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Número 191-192

Serie XX

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Barry M. Goldwater: With no apologies

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Por ello, remtlta · extraño que no considerando válido el plantea­
miento para la Universidad, se .acepte, en cambio, pata la organiza­
ción social. Por ,loo mismos argumentoo por los que no es aplicable a
la Universidad tampoco lo es
.a la
sociedad, verificándose un
proceso
de

autodestrucción social cuando se aplica a la sociedad. A ésta tam­
bién habría
que· aplicarle

la democracia
absohitarnente cualificada.
Y
entonces, creo que ya no sería posible hablar de democracia. Por otra
parte, ¿qué razón hay para que si la democracia liberal
es aceptable para el gobierno de la sociedad no lo sea para la Uni­
versidad?
Se .responderá que el estudio del autor no tiene vuelta de
hoja en lo que a la Universidad se refiere, y asi es, tal como. se ha
indicado. Pero
esa respuest~ no elimina

el interrogante, porque la
democracia moderna es una ideología. Y las ideologías se aceptan
o se -rechazan. Y si se acepta, su dinámica lleva a- su implantación a
toda la realidad social, a todas las. instituciones ; la ideología cons­
tituye una especie de
anteojos que
deforman toda la
realidad que se
contempla

con ella. Y ello sin atender a ningún otro tipo de
razcna,
miento,

porque la democracia
libertal también tiene sus «razones».
Entre

ellas, las mismas que expone Ramón
Maciá. Y éstas son las
que conducen a que se quiera implantar en la Universidad, en contra
de lo que razona -sin anteojos-- Ramón Maciá.
Por ello,
al comienzo decía que eJ -estudio realizado por Ramón
Maciá prácticamente no tiene
desperdicio. Si
a las restricciones al
concepto de democracia en el ámbito de lo no decidible y el grado
de fiabilidad
añadimos el reconocimiento

del orden natural de la
sociedad,
de la finalidad de los grupos sociales y de la propia socie­
dad, que determina
ámbitos de

competencia y participación deter­
minados, que

es algo que el autor aplica a la Universidad,
nos en­
contraríamos con que la sociedad así organizada sóJo conservaría el
nombre de.
la democracia, vaciado de su contenido actual. -Así, de
modo indire1±0, el libro de Ramón Maciá vendría a confirmar que
a la sociedad también le es inaplicable determitiados tipos de. demo­
cracia so pena de ·autodestrucción, tal como ocurre con la Univer­
sidad.
Estanislao
Cantero.
Barry M. Goldwater: WITH NO APOLOGIElS
La campañá presidencial de Estados Unidos, que ha culminado
con el espectacular triunfo de Ronald Reagan, ha constituido
para
un sector muy amplio del pueblo norteamericano ocasión destacada
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para realizar un examen de conciencia, una revisión de posiciones­
con petspectiva de futuro. A elle, han contribuid<> no sólo las difí­
ciles circunstancias en que discurre 1a historia actual, sino también,
y para unas amplias minorías selectas, la public,;ción, con sus pre­
ciosas informaciones y sombríos horizop.tes, de las Memorias de Nixon
y Kissinger y, con más dilatada trascendencia, las de Goldwater con­
tenidas en el título que epigrafía estas notas.
Terminadas en 1978; editadas lujosamente en 1979, en 1980 fue­
ron reeditadas
con fines

electorales a precio popular, con una feliz,
incisiva
y elogiosa frase de Reagan en la parte posterior de la cu­
bierta.
Goldwater, senador por Arizona, antiguo candidato presidencial,
es hombre de sólido prestigio,
y su anterior publicación, The con­
rcience of ~ crmsl!rvative, ha superado ampliamente los tres millones
de ejemplares en distintas
ediciones y
está prácticamente
agotada.
La que hoy nos ocupa, escrita con increíble sencillez, transparente
hasta en ·SUS recovecos, es casi una saga televisiva que hace transitar
al lector por un mundo de diversos decorados, todos ellos llenos de
luz y color, que no solo la hacen amena, sino que despiertan un pro~
fundo interés. A través de conceptos honestos, asequibles, límpidos,
se desarrolla una historia que se inicia én · el ámbito judío de Polonia
para concluir demostrando cómo ha sido posible que América haya
perdido su condición de ¡x:,ten.cia mundial número uno, y, con ello,
haya. quedado el mundo abocado a una confrontación general, prik­
ticamente

inevitable. Sus conclusiones, catonianas,
estremecen, y es
el propio Goldwater quien escribe que anque la publicación estaba
proyectada para después de su retiro político, la ha anticipado en
vista de la gravedad de la situación. Sus datos proceden de archivos
personales y reservados, con materiales recopilados en muchos años
de paciente labor.
·Como no creemos haya sido vertida al español, no estará de más
una leve reseña de
algunos puntos

de su contenido que consideramos
más destacados.
Se inicia, como hemos dicho, en Polonia, con su bisabuelo, padre
de 20 hijos, algunos de los cuales, entre ellos el abuelo de Golwater,
cansados de soportar las
vejaciones de

que eran objeto por parte del
ejército ruso, pasan a Alemania, Inglaterra
y Estadoo Unidos, para
arraigar definitivamente en Atizona, después de un rosario de aven­
turas,

estrecheces, valor
y tenacidad. Pero el interés se acentúa cuando
el panorama queda centrado en la figura de Truman, que si en 1_945
tuvo la suficiente energía para disponer los bombardeos atómicos,
poco después, en Corea, se negó al alcanzar la victoria. A partir de
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entonces la ·¡x,stura americana está constituida pór' una cadena inin­
terrumpida de indecisiones, cobardías y hasta traiciones que fermen­
tadas en
el ámbito político producen sus efectos en el militar y cul­
minan con la estridente e insoslayable derrota. del Vietnam. El im­
perio marxista, falto de réplicas decididas, va efectuando tanteos y
ocupando -posiciones que consiente el espíritu acomodaticio, falsa­
mente pacificador, de los Estados Unidoo. Puntos clave, no solo po­
siciones secundarias, extensiones inmensas se abandonan, y hoy con.
templar un mapa de nuestro planeta y constatar el reducido es­
pado

del mundo libre es hasta desmoralizador. La obra no alcanza
a los sucesos de Afganistán ni los posteriores, de enorme transcen­
dencia, como la instalación. del comunismo en Nicaragua o la gue­
rra inminente de Guatemala y -la ya efectiva de Salvador, donde
actúan «guerrilleros» que realmente son ejércitos perfectamente equi­
pados y dirigidos desde santuarios filocastristas de Costa-Rica, Mé­
jico, Panamá, o tal vez de la mima. Cuba.
Gran admirador

de Eisenhower, en cuya era se inicia
la carrera
política de nuestro autor, le censura abiertamente su ingenuidad po­
lítica: rodeado de universitarios· izquierdistas, impidió el triunfo de
lo que el liberalismo ha llamado «McCarthysm», cuyos objetivos no
solo se demostraron siempre correctos y honestos durante la actuación
de
McCarthy, sino aun después de su amarga muerte. Goldwater lo
apoyó incondicionalmente, junto con. Kennedy, padre, gran impulsor
de actividades anti-comunistas-.
Pero apunta el pooterior giro de los Kennedy con fines electo­
rales y aún se declara
abiertamente contrario
al futuro Presidente:
no sólo le reprocha sus fabulosos fraudes electorales, que le permi­
tieron alcanzar
la presidencia por una diferencia del 0,0017 de la
votación, sino que pone en evidencia algunas de sus pérfidas actua­
ciones. Le interesaba a Kennedy (J. F.) que Johnson, veterano y
curtido político, jefe de la mayoría demócrata el Congreso, / con
amplio -espectro electoral, figurara en su «ticket>> como vicepresiden­
te, pero Johnson, conocedor de que el poder real se halla más en el
Congreso que en la presiclencia, no estaba interesado en ello. Dos
días ántes de su aceptación; en una cena con el matrimonio Henry
y Clara Luce, les manifestó.: «Todos los vicepresidentes son eunucos
políticoo, y

no
estoy dispuesto a que
este jovenzuelo me reduzca a
tal condición». Pero casi inmediatamente, con. sorpresa general, acep­
taba la oferta. Su causa la conoce posteriormente Goldwater y la
revela en sus memorias: «chantaje». Facilita incluso el nombre de
los informantes-.
El desembarco en Cuba y su fracaso son también objeto de aná-
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lisis detall!!-do. La preparación se había auspiciado por la adminis­
tración Eisenhower, pero Kennedy,
cuando se
estaba produciendo el
desembarco con todas las
garantías de éxito, urdenó la

retirada de
la protección aérea y el
consiguiente fracaso

de la operación.
Se per­
mitió, -en compensación, el rescate en metálico de los. prisioneros· y
deducir del impuesto de renta las cantidades entregadas con tal fi.
nalidad, De hecho, el pago lo realizó el Estado, tal vez avergonzado
de
los acontecimientos. Las
frases de Goldwater son duras: «Aquel
charmin,I joven que habla publicado un libro con el título Profile,
in
C ourage, no cometió un simple acto de cobardía; la sola palabra
adecuada para describir sus conducta
es la
de traición».
Otro· de sus fallos impresionantes· fue el
temá de

los
·· «missiles»
soviéticos en Cuba. Mientras el ·armamento estadounidense permanece
ciátlto y se maniobra discretamente, el equipo ruso estaba plenamente
a -fa vista ·mieritras 105 dirigentes soviétic~; Con el' mayor cinismo,
afirmaban su inexistencia; Bien es verdad que .. Kennedy había ha_;
blado

·anteriormente de
Fidel Castro
como de un nuevo Simón Bo­
lívar
y que se había rodeado dé una cohorte de admiradores· suyos,
posibles y probables filocomunistas.
· Sus vadlacíones permitieron el tan1'a'.>

ruso de la alambrada
y · la
posterior construcción del telón o· mu_ro que separa el niundo Orien­
tal .del Occidental, y con ello el desaliento a ri:tillon.es de seres. en sus
intentos
de ·liberacióü y

su conformidad
· a

su está.do
·de esdávos.
Rusia ha podído aétuar COnstantemen.te como agresor sin inte!Venir
diréctarneote en conflictos bélicos. Recuerda la frase de Clausenwitz.
«Los agresores jamás desean la. guerra. Prefieren ·ocupar páises sin
resiSteiicia.». · · ·
Son dignos de mención sus comentarios sobre Nixon, que desoyó
los
·consejos de
Johnson tendentes a
li eliminación de los McNarnara,
McGovern

.
y tpdos los peligrosos ·· y . endiosados universitarios que
infestaban la administración. Fueron ellos los que entorpecieron la labor de Nixon
y. le

ocasionaron grandes disgustos:
.Tal · vez en su
segundo. mandato hubiera procedido

a la eliminación.
de. tales .secto­
res

elitistas, Utópicos
y propicios

a
Ja traición, pero éstos estaban
ya

prevenidos
y montaron la gran f~rsa del <>, treri:tet¡do
espectáculo, El· error

de
.Nixon no .. fue · su
participación en fraudes
electorales, que al
1.ado de

los realizados
por J ... F.
Kerinedy carecían
de entidad, sino mentir al .Congreso.
. . .. .
El pasado es el prólogo

deI presente. Goldwater
reálerda 1CJ6
grandes·
errores

americanos:
considerar reformadoreS ~grarios a·~""
y sus seguidores, que liquidaron· no menos de cincuenta millones de
personas: para reducir al pueblo chinn ~ 1~ más baja de las esclavi-
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tudes; la ineptitud reiteradamente manifestada para ejercer fa (i,.
pitanía mundial. Y formula una serie de conclusiones simples y es'
tremecedoras.
A
través
. de la historia
se ha hablado
constantemente
de paz, pero el soldado, cuya profesión es la guerra; sabe que para
mantenerla hay

que disponer de superioridad militar, ser
fuerte sin
ser á.gres.ivo. No hay ·sucedáneo. pará la -victária: la · derróta, tón · su
s~ela de inmensas amargtirás, es su ·secuela.· -Y no· hay. peor síntoma
que un pueblo que se mantiene indiferente inte-acontecimientos· im~
portantes, cuando sus valores· morales o su integridad decaen sin
protesta:
se halla én pleno· declinar. .
Testigo personal de

.grandes
acontecimientos y aun partícipe
de
muchos de ellos, sólo es posible ofrecer de su obra algunas leves
pinceladas cromáticas, pero queremos resaltar su última parte. Se refiere
·a la

fundación,
en 1919, y por el coronel House del
«American Council of Foreirig Relations»,: financiado por la Ftin-:
dadón Róekefeller, y en el que se agruparon 1.400 personas, consi­
deradas la:
élite

americana, procedentes
dé las más poderosas esferas:
política, económica, intelectual y eclesiásticá. Su finalidad era con­
tribuir a las
relaciones pacíficas, y· ha· sido acusada reiteradamente de
t del ·inundo. Acaso ello no sea cierto, pero sí lo es que es indiferente
a tal
fenómeno, inct,nsciente de

su
poder y
sin anclaje ideológico
concreto. De

este «trust de
cerebroo» han
salido todos los secretarios
de Estado desde

1944, con
la sola excepción de Bymef; en 1939 se
había
ofrecido para

asesorar
al üepartarnento de Estado, y fue el
quien ¡.consejó abandonar a Chiang-Kai-Chek si -éste no aceptaba
la colaboración de Mao.
En unas conferencias Rockefeller habló de
lo. inadecuado

del concepto Estado-Nación, comparando los actuales
con las áatiguas -ciudades-griegas, sonoras e impotentes, ante el ene­
migo; propugnó por -una recomposición de Estados mundiales y la
desaparición del anticuado federalismo interno.
Brzezynsky, uno

de
s1.1;s. _miembros, y que hasta 1964 había sido un ferviente anticomu..
níSta nioder~do.
·posteriormente sus posiciones, en una obra apare­
cida en 1970 siguió los trazos de Rockefe!Ier y de todo ello salió la
llamada. Comisi_ó!l Trilateral, . de carácter internacional, con partici­
pación igualitMia de Norteamérica, Europa Occidental y Japón, qu~
coo ·el_
remoto.

propósito de englobar a todos ellos en un solo Estado,
propugna, en el interín, «guardar
_la paz,

dirigir la
economía mun:
dial en orden al desenvolvi~ento económico y disminución de la
pobreza y. procurar una pacífica evolución del sistema global». Lo
que· significan. -estos dos .últi~os vocablos .no sé precisa excesivamente.
J. M, PIÑoL.
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