Índice de contenidos

Número 191-192

Serie XX

Volver
  • Índice

Michele Federico Sciacca: un maestro de hoy

M1CHEµE FEDERICO SCIACCA:
' UN, M:Ail!STRQ DE HOY(*)
POR
' NARCISO. }UANOLA SOLJUI.'
El inmanentismo
La
:inmanencia es·

el
-ligamen. entre dos: seres_.,· pero

sin
identifi~
,arse, .y ,sólo tiene sentido tespecto a la trascendencia. El inmanen­
tismb excluye toda. tráscendencia. La inmanencia, como inmanentis­
mo; consiste
en fa. autosuficiencia del' str al que .todo es inmanenre
y. que se considera principio de sí mismo, sin que exista otra cosa
de cuya
.acción. sea deudor. 'en :algo: El . intnanentismo, cuando es
metafísico,
rio puede sino ser. panteísta:

Dios
inmanente. al mundo
( el mundo tiene en sí su principio, la razón de su existencia y de
sus
efectoo).
(*) El día 24 de fobrero se cumple el sexto aniversario de la muerte
de nuestro muy querido profesor Michele Federico Sciacca. El pasado año,
e~ de s~. quinto aniversapo, {m; conmemorado_ por, la «Socie& _delli amici di
ÍJ:. f Sciacca»· _con' tres reuilÜm.es, 1~-primera: ec/Giarre, su pueblo na.tal, y la
61titná'eri San Remo; don.de dWte·lós díllS 27 ·y 2s de diciembre ··tuvo lugar
ei .:«Cofrvegno ·:1nttfnt2:iónale di· Siudi ·Schiaccia:ni», -con las tres .siguientes
ponencias", que pot, su_: orden homrjo cib!,mós: ·Laicjsrno e utopia,:_por nuestro
amigo Juan· Vallet. =de Goytisolo; ,L'E,stetismo e, j frate/li .Ieparati, por María
.Adelaida Rasch.ini, ·Catedrático de

Filosofía de
la Üni~"e.rsidad de Génova, y
iJ problffl!a della deniocrttcia, pE· --~o d'Addio1 Catedrático de Historia
de ·tas Doctrinas POlíticá.s ·de la Universidad de ilóma. La primera de estas
ti~--póhericias -18. j)tiblkaremos (wm· vez a:r,atecidas las Actas del Corigreso)
en-"·su
-ve1';Si6n _castellana::~
Aqu.í,
en

este número, para conmemorar al maestro
en su
VI aniversario,
publicamos este,. t_rabajo _del __ profespr Nar_ciso

Juanola. Soler,
fiel testimonio
d~l pcn~a.mienÍ:o de

M. F.
SciaccÍt. · ·
85
Fundaci\363n Speiro

NARCISO fUANOLA SOLl!R
Toda forma de inmanentismo destruye la verdad objetiva, la
verdad
como tal
(inmanentismo gnoseológico). Toda forma de in­
manentismo es destructor del concepto de ser de lo real (inmanen­
tismo metafisico).

Toda forma de
inmaneutismo se
resuelve en for­
mas de positivismo. y
!llaterialismo (inmanentisili hechos naturales y humanos son divinizados. El inmanentismo abso-
luto
desemboca en la divinización del hombre, en la idolatria de
una trascendencia meramente horizontal, mwidana. El inmanentismo
niega las verdades fundamentales del cristianismo. Pero, precisamen­
te,

como el pensamiento
es exigencia
de absoluto, no es el
Ab­
s,oluto.
El
pensamiento es perceptivo de la verdad,
la verdad es su ob­
jeto, de otro modo el pensamiento se pensarla a sí mismo, .sería
Dios,

cosa que, evidentemente, no es. El pensamiento es
~iencia
intelectual de la verdad, no identificable con la misma actividad del
sujeto pensante.
Es la verdad del ser la que hace ser al pensamiento,
y no al revés. El inmanentismo hace del pensamiento humano un
pensamiento absoluto,
divino, Pero
la absolutización del pensamiento
y su autosuficiencia es una afirmación irracional absurda y contra­
dictoria (1 ).
La verd .. d
La actitud inmanentista hace que el hombre sea el artifice de
toda verdad, que no
exista otra
verdad que la que el ser humano
se da a si mismo. Considera que
el hombre es el fundamento de la
verdad, que no existe verdad alguna que trascienda el orden humano. El hombre es
el. sujeto,

el principio absoluto e
independiente de
la
verdad.
La actitud trascendentista, la de Sciacca, afirma que la verdad
que el hombre conoce no es puesta por él, no es creada por él, sino
que le

viene ofrendada, es
decir, que
la
descnbre, pero no la pro-
(1) M. F. Sciacca: Here¡ias y -veráiltle.1 de nNestro tiempo, Edit. Luis
Miracle, Barcelona (Cap. !) .
86
Fundaci\363n Speiro

MICHELE FEDERICO SCIACCÁ: lJN MAESTRO DE HOY
duce. El hombre piensa y conoct: pór la verdad. · No es él quien
fundamenta
la

verdad,
sino qne es la verdad la que furulamentá. y
da luz al hombre haciéndolo sujeto pensante, sin dejar de ttascen­
derle.
La postura subjetivista afirma que la verdad es igual al pensa­
miento, que el hombre se da a sí mismo
la verdad,
que
e!' hombre
es

el
fundamento de

sí mismo, e
incluso el fin

último. Así, toda
la verdad es inmanente -al pen.Samiento, que se convierte en absoluto.
La única verdad, entonces, es el mismo pensamiento: es la alitosüfi~
ciencia.
La pootura objetivista, la de &iacca, afirma la suficiencia ( no
autosuficiencia) del pensamiento, afirma que el pensamiento no es
toda la verdad, sino
que participa

de
ella. De esta manera, el pen­
samiento está fundamentado en la verdad, y su verdad está garan­
tizada por la Verdad que
Jo trasciende; y que es la fuente de toda
verdad. El pensamiento no puede
fundamentarse a

sí mismo en su ab­
solutez.
El pensamiento no

se identifica
cou .la verdad. Es la verdad
la que hace al sujeto pensante
y, por

esta presencia, lo abre a la
Verdad en sí (Dios), principio de toda
verdad. El pensamiento

lo
es por la verdad, de lo
contrario dejaría

de serlo. El sujeto pensante
comporta
la presencia

de la
verdad al

pensamiento. Esta presencia
es la luz de la verdad que hace que
exista pensamiento.

La razón
no es absoluta, si no, ¿cómo se explica el error?
La razón es aspira­
ción

a juzgar según la verdad
y, porque .es aspiración a la· verdad
absoluta, no es ella misma la verdad, la absoluta verdad (2).
De que
la razón humana sea capaz de verdad no se puede de­
ducir que sea su

principio. Una razón que se
diera a

misma sus
principios

sería absoluta, sería Dios.
La razón juzga según la ver­
dad.
La razón no cjuzga a la verdad, porque la verdad no es la razón.
La verdad no existe porque el sujeto la piense, sino que existe el
sujeto
pensante porque

existe la verdad
que. Je ha sido donada por
Dios,
fundamento último de toda verdad absoluta.
(2) Jdem. (Cap. VI).
87
Fundaci\363n Speiro

NARCISO ']UAN04A ;$OLER
. . H;ay, una v:erdad hwnana en cuanto hay una Verdad divina que
la tras,;iende · y funda. La verdad presente al . hombre remite a uaá.
Mente absoluta;
a

la Verdad
abso-luta. O
el
hombre se
halla
radi0
cado en la verdad desde el principio, o no puede alcanzarla jamás,
porque, · ¿puede el hombre, ser finito, ser el fundamento de tan sólo
una-. verdad absoluta, -necesaria, eterna? 1
El hombre ·puede descubrir la verdad; pero rlo puede crearla. El
hombn<'participa inicial, y· finalmente de la verdad, sin que la verdad
presente seá la
Verdad

en sí :
La relación es

de analogía. Si la
verdad
no existiera, el hombre no pensaría. Es contradictorio admitir un, pen.:
samiento · sin verdad ... · y una , verdad sin fundamento último, sin
Dios.
Er · hombre es capaz dé' 'Verdad porque· existe la Verdad y en
cuanw
W'l· .reflejo de ella es percibido poi el entendimiento humano.
Se trata de la interioridad de:Ia verdad al·espirilu y de la pattici'
pación

en ella de toda nuestra realidad humana.
La Verdad existe· y
se· identifica con la· Mente suprema creadora. La ·Verdad -trasciende
i:l 'orden: huinano-naturaL Es la misma interioridad la que niega la
lnmanenda. Si la verdad fm,ra ·inmanente al pensamiento, el pensai
ttiiento -humano "finito: sería; prindpio de s.í, séría' Dios.. SólO si -·d
hombre participa . de ' la Verdad . sin-· ser la verdad, . lá ' verdad· le es
interior. Y-si es interior, es tnlsciendente. · El espíritn esiá presente
en la

verdad,
fundamento y cotidición de su futura participación en
la Verdad y,
consiguientemente,' dé su orden sobrenatnral. Hay una
analogía
entre

la
verdad etJ. 'sí y la verdad en nosotros (verdad par­
ticipadaf Se'trata de 1~ presénci~ de

Dios en
nosottos, sin
que
noso'
tr~s pC>Seanios · a Dios,· una: prbs'encia que n6s enciende en amor de
Dios. La Verdad es principio y fin del dinamismo espiritnal e in'
terior del hombre. . .
. · El panteísmo es la ~egación del mundo en Dios o de Dios en
el mundo:_En,acnbos casos, afeí,smo. Si la mente es capaz de verdad,
Dios existe. Si se afir°" que, la ~te Jtumana es la que pone la
verdad, que la
razón es

'el
fundamento absoluto para sí
misma, . el
desencanto temprano lleva al escepticismo. De la mente que es toda
la verdad se pasa rápidamente a la mente que es la nada .de verdad.
sa
Fundaci\363n Speiro

MICHELE FEDERJCO SCIACCA: UN' M,fE3TRO 'DE HOY
Si no existe una verdad superior al orden natural y de la razón, como
la mente humana no es
capaz de

fundar por sí misma
'una, verdad
objetiva

y perfecta, se afirma enseguida que no
existe tal

verdad y
que no
hay Yl"Cdad alguna, ya que la mente purnana es mudable.
' Es irrwonal 'qu; ia razón ;e, c~sidere absoluta. El racionalismo
absoluto
~ una 'diyinizadón del hombre, . la' idolatría del hombre:
Pero también ~ irracioÍ!al , que la mente sea la nada de verdad. (i;
mi~ma· afirmaci6n' ~e ~ontradice consig~ ~s~a) _: ambas razones son
ateas y ,contrarias al 'orden humano .. Ambas pierden a la' razón y ' al
hombie, porque
ambas pierden a. Dios. La rilente' humana, mudable
y finita; no ¡,uedi:,set el principio de v'erdad~s inmutables~- infinitas.
Por ell0, la merite humana es suficiente,' pero
no autosuficiente; au­
tónoma, pero no principio de sí misma. La
verdad' de la

que el
hombre es
capaz tiene sÍi fundamento, pues; en la Verdád absoluta
que lo trasciende. El hombre conoce fa verdad; pero no es el piin-
cipio

de
ella, pót la cual· exísie Dios. ·
El · mismo escepticismo 'pruebá la . eicisiencia dé Dios, ya qiie, · si
es
verdad que
( de

'está
«verdad» absoluta; que,' tomo tal, no puede tener su base
en' el hombre mudable. La mente,· así, · juzga · según la 1112 de la
verdad, dada por lá Verdad: Dios es la'Vérdad creadora. Es posible
remontarse de la verdad en nosotros a la, V
et dad en sí, porqúe ,la
verdad

desciende de Dios
hasta · nosotrQS, · No es racional

negar la
existencia · de Óios, :Yª que es contrario .a la naturaleza de la misma.
razón, el hacerli juez de la yerdad. El hecho de que la razón. juzg;ie
según la verdad, prueba que exista Dios; de lo contrario no podría
pensar ni siquiera que.Dios· no existe,,es .. decir, ni, siquiera·podría
ser ~tea. En e{ecto, negada la Verdad, fuente de toda verdad, la
razón ya no puede. n.ada, ni afirmar «con verdad» que «Dios ª?
i;xiste)>. Debilitada la luz d,; 1~ mente, cesa la misma mente., Pensar
es pensar que .Dios exis,te.
Es contradictorio. pensar y, al mismo tiem­
po, negar
que. Dios exista. El pensamieÍito es

testimonio de la
exis,
teil(;ia de.
Dios (3).
( 3) Idero. ( Cap. XVIII).
89
Fundaci\363n Speiro

NARCISO-/UANOLA SOLER
La libertad
Según Marx, el hombre será libre cuando se halle liberado de
la
hostilidad de las
fuerzas físicas y económicas, El día que eUó se
realice,
el hombre será el señor de sí
mismo y
la libertad
ya no se
verá dañad.a por la necesidad. Todo quedará satisfecho con la satis­
facción de las
necesidá.des materiales.
Sin

embargo, ya que
la cantidad no tiene límite, es indefinida,
siempre puede aumentar, siempre habrá
necesidad<$ y, con ellas, las
enajenaciones correspondientes: un inagotable proceso de
liberación
efectiva

y total.
La libertad, en el
marxismo, se

identifica con la liberación de
la necesidad.
La libertad no es más que la necesidad satisfecha. No
obstante, una
vez satisfecha la necesidad, la libertad se actúa, soli­
citada por nuevas necesidades, con lo que vuelve a plantearse el
problema de su ulterior solw:ión-satisfacción. La libertad, en el mar­
xismo, viene a ser un
parágrafo de la biología animal y del hombre
en cnanto vida biológica. Poco importa que el hombre tenga razón,
reducida a instrumento técnico o a mecanismo de producción-distri­
bución, es decir, a cálculo.
Curiosamente,
el hombre, cnando no siente el imperio de la ne­
cesidad material,
rio logra

hallar
paz ni sosiego. El hombre, sobre
todo,

tiene necesidades espirituales
y exige bienes de la misma na­
turaleza. No es suficiente la liberación económica, condición. de la
libertad espiritual. La libertad no es el producto mecánico de una
condición favorable o de todas ellas a la vez. Las condiciones pue­
den obstaculizar o favorecer la libertad, pero nunca prodw:irla: el
indigente puede ser espiritualmente libre y el que no carece de nada
¡,p.ede· ser esclavo del mal y. .del sufrimiento. La libertad no es el
resultado de una sensación agradable, ni el efecto de un deseo satis­
fecho. El hombre no sólo tiene estas necesidades: la libertad es
obra del espíritu, porque sólo en él tiene sentido la libertad, un
sentido humano, el que le es propio.
9Qs
Fundaci\363n Speiro

MICHELE Fl!DEJUCO SCIACCA: UN MAESTRO DE HOY
El mancismo es una concepción del hombre y de la historia que
tiene como divisa la transformación
Y· mejora

ecooómica del hombre,
la liberación de las necesidades materiales
.. Pet:o ello

es una ofensa
a la humanidad.
La humanidad profunda, espiritual, .del hombre es
despreciada, El hombre no es
un animal
como otro cnalquiera. ,El
espfritu, por no ser · m_aterial, no puede ser un producto .de la evO-'
lución de la materia. El hombre no es sólo materia ·que evoluciona
históricamente. El hombre no sólo es estimulado por la necesidad.
El hombre no es sólo un sujeto de producción y consumo.
De sedo,
la

libertad ya no sería una potencia interior y espiritual, sino
el · re­
sultado mecánico de una organización exterior: la negación. ~e la
libertad. El hombre puede
haber realizado . plenamente su libertad eco­
nómica y ser igualmente un pubre esclavo de sus necesidades satis•
fechas. La libertad económica es una libertad, no la libertad. Esta
sólo tiene sentido si existe
la libertad
espiritual.
La satisfacción de las necesidades vitales es un problema de la
vida animal, no de
la vida ·moral. Una
libertad,
absorbida por
la eco­
nomía, no es libertad.
La libertad económica es la libertad como
resultado de un
plan que

priva
la iniciativa del

individuo, operando
desde el exterior. El altruismo
social es todavía un altruismo útil y,
por lo tanto, no es moral.
La disciplina de los egoísmos sólo tiene
sentido moral de cara a la realización de una condición espiritual,
que ya no es sólo altruismo social. La sociedad homogénea es la eco­
nomización total del hombre, su no moralidad, su no-libertad.
La
libertad económica encierra al ser humano en el ámbito terrestre,
sobrevalorizando lo
· material,

fin supremo de la vida. El
· dominio
de

las
cosas a

través del
trabajo es

el
dominio absoluto
de las
cosas
sobre
el

hombre;
la satisfoccióo de las necesidades naturales es la
eapitulación del espíritu.
Sólo cuando el
hombre trata
a los bienes materiales como
in.stru­
mentos, sólo entone~, dichos bienes económicos son condición del
ejercicio de la auténtica libertad. Cuando el hombre es esclavo de
la tierra, en cambio, ninguna riqueza podrá hacerlo . libre. por un
91
Fundaci\363n Speiro

NAI«:fSO '/UANOLA •SOLER
solo instante., O se. es libre en el cumplimiento de la ley moral, o
nada
podrá hacer

libre a un solo hombre.
Si los deseos humanos pueden ser
satisfechos en Sli totalidad pOt
el hoinbré, ··son· todos ellOS inmanentes,· terréstres. 'L3. cotttepciórl
marxista· es inmanentista: el fin del hombre··se-·sit:úa ert Ja· tierra:
Desde

este punto de vista, capitalismo
y Jnarx.isroo se hálla.n en el
mismo plano. Liberalismo y marxismo son mundanos porque RlÍlbos
son inmanentistas. Antes de Marx, ya era már'.xfsta' la burguesía/ y¡
después de Marx, es burgués· el· proletariado. 'La lucha entre· el riel,
y el pobre sobre la hase del inmanentismo se desenaidena coroo lucha
de egoísmos.
La cuestión social como cuestión únicamente -económica tÍo · tiene
ningún sentido moral, ni huma.no. El verdad eró ·malestar, estribá en
que
nadie.· se siente · pobre de· espíritu· para

con.
el· mundo y rico en
el mismo !3píritu. La. gran cuestión del hombre no es social, ni po'
lítica, ni económica;· es otra--muy distinta: Ia\de·si -!Dios-existe o no,
Si Dios-no eociste, ,Je desaparece Al hOínbre ,su m¡\s, alta dignidad, no
quedándole
más que

el
•c;r: cosa' entre las •cosas. Se. trata, pues, de
restaurar
la jerarquía dejos,valores. El fin dela .. vida terrena no es
sino
el. act11at integralmente la ley moral. Se trata, de trabaj¡¡r pa.cii
conseguir la vida virtuosa,. para conquist'!" la perfección_ humana,
m bien económico es, bueno ~i. es. instrumento de virtud, condición
del tjercicio de la libertad. · , , .' · ,, , . , .
Una libertad económica en la que ·se resuelve toda la libertad es
el no sentido
. de. la libertad. Este. problc;rna . debe

resolverse en
cl
problema global e integral del hombre, que es problema metafísico,
de lo
contrario sólo
daremos. con soluciones equivocadas a
exigen­
cias que. son justas .. Este es el error del marxismo, corrio del libera­
lismo, dos soluciones err6neas. y equivaleptes; al mismo tiempo que
opuestas. La libertad económica es mundana, éomo la libertad po­
lítica: dos libertades que se satisfacen
en la inmanencia de las ne­
cesidades
mundanas. La democracia de la. libertad económica y la
democracia de 1a libertad política s~ dos formas de una misma
concepción mundana: e Íninanentista del

hombre.
La· «religión» de
la-libertádi liberal y la «te!igión» de la libertad marxistá son equi-
Fundaci\363n Speiro

MICHELE FEDERICO SCIACCA: UN.MAESTRO DE HOY
pa.rables: tierra, tierra, . y nada más. que. tieru:a, .. al principio y al fin;
y, por lo tanto, fango; fango y siempre fango,· desde la cÍlna a la
tµmba (4).
Pios
En la razón humana se. halla la verdad, µna verdad que es común,
qbjetiva, pero no mundana. Todo lo que conozco sensiblemente es
perecedero,

lnego la verdad
está d.entro, en el hombre. En snma, hay
una verdad objetiva que está en la razón, pero no
es de
la
razón.
La razón juzga según la verdad. Así, descubrimos la verdad y ella
.es ,uperior a Ja misma -razón.
Si la verdad es superior a la razón, la verdad es Dios, La verdad
es norma inva;riable, i1:1mut~ble, permanente,. eterna; absoluta, necesa­
,ri_a, .. , cos~ totalmente distinta. a .las :·.c:a.rac-:=te.rísticas que tiene la mente
h~a. Puesto

que. inmutabilidad
y eternidad son propiedades del
Ser divino y
. ninguna criatura las

tiene,
teniendo en cuenta

que la
verdad es inmutable y necesaria,
dicha verdad

no
pertenece a
este
mundo. Así,
pues, )a verdad es Dios.
No
es que

haya un paso ilegítimo de
la verdad lógica a la

verdad
ontológica, sino que
l¡t af~rmaci_ón de la existencia de I)ios viene
dada al

buscar
fa razón. suficiente, el porqué, l• causa,. de la exis­
tencia

en nuestra
raz(>fl; de vercÍ1icles i,nm.1:1,tables,, siendo el sujet9 hu­
mano finito y, por ello, incapacitado para fundar la verdad absoluta,
D!os
es,

de este mo_do,
la razón. de la exi~tencia en nu~t~a mente
de
las verdades inmutables que vamos descubriendo. Sólo una Verdad
real
y subsistente (Dios), una Verdad real y ~bsoluta, puede fundar
una verdad ideal o lógica
abooluta. ta

existencia
y el conocimiento
de lo participado. (imperfecto), supone necesariamente

la
existencia
y el conocimiento.de lo imparticipado (perfecto). Dios es, pues, la
fuiica 'razón'
suficiente

de
'la ver&.!

presente en el
pensa111Íento.
Cualquier

verdad puede servir de punto de
partida, incluso la v~rdad
(4) ; M. F. Sciacca: Sisifo s~be -~ Cattario1 Ecli{Luis':Miracie, BkcelOria
(Cap. II, prlméra parte): . . . , . , . ''
93
Fundaci\363n Speiro

NARCISO .JUANOLA SOI.llR
de mi propio pensamiento (la. ra26n suficiente · de · 1a verdad de mi
duda
.sólo puede

ser
Ja Verdad), Dios

es,
1 así, la Verdad, presente
en

mi espíritu
y condición última de posibilidad de todos mis actos
de conocimiento. Todo conocimiento p~esupone un preconocimiento.
Es el nivel más profundo del espíritu, la < presión-iluminación del Trascendente. En resumen: el fundamento
de la verdad inmutable
es el Ser inmutable, Dios .
. Dios imprime la verdad en· el alma. ffi hombre descubre la ver­
dad
en fa luz divina perennemente presente en ella. No llegamos al
Ser, sino que partimos de· El, llegando a quererlo y a conocerlo ex­
plkitamente, ya que partimos de un conocimiento y de una volición
íinplícitos del

mismo. Un punto
absolutamente incondicionado, un
punto de partida absoluto no existe. Hallar en el pensamiento la
Vetdad sólo es posible, o bien si el pensamiento se identifica con la
verdad ( caso de

Dios), o
bien si
la verdad ha sido puesta antes por
d Absoluto en el pensamiento, es decir, si Dios ha creado al hombre
en

el ámbito de la verdad
y Je ha dado unas orientaciones naturales
que
él puede comprender y seguir,
enconirando en' ello

su verdadera
libertad: '
, , Pensar es, as~, pensar~ ~ios de alguna manera, d~l mismo modo
4ue' conocer lo' imperfecto y · finito presupone conocer lo Perfecto e
Infinito.
:m hecho de preguntar por la verdad indica que el hombre
no

es
la verdad. La verdad es para la filosofía punto de partida
como
pre,conocida y punfo de llegada como ,re-cooocida. Hay una
especie de captación p¡evia de) espíritu humane,, por la Verdad, con­
?ición
de
la captación
dda y erdad por el espíritu. La comunicación
de la Verdad al espíritu es la condición última de posibilidad de
todo

el
dinan)ismo del

espíritu creado,
Es contradictt>rio que un alma temporal sea la causa última y
¡otal 1~ las verdad~ ('ternas. Estas. verdades son. halladas por . el alma
r ésta. es' juzgada Po~ eUas, medida por '.ellas. De alguna manera
proceden
de Dios,
la.Verdad. ,.·' ' ' . . :
Existe, pues, en el hombre una memoria honda que sólo se al-
f~ª por refl,;xió11 .. Es lo íntimo del espíritu, donde Dios ha estado
siempre

orientando
y finalizando el dinamismo cognoscitivo y voli"
Fundaci\363n Speiro

MICHELE FEDERICO SCIACCA: UN MAESTRO DE HOY
tivo. Todos desean la verdad-felicidad y, en definitiva, conocen· la
Verdad.
La condición de la posibilidad del apetito natural de feli­
dda,d · es la «memoria Dei», la inmanencia--trascendencia de Dios.
Dios,. la Verdad,. es una presencia en Jo más hondo del alma. Dios
está impreso en el
alma y, por ello, el alma es imagen de Dios.
oNunc:a conocerla la verdad si no la reconociera, porque ya la
prec<¡nocía en

la . Verdad.
En la «memoria Dei»
se halla presente
Dios
mismo, o

sea, el espíritu piensa en el horizonte de la Verdad,
sin la presencia de Dios en el espíritu. no sabríamos que trasciende
a nuestro espíritu: J:?ios. es ~rincip~()_y_,Fin.
En resumen : desde la visión del carácter absoluto de la verdad,
Sciacc:a
se remonta hasta el funda.ml'nto que ello. requiere. Negado
este
carácter absoluto de la verdad,, lógicamente

se
cae en el escep­
ticismo

..
Lo expresado por la verdad es necesario y eterno, y ello no
sería así

si todo
. ser fuera perecedero, contingente y temporal. Al po­
seer una verdad necesaria hay que buscar su
fundamento, hay

que
decluc~r- su condiciÓ?: ~ ~erdad ~ af>solu,ta, universal, . de ~~ contra­
rio Y.ª nq es verdad. Ahora bien,· estQS caracteres exigen su funda­
ment~ó~l _en un ser neces~io, y etern,~:. Di()S;, existen.te N~esario
y Eterno. ' . .
Pero

es imposible fundar
~: la m~t~ humana finita. y contin­
gente
y limitada una verdad. de ajes, características, por lo que. llec
gam~ a la afirmación de la exist~a}e. Dioo .co~ b..se en .la q11e
se

apoya la verdad que el hombre
descul,re,"Nos colocamos, pues, en
un
pla¡,o existencial

y
~ a la .condidóo implicada en. él, que
Se siµ'ia, obviamente,' _ en el ~mo ·. plapo! el ~tendal._, Desde· ia
nec~idad que aparece en la v~dad~ s~ ·pasa a ·su condici~ intrín­
seca, a su fundamento: Dioo, el Set Necesario y Eterno (5). · ,
El ·ateísmo
Segú¡l &i~a el. ateísmo no es raciooal. El ateismo es. una. con,
(5)1" · Ümsultar: J. .. Pegueroles: · Ei j,ens~ientq filosófico de San Agustín,
Edit. :;Labor; Barcelona;"-)~-·Roig" Gfion~üa:· EsiJÍdior"d~'!tlJetafisiú., Edit: Juan ',_ '1. '· ' ' .. ' . . . ' ' Fldl>,c1Batéelon, (distril:iu¡ie en· 'la actualidad E Fundaci\363n Speiro

NARCTSO JIJANOLA.SOLER .
cepción que niega la existencia de Dios o da el nombre de Dios a
un ente que no lo es ..
El ateísmo pcá<:tico concibe a bre.
No
se puede admitir
la existencia de Dios sin darle a la vida
un

sentido absoluto. Muchas v embargo, se

exige que la
justicia, 4ivilla se

realice en
este mundo,')' ello·•presupone la -nega­
ción teórica de· Dios. Si -se admite la existencia de-·Dios, es·-preciso
decir que la justicia triunfará en la otra vida. El ateísmo del fra.
caso

presupone la no existencia de Dios.
El fracaso del bien evidencia la conveniencia de una Justicia
divina
superior y de una Providencia reguladora. El ateísmo pcá<:tico
absolutiza
lo

que es relativo.
Con el
ateísmo
agnóstico, la existencia
de Dios se
hace uná cnestión de pura fe y fácilmente se pasa a la
afirmación del

ateísmo·
dógmáticó, ya

que se cree en un ser del que
no se puede
demostrar su

existencia (tácito ateísmo teórico y mani­
fiesto ateísmo
pcá<:tico).
El

ateísmo dogmático es
'una pura.

afirmación mística frente a
la
Nada, una religión del absurdo, un estado de ánimo irracional y
angustioso. El

ateo
dogmático no demuestra, sino · que presupone que
el mundo es absurdo,
y esto presupone que Dios no existe.
El ateísmo agnóstico hace de
la fe un. puro estado de ánimo, un
vago
sentimiento subjetivo.

El agnóstico
'pretende construir y desa­
rrollado
todo· sin

Dios, pero
incurr~ en· contradicción,· ya

que, o
bien se reconoce que el conocer humano tiene limites y ya
uo puede
ser

perfecto {por lo
que remite

a algo absolutamente
perfecto y
fundamento

de
toda realidad conwwnte). o

bien es preciso
ad~tir
que

el hombre es
capaz de realizar un bien absoluto.
El

marxismo no comprende que Dios está llamado a apagar pro­
fundas exigencias espirituales y trata de substituir la idea de Dios.
El agnosticismo se presenta como idolatría de la humanidad;· de
fa
Ciencia, del Progreso (teologicismo laicista y ateo). Pero no hay
peor religión que la que diviniza'valores htinianos, inicia.ndo éi ca­
mitio del irracionalismo. El

fideismo
y el racionalismo absólut?" son
ambos ateos, ya que ambos niegl!.11 fa natw,:aleza real y objetiya . fl#
hombre. Ei fideii;mo. es :tteísm,:, ; te<.>rético y ateis= ,práctico ( divi<;le
96
Fundaci\363n Speiro

MJCHELB FEDERICO SCIACCA:. lJN MAESTR,O DE .(IOY
al hombre). El sentimiento de Dios no hace·,uperf!ua 'la dell10$tra­
ción racional
de su existencia. El sentimiento. de Dios no demuestra
¡,pr sí

solo su existencia, si bien
. es
un
Jp.dicativo de
la misma.
Es
casi atea la· tesis que admite a Dios por,. exigencia-de la wluntad
1n9ral
(
es necesario
ol,rar como sL.). .
El

deísta es un
at.e<>· que -o.o .quiere 5er tenlciQ por .tal. · El niega
toda

religión, hace
de Dios un. puro ente de razón y lo identifica
con el orden de la naturaleza,
y hasta con la misma naturaleza (pan­
teísmo).
Solo admite lo que puede alcanzar con la razón ( religión
cómoda, sin acto de fe): Religión humana ... sin religión.
Es el Dios
incoloro que
intérvierie lo menos posible. • . .
El panteísmo cósmico

es uria
divinizadón de la naturaleza
que
es
divinización del hombre. Para éf.deísta, todo se confía al pro­
greso

de la ciencia: contra
la razón, afirma ta absolutez de la misma
(superstición de la ciéncia). ·
El humanismo ateo reduce la

teología a
· antropología y el amor
a Dios en la solidaridad del trabajo. Identifica al hombre con sus
riecesidades materiales y lo . hace ser un resultado de las sito.aciones
histórico-sociales.
El marximo, o
bi¡,n admite un

momento no
histó­
~ico
de

la historia ( sin
sentido de _la eternidad

en el tiempo), o bien
admite que
sufrirá dentro

de sí un.a
evoludón, por
lo que ya
no es
el

.comunismo la sociedad
perfecta ( no satisface todas las exigencias
¡:\el hombre y engendrará su co~igui~te enajenación, según .las. mis­
~.. tesis
marxistas).

El hombre siempre
!endrá necesidad
de no
1t10rir, de

no sufrir
.. El. dolor físico y 111oral. no se desvanecerán ja­
.ooás, ni en la soci~ad comunist3: .
. La absoluta independencia del. !wmbre y su absoluta autonomía
implican la divinización del hombre
y el. laldisrno: la construcción
del .hombre-Dios a
una forma-tosca

como.
esJa economia. Pero

quien
diviniza al

hombre lo hace
salir fuera

de
sí,)o enajena.
El panteísmo
y el monismo re'""""' a Dios· a la Naturaleza: ( cosmismo materialis­
ta),

o reducen la
Naturaleza a l)ios (acqsll)ism,;,). El ,osmismo afir­
ma que

el mundo tiene en sí
ll)ism()· su razón de
ser, la
razón última
de

todo. Pero
aquí no se explica cómo de la materia nace el espl­
ritu.
Decir

que es
evoluciót¡ .es presentar la

dificultad sin resolverla.
91
Fundaci\363n Speiro

NARCISO JUANOLA. SOLER
La materia no puede dar lugar al espíritu, Jm,go éste tiene que sur­
gir de ·oiro ser

espiritual, de Dios.
Según el cosmismo Dios· se hace
en el mundo, pero un
Dios que se hace no es Dios, lo mismo que
un Dios impersónal. Dios es persona, pero de manera análoga al
hombre. El Dios que nocesita del mundo para adquirir
conciencia
de
sí mismo, no es· Dios, ya que no es perfocto ( 6).
¿Espíritu de revolución o "revolución" del espíritu?
El humanismo ateo señala· la crisis de los valores humanos en
cuanto

constituye la
· ruptura
entre lo humano y lo divino. El huma­
nismo marxista ni siquiera· resuelve el problema social, se -limita a
la cuestión, del bienestar tomada aisladamente.
El cristianismo tiene
eficacia temporal, una poteocia transforma­
dora, en cualquier tiempo
y lugar. Sólo el cristianismo es la «revo­
lución>¡ que

preserva la integridad del hombre,
El
marxismo tieoe . un

cierto. carácter teologal
. y
.escatológico. Es
una absolutización de lo finito, una
divinización de lo terreno, una
secularfaacióo del

paraíso ..
Así, el

hombre se constituye en el objeto
de la adoración del hombre, en el ídolo
moostruoso de

sí mismo:
la negaci6n
de_ todo valor auténticamente humano.
En el marxismo el. amor. de. Dios es sustituido por el de la hu­
manidad. Pero para

que
sea posible

que el hombre en la _sociedad
futura_ homogén~ --no piense: en I)i9s, .. es p.ecesario admitir su sufi­
ciencia absoluta, la liberación de toda necesidad. Esto implica que
el hombre, en
el máximo de su evolución,. se verá libre de dolores
físicos y morales, que
_no snfrirá
el cansancio espiritual, que no teo­
drá dudas
ni tormentos interior~, que

no morirá: una
absurdidez.
La alienación religiosa también se dará en la sociedad homogénea,
sin que
sea explicable ya

como superestructura. El hombre final en
el marxislllo ya nO es hombre, sino un ser desconocido. Esto sig­
nifica que aquel ser viviente que hor llamamos hombre, evolucionará
hasta el

extremo
de transformarse
en el ser que hoy llamamos Dios.
(6) Idern: (obra citada en· primer lugar), Cap. XIII.
98
Fundaci\363n Speiro

MICHELE FEDERICO SCIACCA: UN MAESTRO DE HOY
El humanismo ateo se resuelve, pw,s, en la neg.u:i6n del ser_ hu­
i:nailo.
Decir que el hombre marxista, dada la nueva condición social,
en la que todas
·sus necesidades n~turales quedarán
satisfechas, per­
derá
la conciencia de sus insuficiencias, aunque sufra dolores mora­
les
y muera, es desviar el problema. Ahora, al perder la conciencia
dejará de ser hombre: Dios o
bestia, dejará
de ser hombre. El
hu­
manismo ateo es antihurilanismo:
La reÍigión es propia del hombre. El marxi;mo malenti.;,de el
sentido de la religión cristiana. Di;,. es amor, Dios ~s... Padre, eleva
ai hombre a un' seritido sobrenatural. El hombre, adorándole no hace
más· que reconocer 1a· perfei::ción de Dios. Divinizar-~ hombre es ne­
gar al hombre, en cuanto que se hace de él un nionstruo; un ser in~
humano: se Íe haée salir de sí' mismo y se le' an.iq;,;la, perdiéndose,
así, los valores huma'nos y ' divinos. ·
La C'COO.Omia· es ~ólO ~a ~dicÍón, no wia, Causa. Es ~ instru·
mento, un medio, para qtie ·e1 hombre pu;,.¡, elevarse espiritualmente.
La
mejora d~ las

condiciones
social~, por


~la y como fin de sí
misma,
jamás ha 'mejorado espiritua!mmte' a n~ie. .
·ju· ~smó · ~ uná. lecci6~, · 'no para el Cl'ístianis~o, que nada
tiene que aprender de
él, sino para los cristiarios de nombre. El
error de· Marir' fue e1· de cónfWldir :el ·criStiatÍÍSíno con· el fariseísmo.
La «révolución cristiana. ·pret«:mde; ~oh.te todo,' · la refor~ interior.
Es el espíritu el que todo lo muda. ill. marxismo ha recordado que
el llombre no
és sóio espíritu, pero olvida que el cueq,o es fa con-
dición de
la ·vida del espíritu, no su causa. · · · ·
·
El marxismo es
espíritu de revolución que
se· desarrolla
siempre
horizontalmente, al nivei' de io económico-material. Este

espíritu de
revolución signifiC3. revolución de 1a materia. ·
El cristianismo,' por el conµ-ario, es «revolución» del espíritu:
es conse!Vación '«revol~cionaria>) y «revolución» conservadora, es decir,
conserva
renová.ndo, viVifiéandó cada sitúád.ón con el espíritu cris­
tiano; «revolllciona.» Conservando, porque todo lo eleva. Bri el e;pí­
ritu -dé révolrtción, 'el esf>íritu es 'reducido-9. la' reV'Olución (revolución
soci~onómico-matcrial); cin ' la «revolución» del ' espíritu es el
99
Fundaci\363n Speiro

NARCISO JUANOLII SOLER
mismo espiritu el que transforma y «revoluciona» ( existe 4 ( lución»

en
cuanto existe

el espiritu). En el marxismo, el espiritu es
negado en el espiritu de revolución, por
lo que la misma revolución
se vuelve antihumana; en el cristianisQJ.o, afirmado el-espí.tjtu, . la
«revolución» del espiritu hace que se mantenga la dignidad del
hombre. En resumen: la «revolución» del espiritu
hace inútil el es­
píritu de revolución.
Sólo el cristianismo es la verdadera < volución» del espíritu. Transforma sin destruir y eleva. Cada hombre
que
se eleva

a la .altura del espiritu, eleva al mundo.
Es una «rev~
lución» que es

orden, ya que
garantiza la jerarqufa de valores. Nada
hay más revolucionario que la actuación del orden en toda
su fuerza
de

verdad y de objetividad. La «revolución» del espiritu ordena; el espiritu de revolución
subvierte. La primera es
«revolución» del

orden; la segunda- es el
orden de
la revolución, una subversipn de todo orden objetivo de
valores. Por ello, el cristianismo ~ «revolucionario» y no subversivo,
~entras que el marxismo es subyersivo, y no revolucionario, nega:­
ción del orden y allanador del hombre al nivel de la materia. Por
esto el marxismo rompe con ~a tradición y, en cambio, el .cristianismo
se alimenta de ella.
La «revolución» cristiana. es interior, no del homb~ pertenecien~
te a una determinada clase. social. Hay que dar a quien sufre y a
quien lucha para vivir su dignidad de hombre y darle a Cristo: Hoy
es «La hora de Cristo». No·
sólo hay

que
·dar, sino
darse, con
gene.
rosidad y con caridad humilde y amorosa: No humanitarismo, ·sin9
verdadera

humanidad
.. Ayudar
materialmente sin .reconocer
la• _dig­
nidad del hombre es humillar, ·crear rebeldia. O
nos hacernos humil­
des

o todos
nos haremos rebeldes Y· soberbios. Reformamos las cosas,
pero no nos reformamos a nosotros mismos. Ninguna ley ext!!rna ha
mejorado por si sola a un solo hombre en el espiritu. No es -,osa
de dar a todos el mayor bienestar, sino de dar a cada ·uno lo n~e­
sario y hacer que se contente con ello. Dar no es enajenar. La abo­
lición de la propiedad privada es instauradón · de la propiedad es­
tatal.-
Se trata de conservar la propiedad para usarla en beneficio de
¡oo
Fundaci\363n Speiro

MICHELE FEDERICO SCIACCk UN MAESTRO DE HOY
todos-, y de uno mismo; al mismo tiempo y con amor ( no sólo pata
el bienestar
material). Se !tata de sentir el deber cristiano y querer
serlo. La verdadera «revolución» es hacer sentir el deber de ser cris­
tiano.

Plantear
el problema social sólo desde la perspectiva corpóreo­
material,
es desinteresarse de
la
libertad de
lo humano, es negar la
dignidad del hombre,
_ una

esclavitud, una
instrumentalización, un
sacrificio

al Dios-Trabajo (7).
¿·Civilización europea?
Si por «crisis» de la civilización occidental se entiende la crisis
de la
!!adición cultural
crítico-científica, basada en el pensamiento
racionalista-inmanentista
y desarrollada desde el Renacimiento hasta
nuesttos dias,
la decadencia, según Sciacca, es irreparable. Ante esta
crisis, la civilización «nueva» marxista tiene el camino allanadQ ..
Europa ha aceptado que lo económico es la sola estructura humana.
Por otro lado, el inmanentismo
pesimista, sin
fe en
la ideología co­
munista, que

afirma la nulidad de todo valor al
fundamentar lo
hu­
mano· _en sí mismo, considera que· el hombre es una pasión inútil,
que todo es convencional, con un barniz de democracia política.
Así, una vez se ha puesto al descubierto la fe irracional del pen­
sam~to
moderno

al hacer del
-hombre

el creador de la verdad,
concluye como sigue: no
hay más que la producida por el hombre;
es _decir, no existen verdades objetivamente válidas, universales. Lt;
condusión es cierta, pero porqae supone que el pensamiento moderno
ha puesto
en fuera de juego al pensamiento tradicional greco-patrís'.
tico-escolástico.
La repulsa de la filosofía greco-cristiana y la angustiada concien­
cia die la crisis, no es más que la decadencia del humanismo laiCO,'
que provoca la crisis de los valores humanos y religiosos.
La unidad espiritual de Europa es la unión de la !!adición cul­
tural crítico-científica
y de la tradición religiosa hebreo-cristiana.
(7) M. F. Sdacca: La hora de Cri.sto, edit. luis Mirade, Barcelona
(Cap. IV), y S/,ifo sube al cal,ário (Cap. -!).
101
Fundaci\363n Speiro

NAR.CISO /UANOLA SOLER.
liO)' estarnos padeciendo la rqptura de la primera con .. la segt!llsda,
No .. es, pues, la civili;~ión Óccid~tal la. que está eµ crisis, sinq el
humanismo laico critico-científico. Lo grave es que la caída de éste
arranca valores de
Ja traditjón grec-0•c;tistiana .
.Ni el.
superhumanismo

del hombre sin Dios, del
racionalismo
irracional,

que reduce todo lo humano a lo material; ni
.el superteo­
logismo

del
Dios sin

el
hombre, de

la negación. del hombre, que
des,
valoriza

todo lo humano, desembocando en un fideísmo irracional,
ni uno ni otro, son soluciones para paliar la crisis que padecemos.
La solución auténtica consiste en recuperar. ~-os valores de la. tra­
dición greco-cristiana arrastra-dos por la crisis y recuperar, también,
la aportación positiva de. la tradición científica, .l'S decir, reconquistar
los valores espirituales que el humanismo laico
arrancó de
su funda­
mento (Dios). Este es
.. eL

verdadero humanismo de
la civilización
europea, que se mantiene al nivel del espíritu, el que satisface la
exi­
gencia social desde. el espíritu, tal como exige un humanismo y un
cristianismo integrales. Si no es a.'ií, el marxismo tiene el camino
allanado.
La historia se realiza al afirmar la superhistoricidad de los va­
lores morales. Si el historicismo tiene
la última palabra, el problema
de una civilización no existe.
En defini#va, la crisis tiene Cómo causa el desconocimiento me­
tafisico del fundamento, la pérdida de la tradición greco-cristiana.
O bien es válida la postura históricista-inmanentista, o bien se atri­
buye a una civilización un valor o valores que trascienden su desa..:
rrollo y sus crisis. Hay que tener el valor de remontar hasta el punto
de la crisis y volver a pensar la metafísica· tradicional, auri. .en contra
de los que dogmáticamente decretan su inoperancia. hay que com­
batir
por Atenas, Roma y Jerusalén (filosofía, derecho y Revelación).
Esta es la estructura
fundamental de .la civilización

occidental.
El problema de la civilización occidental es un problema de es­
tructura metafísico-religiosa.

Ella se
ha articulado en una síntesis que
realizó su unidad
l'Spiritual en

la Edad
Media. El
pensamiento
mo­
derno ha elaborado ideas del cristianismo, pero sin significado cris­
tiano,
ya que ha trasplantado
el centro de todo a la tierra, al mundo.
102
Fundaci\363n Speiro

MICHELE FEDERICO SCIACCA: UN MAESTRO DE HOY
Ha sustituido el principio metafísico de la ~denda teísta por
el prindpio de la inmanenda atea .
. Todo

se mundaniza, se desteologiza
y, i!SÍ, todo queda .desnatu­
ralizado
y corrompido. Todo por, en y del mundo, fin de sí mismo.
La crisis no es de hoy : empezó con el Renacimiento, sobre todo en
la Reforma protestante.
Es el proceso que va de Descartes a Hegel.
La

de hoy no es la crisis de la civilización europea, sino la de la que
nació en la crisis de la .misma civi~ación: la crisis del inmanentismo
y del humanismo laico ateo. Es la crisis del mismo laicismo, la caída
del mito de la autonomía
absoluta del
pensamiento
y de la voluntad,
la
éa.Ída de la razón creadora y del hombre constructor de su mundo,
crisis
que acaba

en el nihilismo.
De esta forma no queda más solu­
ción que ser materialista y escéptico: antienropeo.
El marxismo, sobre
esta mediocridad en decadencia, tiene la su­
perioridad de la fe en un
mito vitai, en cuanto tenido por verdad
dogmática y la
imposición de

la solución al problema social. El mar­
xismo es todavía un mito laicista, ~ mito propio del «nuevo» hu~
manismo materialista y ateo, el ideal del Partido del Pueblo, iden­
tificado con el Absoluto. El
mar,oismo es hijo del

laicismo de los
siglos
XVIII y XIX, únicamente con fuerza en el terreno social y po­
lítico (praxis). 'El laicismo que se le opone no tiene ni esto. Se
acepta su concepción materialista de la vida para corobatirlo, un puro
juego de artificio, un
silencioso pacto por la

retaguardia.
Sólo un humanismo puede salvar a Europa.
Hay que volver a los
principios de la metafísica
greco-cristiana y, tti!S · ello, recuperar la
tradición
científico-técnica, insuflándola de espíritu. Hay
que reali­
zar esta síntesis, expresada en la síntesis .eterna: de la Roma católica.
La invasión anglonorteamericana y marxista, materialismo refi­
nado, de buen gusto, técnico y funcional, se dirige sólo a fines pro­
ductivos.

Son dos actitudes
diversas en el método político, pero son
dos mitos laicos (humanismos de la materia, antihumanos).
La única
superación que se puede llevar
a cabo para

respirar aire puro es
la
inserción

efectiva, a nivel del espíritu, de los valores auténticamente
humanos, .con.duciendo los bien~ ec~ómicos a una mayor elevación
espiritual, a una mayor dignidad del hombre, · De no ser i!SÍ, el pro-
103
Fundaci\363n Speiro

NARCISO JUANOLA SOLER
blema quedará pot · resolver, al contrario, se legará su dignidad · de
persona espiritual

y se le
mecanfaatá. · ·
Europa
tiene

que dar
un alma.
humanista a la civilización de la
técnica,
debe resolver

en
el· plano
espiritual sus problemas
n¡ateriales,
Europa-
está destinada a salvarse a

si misma.
La misión del católico
estriba

en sintetizar las verdades humanas
con la
religión.
Sólo el
catolicismo

es universal y sólo
él· es

el cristianismo verdadero.
Sófo
los católicos pueden hacetlo, porque sólo ellos reivindican la validez de los auténticos valores
humanos. racionales
(naturales)
y las Yer0
dades religiosas (Revelación),
Hay que encarnar
.t<> ateos,

iluministas,
liberal~ y marxistas. De ni;lsotros. dq,ende .que;
con la ayuda de Di<>$., renazca una nueva síntesis de la civilización,
Europa, o es la unión de las dos tradiciones o no es nada. La au.tén­
tica ~ivilización. europea_ es_ -~l humanismo _cristiario.
El trabajo debe salvar al hombre. Este no es un puro valor eco,
nómico,

de
lo contrario, ¿dónde está el humanismo del trabajo? El
peligro máximo no es_ el ·:~omunismo, sino el renegar de la tradici_ói;i
religiooa, acq,tando democráticamente una concepción antieuro~
de

la vida. Europa está liquidando
el hwnanismo de

la cultura
y
desciende al nivel de la esclavitud del trabajo. El humanismo laiq>
e inmanentista absolutiza . al hombre y le da un valor absoluto qU no tiene. De
esta forma
niega
al mismo hombre y a Dios (8).
BIBLI()GRJ\.FIA COMPLEMENTARIA
M. F, Sciacca; -Dio.r y la ,eligi6n en· la filo.rof/4 aci11ttl, Luis Miracle, Barcelona:
Mtierle · e j,unoftalidad, Luis Mirade.
La P.,sP,cliva de la met,;/lsica de Samo Tomás, Spciro.
lgleJia y mundo moderno, 1:-uis :Mi.racle
En esj,iritu y en verdmJ, Escelicer.
El hombré, este áe.requilibfado, Luis Mirácle.
IJ magñ;fko oggi, MarzO.rati ·Editore, Milano.
Gli -pie# ,0111,0· la -vértirale, Marzoiati Edi_tore, ~ano.
P1rs.pe~Jivas ·de _nu~s~ro_. lie"!po, _Troquel, Buenos Aires.
(il) td<:m. que la ánterlqr (Cap.· ll) y l!.l;o..-;1nieizlo de la inte//:
geÍt 104
Fundaci\363n Speiro