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Número 289-290

Serie XXIX

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María Concepción García Gainza: Las esculturas de la Iglesia de San Fermín de los Navarros en Madrid

INFORMACION BIBLIOGRAFICA
María Concepción García Gainza: LAS ESCULTURAS DE
LA IGLESIA DE SAN FERMIN DE
LOS NAVARROS
EN MADRID (*)
Luis Salvador Carmona, castellano, de Nava del Rey (Valla­
dolid), es el mayor escultor español del siglo
XVIII, aunque Sal­
cillo sea más popular. Carmona no ha teitldo una monografía
hasta este año 1990, obra de la catedrático de la Universidad de
Navarra, doña María Concepción García
Gainza. La explicación
del olvido, nos dice la autora,
puede estar en Sánchez Cantón,
que escribió que
la obra de Carmona desapareció incendiada en
la guerra de 1936.
En Carmona se mezclaban el arte oficial del xvm, europeizan­
te, exquisito,
y el trabajo de imaginero castellano. La mezcla de
los dos planos hace
de él un escultor completo, porque sus imá­
genes atraen al pueblo culto y a la gente sencilla.
Utilizaba elementos ajenos a
la escultura propiamente dicha:
cuerdas para )os cíngulos, botones de piedra, pestañas postizas,
lágrimas de cristal, que daban una sensación de realidad,
de figu­
ra viva. Pero, además, lograba mediante los pliegues de las ves-'
tiduras dar movimiento a las figuras, que dan la impresión de
que andan, de que se mueven.
Así, el
San Francisco Javier que hubo en la Iglesia de
San Fermín de los Navarros en Madrid. El San Miguel, también
destruido, parecía que con
su· espada iba a herir en cualquier
momento al monstruo a sus pies.
El San Miguel de Madrid era, sin duda, superior al conserva­
do en Idiazábal y en Rascafría.
El conjunto realizado por el escultor Carmona para la Iglesia
de San Fermín de los Navarros se contaba entre lo más com­
pleto de su producción, 15 obras de primerísima calidad. Perdidas,
(*) MAR.iA CONCEPCIÓN GARCÍA GAINZA, Luis Salvador Carmona en
San Fermín de los Navarros, edici6n de la Real Congregación de San Fer­
mín de los Navarros, e/ Eduardo Dato, 10 -28010 MADRID. PVP: 900
pesetas. ,
1471
Fundaci\363n Speiro

JNFORMACION BIBLIOGRAFJCA
como decimos, en la guerra civil, conservamos, sin embargo, fo­
tografías muy buenas del archivo de Moreno.
Puede resultar
difícil de entender por qué un escultor caste­
llano, importante en la Corte de la capital, dedicase tanto arte
y trabajo a
la Iglesia navarra en Madrid. La explicación está en
el libro de Julio· Caro Baroja, La hora navarra del sigla XVIII,
en aquella fabulosa generación de navarros, que, a finales del si­
glo XVII y principios del XVIII, habían dejado Navarra, la Mon­
taña, muchos el valle de Baztán, para venir a
la Corte, donde
triunfan, ganan el favor de reyes y reinas, son sus tesoreros, for~
man compañías, levantan pueblos, como Nuevo Baztán, en la
provincia de Madrid. Ellos fueron los mecenas, los que protegie­
ron a Carmona.
Le hicieron encargos para la Iglesia de San Fer­
mín de los Navarros primero, adonde fue lo mejor de su obra
escultórica. Pero aquellos mismos navarros hicieron encargos para
las iglesias de
sus pueblos de origen de Navarra, como Azpilcue­
ta, Santesteban,
Arizcun, Sesma, O!ite, Falces, y aunque la obra
de Madrid quedó destruida durante la guerra, en que los milicia-.
nos rojos hicieron de la Iglesia almacén y no tuvieron mejor cosa
que hacer que destruir las 15 esculturas; puesto que Carmona re­
petía sus modelos, podemos hoy hacernos idea cabal de lo que fue
el tesoro de la Iglesia navarra de Madrid.
La más hermosa, sin duda, de sus obras que quedan, es la
Inmaculada
Conrepción, gue se conserva en el pueblo navarro de
Lesaca, legado de Juan de Barreneche, un indiano.
Con ocasión de
relebrarse este año el primer centenario de
la Iglesia de San Fermin de los Navarros en Madrid, la Real Con­
gregación, que es. trirentenaria, ha ),echo una edición .conmemo­
rativa del último trabajo de la catedrático María Conrepción
García
Gainza, Luis Salvador Carmona en San Fermin de los
Nava"os.
FRANCI~CO JAVIER DE LIZARZA.
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Fundaci\363n Speiro