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Número 425-426

Serie XLII

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Carta abierta acerca de Cristiandad y «Schola Cordis Iesu»

CRÓNICAS
propósito de continuar hasta que Dios quiera, con la ayuda de la
Virgen Maria
y de San José.
A continuación, el
padre Pedro Suñer, de la Compañía de
Jesús, celebró la Santa Misa, en acción de gracias.
Reproducimos, para sumarnos a la celebración
y acción de
gracias, una "carta abierta" del profesor Francisco Canals Vidal,
publicada
con el número de abril de 2004 de Cristiandad.
M.A.
CARTA ABIERTA ACERCA DE CRISTIANDAD
Y "SCHOLA CORDIS IESU"
Al cumplirsé, en este 1 de abril de 2004, el LX aniversario de
la fundación de Cristiandad, escribi a modo de "testamento espi­
ritual" una carta abierta a un atnigo, redactor actual de esta revis­
ta. La concesión por la Santa Sede del patrocinio de Santa Teresa
del Niño Jesús sobre el Apostolado
de la Oración me estimula a
transformar aquel escrito
con leves retoques en una carta dirigi­
da a todos aquellos a quienes interese conocer los ideales y pro­
grama espiritual
y doctrinal de esta revista y compartir nuestro
propósito
de la universalización de "Scbola Cordis Iesu" al servi­
cio
de la Iglesia.
• • •
Cristiandad fue fruto de la maduración en sus fundadores de
unos propósitos e ideales dados por información recibida del
padre Ramón Orlandis desde hacia muchos años en las etapas
previas -"Iuventus Schola " -que habia precedido a "Schola
Cordis Iesu" a las
que Creus aludía como "la prehistoria de
Cristiandad'.
El estudio de la revista y el de los escritos del padre Orlan­
dis
que se reunieron en el homenaje del año 2000 en el volu-
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CRÓNICAS
men titulado Pensamientos y Cl!rrencias, y en primer lugar del
así titulado
-que, escrito en 1934 y publicado por primera vez
en 1955, contiene la más profunda expresión del mensaje espi­
ritual del
padre Orlandis-nos permite, ahora, contemplar la
admirable fuerza y
el aliento unitario y unificador que penetran
a lo largo de muchos años toda la tarea oral y .escrita de aquel
gran maestro de doctrina y de espíritu. Este estudio permite
también
una comprensión fundamentada de la admirable fideli­
dad al magisterio pontificio que fue característica personalísima
del
padre Orlandis.
La conclusión a que se llega si se realiza con seriedad dicho
estudio es ésta: lo que el padre Orlandis hizo
en "Schola Cordis
lesu"
no responde a lo anecdótico de personales aficiones que
algunos juzgaron incluso subjetivas y caprichosas. El padre Orlan­
dis trabajó en algo que pertenece muy nuclearmente al apostolado
del Reino del Sagrado Corazón de Jesús según se expone y
ense0
ña en los textos del Magisterio, en la liturgia, y en la espiritualidad
y programa appstólico del Apostolado
de la Oración. Él era un
hombre de Iglesia que hizo una obra de la Iglesia y para la Iglesia.
En 1955, a los treinta
años de la fundación de "Schola Cordis
Iesu", escribió el padre
J B. Janssens, general de la Compañía de
Jesús, a Domingo Sanmartí Font, entonces presidente de Schola:
"De todo corazón les felicito
en este feliz aniversario, por el mag­
nífico y sólido trabajo realizado
por Uds. en estos seis lustros. Al
propagar las grandes enseñanzas que se encierran en la sólida
devoción
al Corazón de Jesús en los documentos pontificios para
pro1nover el Reinado de Cristo en el mundo, estáis realizando un
apostolado 1nuy en consonancia con las n_ecesida_des de nuestra
época" (16 de mayo de 1955).
El actual general de la Compañia, Peter Hans Kolvenbach,
ratificó explícitamente
aquel juicio en carta dirigida a Gerardo
Manresa, también entonces presidente de "Schola Coi'dis Iesu",
en la que añadía una alusión a los aspectos culturales o inte­
lectuales
de nuestra tarea: "El apostolado intelectual que ca­
racteriza también a "Schola Cordis lesu",
por ejemplo en la es­
cuela tomista, impregnado de. espíritu evangélico, seguirá, sin
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CRÓNICAS
duda, inspirando a los miembros de la misma" (19 de abril de
2000).
Una serie de enseñanzas y decisiones pontificias providen­
cialmente enlazadas
entre si hacen luminosamente patente la
orientación de servicio a la Iglesia de la tarea que emprendían en
1944 los fundadores de la revista Cristiandad, la que se formula­
ria posteriormente con el lema "Al Reino de Cristo por la devo­
ción a los corazones de Jesús
y de Maña".
Pío
X11 habla comenzado su pontificado evocando el acto de
León
X111 que, en 1899, habla consagrado el universo al Sagrado
Corazón
de Jesús, y habla también afirmado que: "la difusión y
el arraigo del culto al divino Corazón del Redentor encontraron
su espléndida corona
no sólo en aquella consagración del géne­
ro humano, sino todavía más
en la instauración de la fiesta de la
Realeza
de Cristo por nuestro inmediato predecesor", es decir,
por Pío XI en 1925.
Son las propias palabras
que inician el pontificado de Pio X11
las que nos señalan el cantina para descubrir la intenc_ión central
y unitaria que inspiraba la actividad pontificia de Pio XI cuando,
partiendo de la consigna
de San Pio X de "instaurar todas las
cosas
en Cristo", señalaba como el lema orientador de su pasto­
ral pontificia la proclamación de "la Paz
de Cristo en el Reino de
Cristo".
"La verdadera paz que merezca tal nombre no puede
obtenerse si no se observan por todos las enseñanzas, los pre­
ceptos y los ejemplos de Cristo"... esto es lo que decimos, en
pocas palabras, formulando que "sólo en el Reino de Cristo es
posiblela Paz de Cristo".
El padre Orlandis, al orientar sus tareas formativas en estas
afirmaciones claras e iluminadoras de Pio XI, las comprendía en
la intención profunda que tenlan en el magisterio pontificio: no
eran palabras de reprensión, mucho menos de advertencia pesi­
nlista. Eran palabras de aliento, Precisamente, en la primera ená­
clica de Pío XI, de 1922, al expresar la esperanza de que pudié­
semos ver realizada la
unión de todo el rebaño bajo un solo
Pastor, expresa así su anhelo: "¡Quiera Dios que podamos .ver
pronto realizada esta cierta y consoladora profecía del divino
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CRÓNICAS
Corazón!". Tres años después, en 1925, instituía la fiesta de Cristo
Rey, con la encíclica Quas primas.
El sentido misterioso y esperanzador de la pastoral pontificia
de Pío
XI lo expresó él mismo en un pasaje que contiene la que
podríamos llamar su teología de la historia de la devoción al
Sagrado Corazón de Jesús. Creo conveniente citarlo con alguna
extensión
porque en él encontramos, precisamente, tina clave
decisiva para comprender
la vocación a que se sentía llamado el
padre Orlandis al servicio de la Iglesia:
..-Porque en la época precedente y en la nuestra se llegó, por
las maquinaciones de hombres .impíos, a rechazar la soberanía de
Cristo nuestro Señor y a declarar _pública guerra a la Iglesia, con
leyes y movimientos populares_ opuestos al derecl10 divino y la
ley natural. Y hasta hubo asambleas que gritaron: "No queremos
que É.ste reine sobre nosotros", la voz de todos los amantes del
Corazón de Jesús clamaba unánime, oponiéndose acérrimamen­
te, para vindicar su gloria y as~gurar sus derechos: "Es necesario
que Cristo reine. Venga a nosotros tu Reino". Felji consecuencia
de esto fue que todo el linaje humano, que por derecho nativo
posee Jesucristo, único en quien todas las cosas se restauran,
fuese consagrado por nuestro pre:decesor León XIII, al comienzo
de este siglo, al Sacratísimo Corazón ·cte Jesús, con aplauso del
orbe cristiano.
•Que
estos comienzos tan gratos y tan faustos Nos mismo,
como afirmamos ya· en riuestra encíclica Quas primas, accedien­
do a los deseos y a las _reiteradas súplicas de nvmerosos obispos
y fieles, los completamos y perfeccionamos con el favór de Dios
al instituir, al término del_ reciente año jubilar, la fiesta de Gris.to
Rey y _su solemne celebración en todo el orbe cristiano.
·CuandO hicimos esto, no sólo declaramos el sumo imperio
de Jesucristo sobre todas las cosas, sobre la socied_ad civil y sobre
la familia, sobre cada uno de los hombres, sino que también anti­
cipábamos el júbilo de aquel día felicísimo en que el mundo
entero, espontáneamente y. con buena voluntad, aceptará el
dominio suaVÍSÍIIlo de Jesucristo Rey''. Una gozosa y ésperanza­
dora reiteración de estas esperanzas de la Iglesia la hallamós en
la consagración, en 1942, del género humano al Inmaculado
Corazón de María por Pío XII: "que clamor y patrocinio aceleren
el triunfo del Reino de Dios y que todos los pueblos, pacificados
entre sí y con Dios, te _aclamen bienaventurada y contigo ento-
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CRÓNICAS
nen, de un extremo a otro de. la tierra, el -eterno Magnificat. de
gloria, ·amor· y· reconocimiento ·,i1 Cocazón de Jesús, sólo en el
. cual pueden encontrar la Verdad, la Vida y la Paz..
El padre Orlandis, que reconoáa que los numerosos textos
en este mismo sentido no contienen definiciones dogmáticas so­
lemnes, lás· consideraba, ciértamerite, como e)tj)resiones ·en el
magisterio ordinario de las esperanzas de la Iglesia. El padre
Enrique Ramiere trabajó porque alentasen, en el Apostolado de
la Oración, a los .devotos del Corazón de Jesús a rogar ferviente­
mente "Adveniat Regnum tuum". San Luis Maria Grignion de
Montfort hablaba de Cristo, que vendrá a reinar en todas partes
"como toda la Iglesia lo
espera". El Concilio Vaticano II, en el
documento sobre las religiones
no cristianas, al afirmar la futura
conversión de los judíos lo
h.ace con estas palabras:
,La Iglesia espera, junto con los Profetas y con el Apóstol, el
día, sólo de Dios éon~ido, ~ que todos los pueblos invocarán
al Señor ·con una sola vo:Z, y le servirán como un_·solo hombre­
(Sof. 3, 9;cf. Is. 66, 23; Sal. 65, 4; Rom. 11, 11-32).
La tarea del padre Orlaridis en la formación de "Schola Cordis
Iesu"
-contemplada en la perspectiva de su fiuctificación y aten­
didos
los testimonios que,. a lo .brgo de los años, se han dado
acerca de ella desde la Iglesia jerárquica o desde los dirigentes
del Apostolado
de la Oración-no puede menos que ser reco­
nocida como
un servicio a la Iglesia. Asi me .exhortaba a com­
prenderla quien
Ía conoáa en profundidad, el eminente teólogo
Francisco
de Paula Solá S.I. (es conveniente leer su artículo "El
padre Ramón Orlandis Despuig, 187301958", que publicó en
Cristiandad, núm .. 708-709, abril-junio 1990, y que fue incluido
en Pensamientos y ocurrencias, págs. 57-65).
El lugar originario en la Iglesia de este servicio es, precisa­
mente, el Apostolado de
la Oración, fiuto universal y eminente del
apostolado del Corazón. de Jesús, cuya congruencia providencial
con el espíritu de los E.Jerc!Clos de San Ignacio de Loyola, que tan
en el centro estaban de la tarea del fundador de "Schola Cordis
Iesu",
ha sido tantas veces y tan significativamente recordada.
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CRÓNICAS
El padre Roberto Cayuela, escribiendo sobre "¿Santa Teresita
del Niño Jesús Doctor
de la Iglesia y patrona del Apostolado de
la Oración?" (Cristiandad, núm. 479, enero 1971), expresa un
importante testimonio personal sobre la intima comunicación
mistica
que recibió el padre Orlandis de parte de la santa del
amor misericordioso y de la infancia espiritual.
Al canonizar -en 31 de mayo de 1992-a Claudio la Co­
lombiere, hablaba as! Juan Pablo II al Apostolado de la Oración:
"Naturalmente, la canonización de Claudio la Colombiere
me
lleva a subrayar el •encargo suavisimo• que él mismo recibió de
parte del Señor: la difusión y predicación del misterio del Cora­
zón Sacratisimo. Es toda la Compañia la que queda encargada
de esto, como tuve el gozo de confirmaros en Paray-le-Monial
junto a la tumba
de San Claudio. Pues existe una verdadera con­
naturalidad entre la espiritualidad ignaciana y la del Sagrado
Corazón".
La presencia de los Ejercicios de San Ignacio en la espiritua­
lidad de "Schola Cordis Iesu" y la dedicación del
padre Orlandis
al estudio de los Ejercicios mismos tenemos que verla como otra
razón decisiva
del carácter no anecdótico ni coyuntural de nues­
tras tareas, sino de su vocación
de servicio a· la Iglesia. El estudio
de Santo Tomás suscitado
por el padre Orlandis en "Schola", que
no es, ciertamente, la vocación esencial de "Schola", ha sido un
fruto de la misma que ha contribuido también a difundir su pre­
sencia y a darla a conocer
en el ambiente que busca la presencia
de la fe en la cultura contemporánea.
El carácter más esencial y nuclear de. la espiritualidad y tarea
apostólica de "Schola Cordis Iesu" es el sentirnos llamados a for­
mar parte
integrante de "aquella legión de almas pequeñas, ins,
trumentos y victimas del amor misericordioso de Dios, objeto de
los deseos y de las esperanzas
de Santa Teresita del Niño Jesús".
La declaración de la santa carmelita como Doctora de la Iglesia
por Juan Pablo II, en 19 de octubre de 1997, y la reciente "visi­
ta" de sus reliquias a
!~ Casa apostólica que fundaron en Barce­
lona sus fervorosos apóstoles Eudald Serra Buixó e Ignasi Casa­
novas,
S.I.. (y que pudimos sentir como un gesto solicito de quien
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CRÓNICAS
quiso pasar su cielo haciendo el bien en la tierra) son estúnulo
esperanzador de la fructificación querida por Dios que habrá de
venir de nuestra perseverancia confiada en el servicio a la Iglesia,
y
que se ha iniciado con la semilla sembrada en el Apostolado de
la Oración de Barcelona por aquel gran apóstol y maestro de
espíritu que fue el padre Orlandis.
Entendemos que nuestras tareas están destinadas a difundir­
se más y más
en todos los ámbitos de la Iglesia. Hemos de ser­
vir, en nuestro mundo, al advenimiento del reinado de Cristo a
través
de todas las tareas apostólicas o culturales que -en el
campo mismo de la doctrina teológica y espiritual, o en la filo­
sof'ía cristiana, o al servicio de-la vigencia de una concepción cris­
tiana
de la vida y de la historia-sirvan, con humilde fervor, a la
instauración
de todas las cosas en Cristo y a la. ordenación a
Cristo Rey del universo de las tareas humanas
que vayan res­
pondiendo a los
estúnulos ocasionales o permanentes que nos
llamen
a· hacerlo presente entre nuestros contemporáneos y a
mantener vigente, para las·generaciones futuras,
el imperativo y
la esperanza del reinado de Cristo en el mundo.
Estamos convencidos de
que no podemos ni descuidar ni dis­
poner de "Schola Cordis Iesu" a nuestro arbitrio, y también de la
responsabilidad
que nos incumbe a todos para hacer presente en
la Iglesia la mayor universalidad y fecundidad posible de las ta­
reas apostólicas
de "Schola Cordis iesu".
Ya en 1957, el director general delegado del Apostolado de
la Oración Friedrich Schwendimann, al aprobar los estatutos de
"Schola Cordis Iesu"
en Barcelona, lamentaba que no hubiésemos
planteado nuestra solicitud
con un alcance universal. La aproba­
ción de unos estatutos para toda España
por el padre Mendizábal,
en 31 de. mayo de 1981, y el nombramiento, en 31 de julio del
afio
2003, del padre Sufier como delegado para "Schola Cordis
Iesu"
en toda España han de ser también un estúnulo concreto
para perseverar
en este propósito de universalización.
El padre Orlandis, al prepararse la aparición de Cristiandad,
había advertido que en la comunión de "Schola Cordis Iesu" con
el Apostolado de
la Oración estaba la garantía de su continuidad,
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CRÓNICAS
y en diciembre de 1957 aludfa a Cristiandad como nacida "del
seno maternal del Apostolado de la Oración". El patrimonio de
Santa Teresa del Niño]esús recientemente declarado nos invita a
ver
en nuestro servicio a la Iglesia en el Apostolado de la Ora­
ción el camino de
una expansión fecunda, que estoy convencido
de que superará nuestras esperanzas, si actuamos con deseo sin­
cero y fervoroso del bien
de la Iglesia. Pongamosesta tarea bajo
la protección de San José, patrono del Concilio
Vaticano II.
FRANasco CANALs VIDAL
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