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Riesgo y ventura de las empresas multinacionales

RIESGO Y VENTURA DE. LAS EMPIIBSAS
MULTINACIONALES
POR
}OSÉ MARIA CAru!ALLO FERNÁNDEZ.
Doctor en Economía y Comercio por la Universidad de Roma.
l.
APÁTRIDAS DE LA ECONOMÍA.
Las exportaciones de mercancías, que caracteri­
:zan al capitalismo _ antiguo, ceden _ en el capitalis­
mo moderno a la
exportación de

capitales.
LBNIN·.
En el extraño mundo de nuestros días, rosmopolita, inestable y
movedizo, son patentes
las notas de internacionalidad e interde­
pencia,
a escala planetaria, que producen en el hombre contempo­
ráneo
la idea de universalidad en sus aprovisionamientos de bienes
y servicios,
y la sensación de convivencia económica a dimensión
mundial.
Cierto es que, como Ortega y Gasset recordó, en su "Origen y
epílogo
de la Filosofía", es sorprendente la monotonía y "regula­
ridad de la Historia". Y decía
esto a cuento de su mención a la
ooincidencia de
las épocas de "pleonaxia", en las antiguas civiliza­
nes, oon el descubrimiento
y explotación de las riquezas yacentes
en su espacio oolonial
y periférioo.
Siempre sucedió, según parece, que los países cabeceros y direc­
tores,
las metrópolis poderosas, hayan vivido a base de los bienes
producidos allende sus propios y originarios territorios, merced a
la conttibución de los países por ellos dominados, fuentes de sumi­
nistt0
y sostén de sus holgados lujos y de su opulencia.
La historia es una
galería de

cuadros que oontiene
pooos origi­
nales
y muchísimas reproducciones, afirmó Tocqueville. Y no es de
extrañar que, con las consiguientes variantes de matiz, la lujuriosa
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Fundaci\363n Speiro

fOSE MARIA CARBALLO FERNANDEZ
abundancia de nuestro mundo coincida, como en OtroS momentos de
la historia, no
s6lo con

la
petulancia y

con la inestabilidad rebelde,
sino también con
el hecho de que la vida cotidiana se desarrolle
entre objetos procedentes, en apariencia,
de lejanos países, producto
de otros
pueblos; incluso

de otras culturas.
Sin embargo, mientras en
otras tiempos la

acción aproximado­
ra se producía en
el sentido de transferir a la metrópoli bienes ya
producidos en la periferia colonial, a base de intercambios y explo­
taciones apoyadas en la exclusiva dominación de sus zonas fronteri­
zas, hoy

ha tenido lugar una inversión copernicana
y los países domi­
nadores se internan en los mercados periféricos,
para producir por sus
propios
agentes,
in situ, lo que después venden en ellos, al amparo
de licencias y patentes, y también lo que de ellos toman para su
propio uso, ya se
trate de

materias primas o de artículos de con­
sumo.
La presión derivada de su capacidad de decisión les permite
imponer su voluntad
y su arbitrio.
La vía actnal pasa a través de esa institución económica, cada
vez más potente y expansiva, que son las Empresas Multinacionales
(o Transnacionales como
las denominó Robinson) a las que unos
consideran faetores de desarrollo mientras
otros ven · en ellas un ins­
trumento de neocoionianismo y de dominio.
El fenómeno de empresas constituidas para actuar en países dis­
tantes no es nuevo: en los siglos
XVI y XVII nacieron las grandes
compañías de

navegación, cuya primera· generación estuvo constitui­
da por la
Liga Hanseática, la Compañía de las Indias Orientales y
sus análogas, a las que debió Europa su abundancia en la disposi­
ción de materias primas, gracias a las cuales
gozó· del
predominio
político
y militar en el mundo; y en los siglos XVIII y XIX se in­
vertían
ya capitales y se montaban empresas en los tertitorios colo­
niales y ultramarinos.
Sin embargo, lo que caracteriza hoy a las grandes empresas cu­
yas operaciones se extienden más allá de sus fronteras, en la nueva
versión de "Multinacionales", es
el hecho de no viucularse, en tér­
minos absolutos, a una única nacionalidad, el hecho de estar pre­
sentes
en

una pluralidad de mercados,
el de controlar empresas fi~
140
Fundaci\363n Speiro

LAS EMPRESAS MULTINACIONALES
liales, radicadas en diversos países, y el de distribuir su capital y
dirección entre conjunros nacionales diferentes.
E. G. Sievert exigía, para la cualidad de multinacional, las con­
diciones de tener fuera de su propio
país más del 25 % de sus in­
versiones
y realizar allí más del 25 % o del 30 % de sus negocios,
concepción que coincide, en líneas generales, con la opinión que
pre­
valece entre los medios de negocios. Perlmuier las clasificó en "exo­
céntricas",
"pluricéntricas" y

"geocéntricas", segón su horizonte de
interés
y sus puntos de perspectiva económica.
Todas estas empresas
penetran en
el interior de los países en
que acróan, enrran en contacto directo con
las poblaciones indígenas
(Singer, Bayer, Nestlé, Unilever,
Forc!, General
Motors, SKF, Al­
ean ... ) y crean, en
ellas, empresas filiales.
Las causas a las que suele atribuirse el nacimiento y la expan­
sión de la figura económica de la "Empresa Multinacional" (en úl­
tima instancia apátrida) son principalmente económicas, tales oorno
la

necesidad de desarrollar acciones defensivas u ofensivas en los
mercados a que acceden, o el crecimiento de aquellos a los que
orientan sus actividades, cuando llega a ser conveniente el abaste­
cimiento directo, mediante plantas productivas montadas en el pro­
pio país de destino. Otras veces, existen circunstancias que mueven
a la incorporación de empresas oon tecnologías más avanzadas.
Aparte

de
todas estas

razones, hay que
señalar el hecho de que
algunas actividades son intrínsecamente internacionales, como las
del perróleo, las mineras, etc. Y también
oonviene recordar

la capa­
cidad de utilizar las actividades multinacionales
oomo eficaz instru­
mento geostratégico.
Hasta la Segunda Guerra Mundial, la "multinacionalidad" era
un fenómeno
netamente europeo
(Nestlé, Unilever, Philips ... ) a
causa, segón suele suponerse, de la angostura de los mercados dis­
ponibles más que de una pretensión ofensiva.
Ha de

señalarse, no
obstante, el hecho de que su internacionalización¡ como advirtió
Kaufmann¡ era

esencialmente continental.
Pero el gobierno norteamericano es el que aparece como prin­
cipal impulsor de la figura de la "Empresa Multinacional", a la que
141
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]OSE MARIA CARBALLO PERNANDEZ
concedió, desde 1948, no sólo apoyos fiscales sino también diplo­
máticos y •.. , llegado el
caso, hasta
militares.
Las Sociedades Multinacionales parecen estar contribuyendo a
provocar la transformación del sistema
tradicional de
las exporta­
ciones, al constituirse en centros de inversión directa de capitales, en
los países en los que deciden
asentarse, después

de haber
analizado
las alternativas posibles, para lograr la explotación óptima, combi­
nada, de su espacio nacional y de los espacios extranjeros e inter­
nacionales.
La superación de las barreras aduaneras, el aprovechamiento de
las ventajas que suelen concederse en todos los países a los produc­
tos propios,

la mejor distribución en
amplias bases
de los costes
de investigación
para el

desarrollo, los beneficios derivados de la
inteligente explotación
de fiscales o laborales más flexibles, etc., son
todos motivos de estímulo
para la expansión de las Empresas Multi­
nacionales. Por otro lado,
la. creación

de la
EFT4-y
del MEC hicieron más
aguda la necesidad
americana de abordar. la exportación

de sus
capi;
tales

y su tecnología, que resultaba facilitada por los perfeccionamien­
tos del "management", de la comunicación, la información y los pro­
cesos sistemáticos y automatizad.os.
El resultado de este complejo de concausas justifica la extensión
de las Multinacionales ( en número y en intensidad de dominio de
los diferentes espacios nacionales) desde 1950, constituyendo una lógica prolongación del gigantismo de las empresas.
En el aspecto económico, los problemas derivados del fenómeno
de la multinacionalidad de las empresas reside en la falta de coinci­
dencia en los recubrimientos económico y sociopolítico del espacio
de acción mundial, circonstancia que da lugar a tensiones inevitables
y a tipos de penetración que podrían constituir dominios econó­
micos, sustitutivos de formas más arcaicas de colonianismo. Ricardo soñaba con el establecimiento de una división interna­
cional del trabajo, que permitiera, por su mayor racionalidad,
la óp­
tima explotación de los recursos del mundo. Pues bien, teóricamen­
te, las multinacionales
podrían considerarse en condiciones de des­
arrollar una estrategia espacial de mayor eficiencia financiera y
142
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LAS EMPRESAS MULTINACIONALES
productiva, compensando mejor, y en forma más adecuada, los ries­
gos por sus bases más amplias de acción.
Michalet, entre otros, afir­
mó que la multinacionalidad, en forma de inversiones
directas, era
una de
las armas más eficaces a disposición de las grandes empre­
sas, estimuladas por el iruperativo del crecimiento.
Las cifras que suministran las elaboraciones estadísticas expresan,
con particular elocuencia, la iruportancia del fenómeno de las Em­
presas Multinacionales. De
. las cien

unidades económicas mayores del mundo, cincuen­
ta
están constituidas

por "Estados Soberanos"
y las otras cincuenta
son "Empresas Multinacionales", de
las cuales treinta y nueve son
norteamericanas.
Frente a una cifra de exportaciones mundiales de 310.000 mi­
llones de dólares, en el año 1971, la producción de
las filiales ex­
tranjeras de. las

Multinacionales aparecían con un volumen de pro­
ducción de 330.000, de los cuales 275.000 eran imputables a filia­
les de empresas americanas.
La facturación de las diez prirueras Mulitnacionales (de ellas
ocho norteamericanas), superan las cifras del P. N. B. de ochenta
países.
La industria del petróleo es controlada por siete grandes firmas,
por quince gigantes la
petroquímica, por diez la electrónica profe­
sional,

por cinco la fabricación del vidrio plano, por ocho la de los
neumáticos, por nueve la del papel, etc.
Hacia finales de 1971, según datos de un estudio de Ribicoff,
las empresas privadas poseían, en el mundo entero, activos líquidos
por valor de 268.000 millones de dólares, cuya mayor
parte estaban
en poder de Empresas Multinacionales (bancarias y no bancarias).
¿Qué problemas monetarios podrían provocar estos "monstruos"
económicos, cuando, en días no lejanos, sólo una cifra de ocho mil
millones de dólares fue suficiente para obligar al cierre de los mer­ cados de cambio? Se afirma que, a consecuencia de la devaluación del dólar,
por
sí sola, las Multinacionales obn¡yieron beneficios del orden del 20 %
de sus inversiones en el exterior. Y un portavoz de· la ITT afirmó
143
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/OSE MARIA CARBALLO FERNANDEZ
que esta empresa no jugaba en segundo lugar, frente a los llamados
"Gnomos de Zurich". En un informe de la Comisión de Finanzas del Senado Norteame­
ricano, se afirmó que el 10
% de los productos manufacturados, y
el 25 % de los no manufacturados, son imputables a 298 empresas
norteamericanas, que poseen
cinco mil
doscientas filiales exteriores,
en cuyos capitales participan en proporción superior al cincuenta por ciento. Las exportaciones de estos 298 gigantes a sus filiales repre­
sentan el 25
% del total de las de Norteamérica.
¿Qué eficacia pueden tener las medidas de política económica,
en particular las monetarias, cuando un volumen
tan ingente

de
transacciones se reducen a operaciones realizadas "en el interior"
de tan desmesuradas unidades económicas?
Pero la circunstancia más importante, en el fenómeno de las
Empresas Multinacionales, consiste en su ritmo elevadísimo de
cre­
cimiento,
que

duplica el tanto de
incremento correspondiente
a la
producción del mundo de Occidente.
El comercio

mundial aeció, desde
1960, a
un tanto compren­
dido
entre el

10
% y el 15 %, pero el P. N.B. de los países indus­
triales sólo lo hizo a un 3 %.
Las inversiones exteriores mundiales crecieron, entre 1960 y
1971, a un tanto comprendido entre el 8,5 % y el 9,7 %. En este
último año (1971) se situaron
eci una

cifra obsoluta de 159.000 mi­
lléJnes de

dólaces, en números redondos,
para el total de los países
industtializados, en

los cuales participan las Sociedades Multinacio­
nales americanas con 86.000
millones.
Es interesante destacar que el saldo entre inversiones en el ex~
terior e ingresos, en las sociedades americanas, es para ellas de signo
positivo: en 1971, aquellas se situaron en 4.800 millones de dólaces,
mientras lo que recibieron de sus filiares por Royalties, dividendos
y
otros conceptos

totalizó una suma de 9.000 millones. Sintomático
es el caso de América Latina,
área en

que las inversiones·
norteame­
ricanas

ascendieron, en el mismo año de 1971, a 900 millones de
dólares, percibiendo, en cambio, 2.900 millones por los conceptos
de licencias,
ayndas técnicas, participaciones en· beneficios, etc.
La Harvard University, por encargo de la Fundación Ford y de
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LAS EMPRESAS MULTINACIONALES
la IBM, sometió a análisis a 187 empresas atnericanas; selecciona­
das entre

las quinientas
mayare,, censadas
por la revista
"FORTIJNE",
basando la elección en el hecho de poseer filiales en más de seis
países. De este estudio,
se deduce el siguiente despliegue de las in­
versiones directas ( que
se multiplicaron por más de dos en el de­
cenio 196o-70):
Países
Año 1950 Año 1970
Africa .............. . 2,4% 4,4%
Asia .................... .
8,5 % ' 7;2.%
Canadá .................... .
30,4% 29;2. %
E~J:ª ~dental ..

. . . . . . . . ..
Amen ca

Latma . . . . . . . . . . . . • . . . .. 14,7%
31,4%
38,8% 18,8%
Resto del mundo . . . . . . . . . .. . . . . . ..
5;2. %

9,0%
Total ... ... ... ... ... . .. 100,0 100,0
En 1970, la inversiones realizadas en el área del MEC significa­
ron el 15
% del rotal.
Es interesante llamat la atención respecm de la fuerte disminu­
ción

del porcentaje relativo de inversión en América Latina
y el
correlativo aumento

del peso de la inversión en Europa Occidental,
cifras que ponen de manifiesto, con
extraordinaria elocuencia,

el
cambio de perspectiva derivado de los nuevos
puntas de vista nor­
teamericanos.
Si se analizan las inversiones norteamericanas en el exterior, en
función del grádo de desarrollo de las áreas implicadas, se obtienen
los siguientes porcentajes:
Areas económicas
Países desarrollados . . . . . . . ..
Países en vías de desart01lo ...
No clasificados . . . . . . . . . . . . . . . . ..
Toral ... ... ... . .....

Año 1950
48,3%
48,7% 3,0%
100,0 Año 1970
68,0% 27,5%
4,5%
100,0
145
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/OSE MARIA CARBALLO FERNANDEZ
También estas cifras ponen de relieve el desplazamiento de los
centros de interés,
sobrevenidos en
la posición
de las Multinacionales
norteamericanas. Es de resaltar la orientación, cada
vez más acusa­
da,

hacia las áreas desarrolladas, ron abandono relativo de los países
subdesarrollados. Todo parece
demostrar que

el interés de
las Sociedades Multina­
cionales norteamericanas muestra
su preferencia por el mundo des­
arrollado económicamente y, dentro de él, por Europa. ¿Qué
decir
de

unos hechos
tan evidentes?
En relación ron los sectores de actividad a los que se aplican
las inversiones norteamericanas en el exterior, su composición es
como· sigue:
Minería y fundición
Petróleo .............. .
Manufacruras .

. . . . . . . . . ..
Otros sectores . . . . . . . . . . . . . . . . ..
7,8%
27;)%
41,3 %
23,0%
100,0%
Destaca la preferencia por las industrias manufacrureras, natural
ronsecuencia
de
las zonas geográficas preferidas y de las áreas eco­
nómicas seleccionadas
para las inversiones.
Por lo que se refiere a España, según
datos expuestos por el
ex-Ministro Sr.
García del Ramal, en las IX Jornadas de SERCOBE,
en. 1973,

las inversiones
extranjeras superaban,
entonces, los 9.000
millones de pesetas,· que pertenecían, en su mayor parte, a empresas
multinacionales. De las 200 mayores sociedades americanas, 31 tie­
nen

participación superior al cincuenta por ciento en 16 empresas
españolas, la tienen igualitaria en 4 y minoritaria en 19.
La Empresa Multinacional, que constituye, en el límite, una ne­
gación del planteamiento teóriro de los intercambios internaciona­
les, está llevando al mundo neocapitalista
de nuestros días a una es­
tructura

rompletamente diferente de la rontemplada por
Marx en
sus consideraciones, anulando la eficacia de sus consecuencias sobre
el futuro.
Todo autoriza a suponer que se ha iniciado una trayectoria irre­
versible, que puede conducir a un neocapitalismo monopolista, a
es~
146
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LAS EMPRESAS MULTINACIONALES
cala mundial, bajo la hegemonía norteamericana, por el peso eviden­
te que los datos anteriores permiten atribuir a sus Empresas Multi­
nacionales.
Cierto' es que hay muchas más Empresas Multinacionales que
aquellas grandes firmas que acuden, de i~ediato, a nuestra memo­
ria, cuando aludimos a ellas. Pero es una realidad innegable su ten­
dencia al gigantismo
y al crecimiento ilimitado, fen6meno que po­
dría atribuirse a imperativos de supervivencia.
En opini6n de Galbraith, habría que dividir al mundo en dos
grandes compartimentos: el de las Empresas Multinacionales
y el
de las empresas tradicionales . . . Las primeras pueden super¡,.r todos
los problemas del mercado, por su facilidad para manipularlo, a su
antojo. A su juicio,
habría que

establecer un equilibrio entre ambos.
Al contrario de lo que acontece con las inversiones norteamerica­
nas en Europa, las de Europa en Norteamérica nada controlan, per­
maneciendo al nivel de la simple posesi6n de tirulos (acciones u obligaciones) en situación subordinada.
Kissinger record6, recientemente, a Europa, su impotencia y su
falta de medios para intentar abordar una estrategia planetaria.
Sólo las Multinacionales de Estados Unidos parecen encontrarse
en condiciones para adoptar, en general, una perspectiva geocéntri­
ca (en
la clasificación de Per!muter) y para intentar ejercer un autén­
tico dominio económico del mundo. Pero su estrategia parece -redu­
dirse a vender más de Jo que compran a sus filiales, a controlat los
mercados extranjeros
y estimular .las exportaciones n0rteamericanas,
entrando en las áreas exteriores "como lobo en un aprisco" : el
22,6 % de las compras del MEC a los Estados Unidos está constitui­
do por compras de las filiales de Multinacionales a las casas ma­ trices. Sin embargo, sólo se encamina a ellas el 5,7
% de las expor­
taciones comunitarias a Norteamérica.
Ante estos hechos, es lógico formularse, con Paul Hanappe, la
pregunta de
si los Estados aparentemente soberanos signen siendo
instrumentos
adecuados para asegurar el

desarrollo
y aun
la super­
vivencia, económico-social.
N9 ha de ocultarse la gravedad de este interrogante, preñado de
inquietudes . . .
y de sombras.
147
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JOSE MARIA CARBALLO l'ERNANDEZ
II. ACROMEGALIA ECONÓMICA.
Acumulad,
acumulad,
esta es
la Ley _y los pro­
fetas (Marx, ·apostrofando a los empresarios ca­
pitalistas) .
Las · cuestiones que plantean las Sociedades Multinacionales son
delicadas y complejas. Nada
más engafioso que establecer peligrosas
generalizaciones y considerar existentes una identidad cualitativa en­
tre las empresas, por ejemplo, como la
Kodak, la

Singer,
la Standard
Oil, la Saint Gobain o la Unilever, ...
Pero, a pesar de que
cada Sociedad Multinacional sea un caso
específico, presentan notas comunes, como su difícil enfrentamienro
con la variable tiempo · (por la intensidad de sus necesidades de in­
versión a largo
plazo), su vocación de crecimiento ilimitado

y su
manejo estratégico de una pluralidad de conjuntos sociopolíticos, que recubren
el espacio definido por su horizonte de interés eco­
nómico.
Dijimos, anteriormente, que las Empresas Multinacionales pare­
cían
constituir la

negaci6n de
la ceoría de los intercambios interna­
cionales
y derogar su forma de tratarse, desde el planteamiento de
Ricardo hasta los análisis modernos del tipo de los de Heckscher­
Ohlin. No obstante, la necesaria especialización de las filiales
y la dis­
tribución funcional de · sus coinetidos parecen exigir, de nuevo, re­
planteamientos análogos a los
típicos en
la te0ría de los costes com­
parativos.
Aparte ·¿e la mejor división de los riesgos económicos, políti­
cos y tecnológicos, a que ya hemos tenido ocasión de aludir, además
de sus mayores facilidades para explotar el Know How, es posible,
para las Multinacionales, imponer, en las operaciones internas con
sus filiales, condiciones arbitrarias que les permiten utilizar en su
provecho transferencias de fondos y de beneficios, con una indepen­
dencia cardinal de las circunstancias y normas imperantes en los
mercados en que actúan.
La tendencia a la internacionalidad puede derivarse de un coro·
piejo muy diverso de circunstancias, aparte de las de los costes in-
148
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LAS EMPRESAS MULTINACIONALES
ternos que contempló Hymer. Puede tener su origen no sólo en las
causas endógenas de autodeterminación, motivada por el análisis
de
Ias alternativas de los mercados externos, sino también en hechos
exógenos, producidos por acontecimientos ajenos a la propia ini­
ciativa.
No obstante, sea cual sea la causa originaria del impulso inter­
nacionalizador, el

camino hacia él implica expansiones financieras
y del
aparato productivo,

que obligan a la redimensionalización de
la .unidad económica, para adaptarse a nuevos óptimos, empujando
hacia un camino que parece conducir, inexorablemente, al crecimien­
to indefinido.
Las Sociedades Multinacionales norteamericanas suelen iniciar
su

penetración con medios financieros mínimos, con objeto de pul­
sar la realidad sin graves compromisos, y a fin de poder
dar oportuna
forma a
eventuales y futuros proyectos

expansivos, momento en
el
que suelen provocar aportaciones de capital no fáciles de abordar
pata sus consocios, originarios del área respectiva, con lo cual ter­
minan adquiriendo el dominio .total de las empresas.
· El

crecimiento,
sin embargo, crea problemas específicos pata el
.. management", para la estrategia y para la táctica a seguir, en sus
políticas y acciones económicas.
Es lógico suponer que el. crecimiento no puede continuar "ad
infinitum.", por existir factores limitativos, tanto-exógenos como
endógenos. Entre los primeros, figuran los que perturban la opti­
mización dimensional, que pueden, incluso, provocar la inversión de
signo de resultados y rendimientos. _Entre los segundos, destaca la
enorme complejidad implicada en
el gigantismo esttucrural, que di­
ficulta la eficiencia del "management", presionado en dos direccio­ nes contradictorias: la centralización
directa y

la descentralización
funcional.
Aun sin pensar en los casos de evidente acromegalia,
la. dimen­
sión, en las Sociedades Multinacionales, según muchos autores, no
resulta determinada, como es típico. en las empresas privadas,_ por
razones intrínsecamente económicas, y no se orienta a lograr el má­
ximo de rendimiento, sino a la específica pretensión de alcanzar el
máximo crecimiento de los activos controlados, relegando los bene-
149
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/OSE MARIA CARJJALW FERNANDEZ
ficios, como objetivo, a las consideraciones del largo plazo, en vez
de constituir fines a corto.
Pero es de advertir que el hecho del alto grado de concentración
que impera en el poder financiero
y económico, en Norteamérica,
permite suponer muy probable que en nada difiera el punto de pers­
pectiva de las Multinacionales del que impera en la generalidad del
capitalismo americano.
La diversidad de territorios en que operan las Sociedades Multi­
nacionales, que
podría facilitar

la división de los riesgos, crea
tam­
bién otros específicos, derivados del íntimo entrelazarse de funciones
y de la estrecha interdependencia entre zonas sometidas a singulares
avatares, a veces imprevisibles
y de difícil coherencia.
Los problemas de dirección, que sin duda impulsan a las Socie­
dades MultinacJonales a
integrar en

sus
organos superiores
a conse­
jeros de nacionalidades diversas, apenas
han influido en forma su­
ficiente. La experiencia demuestra el predominio de los del
país
de origen, sobre todo en los niveles en los que han de adoptarse de­
cisiones fundamentales
y generales. La apertura internacional de los
"Staff", directivos de las Sociedades Multinacionales, parece toda­
vía una utopía.
Las dificultades que plantea la presión hacia una descentraliza­
ción creciente e inevitable y
la resistencia a mantener ceritrali.7.adas
las

actividades directivas fundamentales, crean, en orden a la jerar­
quía humana, tensiones que obligan a abordar "la
repersonalización
de

las funciones" entre los cargos superiores, por usar una expresión
de Brooke y
Rernrners. Un

problema, sin duda cardinal, consiste en
lograr la incorporación activa de los equipos laborales, a
escala in­
ternacional,

en todas las áreas en que
la empresa está presente, uni­
dad que ha de superar todas las barreras: étnicas, geográficas, polí­
ticas y
hasta culturales.
Al

promover
esta unidad por encima de todas las barreras, se
colabora a la
instalación de standard, laborales
internacionales, a ge­
neralizar las coidiciones de trabajo a
escala mundial

y a homogenei­
zar las formas de vida
y la psicología de los diferentes países de
acogida. Se
ha hablado de las dificultades ,.,que las Sociedades Multinacio-
150
Fundaci\363n Speiro

LAS EMPRESAS MULTINACIONALES
nales crean a los Sindicatos, que se sitúan en débil posición, ante la
libertad de

que aquellas gozan
para moverse
de unas a ottas
áreas,
en

función de las ventajas, laborales o de otro tipo, que en ellas en­
cuentren.
Se cita el caso de una Multinacional que trasladó instala­
ciones
de Austria a Yugoeslavia, logrando así burlat las exigencias
a que se veía sometida en un
conflict0 laboral.
Una

de las
características más ,importantes

de la coordinación
funcional
y humana es la extraña semejanza que la estructura de las
Multinacionales presenta con las concepciones del "Socialismo descen­ tralizado", al estilo del estudiado por los economistas polacos o che­
cos. En efecto, es
fácil, sin

duda, establecer curiosos paralelos entre
el menester de centtalizar la
dirección y descenttalizar las funciones
y la tarea de coordinar el plan macroeconómico con los planes mi­
croeconómicos, en
unas unidades económicas tan complejas como
son
las empresas ttansnacionales o los Estados.
La "trampa dimensional" reside, acaso, en esta difícil necesidad
de coordinación racional y dosificación oportuna, de estas dos
exi­
gencias contradictorias, capaces de provocar, según algunos autores,
la pérdida del control de unos organismos económicos tan hipertro­
fiados, cuyas riendas podtían caer de las
manos directoras, hastá el
extremo de

esterilizar
su eficiencia y volatilizar sus posibilidades
operativas.
¿Podrían, estas características propias de su crecimiento, poner
a las Multinacionales,
y con ellas al capitalismo actual, ante dificul­
tades insuperables?
A. Weber, refiriéndose al capitalismo y a la técnica modernas,
afirmó de ellos, así como del intelectualismo racional en que se apo­
yan, que parecía haber sonado su
hora final.
III. ¿GIGANTES O MOLINOS?
«Y diciendo esto, dio espuelas a su caballo Ro­
cinante, sin atender a las voces que ·su escudero
Sancho le daba, advirtiéndole, que sin duda algu·
na
eran

molinos_ de viento,
y no gigantes, aquellos
qué iba a acometer .,.Y>.
Don Q11;¡01e de la Mancha.
El fenómeno de las Multinacionales, ante el cual es imposible
!ji
Fundaci\363n Speiro

/OSE MARIA CARBALLO PERNANDEZ
permanecer indiferente, dio lugar a una abundante y polémica li­
teratura,

en la que se exponen sus pretendidas ventajas y sus
posi­
bles

inconvenientes.
En un artículo publicado, este mismo año (1974) en el Frank­
furter Allgemeine Zeitung, se afirmaba que la multinacionalidad es
solamente un tel6n tras del
cual se ocultan maniobras para la ad­
quisición y explotación de bienes y servicios y para el traslado de
fondos ingentes, responsables de provocar tensiones inflacionistas en los países de acogida. Bajo la capa de entidades productivas, las
Multinacionales
son simples

agentes de grupos financieros, orien­
tados sobre todo a las transacciones de dinero. A las tesorerías de
las Empresas Multinacionales se atribuyó la
responsabilidad de la inestabilidad monetaria de los años pasados, por sus intervenciones en los movimientos especulativos de capitales.
En un informe del Conseü Bconomique et Social de Francia, se
aseguraba que

las aportaciones de capital, en divisas, sobre todo
cuando se trata de las de países de monedas de reserva con
balan·
zas de pagos deficitarias, pueden no significar transferencias autén­
ticas de ahorro, sino detracciones forzadas del ahorro interior, con
evidente limitación de la capacidad financiera de otras empresas.
Se acusa a las Sociedades Multinacionales de no adiestrar a sus
funcionarios para adquirir la capacidad de autodirecci6n que
nece­
sitan

los países en vías de desarrollo, aparte del hecho, destacado en
el capítulo
primero de

este trabajo, de la pequeñez relativa de las
inversiones
directas en

el Tercer Mundo.
Las transferencias de tecnología resultan de mínima eficacia, ya
que el binomio Investigación-Desarrollo queda firmemente retenido en
las manos de las "Sociedades Madre", con lo cual éstas perciben
mayores royalties. Con frecuencia, según parece, las Sociedades Multinacionales
ven­
den a sus empresas filiales maquinarias obsoletas, imponen materias
primas determinadas y agobian a sus sociedades subordinadas con el peso de su "management" directivo, aparte de que, por lo
gene­
ral,

perciben altas remuneraciones por licencias
y ayudas técnicas y
juegan con otras ventajas posibles, logrando rendimientos comercia­les desorbitados.
152
Fundaci\363n Speiro

LAS EMPRESAS MULTINACIONALES
Hablando de las inversiones extranjeras en España, en abril de
este mismo año (1974), en una conferencia pronunciada en el CT.UB
MUNOO,
el
Sr.
Martinez Cortiña
atribuyó la política, iniciada en
1959, en orden a aquéllas, al propósito de complementar el exiguo
ahorto nacional, con el
natural aumento

del flujo de divisas
y la con­
secuente aportación de nuevas tecnologías, amén de esperar de
ellas
una mejor aceptación política por el extranjero. Dicho Sr. Martínez
Cortiña

formuló la pregunta de si acaso no hubiera sido posible apo­
yarse en otras fuentes más oportunas. Es de destacar el hecho de que los royalties percibidos por
las empresas matrices, de sus filia­
les españolas, aumentaron, en 1973, en un 17,4
%. Las Multinacio­
nales, en opinión del Sr.
Martinez Cortiña,

no han venido a Espa­
ña a otra cosa que a aprovecharse del mercado, sin fomentar la eco­
nomía de nuestro país.
A su juicio, es evidente el peligro de caer
en una posición de ·dependencia, -si no ·se ·orientan las -inversiones ex~
tranjeras al campo comercial, en vez de hacerlo al industrial.
A través del montaje de plantas productivas en otras zonas geo­
gráficas más

favorables, las Sociedades Multinacionales contribuyen
a la exportación de la Polución
· [y la degradación ecológica del con­
torno} hacia los países objeto
de su
penetración.
El fenómeno de expatriación de ciertas producciones es paten­
te. Cuando en Norteamérica se experimentó el
aúmento espectacu­
lar de las ventas de aparatos transistores japoneses, el público de
dicho país se enteró, con asombro, de que sus auténticos
enemigos
comerciales,

en
vez de
hallarse en el Japón; se encontraban en el
mismo país americano, en sus· propias Sociedades Multinacionales,
que, con sus propios capitales, habían estimulado la producción de
ellos en territorios foráneos, -para su importación posterior en el
área nacional.
Los gtandes gtupos norteamericanos parecen haber expatriado,
ya, gtan parte de la producción de magnetófonos (96 % ) ; de apa­
ratos de radio (90
%); de aparatos fotográficos (1-00 %); de máqui­
nas de escribir
portátiles (70 % ) ...
Los Sindicaros americanos adoptaron una actitud hostil ante las
Mulrinacionales, a las que acusan de la pérdida de un importante
número
de
puestos de trabajo. Sin embargo, segón datos del Bureau
153
Fundaci\363n Speiro

/OSE MARIA CARJlALLO fERNANDEZ
of Economic Analysis, las 298 sociedades principales de los Esta­
dos Unidos aumentaron la ocupación, entre 1960-70, en el 2,7
%,
mientras en el total de la economía americana lo hizo en el 1,8 %
(según datos facilitados en el H..-ald Tribune InternationaJ, en 1972).
La forma de acción de las Sociedades Multinacionales, a la que
ya hemos aludido, en cuanto a las norteamericanas, consiste, como
dijimos, en
inversiones mínimas
de capital, para
la explotación sis­
temática de los capitales locales, y en logro de ingentes beneficios,
sólo reinvertidos en ínfima proporción. Hay autores que incluso atri­
buyen a las Multinacionales una inclinación al pillaje, sobre
todo,
del Tercer Mundo. Según Levinson, los rendimientos de
las Multinacionales pue­
den estimarse superiores, en un 30
% o en un 40 %, a los de las
sociedades exportadoras tradicionales, abusando, para estos resulta­
dos, de su capacidad de
actuar sobre las transacciones, a través de
los precios.
En cuanto-al fenómeno de exportación de benefkios, baste citar
las retiradas masivas de ellos en Chile, orientándolos hacia Canadá,
Australia y otros lugares conceptuados como más seguros.
La racionalización de
las Sociedades Multinacionales es un arti­
ficio
para canalizar las rentaS empresariales hacia lugares con menor
presión fiscal, con lo
cual se provocan en los países impactos poco
deseables, y distorsiones en los -respectivos planes de desarrollo.
Los objetivos
y las dimensiones de las Multinacionales permiten
la puesta en práctica de desleales competencias frente a las socieda­
des locales, aun cuando aquéllas prefieran la forma de aparentes en­
tendimientos, con las
segunda& y entre sí.
Las Sociedades Madte suelen lograr el predominio absoluto de
sus propios intereses sobre el de las filiales, o los internacionales.
Para mejor salvaguardarlos, se crean, como
más arriba dijimos, obs­
táculos a
la entrada, en el Staff directivo, de consejeros extranjeros,
procurando cohibir

también, por todos los medios,
la posesión de
acciones por los ciudadanos de los países de acogida.
Las Sociedades Multinacionales (recuérdense muchos casos de
Africa,
_Asia y
Latino-América) suelen coexistir con poblaciones
indígenas al nivel de subsistencia
( con

las naturales consecuencias
154
Fundaci\363n Speiro

LAS EMPRESAS MULTINACIONALES
de freno para el desarrollo) al mismo tiempo que la repatriación de
beneficios
alcanza cuantiosas
sumas, sustraídas a la posible colabo­
ración en la elevación del nivel de vida de las áreas dominadas. Frente a estas
características negativas

de las Sociedades Multi­
nacionales, hay autores que destacan ciertos
aspectos que

consideran
favorables.
El profesor Sampedro, en la "Semana de Estudios de Derecho
Financiero" (1974), afirmó que las Multinacionales constitulan la
más moderna adaptación del capitalismo a las circunstancias de nues­
tro tiempo
y una poderosa manifestación del sistema basado en la
empresa y el lucro privados.
Claro que
reconoce que superan el po­
der de los Estados, los cuales carecen de medios de control suficien­ tes
frente a ellas, pero las define como el tipo de empresa más ade­
cuado al período umbral del siglo
XXI, cuyas

notas fundamentales
serán, a su juicio, la
organización internacional; la intensificación
de

los intercambios internacionales;
la multinacionalidad.
En opinión del Sr. Sampedro, en el siglo
XXI se producirá la
desaparición de los, a su juicio, anacrónicos nacionalismos, razón
por la cual las Multinacionales actúan, ya, en el camino del futuro.
Los nacionalismos, a su manera de ver, .implican un lastre mezqui­
no para el progreso.
Los defensores de las Sociedades Multinacionales estiman que
representan el mejor medio para orientar a los pueblos hacia el des­
arrollo
y hacia el "management'" moderno, para superar el Gap de
Rentas ( que pone en peligro la
pa• del
muodo) y para estimular la
expasión a
escala muodial.
Según hemos visto, los datos estadísticos que al principio de
este trabajo

hemos expuesto, parecen disipar estas
esperanzas y
no
permiten suponer que la actividad de las Multinacionales se orien­
te en esta dirección. Se ha afirmado que la actuación de las Empresas Multinaciona­
les podría colaborar al mantenimiento del orden muodial. Pero no puede, sin· embargo, olvidarse la influencia que las Multinacionales
parecen haber ejercido en
determinados y

violentos acontecimientos
políticos recientes, en sus países de acogida. Tampoco conviene ho
olvidar el hecho de que uno de los presidenres de la ITT haya .cola-
1~5
Fundaci\363n Speiro

/OSE MARIA CARBALLO FERNANDEZ
horado, según se dice, durante la última guerra, y simultáneamente,
con los intereses de Hitler
y con los de su propio país.
Hechos recientes permiten sospechar que las Multinacionales
pueden introducir procesos revolucionarios, provocando colisiones con grupos
y partidos de cada ámbito local y planeando su penetración
a través de acciones que
nada tienen de pacíficas.
Se
destaca el

hecho de que incluso en China, en Rusia
y en otras
países colectivistas, estén presentes las Sociedades Multinacionales
como aparentes factores de desarrollo. Todo el mundo, incluida la URSS, afirmó Galbraith, parece de­
sear que

el capitalismo viva.
Eri estas extrañas colaboraciones, los países socialistas esperan
de los occidentales la transferencia de sus sistemas de "management",
mientras Occidente cree posible aprender, de los países sovietizados,
la forma de
"superar sus

dificultades, encaramándose sobre la masa
obrera"
(Levinson).
Las Multinacionales, sin embargo, despiertan por doquier rece­
los
y reservas, por el grado de peligrosidad y de incertidumbre que
llevan consigo. "No pretendemos que nos amen
--dijo consciente
de
esto uno de ·los ·.representantes más. destacados---; nos basta con que
nos respeten".
IV. INCERTIDUMBRES Y ESPERANZAS.
El poder es suyo, el dinero es suyo, suyas son
la
paz o la guerra. Y la felicidad o la .desgracia
de los hombres. Le Nouvel Observateur.
En un informe de 1970, la Comisión Europea destacó la impor­
tancia de la contribución de las inversiones extranjeras para la eco­
nomía de la C. E.
E. Frente a ellas, los Estados Miembros habían
adoptado, cuando tomaban la forma
· de

participaciones, actitudes
diversas que,
á. juicio de la Comisión, era conveniente unificar. Re­
comendó, al
efecto, un

concierto a nivel comunitario para mejor
información
y contra! de los grandes proyectos de inversores pro­
cedentes del exterior del
M E. C.
Fundaci\363n Speiro

LAS BMPRBSAS MULTINACIONALES
Para superar las dificultades que se alzaban ante su propuesta, la
Comisión aconsejó la definición de
la figura de "Sociedad común",
extendiendo
la

establecida en el EURATOM.
Pero todo
ello exigi­
ría, a su juicio, la real unión económica
y la armonización de los
regímenes económico, jurídico
y social, en el seno de la Comunidad.
En el curso del año 1973, tuvieron lugar varias reuniones
y vie­
ron

la luz dos importantes informes (uno de la ONU
y otro de la
C. E. E.).
El informe de la ONU estuvo dedicado a la intervención de las
Multinacionales en el desarrollo económico
y en él tuvieron espe­
cial
peso los países en vías de desarrollo, que ven en las Multinacio­
nales una forma de penetración imperialista, por vía
económica, de
los

Estados industrializados,
penetración que

lleva implícito· un ries­
go innegable para ellas, incluso en el aspecto político.
Las Empresas Multinacionales se limitan, frente a los países en
vías de desarrollo, a estrictos intereses sectoriales, con los cuales pue­
den perjudicar los objetivos
y las orientaciones de sus planes ge­
nerales.
En las reuniones del grupo de expertos en Ginebra, patrocinadas
por el Secretario general de la ONU, se
destacaron los
problemas
derivados de la pretensión de autonomía directiva de los Estados
y
la de seguridad en las inversiones, por parte de las Empresas Multi­
nacionales.
Se contemplaron, como de fundaroeo11! importancia, las
JOINT VENTURES y los acuerdos específicos, aun sin desconocer
los problemas del empleo, de la dependencia tecnológica o de los
movimientos monetarios.
Sin embargo, los problemas más importantes son los de escala y
de dimensiones relativas. En donde el poder de los Estados de aco­
gida es grande,
las fuerzas de los respectivos países y las Sociedades
Multinacionales pueden equilibrarse. Pero en aquellos en que, por
su reciente ganada autonomía, por su debilidad, o por
las situacio­
nes especiales de sus gobiernos, no se_ da este supuesto, la situación
se agrava, en evidente beneficio de las Multinaciqnales. La conclu­
sión a que se llega es que procede adoptar medidas capaces de afian­
zar a los Estados o
de minorar la presión de las Multinacionales.
En cuanto el control .de las Multinacionales, no se ocultó la di-
157
Fundaci\363n Speiro

JOSB MARIA CARBALLO PBRNANDBZ
ficultad de una acción eficaz, aun cuando se llegara a la utópica crea­
ción de una oficina de centralización de informes, se estimulara la
responsabilizaci6n de este tipo de empresas y se estableciera la ayu­
da
y asistencia a los Estados que la necesitaran, en sus relaciones
con ellas.
La ONU concibe la organi2aci6n de algo similar al FMI, para
las Sociedades Multinacionales, a través de acuerdos entre los Esta­
dos de origen
y los de destino.
En cuanto a la C. E. R, única áJ:ea en la que, en principio, exis­
te algo parecido a un marco político
y un cuadto jurídico plurina­
cionales, su informe, aun advirtiendo que no se trata de
impedir la
concentración de empresas, para que éstas alcancen la dimensión
adecuada, resalta la necesidad de combatir los abusos posibles, usan­
do medidas de carácter fiscal, laboral,
monetarias y de inversiones ...
Se hacen en él varias recomendaciones a la O>misión, que insiste
en la no discriminación entre
las Multinacionales europeas y ameri­
canas. Según el informe, las inversiones de las Multinacionales pue­
den,
y deben, set sometidas a control mediante instrumentos espe­
cíficos, en el ámbito de acuerdos, negociaciones y convenciones gler
bales, de carácter económico.
En otoño de 1973, se celebraron también dos reuniones en Ita­
lia ( en
Pavía y
Milán) sobre el terna de
las Multinacionales. En la
de Pavia, se criticaron las
maniobras orientadas
a eludit la disciplina
fiscal de las diferentes naciones, capaces de provocar efectos negati­
vos en el equilibrio monetario internacional. Se destacaron, sin em­
bargo, las posibilidades que se deduce de una ventajosa dirección
Multinacional,
por la mayor movilidad de los factores
y la mejor
oferta de

tecnología. Los efectos de algunas nocivas políticas
y es­
trategias, se dijo, no son privativas de las Multinacionales, ya que
también usadas son por los jeiques del petróleo, por ejemplo.
En las reuniones de Milán se destacó la necesidad de que las
Multinacionales dejen de "hacer política", pecado del que existen manifiestos ejemplos en el
próximo e

inmediato pasado. Los "mana­
gers", se dijo, son, en las Multinacionales americanas, americanos o
americanizados. Y es innegable que, con harta frecuencia, las Mul­
tinacionales han
servido de
caballo de Troya para
la penetración
158
Fundaci\363n Speiro

LAS EMPRESAS MULTINACIONALES
política de Norteamérica y para intentar el dominio de los países
que las albergan.
En Europa, las Multinacionales se mueven todavía sin trabas, a
su capricho, y los problemas que plantean no permanecen al nivel
de
las filiales, que están sometidas cada una a su régimen jurídico,
sino al nivel superior del complejo actuante.
Las Empresas

Multinacionales no
sólo han esterilizado, con frl>'
cuendas, las normas que, por conveniencias estratégicas, habían dic­
tado sus propios países, sino que han utilizado a los países de aco­
gida sin preocuparse de
respetar las medidas mínitnas de seguridad.
En el futuro,· se dijo en Milán, se impone una regulación ade­
cuada y una
efectiva disciplina

de las Multinacionales.
En el mismo otoño de 1973, los problemas laborales que plan­
tean
las Multinacionales fueron abordadas en unas reuniones en
Obbnas, con

la
asistencia de
representantes de Finlandia, Noruega,
Dinamarca y Suecia_ De

ellas se dio noticia en el
Huf11udstdsbllld.et.
En todas estas reuniones y convenciones ttansparece, sin duda
alguna, la honda preocupación que ante
las Multinacionales siente
el

mundo
actual, a las que se contemplan en procesos que acaso no
hayan hecho otra cosa que comenzar, por ser en
ellas cada vez más
patente el fenómeno del "crecimiento por el crecimiento" y la vo­
luntad insaciable de poder.
La hipótesis de que puedan morir de gigantismo no resulta toda­
vía confirmada por los hechos. La invasión de los países con in­
versiones de las Multinacionales parecen demostrar que, por el mo­
mento,
gozan, en

su conjunto, de una espléndida vitalidad.
Levinson ofrece, para el porvenir, una visión
nada tranquilizado­
ra,

respecto de las Multinacionales: serán absolutamente indepen­
dientes y poderosas, frente a los Estados; desarrollarán sus políticas
propias, concretadas en una mayor ambición de poder,
para la cual
necesitarán de ingentes medios financieros, que habrán de obtener
de sus Cash-Flow.
Aun acogiendo con
las naturales reservas estos puntos de vista,
no es posible negar, sin
embárgo, que
las Multinacionales plantean,
en último extremo, un problema que puede llegar hasta la misma
159
Fundaci\363n Speiro

/OSE MARTA CARBALLO PERNANDEZ
supervivencia de los que se acostumbra a denominar democracia
económica.
Las tendencias actuales podrían conducir a una situación en la
que, hacia fines de los años ochenta, sólo unas cuentas Firmas Multi­
nacionales controlen
la dirección económica del mundo.
¿Podría, entonces, crear la democracia política los contrapesos
necesaxios paxa asegutax su propia supervivencia y la de la sociedad
moderna, sin bloquearla?
En un estudio de
J. F. Revel, .se sostiene la tesis de que una trans·
formación del mundo occidental no podría surgir en Europa, dema­
siado comprometida en
paxticularismos egocentristas
y en
paxtidis­
mos

empecinados. Tampoco podría tener su origen en el Tercer
Mundo, excesivamente perturbado por
las conmociones sociales y
políticas, derivadas de su prematuro acceso a la libertad y la autono­
mía

en un
estado de inmadurez. Mucho

menos
podría gestarse,
se­
gún afirma, en los rígidos y dogmáticos países colectivistas, cuyas
inmediatas vivencias desbordan el desencanto de una revolución que
traicionó sus propios principios, y dan la
razón a Amadée Ponceau,
según

quien "todo vencedor de una tiranía alimenta en si mismo
Otra
tiranía".
La

transformación del mundo ónicamente puede producirse, se­
gún Revel, en Norteamérica y, desde
allí, exrenderse al resto del
mundo.
No es momento de entrax en la crítica de esta tesis, por otra pax­
te ya sometida a agudo análisis por Mary McCaxthy. Pero, de ser
así, ¿cuál será, ante el peso que habrán de tener en el futuro los
acontecimientos y

mutaciones que se produzcan
. en
Norteamérica,
el papel que entonces puedan desempeñar,
paxa bien

o
paxa mal, esos
canales de comunicación y enlace que representan las Multinaciona­
les? Por hoy están, según par~e, al servicio preferente de los inte­
reses de Norteamérica. ¿Podrían acaso mañana constituir elemen­
tos primordiales paxa la imposición de nuevos estilos de vida, a es­
cala mundial?
Sin duda, merece
meditarse la
advertencia de Eldrige Oeaver:
"No es una exageración
afirmax que

el destino de la humanidad
de-
160
Fundaci\363n Speiro

LAS EMPRESAS MULTINACIONALES
pende de la fonna y la manera en que .América resuelva los proble­
mas
con

que se enfrenta. Si va a
orientarse a
la izquierda o a la
derecha es
el interrogante número uno de nuestros días".
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