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Antes de Lausanne III… (31 de marzo, 1 y 2 de abril de 1967)

ANTES DE LAUSANNE 111 ...
(31 de marzo, 1 y 2 de abril de 1967) .
. . . ¡ Y no: "después de Lausanne 11" !
Pues el año pasada no habútmos creído necesaria redactar
bajo
este título nuestra crónica habitual del congreso.
Por das razones:
La primera: porque et éxito) la organización, el esPíritu, el
aprovechamriento de estas jornadas son bastoote conocido-s para
que toda
i'nsiste·ncia nuestra pudiera parecer indiscreta,. La se­
gunda, porque la explicación, /,a prep·aració'n del próximro con­
greso, son
ntás útües que el mejor cmn,entarfo sobre el éxito, del
congreso anterior.
Es en Lausanne III en lo que debemos pensar. Es Lausan­
ne III lo que debemos preparar.
Sólo nos faltan algunas jornadas.
Es predso qu-e desde ,a1hora todos se convenzan de !a impor­
tancia del congreso.
Indisp,ensable siempre al buen equilibrio psicológico de la ac­
ción,
too mu.stera, que proponem./0s a nuestros amigO's, el éxito
creciente áe estos tres días sobrepasa, por sus efectos el marco
mismo
de esta acción.
Y
he a!hí, quizás, lo que no todos nuestros amigos peróben
suficientemente.
Especialmente ahMa
es m0..s necesario que nunc'a que se pt3r­
caten de las múltiples repercusiones que p'Uede tener este en­
cuentro. Y
a que el congreso
es, di;gárm,oslo . así, una pieza de música
que se interpreta, que im/mrta saber interpretar sobre· varios te-
clados. Una operación de efectos múltiples. ·
Ciertamente, la prm,era
finalidad del congreso es P'erm.itir
una nueva tomri de conciencia de los progresos y de las exigen­
cias del trabajo-realizado en el transcurso del año, en nuestras
eélulas o en nuestros grupos.
Pero porque este
trabajo es, y quiere ser, por naturaleza,
un traba,jo auxiliar, nada se opone a que este congreso se abra
a todos los que
deseamios ayudM, porque estam:o,s en unión con
ellos, no so_lam-.ente en la doctrina, sino más todavía en este estilo
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de accion mrUltiformr.e y complernentaria que es el carácter más
evidente de nuestro m,étodo.
Esta ap·ertura de-/ congreso, el hecho de que otros puedan
sentirse en nuestra casa como en la propia, es lo que no ha sido
suficientemente com:prendido por algunos.
No es que esto les m1oleste como una intrusión. Temen Jo/a­
mente que esta aP'ertura nos disp·erse y por ello nos im,pida pro­
segu;iff con el mdsm10 rigor la m,eta que nos hemos itmipuesto.
La verdad es que la forma actual del congreso, así com nu&Vas estructurcvs de nuestra obra:, P·Mmiten realizar cien veces
;Será posible que algunos subestimen estas razones, y cierren
los ajas a estas evidencias?
En una hora en que tconto se habla de fos seglares y de su
derecho,
puede' resultar decisivo que se logre el may'or éxito en
esta auténtica
mtmifestación de un !Olicado cristiano... de la que
no podrá decirse que
haya sido susdtada por los clérigos.
Testimoniio que por ello es más fuerte y más signi:ficafnvo.
Testimonio de seglares, entero:miente adulto,s y responsables;
conscientes de
su justa libertad y de las posibüidades de su ,ni­
ciatWa.
Testim,onio de fuerza ... por el nún,,ero de participantes y su
constancia
en seguvr del principio al fin todos los trabt1jos del
congreso.
Te,timonio de seguridad de orienta1ción por el rigor doctri­
nal de la,s conferencias, p1or un sentido justo de los límites de
esta competencia que la I qlesia ha reconocido siempre com'o co­
rresp·ondiente
a 1m actwida:.d especifica de los seglares.
Testim,onio, de' piedad P'or el fervor de las oracione:s que sa­
bremlDs ofrecer juntos al Señor.
Amip#tud y esp'ontaneidad de esta actuación l]'Ue no puede
sino
dar un mayor valor a la ortodoxia de su fidelidad.
En el m,omiento en que una propagt1ndro desuergonzada trata
de hacer creer
que los seglares tendr&n la mayor dificultad en
el Concilio, tenem10-s todos la obligación de enseñar a los "obser­
vad01"es",
qu.e numerosos no dejarán de venir a La-us((JJ1,"ne, la
fuerza, la cantidad, la calidad de lo que puede suscitar en el
plano cívico esta doctrina, esta causa; que algunos creen caduca.
En el momiento en que los escándalos del "1' prolJYesism' m1ento en que los mk:ÍS timoratos se pregwntan sobre qué fuerzas,
serenas, se_qwras, bien formGdas y bast 182
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sible ap·oy/llYse mañana, no podemos m1enospreciar la, im,Portancia
siempre
cre'Cien/!e de esta man;festación de un laicado perfecta­
mente advertido de lo que """"naza y de lo que debe hacer.
Muchos entre vosotros reclamran la acción. Y si e:dste una,
cuyas comecu1en.cias niv pueden ser subestitnaxlas, es éstar.
Na tenéis derecho a olvidar esta obligación. Com10 tampoco
tendréh derec•ho de que'jairos si &espués de haberos s,,straído a
esta
oblignn los portaJVOce's del modernismo, del progresismo
triunfante, pretenden que no existís.
O que a1 lo más so'M un grupo irrisorio que· lrr más elemen-ta'l
prudencia recomienda ignorair.
Es preciso, pues, que el mayor número entre vosotros venga
a Lausanne.
Es preciso que em,pujéis al congreso a todos aquellos de ·uues­
tros amigos que puedan com,prender su valor y sen,tido ... , y sacwr
de ello 6nim1os y provecha.
El temtJJ de los infann"s fundam1entales: POLITICA Y LEY
NATURAL, es de una actualidad que no se as puede escapar.
Las problemas de la "píldora", del progresismo, de la enseñanza,
efcétera... déh-enden clire1ctam,ente de ella.
Pera además de estos imfarm"s fuwdamientales, hay los "fo­
rutnS", que este atño serán toámvía miá.s numerosos y ¡m:ás fe­
cwnidos ! , au.nque sólo fuera por el efecto, de los tra!bajos ya rea~i­
zados en las anteriores congresos.
Hay, en fin, la inmensa ¡,osibílidad de contactos p1ersanales de
los mós fructífera·s.
Las últimru jornadas que nos quedoo deben ser de mtis intensa
preparación. Y
tam1bién: ¡de oración!
Reza~ y J,,aeer rezM.
Sal1re todo na tardéi'i en inscribiros, aunque sólo sea para
fi:cil·itcr el trabaja de• u,,. equipo demasiado s-0breCQ'rgada ya.
Todas a Lausanne los días 31 de marzo, 1 y 2 de abril.
J EAN ÜUSSET.
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