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El peligro de las modernas ideologías erróneas

EL PELIGRO DE LAS MODERNAS IDEOLOGIAS
ERRONEAS
Su virulencia y gravedad.
"Más aún, hoy más que nunca, por motivos pastorales, se
"reqwiere que la vida espiritual dé los f;etes esfé apoyada sobre
"la
soliáez de la verda,1, y que se les den orientaciones se[}'Uras
"para prese'Y'l!arlos de los peligros de las iáeologias modernas
"erróneas, cuya. virulencia es tal que amenaza con resquebrajar
"las mismas bases racionales de /,a.fe".
PAULO VI, Carta de 21 de septiembre de 1966
al Congreso Internacional de Teología del Con­
cilio Vaticano
II (texto latino e italiano en
L'Osser·vatore Romano del 26-Zl de septiembre
de 1966, texto en castellano, Ecclesia núme­
ro 1.311 del 8 de octubre).
Su actualidad y peligros para la educación cristiana.
"Ha sido uno de los pensadores m,odernos más céle'bres quien
nescribiá que
habíam.1os llegado a un punto "en el que' no sabemos
n_ya ex(JIC'ta,m;ente qué C'osa sea el cristianisn'to" (Kierkegaard).
"En realid(]Jd nosotros lo sabnn.!Os, aunque dejaml{}s confundir la
"idea cristiatna con todas las corrientes más V'ariadas de pensa­
"miento y de costumibres del mundo en el que no·s encontramros.
"No faltoo cristianos que absorben las ideas de su tiemip10·; las
"ideais nuevas, sobre tod'o, las dudas, til'S rvegaxWne's, las auto­
,, ¡ñas,
especialmente cuarndO estas ideologías son profesadas por
"espíritus fuertes e inteligentes y son sostenidas por la moda,
"gran fascmadora
y gran fabricadora de gregarios. La educación
n cristiana tropieza frecuentemente con dificultades para dar una
''imipronto precisa y robusta a· las nuevas generaciones que, mrini­
"miizando el contenido y el comipromdso de la vida cristiana, aca-
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"
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"ban por sentir mas el peso de ésta, que la realidad, la plenitud
JJY la alegría".
PAULO VI. Alocución en la audiencia ge­
neral del 18 de agosto de 1965. (Texto italiano
en VOsservatore Romano de 19 de agosto de
1965-; texto en castellano, Ecclesia núm. 1.258
del 28 de agosto).
Dificultades de la mente moderna para adherirse llana y firme~
mente a la única y verdadera fe.
"Pero en nuestro tiempo tam1bién la fe es blanco de muchas
"negaciones
("La fe no-es d'e t_odos", dice San Pablo: 2 Tesa.,
'-'J, 2), y es cam'1!o de muchas controverS'Da:s incluso entre· los
"creyentes. Quizá
tam&ién h(l!Jan llegado hasta vuestros a.dos los
"ecos de opiniones erróneas, que' pretenden mantener iriterpreta-­
" cimves OJrbitrarias y ofensi-ws de verdades sacrosantas de la
"fe católica,· par ejemiplo, he»ws escuchado· voces, frOC'O)S en ver­
" dad, pero esjY "trinas fundamrentales, claram~nte profesad(J)S por la Iglesia de
,, Dios --por ejemrplo~ sobre la resurrección de' Jesucristo) sobre
"la reali;dOJd de su verdadera presencm, en la. Eucaristía, y tam,bién
"so
1bre la virgi,nidad de Mcvría y~ consigu,ientemiente7 sobre' el mis­
nter~o augusto de la Encarnación
1 etc.-. Lo que espanta no es
"svlam,ente /,a gravedad de estas falsas afirmadones, sino tamrbién
"la audacia irreverente y temeraria con que son pronunciadas)
n p·ermitiendo entrever que se insinúa: acá y allá el criterio, de
"juzgar las verdades de la, fe a voluntad, según la capacidad pro­
" pia de entendimriento y el gusto propio de diálogü en el camrpo
"teológico y religioso.
"Si este triste fenómieno., que turba la, renova,ción espiritual
n posconcili.ar y desconcierta el diálorgo· ecum1énico1 nos hace pensmr
"doloro,sam,ente
y com,prender las dificultades que la mente mo­
" derna encuentra en /a, adhesi6n llana y firmre a la únú:a y ver­
"dadera fe (cfr. Gaudiumr et Spes, 57), también nos confirma en
nza p·ersuasión de que la fe _no es posible sin un doble, m:uy dis­
"tinto)
pero acorde concurso: la gracia -la fe es una gracia ... ,
"y la a.sistencia del m,igisterio (PapaJ y obispos) de la Iglesia,
"establecido
por Cristo y asistido por el Espíritu Santo.
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PAULO VI, Alocución en la Audiencia ge­
neral del
30 de noviembre de 1966, (texto ita­
liano y francés en
L'Osservatore Romanó del
1
de diciembre de 1966, texto castellano, Eccle­
sia, núm. 1.320, del 10 de diciembre).
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El falso criterio de la absoluta historicidad de las cosas.
"¿Acaso se ha adueñado de la miente de algunos de los vues­
"tros el criterio de la ahsoluta historicidad de las cosas hum«nas,
"engendradas
p&r el tiemrpo e inexorablemente devoradas p&r el
')tiempo como si no existiera en el catolicismo, un carisma de
"verdad permamente y de estabilidad invencible, del que es símbolo
"y fundamenta esta pw'dra de la sede apostódica?"
PAULO VI, Discurso del 16 de noviembre de 1966 a la XXXI .Congregación .general de los
jesuitas (texto italiano y latino en L'Osserva­
tore Romarno, del 17, texto castellano, Ecclesia
núm. 1.318 de 26 de noviembre).
Las erróneas explicaciones del pecado original.
·"Es evidente que os parecerán inconciliables con la doctr1lna
"católica genuina las explicaciones que del P'ecado origina/ dan
n algunos autores modernos, los cuales, partiendo, del presupuesto,
"que no hai sida dem1ostrado, del poligenünno, niegan, más o· mt­
"nc,s clarameme, que el pecado, de donde se ha derivada ta,n gran
"l/wmo, de males pa,ra, la humwnidad, fuera la desobediencia de
"Adán "primer hombnl' fiqura del j1'turo (Conc. Vat. II; cc,nst.
"Go,udium
et SP'es, núm. 21; cfr., tamrbién núm,. 13), wmetida
"a'l comienzo de la historia... Por consrguiente~ estas ezplicac110nes
"no están de acuerda con la enseñanza de la Sagrada Escritwra,
"de la; Tradición y del klagisterw de la Iglesia, según la cual el
"pecado del primer ho,,tbre fue transmritido a todos sus descen­
" dientes} no· por vía de ~tación, sino de propagación, "reside
"en cada urna coma propio' y es "rnruerte del alma", es decir,
"privación
y no simp11e ca.-encia de santidad y justicia, incluso en
"los
nriñc,s apenr,s nacidos (cfr. Conc. Triden. ses. V, can. 2-3 ).
Lo que no puede admitirse al evolucionismo.
"Tamipo·ca os parecerá aceptable la teoría del evolu.cionistno
J, mientras no esté de acuerdO' decididamente con la creación im­
"mediata de todas y cada una de las almas humanas por Dios,
~Jy no crea que es decisiva. la imiportancia que p'(I(ya, la suerte de
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"la humanidad ha tenido la desobediencia de Adán, protoparente
"universal (cfr. Conc.
Tríd. ses. V., can. 2). Esta desobediencia
))deberá entenderse en el sentido de que hizo perder a Adán la
"santidad y justicia en las que fue constítu;do (cfr. Con. Trid. ses.
"V. can. 2).
PAULO VI, Discurso del 15 de julio de 1966
a los Teólogos participantes en el
Simposium,
sobre el pecado original, (texto italiano en
L'Oss.e.rvatore Romano, del 16, texto castellano,
Ecclesia núm. 1.302 ·del 30 de julio).
Peligro de idolatría moderna, por la tentación del hombre a
adorarse así mismo.
"Repetim1os lo que ya a,tra vez hernios dicho: de'b1em-os·p1onernos
"en guardia contra! el peligro de la Molatría moderna. Hoy el hom­
"bre sknte la terntadón. de adorarse a sí mismo~ de hacer de sí mis­
"mo no-sólo el firn1 supremo de las i "de la realidad, y de creer que PDr sí mismo puede, con sólo· sus
"fuerzas, progresar
verdaderamente y salvarse; se ve tentado, para
"deciirlo con otras palabras, a buscar su propia gloria y no· la
"gloria de Dios. Esta tremenda y fMal desviación del eje de la
"vida: hum{J.!n(JJ está sucediendo an:te nuestros ojos; la n:egaciów de
"Dios, de pura teoría se está convirtiendo en prádica; de cosa
"restringida a algunas mientes especulativas se está convirt-iendo
"en el mito de las multitud-es_; al ateís'ffl!O racionalista y escolástico
"está. sucediendo el ateísmo materialista y social. Está tomando
n consistencia una mentalidad- falsamente humanística: penetrada de
"radical hedonismo, porque está cerrada al c'Onoámiento y al am;or
"de Dios, y fundamentalmente inquieta y subversiva., porque está
"cerrada a
la luz y a la esperanza de Dios.
n El homrbre es un ser constitucionalm1ente ordenado a trascen­
" derse a sí mdsmlO·; es un. ser p-royectado hacia Dios y ordenado
esencialmie"nte· a Dios,· si se niega esta primera relación fundamien­
"tal,
el múterio luminoso de Dios que se hace hombre (¡el miis­
"terio de Navidad!) no será la fiesta de la alegria y de la paz
"P,Ma nuestra, vida, sino el niisterio tenebroso· del hombre que se
"hace Dios, será el trág-ico drama w1121enazador y potencialmente
"cargado
de innwmerables ruinas.
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Su Santidad PAULO VI, Radioménsaje en la
Navidad de 19Ci6, (texto castellano, Eccle.sfo,
núm. 1.322 de 24 y 31 de diciembre).
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