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Número 473-474

Serie XLVII

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Claude Barthe: Les oppositions romaines au Pape

Claude Barthe, Les oppositions romaines au Pape, Hora Decima, París, 2009.

El abate Claude Barthe, que –como dice la presentación biográfica estampada en la cuarta de cubierta– ha vivido las evoluciones producidas en la Iglesia desde el II Concilio Vaticano, es autor de un buen número de libros de reflexión, sobre todo en torno de la crisis actual y la liturgia romana tradicional, e igualmente conocido por las crónicas incisivas y atentas a la realidad que publica regularmente en revistas como Catholica o, últimamente, L´homme nouveau.

Precisamente la primera, por obra de nuestro común amigo Bernard Dumont, ha sido la ocasión de que pudiera conocerle e inmediatamente estimarle. De entre sus libros encuentro singularmente sugestivo Trouverà-t-Il encore la foi sur la terre? (1996), donde –a partir de la constatación de “las contradicciones de la Iglesia del Syllabus”– alza el elenco de las dificultades creadas en el seno de un magisterio “debilitado” y “difuminado”. Anterior es el igualmente bien interesante La fussion des langues (1993), en que problematiza el ecumenismo. Y posteriores, en un primer momento, Quel avenir pour Vatican II? (1999), Le ciel su la terre (2003) y Quel chemin pour l´Église? (2004), en los que prosigue –en el primero y el tercero– con el discurso prospectivo sobre la situación presente de la Iglesia, y –en el segundo– con la preocupación por la devastación litúrgica. Y últimamente los titulados Propositions pour une “Paix de l´Église” (2006), Pour un autre dialogue interreligieux. La méthode Benoît XVI (2007), Les nominations episcopales en France (2008), que terminan con el que aquí comentamos. La característica común a todos éstos es tanto formal, pues se trata de breves carnets, como material, pues tratan de aspectos circunstanciados aunque no por ello menos interesantes que los precedentes ensayos más omnicomprensivos.

Considera el autor que papa Benedicto XVI ha comenzado a concitar desde el inicio de su pontificado la adhesión de un conjunto de sacerdotes y fieles jóvenes, activos y comprometidos, saltando por encima de las elites eclesiásticas instaladas en los modos de pensar y actuar propiciados por la interminable crisis postconciliar. De ahí vienen precisamente “las oposiciones romanas” al papa. Quien parece decidido a hacer avanzar frente a ellas una “hermenéutica de la continuidad” que, sin embargo, ni siquiera él mismo siempre practica íntegramente. El ámbito en el que han cristalizado esas oposiciones es precisamente el litúrgico o el que trae su causa más visible del litúrgico. Lo demuestran precisa y sobradamente las reacciones suscitadas con ocasión del motu proprio Summorum pontificum y de la remisión de las excomuniones a los obispos de la Hermandad de San Pío X.

Son de agradecer la ponderación al tiempo que el valor de los análisis del abate Barthe. No es de extrañar que se haya convertido en unos de los analistas más estimados en el universo del tradicionalismo católico.

MIGUEL AYUSO