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Número 401-402

Serie XLI

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Luis María Sandoval Pinillos: Nueve siglos de cruzadas. Crítica y apología

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considera volcada con España, y la muerte de Alfonso XII com­
pletan este interesante bosquejo
de la historia de España duran­
te el reinado del segundo Borbón restaurado.
En el debe hay que anotar una postura de embajador rega­
lista absolutamente increible cuando agonizaba el siglo
xx. Rubio
parece más bien
un diplomático del sexto abuelo de nuestro
monarca. Aunque nos parezca inverosímil es cierto que Rubio
cree que si un nuncio co1nunica a los obispos de parte del Santo
Padre
una postura a adoptar es una "clara intromisión de la Santa
Sede
en los asuntos internos españoles" (pág. 263), "una decisión
muy poco ortodoxa
de acuerdo con los usos diplomáticos" (pág.
264). Pero incluso la carta del
Papa al cardenal Moreno en defen­
sa
de la unidad católica (4/3/1876) la considera "grave injerencia
de la Santa Sede
en los asuntos internos espai\oles" (pág. 265). A
esas alturas, ese
año1 eso ya no es regalismo. Es estupidez.
Lástima esta deformación mental
de "embajador" del embaja­
dor porque, sin ella, el libro es
muy interesante, ganaría mucho.
FRANCISCO JOSÉ FERNÁNDEZ DE LA CIGOI\JA
Luis María Sandoval Pinillos: NUEVE SIGLOS DE
CRUZADAS. CRÍTICA Y APOLOGÍA,.,
Tenemos ante nosotros un nuevo libro de Luis María San­
doval, titulado
Nueve siglos de Cruzadas. Crítica y apología.
Como hoy día este importante tema está poco presente en el inte­
lectual y ciudadano medio, y
01ando se habla de él a veces se
hace con poca seriedad, el tema
de las Cruzadas necesitaba un
profundo recordatorio.
En este libro el autor narra y explica, con rigor empírico, con
seriedad y sencillez, la historia de las Cruzadas. También analiza
su significado, y efectúa una valoración tenlática que da res­
puesta a los interrogantes
y afirmaciones vertidas en las diversas
(*) Madrid, Editorial Criterio-Libros, 2001, 280 págs., 124 x 195 mm.
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y complejas circunstancias en que vivimos. De esta manera, asis­
timos a la vinculación entre ciencia y apología, aunque ambos
aspectos se presenten metódica y claramente diferenciados.
Es
impmtante destacar esto, como también que dos tercios del libro
sean una síntesis histórica objetiva con absoluto predominio del
dato. Por otra parte, el autor ha tenido la entereza
de rescatar el
género apologético, de aplicarlo al terna
que trata, y de hacerlo
con arte y delicadeza.
Así, por analizar el pasado con el rigor empírico de la verdad
histórica, y
por discernir con delicadeza espiritual el significado
metaempítico de los hechos,
1ni primer mensaje es de agradeci­
miento y felicitación
al autor. Sin duda su labor ha sido ardua y
creo
que ha sido llevada a feliz término.
Libro muy bien impreso, con cubiertas a color, es pedagógi­
co, tiene
217 notas a pie de página, distribuidas y enumeradas
por capítulos, está ilustrado con ocho 1napas históricos con sus
respectivos comentarios, contiene una extensa nota sobre los
Reyes de Jesuralem (págs. 62-66), y permite consultar un exten­
so índice de 397 ténninos onomásticos.
La conveniencia de esta publicación.-¿Cuál es la impor­
tancia de este libro sobre las Cruzadas para los diferentes ámbi­
tos que sintetizan
al hombre actual?
Sobre el tema de las Cruzadas el hombre de cultura media,
universitario o no, suele hablar con desconocimiento y excesivo
espítitu crítico, propio de una autosuficiencia por otra parte algo
sospechosa. No pocas veces, con
un par de frases hechas y peyo­
rativas se despacha el tema
en tertulias, como si hasta hoy día,
en que ha ttiunfado el espítitu de la modernidad, la enseñanza
académica y las valoraciones de los
ctistianos hubiesen sido un
engaño.
En no pocos ámbitos acadé1nicos, científicos o universitarios,
se ha extendido un curioso silencio, como si el tema de las
Cruzadas fuese irrelevante en el pasado histórico, poco atractivo
para su estudio, incómodo para su publicación, y
por todo ello
digno de ser olvidado. En efecto, quienes debieran conocer la
verdad sobre las Cruzadas,
no pocas veces la relegan de sus estu-
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dios y de la necesaria tarea divulgativa en una sociedad de masas
y
posmoderna, que lee y escucha lo que en realidad desea ver y
oír a voluntad.
En realidad, lo que hoy no divulguen los foros
académicos, será transmitido
por otros mucho menos preparados
y quizás tendenciosos.
Asf, la distorsión de algunos atrevidos ha engrosado las
leyendas negras sobre la Iglesia, tan aprovechadas
por ciertos
ideólogos y novelistas, curiosos y periodistas, y hasta
por secuen­
cias cinematográficas.
Por último, el falso complejo
de culpabilidad entre los cris­
tianos de algunas esferas
ha originado una significativa oculta­
ción de las Cruzadas. Para Sandoval, lo
peor seria el falso senti­
miento de culpabilidad entre los cristianos. Este último expresa el
rechazo a la civilización cristiana y la aparición de una nueva cul­
tura social, considerada definitiva, que en estos temas es muy
poco científica
y que se conforma con meras valoraciones, por
otra parte no pocas veces equivocadas. Asf, desarrollar el tema de
las Cruzadas se ha convertido
en tabú en una sociedad por otra
parte 1nuy sensible a la ciencia positiva, y que mantiene una
peculiar concepción del hombre, del hecho religioso, y de los
derechos humanos. Por ejemplo, y según el autor: "Está hoy tan
de moda referirse a las Cruzadas vistas 'desde
el otro lado' que
hace Jaita recordar que es el 'lado cristiano' el que verdadera­
mente
no se conoce hoy, posiblemente porque Occidente no se
reconoce
en los cristianos de antaflo (. .. )" (pág. 13).
Por todo ello, este libro
debe de ser muy tenido en cuenta, y
cumple
una función excepcional para ilustrar al estudiante de
enseñanzas medias y universitarias, al ciudadano en general, y al
cristiano
de hoy, influidos todos ellos a valoraciones no pocas
veces estereotipadas y distorsionadas inherentes a la cultura de
masas, a las leyendas negras de
la Iglesia, al ideal demoa·ático de
corte racionalista, a los intereses del sincretismo religioso, y al
equilibrio de una nueva situación social producto de la inmigra­
ción masiva.
Los objetivos.-El autor recuerda en sus conclusiones la
finalidad de su trabajo:
l. o Ante todo, recordar hechos históricos
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verdaderos y plantear razonamientos simples. 2. 0 Realizar una
función apologética para confortar y reforzar la Fe de los cristia­
nos en la Iglesia Católica. 3.º Recordar la verdadera naturaleza del
Islam,
que ha sido el adversario en la mayolia de las Cruzadas.
4.0 Plantear la necesidad de un cristianismo de la esfera pública,
del cual
no se puede simplemente prescindir. 5.º Sobre todo,
tomar ejemplo de la
preeminencia suprema de la religión, inclu­
so a costa
de la vida.
La narración histórica.-Dos tercios del libro son de histo­
ria, y
en él predomina lo empirico, el dato. Sin duda el lector lo
agradece. Este no es un libro de investigación propiamente dicha,
pues únicamente utiliza bibliograria, aunque suficiente y selecta.
Se trata de
una síntesis histórica y objetiva, que no oculta los
malos comportamientos de ciertos cruzados, ni que a veces algún
Papa esgrimiese "también contra católicos opuestos a su pol!tica"
el
poder de convocar Cruzadas (pág. 124). Destacar estos com­
portamientos
pennite al lector efectuar, bajo su propia responsa­
bilidad,
un juicio de valor, y advertir las luces y sombras de la
realidad, así como la luminosidad resultante final.
La descripción explicativa y detallada, sencilla y amena, de
las Cruzadas abarca los tres primeros capítulos (págs. 15-183). En
ellos
se hace desfilar las ocho Cruzadas a Tierra Santa, así como
otras Cruzadas predicadas contra los musulmanes, paganos,
Indias Orie11tales, herejes y otros cristianos. El autor también se
detiene en la últhna Cruzada -que es generalmente desconoci­
da-cuando los Zuavos defendieron los Estados Pontificios fren­
te a los liberales nacionalistas italianos (1860-1870). Este
ampl!si­
mo recorrido histórico supone elaborar, a beneficio del público
lector, una costosa y 1neritoria síntesis laudatoria para su autor.
En estas páginas el término Cruzada se toma en su sentido
estricto: 1notivación religiosa, naturaleza defensiva, convocato1ia
del Papa, y procedencia universal de los convocados. En efec­
to, las Cruzadas eran un proyecto muy serio y no frívolo o acci­
dental. Eran guerras de la Iglesia y no guerras de algunos cris­
tianos. Fueron un fenó1neno duradero y continuo en la historia,
y guerras simultáneas en oriente y occidente. No se planteaban
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como una conquista sin fin del orbe conocido, y no pretendían
extender
la religión por la fuerza. Las Cruzadas de Palestina fue­
ron una peregrinación en armas. En otras páginas el autor reco­
ge otras Cruzadas en sentido lato porque carecieron de la con­
vocatoda pontificia (págs. 132-142), incluida la de España de
1936 a 1939.
La apología-Lo más odginal, y donde el autor desarrolla
una amplia
y aguda aportación personal, son los capítulos N y
V, así como las conclusiones. En su ponderada apología, el autor
conoce muy bien la historia escrita por competentes historiado­
res,
conoce la naturaleza humana y al hombre moderno, profun­
diza sobre el significado histódco y actual de las Cruzadas ante
lo que llaman falso ecumenismo
y sincretismo religioso, analiza
con ecuanimidad la reciente petición de perdón
por el Papa Juan
Pablo
II (págs. 204-8), realiza un balance general de las Cruzadas,
y analiza su propio legado histódco (págs. 230-246).
¿Se aspira a una Europa unida? Pues bien, Europa estuvo ver­
dadera y firmemente unida en las Cruzadas, expresión de una
civilización, un impulso espiritual, y una acción co1nún. Recor­
demos que este libro se propone llegar al fondo de por qué cier­
tos católicos cdtican las Cruzadas (pág. 261),
y analiza la gran dis­
torsión producida
por el relativismo, el nuevo paganismo, la
ignorancia, y las Leyendas negras contra la Iglesia.
En aras de la verdad, digamos que este libro devuelve la
libertad espiritual
y, por supuesto, la libertad intelectual, fundada
en cuanto tal en la verdad. Según el autor, en el conflictivo
mundo actual las Cruzadas
serian un ejemplo de resistencia adap­
table a nuestra realidad: "La 1ne1noria de los cruzados es un punto
de referencia, hasta un revulsivo y un reproche" (pág. 246).
Si ciertos autores hacen gala de mil detalles irrelevantes y
eruditos en sus copiosos y extensos libros de gran tirada edito­
rial,
y si ciertos comunicadores hablan de lo que desconocen,
este libro, fiel a la economía de medios, que se
debe a la verdad
de las cosas más que al
fácil ttiunfo en la sociedad de masas,
destaca
por su rigor y sencillez, por su fácil lectura -se lee con
calma de
un tirón-, y por el trato amable que el autor dispensa
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a su lector. Por todo ello, con este libro de Sandoval auguramos
a
la editorial Criterio Libros, que de nuevo hace gala de lo mejor
de su proyecto empresarial, un éxito editorial.
JOSÉ FERMlN GARRALDA ARIZCUN
Umberto Muratore: ANTONIO ROSMINI.
VIDA Y PENSAMIENTO'')
Umberto Muratore, sacerdote de la Congregación que fundó
Rosmini y, por tanto, escritor no imparcial; al menos desde el
sentimiento, ha escrito un interesante libro sobre una de las figu­
ras más interesantes de la Italia del siglo XIX: Antonio Rosmini
(1797-1855).
Cuando me refiero a
la no imparcialidad no resto méritos ni
avanzo críticas.
Es lógico que jesuitas escriban biografías de San
Ignacio y miembros del
Opus Dei, del Beato Escrivá. Dichas obras
pueden ser excelentes estudios biográficos, simples hagiografias
o deleznables acumulaciones de hiperbólicas loas sin
el menor
bagaje critico. Lo que quiero decir del libro de Muratore es que
está escrito desde la comunión. Con la figura y el pensamiento
rosminiano. Lo que parece normal y no criticable. Pero debe
tenerse en cuenta. Esto, que hasta hace poco tiempo era lo habi­
tual en historiadores de órdenes y congregaciones religiosas,
hijos de las mismas, hoy parece hacer quiebra y abundan los
miembros
de estos institutos que ponen de chupa de dómine a
sus fundadores. No
es el caso de Muratore y ello le honra.
El libro está dividido en dos partes. En la primera (págs. 15-
201) se estudia la vida de Rosmini y en la segunda (págs. 205-
318) se estudian sus ideas. No voy a entrar en esta última, pues
una filosofia compleja y discutida como la del roveretano requie­
re más especialización que la de este comentarista y además pre­
cisaría contraponer sus ideas con las de sus contradictores en un
(') BAC, Madrid, 1998, 318 págs.
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