Francisco Salazar Alvarado: Encuentro con la historia. García Moreno: líder católico de Latinoamérica

Este libro es muy agradable de leer. Su impresión editorial es
de una buena calidad. Sus contenidos se organizan con sencillez.
Sus párrafos, breves. La exposición es directa y atiende lo funda-
mental. También son simpáticas las peculiaridades léxicas y sintác-
ticas del español en América, en el seno de la norma idiomática del
español como lengua.
Terminamos ya. Nuestro agradecimiento al autor de este libro,
profesor emérito de la Universidad Nacional de Santafé de Bogotá
y de la Universidad Tecnológica de Santiago de Tunja. Nuestra
enhorabuena a la Academia de Estudios Hispánicos “Rafael Gam-
bra” —nombre este de tan gratísimo recuerdo—, así como al
patrocinio de la Fundación Francisco Elías de Tejada en la edición
del libro. Y gracias sobre todo al doctor Corsi Otárola, por acer-
carnos a la América católica y española, constructora de una civili-
zación que facilita la salvación de la persona, antirracista y univer-
sal por católica, secular por española, y social —comunitaria— por
tradicional, que sigue dando su verdadero sentido a la andadura
histórica de América y España.
JOSÉFERMÍNGARRALDAARIZCUN
Francisco Salazar Alvarado: ENCUENTRO CON LA
HISTORIA. GARCÍA MORENO: LIDER CATÓLICO
DE LATINOAMÉRICA
Por varias razones este libro, editado en Quito, es una impor-
tante novedad editorial para España. Pr i m e ro, debido a la gran
p roximidad religiosa y cultural entre los pueblos español y ecua-
t o r i a n o. En segundo lugar, porque Gabriel Ga rcía Mo reno, pre s i-
dente de Ec u a d o r, fue un modelo de gobernante católico, que
además murió asesinado en 1875 por odio a la Fe católica. Ello le
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(*)Quito, Eds. Margarita Borja y Yanko Molina, 2005, 306 págs. + 8 lám., 150 x
211 mm.
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otorgó la admiración de numerosos católicos -incluidos políticos-
de la España contemporánea. Su figura fue re c o rdada en muchas
ocasiones, con cariño y admiración, en la prensa y las re v i s t a s
españolas de finales del s. X I Xy comienzos del X X. Por ejemplo,
en la revista quincenal e ilustrada “La Ava l a n c h a” de Pa m p l o n a
(1895-1950), en la que Ga rcía Mo reno aparece, entre 1899 y
1915, como “m á rtir del derecho católico” (v. gr. n.º 93 del 24-I-
1899, 124, 129, 165, 235, 287, 318, 451 —debe decir 493— y
453 del 9-III-1914). En tercer lugar, este libro es muy oport u n o
p o rque, los actuales intelectuales españoles, suelen desconocer la
figura de este egregio político católico. En esto ha influido el
hecho de pasar nada menos que un siglo desde su asesinato, así
como el avance del liberalismo secularizador en las conciencias
y las estructuras sociopolíticas, y el paulatino alejamiento de
España, víctima de su e u ropeización, respecto Hi s p a n o a m é r i c a .
De esta manera, este libro tiene la gran virtud de hacer que los
españoles re c u p e ren la memoria de América en uno de los hijos
más pre c l a ros de Ec u a d o r, y así posibilitar el re e n c u e n t ro de
España consigo misma. Por último, estamos ante un libro que
supone una novedad editorial para la Historia de la Ig l e s i a
Católica, tan unida a Ecuador y la Hispanidad, toda vez que
Ga rcía Mo reno se preció de ser un político movido por la re c t a
conciencia católica, dócil al Magisterio social y político de la
Iglesia, y a los impulsos de sus virtudes y caridad cristianas.
Gabriel Ga rcía Mo reno aparece en este libro como ejemplo
de político católico contemporáneo, que dedicó y sacrificó su
vida en beneficio de los principios religiosos católicos y el bien
común, por encima de todo legítimo interés de part i d o. Au n q u e
también hubo otros políticos católicos que fueron márt i res de la
Fe católica, por ejemplo en la España de 1936, ninguno de ellos
murió siendo presidente de Gobierno, ni ha sido declarado már-
tir por las máximas autoridades eclesiásticas de su país. Es muy
posible que, de estar canonizado, Ga rcía Mo reno fuese, con
Santo Tomás Mo ro, copatrono de los políticos católicos. Y ello
por cuatro razones: por su programa abiertamente católico, por
sufrir conscientemente el drama secularista de una contempora-
neidad racionalista y naturalista, contraria a la civilización católi-
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ca, porque sus reformas tuvieron la virtud de rehacer su Patria en
el ámbito religioso, espiritual y material, y porque murió inmola-
do siendo presidente de Ec u a d o r.
El libro recoge las palabras que en 1975, el cardenal arzo b i s-
po de Quito, Exc m o. Pablo Muñoz Vega, en el centenario del ase-
sinato de Ga rcía Mo reno, dijo considerándole mártir: “Tenga El l a
(su Patria) la seguridad de que Gabriel Ga rcía Mo re n o, desde la pie-
d ra de su tumba, velará por su fe católica y por su destino de nación
altamente civilizada, como velan los márt i res, en ofrenda inmort a l
de sí mismos, por la tierra a la que aman”(pág. 300). Los motivo s
de este magnicidio podrían resumirse en estos cuatro hechos: el
C o n c o rdato con la Santa Sede de 1862 repudiando el liberalismo,
la constitución de 1869 que proscribió la masonería, la pro t e s t a
por la ocupación de los Estados Pontificios en 1871, y la consa-
gración del Ecuador al Sagrado Corazón de Jesús.
Por todo eso, por sus contenidos, y por la actual re c u p e r a c i ó n
del género biográfico, el libro que presento tiene un notable inte-
rés en los ámbitos de la investigación histórica, la divulgación
biográfica, y la recuperación de la memoria de los políticos cató-
licos. Su autor, el Il m o. Francisco Salazar Alvarado, es historiador,
político, periodista y docente, perfil este que tiene algunos rasgos
comunes con su biografiado.
En España este libro completa la Historia narrativa y divul-
g a t i va de Ad ro Xavier (seud. Alejandro Re y - Stolle) sobre Ga rc í a
Mo re n o. Siglo XIX. Hispanoamérica Ecuatorial, Ba rcelona, Casals,
1991, 520 págs. Digamos también que existe un paralelismo
e n t re el presidente (y padre de familia) Gabriel Ga rcía Mo reno, y
San Ezequiel Mo reno y Díaz, obispo de Pasto (Colombia), pues
ambos mantuvieron una ardua lucha contra el liberalismo, en
f a vor de la ve rdad del hombre concreto, de su pueblo en casi la
totalidad católico, y de la Iglesia católica maestra de la Ve rd a d .
Además, ambos sufrieron atentados personales contra su vida.
Pe ro hay algunas diferencias obvias entre ambas personalidades,
pues además de ser uno laico (de Guayaquil) y el otro obispo
( p rocedente de Alfaro, población de La Rioja, en España), la
Orden de los Agustinos Recoletos cultivó la fama de santidad de
San Ezequiel, mientras que la memoria de Ga rcía Mo reno ha
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estado más expuesta a la intemperie propia de los laicos, aunque
el pueblo ecuatoriano y muchos católicos de España le re c o rd a s e n
con fervo r.
Valorada la importancia actual del libro, ¿qué se puede seña-
lar de sus contenidos? Digamos que este libro es sencillo, com-
pleto dentro de sus posibilidades, y se dirige al gran público.
Aunque es una obra de divulgación y no de investigación, sin
embargo tiene un indudable interés para el inve s t i g a d o r, que debe
tomar nota puntual de las a p o rtaciones de este libro, que paso a
e n u m e r a r.
En primer lugar, el libro contiene la detallada narración del
d e s c u b r i m i e n t oque el autor efectúa de la tumba y restos mort a l e s
del gran estadista en el centenario de su asesinato, perpetrado en
1875 (págs. 11-42). También es una m e m o r i adel presidente de
Ecuador en el centenario de su muerte, y un h o m e n a j ea su egre-
gia figura. Homenaje éste que no sólo se cumple por el descubri-
miento de dichos restos mortales, sino también al re c a p i t u l a r
d i f e rentes testimonios de agradecimiento y admiración, expre s a-
dos por intelectuales ecuatorianos de todos los tiempos y tenden-
cias, así como en el sencillo pero gozoso homenaje que le tributó
la Iglesia católica en Ec u a d o r.
Continuamos. Además de las pericias del descubrimiento de
la tumba de Ga rcía Mo reno, el libro también narra con detalle su
asesinato, realizado el primer viernes de mes (día 6) de agosto de
1875 (págs. 45-53), así como el posterior asesinato del arzo b i s p o
de Quito, Il m o. José Ignacio Checa y Barba, el día de Vi e r n e s
Santo del 30-III-1877 (págs. 57-68). Fíjese el lector que si el
Viernes es el día en que los católicos re c o rdamos la muerte de N.
S. Jesucristo, el día 6 era, además, Primer Viernes de mes. Y
Ga rcía Mo reno había sido el primer gobernante del mundo que
consagró su querido país, el Ec u a d o r, al Sagrado Corazón de
Jesús, declarando el Senado y la Cámara de Diputados “ Pa t rono y
Protector del Ecuador al Santísimo Corazón de Je s ú s”el 8-X-1873
(pág. 120). Casi veinte años después, y siguiendo la huella de
Ga rcía Mo reno, los gobernantes de Ecuador consagrarán el
Ecuador al Corazón Inmaculado de María el 5-VIII-1892 (pág.
121). Aunque Ga rcía Mo reno sabía que algunos atentaban con-
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tra su vida, fue doblemente heroico al hacer una vida normal, sin
admitir una protección especial. En relación con estas amenazas,
el 17-VII-1875 escribía al Papa Pío IX, diciendo: “A h o ra que las
logias de los países vecinos, instigadas por las de Alemania, vo m i t a n
c o n t ra mí toda clase de injurias atroces y de calumnias horribles,
necesito más que nunca de la protección Divina para vivir y morir
en defensa de nuestra Religión santa, y de esta pequeña Re p ú b l i c a ,
que Dios ha querido que siga yo gobern a n d o”(pág. 210).
En las páginas siguientes, el autor reseña con detalle la vida
del presidente Ga rcía Mo reno (1821-1875), y explica con finura
la colosal obra reformista que realizó en un bre ve espacio de tiem-
po (págs. 71-121). Debido a los actuales prejuicios dominantes,
a algún lector puede resultarle novedosa la estrecha vinculación
e n t re catolicismo y re f o r m i s m o. Atendiendo a los hechos, la obra
reformista de Ga rcía Mo reno se refirió al p ro g reso espirituald e l
Ecuador en todas sus facetas, esto es, a la supresión de las re g a l í a s
que ataban la Iglesia al Estado ecuatoriano, la educación católi-
ca para la juventud católica, la protesta por la usurpación de los
Estados Pontificios a manos de los nacionalistas italianos en
1871, y la ayuda posterior y material al Papa que se declaró “p r i-
s i o n e ro” del Estado italiano. Las reformas también se re f i e ren al
p ro g reso cultura l(formación del hombre y la mujer en todos los
ámbitos educativos, promoción de los indígenas, desarrollo de la
música y las Bellas Artes), a la mejora de las c o s t u m b re s(en ámbi-
to moral en su dimensión social), al p ro g reso e s t r i c t a m e n t em a t e-
r i a l( c o n s t rucciones, empedrados, carreteras y caminos, puentes,
f e r rocarril, dragado de ríos...), y a la mejora de las c o n d i c i o n e s
p o l í t i c a sdel joven Estado ecuatoriano (identidad ecuatoriana,
organización de las diferentes administraciones, orden y discipli-
na del Ej é rcito, elección de buenos colaboradores, aplicación de
penas e indultos, etc.).
El libro reúne pensamientos y expresiones del pre s i d e n t e
extractados de sus mensajes, escritos periodísticos, cartas y dis-
cursos (págs. 125-136), que arrojan una potente luz sobre su per-
sona. Le siguen diferentes opiniones de un sinnúmero de perso-
nalidades, favorables todas a su figura aunque procedan de part i-
dos políticos opuestos (págs. 139-155). Si para los católicos como
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Veuillot, Ga rcía Mo reno fue “ ¡ Ho m b re de Jesucristo en la vida
pública, hombre de Dios!”(pág. 149), para los hombres de la
i z q u i e rda —en coincidencia en esto con los católicos—, Ga rc í a
Mo reno es “uno de los grandes constru c t o res de nuestra nacionali-
d a d”(pág. 152), pues con él comienza a perf i l a r s e“la ecuatoria-
nidad propiamente tal”(pág. 155). A estas opiniones, acompañan
34 cartas que Ga rcía Mo reno escribió de 1871 a 1873 a su cola-
borador el general Francisco Javier Sa l a z a r, que el autor pre s e n t a
con un bre ve comentario (págs. 161-212).
La ve rdad suele ser muy sencilla. Ga rcía Mo reno mostró con
claridad que el gobierno temporal de matriz católica era c o m p a t i-
ble, exigía y hacía posiblela mejora material y estrictamente tem-
poral de los pueblos. Por eso, repetidas veces dio gracias a Di o s
públicamente por la paz y el desarrollo humano y material de
Ecuador durante sus mandatos. También mostró que los erro re s
religiosos y morales embrutecen los espíritus, haciendo desgracia-
dos a individuos, familias y pueblos, y que, a la larga, los grave s
e r ro res hunden a los pueblos en el ámbito incluso material.
Además, un gobierno fiel a la doctrina y espíritu católico era e l
único que a la larga mantenía los logros materiales alcanzados.L o
c o m p rendió Pío IX al afirmar el 20-IX-1875 que los impíos
“m i ran como un insulto a su pretendida civilización moderna, la
existencia de un gobierno que, sin dejar de consagrarse al bien mate-
rial del pueblo, se esfuerza al propio tiempo en asegurar su pro g re s o
m o ral y espiritual”(pág. 212).
El autor recoge el De c reto de Consagración del Ecuador al
Corazón de Jesús del 8-X-1873 (págs. 215-216), y el último y
p recioso mensaje de Ga rcía Mo reno a los senadores y diputados,
fechado en agosto de 1875, el mismo mensaje que, llevado con-
sigo el día de su muerte, quedó materialmente salpicado por su
s a n g re martirial (págs. 219-233). En él, Ga rcía Mo reno hacía un
largo balance de su mandato presidencial desde el punto de vista
de la re g e n e ra c i ó nglobal (espiritual y material) del país, diciendo
en su segundo párrafo: “desde que poniendo en Dios toda nuestra
e s p e ranza, y apartándonos de la corriente de impiedad y apostasía
que arra s t ra al mundo con esta aciaga época, nos reorganizamos en
1869 como Nación realmente Católica, todo va cambiando día por
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día para bien y prosperidad de nuestra querida Pa t r i a”(pág. 219).
A continuación, tras describir con detalle la mejora material de
Ec u a d o r, reconocía que “sin la educación cristiana de las genera-
ciones nacientes, la sociedad perecerá ahogada de por barbarie”( p á g .
227). Al final de su valiosísimo mensaje, Ga rcía Mo reno re a f i r-
maba que “todos nuestros pequeños( s i c )adelantos serían efímeros e
i n f ructuosos, si no hubiéramos fundado el orden social de nuestra
República sobre la roca, siempre combatida y siempre ve n c e d o ra, de
la Iglesia Católica. Su enseñanza divina, que ni los hombres ni las
naciones reniegan sin perderse, es la norma de nuestras instituciones
y la ley de nuestras leye s”( p. 231).
A este largo y modélico mensaje presidencial le sigue el infor-
me de la autopsia del cadáver del presidente asesinado (págs. 237-
244), y dos cartas encontradas junto a los restos de Ga rc í a
Mo reno, cuya muerte había sido “d e c retada (...) (por la masone-
ría) en Eu ropa desde años atras, y concertada con los masones del
Perú, Chile y Ec u a d o r”(pág. 247). Una carta es de Ignacio del
Alcázar (págs. 247-250), y otra de Rafael Va rela (págs. 253-255),
y en ellas ambos dan fe de los restos mortales del presidente ase-
s i n a d o. También se transcribe la carta hallada junto a los corazo-
nes de Ga rcía Mo reno y de Mons. Checa y Barba, guardados en
sendos frascos (págs. 259-260), y el informe médico-legal del
l e vantamiento de los restos morales de Ga rcía Mo reno en 1975
(págs. 263-266).
Por último, el lector podrá saborear dos testimonios de las
más altas jerarquías de la Iglesia católica en Ecuador con motivo
del centenario del asesinato de Ga rcía Mo reno, en va l e ro s o
homenaje a este prócer de la América hispana. Se trata del comu-
nicado de la Conferencia Episcopal de dicho país (págs. 269-
281), y del discurso del arzobispo de Quito, cardenal Pa b l o
Muñoz Vega (págs. 285-300).
En el primero, la Conferencia Episcopal de Ecuador declara
con entereza: “ Justamente muchas de sus acciones(de Ga rc í a
Mo reno) más discutidas están relacionadas con este indeclinable
afán de servir a la Iglesia; por lo mismo, sería una cobardía y una
injusticia sumarse al silencio de tantos compatriotas y fingir indife-
rencia o ignorancia al recurrir el Centenario de su muert e”( p á g .
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270). Después de hablar del ve redicto de la historia, del pensa-
miento y acción de Ga rcía Mo reno, de su carácter reformista y de
sus cambios en las estructuras temporales, la Confere n c i a
Episcopal le reconoce como “un ecuatoriano como nosotros, que
desea ser santo, que trabaja por serl o” ,cuya memoria debe ser exal-
tada, y cuya muerte es,“según algunos historiadores, la muerte de
un ve rd a d e ro mártir de Je s u c r i s t o”(pág. 280).
En el segundo texto, el cardenal Muñoz Vega responde con
s e n c i l l ez y pedagogía, profundidad y firmeza, a posibles tergive r-
saciones sobre el significado de Ga rcía Mo reno en nuestros días.
Para ello desarrolla las virtudes del p e rd ó n ,l areconciliación y la
u n i d a d. Fruto de ellas, le identifica como “m á rt i r” de Cr i s t o.
Pe rd ó nde quien, tras pedirlo él y perdonar a todos, está dicho que
p roclamó al morir: “¡Dios no muere ! ” .Re c o n c i l i a c i ó nque sobre p a-
sa la simple coexistencia y la mera conciliación de intereses, para
llegar a “una auténtica solidaridad social y política”, por supuesto
que en la ve rdad y la moral.Un i d a dde todos en “una nación alta-
mente moral y civilizada dentro del modelo de unidad espiritual y
cívica al que Occidente debe en definitiva su preeminencia cultura l :
el molde cristiano”(pág. 295). Un i d a dfundada en la religión cató-
lica, ve rdadera alma de la Nación, expresada en la confesionalidad
y unidad católicas. Ambas basadas en m o t i vos sociológicos,toda vez
que “la Constitución del Estado es para el pueblo, y no el pueblo para
la Constitución” ,que se debe “c o n s e rvar la unidad espiritual de la
sociedad civil para su mayor bien”, y es preciso traducir el hecho
social justo en norma constitucional. Pe ro la unidad re l i g i o s a
también se basa en m o t i vos teológicos:“ Que el código del Sinaí y de
la montaña de las bienave n t u ranzas se inscriba en la ley del Es t a d o,
y se logre así la actuación plena de los inmortales principios del
Evangelio en la vida social y política de una nación, será siempre una
a s p i ración no sólo legítima sino la más señera para un estadista cris-
tiano como lo fue este hombre católico del siglo XIX”(pág. 299).
Este libro, que animo al lector adquirir y leer aunque no sea
fácil localizarlo en España, es de lectura fácil, tiene una prosa lige-
ra y se dirige al gran público. (Página Web: ourladyo f g o o d s u c-
cess.com). Está lleno de información, reconocimiento a Ga rc í a
Mo reno, y sugerencias. Es fiel al biografiado cuando, más allá del
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g é n e ro literario histórico, transmite el espíritu católico propio de
la ve rdadera civilización, la civilización cristiana por la que Ga rc í a
Mo reno luchó. Es un libro favorable al biografiado en base a sus
obras y sus dichos, sin ser partidista, toda vez que el pre s i d e n t e
m á rtir sirvió a la Iglesia católica, tan arraigada en el alma de los
ecuatorianos, y, con ello, y por otros muchos motivos, sirvió al
bien común de su patria, haciéndolo además de forma totalmen-
te desinteresada.
La edición de esta obra está auspiciada por el “Apostolado de
Nuestra Señora del buen Su c e s o”, en“a d m i ración y re c o n o c i m i e n-
to de la personalidad y la obra que, como Ma g i s t rado católico, re a l i-
zó Gabriel Ga rcía Mo re n o” .
JO S ÉFE R M Í NGA R R A L D AAR I ZC U N
VV.AA.: LA TREGUA DE ETA. MENTIRAS,
TÓPICOS, ESPERANZAS Y PROPUESTAS
Este e n s a yode varios autores nos ofrece razones sólidas sobre
un tema dramático y de innegable actualidad. A medida que
t r a n s c u r re su lectura, el libro presenta argumentos cada vez más
c l a ros y contundentes, más interesantes y sugerentes. Se trata de
una reflexión, sosegada y realista, realizada por diez autores per-
tenecientes a Fo ro El Sa l va d o ry a la revista digital Ar b i l.
Por su naturaleza ensayística, por dirigirse al gran público, y
por aunar una treintena de trabajos de menor envergadura, los
análisis efectuados no son exc e s i vamente sistemáticos, aunque
supongan tanto actuales estudios académicos como la pastoral de
la Conferencia Episcopal Española sobre el terrorismo (nov i e m-
b re 2002).
El análisis de los autores es clarividente en su tema central. Su
lectura resulta necesaria en las actuales circunstancias, máxime
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(*)Madrid, Ed. Grafite, 2006, 340 págs.
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