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Número 425-426

Serie XLII

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Alberto Caturelli: La historia interior

INFORMACIÓN BIBLIOGRÁFICA
de fidelidad a una Tradición que parece diluirse en medio del
caos general.
"Al menos liberarse en espíritu: ésta es la clave"
(pág. 104). Hay
que liberar todo el espacio social del dominio del
atefsmo, al menos
en espfritu, para comenzar a reanimarlo por el
amor a la
Ley de Dios.
Desde nuestro
punto de vista, solamente cabe objetar el uso
de ciertos términos, como el de "nacionalismo" para lo que más
bien es patriotismo, y alguna
que otra opinión en la que disenti­
mos del autor,
si bien ello no afecta al conjunto de la obra, que
calificamos de excelente. Asinúsmo, se podrían destacar otros
muchos puntos de ella, pues, a pesar de su brevedad,
son nume­
rosas las cuestiones que va tocando. Pero con lo expuesto aquí
creemos
que es suficiente para hacerse una idea bastante aproxi-
1nada de la obra, a cuyo efecto se
ha referido Doní Gérard Calvet,
P. Abad fundador de Le Barroux, monasterio editor, como "le
choc
d'un livre" (Les amis du monastere, 103, 11 julio 2002). Pre­
cisamente cabe hacer una escueta alusión a esta abadía tradicio­
nal y observante de la Provenza, a la que Dios bendice con un
constante crecimiento en vocaciones jóvenes y que en estos
momentos ha emprendido una nlleva fundación, Sainte-Marie de
la Garde, en la diócesis de Agen.
FRAY SANTIAGO CANrERA MONTENEGRO, 0.S.B.
Alberto CaturelH: LA HISTORIA INTERIOR,.,
El doctor Alberto Caturelli, ilustre filósofo cordobés ( de la
Córdoba de la Nueva Andalucía,
en el Rfo de la Plata) y querido
amigo y colaborador de estas páginas, acaba de dar a las prensas
su historia interior.
Es historia, nos ilustra el editor, porque es
autobiográfica y testimonial,
y porque devela, en un estilo tenso
y apasionado,
una etapa importante de la vida argentina desde la
(•) Gladius, Buenos Aires, 2004, 346 págs.
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INFORMACIÓN BIBLIOGRÁFICA
propia experiencia personal. Y es interior porque describe, pe­
netra y expone más la vida inrerior del autor que los hechos
exteriores.
La primera parre del libro se compone de siere capitulos, que
el autor bautiza como "jornadas". Principia por "el descubrimien­
to de sí
mismo" en los primeros años de vida familiar en su pue"
blo natal. Sigue describiendo su ttínerarlum mentís in Deum,
marcado por las instancias de · su formación (sus profesores, los
autores. que cultivó y frecuentó) y
por la vida comün asumida
con su esposa. A partir de la tercera jornada presenta
los. aconre­
cimientos más relevanres del tiempo exterior, que se entrelazan
con las confesiones de su vida interior: las grandes amistades, el
encuentro con. Michele Federico Sciacca, las empresas de la filo-
sofia cristiana; etc. ·
Para quien -como es mi caso-participa del universo des­
crito
por Caturelli, el libro se lee con pasión. Son muchos los
amigos, maestros, lecturas y quehaceres compartidos. Pero, más
allá
de ese pálpito, el libro constituye una fuenle notable para el
conocimiento de la vida intelectual católica (del catolicismo sin
complejos, esto es, del
no inficionado por el liberalismo católico
y la democracia cristiana) de la segunda mitad del siglo
xx. Gran
cosa es, pues, que los mejores de la hueste se decidan a
poner
negro sobre blanco su historia interior al hilo de repasar también
la exterior. En este Sentido,· los que llama "coloquios" y "testimo­
nios", que forman respectivamente las parres segunda y rercera
del libro, completan el cuadro de hombre, lugar y tiempo.
Por lo dicho se comprenderá que
no sea tarea fácil la de
comentar el libro. El connalsseur se siente tentado en cada pági­
na, casi en cada ·párrafo, de asentir, prolongar, apostillar ... Baste,
pues, con la noticia del libro. Hace unos años, al historiar apre­
tadamente el quehacer de los amigos de la Ciudad Católica y de
esta revista en su cuadragésirn.Ó aniversario, entre otros Olvidos y
omisiones -ni que decir tiene que involurttarioS--:i' olvidé men­
cionar a Alberto (;aturelli. Valga esta nota para que le muestre,
por .si falta hiciera, mi estima y mi amistad.
MIGUEL AYUSO
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