójimo; amar a Dios_ en el
prójimo. Pues bien, la "nueva teología" calla
lo vertical, pues está
concentrada totalmente sobre el hombre, sobre Jo horiwntal.
La teo­
logía tradicional es teocéntrica,
mien~s que

la "nueva teología" es
antropocéntrica.
La corriente teológica concentrada sobre el hombre tiene actual­
mente muchos representantes, pero --desde el punto de vista del
problema que
Ilos interesa

en este trabajo, a saber,
el problema de
la influencia del pensamiento marxista sobre la teología contempo­
ránea- tal vez el más importante es Dietrich Bonhoeffer (26). Su
teología contribuyó no solamente en
la elaboración de bases para
el "saduceísmo", como ya hemos visto, sino también para el "cris-
(26) Vea la nota 6.
64
Fundaci\363n Speiro

LA MARXISTIZACION DE LA TEOLOGIA
tianismo horizontal", que es cristianismo que se olvida de Dios, pues
se ocupa exclusivamente del hombre, del "prójimo".
El "cristianismo horizontal" sale de la premisa (aparentemente
verdadera
y justificada), que cada cristiano debería imitar la vida
de Jesús de Nazaret (no usan nunca el nombre de "Jesucristo"). Y ¿en qué consistía la vida de Jesús (casi siempre escriben: Jesua o
Jeschua)?
Según el "cristianismo horizontal", Jesús era un hombre que
sacrificó su vida completamente para los demás; vino para servir
y no para que le sirvan. En su amor para los prójimos llegó hasta
a ofrecer su vida por ellos. De ahí que la Cruz es el símbolo del sacrificio, del amor al prójimo. Ser cristiano quiere decir vivir como
Jesús: servir a los
demás, "ser

para los demás", hasta
el sacrificio
de su propia vida; vivir para los demás (27).
En la práctica para el "cristianismo horizontal" Dios rio existe,
pues todo se reduce al "vivir para los demás". Pero esta
manera de
"vivir

para los demás" no tiene nada de común con la antigua ca­
ridad cristiana, siempre con celo practicada durante toda
1a· historia
del cristianismo
y con tanto entusiasmo recordada por Ozanam en
d siglo 19. No se trata, pues, de obras de caridad inspiradas por el
amor a Dios, sino más bien de una actividad por motivos puramente
humanos, sentimentales, pues a pesar de que esta actitud está basada
sobre la imitaci6n de la vida de Jesús
--el mismo

Jesús está repre­
sentado como un hombre que sacrific6 su vida por los demás, pero
por los rriotivris puramente

humanos, como ·expresi6n de la solida-
(27) <(Hoy se subraya también con fuerza que la vida del sacerdote
es vida de servicio, a ejemplo de Cristo, «hombre-para-los
0otros», según una
feliz y conocida expresión. Pero hay que precisar que el servicio del sacerdo­
te que quiera mantenerse fiel a sí inismo es un servicio exquisito y esencial­
mente espiritual. Es muy necesario
rei:ordar esto

hoy, contra las múltipleS
tendencias a secularizar
el servicio sacerdotal, reduciéndc:ilo a una función
prevaletJ.temente filantrópica · y
social. Es en el · área de las
almas, de
su
ré­
lación

_ con Dios,
y de sus relaciones interiores con los semejantes donde se
define la función específica del sacerdote
católico».
Véase
el discurso del Papa Paulo VI al Colegio alemán-húngaro dt' Roma,
en
el día 10 de octubre
dé 1973.
Texto
tomado: de «L'Obséivatore Romano»,
edición

semanal en la lengua española, de
21 de
octubre de
1973.
65
Fundaci\363n Speiro

MIGUEL PARADOWSKI
ridad humana. Mientras que todo lo que es precisamente lo más esen­
cial en el cristianismo, a saber, lo sobrenatural, la divinidad de Cristo,
su amor al Dios-Padre
y su amor divino del hombre que lo lleva hasta
la Pasión para realizar la Redención, . está callado. Se habla de
Jesús como de un hombre excepcional, ideal, perfecto, como de un
ejemplo, un modelo de vida para los demás,
y su perfección -según
el "cristianismo horizontal"- consiste exclusivamente en el hecho
que era un hombre para los demás. De ahí que se le compara -de
una

manera
· blasfema y sacrílega- con Che. Guevara y otros.
Concebido de esta manera laica y secular el "cristianismo hori­
zontal" es, desgraciadamente, hoy día muy común para gran parte
del clero (Paulo VI), especialmente en la América Latina. Muchas
congregaciones religiosas, tanto de varones como también
las de
mujeres, lo asimilaron
por completo (28).
El "cristianismo horizontal" presenta una excelente ocasión para
la penetración de ideas y opiniones marxistas como también para la
colaboración con distintas "obras" mar.Xistas e incluso para los con­
tactos directos con los partidos políticos marxistas, lo cual casi siem­
pre termina por comprometerse. con la misma revolución marxista.
los numerosos sacerdotes-marxistas, miembros de los partidos co­
munistas e incluso muy a menudo sus representantes en los parla­
mentos, como diputados o senadores, encuentran en el "cristianismo
horizontal" un

ambiente muy a su
gusto. En sus homilías tocan casi
exclusivamente los temas económico-sociales; las funciones litúrgi­
cas transforman en unas ceremonias laicas, sin sentido sobrenatural,
pero sí, con mucho sentido sociológico, sirviéndose de ellas para re­
forzar los vínculos. sociales y
para· los contactos

con las agrupaciones
marxistas. De

una manera muy especial este "cristianismo horizon-
(28) Una interesantísima documentación al respecto constituyen las actas
de los capítulos generales (anuales) de estas congregaciones; en ellas consta
hasta qué punto algunas congregaciones asimilaron
por completo

el «cristia­
nismo horizontal» y, a veces, también el «cristianismo ateo»,
y cómo el traba­
jo de estos religiosos, por muy
sacrificado qi.le sea, está" conc,entrado exclusi­
vamente

en un servicio laico
y. temporal.

En realidad estas congregaciones se
transformaron
en las asocia:tjones laicas

de beneficencia y ·muy a menudo
están comprometidas en
actividades subversivas,

colaborando
8.ctivamente con
Jos

movimientos
marxistas revolucionarios.
66
Fundaci\363n Speiro

LA MARXISTIZACION DE LA TEOLOGIA
tal" se manifiesta en las plegarias y cantos litúrgicos, compuestos a
propósito. Prácticamente los templos se transforman en las "casas
del pueblo". Hasta la misma Santa Misa está reducida a una "asam­
blea del pueblo", muy a menudo con la participación activa de las
personas ateas, indiferentes, agnósticas y no bautizadas. En las cere­
monias públicas "penitenciarias", con las cuales se pretende reem­
plazar a
la_ confesión oral individual, es decir, el sacramento de la
penitencia, se enseña a la gente d~ acusarse únicamente del "pecado
social" (los demás pecados para el "cristiano horizontal" no existen),
el cuál se reduce sólo al "pecado estructural", es decir, al mismo ré­
gimen capitalista, calificado como "estructuras de opresión y explo­
tación".
Una gran parte de los catecismos, editados en los últimos años,
ya están pentrados por el "cristianismo horizontal" Jesucristo, la
SantÍsima Virgen, los Apóstoles
y los Santos (por supuesto no se usa
en ellos los nombres tan "momios"
y anticuados; se habla de Jesús,
el Carpintero, de Miriam, madre de Jesús, etc.) son presentados como
cristianos ejemplares, los modelos de
la vida cristiana, pues son los
seres humanos que dedicaron· sus vid.as
al servicio de la comunidad;
de Dios no se habla, ni siquiera se le menciona. Este "cristianismo horizontal" constituye
la causa principal de
las apostasías de tantos sacerdotes, religiosos
y religiosas, pues no en­
cuentran en él ningún alimento espiritual sobrenatural para sus al­
mas; si se exige de ellas únicamente
"vivir para

los demfs", lo pue­
den hacer sin celibato y llevando la vida de todos los laicos.
Esta corriente se manifiesta principalmente en las obras seudo­
teológicas de
la así llamada "teología de la secularización". Sus re­
presentantes más conocidos
sori: Paul
van Buren, JA. T. Robinson,
Robert
L. Richard, Harvey Cox, E. L. Mascall, los ya mencionados
anteriormente (vea la nota 6).
4. Fe sin religión.
El marxismo siempre combatía la religión, considerándola-como
"el opio del pueblo",
Según la conocida expresión de Marx. Claro está
que cuando los marxistas hablan de religión con este nombre abarcan
67
Fundaci\363n Speiro

MIGUEL PARADOWSKI
también la fe. Pero últimamente somos testigos de un cambio en la
táctica de parte de los marxistas: combaten sólo la religión
y están
dispuestos a tolerar
la "fe". Oaro está que se trata sólo de ·una ma­
niobra
táctica, pues en realidad combaten tanto la religión ( el
culto)
como también la fe en la existencia de Dios. Pero esta táctica les es
necesaria en este momento, pues se
dan. cuenta de la necesidad de
conquistar las grandes masas creyentes en Dios, para poder hacer la
revolución. Necesitan la colaboración de los cristianos
y por esta
razón, por motivos de táctica, hacen esta distinción entre
la religión
y la fe. Dicen a los cristianos: limpien su cristianismo de los ele­
mentos de la religión y seréis dignos de tomar parte en la revolución
marxista y en la construcción de una nueva sociedad ideal del futuro.
Más toda-vía: para facilit~ a los cristianos esta "operación de lim­
pieza", es decir,
la depuración del cristianismo de los elementos de
la religión, pretenden convencerlos que de esta manera vuelven a un "verdadero" cristianismo, esto es a un cristianismo puro, no mancillado
por
la religión. En los últimos años aparecieron muchos "estudios"
que tratan sobre este cristianismo "puro"
y que pretenden convencer
a los
cristianos (ante

todo a los que tanto arihelan colaborar con los
marxistas) de que el cristianismo primitivo, el de Jesús
y sus apósto­
les,
esté áistianismo

"verdadero" era arreligioso, era solamente una
"fe", y que sólo después, cuando se propagó entre los griegos,
por el
contacto con las religiOnes paganas, asimiló muchos "mitos" y tomó
un carácter de religión. Estos esfuerzos de los
1Ilarxistas para

adaptar el cristianismo a las
exigencias del marxismo fueron facilitados por el hecho
de-coincidir
con

una acción similar, que espontáneamente
ap~eció en

el último
siglo, tanto en el protestantismo como en
el moderniSmo se recorda­
ron algunas ideas antirreligiosas que caracterizaron algunas sectas
protestantes en los tiempos de Lutero. De manera que también,
y en
este caso, la teología protestante contemporánea facilitó a los mar­
xistas sus esfuerzos para quitar al cristianismo su carácter de religión.
También algunas tendencias parecidas que se
manifes~ron en

la
Iglesia católica con ocasión del Concilio Vaticano Segundo
y -aun­
que muy a menudo eran completamente justificadas
y acertadas­
crearon, inmediatamente después del Concilio, un ambiente favora-
68
Fundaci\363n Speiro

LA MARXISTIZACION DE LA TEOLOGIA
ble para estos propósitos marxistas. Reconocemos que ep_ la Iglesia
Católica, se imponía una revisión de este problema, puesto que, muy a
menudo, en muchos ambientes católicos, el elemento "religión" se
confundía con bigotería, como también las prácticas religiosas a
veces encubrían una manera de vivir reñido con los principios de la
fe. De
ahí la justificación de algrinas reformas post conciliares para
poner énfasis más bien sobre el principio de "vivir la fe", que sobre
las prácticas del culto (devociones).
Pero la Iglesia católica no puede nunca compartir la posición de
algunas sectas protestantes que combaten la religión como
tal, pues
el cristianismo --desde el punto de vista católico- es esencialmen­
te tanto "fe" como "religión".
El culta de Dios, realizado de una
manera perfecta por el Sumo Sacerdote Jesucristo, quien se sirve de
los sacerdotes, participantes de su sacerdocio, por
la Santa Misa, que
es una continua renovación del sacrificio del Calvario
y de la Ultima
Cena, es un elemento esencial del_ catolicismo. De ahí que el sacer­
docio
y el culto, quiere decir la religión, es lo esencial en el cristia­
nismo, de
la misma manera que la Fe, es decir, la totalidad de la
enseñanza de Cristo (Depositum Fidei).
La aceptación por muchos teólogos católicos de las posiciones
y opiniones protestantes, como desgraciadamente ocurre actualmente,
se expresa muy a menudo en la dejación o en la negligencia respecto
al culto, dando importancia exclusivamente al principio de "vivir
la fe" (la cual, en muchos casos, cada día es menos católica
y más
cercana a la protestante).
La astuta táctica de los marxistas ha sido
aprovecharse de esta
siruación.
los

teólogos marxistas protestantes facilitan las bases teológicas
para esta acción; Karl Barth
y Dietrich Bonhoeffer, seguidos por
sus
admiradores, especialmente por los partidarios del "cristianismo
desmitologizado", como también por los declarados marxistas seudo­
teólogos como Hromadka (29)
y su fiel discípulo Julio Santa
Ana (30).
( 29) «Lo que llamamos religión es expresión de Jas: necesidades huma­
nas, de la imaginación mitológica
y de las supersticiones», dice un discí­
pulo de Feuerbach, Hromadka,
op, cit., pág. 66. «Los cristianos y sus Iglesias
organizadas son responsables por diversas
razones del

malentendido que hace
69
Fundaci\363n Speiro

MIGUEL PARADOWSKI
Los teólogos marxistas-católicos (?), a pesar de que aceptan com­
pletamente esta posición de los teólogos marxistas-protestantes, consi­
deran que -por razones de táctica- hay <Íue tolerar por algún ticrn­
po la religión, pues las grandes masas de los fieles están muy acos­
tumbradas
al culto. Pero también llevan a cabo una constante y con­
tinua lucha contra todo lo que es expresión de la religión en la vida
cristiana,
y lo hacen principalmente por la "concientización", aprove­
chando para este fin la pastoral y
la catequesis. Combaten, pues, todas
las formas de culto; de ahí sus luchas contra el culto marial (contra
el Rosario, las procesiones, el mes de
María, etc.) y todo tipo de
devociones (al Sagrado Corazón, etc.). En Chile hasta fundaton pata
este fin un Instituto, llamado "Fundación Manuel Larraín" (31), el
cual pub_lica "estudios" que combaten la religión; predominan entre
ellos los trabajos de los profesores marxistas de la Facultad de Teo­
logía de la Universidad Católica de Santiago.
Quitar al cristianismo su carácter de religión es -según los mar­
xistas- la condición previa para su completa marxistización.
5. Cristianismo sin mitología.
No hay duda que durante los siglos algunos elementos mitoló­
gicos, de las distintas
rel~giones paganas,
penetraron en las prácticas
religiosas del cristianismo. No podrían penetrar en
la Fe (en el De­
positum Fidei), pero sí podrían y efectivamente penetraron en la
religión, especialmente en algunas prácticas del culto, a pesar de una
estricta
y severa vigilancia de parte de las autoridades eclesiásticas
que la religión crtstlana sea una ieliquia de la antigua mitología con su
ideología y sus intereses político-sociales de las clases dominantes». Ibid.,
pág. 67.
(30) Julio Santa Ana, Cristianismo sin religión, Montevideo, 1969. Se­
gún el autor,
la «fe» es un cristianismo de las personas adultas, maduras,
mientras que
la «religión» es un cristianismo infantil.
( 31) De esta
manera se
abusa del nombre de uno de los más ilustres
obispos chilenos, ya fallecido, pues. Monseñor Manuel Larraín no compartía
nunca puntos de vista del marxismo.
70
Fundaci\363n Speiro

LA MARXISTIZACION DE LA TEOLOGIA
(como, por ejemplo, durante los tiempos de la Inquisición) (32). Por
esta razón una preocupación por descubrir estos elementos y prác­ ticas está .completamente justificada (33).
Sin embargo, la actual corriente del "cristianismo sin mitología"
no tiene nada que ver con esta preocupación, pues ella no está ins­
pirada por la preocupación por la integtidad y pureza de la Fe ( del
Depositum Fidei), sino más bien por el afán de destruir la Fe, redu­
ciendo todos los
dogtnas a la categoría de los "mitos". Los teólo­
gos
(?) marxistas sostienen hoy por hoy que el dogma de la Santí­
sima Trinidad es un miro, que lo son también
los Angeles, un mito
es la Anunciación, la Encarnación, la , Redención, pues es un mito
todo lo relativo al pecado original y el paraíso; a la categoría del
mito se
r~duce el

Cielo
y el infierno, eOC:, todos los dogmas cristia­
nos se reducen al mito. De las creencias cristianas queda sólo .un hecho
histórico, a saber,
la persona de Jesús de Nazru:et, según los marxis­
tas,
un hombre excepcional, fundador de un movimiento político­
social
· de

lucha por
la liberación del hombre de la esclavi¡ud y ex­
plotación por un régimen de opresión de la época, como lo fue
Espartaco, también crucificado (34).
Este esfuerzo de los marxistas coincide con la otra corriente, la
de distintas doctrinas actuales de los teólogos protestantes, que pre­
tenden desmitolizar el cristianismo (Entrnythologisierung). En prác-
(32) Actualmente estas influencias son especialmente peligrosas en Bra­
sil
y en Africa.
( 3 3) Desde
el punto de vista de -la teología cat61ica véase un excelente
estudio de Heinrich Fries, «El mito
y la Revelación», en la obi-a de varios
autores católicos, Fragen der 'rheologie Heute, Einsiedeln,
1957.
(34) René Andrieu, el Director del órgano oficial del partido comu­
nista francés L'Humanité, y miembro del Comité Central del PCF, escribe:
«Jesucristo es para
mí un

hombre que ha luchado por
el hombre entre los
hombres. Nada más -pero,
en una

opinión, eso ya es mucho-
-y nada
menos. De su enseñanza, tal como fue
transmitida por

la predicación de los
primeros tiempos del cristianism·o, yo escojo lo que tiene especialmente hu­
mano, a saber, la reclamación de la legalidad
y de la paternidad, en el mo­
mento en que la rebelión de Espartaco -también crucificado- está ahogada
en la sangre
y cuando los esclavos creen encontrar en el mensaje cristiano
la promesa de su liberación».
«Pour vour, qui ert /e!IIJ Chrfrth,, París. Ed .. du
Cerf, 1970, citado eri «Lumiere et vie», núm. 112, j,ág. 7;
71
Fundaci\363n Speiro

MIGUEL l'ARADOWSKI
tica estas corrientes se .. confunden, mutuamente se apoyan. No hay
duda que muchos trabajos de los auténticos teólogos protestantes
sobre este tema están siendo aprovechados por los marxistas y facilitan
al
marxismo la destrucción de la F_e _ cristiana.
Lo_ más doloroso es que el "cristianismo sin mitología" penetra
actualmente dentro de la lglesia.
El vandalismo iconoclasta de hoy
día en

muchos casos es de
inspiración marxista y se. presenta como as-4D-ilación de la posición
desmitologizante.
Lo más grave ocurre en las tendenciosas traducciones de las Es­
crituras Santas. Abundan hoy día las ediciones de los Evangelios y
de otras.partes del Nuevo Testamento, en las cuales se
aplica rigu­
rosamente

el criterio desmitologizante. De esta manera en los Evan­
gelios desaparecen los ángeles, pues la palabra "ángel" se traduce
por "joven", e~.
Lo peor es que así tendenciosamente traducidos los textos de la
Bibilia, pasan a la liturgia como lecturas bíblicas durante la Santa
Misa (la "Liturgia de
la palabra"). Los teólogos-marxistas ya anun­
cian que dentro de poco van a publicar una edición nueva de
la
Biblia, traducida en tal forma que no quede en ella nada de la "mi­
tología",
y en la que se aplique una terminología marxista. La obra
del jesuíta-marxista, mejicano, Porfirio Miranda, es también un es­
fuerzo para presentar una interpretación
de la Biblia desde el punto
de vista marxista y en la terminología marxista (3 5). También muchos
nuevos catecismos pretenden
presentar la ·-fe cristiana sin "mitolo­
gía" (36).
"Nuestra vigilante atención se dirigirá, por esto, a no ceder a
las insinuaciones y arbitrarias ideologías de aquellos que pretenden
dar al cristianismo una nueva interpretación de
la enseñanza de la
tradición, y de la teología de -la Iglesia, y que forzosamente están
orientadas a la desvalorización de
la realidad religiosa de nuestra fe ..
De

esta manera sabremos vigilar juiciosamente las corrientes que,
(35) Porfirio Miranda, Marx y la Biblia, México, 1971.
(36) Véase al respecto dos artículos en la revista francesa «L'-Homme
Nouveau», núms. 550
y 551.
72
Fundaci\363n Speiro

LA MARXISTIZAC/ON DE LA TEOLOGIA
penetradas en un abusivo espíriru. crÍtico, preconcebido y negati­
vo, tratan de desacralizar o de desmitizar la religión católica,
y con
las cuales quedaría así en seguida profanada no sólo nuestra fisiono­
mía espiritual
y cristiana sino también la huma~."
6. El "cristianismo ateo". Del discurso del Papa Paulo VI, de
18 de julio de 1973.
(L'Osservatore Romano, del 22 de
julio de
1973, pág. 3, ed. en la lengua
española.)
El "cristianismo ateo" está representado por varias corrientes
distintas; aquí nos vamos a ocupar solamente de la corriente mar­
xista. Según esta corriente el
cri~tianismo primitivo, el del primer
siglo, no tiene nada que ver ni con
la religión ni con la fe, pues es
sola.merite un

movimiento laico revolucionario.
Tanta Moisés
como
Jesús son unos grandes caudillos políticos; el primero libró al pueblo judío de la esclavitud de Egipto;
el segundo quería librarlos de la
esclavitud del Imperio Romano. Más todavía, Jesús, según los mar­
xistas, pretendía librar no solamente al pueblo judío de la dependen­ cia de Roma, sino librar a cada hombre de la opresión
y explotación
de las estructuras
capitalistas. Todo

lo demás en
el cristianismo son
los elementos agregados durante los siglos, por la gente que no comprendió cuál era el papel esencial del Carpintero de Nazaret ( como suelen llamar los marxistas a Cristo) en la historia de la
humanidad. Esta gente transformó el cristianismo en una religión
y
en una fe, incorporan9,o a la enseñanza de Jesús los· mitos de las re­
ligiones paganas, especialmente de las antiguas culturas griegas
y
latinas. Jesús de Nazaret no es un Dios encarnado, es décir, Cristo,
y no lo puede ser, pues Dios no existe; el concepto de Dios -según
los marxistas- es un concepto creado por el hombre primitivo para
explicar los fenómenos, los cuales debido a su ignorancia
y baja
cultura, no era capaz de explicar de otra manera. Siguiendo a Feuer-
73
Fundaci\363n Speiro

MIGUEL PARADOWSKI
bach (37), los marxistas sostienen que en realidad no es Dios el
creador del hombre, sino el hombre es el creador de Dios y de la
religión.
Cristo· tampoco era un hombre piadoso, religioso; esta imagen
de un Cristo adorador de
Dios y fundador de una religión (la cris­
tiana) es el producto de una leyenda (38). Como defensor de los
oprimidos Cristo era precursor de Marx y de Lenín, luchaba por la
liberación del hombre de un régimen social-económico opresor
y
explotador y por una nueva sociedad más justa, más humana (39).
Así, en pocas palabras, se presenta el "evangelio" del "cristia­
nismo ateo", proclamado por el marxismo.
Lo doloroso es que esta
presentación del cristianismo goza de la admiración por parte de un
grupo del clero
progresista.
En

realidad esta maneta laica
y materialista de concebir el cris­
tianismo no es nueva, pero en los tiempos pasados no gozaba de
popularidad. Sólo desde el momento que los marxistas la captaron
y la reelaboraron, presentándola de una manera nueva y atrayente,
empezó a pentrar en
la teología contemporánea, hacerse adeptos
entre los sacerdotes jóvenes, vinculados con los movimientos
suf>.
versivos. La profunda . crisis por la cual pasa la Iglesia después del
Concilio Vaticano Segundo (40), facilitó la pululación de toda clase
de errores en la Teología y entre ellas también a este "cristianismo
ateo". Con estupor lo encontramos propagado por muchas revistas
(37) Vea: L. Feuerbach, Das Wesen des Christientums. Sobre el pen­
samiento de Feuerbach está basada la «teología» de Marx, expuesta por él
principalmente en su «Zur Judenfrage», la obra polémica con las ideas de
Bruno Bauer,
y publicada en «Deutsch-Franzosische Jahrbucher» (febrero
de 1844). La palabra «Teología» la usa Marx en el texto varias veces.
(38) Según el profesor .Jeanson, librepensador y ateo, expuso en su
clase magistral inaugural de la Semana de los Intelectuales Católicos, en Pa­
rís, en 1971.
(39) Esta es la idea medular del pensamiento de Roger Garaudy sobre
el cristianismo; el más representativo pensador marxista francés,
miembro del
partido

comunista de Francia, lo expone casi en todos sus trabajos sobre el
cristianismo y especialmente en el artículo ya citado en la nota 34.
(

40) Eso no quiere
decir que
esta crisis haya sido provocada por el Con­
cilio; pensar así seria cometer
el error .llamado «post hoc ergo propter hoc».
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LA MARXISTIZACION DE LA TEOLOGIA
teológicas, en los artículos de los profesores de los seminarios y de
las Facultades de Teología de las Universidades Católicas.
Y este
"cristianísmo ateo" constituye el pensamiento teológico
(?) de mu­
chos sacerdotes comprometidos con la revolución marxista, miembros
activos de los partidos comunistas
y procomunistas ( 41).
Uno de los ferovorosos apóstoles del "cristianismo ateo" _es en
América Latina Jordan Bishop McC!ave, sacerdote y religioso- domi­
nico, formado en las Universidades de Roma, donde recibió su grado
académico de "doctor en Teología", autor de varios libros y artícu­
los en las revistas europeas y norteamericanas, y profesor universi­
tario. Hace poco, como muchos otros sacerdotes revolucionarios mar­
xistas, apostató. Sus principales trabajos· los publicó todavía antes. de
apostatar, a pesar que en ellos expone este "cristianismo ateo", .que
él consideraba como un "cristiano verdadero" (42).
7. El "cristianismo marxista".
Gradualmente, inyectando su veneno, el marxismo pretende adap­
tar el cristianismo á las exigencias de su filosofía atea y materialista.
Pocos podrían aceptar el concepto del "cristianismo. marxista", en
la forma que lo presenta Engels, sin una previa preparación por las
etapas anteriormente analizadas. Si hoy día hay tantos cristianos,
laicos y clérigos, y entre éstos
inclnso obispos,

que aceptan el con­
cepto marxista del cristianismo,
al parecer sin mayores problemas
de conciencia, probablemente ello es debido a
la previa prepara­
ción,
al previo "tratamiento". Quien aceptó el "saduceísmo", des­
pués de
algún tiempo, está dispuesto a aceptar también la invitación
por parte de los
marxistas de

participar en la construcción, llevada
( 41) Es algo asombroso que tantos obispos toleren el hecho de que los
sacerdotes sean miembros de los partidos marxistas, incluso del partido co­
munista, a pesar de todas
las disposiciones de la Santa Sede vigentes al res­
pecto. ( 42) Sus principales libros son: «Latin America and revolution», Lon­
don,
1965;
de
la mort de Dieu», París, 1967; «Cristianismo
radical y marxismo». México, 1970.
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MIGUEL PARADOWSKI
por los marxistas, de una sociedad ideal socialista del futuro, pre­
sentada como algo muy parecido y muy cercano del concepto del "Reino de Dios en
la tierra". Quien acepta esro, ya está preparado
para dar un paso más hasta el marxismo, aceptando el "cristianismo
horizontal", el cual, a su vez, lo va a llevar hasta el cristianismo con­
cebido como "una fe sin religión". Y siguiendo este "tratamiento",
quiero dffir el "lavado dé cerebro", poco a poco se irá acercando al
"cristianismo desmitologizado"
y, por intermedio de él, al "cristia­
nismo ateo". Así, por estos grados
y etapas, sin mayores dificultades,
va a llegar hasta el "cristianismo marxista".
De que es así tenemos una prueba evidente: en abril de 1972, en
Santiago de Chile, durante una semana tuvo lugar el Congreso La­
tionamericano de los "Cristianos por el Socialismo", durante él
ru.al
todos los presentes (en gran parte compuestos por los clérigos) acep­
taron e hicieron como suyo el concepto marxista del cristianismo,
tal como Jo expone Engels.
Pero antes de citar el texta: re'spectivo, conviene recordar algunos
detalles relacionados con el mencionado Congreso.
¿Quiénes son los "Cristianos para
el Socialismo"? Es ·un vasto
movimiento internacional marxista, con ramificaciones en todos los continentes. En el año 1971 celebró su Congreso en Madrid, en el
Escorial (l), con la participación de casi 500 personas, en su mayoría
sacerdotes,
entre ellos
casi 400 venidos de América Latina, muchos
de ellos profesores de Teología en las Universidades Católicas y en
los Seminarios.
El Congreso de los "Cristianos por el Socialismo", celebrado en
Santiago, también reunió casi 5 00 personas, con delegaciones de
muchos países, entre ellas también la de Méjico, encabezado por
el
bien conocido obispo marxista 'de Cuernavaca, Sergio Méridez Arcea.
El Congreso de Santiago estaba preparado por el Secretariado,
encabezado por
el Padre jesuita Gonzalo Arroyo, y compuesto por
un numeroso grupo de sacerdotes-marxistas, de muy destacada mili­
tancia política, en su mayoría los profesores de Teología en las Uni­
versidades Católicas en Chile. Fue precisamente este Secretariado el
que elaboró las conclusiones y declaraciones del Congreso del
doru.-
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LA MARXISTIZACION DE LA TEOLOGIA
mento final, intitulado: "L¡¡ amistad estratégica entre los cristianos
y marxistas", en el cual en el párrafo 6-5 leemos lo Siguiente:
"Hace casi exactamente 1600 años actuaba también en
el Impe­
rio romano un peligroso partido de la subversión. Este partido mina­ ba la religión
y t0dos los fundamentos del Estado; negaba de plano
que la voluntad del emperador fuese la suprema ley; era un partido
sin patria, internacional, que se extendía por todo
el territorio del
imperio, desde la
Galiá. hasta

Asia
y traspasaba las fronteras iinpe­
riales.

Llevaba muchos años haciendo un trabajo de zapa, subterrá­
nea, ocultamente, pero hacía bastante tiempo
CJ.ue se

consideraba ya
con suficiente fuerza para salir a la
luz del

día. Este partido de
la
revuelta, que se conocía por el nombre de los cristianos, tenía tam­
bién una fuerte representación en el ejército; legiones enteras eran
cristianas. Cuando se los enviaba a los sacrificios rituales de la Iglesia
nacional pagana, para hacer allí lás honores, estos soldados de
la
subversión llevaban su atrevimiento hasta el punto de ostentar en
el casco
distintiVos especiales
-cruces- en señal de protesta ... El
emperador Diocleciano dictó una ley contra los socialistas, digo, cris­
tianos. Fueron prohibidos sus locales, prohibidos los distintivos cris­
tianos -las cruces, como en Sajonia los pañuelos rojos-. Los cristia­
nos fueron incapacitados para desempeñar cargos públicos, no podían
siquiera ser cabos . . . Hasta se dice que los cristianos quemaron al
emperador su palacio,- en Nicomedia. hallándose él dentro. Entonces
éste se vengó con la gran persecución de cristianos del año 303 de
nuestra era. Fue la última de su género. Y dio tan buen resultado
que 17 años después el ejército estaba compuesto predominantemen­
te por cristianos,
y el siguiente autócrata del imperio romano, Cons-·
tantino, al que los curas llaman el Grande, proclamó al cristianismo
religión del Estado"" (F. Engels, Londres 6 de
marzo de 1895, intro­
ducción a la obra de Carlos Marx: "La lucha de Clases en Francia
de 1848 a 1850) (43).
En consecuencia, de lo que antecede
se,desprende que

los cristianos
asistentes al Congreso "Cristianos para el Socialismo", por las razones
(43) «Cristianos por el socialismo». Primer Encuentro Latrinoamericano.
Texto de

la Edición Internacional, Santiago, 1972, págs.
258-259.
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de "estrategia" (como ellos mismos las definen), es decir para obtener
las condiciones óptimas para la unión de los cristianos con los mar­
xistas con la finalidad de conducir conjuntamente la revolución mar­xista, aceptaron el concepto marxista del cristianiSmo, según
el cual
el cristianismo, hasta los tiempos del emperador Constantino, tuvo carácter exclusivamente de un partido político
y tenía un papel igual
al que corresponde en nuestros tiempos al partido comunista·. Se impone eñtonces la conclusión, que cada verdadero cristiano de hoy
día debería entrar en el partido comunista. Parece que así entendió este asunto al menos uno de estos "cristianos por el socialismo", el
sacerdote-marxista-hippista, nicaragüense, Ernesto Cardenal, pues ha
declarado por televisión (en Santiago) que "para ser un buen cristia­
no hay que ser primeramente un verdadero marxista-leninista". Otros sacerdotes-marxistas, a pesar que no hacen este tipo de declaracio­
nes, asumen plenamente esta actitud, pues muchísimos de ellos per­tenecen a los partidos políticos marxisras ( 44).
Así vemos que el "método de dosificación gradual'' en
la mar­
xistización de
la Teología tiene gran éxito, pues transforma a los
clérigos

en los agentes de
la revolución marxista.
( 44) Si se trata del caso chileno, 1a revista marxista «Pastoral Popular»,
en un artículo escrito _por uno de los sacerdotes marxistas sobre los curas­
obreros de Santiago, informa con orgullo, que
todos ellos, los v~inte, perte­
necen
a los distintos partidos marxistas. incluso también al partido comunista;
véase el núm.
132, págs.

12-28.
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