Volver
  • Índice

Las tendencias hacia la participación y la igualdad

ILUSTRACIONES CON RECORTES DE PERIODICOS
LAS TENDENCIAS HACIA LA PARTICIPACIÓN Y LA IGUALDAD
l. ¿ VERDADERA E ILUSORIA PARflCPACIÓN?
... La carta de Paulo VI al Car-l/.oy, "Octoge.ima adveniens", tan
tergiversada
(cf,., en VEII.BO 97-98, agosto octub,e 1971, págs. 657
g sigs., el estudio de J. V. de G. "La "Octoge.ima adveniens", ¿ha deroga­
do
la doctrina social cat6lica?")1 pa-a. exponer la situación Eictual observa
ciertos hechos vigentes que, naturalmente, no confunde· eón la doctrina.
Entre estos hechos anota la. BSpiracione., del hombre actual y subraya, en
el núm. 24, la doble aaplradóo hada la ij¡lmldad y. la pa,tlcipadón.
· Como.no somos.hegelümos no. cteemos que.todo lo real sea._racional. y
ni siquiera por todo .lo apetecido -sea real ni realizable. E~s, pee
consiguiente, que conviene examinar lo que tienen de justas y saludables
estas
tendencias y lo que tienen de ir,justo y nocivo; ~ -qué medida el
ansia
que reflejan se halla bien orient,.Ja y las causas por las cuale. su
prog En el espacio g dada la form.B de estas-ila&traciones, no·es,posible tra­
tar debidamente a fondo estas cuestiones. Solamente nos limitaremos, pues,
a exponer algunos reflejos de ellas en los periódicos que -tenemos a mano.
Antes, para orientar éstas ilustraciones, vamos a apuntar una contrzic,.
ción..
que. ·está a la vista de todos aunque -parece -qúe pocos ·la ven, en lo
que toca a la parllcipación.
Nunca &e-:ha permitida menOS que hoy a cada cual qire "participe" en
.su .sitio, en el que es de su competencia y en el ·que debiera ser responsable
de SUS actos.
Pero, a la vez, se proclama su derecho a participar en la cd.spide del
gobierno de tocio. Lo vemos: en el trabajo~ en materia edúcaitiva, en la
po/ltica ...
Se trata de programar todo desrk lo alto, desde lá organización de la
economía, al trabajo en cadena y el ocio de~ la seguridad social a todos
los planes de estudios.
Pio XII, en su mensa/e radiofónico de Navidad de 1953, lo expresó
lumlna,amente:
«En no pocos países. el Estado moderno va convirtiéndose en
una gigantesca miquina administrativa:-toda ta escala de los
239
Fundaci\363n Speiro

sectores político, econonueo, social, intelectual, hasta el naci­
miento y la muerte,
quiere convertirlos en materia

de
su admi­
nistración. Nada de maravillar, por tanto, si en este ambiente de
impenionalidad, que tiende a penetrar y envolver toda la vida, el
sentido del bien común se entumece en las conciencias de los
individuos, y el· Estadó pierd~ cada vez más, el primordial · cará.c­
ter de una comunidad moral de ciudadanos».
En
contraste. se pretende que los _individuos partidpen activamente en
el
gobierno del país; para lo cual, naf:at'almente. sólo

muy
pocos se hallan
en condicione&; ni" tampoco sería posible-que todos. a la vez ni sucesiva,.,
mente, participasen a ese nivel aun en el caso de tener la adecuada aptitud.
Este c/efeclo se trata ele salv11rlo con el sufragio universal; La paradoja,
que esto implica, había sid,, ya advertida por Tocqueville, en el cap. VI
de su libro "De la democracia en -América".
c:En Váno encargaréis a estos mismos ciudadanos, a quienes
habéis
hecho
tan
dependientes del poder . central, que elijan de
tiempo
en tiempo
los representantes de ese poder>.
El uso ele esa facultad ele elegir,
«No evitará· que. ·pierdan poco a poco la facultad de pensar,
dt" sentir y -de obrar por si mismoa. .. >.
Efectivamente,
«Los P'l:eblos democráticos que. han introducido la libertad en
la esfera política, al mismo tiempo que -han acrecentado el des­
poti:smo
eh J.a esfera administrativa,. han_ sido ,eonducidoe a sin­
gularidades muy extrañas. Cu.ando, haee .falta manejar los peque­
:iios negocios,
donde el simple buen sentido puede bastar, estiman
·a los· ciudadano~ incapaces.; y si se trata del gobierno de todo el
Estado, confían a
estos ciudadapos enormes prerrogativas

..
.>,
teramente
al hábito de_ dirigirse podrán conseguir escoger bien a
quienes
deban conducirles...>.
Joaquín Costa, ,en ·· La libertBd civil y el cong,eso ele juristas arago­
neses', cap.
VI, también observó que 106 liberal.es españoles de su tiempo,
240
Fundaci\363n Speiro

«~iensan que el pue~lo ef:I ya rey y soberano~ porque han
puesto en sus Jqanos b1 p~leta el~ral; no lo creáia: mientras
no se reconozca. a~ al individuo f a la familia la libertad
civil
r al. conjunto de individuos r de f~ el derecho com­
plementitrio de_ esa ~ d derecho ~ eatJttlµr en forma de
cQ~h11JU)res, aquelb -soberanía

es
1ffl sareas_mo, repl°eaenta el de­
~º de ,darse periódicamente un amo que le dicte· 1a ley, que
le
- hnponga su ~olqnt~d; la PJl,~t,,ta electoral es el harapo de
púrpura y
el cet:fO de ~ con que se di~razó a C~to de rey
en el pretorio de Pilatos>.
De modo pac-lllelo, mientias al trabajador se ~ c'onvi.erte en una fuer-­
za mas del · trabajo en cadena y se mecaniz~ la administración ele las
empresas, se hat,la de cogesti(in
dTrera.' 1Y se~ resolverla ·integran­
do en el ~nsejo de aclministr&:;ión unos represent~s' de loS t,~jadores,.
que-concluyen por profesio~izarse como tales · ~entarites. Y,. para
compensar aquella deshumanización
del trabajo ffll!Canlzado, B!' organizan la
asistencia social · dei obrero o emptti:lido ¡j l~ atneniiadón de ~ traba/o,.
pero.
de.de amba, tecnocrátlcame$, ci>n la . "técnica de las relaciones
humanas".
Y ási podriam~ ir slguie'f(W. No ~e permlle pártidpar con iniciativa
y responsabilidad en la ~á ·de la propia com~a,._ perq se nos invita
a que todos participemos fuera de ella:_ en la 'cwnbre,. ar.inque drcunscn ..
bitndOtlos a escoger ~-quienes ~~ en: naes&-o lufJar.
· Pero,.· ocu:p.émonos ga de los recodes que puédetl s(!rv';¡. pllra ilustramos
en el tema del que hoy nos ocupamos.
1-1. LA IGUAU>AD ECONÓMICA ¿ES POSl,BLE CONSEGWRLA POR LA VÍÁ DEL SO­
CIALISMO CLÁSICO?
Gustave Thibon, en ITINERAfRES 187, de nooiemb,.. 1914, y bajo
ef epígrafe L'JMPOSSIBLE CON:STRUcnoN DU SOCIALJSME~ en su habitual sec.­
ción de BrLLETS, comenta el hecho patente de la afon<Ü!ncla de turistas
accidentales en los paises orientales, que en la tem(JO('ada de verano
ven circulando ¡x,r sus
c&'~88 · .. innumer_ables vehicµlos con belgas,
holandesef!,. ingleses, suizos, alemanes df:l _ Oeste, etc., sin que se produzca
el fenómeno inverso. . .. Por qué esta disparidad? ~gunta-,....... ·¿Es que no
ha concluido· la constmcci6n del, -socialismo?
••
« ... ~st~ _ 6-uto ~r_~villo~,. pqr · ~P,:llt}bJ, ~d~ en D1Bdurar en
los
paises · dei Es~ _Se --coltStrQy~, el_ ~o~ali~m9, P~o ,he ahí que
~si ·ª fos 6:0 afi_9s !ll;! prose~. '1os-Jr~os, rl~· ~~ión, a cuya
edjficacfó~ ~ ¡¡_aepff:CS ~ ~e~~bµ' y ,~ J.U>ertll~, d~ -un pueblo
241
Fundaci\363n Speiro

""..ntero, permanece siempre en construcción! Este edificio, ideal
en principio,
pero ·que el e&fuerzo· de tres genéracionea no con­
Bigue poner en pie, inspira por lo menos algunas dudas acerca
de la capacidad
·o la honestidad de los arquitectos.
:>Entonces,
para enmascarar este fracaso monumental, se huaca
el refugio del futuro, la gran coartada de los utopistas -o de
los
tiranos que

disimulan
sus maniobras bajo el pabellón del
progreso y·
del sentido de la hlstoria-. El verdadero socialismo
no ha
existido en
el·
puado, ni existe en el presente, madura
para
tiempos que aún
no han _llegado y que nunca llegarán.
La Ciudad futura continúa siendo por definición la Ciudad_ fu­
tura
-un espejismo retrocediendo_ sin cesar _en el ·horizonte del
desierto-.
El socialismo ai.empr"e es para mañana. En esto es 18
pUDta , del progreso, peto de un progreao imaginario; 8118 par,
tidariOs están avanzádos respecto de ·su tiempo, pero este avance
es el

del
sueño sobre 18 re,.Udad. · ·
:>Así, des_de
el instante ·_en ·q'lle de hecho se ensaya la realización
del eólectivisoio se deseinbOca en resultad4?s diametralmente opues­
to8 al ideál por él proclamado: el

empobrecimiento en
lugar de
la ahmrdane~ la esclavitud en lugar de la libertad, lo arbitra­
rio
del poder central en lugar de la justicia basada en la armo­
nización de f.a~ desigualdades naturales · ¿Por qué? Sencillamente
porque -se funda en principios extraños a la naturaleza. Estos
ofrecen a los· arquitectós · de la política -tanto si han sido engafia­
dos por un falso ideal como si son tirano, cínicos, ávidos de un po­
der
sin freno- un terreno perfecto para la construcción de eWlr­
teles
o prisiones, pero que nunca podrá sostener una Ciudad justa y
fraternab.
Ma:rcel Clément, bajo el titulo LE PAUIAJLLER ET LA POURMIIJERE, en
L'HOMME NOUVEAU, 615, del 3 febrero 1974, al distinguir el cap;.
talismo
que denomina de dereoho privado g el capitalismo de derecho
público, observa respecto de éste:
242
«La absorción de toda la economía -o de su parte princi­
pal-en· la zona de derecho público ~s decir, en la conetrne­
Cfón
del Estad.o- es.-una consecución
real

y
concreta de la mi­
tología marxista. Bajo el nomhfe -de «dictadura del· proletariR­
do:>-
se: transpone a . los proletarios de un résin!-en salarial basa­
-do_ én
1111 eolltnito de -derecho' privado (fírmese ó no éste -se
~dmita
o 'proh,iia fa huelga-) ·a un régimen -salarial_ de derecho
público
en eJ_ cual sólo hay un patrono, un' capitali8ta,, un gestor:
El

Estado.
Frenté a i,¡ no existen' sino· hormiga&: loe trabajado-
Fundaci\363n Speiro

res, eon el partido único, el diario '.linico, los estritores presos o internados en sanatorios, la prohibición de las huelgas, de los
viajes al extranjero. -_En suma; el totalitarismo instaurado en la
misma raú_ del régimen.
>Ba1Jta considerar la· de lolf paiself comunistas a partir de 1917, o incl11110 de 1945> ... ,c:Se ha ido· de purga en pur­
ga. Los movimientos de diber-ación> siempre han dado lugar a
un sistemático movimiento de endnreclmi.ento. De .lea minas de .sal, de antaño, .al eabJ;blecimiento psiquátrico, de hogafio, no ha
habido progreso:-las.minas de sal resultaban menos contrarias a
la dignidad
que las inyecciones que transforman un ho_mbre en una ruina psieológica viviente. De los resultados económicos no
hablamos...>.
Pero de ellos hablan /o,¡ MchDs, como los r«cordados po, Raym Aron. en ABC. del 1.5 enero 1971. con el líti,lo .aru.oo LOS CAPITAIJSTAS
SUBVBNOQNAN AL .EsTADO SOVIÉTICO. Recortamos:
«Hace unos meses Íos diarios conientahan una noticia cierta
y_ poco menos qué ·increí~e: _los cODtribuyentes ·de la. Comunidad
Europea
estaban subvencioDando "1 Estado soviético, De hecho
se trataba de un SUce$> lógico _y trivial: _mantequilla. excedentaria
con respecto 8 las neéesidadéi· ~e la Comunidad se exportaba a la u. R. s. s .. a un pl'ecio' netamente. inferior al 8plicado en los lllel'Cados de

Europa ·
occidental y

el
preáupllesto Colmaba la
diferencia.
>Varias senÍanas después mi escándalo eltallabB en los Esta­_dos Unidos. La Unión Soviética tuvo que adquirir en 1972 cerca
de 25
millones de tone-ladas de cereales, y el Estado
norteame­
ricano
había contribuido ·con más de

300
millones de dólares y
mediante
subv-enciones a reducir fos gastos del

comprador. Más
aún: la intervención masiVá ·de los soviéticos en el mercado
mundial
de productos agri-colas, y en especial en el de cereales y piensos para ganado, ha provoca-do un alza de los precio~ causa
suplementaria

de
inflación en los· Estados Unido&>,
cial del comercio --exterior de ningún país occidental, americano
o
europeo. En

cuanto
se avec'ina al cinco por ciento, los respon­
sables consideran satisfactorio
el resultado. En términos generales
ese comercio
se

asemeja, por la naturaleza de las
mercancías in­tereambiadas, al que se realiza entre paiées en vías de desarrollo
y países induslrürlizados>.
La Unión

Soviética vende ante todo materias
pÍiO:uis, espe-
243
Fundaci\363n Speiro

cialmente petróleo, y éompra biei:ies de p.-oducción . y basta fá­
bricas-.enteras, llave en mano~
>Los eo-viétieos c!Mconfian
de toda eventual cooperación de
varios países europeos en la realización de alguno de los vastos
proyectos

-que
presentan a sus interlocutores. Se orientan cada
ve11 más hacia diversos métodos de trueque. -Un Eatado europeo
-Francia,
por
ejemplo-les concede Uil préstamo -deatinado a
la
compra de los
bienes· de

producción
necesarios para la cons­
trucción de ~ fábrica o a la compra de la fábrica misma. Las
mercaderias
que salgan de ésta servirán, entre otras C0888y para
pagar aquel crédito.
»El
'ini&lllo mecanismo está · p'.revisJo para

la explotación del
gas
y del petróleo do Siheria.
>Se comprende lo conveniente de esta clase de trueque para
la Ullión Soviética.-· Le fallBn capitales a causa de 'QÍl plan dem~­
siado ambicioso y de wi -enorme pre8upuesto de defensa. En cam­
bio, habría que fijarse Cn la duración de préstamos y en el precio
aJ ~e se facturar~ los_ productos de fábricas soviéticas ante11
de,
compartir la satisfacción· de_ que dan muestras los dirigentes
occident,il.es cada ve~' que ainmcian un incremento del volumen
de intercambios con
~ lJnión Soviética, _esto . es, del volumen de
créditos,.abie~~ª-."' nuestroi. interlocutores moscovitas. La com­
P!lraeión coµ lo~ ~~Préstit~s _ rusos de antes 4,e la guerra del 14 tal
vez no fuera ventajOsa P&ra nuestros actüales negoci1¡1.do_res.
En cuanto a construir fábrieae exteriores con créditos del
Estado, ¿po_r qué construirlas en la Unjón Soviética y no en al­
gún INtÍ8. en VÍ"'8 dE!' deearrollo? ¿Por qué precisamente en un
país en el que los ex~njeros cliocan eon el muro del secreto
y que si~ rechazando la coexistencia ideológica, d libre diá,.
logo de hombres y de ideas?»
«No critico los intercambios &te-Oeste en cuanto tales. Al
contrario,
deseo que se amplíen.

Pero no
v.eQ por

qué deben
los
occidentales ·conceder condiciones a vece~ más vent&Josaa que
las que conceden a países amigos en via de· desarrollo. La eriais
de

la
agricµltura :µ.ortea~eana resulta, desde hace decenios, de
una capacidad de produceióµ exeedentaria frente· a la falta de
dinero
de quienes

ti«,ne11;_
hambre. La quiebra de la agriCllltura
coleetivi&ta n-.astorn6
.de

repente
~ eonclicjones del mercado . ..».
No obstante, evidentemente* lo económico no es lo principal. El citado
Marce! Clément, prosigulend,, su referido articulo, i(ISiste •n lo que es
/ondamentol,
244
Fundaci\363n Speiro

« ... el colectivislllo que suprima la-iniciativa y. la libertad per­
sonal en 18-economía es.POR ESE MISMO ·HECHO una negación
práctica de la dignidad del hombre t1ujeto de der_eeho (ea decir,
imagen· de Dios) •. .>.
]JI. EL JNTBNTO NEOCAPITAIJSTA DB REDISTRJBUCIÓN JGUALATORIA DE LA
RENI'A PO~ BL 8sTADO,
foaquin Garrig~ W alker, en tercera piana de ABC ·del 4 de octub,e
1974, en su articulo Los GRANDES TEMAS NAclONÁLBS: LA BCONUMIA, nos
muestra otra .soluci6h ya utüizada hoy· pai'B colmar las ansias de igualdad:
<-, ¿Capitalismo ·o socialismo? ¿Es esbi 18 única alternativa
pata nuestro paía? .¿Tenemos realmente fju.e enfrentarnos con
· ese
dilema·? -En lós países del .llamado Mundo Occidental, y más
concretamente en

los
países eon · ésti'uciurH de

poder democrá­
tico,, el sistema ecoti6mico es el -de la iniciativa priváda o, sin
eufemismos, el capitalista. Pero
en eU01 también el Estado es un
protagonista·
.principal d8 la vida económica.-Allí, la. batalla entre
la· empresa pública y -la privada ha e.tado _sometida a los vaivé­
nes -de .}a -vida pública y en particular al turno de los ptirtidós
en el Gobierno, Cuando el ¡iai-tido que aileanzii el poder e, de
signo socialista o labórista se recrudece., -wr así decir, la política
de nacionalizaeion~ y si eii el conservador aumenta. · el ámbitO
de competencia de la empresa privada. F.ete planteamiento está,
SÍfl embargo, perdiendo fuerza el'I los últimos tiempos por cuanto
' los partldbs de' izquierda ~ense socialistas .o laboristas-han
·
perdido ·

fe,
en -un• política generalizada .rJ.e nacionalizaciones, ya
que entienden, eii mi -criterio .con razón, que la &ocializaeión, es
-decir,
el repatto-. equitativo de I-a · -iiqtleza, lle-J)ued·e· obtener por
otros métodos más eficaces.· En dos paIBbras, a -través de la polí­
tica fiscal y del Presupuesto. Con esos instruil:ientos el Estado
tiene

en ·
sbs Dlanoi la -máquina: más .eficaz para igualar la renta
de lbs ciudadarios.
«Así las-- cOBlls en el mundo, pienso que en nuestro caso el
tema
dé la elooci.ón del eiStemá econóniico lo debemos abordar
con mueho pragmati8nio y. sol,re todo~ sin dem3gogias de uno
u otro sigóo. De lo que se trata es de re))artir mejbr la riqueza.
Las diferencias actuales. de renta éntre los espafioles son inacep­
tables si queremos convivir pacíficamente. Para cotiseguir una
mayor igti:illda~ én esa distribución hay una serie de pasos pre­
vios a cúlquiei-otra definición coOeeptual que en mi opinión
· aeHan-los siguientes:
245
Fundaci\363n Speiro

»El pre&11pu.esto del Esmdo debe dedicarse primordialmente a
financiar las actividades inaterialee y espiritualea que garanticen
un .. mayor biene.star·al·mayor núniero
de .españoles; la educación,
105 lr11D8porte& públicoa, la inlraeotructura del paia, el medio am·
biente, etc. El gasto público debe controlarse a su vez por unas.
Cortes representativa.e
de

los
intereses comunitarios.
>El aparato fiscal -COmo contrapartida del control presu­
pueatario-,
debe

operar como
instrmii.eiato definitivo
en
lií igu,
!ación de las rentas.. :En ese contexto el fraude ea un delib) y el
castigo
la pri\'1'ción 4e libertad.
>Las Cortes, en tanto e11: cuant~ sean representativaa de lu
tendencias ideológicas del pai, deben sancionar la ley de sepa­
ración radical de las aetividadee del Estado de las privadas. Las
Cortes,
y sólo ellas, ·definirán cuáles son las actividades reserva­
das ·en exe1118Íva al Estado compremio. Todo lo demás sería
competencia_ de la iniciativa privada·-y ningún Gobiemo ni mi­
nistro
tendría autoridad para modificar eaas reglu del juego.
El sistema ciertamente no ea nuevo. Ha sido enaagado g se. practica.
Hay experiencias ele """ primeros resultados y de sú.s príme,as consecuen­
cias. Louis Salieron """ ha hablado ele ello en varias oc:askmes. Reciente­
mente, en ITINBRAIRBS 155, julio-agosto 1974, .,,.e1.,., a refemse a
eseJema fin .,u articulo JUSTICIA Y· POÚTtCA ¿ExJsTE UN ÓPTIMO DB IGUALDAD7
donde, hablando del sodalJsnw, exp/lca:
246
«~ ... hay otra forma de socialismo: la del que aeepta el -capi­
talismo privado en la producción y estableee la igualdad en el
reparto por vía legislativa en el ambito de lo fiaeaL Quien pri­
mero, que nosotros sepamos, preconizó esta solución. fue John
Stoart. Mill Conaideraba que ningún-sistema ·era tan apto para
asegurar mayor producción de riquezas
que-el capitalismo libe­
ral,

en libre·
concurrencia. Pero que, conio este sistema eDriquece
excesivamente
a

los
'capitalistas, -el Estado debe reatableeer la
igualdad
recaudando

los impuestos
precieos para
distribuir
las
ganancias superfluas
a Iosº-menos favorecido~ o

bien para crear
instituciones sociales· en beneficio gratuitamente dé estos.
>Esta segmida forma de socialHlllo existe. por lo· menos ea:­
boza~
en todas las democracias liberale&. Generalmente se se­
ñala a· Suecia

como el
modelo más perfecto. Se· habla del «&o·
cialimto-a ·ta 111eca>~
>En nuestros díaa, por .lé) tanto, pueden- -indicarse do., grande,
siltemas -----tJe8D cuales -fil.eren tu modalidades naeiónalea de
aplicsci6n-,ooia!istas: el ·"'111W1lisnío en el cual es abolida por
Fundaci\363n Speiro

completo .1-propiedad ·privada de los medios de ¡,l'Odueción
(salvo determinada propiedad

individual limitada
. y sin eoJabo.
ración de_ ·asalariad.os), Y.-~ socialismo liberal qw, admite la pro­
piedad capitalista,.(aparte de-~ .. nacionalbiación de ciertas ramu
enteras de la _producción), peoo que asegura la redisttibución de
la riqueza por medios fiscaleo-. ·
Sin embargo, en su editorial ckl 27 ere aeptiembre ere 1973; ABC
concluía con una interrogante acerca del ltamatlo soeialismo sueco:
< ... Cabría preguó.tarse, se~ e&te enfoq~ 11i el modelo sueco
no ha tocado ya au techo por . saturación de_ equilibrio en la
distribución de los recurBOS !(&cionales. En. los dos últimos ailios
el crecimiento eeonómicó de Suecia se ha descolgado ostensi·
blemente

· del habido en
las economías occidentalea. Suecia ex­
porta
cada ·vez más profesionales y fábrieu>.
Ciertamente, como ha resumú:lo Juan Vallet de GoyMsolo, en DATOS
Y NOTAS SOBRE EL CA> viene observándose:
..,..
.Una emigración. de las élitca, qne tral:4D de buscar fortuna
en el utranjero.
- Grandes . dificultades para las pequellas empresas, mientras
el capital sigue concentrándose. lean Parent, en EL MODELO SUKCO,
dice que en Suecia el capitali.-o privado e&tá máa-.eoncentrado'que
en
parte alguna· y domina absolutamente iR-esfera de. la. proa
dueeión.
- La creación-de más puesto& de trabajo fuera de Suecia
que en ella, hasta· el ·punto. 'de haberse transferido buena parte
de su producción textil a Finlandia, Portugal, Yugoealavia .. ., fa~
cilitándolo
el hecho de que los benólieios de los grandes gn,pos
cápitalütaii suecos ae reálizm princiP~te -~ et extranjero.
Aú se · ha deteri~ndo la: hfdsnza -~ pa:gos, y producido una ne­
morragia de divisas..
-

El
incremento del

fraude
fiscal es constante, peiie. a las
medidas cada vez más draco~ para perseguirlo. LR proximi·
dad del .techo de 1011 i,mpuestos directos. impulsa a la elevaci~JJ
de 1011 impuestos indirectos.
-Sobretodo9 decae cada vez más el estímulo para la inicia­
. tiva.
}ean. Je_ Saiqt C~· -~ .- CRES<>, en VERBO !14, seiíala que .lo más grave •• la pérdida del
gusto por. la· iniciativa. y por.la libertad, ·ya profe~ado por Toc.-
247
Fundaci\363n Speiro

queville: dos hombres toman. gusto a su estado de dependencia>.
Dice Ptrent que So-imrtable
y destrnye póeo a poco los incentivos

para
el ereci·
:im.entó>,
mientra.a dá évoluei6n éspóntánea vu~ve a crear des­
igualdade ...
En cualquier ca.so, como CH:?seroa Gustave Thibon en otro de sus
mencionados &LLBTS:
equitativo de los recursos de la naciÓllt conduce paralelamente
a la proliferación de
una burocracia parasibtria, a

la evasión de
loe capitales y al fraude fiscal, factores negativos de los cuales
1&1 primeras víctimas son
los

ciudadanos más
indefensos>.
Digamos que, éomO observó el Partid.o Socialista de Francia, en su
TRAlTÉ MARXISTE D0ÉCONOMIB POLITIQUB (Pliris, Edic. Sociales, 1972), la
política fiscal. crediticia y social francesa. está cor,duciendo a:
-que «se &creciente el peso de los grupo-ti monopolistás en
la aociedad>.
-que «el capitalismo monopolista de Estado [fase actual
del
cal)italismO monopolista aliádó al Estado 'tecnoerático] -ex·
tiende

al
mislllo tiempo y necesariamente el asalariado>.
-«redut:ir tas b&1es s0ciales de la burguetiía monopoiista>.
U concentración y" falta de competencia aumentan mientras esa polí­
tica es mántenlda. Pero además. se han observado. como hizo notar Luis
Olariaga en su discurso inagurel del curso 1967-1968 de la1 Real Academia
de Ciencias Morales y Politices. que existe otro pernicioso efecio de los
ilt-es de/ Estádo al capltalhnw clásico po, los flancos laboral y fiscal:
.:Al capitalismo vocacional, prudente administrador, awique
eón mucho, defecto;&
_--c¡ui.én l.q duda-:-, le está sucediendo tran·
sitoriamente un capitali81D.o ~provisado, ocasional, e.speeulativo
y aventurero: un capitalismo a cort~ plazo>.
AdemáS# i,l auméntar progresiVainénte las l!XplotacioneB que se hacen
insoportables
a la empresa privad~ et Estado vai · viéndose obligado a
liacerse cariJo de ellás, y así puede ocurrir que, dentro de un término in-­
determinado. temine:
CBpitálismo, ·en que absorbe las ganáncias que ene último aporta
al
fisco· o

a
la ·.inverái.ÓD. Después viene la dura realidad, cuando
Fundaci\363n Speiro

bo hay enemigo que afronte responsahilidlldes--y··pa:gtlé-cuentas,
-; es inevitable crear una autoridád qué iDJ.pongá légalínente lu
condiciones de trabajo qd.e ado:ptén el nivel d.e éonsúmo al nivel
de producción.
En el ínterlh, se recurre a la inflación como remedio de aquellos desa­
ju.sres · económicos, Mikon FriedmaQ. contestando a una entrevista publi­
cada en REAL/TES de septiembre de 1974 y qu• firma Alired Meo:
titulada J\4ÁS VÁLE PLOTAR CON-FRIEDMAN QUE ZOZOBRÁR CON KEYNEs,
es muy rotunda en señalar al culpable,
« ... En-realidad, no hay más que una fuente de inflación. No
éi el Petróleo, no es la energía, no· son las empresas, por pagar
salarioS niás elevados a: slÍ penorlal, no Son las elllpresas las que
aumentan sus precios: Todas estas son unas simples conseeuen­
ciaa, pero no las ca1188fl de la inO.ación. La inflación se _produce
cuando
un Gobierno gasta dinero, que se procura creando mo­
neda por emisión de billetes, o por crédito, directamente o · a
través.
de los bancos que controla, más bien que apelando a los
impuestos o

a
los empréstitos, háciélldolo a un. riimo mayor que
el
del auinento global del· producto liaclonal.
»Toda medida que en Francia, o en cualquier otro lugar,
redtizca ei ritmó de aúmento de la masa mbneiáiili:, será eficaz
para hacer mü lenta· la in-Ración. Toda·medida que ·no reduzca
esto ritmo, con·- relación ál adm.ento del ·proaoe!o· nacional, será
biefieáz. Lo· ·qilé -cüelita no es 111 -eVQlucióri de· tal o cual precio,
ó cual salario, o grupo de salariOs. Es la: md global de los
pitos ((lle-cuhrél_i fodbs Ío8 -bienes y ·iodoa- 108 8eriicios. La
economía
se parece a un globo: Si se oprime en un punto, el
aire se rechaza · hacia otros punto-&>.
c ... La inflación es una forma de impuesto, aun cuando no se
atreven
a pi-Otiunclar · sü· nó~ que no riecesita -voto alguno
del Parlamento, y que no es conocido, por el púhlicó, más que
efi el ID.omento en qile 88 cohrá. Como el alcohol, , loá buenos
efectos se hahei:I. sentir én primer momento y los riialoS se hacen
sentir
después. Inversamente, si- se practica-la abstinencia, apare­
e-en los inconvenientes en primer lugar y las· ventajas más tarde:
precios moderados, economía estable Y próspera. La inRaclón
permite, por éonsigniente, a quienes ocupan el poder; con la
vista pues.ta-en laír próximas elééciones Y nó éli las perspectivas
a lárgó t6rinino, Que muestren coino iuperada lá peipetua contradi•
clóii de
lií -vida pública, én la qu¡,-·-cdda: uno exige del Estado ma-
Fundaci\363n Speiro

yorea gaatos, a condición 4e no pagar más impuestos. Se pretel>
de,
a vecea,_ que ~ dosis limitada. de inflación actúa como lubri­
ficante
d:e los en_granajes soeiale,.
. »Pero sucede, neceaariamente,
que llega un momento en que
la inflación adquiere proporciones tan grandes, en que las. in­
j~ticiaa
y las tensiones resultantes son tan notables,, tan insopor­
tables, que desencadenan presio~ políticas. Estas son las di­
fi~ultades que empezaron para los Gobiernos (ayer para Reath,
hoy para Tanaka). Este e& el ro.omento en que nos eneontramoa,
el momento en que ta inflación empieza a poner de relieve
sus malea...>.
«... Me ha parecido sieinpre particularmente chocante ver a
101 Gobi~o5t únicos -responsables de la inflación, invitar a 1111
víctimas a que se. dejen _expoliar>.
IV. ¿ACASO EXISTE UN ÓPTIMO DE DESIGUALDAD?
Volvemos al referido arlículo d,, Salleroo, en ITINERAIIIES 185, pera
ver cómo resuelve esa pregunta que. él ,riismo plantea:
«Cwquiera que sea el. régimen siempre haliamoa deágual­
dadu,, y siempre observamos una· v.obmtad m.4s o menos expre­
sada, ~ -0, .menos evi~ente, de ¡~ .
>Siendo_ ·así, Ja c~stión está pltm~ada del siguiente

modo:
¿ea posible la igualded ahs!,luta? Previamente a,ln, ¿ea deseable?
Inversa~te¡, ¿:la. desigualdad ee
inevitable?, ¿ ea mala?>.
La, primeras observaciones que estas pregunta,. le suscitan son. de
o..den gene..al:
2,0
«En el terreno de lo-abstracto, podríamos_ contentarnoa con
decir
qu.e la igualdad es -µna noción conceptual y puramente ma-,
te_mática. El mundo ·real -es un mundo de desigualdad por el
simple heeho de que jamú existe identided entre dos elementee
de la raalided.
>Los individuos .
no &0n idénticos,

nunca son
iguales, pero los
derechós que la ley lee confiere y los salarios que perci,ben ~
den -ser iguales. Esta in~uceión del concepto y de_ la aritmética
en la
sociedad crea precisamente el problema de la igualded.
>La igu¡ddad _pqdríamos definirla como el ajustamiento de
estas igualdades teóricas a las desigualdades· humanas.· ·
Fundaci\363n Speiro

:.Son precisos criterios>.
«... 1a historia nos enseiía que 108 grandes movimienl(MI de
reivindicación igna]atoria,. en diversas _épocas y difltintoa-países,
han
tendido monoo al logro . de. la igualdad. obooluta que a la
abolición do cie.
«Simplifieando
las Cosa, considerémos la igualdad económica
según
la

imagen que
evoca en todas las mentes, es-decir, eomo
la igualdad de rec1ll'80'8 en dinero atribuido& a todos los indivi~
duos.
¿En qué grado puodo lograrse esa igualdad?
>Aun
amtes de saber si esta igualdad puede ser total, noa da­
mos cuenta en seguida de que· solamente el poder polítiéo puede
imponerla en el maYor · grratlo po&ible. Digamos que su plena
consecución exigiría el salariado universal.. Toda libertad eco­
nómica, electivamfflte, engendra la desigualdad. Incluoo si osta
d08igualdad pudiera ...-reducida do golpe por medioa fisealée,
no podria alcanzar el grado do igualdad que permiiiera, al mono,
teóricamente,
el reparto por medio del poder polítiéo do todos
los recursos pecuniarios. -· -' ·
»La desigualdad s~rimida por el poder podria, no ~bstante,
renacer

por otro lado a
causa :de las actividades· clandestin8' que
siempre hallarán una manera de ser remuneradas por acuerdo
de
loe interesados. A punta do lanza, la. igualdad, si no absolnta
por

lo menos
lo más perfe~ta posible, sólo podría conseguirse
por

la
eada.vitud y con la -.esclavitud ,más -r-igurosa.
>Nadie, evidentemente;. S11elia con un·-·rigimett.·uí, del cual
la historia_-no ofrece sino aproximaei•DeL
>Volvemoa,
puea, a la pregunta ¿cuál es'la ,,_, desigualdad
po,U,le?.
' Veamo& cómo en el estado actual de nuestra sociedad puede concre­
tarse el problema:
<... ¿cuál es el índice de de,igualdad ,rucéptible de asesu,ur
a
la vez el máximo de producción global de· riqueza y la menor
dedgualdad de ,a reparlo?
. -. . . . .. . . . . . •. . .
«Situándonos por encima de la mera penpectiva económica,
es decir~
en

una
penpectiw. soclal má general, podríamos for­
mularla de la manera siguiente:_ ¿ En qué ·proporción. '4 libertad
r la igualdad deben ser -"""""' ,-,,. que """ r •"4..alcancen
su máximo.-· dado IU caníder eoniradiclorio?>.
Fundaci\363n Speiro

¿Es p0sible establecer cientificamente,, de modo matemático,, la desigual~
dad económica impúesta inevitablemente como· fenómeno natural.?
Saileron
se retr11~e a Vilfredo Ps,eio en el capítulo II del libro lll de m Curso en
Economía Política, quien a/i,ma c¡r,e la inducción de la curva de la renta
le ha permitido deducir dos teoremas may únportantes:
«El primero de estos teoremas nos muestra que la distribución
de la renta n_o es un_ producto del •azar. El segundo nos ~mite
cono~
que ~a elevar el nivel de la -renta mínima o para
disminuir la desigualdad de las rentas, es preciso que las rentas
crezcan más ripidam,ente que la .pqblación. Por eso, vemos que
e-1 probl_ema de ].q mejora de .la .condición de las clases pobres es
1JDte todo UD p,roblema de . produ,eción de la riqueza>.
Tambié~-recoge la_ COltClusión de R~ Gibrat, en su obra LEs INEGALI­
TES ECONOMIQUBS:
· «He:intis podido deillostnir qué liis rentas y lali fortunas se
distribuyen entre loa hómbres eoh igual desigualdad desde hace
cerca de cinco siglos y que, por lo tanto, tó'llas las conquistas
000:nómicaa y ioeiale8 no -haii tenido infiueneiá sensilile al res­
pecto>.
Sin dúda -,,;gue Sálll!tori-:
«Intentar 'eiegaIDénte el logro de la igualdad absoluta, o aún
una .igualdad, .excesiva;:, coibporta los riesgos.:
-sea de dism.in-uir la ·renta nacional,. y la párte de cada uno:
-~ el.".de 'SU-fracaso que; por contragolpe, podría llevar a
la instauración de una desigualdad mayor de la que se quiso
11uprimir;
-sea. ~ fin, -a la instauración de un régimen totalitario en
el cual la igualda~ que seguramente no seria superior, iría vero­
símilmente acompañada de una reducción de la renta per eapita
y, _-en cualquier caso, resultaría gravosamente pagada en el ám­
LitO de la-libertad>.
En el mundo occidental~ en los últimos pasados affo.s, sigue explicando
Salieron, acabó por imponerse en todos los gobiernos una idea general:
< ... ·qt1.e 1'-l -p'le:no empleo es el primer imperativo de la econo·
mía y qim el incremento de lo·¡ salarios es el medio más seguro
párá éteBI' la prosperidád liségilrándo el derroche de una pro­
ducción que el progrese,-téeilico haée ilimitada. El prodigioso
Fundaci\363n Speiro

desarrollo de la riquez~ característico "1011 vei~te últi8;lOS añ05,
consagró al ~eynesianismo comq _ un dogma. para l@. opinión pú­
blica. En d momen~ a~ l~s. economia~ se preguntan si
realmente no con51ito.ye sino ~ __ verda~ parcial y circunstan­
cial que debe µitegran~ en : una. verdad. más gen!!l'd que le
señaje -,sus lú;nites. Acerca

de
eeo invita a

reBexionar seriamente la
~ infl~ción permanenlt! r creciente. :Pefo lo cierto .es qqe de
hecho el

alza continua
de 108 sa4arios, a la vez no~ y: _real,
se ha presei:a~do _ como jus_~~ción del socjalislllO ( .. unque pro­
c~
de Estad9_s Uni«Jos) -puesto que el socialismo a.e ha presen­
tado
si~pre coJDO ~ def~or d(' l_o~ _ a_l51'lar~dos. Co~tamente,
pu,e~ _el clirµ~ de plenq elllJ!leo y ~~ de_ s~i.Ps a9~.tlenen el
prestigio del
so~i,J;,s¡p_o,.- co;n: 8i"8 nota, ,'e i~da_d y ~eguridad>.
La· política de los gobierru;s-ha consfstido de modo. general ,¡n:
<Ü el~var lo~ salarios mínimo~ _
>2) cerritr- eii lo ·poaihle ó1 ·ábaniéo de saliirin,
:.3) aumentar ia redimiJrución de 18 riqtieza (ásignácionee di­
versas, s~~ridad ~ociil~ · jubilaciones, 'múltiples 1¡1~ici~s gratui-
tos, '6ubvenciOnes_ de todo. géné~, -~t~)-. '
Con ello se han ido produciendo los· siiJaientes 'fenó,neh08:
«Las actividades independientes hallan grandes difieultades
para subsistir en este régimen y van desapareciendo progresi­
vamente...>.
«El desarrollo· del régimen salarial resulta favorecido por tres
heehos:
1) los «independientes> débiles-J,ratan de convertirse en asa­
lariados para obtener cierta seguridad;·.
2) la concentración mata -las actividades independientes;
3) el Estado prefiere e-1 salariado que le-permite dirigir más
fácilmente la economía y asegurar mayor ·igualdad en las situa­
ciones personales>.
Sin embargo:
« ... a través de ia generalización del salariado, se observa una
sihHJciÓ'1 gl9~al. C8~C-~rj_~aW1-por ej.ert~S ~_losº_qne irritan a la
Qpinión pfth:lica y--d~ti.~~ -~ es~8JlZ~ d~ _"igu-1.dad y de
segpr.idad a los que únit(IIJleD.~-eJ ré~n -sal•rii¡tl podía res­
-
pon,der:
--Las esta~~stj.eas pre,entan 4~. l!l~~o 111'8 f$o lq -situación
Fundaci\363n Speiro

real de loa individuos según las diversas categorías de remunera­
ción ... A veces el · 1alario oficial e1 la única fuente de recursos
de un individ~ pero en Otras va acompafiado de diversas mo•
dalidades de gratificación. ..
->La compo1ición del hogar, con un solo · salario, o dos, o
más. con cargas familiares extremadamente diversas (hijos, pa­
dres, personas achacosas o enfermáa) crean enormes desigualda­
d.._
->Se~ loS sectores loe asalariado, pueden defenderse vi­
gorosamente (gracias a los sindicatos o sencillamente a la ley de
la ·oferta
y la demanda) o, ·por el contrario, resultan toud.mente
impotentes. Sin embargo, abundan los sectores d~iles y éstos
DO intetesait 8 los dirigentes poJítiCos.
-»Pese a la voluntad de asi_gnar a todos el mínimo vital,
una
poMaeión ·marginnl mUy im~rtante, el «cuarto mundo>, vive
en la
más extrema pobreza, a veces en la total miseria. El clásico
pauperismo,
_lejos de bahQI!" desaparecido, reaulta de una realidad
más .águda que antes. ·
->En r~sumen, 18 generalización del salariado va acompañada
de múltiples desigualdades, vivamente sentidas, y que &OD com­
batidas por los ÍniBJD.Os métódos que las engendran, pero a las
que no se . halla el modo de sustituirla&>.
A "' lado:
«._ un pequeño número de dirigentes del gran capitalismo y
de -la moltitud de empresario, del capitalismo «-salva ge>, 1e aco­
modan perfectamente a la prolüeración legislativa y · al laberinto
administrativo,
en que operan con una libertad de hecho próxi­
ma a la anarquía •• ..>.
«Legales o ilegale1, ms actividades se emparentan a las del
mercado negro, que
es la forma normal del mercado cuando el
estatismo y la reglamentación paralizan el ejercicio de la liber­
tad, Esta jungla engendra

los
eBCándalos en
los que
el reino
de
la desigualdad triunfa y hiere
más vivamente a la opinión>.
Por otra parle, ~I hombre indir,/dua/:
254
«._ .. se siente cada vez más y cada· vez más de pri1a, más dis­
taneiado de· 18 _riqueza ~e los ~ ricos, del poder de los más
poderosos y· del saber de los más sabios. La capi~aeión de lo
coiectivo hace e.-da vez: más insignifican~e la capitalización de lo
individual y lo personal>. « ... Ante el temor de ser aniquilado el
Fundaci\363n Speiro

individuo busca fundirse en lo colectivo y llama en su, :socorro
al Estado • .> •
. Bn su con.Jw,to,
« ... la situación se caracteriza en to-dos los ánÍbitos poi-fén6-
menos antitéticos:
-aspiración creciente a la igualdad y ·a la seguridad;
-

sentimiento
creciente de desigualdad e _inseguridad;
-

llamada
a la intervención estatal, temor a la omnipotencia
burocrática;
-desenvol~ento constante d~_ Ja i~dad y la seguridad
a través de la JegiHJlcióri fiscal y sócial, deíaffOIÍo ·cOllStanie de
la desigualdad por el liberalismo salvage y la ñgida falta de
realismo de la __ reglamenf;ación a~~nis~a~~; _
-exasperación · del individti.aliamo contestatário; masificación . social...>. . . . . . .· ' '
~ vuelve a insistir
"¡&;,,te un grado 6ptlmo de ~1-
Tra,ladsda la cu~ a la dúiguaitJa,l económica, responde que lo /rag:
l.• A pBrllr del punto donde la igu,slaclón de rentBS, traería comlgo
una .subsiguiente g ~ ~inución de la-~ª nacional.
2.io:' Bn CUl!fJ.to sea . tle_cesaria para. una adecuada 'jerarquía 'de actlvida-­
des
profes/onal .. g soc1a1 ... que exige c/lve,,sldad de com/de,ac/one, eco­
nómicas.
3.• Bn la requerida para la eotuewaclón de lo, diversos valores ro­
ela/es no económicos puea:
«Si nuestra sociedad occidental conserva aún un lote Bpre­
ciahle de los valore& [h~OS], es debido a que aún suhlliste
la libertad y la solidez de costnmbre~ forjadas a través de siglos.
·Pero este

patrimonio
de eivilizaeiOD. se désm.orona ripidamente y
la obsesión igualatoria, a l[a par· que el progreso de la tecnología,
rio11 -conduce insensiblemente eu «definitiva y perfecta tennitera»
que anmició Panl ~aléry~ ·
¿Quién, por otra -parte, no es consciente ·de qtte la mnltipli­
eación de IR8 disposiciones legi1Jlaiivas dirigidas a acrecentar la
igualdad Y''J¡¡ ~gúridad·'eDgeniira ·perpetuamente riu6Vas desi­
-~aldades y una· inseguridad nueva? Tódo -e'r muu"d¿ teme 1rt
Leviatán totalilariO, qtlé·· hiveiaria Jitiestra1 ·périoDtla por la es­
clavihtd y :nOs Obtig'.aiiá a tnÍMj&r ' parii : iné:taural' lfl1 dominio
universal>. · · · · · · ·
255
Fundaci\363n Speiro

Apo,tillando a Salleron, añl!(iiremos que si la igualación masifica g
elimina la libertad, necesariamente adormece o mata ~ fnteracción social sin
la cual no puede haber verdadera .panicipadón. pues ésta requiere com¡:,e­
tenc:ia. iniciativa y responsabilidad en la estera de cada ·cual, naturalmente
distinta g libre,
V. ¡~EDE SENSATAMENTE CEN'!'RAJ!SE TODO BN lA .MAYOR PRODUCTIVIDAD
y· EN
LA MAYOR IGUAtpAD BOONÓMICA7
La cróni¡,a de Lc¡ndres de ./1,lfonso Bon-a, en ABC del 22 de octubre de
1971, n<>s refie,e la re,pa,esta • está pregunla qu< ,x,co• d/83 antes había
d:,icho e[ ~ _'min'istfo co~vador &ir K~~ J9SePh:
256
«Di.ce sir ·Keid; en _ ~ p.i~_lll'Bo_ que )a eco~omía es una parte
dé la ''politi~-Pero no es su alma. Las Promesas -el.ecJorales y los
anticipos de los mendigos que sUSpiran por ell Poder riegan el
país con utopías que no son realizawtB jamás. E'8, actitud ag;rava
el conflicto social y _f~en~ qn ~ntido .Je fnÍ&tración. Con·· esos
sen~mientos
se, é(ebilill, La. vida' . ecqnómica.
~Sólo puede fiahel' waa ~Con9mía ~ •. ·en un cuerp9 político
cqn ~uena ~ud. Los con88rv.ador~ _ progognan las libertadet in­
. tJivid11Bles, la. d('S~tr.alizaeiQD adminis'1'~tiva. lá resporq,abilida_d
individúai y la iridependeneia. . . .
>Des~ ese pasaje del di8Clll'8o
_

abre
fuego arrasador_ contra el
socialismo. Los conéeptos que siguen a continuación no aon áp~a
para los fieles y entusiaa-tas de ese credo político.
>Los conservadores se oponen a 188 m¡1cionalizaciones y al
crecimiento d«t los contr-oles del Estado sobre la· vida económica.
No lo hacen· para defender a los propietario~ ·sino para amparar
las libertades del individuo -y· evitar ·el empobrecimiento general
que' alientan las corrientes nacionalizadoras.
»Los
conservadores propugnan la libertad de educación para
que los padres elijan el si&tema y los centros ·que comideren me­
jores, Sir Keith defiende, en especial, los valores civilizadores de
la -institucióq familiar, «lo& cimientos sobre los que se alza la
nación>. Ahora· esa base· está minada y· con unos Jpoyos ende­
bl~ el país irá a la ruina de la mano de cualquier política brin­
dada por, loqiartidoo.
~El
bien y el pial y la idea de disciplina están pasadoa de
mqda en el régimen aetmd._Son prefe.-idos_ los térnµDos-~sociedad
tolerante>
y «sociedad colectivista>. El aocialismo ~etivo arrebata
Fundaci\363n Speiro

,,
a la familia 'y a sm miembros las oportunidades que, facilitan la
cohesión en

el
seno de ese organismo natural.
>Los padres son privados

del
deber de satisfacer las neceai­
dades económicas de

la familia
y de las responsabilidades, por
la salud, la formación, la ensefianza mor~ el coníejo y el deber
de

ahorrar para
la vejez. Cuando 1a sociedad acapara· esas ·rea­
ponsabilidades
el

individuo
se hace irreéponsahle.
>Los resultados
de

la nueva utopía
están a la vista. El cri­
men, la violencia, los malos tratos a la esposa, apalear a los hijos
son

el
fruto de aquella& tendencias. La teoría dice que si se pro·
pina el golpe -de gracia a la pobreza niaterial, los ·males citados
desaparecen. La "eXperieneia, sin embargo, da otra lección. El
auge
del vandalismo, la délin.cuencia juvenil, la deserción de las
atilas escolares,
el gamberrismo; el anallabetismo y

la decadencia
de los niveles
ed.ucatiVOs -coíneideta ·COn el desat'.rollo de los
prelupuestoa.· para la ensefianza: públiea y

-
la seguridad social.
:,.Escuelas
británicas están dominadas por pandillas que exigen
eontribucfones. económicas a

los
demás alumnos. Crecen las

ci­
fras
de los embarazos de jóveDes- con menos· de veinte años y el
alcoholismo, los

delitos
sexuales y los crímené& sádiCos.--Por pri­
mera' vez 'en -siglo 'y· níedió, desde ·que el con&ervador Robert
Peel
-ftllldó la- guai-dia metropolitana, hai barrios dtdas ciudades
inP:eeas
donde no--haJ'" segul'idad- pal'a el· b'anSeÜnte, ni de día ni
de
Doche.
>Lá 11Íeha poi-la igupldad -apOrta unta:, desigttaldad ··Creciente,
En las Universidade&, -que· deberían· ser lemP,loS de la ·verdad, los
·
de las iz.quierdas -faeilitan una -visión anti­
cipada de lo que seria una dictadura de aquel color. Esas tácticas
son
alentadas por algunos' miembros de los clausti'Os universita­
rlos, especie de
cuclillos

que
aiiildan en· el Seno de la dem.ocraci"9
y

por la timidez
·de ·unos y· la apatía ·de ótr'os. Y, .sobre todo, por
la
cobardía moral

que aflora
en la

vida
pública.
>Esas corrientes ·se remansan. a V8C88t en Ja·s eseuélaa de los
distritoB pobres; En ellas se rinde culto a- la rebelión contra la
«sociedad injltsta>; contta

la
autoridad y se prepara "también la
rebelión contra la autoridad· -de la "familia.-Aif la retóriea 'fácil
de
la libertad es tapadera para encubrir todas las irresponsabi­
lidades.
>La·s ántiguas virtudes del patriotisino y del · orgullo nacional
son
denigl'adas · en nombre del internacionalismo y· ·del amor por
todos los hOmbres. Pero es imjloail>le ,amar a lá humanidad en­
tera sin ·amar
al cotb.patriotL -·Géórge :·orwe11 · descubrió -a los m.
telectuai~ de· izquierdas comt; -ho.mhtes DlOvidos par.·UD odfo a
257
Fundaci\363n Speiro

• m país. Socialistas que pregonan el amor a los hombres no pue­
den soponar a .sus paisanos>.
Es muy- nnsato a este propósito lo que Estaois1ao Cantero escribió en
su articulo EsTATISMO y LIBERTAD. ÚBBRTAD DE PRENSA. y LIBERTAD PE ENS1Y
llANZA.
en EL PENSAMIENTO NAVARRO del 12 octub,e 1974, del
que transcribimos los primeros pártalos:
ns
«La sociedad en que vivimos está llena de incongruencia~ de
intentos de amalgamar posturas que se excluyen mutuamente,
de conciliar lo -imposible. Intentos que vienen de siglos a~
froto de los euale, ha si.do el eaerüicio paulatino y constante
de la libertad y .la justicia ante un estatismo creciente.
>Cuando el_ Derecho ~ convierte en norma emanada del po­
der del Estado, -sin posibilidad de otra fuente del mismo y de­
pendiendo tal norma solamente .:de la propia voluntad del Esta­
do, la justicia desaparece, a no ser que se admita como tal
cualquier nonnatividad estatal por monstruosa que sea, inclui­
das las disposiciones raciales DHis y las deportaciones en ma­
,a del Stalin.
>Como consecuencia,. la libertad también desaparece a medi­
da
qué se suceden unas

a
otras las di~iclones del poder po­
lítico, .reduciéndose mú· y mis el eampo del obrar humano
conforme aumenta el

del
F.stado, quedando

finalmente reduci­
do • aquello que el Estado le penni~ ba,ado tan sólo en la
propia volunt,td estatal, .eon Jndependeneia del campo de ac­
ción que conesponde al hombre-en cuanto persona individual
y social.
>&i definitiva,·
la sociedad, como entramado de relaciones
entre sus diversos miembros
y grupo~ relaciones varia·dísimas,
que responden
a la cotidiana y p1uriforme vida social, acaba por
morir aniquilada
por el peso del poder estatal, ya sea por an­
quilosarlas, ya por suprimirlas y las cu.alee no puede crear (y
de ahí el fracaso -de intentar el corporativismo desde aniba).
Relacione& que obedecen
a

la. sociabilidad del hombre, y que
corresponden a la organ:i,1ación social en grupos o cuerpos in­
teti:nedios entre

el hombre
y el Estado, en que se plasma el uso
de Hbenades eoneretas.
>Cuando
el poder del Estado se acrecienta

disminuye el
de la
sociedad,

el de
las personas individuales y el de los grupos que
la
forman. Cu_an_do el ·poder del
Estado sea
absoluto,
el de la so­
ciedad será nulo. Recordemo•. qne el Imperio

Romano
cay6 por
el
poder. absoluto -del Estado, según los

relata Rostovtzeff,
o eo-
Fundaci\363n Speiro

mo señaló Gonzague de Reynold, porque el e,país legal> arrui­nó al ·«país _ real».
VI. LA PARTICIPACIÓN' BN LA CTJLTURA.
La noción de ¡,anicipación resulta indudablemente afectada "ttl introdu.-­cirse en ella la idea de Igualdad o, mejor dicho, de Igualación. El efecto,
ésta consiste
en acentuar la fw,ción de reparto, que· es pasiva pat'B el ~
tícipe y desdíbujá su as~o activo impreBcindible para la verdadera par• tic/paclón.
¿Puede repartirse la cultura o hay que cotiquistada con el propi_o es-­fue,zol ¿Cuál es la flna/ldad de la cu/tara?
Vmtlla Horia,
en su artículo EsTAOO Y CULTURA sl!GúN NIETZSCH~ pu.-­blicado en Y A del 29 nooiembre 1911, se ha ocupado efe ambas cuestiones:
«Desde .hace ·n::uís de_ un siglo, fo _ q~e tratan los gobiernos
ill18trados de Europa occidental y de Amé.ri_ca- .ea difundir la
cultura, transformarla _en __ algo_ 'alcanzable para_.las masas>.
«Los mau media eerían,
pues,, los instrunumto_s o p~ótesis ca­
paces
de hacer llegar ~ta la •ente _ in_tel~te más ana·
corética
o separa-la. la: luz de la ~tura.
>Dicha
tendencia cobra a

mediados
del siglo •puado matices
de.

verdadero _
frenesí ~agt\gi,cQ, .C.U8111b> el EA,tado dominador,
el :Estado capaz-de moVer __ tedos--los ~orles:'(fe Qn~ comunidad,
toma en ·sua manos Ia, riendas de la __ ~tribnción y, luego, hasta
las de la
eieación de tip~ cultµral». ·
< Y es, precisamente, _en contra de esta democratización de la
cultura que se
cleya Federico Nietzsche. con un librito poco co­nocido pÓr -sus ádmiradorea y P'ubiicado reeientenaente en una
colecci.ón de bolsillo fl'.'flll~esa ( d'enseignement:>).
Se -trata, -de una serie de conferencias que el
joven
catedrático dieta en la Univefsidad .de

Basilea
y que des­
piertan

en
seguida el interés de 'Wagner _y de .otras personalida­
des contempor4neas,
pero

no dejan_ de
asustar e indipiar a
los
ambientes universitarios de la época».
«Dicho sea de paso, otro escritor alemán famoso, Hermano
Hene, en. su novela filosófica titulada-«El juego de _ los abalo­
rios>
satiriza crueb:pente una cultura {su libro se sitúa C?D un
futuro no

determinado,.
más all4 quizá de las fronteras d~ año 2000) creada y analizada en la de_ los periódicos..
es-decir, en el suplemcmto literario de la prensa cotidiana; mien­
tra~ la verdadera cultura .seña para él la __ ~e· siguen practicando,
en
un juego cada vez m4_sqtil, lo~ que.se ,retiran a los·c:laustros,
259
Fundaci\363n Speiro

260
'más o-menos eclesiá&ticos, ·de los conventos, es decir, a las más
moderna,& torres de marfil y las más exclusivistas.
«No
se

trata, afirma
él [Niet5C'he1t de hacer regresar de la
Universidad a unos seres culturalmente formados, sino a unOIJ
futuros ocupantes de ciertos pueistos - de trabajo, digamos inte­
. lectual, en el marco de la sociedad alemana. Y lo que sucedía
entonces sigue sucediendo hoy en Francia, Inglaterra, Estados
Unidos, Rusia, etc. El estudiante no va a estudiar por amor a
la
cultura, sino
por amor a sí mismo
y a su seguridad futura.
Lo que 1a Universidad le ofrece es un sistema de arreglársela. de
ganar dinero, de Htisfacer sus necesidadea elementales en un
. IN'ÍS ·detei,ninado.
>¿ Cómo van. a . salir cree dores de cultura, se pregunta Nietz­
sche,

de
este ambiente

cargado
de utilitarismo? «El hombre --es­
·crihe.-d«ili& aprender muchó para poder "'vivir, para poder lle­
'Vár ad\?Jlarlte su· combate por· la existencia; pero todo lo que él
hacé· y aprende en eate aentido O.o: 'tiené nada que ver con la
Cultura. Esta, al coritrario; no··· eo~za · a mtlDifestarse sino en
-úna e atmósfera que se 'halla ID.uy . por encima de'. éste mundo de
miseria, de este md:ndo de Iá lucha· pó'r la exis~ de la ne,,
C~idad>.· :. , . . .
»Y· lue,go: «Por cónsigri.ienle, 8.migos, nO ci>nfwÍ.dáis· esta cul­
tura,·
ésta dios.ir.· etérea de pies S118v~· delicada, con aquella sir­
, vi~ta qtlé se, lla~ a ·veces· , ·pero ·que nó es sino la
camarera
y la comej8rll · intelectual de lá · miseria de' la vida, del
lhcro~_ de la ~eceáidad~ Toda educoción · ~ deja entrever al cabo
· -Oe
·su-; carrer'á tlD · puesto dé funcionario o ·una ~cía, no es
~a educación paÍ'a la cultur& tal conio nosotros la comprende­
mos;-sino una ñidieación del camino po¡. el cual unO salva y
prOteg~ su Pfopio sujeto en la láeha pi>r la existencia>.
»Lo que háce., l)Or consiguiente, la Unl.versidad ea ensanchar y
debilitar

a la cultura.
Ensanchar el sentidó de diluir, qne llega a
éonftmdir&e con reducirla, mlnimizarla, deformarla

hasta
aniqui­
larla.
>~ta conclwii6n noa p]IID.tea en seguida otro pl"Oblema tan
~V'e colD.o el primero; el del papel del Estad~ en esi:e proceso
de
deformación -de la cultura. Proble~ que acaba de suscitar
acentos
de grave· advertencia en un artículo que Eugenio loneaco
publi~ó reci~hmente
en áutor · de aquella ~villos'a. e inolvidable defensit de ]a libertad
que fue Helsinki ·en

pro
de--la culturií, ·donde ésta estaba representada

por
Fundaci\363n Speiro

unos político& que pretendían indicar a los hombres de cultura
el camino verdadero hacia la creación. Colmo de la decadencia
y 4el fariaaíBmo, según lonesco.
>La visión es aterradora si contemplamos no sólo los frágilee
dominio!!!
culturales_ del mundo. occidental,-donde cultura se· con•
funde ya con e cultura popular», pero si. echamos una -mirada al
mUDdo donde el Estado es todo, también _ c~tura y comporta­
miento cultural, donde el escritor y el pintor tienen la-posibili­dad de vivir gratis en aparatosos albergues para -la creación, con
el ffu. de producir novelas y pinturas alabaµdo la forma de ser del Estado en que viven,· tm.t:Qnca -l aparecen como justificado~ ~ _esto lo que llegó a ser-la cultura
en.
una,

línea de
servidumbre, ·cqn reapecto al Éstado, tal y como
Hegel la
babia preeonizado en. su sistema, Sin embargo, ¡ cuánta
temible
difqeneia entre el Estado prusiano de 1870,, _m_odelo de Hegel, y la Alemania hitlerWIIJ __ o la Rusia soviética! El indivi­
duo está hoy

obligado
a, servir-un sietema al (Jlle no: acepta._El
ciudac.iano, tanto
en O~dente,,pero sobre tedo en-lo8 regímenes
comunista&;·
no

quiere
saber nada de la .«polis> en · que vive, no
·se inte~ .poi: el1-, la cowtidera oomo un .. abuso y una anonna•
lidad.
El
,..-ti8ta reprmenta y e>plica .. ta situaeiÓ!L & el caso de Soljeni!Bin, y ·es. tamb!~ el caso de la «-generación perdida> en
Estados Unidos, en .seguida después-de .la primera guerra mnn•
diab.
VII. EL EsTADO y LA CULTURA.
Los recortes que acabamos de reproducir nos replsnte,m la cuestión del papel del &tsdo en el ámbito tk la cultura, ,k la ense/l8nza e /nckuo ,k la información~ y la consecuente relación entre &tas y las libe.rtades correlativas.
En la segunda pa,te ,k su articulo antes referido Ilstanislao Cantero trata can rigor de éste último problema:
«ABC>
en un editaría!
del 21 de
septiembre se lamentaba
~on razón-de la expropiación (estatización) por parte del
Estado de los
más importantes

diarios del
Perú, señalando con
acierto que la libert.ad de prensa es impoaible si los periódicos
son del Estado ..
>Sin embargo, lo que ha ocurrido en Perú no eé 11ino la con­
secuencia
lógica, obligada al llevar hasta · sus últimas conse,
cuenclas

un -principio anterior
en que se contiene tal apUca•
ción de-la estatización de la prensa, cual es de·· la. estatización
de
la ensefianza.
261
Fundaci\363n Speiro

262
»En Perú, como en muchos otros países, se ha -considerado e
impuesto que la enseñanza es función· é8eneial del Estado Y,
como en muebos otros países, ha visto la 1111 una Ley de Edu­
cación en que aú ae establece.
>Ahora bien, si se considera

que la·
·ensefianza en
las
aulas es
función
del

Estado,
-si en consecuencia tal eneefianza · ha de ea­
tatizarse y monopolizarla el Estado, entonces, no comprendemos
que quepa deplorar ni lamentarse por la estatizaeión de la pren~
9a, Y, como· .había observado Víctor Pradera, no aólo de la pren­
sa, sino de toda la cultura en SUB diver&ás manifestaciones.
»Porque ·si
la cultura oral, la cultura de Iu aulas es función
del Estado, no· ·comprendemos por qué motivo no ha de serlo
también la ensefianza ellCri.ta, cualquiera que ésta sea.
>6
Por qué motivo es función del Estado la enseñanza escolar
y universitaria y
no

lo
-es, en cambio, la eueftanza a travéa del
libro o del periódico? .¡Por qué es función del Estado la trans­
misión 'de la ·ctil.tura a través· de la enseñanza eseolar y no ha
de serió por medio de --eualquier otra manifestacióii cultural co­
mo el libro, el cine, la radio o la televisión?
>¿-Por qué tengo libertad para eBCíibir en la prensa o el li­
bro y no he de tenerla para ense&ar o aprender en las aulas?
»Defender· Ja liLe:rtad
de prensa como 'defender cualquier otra
libertad está bien; pero· es UDa· incongruencia
defender

al
mis,.
mo tiempo la eatatizaeión de la enseñanza; permanecer silen­
cioso
cuando se 6lim.ina la libertad de enseñanza.
>-Libertad
de ensefianza que ti.ene implicaciones y no lejanaa
con

la propia
libertad de prema. Esta queda re ?110mento
en

.que el
Estado exige ser periodista para J;lOder di­
rigir un periódico o una revista; y no digamos ya lo mediatiza­
da que resulta cuando, para ser periodista, es neee&BI'io acudir,
precisamente
y exclusivamente~ a unas aulas a aprender lo que
el
Estado quiere,
y tal como lo quiere.
»La libertad

de prensa comienza ya
con la formación del pe­
riodista, que será quien posteriormente. informará al público a
través
de los periódicos. ¿ Tal información no dependerá de la
formación y
enseñanza que se dio

al periodista?
¿No vendrá
determinada-

(mediatizada
desde luego)
por lo que
en su día el
E_stado quiso que se ensefíara al periodista?
»La libertad de enSefianza es esencial para la sociedad; es in­
herente a la misma. · El poder cultural -ensefianza en las au­
las,
lihl'o prensa,
cine,
etc..-le corresponde a ella ·y ·no al Es­
tado. 'Sin tal libertad;· el .hombre·-aprenderá en laa aulas lo que
el
Estado quiera

y tal como quiera que lo
sepa.
Fundaci\363n Speiro

>Libertad de ensefianza que supone libertad para eneeñar: pa­
ra abrir y establecer centros docentes, para elegir métodos y
programas ... ; y también libertad para aprender, es decir, para
elegir el tipo de enseñanza que más nos guste: la familia res­
pecto a sus hijos menore,; el propio estudiante al llegar a cier-
111 edad.
>Tal libertad no existe cu.ando la ensefianza es estatal. Esta
impone los centros, los métodos, los programas y los profesores.
>Sin · embargo, ae arguye que la enseñan·za estatal es la única
forma de garantizar a todos una ensefianza. Lo que es falso,
puesto que si el próhllema es la falta de centros (problema aún
no_ resuelto pese a la estatización creciente), lo que el Estado
ha de hacer es 88tahlecerlos subsidiariamente, pero no impi­
diendo a la sociedad el uso do la libertad de enseñanza.
»Hay quien dentró de la tesis de la ensefianza esta~ recla­
ma la Hbertad de enseñar para el pl'Ofesor y el" catedrático,
con

lo que se
pien8a que se h8 obtenido la libertad "dé ensefian.
za. Sin embargo, tal tesis e& -fa.isa, porqu8. si es cierto qac hay
libertad para ensefiar re&l)eetó· al · catedrático o el ~rofesor, no
la
hay en cambio para aprerlder, puesto que el alumno deberá
· aguantarse

con la
eriseña~a· del profesor, ·sea la que: sea.
»Por
otra pa~ la _enseñ~za del Estado se des~olló con•
juntamente
con la tesis
de. la ensefianza neutra o laica. argu­
mentando
que la
Iglesia coartaba con

su
dogmatismo la liber­
tad de enseñanza.. porque 1e ponía límitei,. _Pero_ tal~s límites se
reducían a los dogmas, fuera de Íos Cuales, lo que no lo sea -co­
co e:xiplicaba Enrique Gil y Robles-, aunque sea error, entra en
ei dominio de- lo que Dios dejó_ entregado ·a las disputas de los
hombres:
«in duhiis libertas»~
>Hoy, en cambio, se rechazan tale& límites _y en cambio se
aceptan
todos

aquello&_
que -~ Estado impone según su interés
momentáneo; no se prqtesta de. que el Estado impida esto o
aquello, o de que imponga ésta u otra directriz. Bajo la tu­
tela de la Iglesia no había libertad de enseñanza; con la en­
señanza estatal, en cwnbio, aquélla es realidad. No sé si real­
mente alguien podrá creerse esto.
>Cuando
el Estado monopoliza y estatiza la eneeñanza, y ee
ve
·con_

complacencia o
haata se aplauden

tales
medidas, quéjar­
se de la estatización de la prensa en Perú. o 'de los cáno~ ar­
tísticos y

culturales impuestos por el
Estado en la Unión Sovié­
tíea, es un contrasentido y una .inconsecuencia. Porque tales he­
chos son el desenvolvimiento lógico, el pwtto final , a que lleva
263
Fundaci\363n Speiro

el principio de qil~ es el Estado el encargado de proporcionar
_la cultura
y la ensefianza.
>-Incongruencia
y contrasentido es --eomo habían observado
los juristas. _de las regiones forales: Costa, Darán -y Bas, Torras
y Bages,_ -reclamar libertades políticas y asentir ,a J.-pérdida
de libertad.es civiles; ofre:cer aquéllas y negar o impedir éstas,
¿ De qué me s~e votar periódicamente una ley o un goheman­
te (S:Obre lo q~ con frecµ~neia. no estaré capacitado por la
complejidad del asunto) si no puedo estudiar
más qne donde el
Eslado me ~d~ o si los hijos no pueden recibir la enseñanza
que

sus padres
quiere11. para ellos, o si no pueden ensefiar libre
e
independient~ente del Estado?
>lncoJJ,gruencia
y contrasentido es decirle al hombre: tú no
sahes,_Jo que_

te
-conviene apre.nder, tíj. no sabes lo que es con­
veniente
para
tus hijos, tú no sabes Jo que has de enseñar; y
al mismo tiempo dec~le: participa en el gobierno de la nación,
vota- a
tas gobernantes, vota las leyes.
»Inconp-uencia y coni:rasentido es reclamar participación y
dec~ión a niveles nacionales mientras se permanece impasible
cnandÓ no
se puede apre~r o enseñár libremente. Y preten­
der que
el hombre es soberano de p~s afuera de · su casa y
dominado por
el Estado dentro de ella. Y decir· que participa y
decide
en las tareas más altas del país y al mismo tiempo se le
impide el

ejercicio
de ·1a libertad de enseñanza. Ofrecer o exi•
gir

Libertad (con
mayúscut.) y negar o
renunciar a las
liber­
tades (coll minúscula) concreta&.
>Incongruencia y contrasentido es, en fin, reclamar unas li•
bertades y asentir a· la pérdida de otras que acarrearán aqué,.
Da; o encogerse de hombros porque a mí todavía no me ha to­
cado (directamente) tal pérdida,
>Repetimos, sólo si la sociedad reacciona vigorosamente ante
la

pérdida de
cualquier parcela de

libertad, de cualquier liber­
tad concreta, será posible oponerse con eficacia
al estatismo
que

nos
llevará al totalitarismo y, con ello; defender nuestra
propia
libertad>.
Concretamente, con relación a la ~nc:ión del Estado en el ámbito cul­
tural, Jorge Uscatescu en su VBNTANA ABIERTA ,1,, ABC d,:I 17 nov"'1flb,e
1974, titulada PoúnCA DE LA CULTURA, distingue ésta cl""""ente ,1,, la 11 ....
macla politica cuUural~ Véamos _ su alcance:
264
»Existen indudablemente diferencias profundas entre una Po­
lítica
cultnral y una Política de la Cultura. Se trata de düerencias
de cada vez
más difícil

percepción en· una
época como
ésta en
Fundaci\363n Speiro

que VlVlDlO&, minada por · corriente& Bllárqtlicu que se manifie,s.
tan,

en primer lugar,
eo· el celo e.on que

el
Estado, las ideologías
y los elementos que integran la Tecnoestru.ctura, pretenden mono•
polizar e instrumentailzar a

su
servicio una
Cultura, que por
eata
!azón se pretende identificar para siempre con la Cultura de ma­
,.,.
»El tema posee un marco condicionante de carácter primor­
dial. El marco del llama~o h:umanismo ~ico y -científico, den­
tro del cual la Cultura está
destina.da a

abandonar
su propia Po­
lítica,
sus n0rmas y directrices intem_u, su contenido ontológico
para convertirse en objeto. de. una P_olítica, de -un Plan, de una
Orientació:Ó ideológica.

Es-tamos
con ello

muy
C!;'rca del problema
de la esencia de la Verdad en la_ Cultura.-J;,a Cultura pterde. gra­
dualmente sus propios perfiles. _ Los esfuerzos de creatividad bus­
can iruierirse en un orden ajeno_ al mundo de los valor-es: elemen­
tos científicos,
técnicos, instrumentalee. Y

ello
precisamente en
una época en ia cual se señalan por tódas partea remedios para
salvar al homhre de la& diversas- fol"mav de álien&eión que le
amenazan>.·
. . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. . . . . .
«La situación, contradictoria y 'anárquica en -términos de di­
fícil alcance, ha sido señalada como tal en dos documentos,. fruto
de
la Asamblea
de la Sociedad . Europea de Cultura~· celebrada .en
Venecia- en 1952. Se-trata .de un manüiesto lectuales · de Europ, y del mundo-> y un manifiesto '«dirigido a
los
jefes de Estado -Y presidentes de· Párlai:nentos, jefes de Go­
bierno do Europa y América>.
. . . . . . . . . . . . . . . . •· . . . . . . . . .
pectiva& de una profunda erieiá los principios de una Política de
la Cultura. La, Cultura· entendida como ·coneielicia--de la civili·
zación, lejos de ser un instrumento de la Política, era considera­
da en inspiradora, el factor revelador de sll8 defectos, el elemento
moderador de
sus excesos, íuénte de solución de sns problemas.
:.-Se pedía entonce& a los hombres de -Gobierno · algo esencial
para el destino de nuestra época. Se les pedía que; lejos de po­
litizar

e
instrum.entalizar la

Cultura, al
contrarió, 8é convencieran
de la
necesidad de garantizar a

la Cultura sus propias normas,
111 libertad y 1111 abierta difusión sin obstáculos-. En un espíritu
glosado así por .
el ·comentarista:
Todos los hombres de
cultura
advierten en este moinénto el peligro -de la política cultural.,
venga

de-
dontle venga. Debe estar claro· que' eontra··]a política
cnltur84 que es política' ,con -fines políticos, la -política de la
265
Fundaci\363n Speiro

cultura es una exigencia antitética de una política hecha por
hombres de cultura para los fines de Is cultura».
VIII. LA DECADENCIA Y DESCQMPOSIOÓN MQRAL,. SOCIAL Y Cl.ILTIIRAL Y EL
OLVIDO DE LOS VERDADEROS PINES DEL EsTADO,
Nos hallEIITIOS aqui ante un reciproco g dsl!ino efecto.
El Estado ha olviáado su fin primon1iaJ g su lugar subordinado al
orden natural otientado al servicio de la verdad g de la realización del bien
común,
que no le compete fabricElt' sino reconocer y proteger.
Los intelectuales han perdido el hilo de éstas nociones objetivaa g en
su subjetividad se han lanzado " la conquista o a la fabricación de un
mundo nuevo g de un hDmb,e nuevo "liberado" de su Principio g erigido.
ih!divid.ual o · socialmente en fin de si mismo.
Vmlila · Haría,
al concluir su referido articulo en Y A del 29 de septiem­
bre, explica el primer aspecto:
266
«El Estado actual no· goza de la. participación de los creado­
res, porque no es un estado de verdad, o sea un instrumento de
perfección y progreso, sino lo contrario, un instrumento de la
~tropia, de la -decadencia y la descomposiciOn moral, social y
cultural.
>Pero.
no sucedía lo mimo en Atena~ en el tiempó de Peri­
olee, ni en la Roma. republicana o monárquica, y tampoco en el
siglo XV· y·:xv1 en España o en el xvu en -Francia. Para no hablar
del -ciudadano de la Edad Media y de 5d8 art:hitas, que aeeptaban
al Estado como
una

coronación
metaffsiea, una compl~rie­
dad
sine

qua non. Cuando Platón, del que.
acaba de
hablarse
tanto
y a veces tan mal, es decir, sin un-conocimiento adecuado
de
811 drama hU:mano, eliminaba a los poetas de la -ciudad perfecta
se refería precisamente
a

unos
intelectuales que no estaban de
acuerdo con

-
algo natural y bueno, perfecto, una ciudad amiga y
no enemiga del
hombre. Y puesto que hobo Estados así es inco­
rrecto interpretar al :Estado en
general según los datos

hoy a
nuestro alcance.

Y
es incluso posible

que le
toe.S vivir en una
aceptable para los ciudadanos y los creadores. Es im­
prescindible ievantaree en contra del Fistado pseudoautoritario,
o

sea,
desprovisto de
auténtica autoridad,
típico de nuestro tiem­
P~ pero esta rebeldía no tiene sentí-do, resolta anárquica, actitud
de

sofista y de invertido,
si el Estado es realmente la continua­
ción de la voluntad de los ciudadanos, Si no, seria demasiado te­
rrible vivir. Quiero decir: sin esta prueba. que nos brinda el
pasado
y esta esperanza que esboza el porvenir. Y si el presente
Fundaci\363n Speiro

es amargo, es la cultura precisamente la _que-&ale a nuestro en•
cu.entro y nos apoya en nuestra sublime querencia>.
El segundo a,pecto. es decir. el propiamente de la cultura, lo vemos
reiteradamente tratado:
LAs Pl!RVEJ!SIONES DE LA CULTURA es el titulo del articulo póstumo del
Cardenal Jean Danielou. publicado en ABC dominwal del 21 de julio 1974.
del
que recodamos a continuación:
«El pensamiento científico, bajo sus formas t~ricas y pricti.
eas, ha efeetnado · en nuestros -tiempos excepcionales progreaoa,
tanto en lo que se refiere a las matemáticas ·como en lo tocante
a la fúica o a IR biología>.
. . . . . . . . . . . . ' . . . . . . . . . . . . . .
«Pero, lejos de presentar un progreso análogo, la cultura hu­
manista

permanece· a
una altura modestia. Du.dando en

cierto modo
de sí
mimaa, déj&se impresionar por los resultados obtenidos l)Or
el método .científico en el· mundo físiCO y· se eeluerza por aplicar
6808 métodos al hombre gracias a las ll~das cieD.clas h~
en las que el positivismo, lo· ·único verdade,ramente científico-en
ellas, es una petvérsión de 18 auténtica cleiJ.cia>,
. . . . . . . . . . . . . . . . . .
·«Son actualmertté lo~ hoinbi'es 'de cien.ciá quienes. -·conocedo­
res
~e los fünites de su iabiduri~ tratan· d"e dar con Isa instan­
cias morales y -metafísicas c&paces de , &Uminiairarles -una res,.
puesta. Y aquí es donde la re"f'elación cristiana, qué-deffela el
último sentido de la vocación humana, permite conferir un sen­
tido a todo
cuanto la ciencia aporta.
>Huelga
decir que nos, ·referimos aquí a la ciepcia y no al
cientiñciBD10, El cientlfJcisnio es 1á ,P~nsión-de la . ciencia a
eñgirse en

norma de
explicación· to~ S&lo lo practican quienes
sin ser cienillicos, conVlerten a

la
ci~cia en un milo.
>Tal prétenaión reduee a la inteligenci_a a au nivel má& bajo9
el de la explicación de las leyes del ~undo ~terial. Ahora bie14
pese
a haber conocido

un
total fr~éa80, este cientificismo sigue aún
coleteando en obras que, cual la de Monod, disfrp:tan de oierta
audiencia entre un público mal infonnado>.
«La cultura ea esenclabnente la familiaridad crin eias supre­
mas realizaciones del genio· en el pasado. Saca al _hombre de sus
preocupaciones

Utilitarias y
1e conduce a las re_alida,des supremas.
Es
UD. élemerito esencial dél equilibrio -de la 80~ied~d. Tiene ésta
tanta necesidad de belleza' cómo de pail.
>Esta vocación y esta responimhilidad de la obra literaria re-
267
Fundaci\363n Speiro

268
s:nl~ empero, profundamente alter_adas en el mundo contem­
poráneo por cierto ~úm.ero de deformaciones. La primera

es
el
formalismo desarrollado por la búsqueda estructural actual. Des­
préciase el contenido del texto; sólo interesa su forma. Enciérra­
se a1 hombre en el univ-erso del lenguaje. Obras como bras y las cosas>, de Maree! Foncault, o los ensayos criticos de
Roland
Barthes, así lo

ponen bien
á las claras>.
cien,tifico. es
exacto qne las

hipótesis
nuevas eliminan
a las ante­
riores. _Pero en lo que
atajie a

lo literario, en que lo primordial
no
es la actualidad, sino la caUdad genial, resulta ello absurdo.
Como decía Péguy, Ari!tóteles no

desvaloriza
a Platón, como el
· calleho húec0 al Cllucho pleno:
:tEste
frenesí

de
actualidad se
traduce.
en una depreciación del
pasado
que es la expresión misma_ de la incnltur~ la cual es la
memoria. Conduce a una primacia de la noredad, a un tomeo
de
originalida~ a
una persecución _ de lo
insólito, todo lo cual
desgaja a _ la literatura actnal de ms profundaa raíces humanas.
>En fin, la literatura presente es superficial en_ cuanto 1e sitúa
al
nivel de las sensaciones. Desinteresándose de las _ profundida­
des ·de'la"vida del col'8z6n ·y_~el alma, trata 'de·_msci~ la aten­
ción mediante el
erotismo -

o
-la violencia. Es superficial por ca­
recer de

interioridad y,
asimismo, por

exigencia publicitaria, por
querer halagar
101 inlJtintos y convertirse -así en un producto

de
consumo>.
el.a
eultur• filosófica plantea prohlemos análogos. El fin de
la_ filosofía no es expresar cuanto depen·de del mundo material o
de_ la
experiencia -interiort sino

lo
que se baila subordinado a
las
exigencias fon,dilmentales a

través de
las cuales se manifies­
tan las
leyes generales del ser. Antes

de
eez teologi~ antropo­
logia o tdoeofía_ de

la -naturaleza, es ontología. Dispone de
mé­
todos

propios tan
rigurosos en 1n1 orden como lo son los métodos
científicos en «d. suyo. lleva a certitudes que conciernen a Dios
y al hombre, a la moral y a la '!8rdad. Ei la expresión del va­
lor de la inteligencia creada
pgr Dios

y capaz de conocer la rea­
lidad>.
_«A'hora bien, 'la filosofía contemporánea se ha apartado en
gran medida

de
su vocación metafísica.

O se deja fascinar por la
ciencia, lo
que constituye una dimisión total>.
« •. ., o ~onsidera, con Nietzsche o Sartre, que no tiene más
Fundaci\363n Speiro

objeto (¡ue el de ser la proyección por el individuo de su sub­
jetividad. Constituye un feconocimiento · de iDlpotencia en cuanto
-a la' ·p011ibllidad para. el e&píd.tu. de·· coO:ócer lo real;
. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
« Una de las razones profundas de la actual crisis de la fe ea
una crisis de

la
cultura filosófieá. Inútil res-ultá hablarle

de la
verdad de Cristo a ·
quien no cree en· lá existencia de la verdad.
Inútil resulta
predicar el-ideal evangélico a quien niega · que hay
un bien y un mal.
>En vez de tratar de prolongar esta cultura, la iglesia ha de
combátirla. No debe tomarse cómo un hecho ineluctable al que
hay
que ádá-ptane: Mnehoi el?-stianoS Cometen. p~eci~mente el
error de, en lugar de negarSi{a··aeeptar lo qÜe consti_tnye una
perversión de la culnira. a'dmitk. que el pensamiento ! actual que-
de acaparado por Marx y NietzlJCh.e>. · ·
LA NUEVA roRRB DB BABEL tituló -Jot'ge f!scatescu su columna VENTANA
ABIERTA de ABC del6 enero 1974, de donde recortamos:
«Para un mundo que' está -:~tran úniveno de· ·1a inf~l'inación se ha "insirillado la ide&· de que no
hace sino coDstrmr runa· U:ueva ··forre· de· Babel · 8em'1Ítica. En
realidad. ·también ~la-Otra Íorre de 'Babei, ·Ia_ b1hliea,· no_ era otra
cosa sinó' orla: vasta éonfusión setnántiea: '(~o~-ra diferencia que
: a1 ·y¡ejo ·miro -'y sus· slgnificaeioois· vi.~e .ª comPietarie º mejor
dicho a e'Xiisperirle una ·vaStá·_·i~contenibl~ ~,dlld>.
«Tien~ raz6n· ·Pareysori' al concluir' qlle el· perisaitúeüto expre­
sivo éi nécesariamente })nlgn:uitieo, por sU · fundaní~ial bistorici­
cb.d; -·metnunentalizado, ·ne~do. nerilpre 'al térreilo' > d~ · ta praxis.
Así · lo hizó Destu.tt, ei" propio padre de las ideólOg(as, configu­
i"&ndo el conteidd.O prá~tiCO · de·_-éstas, stis~ fineá pedagÓgicos,
políticos Y socláles:; así Marx, al identifcar' tilósof(a y pOlítica y
buscar la e'ficácla · ·priCtiea · y ~Ítitil de 'la· ideioiogfa en la pra­
xis; a&Í Mamahei~ al Ver en _1a ideologia in&ti-UDlcnió& amplios
de
.acción pricti~ y revoluci~naria. Nació

con ello
_la tan cele­
brada só"bre la cual se 'inclÍnab ~ y otra
vez
con ímpetu ineonteriible y air-es eib-iliitos de _origirudidad los
Íóvenes· seráficos, filósofos. de la revolución cultural.
Tecnüieado e hi8torizado~ el -P'en:SamientO ideologico, lleva al
mundo llama·do del «despotismo ilusttadó· de la ·T~ea>, hacia
esta nu~a ·tealidad mi la · cual · el b~mbré 'tendrá'-que·: Consumir
má~ '"qllé _ Dada inf~rm&ciólL · Mú -q_ue p&l4 _"carite, · verdku, luz,
liabitaei6n,· automóTII" ·y -avió~- seti la ·Ínfo'rmáción··-máteria de
·~n~o: No es extraño~·'en ellias c~ndici~tíes,· qllé ta· itdórmaeióo
269
Fundaci\363n Speiro

nazca, - en su poríodo de superabundancia que se inicia ahora,
afectada
por
una enorme carga de deformación semántica o
semio­
lógica. A la . verdad se substituye -la instrumentalldad. El propio
Marcuse tan traído y llevado por la ·revolución cultural en 811
fase nascient~ llamaba la atención sobre la pérdida esenoial del
.significado de las palabras. La-información instala su reino en un
mundo
en que libertad, tiranía, tolerancia, represión, significan
todo
y no ·signifi_can nada en realidad.
>Al principio el universo de la información parece unificar,
establecer
comunicación entre
los hombres.
Pero por su propia
realidad inestable produce nuevu fragmentaciones. reclusiones
peieológicas, anarquía, confusión en las
relaciones

humanas. La
plétora informativa implica ~ocesos, incomunicabilidad,

sole­
dad. La nueva torre de Babel no quiere consentir ni vida intima,
JU vida social>.
y LA CEREMONIA DE LA CONPW!IÓN se titula el articulo de Guillermo Diaz
Plaja en ABC del 21 ;ulio 1974, al que corresponde los recortes siguientes:
270
«La leetura de los liln:-os que llegan a nuestra mesa de tra·
bajo nos hae:e pensar en una actitud-_predominantem~te peni­
, :tenci,81. ¿De qué pecad_o tfl acusa aL homb,re.b.
· < Vol_v~os =ª la noción penitencial. Rechazada -la idea de una
literatura lú,cli,ca, de onaa formas placenteras, o,

como
se decía
e~ el siglo _x1v, 4:de s_olaz>, se ofrece al creador el camino del
auto-reproche, La expresión literaria se convertiría en

confesión
de
eulplihilidad.. que, ~ lo tanto, no puede «deportarse> con la
creación esté_~ca, sino que debe pla~t~ como acusación. Coin­
cidiendo
con un enriquecimiento colectivo, con una sociedad de
meQO~ y menos _patéticas _urgencias, la literatura, c.omo un «hoo­
meranP;, vien~
a clavarse ~ el corazón del que la ejerei~ para
que, per el -.camino del masoquismo, entone el «mea culpa> por
la felicidad que
(par lo .menos en cuanto a la perfección del
mundo ;mecánico) p,iede haberle llegado. El ejemplo clave de
es:ta actitud lo ·tenemos- en la figura tremendamen~e representativa
de Patricia Hearts.
, -)'Esto es lo que yo llamo, usan~ la terntinología «arraba­
lesca>,
la gran ceremonia de la confusión. Detentando- la socie­
~ -contemporánea el :fnJto del esfuerzo de -las generaciones pe­
:aúltimas, -traducido a un vivir ciertamente -más cómodo y bonan­
cible, se da en la fior de «jugar a po~, desde el CUDÜonne>
de «hippy> a la destrozada falda de la- niña que. quiere situarse
en el plano de las últimas _uovedailes europeas. Eete fenómeno de
ckterioro col~.tivo, alcanza tanto como al atuendo al lenguaje
Fundaci\363n Speiro

y a las costumbres. Se establece como norma. del buen decir el
eoleecionismo -de vocablos viles y
se tiende, en el
trato, a imitar
los modos
y los ademanes de loa-más inculJ.tos. Y -en esto se signe
una tradición ya detectada por Ortega: la ·que ba:ce á las «élites>
espafíolas devotas imitadoras del pleheyismo, desde la goyesca du­
quesa de

Alba enamorada de los
toreros, ha_sta la

estimación -en
las altas es,ferae-del bailarín .flamenco o la t-0nadillera analfa­
beta y cdeqarri>.
siémpre rebordes sangrantes. .Hablemos de esta «ceremonia de la
. confnaión> que pueda establecerse a nivel europeo, y universal.
¿De .qué se trata? ¿De un

puro_
sabotaje? ¿O es que se trata

de
«hacernos
perdonar» un tremendo pecado colectivo?
>Jugar
a la -deporte de moda- implica crear
una
super sofisticación cultural, JJUÍS minoritaria que todos los
ameneramientos de los barrooos _ anteriores. _ Pero esta es la con-.
signa: la de crear una li•atura .enemiga .de la ret6rica y un
arte no sólo sin estética, sino explíci~mente contra la estética.
Se trata, eJ1 .suma,_ de eliminar las raíces que nos-enlazan con el
, pasado y que nos j~c;an .-en. el elUDpO-de ~ cultura-como
«hjjos d'algo>,- puesto. que la Cltltnra , es., ni -más ni-meno&, que
la memoria de la .. Humanidad. Volver . a 1~ primario -al estado
d~ los. pueblos que no tieQen historia- . significa renunciar a un
_ legado que. nos sostiene . y nos mantien_e como-: criaturas civili­
zadas. Este .es ,el jueg_o
terrible -en
q1,1.e andamos metidos>.
En el fondo, la explicaclóri "última de todos éstos fenómenos de perver­
sión y com,pdón cultural y ¡iolttlca nos la ofrece, con el tltulo de r..
MUERTE DEL HOMBRE EN-LA MUERTE DÉ DI.Os, Jósé Camón Amm, en ter, ..
cera plana de ABC del 24 de septiembre 1974:
«Ha tenido Heidegger el varonil coraje de afrontar la total
eoneepción ·del existente, llevando
las premisa, hasta el último
extremo. Si

la realidad
cólftD.ica es la nada absol"!lta, frente a ella
no
cabe más sentimiento que

la angustia
.,del existente.-Ea la úl­
tima consecuencia de da_ muerte de Dioo de Nietzsche. El
hombre se encuentra sumergido en
su. -
finitud. Y hace de
esta
rmitnd

-un
desafío y una negación de

la
infinitud.-.Es el pecado
original.
El

del
origen arraigado

en la
nada. Y e'] de esta nada
formando
la
médula de la existencia. Y la nada no como vacío,
sino como eulpabilidad del existente. La grandeza demoníaca de
este negativismo no podía llegar a más.
>Es por ello-perfectamente comprensible que el libro de Hei•
degger
<~in un Zeitt> no Laya tenido la continuación· annncillda.
2"11
Fundaci\363n Speiro

Ha llegado a una sitttación - límite. La desesperación a la que
aboca esta filosofía la hemos visto en nuean-os días concretada
en las realidades políticas, sociales, religiosas y artísticas.
>La subversión mansa
o violenta, que lleva consigo la des­
trucción
de

todos los ·conceptos morales
y positivos que · integran
la
civilización.
Un transtmeque radical de válores, desde el amor
al trabajo. Y hasta· con la religiosidad en una crisis de increen­
cia,
alentada
por
ese entrar acomodaticiamente en el mundo, que
en último

término
es el ahí caótico de Heidegger, el mundo al
que
tantas veces Jesucristo expulsó de sus doctrinas.
>Somhria. grandeza la· de esta filosofía heideggeriana que nos
entrega, en · su hmta desnudez, el mundo infeliz que nos rodea.
Es
comó su conclencia. -Y por ello su acusación. Heidegger ha
arnuicado · desde su misma esencia toda posibilidad· de creencia
en Dios. Y este ateísmo · sombrea toda su producción. El condi-
. clona· hasta-el último· estrato de su pensamiento, Con la premisa
del vacío del

Ser
Supremo· $8 explica el rigor ininucioeo, inexo­
rable, · de toélás· las condicioiies -

trágicas
del exiatente, Solitario,
siempre en el Bhismo del mundo, sin poS1"ble invocación a la
divinidad~ ca·ido, artojado--

en
lii nada, el hombre no tiene más
horizonte' que la de

la· nada original;
y · de ahí-·su cúlpabilidad.
>Atemidora · filosofía, geni8i Síntesis' deátructivá, eXP"lanación
811gustiosa
qiie sólo podía· -l'ealizarse ·en· nuestro tiempo·. J Desdicha­
da
éj)oca la ·que incita; _a -descubrir el drama de una existencia
qlle se queda en-eso, en '~x.:Si&tetteiaf En ··Ja ·1nttiraci61l por el
mundo de afuera,_. en humo, en _muerte, en nada.
»Pero _ ~mhién conclusión lógica desde Kant. ¿ Qué más da
que el h~mbre tenga como horizonte el mundo de dentro que
el de fuera? El abBoluto que Fichte coloca en el alma, Heidegger
lo sitúa en

la nada,
Un .absoluto sin Dios es siempre negativo.
· Y Dlanadero de de,esper&ciones-. Que son las que nos rodean en
una busca también . desespera-da de lo absurdo. Qtie es, en defi­
nitiVa, la· conclusión

no
sólo. lógica,

sino fatal ·
en un
inundo que
i.-u.eda en

el
vacío· de· toda 1rascendencia. Lo absurdo como eva­
sión,
cómo desafio

o
hasta Como juetifi'cación personal. Es la
actitud indeclinable

del
existente, en un univeno

que
se extien­
de
finiio, Sobre la -nada dé -da muerte de Dios>. Y en ·esa muerte,
la del hombre>.
IX. ¿LA. PARTiaPAcróN ES ALGO QUB PllBDE ESTABLECERSE Y ESTRUCTURARSE!.
DESDE ARRIBA, TECNOCRÁTICAMENI'E7
En contraste con el. indudable fracaso _actu.al de las ciencias humanas,
que han p,elendúlo hacer del hombre, indiv/daal o s<>clal, el centro g el fin
272
Fundaci\363n Speiro

de todo, el demiUTgo, ¡,,escindiendo de Dios y del orden ínsito en la ob,a
de la Creación,. én cambio han siclo evidentes loa logros en, las ciencias
matemáticas, fi,sicas, biológicas
y en sus aplicaciones técnicas •. No es pues
de extrañar que éstas hayan pretendido ocupa, el terreno dejado yemio
por las ciencias humanas, cuanti/lcándolo y tecnificándolo,
Así se ha tratado de mecanizBt' ·"racionalmente" la economía y, en ge ..
neral,
toda la vida política y social.
Notemos que la "Racionalización" ha con,,ist/do y consiste en que unos
pocos cerebros, desde la cumbre, traten de reglamentar, -mover .y dirigir
toda la - social, económica, política y cultural.
lBa esto posible?
Tomemos el aspecto menas c:0mplejo, el que parece más fácil de cuanti,.
fic,,,., la economía. Y leemos, en PREUVES del 4.0 trimestre 1972, el ar,
tículo
¿PoR QUÉ BCONOMISTAS? é¡ue Joom Robins nifiesto del peneuniento económico, . que, P°' segund:a vez en
medio siglo, .es incapaz· de .dar una respuesta a la pregunta que
se plantea todo _el mundo, a itdvo- los ~noDµstas; pregunta que,
· .sin duda, es la más importante>.
En la reoista italiana MERCURIO de diciembre de 1972, David Wors­
wock preguntaba ¿PROGRESA 1A CIBNCA ECONóMic;A? De su. respuesta re.­
cortamos algunos párrafos,
••
«La eéonom.etria, como su nombre indica, se' ocupa -ele medi­
das .. El CBBO ea que algunos de los in.stn,imentos de medida ela­
borados por los económetru no se-adaptan. ·a los 'hecb.01 tal
como se p~entan, sin9 a los hechos como, a su juicio, deberían
presentarse.
En este eaao, se obtienen resultados periectos, pero
es de lamentar~ eri la realidad. jamás. se-verifican.
>Hay que reconocer, éD. cualquier éaao, que inclmo-. la econo­
metría,
RllÍl no -estando -exenta de· la culpa·. de abstracción, ha in­
tentado, en los últimos áños, aproximar a la realidad la ciencia
económica, en

su
conjunto. -insistiendo sobre conceptos de me­
dida

e
inv.estigación, .positivas, de

los hechos
económicos.
»La piedra de toque de la ciencia positiva es su. capacidad
para prever los acontecimientQs, a_ través del_ cálculo. A pe&ar
de que los· modelos eConométricos poseen, er_¡ grado. hasta.rite
escaso, esta capacidad, los mejoramientos, si e8 que exi8ten, se
van introduciendo con ·desconsoladora· lentj.tud. · Casi siempre es
difícil someter Jas bi,pótesis a pmehá.s ciertas, _y las -opiniones
contradictorias continúan· ·oCqpandó eT campo, durante bastante
tiempo:· baste imaginar las discusiones 'sobre la o'forta moneta-
273
Fundaci\363n Speiro

ria,.-.Y _sobre l:a función de consumo. Y esto no puede extrañar­
noi,,
porqu':', -para cualquier efecto, resulta posible proponer una
IIDlpilia, pma tl.€! causas: para distinguir las verdaderas de las
falsas,
sel'.Ía · .necesario, por lo_ meno~ conservar en el tiempo la
igualdad
de condiciones,_ eosa sin duda imposible.
»Estando._-asi las co~ lo menos ·que se puede hacer es valo­
rar
con prudencia los
instrumentos y ~sultados de la eeonom~
tría: pero. esto µo se ha~ casi nunca •. .> •
. . .. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
«Sin duda, una par~e de responsahilida~ en hechos de este
género,
debe atribuirse a los VU'lgarizadores de ~os resultados
científicos.

Pero tampoco _los
investigadores están exentos

de
res­
_ponsabili,_d8d. Ante- todo,_ e-xiste una tendehcia a comunicar sola·
m.ente los resultados que sirven para confirmar una hipótesis
determinada, pero no aquellos que la contradicen. Después, hay
la· tendencia a

·1a escalada-: si
un

modelo no
fonciona~ se
prueba
im modelo mú grande. ·
>Y' así sueeaiv&m.ente. Pero, ¿ y si el defecto estuviera en plan­
. '~r-el l>i-ohlem.a en forma econométriea?
»Existe
en consecuencia, un · deseqwlibrio estructural, en la
investigación económica. Con demasiada frecuenci0t la es-peeula­
c~Ón teóri~ p~erde el contacto con la reálid?d misma que debe
indagar, y el fenómeno
corre el riesgo de_ perpetuarse, porque
las
universidades están
ya llenas de profesores que confunden la
economía con

la matemática y
también estudiantes que

se
con­
forman con em, planteamiento y lo adoptan, a su vez, con;io
método

de
.enseftanza>.
~Es ,necesÍlrio, por
lo

tanto, que
tos economistas comiencen a
tener.-e'n. cuenta

]a práctica: no limitarse a
modelos abstracto~
··válidos

en un universo _ matemático
ideal~ sinci adaptahles

a una
realidad
económica y soeial en

la
que surgen

factores que podrán
ser il'l"acionales, pero

que condicionan, de hecho, las
soluciones
de los problemas que se plantean>.
Pero más duro aún es el juido que Ti.BALITES de marzo de 1974, con
e.(tífulo ¿Es Í.A CIENCIA ECONÓMICA. UNA MÁQUINA IRREAL Y PRETENCIOSA?,
_ré~e del libro J;.,o, ANTIECONÓMICO de Jac:qtJie:S Attaih y rvJ.arc GilJaume. De
e/los_ 'expl_ica, seft{in leemos:
274
«A sUS ojos. 1a teoría económica -es solamente una amplia
·empresa de terrorismo intelectual,, cuyo aspecto pseudo:.Cien,tífico
sirve,.

en
realida~ de

alibí para excluir todos los verdaderos
problemas ·de-

la sociedad contemporánea. Su profesionalismo exa-
Fundaci\363n Speiro

· gerado, heredado· del mito científicamente, y todo el instrumento
matemático de que se rodea sirven para enmarscarar el-objetivo
ideológico, que eonsiste, nada más ni nada menos, en situar la
evolución del penéamiento en un· momento dado de sti historia.
»Las tesis más simples de la teoría económica .contemporá­
nea, tanto la de los neo-clásicos y anglosajones como la que sirve
de substracto a los regímenes
socialistas, con planificación centra­
lizada,
es una

obra
ele arte

del
conservaduri_smo.
»Aun cuando no tengan conci~ia de_. elfo,. fos- economistas
transforman su disciplina en una máquina de-establecer las leyes
de las relacio11es de -fu.ena que ~step -en la sociedad,. En una
palabra,
la función :.de la economía actual se_ reduce-. a, -defender
el c:.statn quo» socia~ de nuestros días.
»¿ Cuál -. ea este statn quo? El . de una civiliza,W,ón ~riallsta
y productivista, orientada tota'lmente hacia la -acumulación de
los
bienes ·materiales~ Su dinamismo &irv~.-en realidad, para le­
gitimar

la
posesión. del poder,en manos -de·-aquellos que .contro­
lan el
aparato productivo, ya se trate de la tecnoCl'aci11 capita­
lista de los países occidenl&l~ o de la ,burocracia -pl"1Jificadora
de los regímenes socialistas.
»¿ Cómo logra la economía, rea'lizar este objetivo? . De una
parte,
presentándose como

una ciencia
intrínseca, .semarable de
las
restantes disciplinas humanas, con lo cual se -permite, afirmar,
implícitamente,, que tod~s_ loJ mecanismos de producción,-de cam­
_hio y de consumo, puede~ ser examinados i11dependientemente de
lu estructuras_ so"ci~es y cul~le'JI. que, en, realidad, lq determi­
nan. Por otra .. parte, al .basarse en la, no-ción;:de ,~ceaidad, en su
origen el .consumo, se_ exc!luye toda .dependencia de la organiza­
ción s.ocia:l y,_económica.
>El resultado ~ logr_ar una ciencia ~nonuca, sin imagina­
ción, que desemboca en la contradicción fundamental .de nuestras
sociedades».
y sigue, con el subtitulo UN HOMO ECONOMICUS CORTADO EN RODAJAS:
«El crecimiento implica ~ acumulación de ·empont:oñamien­
tos, poluciones, enojos y conflictos que amenaZan la_. propia su­
l)e"ivencia del planeta. La teori11 econ'ómiea hizo· enOrmes es­
fuerzos para integrar, en sus análisis, los nuevos· Problemas de
contorno y de «calidad de vida>, incluso el del bienestar, Pero
solamente
·pudo llegar a resultados ma~gi.nales. Fundada én esque­
mas que legitiman la e&trnritüra actual dél póder·, desemboca en
soluciones limitadas, porque no puede atreverse a ponei-en cua-
275
Fundaci\363n Speiro

276
rentena el equilibrio de las relaciones de fuerza sub-tendidas en
nuestras
sociedades..
>Pero
estas relaciones de

fuerza
se fundan· en circunstancias
de competencia, consumo, concentración y desigualdades., en las
que:
I) Cada uno de ello.a es, por sí mismo, una agre1ión contra
el contomo ·y el equilibrio· del planeta.
2) Exacerban el ereciniiento como una condición · non> de su perennidad.
».Volvamos al-punto de partida. Tal como hoy se concibe eri­
gida en un dogma científico · deSlpOlitizado, la ciencia económica
se
encuentra.
en
un. callejón sin salida.
>Podría ayudarnos

a buscar una
salida, pero, para eso, sería
necesario
análisis de nuevo
se integrase en

la ciencia
po­
lítica, sin renegar" de sus adquisiciones técnicas y cuantitativas,
en
relación··con ·otras disciplinas humanas, tales como

la sociolo­
gía.
Habría de poner a nuestro servicio, no ya el estado de un
hipotético
c:Homo» económico,
cortado en rodajas,
sino un
hom­
bre contemplado en su totalidad
social.
>Una
manera

de
desmitificar el ·papel conservador de

la cien­
cia económica
coitteinporánea ·consiste

en volver a
examinar, con
ojo
criticó, uno de sus principales fundamentos, lá micro-eco­
nomía, p:oniendo después
en

claro las
relaciones qne
existen
enire ésta y los actÚales modelos de crecimiento.
»En
forma e&quemática, la mici'o-:economía es
la
p8r:te de la
teoría económica que trata -de •la empresa y, de manera puramente
abstracta, int~nta: declarar

el
comportaútiento de
los
principales
agentes,
consumidores

y
empresarióS. La micro-economía está do­
minada, por completo,
por la

llamada teoría del equilibrio gene­
ral, heredada de trabajos desarrollados a fines del siglo XIX,
"por Lo6n Walras.
«Mientras la vi_da de una empresa es, por esencia, profunda­
mente compleja
y llena de conflictos, en la teoría económica queda
reducida a

una representación orgánica simple, sin roces
conflic­
tivos,

racional y con un objetivo único:
el máximo de beneficio
posible. El
resultado es que se expulsan todos los problemas que
el mundo contemporáneo del trabajo va
descubriendo: condicio­
nes

de
trabajo, sistemas

de
devolU'eión del poder al seno jerár­
quico,
responsabilidad social del

patrono,
distribución de bene­
ficios, poluciones, ruidos, formaciones humanas, etc. Esta elimi•
nación de·
los problemas conflictivos lleva
a un planteamiento de
Fundaci\363n Speiro

la economía profundamente inadaptado a la realidad del mundo
actual> •
. . . . .. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
«¿Cuál es esta noción de_ bien~s_tar? Una nociÓDt· en realidad,
subjetiva
que corresponde a
un
estado de
la sociedad en que el
grado de

desigualdad de la distribución de poderes
y de riqueza
desencadena una
meeánica de

renovación de deseos
y de escalada
de
necesidades de consmno:t por mimeti~o de

los
grupos socia­
les

menos favorecidos en relación
con los grupos .sociales más
favorecidos.
>Existe, ciertamente, un

cierto número de consumos que im­
plican una cierta mejora de
las condiciones

de
vida, por
ejemplo,
el -
progreso de

la medicina. Pero la mayor parte
corresponden a
necesidades de

mejoras de bienestar puramente
subjetivas.
>En realidad, el comumidor es un ser que se ve arrastrado por
BU medio cultural y social. En la sociedad que hemos heredado,
de la revolución indwtrial, n.o, existe procedimiento alguno que
permita al individuo atender a necesidades_ inttinseeas>.
«Esta dinámica del deseo es explotada_ por los productores.
La publicidad y la oferta intervienen, presionan la expresión de
la
demanda>.
«Desde- hace
30 afio&, numerosos

problemas
ecónómicos nuevos
perturban los

procesos de
producción, de
distribución y de con­
sumo.
>La abundancia

hace más aguda la sensibilidad de los ciuda­
danos a los
problema, do

justicia
y de desigualdad, dando di­
mensión nueva a los problemas del consumo colectivo. Hay, por
otra
parte, los problemas y fenómenos de acumulación de detri­
tus y de polución.
>La
ciencia
económica multiplica
8US esfuerzos para integrar
estos nuevos
_hechos en

sus
eequemas y sus repre.eentaciones.
>La sociedad socialista, con_ la supresión de los medios pri­
vados de producción y la
centralización de
los poderes econó­
micos de decisión, es una respuesta.
>El desarrollo

de la intervención directa de los ,poderes pú­
blicos en
la gestión

de las economías capitalistas y la
puesta a
punto

de
sistemas de
distribución de
riquezas, por
medio
de trans­
ferencias-,sociales, son esfuerzos para desarrollar y procedi~en­
tos
para revolucionar las preferencias, en materia de bienes co­
lectivoll.
>Pero, tambi~
estiman lo.s autores

de
do Anti-económico>,
la
ciencia de la
economía se encuentra prisionera

de unas formas
277
Fundaci\363n Speiro

· de pimsamiento que conducen a un beneficio de los sistemas
sociales establecidos.
»Tomemos, por

ejemplo, los
regímenes socialistas
de planifi­
cación. El individuo" no

resulta menos condicionado que en
un
régimen· capitalista. La SW1titución por funciones de utilidad co­
lectiva del libre
mecanismo del mercado lleva, de hecho, al
mismo resultado, a legitimar el poder de -la minoría que controla
el
aparilto de· ·producción, en este caso el partido, no los capi­
talistas.
»Tomemos las

iniciativas de integración de los bienes colec­
tivos en la lógica del cálculo económico
específico, al estilo

de
la planificación francesa.
Se trata de poner a punto unos proce­
dimientos
que,

en defecto del mercado
de concurrencia, permitan
poner
de relieve las preferencias
relativas de
los
individuos. To­
dos

ellos conducen, en
la realidad, a resultados completamente
desviad6s>.
«En

la misma
forma qtie la deBviación del - deseo hacia los
bienes de consumo ptivado
permite á lás empresas aumentar sus
ventas, y su poder económico, la ausencia de participación real
de los usuarios, en las decisiones colectivas; incrementa el poder
de las- organizaciones que
deciden y de los equipos -que gobiernan.
»Lo mismo ~e, al nivel del individu~ hay fenómenos de
ostentación
y de prestigio colectivos que impulsan a orientarse
hacia la demanda
de eqiiipos cOlectivos y hacia necesidades pro·
fundamente diferentes, sin que se busque la forma de· saber si
estos
podrían
·resultar satisfechos de

otra
m8.nera.
»Para
responder a necesidades de educación, se construyen,
sistemátieamerite, escuelas.
sin °pensar
en
Otras respuestas posi­
bles,
tales conio-' la

investigación
personal, la8 relaciones ·infor­
males con
~uestros pr~jimos, sesiones·

de
formación. ·cursos por
correspondencia,

etc.
»Hay otras soluciones posible~ én ·el cuadro de otros sistemas
de

relaciones
sodales. Pero estas otras soluciones jamás son con­
templadas».
X. EL MISTERIOSO ORDEN DEL DESORDEN.
Este es el titulo del articulo de Arthu, Koestler publicado en ABC do­
minical del 27 de octubre de 1974. Resulta una exposición evocadora de. lo
que es la verdadera lnieraédón, con la participación de las perles en el
todo y el reflejo reciproco de la actitud de éste y de ~!las en la de
cada una y de la totalidad. Esto nos parece verdaderamente importante pBl'a
orientar lo que ha de set' la verdadera pirtic:ipaclón politica, económica, cut..
278
Fundaci\363n Speiro

tural, social en general. La macroeconomía, la macropolitica, la macrocul-­
tura dependen
de la. microeconomía. la 11)icropo/iticlJ, la mierocu"ttura ( en
términos ~l ámbito cuantitativo o extensivo respectivo) y aquellas no pue-­
den absorber a éstas sin sufrir las conseaiencia.s de la asfixia que de
haaerlo pl'OVocarian. La vida es in'tet4Ceión de 183 partes en el todo Son
incontables las múltiples mentes que forjan el ~en vital, y no unes pocas
las
qÍ:Je alimentan.y mueven -una masa mal,alJ.le y manipulable ¡Es preciso no
olvida,/o/
'Pefo, leamos -alguna,. recot'tes;
«Una segunda awtlogía entre los. recientes avances en la cien­
cia y . la paraeiencia nos ht proporciona la te~encia creciente­
mente holi6rica en la primera -basada en el convencimiento de
que el todo es tan necesario para ,la comprensión de sus partes
como la parte lo es
para .la _comprensión.

del todo-.
En-Biología
esta tendencia se muestra una vez más patente; en la -Física ea
~te reciente Y·: .está llena _de __ consecuencia,, revolucionarias-.
( el.u últimas cuestionea de _la.-realidad &igue_n escapándosenos
y. desaparecen en el infini_to, a l~ m,!lllera de imágell:6S. reflejadas
en un vestíbulo de -espejos>).
»El
físico

doctor
F. Capra ha observado que. do que deno­
minamos una partícula aislada es en re,alidad el producto de su
acción
reciproca con

el ambiente._
-~ por lo tanto, imposible se­
parar

cualquier- parte del universo del resto>_.
&ta declaración
puede
-aplicarse no sólo al micromundo de la Fí8ica del «quan­
tum>, sino también a los objeto.e familiares, de mayor tamaño, de
la vida diaria. La inercia
de todos los objetos terrestres está de­
tenninada
según el principio de Mach, por. la masa total del
univenó que nos rodea.
«La doctrina

de
que todo, ~n el universo, está unido, en parte
por
cawa8 mecánicas, pero

principalmente por afinidades ocultas
que explican
·también las coinffldenciaa aparentes,

no
fue sola­
·inente

el fundamento
de la magia primitiva, de· la astrología y
la·
alquimia; atraviesa

como un leitmotiv
las ensefíanzas de Pi­
tágoras íla armonía de las esferas), del Taoísmo, del Neoplato­
nismo y d~ los filósofos del Renacimiento primitivo.
>La
revolución.

científica del
siglo XIX puso fin temporalmffllte
a
esta visión holística ·y ·proclamó la cawalidad mecánica como
sefior absoluto

de la materia
y la
mente, Somos actualmente
tes­
tigos de una oscilaeión del péndulo en

dirección opuesta, La
tiranía
gemela de

la .causalidad
mecáni(la . y

el
deter~niBmo es­
tricto

ha llegado a
su fin; el uni~erso ha. adquirido un nuevo
279
Fundaci\363n Speiro

280
aspecto que -pareée reflejar algun&s intuiciones· antiguas, arque­
típicas-, de
unidad
eri. la diversidad, en un giro más elevado de
la
espiral El principio de Maeh se ha convertido en parte inte­
grante de la Física moderna, pese a que tiene un cierto tufillo
a
misticismo. Como

lo
ha dicho Whitehea:d de un modo tanto
espectacular:
«Toda agitación local estremece al universo entero.
Los

efectos
distantes son

pequeños, pero están
ahí ... No hay_ po­
sibilidad de una existencia aislada, encerrada en sí misma>. Tam­
bién en Biología vemos ia. investigación de nnevos principios --0
quizá un resurgimiento de puntos de vista anteriore&-que nos
darían · una áctitud más satisfactoria frente -a los aspectos crea­
tivos de la evolución que- la lograd.a por el Neo-Darwinismo, pese
a todos sus méritos hist6ricos. La afirmación de que las muta­
ciones debidas al azar, explicación y quizá ni siquiera una parte
importante
de esa explicación>.
«Una tendencia semejante «de formación> se manifiesta en la
evolución de los
organiSIDos hacia la realización óptima del po­
tencial de la materia viva y la mente viva: una tendencia uni­
versal bacía terogeneidad y complejidad>. La evolución pasa de la unidad a la
· diversidad: y de aquí a formas más elevadas de unidad en la
diversidad,
creando el orden del desorden, ideando pautas donde
antes

no
existían. Este principio

creador omnipresente es tan
fundamental

para
la vida cómo· IR1 antagónico, la Segunda Ley de
Termodinámica, lo
es para la materia inanimada. El biólogo
alemán Wolterek acuñó la
Clqlresión ·«anamorfosis> para

deno­
tninar la tendellcia de la naturaleza a crear formas de vida más
elevadas;
von Bertalanaffy, uno de

los pioneros
-de eite resur•
gimiento

moderno,
adoptó la expresión como contraste con frolieie:> -la
desintegración

de la materia orgánica-;
L L.
·Whyte lo

denominó·
el -a:priilcipio mórfico> o «principio funda­
mental
del desllrrollo de· la pauta>. F.stá relacionado con el con·
cepto

de
«entropía negativa>, de Schriidinger (la reversión de la
disipación de la
energía), que

a eu vez está relacionado con lo
que he denominado la «Tendencia
lntegradoro.
»Lo
qtie todas estas forinulacionee de tanteo tienen en común
es que

consideran lo
rnórfico o
formativo, o tendencia integradora
el esfuerzo· de la naturaleza por crear orden del desorden, cosmos
del
caos, eolllO un principio último

e irredUCib_le, al que debe
concederse tanta iinportancia como a la causalidad mecánica y
que es complementario de éste en el sentido de que la /undfm
de las ondas y el efecto de partlcula son complementarios en la
teoría dJ, qiumtum>.
Fundaci\363n Speiro