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Número 289-290

Serie XXIX

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Trascendencia, solidaridad y subsidiariedad

TRASCENDENCIA, SOLIDARIDAD Y SUBSIDIARIEDAD
Ideal de la sociedad solidaria y . abierta a la trascendencia. . .
«Frente a las visiones individualistas o inspiradas en materia,.
"lismos cerrados, esta doctrina social presenta un ideal de sociedad
"solidaria
y en funci6n del hombre abierto a la trascendencia».
JUAN PABLO 11: Discurso a los «Constructo­
res de la sociedad» en el. Consejo Nacional de
Deportes,
martes 17 de mayo, en Asunción.
L'Ossevatore Romano, edición semanal en len­
gua española, año XX, núm. 25 (1.016), domin·
go 19 de junlo de 1988.
Frente .a· la injusticia generado,...a de divisiones, la virtud cris;.
tiana de la solidaridad cuyo fundamento es el amor.
«La injusticia es ciertamente generadora de divisiones entre
"los hombres y mujeres llamados por Dios a vivir como hermanos
"y a luchar contra todo lo que atente a esta vocaci6n. Es aquí
"donde se hace más acuciante la necesidad de vivir profundamente
"la virtud cristiana de la solidaridad, que llevará a cada uno a
"mirar a su pró¡imo nO .solamente como un ser humano) sino
"como 'imagen viva de Dios Padre, rescatada por la sangre de
"Jesucristo y púesto bajo la acd6n permanente del Espíritu Santo'
"(Sollicitudo reí socialis, 40).
»Quisiera subrayar igualmente c6mo la solidaridad carecerá
"realmente de significado mientras no tenga como fundamento
"el amor.
Esto es lo propio de la solidaridad como virtud y en
"lo que los cristianos nos diferenciamos radicalmente de cualquier
"otra persona irJspirada en ideologías pasajeras. Solamente .una
"solt'daridad basada en el amor y fruto del mismo ofrecerá espe­
"ranzas de constituir un fundamento estable a la con "una sociedad iusia y fraterna. Esta ·es la virtud que puede y debe
"proporcionar
las bases s6lidas para la paz estable y duradera, en
nBolivia, en América Latina y en el· mundo entero».
JuAN PABLO II: Homilla durante la Misa ce­
lebrada en el aeropuerto «El Trompillo» de
Santa Cruz, viernes 13 de mayo. L'Osservatore
Romano, edición semanal en lengua española,
año XX, núm. 28 (1.013), domingo 29 de mayo de 1988. ·
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El deber de la solidaridad.
«Existe, además, un deber de solidaridad no s6lo entre las
"mismas regiones menos desarrolladas, sino también, y, sobre
"todo, entre éstas y las regiones que han alcanzado O'ª metas de
"desarrollo superior. U na solidaridad que se debe realizar a todo
"nivel y que implica también a responsables de la economla y
"de
la polltica, además de implicar a los traba¡adores mismos y
"a sus asociaciones.
»Aquí entramos ya en el campo moral, que es, precisamente,
"el campo en el que se desarrollan las actividades humanas, y,
"en primer lugar, las actividades que miran al desarrollo, y, por
ntanto, las actividades económicas conexas, de alguna manera,
"con el trabajo humano.
»Parece, pues, que es necesario, un nuevo y profundo forta­
"lecimienJo de la atmósfera moral, verdadero ambiente ecol6gico
"fuera del cual no se puede trabajar, no es posible vivir como
"como hombres y muieres que quieren mantenerse a la altura de
"su propia dignidad. Toda forma de ve¡aci6n, de prevaricaci6n,
"de iniusta
opresi6n, de criminalidad organizada, en cuanto ra­
"dicalmenJe contrastante con la dignidad humana, debe ser re­
"chazada y, con la ayuda del Señor, súperada».
JUAN PABLO II: Discurso al mundo del tra­
bajo en las Oficinas Mecánicas Calabreses, Reggio
Calabria, domingo 12 de junio. L'Osservatore
Romano, edición semanal en lengua espaiíola,
alío XX, núm. 30 ( 1.021 ), domingo 24 de julio
de 1988.
Escala de prioridades en la solidaridad.
«El valor de la solidaridad y el bien común deben guiar tam­
"bién las relaciones entre empresa y sociedad, tanto en el ámbito
"nacional camo internacional.
»Hqy instrumentos que no se deberian producir, o cuya pro­
"ducci6n y comercialización deberlan estar rigurosamente contro­
"ladas. El primer ejemplo, son las armas (cf. Sollicitudo rei so­
"cialis, 24 ). Pero quizá no sea el único. Tampoco aqui la ley del
"beneficio puede considerarse como ley suprema.
»En este sentido,
se podria decir que una tarea importante
"de los empresarios cristianos, aunque también de todos los que
"se toman
en serio el bien verdadero del hombre, seria hoy la
"de establecer como una escala de prioridades entre los bienes
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"que hay que producir. Está claro que no todos los bienes son
"igualmente útiles y
necesarios. Aqu! hay que matizar y afinar
"el criterio de la solidaridad y del bien común, con el fin de ha­
" cernos comprender meior que determinados productos tocan más
"de cerca el 'ser' del hombre, mientras que otros s6lo sirven para
"el 'tener' y, por consiguiente, como tales, tienen menos valor
"desde el punto de vista humano, sea cual fuere su valor en el
"mercado. Multiplicarlos,
con una sustituci6n excesiva y artificial
"de
modelos siempre nuevos y que quedan enseguida anticuados,
"es
lo que llamamos 'consumismo' (cf. Sollicitudo reí socialis, 28).
"Una empresa no
deberla tender a crear necesidades superfluas
"para
intentar después satisfacerlas con productos cada vez más
"sofisticados, causa, a su vez, de nuevas necesidades.
»Entre los bienes que está más cerca del 'ser' del hombre,
"sobresalen, sin duda alguna, los necesarios para su sustentamien­
,,to, como son /.os alimentos. En esta ciudad, en esta feria, no
"puedo omitir referirme a las bien conocidas tradiciones en mtr
"teria de producci6n agrícola y de tecnolog!a, para aumentar y
"me¡orar dicha producci6n. Os deseo que en este sector podais
"realizar aún matyores progresos para el servicio de las necesida­
"des elementales del hombre, en Italia, pero también en otras
"partes del mundo menos favorecidas y menos
desarrolladas. La
"solidaridad de la que hablaba antes posee, en efecto, esta di­
"mensi6n universal, puesto que las decisiones que se toman en un
"pals afectan, positiva o negativamente, también a los demás.
»Al deber de solidaridad y a la obligaci6n de promover el
"bien común pertenece, finalmente, el respeto a la naturaleza y
"a los recursos naturales, sobre los que también he tratado en la
"enclclica Sollicitudo reí socialis (q. n. 34). El uso que nuestras
"tecnologlas
hacen de tales recursos está también sometido a nor­
"mas morales. No somos dueños absolutos de estos bienes, sino
"administradores, obligados a sopesar atentamente las consecuen­
" cías que sobre el ambiente y cualidades de vida tienen nuestras
"decisiones,
ya para la generaci6n de ahora, ya para las venideras,
"a las que debemos transmitir un mundo habitable».
JuAN PABLO 11: Discurso a los empresarios
y
a los representantes del mundo obrero, en el
«Agricenter> de la Feria de Verona, domingo
17 de abril. L'Osservatare Romano, edición se­
manal en lengua espafi.ola, año XX, núm. 17
(1.008), domingo 24 de abril de 1988.
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Solidaridad .a. todos los niveles. Participación para mejor so­
lucionar los problemas.
. «La reciente enclclica, en la que una vez más be querido ex­
"plicitar la continua preocupación social de la Iglesia, es un lla­
"mado a la .solidaridad en todos los niveles. Ser dirigente político,
"cultural, o de cualquier orden, no solamente no excluye, si"no
1'que exige esta virtud de la solidaridad. El concepto moderno
''.de la administración se apoya en la participación activa, a la vez
"que
excluye toda forma que pueda suponer coacción o atropello
"a
la dignidad de la persona humana. Supone conocer las nece·
"sidades
reales a lo que se suma el afán por buscar los caminos
"más idóneos·
para solucionar, ante todo, los problemas más ele­
"mentales y establecer una ;erarqula en la programación de la
"actividad siempre ordenada al bien común, sin concesiones a
"privilegios personales o corporativos o a venta;as egolstas.
So­
"lidaridad supone la determinación· firme y perseverante de em­
"peñarse por el bie11 común, para que todos seamos verdadera­
"mente responsables de todos».
JuAN PABLO II: Discurso al mundo de la cul­
tura y a la. clase dirigente de la s_pciedad en el
Colegio La Salle, jueves 12 de ma'yo. L'Osser­
vatore Romano, edición semanal en lengua es­
pañola, año XX, núm. 22 ( 1.013 ), domingo 29
de mayo de 1988.
Los principios de solidaridad y suhsidiariedad ..
«Pide, además, la Igleda que en la convivencia civil se con·
";ugue equitativamente el principio de solidaridad con el principio
"de
subsicliariedad. Esto significa que el poder público tiene el
"deber de. reconocer y facilitar las iniciativas y los servicios que
"los individuos y los grupos sociales intermedios sean capaces de
"cumplir con su propia creatividad. El poder público está real­
"mente al servicio del bom.hre y no al revés. El principio de s,¡b­
"sidiariedad se imfaone, finalinentf!,, _no sólo. en_ e.l .sector 'eC-o~:ó~
"mico, sino sobre· todo en los sectores más próximos e intinios
"a la persona humana, con la vida, la expr.esión del pensamiento,
'la dimensión cultural, el esfuerzo educativo, la ,ayuda a las di­
?versas formas de pobreza, el tiempo libre, etc.».
}UAN PABLO· 11: .Saludo a las autoridades y
~-la· poblftci6n eq la plaza de los Mártires, vier­
nes 3 de junio. L'Osservatore Romano, edición
semanal en lengua española, año XX núm. 26
(1.017), domingo 26 de junio de 1988.
Fundaci\363n Speiro

La solidaridad de todos y la función subsidiaria del Estado.
«Se hace necesario promover incansablemente un sentido ac­
"tivo de solidaridad que haga que las mejores conseguidas redun­
,, den en beneficio de todos, sin que queden oomo patrimonio de
"unos pocos.
Alli donde sea preciso, la actividad subsidiaria de
"la autoridad constituida debe, además, oontribuir a poner a las
"personas y grupos sociales en condiciones de cumplir sus come'
'~tídos.
»La solidaridad es una virtud cristiana, íntimamente relacio­
"nada con la caridad (cf. Sollicitudo reí socialis, 40). Todos esta­
"mos obligados a aportar nuestra colaboración al bien común».
JuAN PABLO II: Discurso al Presidente de la
República, Autoridades y Cuerpo Diplomático
en el Palacio Presidencial de Asunción, lunes
16
de mayo. L'Osservatore Romano, edici6n se­
manal en lengua española, afio XX, núm. 24
(1.015), domingo 12 de junio de 1988.
La educación para la solidaridad, ocupando cada uno su lugat
propio.
«Hay que educar para la solidaridad, ayudando a superar los
"ego!smos que generan pobreza y deterioran el
te¡ido social y la
"moralidad pública. · '
»Comprometerse en este empeño de solidaridad supone para
"vosotros poneros del lado de .los más neces#ados de vuestro
"pals,
para defender sus derechos y atender a sus ¡ustos reclamos:
"'Cada uno está llamado a ocupar su propio lugar en esta cam·
"paña pacifica
que hay que realizar con medíos pac!fioos, para
"conseguir el desarrollo en la paz, para salvaguardar la misma
"naturaleza y el .mundo que nos .circunda' ( Sollicitudo rei socia'
"lis, 47)»:
JuAN PABLO 11: Discurso a los «Constructd­
res de la sociedad» en el Consejo Nacional de
Deportes, martes 17 de mayo, en Asunción.
L'Ossevatore Romano, edici6n semanal en len­
gua española, afio XX, núm. 25 (1.016), domin­
go 19 de junio de 1988.
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