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Carlos Alberto Sacheri

IN MEMORIAN
CARLOS ALBERTO SACHERI
Nos ,enlimos muy especialmente unidos en estos momenlos 11
1111SJl1'01 amigos de Ciudad Ct116lica de Argentina que publican la
revilta hermana y hom6nima de Buenos Aires,
VERBO, y nQJ uni­
mos al
dolor de la viuda e hi¡o, del profe,or y querido amigo C11r­
los Alberto Sacheri.
Le conocimos en Lamsanne, en la primtwera de 1968 cuando
era profe,or de la Univmidad deJ.4114l (Canadá), y
por última vez
almorzamos
con

él
en Buenos Aires hace poco má, de un año. Re­
cuerdo bien lo, comen,ale,: 011'01 dos profe,ores u.niversitarios bo­
naeremes, Alfredo di Piel1'o y Bernardi111J Montejano, el ·director de
la revilta
ROMA, Awés de Asboth y ou-o amigo, Bernardo La­
sarte, que durante ba,tante tiempo habla concur,jdo a "'"'""' reu­
nione, del martes en Speiro
.
. El 23 de diciembre iba yo a felicit"1le la, Pa,cua, enviJndale
un e;empl,,,. del Ubro ~ su compatriota Jorge Mar#nez ,1.lbaizeta,
«La izquierda y la derecha», que acabab11 de saUr de la imprenta,
cuando la radio difundi6 la cruel . noticia, A la mañana siguien¡e
ABC publicaba la cr6nica de Pedro Ma,sa, desde Buenos Aires, que
referú¡ detalladamente el. a,esmato: «A
la, 10,30, aproximadamen­
te, después de oir misa en la catetkal de la Ciudad de San Isidro,
cercana a Buenos Aires, donde tenla
SN domicilio, 110WÚI a ésts
en s11 camioneta «Ford»
el

doctor
Sacheri acompañado de su espo­
sa, sus 1iete hi¡os 'Y tres niño1 má.r, cuando en el imtante de amino~
rar la marcha, para enu-ar por el port6n de su garaje, se acerc6 un
individuo a la 1N,ntanilla de la camioneta, ;unto al volante, sac6 una
pistola y colocando
el cañón ;unto a la oreja de Sacheri hizo dos
disparos oclllionJndole
la 11111Srte· .11#
el acto ... »
Carlos Alberto Sacheri habla nacido en Buenos Aires en 1933,
se
licenci6 en la Universidad de Quebec y doctor6 en la de Laval,
amba, del Canadá, donde posteriormente fue profesor de Filosofú,.
Con esta in11estidura y
como Delegado de la Ciudad C,at6lica de
Buenos Aires presidi6 en Lausanne, durante
el

V
Congreso de O/fi­
ce International, el

6
de abril de 1968, la co,zferencia del ilustre es­
critor Marcel C/Jment. «Quiero agradecer también -dijo en su Ja-
11
Fundaci\363n Speiro

lutad6n-al equipo dwecJivo. del Office International, que ha te­
nido
a bien i,w#arme a pre,;d;,-esta sesión, queriendo sin duda sub­
rayar, más
allá de ,,,; persona, el esfuerzo complementario de las
f6rmulas de acción tan diversas como las de la Ciudad Católica . de
Buenos Awes, plenamente comagrada a la acd6n doctrinal 'Y a la
animaci6n clvica,
'Y a esa otra de la Universidad Lava/, en Quebec,
que
ha venido ,ea/izando desde hace treinta años una verdadera re­
novad6n de la Filosofía más actual en tanto más tradidonal.»
Era

Profesor
de la Universidad Nacional de Buenos Awes de Fi­
losofía e Historia de las ideas filos6ficas, en la Facultad .de Derecho
y de Metodología cientifica y de Filosofía soda/ de la Universidad Ca­
t6/ica Argentina, simultaneando la docencia con el cargo de secre­
tario del Consejo Nadonal de Investigadones Cientlficas de 1970
a 1973. Había sido profesor invitado del Imtitut de Philosophie
Comparée dé Paris, donde dictó cursos de Etica
'Y de Filosofía soda/,
'Y de la Universidad Lava) para dictar cursos de Filosofía Soda/ 'Y
Teoría de los valores. Entre sus obras destacan «La Iglesia Clandes­
tina» 'Y «La Iglesia y lo soda/». Colabor6 en VERBO, de Bflen/Js
Awés,
y'.' tambiffl en SAPIENTIA, UNIVERSIT AS 'Y MIKAEL, en
CUJO mimero 5, en el segundo cuatrimestre de este año, fue publi­
cllllo el último artículo. que de él hemos leido: «Santo Tomás 'Y el
orden soda/».
Envió esta primavera una comuniC11ción
al Congreso Tomista de
G6nova
de la Asociación Internacional Felipe JI, con el título «La
justicia conmutativa y la reciprocidad de cambios» que en VERBO
hemos tenido el honor de publictJr en el mimero 126-127 (páginas
857-859) de ¡,,nio-julw-agosto de 1974.
En memoria 'Y homenaje póstumo al querido amigo vamos a
reproducir de MIKAEL su referido último articulo 'Y de las Actas
del
Congreso de Lausanne W, traduciéndolo del francés, la parle
doctrinal
de su discurso presidendal de la indicada sesión, que de
acuerdo con su contenido titularemos
«La virtud teologal de la es­
peranza», en estos momentos todavía más acJua/idad si cabe que
cuando
lo pronunci6. Ambos completarán a nuestros lectores la ima­
gen del profesor C. A. Sacheri, profundamente bflenlJ, joven a,m
pero ya sabio 'Y acendradamente cat6lico, · irradiando fe, esperanza
'Y carúlatl.
J. B. V. de G.
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Fundaci\363n Speiro