Índice de contenidos
Número 117-118
Serie XII
- Textos Pontificios
-
Estudios
-
El mensaje de San Fernando. [Discurso en la festividad de San Fernando 1973]
-
Riqueza y pobreza: San Juan Crisóstomo y sus «Homilías sobre San Mateo»
-
Mare ex-nostrum
-
El pensamiento contrarrevolucionario español. Fray Atilano Dehaxo Solórzano
-
Emancipación, liberalismo y comunismo en Hispanoamérica. Alternativas actuales
-
La marxistización de la teología. De la «Teología de la Salvación» a la «Teología de la Liberación»
-
- Actas
- In memoriam
-
Información bibliográfica
-
Michele Federico Sciacca, Ontología triádica y trinitaria
-
Guilherme Braga da Cruz, Reforma do Ensino Superior
-
AA.VV., El Derecho Natural hispánico. Actas de las «Primeras Jornadas Hispánicas de Derecho Natural»
-
Paul Lessourd, El Cardenal Mindszenty, Primado de Hungría
-
Alberto Boixadós, Cartas de viaje. Acerca de la realidad Iberoamericana
-
- Noticias
- Ilustraciones con recortes de periódicos
Autores
1973
Mare ex-nostrum
MARE EX-NOSTRUM
POR
JosÉ MARÍA CARBALLO FERNÁNDEZ.
Doctor en Economía por la Universidad de Roma.
SUMARIO: I. Navegando por todos -Jos rumbos. II. ¿Alianza o dependen
cia? UI. De te Fabula Narratur. IV Desde el fondo de las estepas, V.
Acheronte movebo,
La salvación de la raza blanca és el
imperio de los mares.
(Maham)
l. Navegando a todos los rumbos.
El porvenir será siempre de las nacio
nes marineras. Aunque se cruce la Tierra
de ferrocarriles, de vapor -o eléctricos,
el
dominio siempre corr~ponderá al mar.
(Ernesto Nathan)
Tanto la prensa especializada como la diaria, más objetiva la
primera y más sensacionalista la segunda,
acostumbran desde
hace
tieffipo a
incluir entre sus noticias y comentarios
· el
hecho de la
presencia de
la marina soviética en el mar mediterráneo, hasta fechas
recierites de la historia feudo
y dominio exclusivo de los pueblos ri
bereños (que sólo Inglaterra compartía), ayer lago privado de la
VI flota americana y hoy punto de encuentro de
las fuerzas
riavales
de las
doo superpotencias
extfaeuropeas.
Según datos
aparecidos en
un estudio
reciente del
INTERNA
TIONAL
INSTilUTE FOR STRATEGfC STUDIES,
los efectivos
•• 721
Fundaci\363n Speiro
/OSE MARIA CARJlAILO FERNANDEZ
relativos al Pacto de Varsovia y a la OTAN, en el Sur de Europa,
donde se incluyen Bulgaria, Hungría
y Rumanía, por parte comu
nista, y Grecia, Italia y Turquía, por la del Mundo Occidental, pue
den estimarse como sigue :
Efectivos humanos (hombres)
Carros de combate Pacto de Varsovia
385.000 5.700 OTAN
525.000 2.250
Pero ha de tenerse en cuenta que en la región Norte
-y Central
el Pacto de
Varsovia cuenta
con 960.000 hombres y 16.000 carros,
mientras
la OTAN sólo dispone de 580.000 hombres y 5.500 carros.
En cuanto a los efectivos de aviación y marina desplegados por
los países del Pacto de Varsovia
y por la OTAN, son como sigue:
Pacto de Varsovia OTAN
Aviones de bombardeo ligeros 310 150
Cazas 1.550 1.600
Interceptores 3.000 575
Aviones de "reconOCimiento 500 525
Portaaviones de ataque o 10
. Portaaviones
de otros tipos 2
4
Cruceros 15 6
Buques de escolta 150 276
-Submarinos nucleares 20
33
Submarinos convencionales 182 120.
.Según otras fuentes, en el flanco sur· de Europa, a través del
mar Mediterráneo, navegan 585 navíos de guerra
·de la OTAN y
5 30 del Pacto de Varsovia.
Pero el hecho que se va hacieodo pateote es·
el acelerado cre
cimiento del número de
barcos de la
lJRSS · que navegan constaote-
meiite
a Jolargo de las aguas egipcias y sirias, mieottas fortalece sus
722
Fundaci\363n Speiro
MARE EX-NOSTRUM
pos1aones con construcciones en Marsa-Matruh y se despliega, tam
bién, en eL golfo Pérsico y en el Oceano Indico.
La
hasta. hace poco dueña y señora única del Mare Nostrum, la
VI Flota norteamericana, asiste hoy
.a la
penetración
de. los
barcos
'!'viéticos en el. Mediterráneo,
hinterland
m;u:ítimo de
Europa
y base
excelente para cualquier tipo de ataque de flanco al centro
conti·
nental, con missiles de alcance medio.
A esta presencia de Rusia en el Mediterráneo, y al hecho de su
alianza con el sector árabe, en
el conflicto
con Israel, ha de añadirse
que su ayuda militar se encauza a los países árabes del Oriente Me
dio, en el 62 por 100, países en los que ;e acus~ un r~pido incre-·
ínento en los intercambios comerciales cgn la URSS, de los cuales
el 46 por 100 se refieren a proyectos industriales y mineros y más
del 18 por 100 a proyectos energéticos, todos ellos de indudable
valor estratégico.
El rápido incrementó de intercambios· cori:ierciales se atribU.ye,
en general, a las facilidades crediticias que la URSS concede a estos
países.
Hay ciertas circunstancias que contribuyen a agudizar la pres en:
cia rusa en el Mediterráneo, entre las cuales destaca el hecho de que
el grado· de aritigüedad de los bateos soviéticos no excede· de ocho
años· de servicios,
én promedio, mientras el de los -nortéan:ieric~os
supera los dieciocho. Por otra parte, .la URSS tiene; en la actualidad,
en construcción, dos porta-aviones
de 35.000 y 45.000 toneladas
en los astilleros del
Mar Negro; según datos· suministrados por los
«satélites espías».
Todo da a entender que es posible que los proyectos rusos re
basen· el sostenimiento y conservación de los dominios· geogrµ-icos
conquistados en la segunda guerra mundial.
The Military
Balance 1972/73,
al analizar
las consecuencias de
la incidencia de costes· militares en
los Estados
Unidos
y en la URSS,
pone de. relieve ·, que esta última, .. po,r senti~se menos preocupada por
el sacrificio que supone el
mantenitnien.to de Íos _ efectivos
armados,
tiene una ventaja de más de] 40. por 100 en relación con N-0rte
américa.
Los expertos militares estadounidenses explican el acelerado «des-
723
Fundaci\363n Speiro
JOSE MARJA CARBALLO PERNANDEZ
pegue naval de Rusia» como una consecuencia del choque entre
Khruschef y Kennedy, a causa del descubrimiento de rampas sovié
ticas de lanzamiento de missiles en la Isla de Cuba (año 1962), en
el que se vio obligada al desmantelamiento
y a ordenar el viraje en
redondo de su escuadra, con el natural shock para su prestigio
mili
-tar. A este incidente suele atribuirse la decisión soviética de conver·
tirse
en
wia gran
potencia marítima.
Sin en¡bargo, parece que ya desde el año 1956, a.ño. en el que
las flotas inglesa
y francesa hubieron de abandonar la ocupación de
la Zona -del Canal de Suez, nacionalizado como represalia a la de
cisión occidental de negar a Egipto el concurso financiero para
-la
construcción de la presa de Assuan, la flota rusa se hizo presente
en el Mediterráneo, donde fue adquiriendo más fuerza
y dispone
de cada vez mayores facilidades portuarias. Cierto es que los Esta
dos Unidos, ligados por sus compromisos con la OTAN a Nápoles,
también tlisponen .de puntos de apoyo cercanos a las salidas natu
rales de la URSS y, en fecha reciente (año 1972), concertaron una
base en el
Pireo.
Lá. potencia rusa, que en diez años se colocó en un puesto de
primer rango, tropieza, sin duda, con las mismas dos limitaciones
que padeció a lo
largo de
su historia: carencia de bases exteriores·
y
corifinamiento de sus buques ·en zonas marítimas estrechas, flan
qüeadas por países en general hostiles.
Superar estas limitaciones puede, acaso, constituir uno de los
inmediatos objetivos de
la URSS, que parece intentar superarlos me
diante una acusada presencia en mares extra.mediterráneos, incluso
el O~éano -Atlántico, en Contra de su carácter de país eminentemente
terrestre, que solía apoyar su defensa
·én un «glacis» de países
sometidos.
En el aspecto naval, RÚsia goza de ventajas portuarias, para su
flota mercante y pesquera, en las Islas· Canarias, y obtuvo facilidades
en la_ Isla de Cuba, así como concesiones estratégicas en Egipto, el
Sudán, ·e1 Mar Rojo, Pakistán, Indonesia, Ceylán, Kuwait Tanza
nia ... Sus _técnic;:os están presentes en _ diversos lugares: En Socotora,
a lo largo de la costa de Somalía ... La marina soviética llega, in-
724
Fundaci\363n Speiro
MARE EX0NOSTRUM
cluso, a montar su guardia en el Caribe y a navegar en el Atlántico
Norte.
Tanto los noruegos como los suecos se sienten rodeados y mo
lestos por la presencia de la marina rusa.
Gracias a una Autovía a través del Afganistán, Rusia espera
mejorar sus comunicaciones con el ·Océano Indico, desde donde cree
posible interceptar las vías de comunicación de Occidente, en una
zona que
se considera imprescindible para él, en el futuro, por re
cibir a través de ella más de 500.000 toneladas diarias de petróleo,
que han de
cruzar el
canal de Mozambique, pasando entre un Ma
dagascar y una Tanzania en las que se advierten, cada vez más, las
influencias de la China continental.
En· una reciente intervención, en una reunión de la Sociedad In
ternacional de Amigos de Wilton Park, el Teniente General Díez
Alegría afirmó: «Pero esto no elimina los enfrentamientos y tensio
nes derivados de
la penetración soviética en el espacio mediterráneo,
que, en estos momentos, acusa una actividad, hacia el centro y e]
oeste de este mar, que puede alcanzar una profundidad alarmante,
de confirmarse algunas noticias de prensa últimamente aparecidas».
¿Obedece, acaso, esta expansión, a una actividad inhibitoria· de
los Estados Unidos?
No es posible negar que el peso geopolítico del Mediterráneo,
aun siendo importante, parece ir declinando, mientras va adquirien
do importancia el área geoestratégica del
Océano-Indico,
convertido
en una especie de Mar Mediterráneo del futuro, en el que el Cabo
equivaldrá a Gibraltar, Mrica a España, Arabia, India
y Malasia a
las penínsulas del Sur de Europa, Australia a Palestina
y por el que
cruza, aparte de una vía importantísima del suministro de Occidente,
la de acceso al Japón, Indochina y Australia.
Pero todas las orillas de la gran «isla eurasiática», incluidas las
del Mediterráneo, son zonas de fricción donde ]as tensiones geopo
líticas van a tener un teatro principal. El Mediterráneo y el Indico
son los puntos de encuentro en los que
se habrá
de decidir el em
botellamiento o la salida a los mares libres de la flota rusa. Y por
•
Fundaci\363n Speiro
/OSE Mi!RIA CARBALLO FBRNANDBZ
lo que se refiere al Mare Nostrum, la importancia estratégica de
España, llave del Estrecho de Gibraltar, y
las de
Grecia, Turquía
y
los puntos de apoyo de las costas de los países árabes, son indudables.
II. ¿ Alianza o dependencia?
Es msensato creer que, a la larga, se
puede luchar sin lanzar la bomba atómica,
o limitándose a emplea.da como amenaza.
(Jaspers)
Lenin había propuesto, como método para derribar el Mundo
Occidental, provocar
la liberación . de las colonias y, como manera
más eficaz de disolver la sociedad burguesa,
la descomposición mo
netaria.
Es· paradójico que las dos recetas parezcan constituir, hoy, unos
medios de acción preferente en la política internacional Norte~
americana.
Es lógico que Europa sienta un natural recelo ante su poderoso
vecino del Este, roya simple presencia implica un riesgo que no
puede ser desconocido.
Ante los peligros que pudieran amenazarla, y dado el ingente
sacrificio que imponen unas fuetzas militares propias, también es
comprensible que Europa se haya decidido por la alternativa de
apoyarse en el «paraguas atómico» CJ.ue le ofrecieron los Estados
Unidos.
Sin embargo, no puede descartarse la posibilidad de que este
paraguas atómico, aun en el caso de que los acontecimientos lo hi
cieran necesario,
no llegue
a abrirse en el momento oporhlno si
Norteamé~ica no
estuviera dispuesta a poner en riesgo su seguridad,
para detener
los avances rusos pór Europa.
El
empleo de las armas atómicas, aun tácticas, ya de por sí com
plejo, podría encontrar en el caso de Europa dificultades especia
les a causa de la
· densidad demográfica, y los efectos sobre las aglo
meraciones propias ( consecuencia de la irradiación, superficial o
726
Fundaci\363n Speiro
MARE EX-NOSTRUM
derivada del fallout, del calor y del «viento explosivo») podrían ser
muy graves. Por otra parte, dada la superioridad de las fuerzas del Pacto de
Varsovia en
fil'lmas convencionales
frente a
la OTAN, el teatro de
operaciones
podría ser
el centro de Europa, a partir del ataque so
viético, cuyo punto de partida sería ya lejano de las zonas geográ
ficas específicamente rusas.
Las ví_ctimas de una acción nuclear serían en gran parte los euro
peos
y acaso se hiciera imprescindible el uso de armas nucleares es
tratégicas, las
cuales por
sí mismas podrían significar
el riesgo de
provocar un final nada deseable.
Para evitar este resultado, la OTAN habría de ejercitar reaccio
nes flexibles y esforzarse en evitar el cataclismo, acciones cuya efi
cacia sería, sin duda, muy limitada.
La OTAN nació en 1949, el mismo año en que Rusia experi
mentó su pririlera bomba nuc;lear, creyéndose posible entonces be
neficiarse
de la superioridad atribuida a Norteamérica en el terreno
de la disuasión, por
suponérsele una
mayor potencia en armas ató
micas.
McNamara alimentó esta ilusión, inclinando al mundo
a 1a creen
cia de que
la potencia termonuclear estadounidense era cuatro o
cinco veces superior a
la soviética, afirmación que acruaJmente no
se
considera ajustada a
la verdad.
Por su
parte, la URSS respondió al <
a11?-ericano con
la promesa de una ·protección análoga a sus países
satélites.
Es cierto que la comparac10n
-de potencias bélicas es siempre
difícil, a causa
dé que los datos jamás son conocidos con certeza y
están sujetos a evoluciones imprevistas e imprevisibles. Mucho más
lo es si no se tiene la precaución de referir los efectivos, en hombres
y armamentos, a
los teatros de operaciones y a las zonas de desplie
gue, de comunicaciones
y de avituallamiento.
Es en este aspecto donde surge una posible ventaja para las fuer
zas del Pacto de Varsovia, que disponen de un espacio que permite
una fácil movilidad, uniformidad
y facilidad de dominio, mientras
la OTAN
ha de contar principalmente con suministros aéreos y ma-
727
Fundaci\363n Speiro
/OSE MARIA CARBALLO FERNANDEZ
rítimos arriesgados, en un caso, y lentos en otro, además de la vul
nerabilidad de los vectores de transporte y de los puertos y aero
dromos.
· Las
fuerzas de la Europa Oriental, según una opinión muy ge
neralizada, disponen, además, de medios y sistemas de movilización
más rápidos que los de la OTAN.
En los planes occidentales, la defensa del Mediterráneo se con
templa como un simple subproducto de la «defensa atlántica», a
pesar de que, desde aquel mar, pueden desencadenarse acciones de
fuego muy peligrosas contra la retaguardia de las tropas que, en su
caso, hayan desplegado en Europa, por batir de flanco y con alcan
ces muy holgados toda su área.
En un artículo publicado en PREUVES, Mohamed Masmoudi
aludió a la conveniencia de neutralización del Mediterráneo, tesis
que, por otra Parte, sostuvo la Unión Soviética en 1969.
No sería fácil a los eur6peos, aun unidos a los restantes pueblos
de sus orillas, lograr un equilibrio de fuerzas en el Mediterráneo.
Y no dejaría de ser conveniente que Europa superase sus pequeñas
diferencias intestinas, para tratar de evitar el riesgo de su debilidad
relativa ante sus posibles enemigos.
En cualquier caso, Europa no debe dejar de tener en cuenta la
necesidad de disponer . de un armamento atómico propio, problema
en cuya urgencia está de acuerdo Inglaterra. La incorporación de la Gran Bretaña al MEC,
y su integración
en Europa, eran sin duda imprescindibles, aun cuando sea lógico
que se originen difirultades,
al tratar de co'nciliar intereses tan di
vergentes como los económicos
y los políticos de nórdicos y medi
terráneos.
¿No
cuentan las fuerzas contrarias a Europa, probableme9te, con
que, a
causa de esta divergencia de intereses, surjan cuestiones insu
perables, capaces de mermar su grado de entendimiento? Entre la politica y la realidad, afirmó Gottman, se abre el abis
mo de la ignorancia
y la lógica de los hombres.
728
Fundaci\363n Speiro
MARE EX-NOSTR.UM
III. De te_ Fabula Narratur.
Rara vez ha sido capaz la diplomacia
de ganar en la mesa de conferencias lo
que no se hubiera podido
ganar o
con
servar en el campo de batalla.
(Bedell Smith)
El Mediterráneo, cuna de la civilización llamada occidental, cons
tituyó, a lo largo del tiempo, una
especie de
ciudadela cuyos lienzos
defensivos fueron sus riberas y cuyas puertas de acceso fueron sus
ciudades-estado, sus puertos, sujetos principales de la historia de
este viejo mundo.
En este mar riñeron sus ansias de dominio, en el turno cam
biante de la historia, los pueblos de sus orillas (únicos contendien
tes), con la pretensión de dominar sus ondas y ~razar en su super
ficie los caminos de espuma de su gloria.
En él aprendió el hombre occidental el difícil arte de navegar,
saltando de una en otra isla del
Egeo, todas
ellas míticas
y cargadas
de · poesía, instihlyendo una Talasocracia inevitable.
Fenicia, inventora de
la escritura alfabética, y, más tarde, Car
tago, compartieron el dominio mediterráneo con _los griegos primero
y con Roma después, en un esquema de división de zonas de in
fluencia constituido por la presencia exclusiva de pueblos ribereños.
Grecia dominó la parte oriental, mientras Cartago se enseñoreaba
de la occidental, hasta que Roma hubo de superar su esencial natu
raleza terrestre e . improvisa,rse potencia marítima, gracias a un cin
querreme naufragado en sus
costas.
Desde
el momento en que Roma fue suficientemente poderosa
para enfrentarse con la fuerza naval de Cartago, la derrota de ésta
fue segura, terminando con su destrucción en el siglo segundo a. d.
Cristo.
Y fue por haberse convertido en potencia marítima por lo que
Roma pudo hacerse dueña del mundo antiguo
y lograr que sus le
giones se extendieran,
desde las
orillas al interior de tres continen-
,729
Fundaci\363n Speiro
/OSE MARIA CARJJALLO FERNANDEZ
tes, sin ser detenidas por otros obstáculos que por los bosques ger
mánicos y los desiertos.
En el Mare Nostrum surgió el arte de la estrategia (Epaminon
das, Milciades, Temístocles, Alejandro, Aníbal, Cesar, ... )
y merced
a las victorias de Grecia (Maraton, Salamina, Platea ... ), en las que
el elemento naval jugó un papel preponderante, pudo Europa de
tener a Persia, salvarse. del desbordamiento totalitario de Jerjes y
conservar el democrático ( en su acepción aristotélica) sentido de
la vida greco-romana.
Las tierras de · Europa, Asia y Africa constituyeron el lugar del
Ban (el Banlieu) de la ciudadela mediterránea, cuya última empa
lizada llegaba, en el norte, en la época del Imperio Romano, hasta
el Rin
y el Danubio, fisonomía que subsistió desde la época de
Augusto hasta la de Diocleciano.
En el siglo cuarto d. d. C., la fundación de Constantinopla
y
la partición del Imperio dividieron el Mundo romano con una
línea fronteriza ideal, que
podía identificarse
por un meridiano que
rozaba la punta del tacón de la «bota»
. italiana.
La
invasión de los bárbaros, en el siglo v d. d.
C., algunos pro
cedentes de las profundidades asiáticas, no sólo significó la ocupa
ción por extraños de zonas
dr; la periferia, sino la irrupción de las
hordas en
el propio recinto de la Roma augusta y veneranda, incluso
su saqueo. Fue
la primera expugnación del recinto mediterráneo por
pueblos étnica
y geográficamente extraños a él, favorecida en cierta
medida por el propio imperio romano oriental.
A salvo la circunstancial recuperación de la época de Justiniano,
el Imperio Romano se desmembró
y Bizancio inició su declinar.
En el momento de su elan expansivo, en los siglos
VII y VIII, el
Islam no encontró enemigo y saltó al continente, tras haberse hecho
dueño del Mcxf.iterráneo,. donde sólo las naves bizantinas !ograron
alejarlo del Egeo.
Occidente pereció, en los primeros momentos, impotente ante
el empuje islámico, que se apoderó de las orillas africana
y europea
del Estrecho y cerró, con una fuerte tenaza, el Mare Nostrum, al
dominar las dos penínsulas de las columnas de Hércules. ·
La victoria de Carlos Marte! logró impedir el da;bordamiento de
730
Fundaci\363n Speiro
MARE EX-NOSTRUM
los árabes por el campo central de Europa. Sin embargo, cuaodo se
iniciaron
las cruzadas, .las fuerzas cristianas, sin el dominio del mar,
hubieron de caminar a pie a través de Europa para llegar hasta Ios
Santos Lugares. S6lo en la tercera cruzada pudo de nuevo empezar a
usarse
la vía marítima. ·
La
seguoda invasi6n de pueblos ajenos al área mediterránea se
produjo con la llegada de los nonnaodos, pueblo marinero por ex
celencia, que no sólo sometió a su dominio Sidlia
y el Sur de Italia,
sino que llegó en sus incursiones hasta las costas orientales, siendo
derrotados en el momento en que las fuerzas de Aragón iniciaron
su expansión marinera.
Europa asisti6 al drama mediterráneo, incapaz de evitar
el pre
dominio islámico ni
las luchas navales entre ciudades · cristianas
(Venecia, Génova, ... ) .
Salvada
«in extremis» de las amenazas de las hordas asiáticas y
de las presiones otomanas, Europa no pudo, sin embargo, evitar la
caida final de Bizancio, tomada por las huestes de Mohamed en
1453. Asia había puesto su pie en Europa, pero se trataba de un
pueblo
que, si
bien era extraño a
la cultura .greco-romana, no era
ajeno al Mediterráneo.
Hasta
la batalla naval de Lepanto, en la cµal la católica Francia
apareció aliada de las fuerzas enemigas,
y _gracias a la victoria de la
flota hispano-veneciana-papal, el mundo cristiano
vOlvió a
enseño
rearse del Mediterráneo
y a conquistar su libertad, una vez más, en
el mar.
La tercera penetración de fuerzas
naVales extramediterráneas
fue
una consecuencia de
la dote aportada por una princesa de Bragaoza
a
su boda
con Carlos
II de Inglaterra, entrando entonces los barcos,
británicos, para asentarse
en bases y puertos del mar interno. Más
tarde, los ingleses habian de conducir, en el· siglo xvm, la flota- de
Catalina. de Rusia hasta los Dardanelos, reforzando su posición
má~
, rítima.
Con la
entrada de
estas
últimas fuerzas
navales, se inició en el
Mar Mediterráneo una pugna de carácter puramente material
y
económico. Solo circunstanci_almente, con la expansión napoleónica
en Italia, se alejaron de este mar
las naves
inglesas, para retornar,
731
Fundaci\363n Speiro
]OSE MARIA CAR,BAUO FBRNANDBZ
acto seguido de la derrota naval francesa de Abukir, en la que Na
poleón hubo de renunciar a sus sueños de expansión por Oriente.
El Mediterráneo, aun cuando estuvieran en él presentes las flotas
de los países ribereños, entre ellas la francesa, se vio sometido a la
presión anglosajona, que desplegó toda su astucia polltica para el
logro de sus ambiciones imperiales. Francia, mediterránea, e Ingla
terra, casi europea, aunque extra.mediterránea, no orultaron su vincu
lación a los países árabes, que caracterizó su política hasta fecha muy
reciente.
En las dos Guerras mundiales, el Mediterráneo desempeñó un
papel importante, a pesar de ser escenario de acciones secundarias,
en el orden de las batallas navales, superado en este aspecto por el
Atlántico.
Los aliados no lograron, no obstante su dominio en el mar
Mediterráneo, desembarcar en los Dardanelos en la primera de
estas contiendas, aun cuando hayan podido hacerlo en Gtecia, y co
hibir las llneas de operaciones del Eje ítalo-germano, en la segunda,
tras haber sido batida fa flota italiana en diversos encuentros, y
desaparecida la potencia naval francesa.
En 1945, el Mediterráneo parecía convertido en una especie de
lago para uso privado de los Estados Unidos de América,
y sólo
parcialmente utilizable por la flota inglesa.
Pero desde el momento en que fue cercenada de raiz la acción
contra Suez, en
1956, la flota rusa, a un ritmo acelerado desde 1962,
hizo acto de presencia, navegando a lo largo de las costas medite
rráneas.
Una vez más, el Mediterráneo es teatro del enfrentamiento de
dos potencias, una predominantemente naval
y otra, como en el caso
de Roma, convertida, aun siendo
de tradición terrestre, en marítima.
Esta vez, no obstante, ninguna de las dos potencias
tienen raíces
en
el mundo rriediterráneo, ni s.e . encuentra ligada a su histórica for
ma
-de concebir ·la vida. Además, en muchos aspectos, sus intereses
podrían resultar beneficiados por la debilitación de Europa.
732
Fundaci\363n Speiro
MARE EX-NOSTRUM
IV. Desde el fondo de las estepas.
Las fuer:zas de empuje se ejercen siem
pre en el mismo sentido.
(Mackinder)
Desde hace algún tiempo, un nuevo país se interesa por el viejo
recinto mediterráneo, un país extraeuropeo que comparte con Rusia
la ocupación de la «Isla del Mnndo», la Heartland, hoy totalmente
colocada
bajo
la férula de pueblos esendalmente comunistas, desde la
frontera con Europa hasta las orillas del Pacífico.
En la periferia de esta área comunista figuran, a salvo las costas
del Artico, una serie de países que teóricamente pertenecen al
bloque occidental, bloque cuyo disperso despliegue exige unas lí
neas de comunicaciones, de operaciones y de acción táctica esencial
mente marítimas.
La presencia en Eurasia de China y de Rusia podría abrir las
perspectivas de una posible amenaza desde el
mrazón de
las este
pas, en un
desbordamiento de
Asia sobre Europa, análogo al que
en otros tiempos produjo 1a agresión a nuestro viejo mundo de
las hordas bárbaras.
Es fácil de advertir el creciente interés de la China comunista
por
la región mediterránea, cuyos países, por otra parte, parecen
interesados en reconocer
el régimen de Mao-Tse-Tung.
La presencia de China en Albania, y la inclinación evidente que
este país demuestra por la China continental, hizo
declin.ar los
pri
vilegios de que desde el final de
la segunda guerra mundial goza
ban los submarinos soviéticos.
La prensa china, acusando
acaso un movimiento envolvente y
de rodeo de la URSS, del más puro estilo de la estrategia del juego
de
Go, estimula y alienta todos los pasos que Europa va dando por
el camino de su integración y su constitución como un bloque eco·
nómico~político.
Por
el ,. contrario, tanto
la diplomacia norteamericana como la
733
Fundaci\363n Speiro
/OSE MARJA CARBAUO FERNANDEZ
rusa desarrollan una política que pudiera suponerse orientada al fin
específico de impedir que Europa se una.
Pravda, en uno de sus editoriales, afirmaba:
«La idea
de una
tercera fuerza europea, dirigida. contra los dos supergrandes, está sos
tenida por los revanchistas, e inspirada en la Europa germánica de
Hitler». Por su parte, Lewis, editorialista del New York Times,
aludiendo a la integración europea, recogía esta queja de los ame
ricanos : «Los europeos no pueden
hacern?s eso».
Una
Europa integrada
y unida puede significar, sin embargo,
para China, un aliado potencial muy eficaz, útil para superar las
presiones que sobre ella intenten ejercer las dos potencias más destacadas del mundo en nuestros días. Se afirma por muchos sinólogos que el ejército chino sólo tiene,
a pesar de sus 3.000.000 de hombres y más de 4.000 aparatos de
aviación, una finalidad exclusivamente defensiva, dad3. la necesidad
de atender a la
seguridad en
sus larguísimas fronteras. Pero esta
seguridad exige, en un· país que diopone de una importante longi
tud costera, la creación de una escuadra adecuada. Y esta realidad
explica tos ·esfuerzos realizados por China para convertirse en una
indiscutible potencia marítima (hoy la tercera, según algunos ex
pertos), cuya dotación en submarinos, arma a la que otorga singular
atención, le ·permitirá superar ·en breve el número de los que la
flota yanqui
mantiene en navegación en el Pacífico.
En su cónjunto, los dispositivos de despliegue de las fuerzas
chinas, por lo que se sabe, parecen atender -a las regiones estratégica
mente privilegiadas: la frontera con la URSS; las costas frente a
Formosa; la línea divisoria con
India ...
No obstante, son muchos los síntomas y las razones que auto
rizan a sostener, como hace Toynbee,
la tesis de una futura y posible
actitud ofensiva por parte de China, si se hace un análisis objetivo
de su despliegue geopolítico, a escala mundial.
China, por añadidura, es una potencia nuclear que recorrió, en
un tiempo record, desde su primera bomba A, de 1964, hasta su
bomba H, de 1970, el camino que lleva de la fisión a la fusión nuclea
res,
poniendo a disposición de su ejército los megatones de potencia
que
colocan
a un
.país al nivel de los «grandes». Según noticias recientes,
'
734
Fundaci\363n Speiro
MARE EX-NOSTRUM
para este año (1973) se pondrán a punto missiles termonucleares de 3.000 kilómetros de alcance, e intercontinentales, para 1975.
Pero, al avizqrar los posibles futuros de China, conviene tener
presente que el Maoísmo reposa sobre el partido y el ejército, con
un claro predominio del primero,
al que, en el Quotidiano del Pue
blo, en agosto de 1972, con ocasión del 45 aniversario de la fuoda
ción del ejército de liberación, se atribuía la dirección absoluta de
las fuerzas armadas, que debían apretar sus filas en tomo al P. C.
China se convirtió en una innegable realidad político-militar, que
dista mucho de ser un mito
y en la que la sombra de Mao flota
solamente como un símbolo.
Cierto es que el porvenir está, para este país, erizado de dificul
tades, ya que su. ídolo, su símbolo~ más que octogenario, deberá ser
sustituido, por la inevitable decadencia senescente, dejando su puesto,
si se cumplieran los pronósticos más generalizados, a Chu-En-Lai, más
que septuagenario y rodeado de un peligroso conjunto de ambicio
sos del poder, entre los cuales figuran Chiang-Ching
y la propia
mujer de Mao. Es posible que Chiang-Ching, mucho más joven que
Chu-En-La.i, está destinado a desempeñar un papel importante en
el futuro de China.
Un hecho, cuya importancia y trascendencia no puede negarse~
que
destacó en la política internacional en los últimos tiempos, es
el de ia visita realizada por Nixon a China y el acercamiento chino
americano, juzgado por muchos sinólogos como un artificio encami
nado a debilitar la protección norteamericana a Japón, enemigo se-.
rular de China. Este hecho podría provocar, a juicio de
aJgunos
expertos,
como contramaniobra, un indeseado eje Tokyo-Moscú, cosa
q.ue Peking trata de impedir a toda costa, o conducir a la alternativa
del aislamiento japonés, el cual, de produárse, constituiría con toda
probabilidad un evidente riesgo para el mundo. 1
Andrei Amalrik suponía que, en caso d.e un conflicto ruso-chino,
la
victoria sería de
la China continental. Pero recientemente, en una
reunión de
la Academia de Ciencias Soviétic~, a principios de este
mismo año (1973), un especialista en política exterior norteamericana
afirmó que la URSS, aun cuand.o desconfíe de las relaciones chino
americanas y se mantenga alerta ante la posibilidad de que degene-
73'
Fundaci\363n Speiro
/OSE MARIA CARBALW FERNANDEZ
ren en wu alianza antisoviética., está convencida, en el fondo, de
que, en caso de producirse esta última eventualidad, Rusia destruiría
cualquier alianza hostil, como hizo con todas las que, a lo largo de
la
historia, se organizaron para atacarla.
Según parece, Japón acaso pretenda un nuevo acercamiento a los
Estados Unidos, cuyo «paraguas atómico» necesita más bien en con tra de la URSS que contra China. Pero si se produjera la alianza
Peking-Tokyo, que
, en
general se considera muy improbable, ¿cuál
serla la actitud de Rusia? La presencia de China en el Mediterráneo (y en Africa) es,
sin duda, digna de preocupación. Napoleón afirmó un día que el
despertar de China podría
hacer temblar
al mundo. Es de esperar
que Europa sepa evitar los riesgos de una eventual ruptura del dique
comunista y de un desbordamiento asiático, . que constituiría con
toda evidencia una conmoción apocalíptica.
Jamás hubo buena guerra, afirmó Franklin, ni mala paz.
V. Acheronta movebo ...
Sólo hay dos clases de guerras en la
historia: las revolucionarias y las contra
.revolucionarias.
(Mao-Tse-Tung)
En un estudio crítico reciente sobre Norteamérica, Galbraith ca
lificó su forma de actuación de «estilo imperial de segunda clase»,
dirigido según él por burócratas mediocres, incapaces de usar ade
cuadamente una capacidad de poder tan grande, desde unos puntos
de vista tan limitados como los del establishment. Herman
Kahn atribuyó a Europa, en el mondo actual, una mi
sión análoga a la de la Grecia del mundo antiguo, mientras Rusia
orupa, a .su juiciQ, una posición similar a la de la Persia de Ciro,
Darío y Jerjes. A Norteamérica le asignó un papel equivalente al
del Imperio de Augusto.
Pero América se ve hoy obligada a batirse en retirada política
736
Fundaci\363n Speiro
MARE EX-NOSTRUM
en todos los teatros de acción en los que se decidió a jugar el papel
de director del mundo, papel que exige una rara grandeza y siem
pre es incierto y peligroso. Pese a todas las promesas de paraguas defensivos, el mundo va
adquiriendo conciencia de que, en sus propias áreas de dominio, los
diversos países van viendo cómo proliferan los centros activistas de
asedio y acción subversivas que, en su manera de ·actuar, tienen raras
semejanzas con el estilo típico de las jugadas del Wei-Chi. El mundo entero pasa por la espectacular eclosión
de una
oleada
terrorista, especie de guerra discontinua en el tiempo y el espacio,
de carácter muy diferente del tipo de la guerra clásica, a la que
están habituados los profesionales
occidentales de
las armas.
En las conversaciones internacionales sobre reducción de arma
mentos, desciende una cortina, cada
vez más
espesa, que enmascara
y oculta las verdaderas intenciones y motivaciones. Cada vez es ma
yor el silencio,
y la opinión pública ignora ruanto debería interesarle.
Sin embargo, hay ocasiones en que la cortina se rasga y la indis
creción permite que se filtren alarmantes afirmaciones, a pesar de
la tácita conjura de secreto.
Por ejemplo, se sabe que, en una reunión de· la ONU, Dimitri
Kolensky afirmó, hace poco : «Robin de los bosques estaba armado
de arco y
de flechas. El terrorismo moderno prefiere las . bombas.
Mañana podríamos asistir al uso de bombas atómicas para influir en
un gobierno.» En un estudio realizado, a demanda de
la Comisión, por el
INSTITUTE OF NUCLEAR MANAGEMENT, se describe lo que,
con cierta dosis de teatralismo, se calificó de CONSPIRACION DE
UN GRUPO X, grupo que podría estar constituido por: dementes
o nihilistas puros ; criminales o secuestradores a la busca de bene
ficios de rescate; terroristas políticos ; ...
Ni
la fisión ni la fusión nucleares ofrecen ya secretos. Cualquier
organización que disponga de especialist~ calificados podría gene
rar artefactos nucleares tácticos, máxime hoy, en que puede fácil
mente sustituirse la difícil tecnología del Uranio 235 por el uso,
más fácil, del plutonio.
La tarea de demostrar que el terrorismo internacional está orgá-
"
737
Fundaci\363n Speiro
]OSE MARIA CAREAUO FERNANDEZ
nicamente institucionalizado a escala planetaria, no .es fácil. Pero
el sincronismo de las acciones terroristas, · en los diferentes países,
y el aspecto similar y espectarular de su forma de acción, no permi
ten abrigar muchas dudas a este respecto. En
la revista Newsweek,
en septiembre de 1972, se afirmaba que es extraordinariamente pro
bable la existencia de una con jura única, que toma como teatro de
operaciones la extensión total del planeta. ,
Los acontecimientos parecen corroborar esta sospecha y demues
tran la solidaridad que enlaza a los diversos grupos revolucionarios,
en todos los continentes. Cualquier activista parece conocer perfecta
mente, sin dudas de ningón género, a quién
y· adónde dirigirse, para
encontrar ayuda, armamento, apoyo y asilo.
Este tipo de acción corresponde perfectamente a uno de los
tres aspectos posibles de
la acción militar, que la doctrina contempló
después de la segunda guerra mundial (guerra convencional; pushbut
ton wa.Efare; guerra de retaguardias, constituida por sabotajes enea
.minados
a la asfixia económica o a la destrucción de todos los ce;n
tros vitales). A· la guerra psicológica, vieja como el mundo, pero
hoy sutilmente refinada, orientada a demoler
la moral del enemigo,
se adapta, en forma perfecta', este tipo de acciones que se apoyan
en la brutalidad de la sorpresa y , en la crueldad sin misericordia.
En una reunión de la Cuarta Internacional Trostkista, uno de sus
miembros
más destacados, Emest Mendel, se manifestó en favor de
nes armadas, concebidas para la destrucción del orden establecido, ya
actúen en Irlanda o en Améríca.
Preocupada por las presiones del coloso oriental, ciega a los jue
gos posibles de debilitamiento político
y económico de que puede
ser víctima, Europa demanda una defensa· que debiera decidirse a
crear
por
si misma. '
Y no-estada de más que recordara la advertencia del · general
Fuller, que afirmaba que la superioridad del espíritu defensivo sobre
el ofensivo conduce a la desmembración política.
Aquel que no reflexiona
sobre el
porvenir, afirmó Galsworthy,
jamás tendrá porvenir.
738
Fundaci\363n Speiro
MARE EX-NOSTRUM
BIBLIOGRAFIA
$TANISLAS ANDREWSKY: Evolution and War-Scient. Jow-n. 1971.
T. ·-"ADEOYE ~AMBO: ·Ame Africaine et Conflict Contemporaine, J. de Ge
neve, julio 1972.
RAYMOND ARON: Rep,ublique Imperial. Les Etats Un-is dOln.S le Monde,
1945-1972, Calma Levy, 1973.
BouTHOUI,: Les G-uerres, Payot 1956.
-: Te"orisme ... T.errorisme, J. de Gelleve, abril 1973.
H. BELLOC: Las Cru;radas. Madrid, 1943. .
H. E. BARNES: Historia de l/.lJ.Econ.om/,;¡, del Mundo Occidental, UTEHA,
1955.
GENERAi. BEAUFRE: Eu:rop·e, le revffi du Gean,t, R,ealités. mayo 1971.
P. CEI.ERIER: Geo,p,olitique et Geostrategie, P. U. F .. 1955.
R CEBE: Lo seconde gu,rre mondiale, P. U. F., 1961.
P
AUL CouLBOIS : L' Europe desunie est prise au pie ge americain, Le Monde
Diplomatique,
abril 1973-.
PH. CONTAMINE: Gwerre, Etat et Sacie.té a la fin du MoyetV, Age-Coll
Civ. et Soc. 1972.
R. DABERNA't: La dejense européenn-e au.x Ewropéens, J. de Ge.neve,
abril 1973.
MAURICE DUVERGER: Janus, les deux faces de l'Occident, Fayard, 1972.
CH. H. DAWSON: The MakiMg of Europe, N. Y., 1'939.
MIHAIL FERSEN: El fracaso de Occidente. Ed. JUS, México. 1968.
G. FouQUET: Eudes Po.
nologiq_ues 5, 1972.
Fus'I'EL DE CouLANGE: La Cite Antiquie, Hachette, 1960.
F.
FErro: La Chme-S'aJ>l»'éte-t--elle a do,,,;,,e,-le Momkf. Historama, 19'11.
G. M. & J. S.: De quelqwes situations malsain¡es en Mediterranée, Pers-
pectives. 1973. ·
G. VON GAUPP-BERGIIAUSEN: Situación poUticO-estf1atégica ,en Europa cen-
tral, YA, abril 1973.
GALBRAITH: D Amn-ique prise au piege, Realites, 1971.
--: L'Ameriqr,,, s'eveille dfwn reve imperwl, PREUVES, 1972.
P. M. GALLOIS-: L:Euro-pe changte de mmwe. VHerne, 1972.
--: URSS, Le poids de remp,ire, PREUVES, 1972.
F. Guz.or-: Historia de la Civilización en, Europa, Alianza Edi
M. GoRDEY: Japón: ÁfW partes du Kremlim, L'Express. abril 1973.
P. GENIEWSKY: Nouvelles armes isreeli.en;n.es, Le Journat de Geneve,
•bril 1973.
P. E'r R. GoSSET: Vers un Terrorisme abomiquef, J. de Geneve, ~zo, 1973.
R. GmLLAIN: Pe,ki.n -z.ieut empecher le iess,en-ement des relations fffllre
To,kyo
et
M oscou, Le
Monde, abril
1973.
739
Fundaci\363n Speiro
]OSE MARIA CARBALLO PBRNANDBZ
K. HAUSHOFER; Weltpalitik van H eute, Berlín, 1934.
LIDDEl.,L FlART: La eswat.egia de la aproximación indirecta, lberdia,
Ed. 194ó.
H. liARTIG: Re&wction de tro,,pes: on repan de Zero, J. de Geneve, 11/73.
INTERN~'l'IONAI, INS'l'ITU'tE POR STRATEGIC SnmIES: 1'he MiUta,ry Bci-
1-e, 1972-;73.
N. ]ECQUIER: La tkfi in&ustriel Ja¡,onais, Lausanne, 1971.
W. W. ]AEGER: Poükia: Los ideales de la Cultura Griega, F. C. E.,
-México, 194<1.
G. JoUVE: Petrole. Le debut
HERMAN KAHN: Eturk du Hudson lnstitute, 1973.
ER.IcH KAHLER: Historia Uwiversa/ del HG1nbre, F. C. E .. 1'943.
HENRY KrssINGER.: Ewrope: Cie que l'Amerique propos,e, Journal de Ge-
neve, .abril-mayo 1973.
R. S. LóPEZ: Nais-ce de l'E,.,.ope, París, 1962.
J. LEVESQUE: Le confUt sino-sovielique, P. U. F., 1973.
H. W. VAN LooN: La conquista de fos mares, Ed. Luis Miracle, 1946;
LóPEZ MUÑlZ: Diccianorio de la Guerra.
F. Lor: The End of 111,, Anoeient w~r/d-Knopf, 1931.
V. LwRENS: La discontiwuidad española. La invasión árabe y !egado de
la antigüedad, Rev. de Occidente, abril 1973.
Lou1s LEPR.INCE-R.rNGUET: ¡Adónde nos condua la civilización?, ABC,
abril 1973.
T.
M.
MASCHINO & F. M. R.: L' Algerie des üusions, R. Laffont, 1972.
EoouARD MEYÉR: G,eschichte des Altertums, Stuttgart, 1933.
T. MoID!SEN: El Mundo de las Césa,res, F. C. E., !94ó.
MOHAMED MASMOUDI: Mediterranée. Presence Sovietique et myopie euro-
p.eewne, Preuves, 1970.
CowNEL MAINGUY: Artículo en Fo,rces armées frOJn{aises, abril 1973·.
·M1.S'rERWAY: Qn,e World or n,one, McGrall!W Hiill, 1946.
0.AUDR MOSSE: Histoi-re
E. MoRIN: De la antigua a la nitleva Ba.biilonia, Rev. de Occidente, 1972.
}ACQUES MASSU: Le Tarren-t et la Digue, Librairie PLON, 1972.
RoBERT Moss : La guf!f'rilla urbana, Editora Nacional, 1973.
A. CH. MÁRQUEZ: La guerrilla urbana, un intento de revalwción, a través
del terrorism:o organizado, Nuestro Tiempo, abril, 1973.
M.
A.
MACCiocHI: De la Chine, SEUIL, 1972.
M. l. NEWBIGIN: M editerranean L<»,,k, Knopf, 1924.
P. NoRD & J. BERGER: La actual guerra secreta, Plaza & Janés, 1968.
AMIR.Al,
ÜRTOLI: Pearl-Harrboui-Presage powr demlUwf, Pers,pectives, 1972.
W. F. ÜT'tO: La lección de la derrota, ABC, enero 1971.
PrRENNE: Historia Universal, Barcelona, 1959.
740
Fundaci\363n Speiro
MARE EX-NOSTRUM
--: Economic ami Social History of Medieval Europe, Urwin Brothers Lim.,
1972.
J. P. PIGASSE: La Ci,i,n,, di Chu-En-Lai, Mercurio, 1973.
P. J. B.: Au grande large de L'Ewrope-L'Ocean bidien et les Terres Aus-trales, Perspectives, 1971.
CARr.os PRIETO: El Océano Pacifico, Ed. Rev. de Occid., 1972. DENIS DE RouGEMONT: Lef:tre ouverte aux Eur,opeen.s, París, 1'970. --: Europa es, oote todo, una cultura, Rev. de Occid. marzo, 1973.
N. V. RIASANOWSKY: History of Russia, O.x:ford, 1969.
M. I. RoSTOV'r2EF: Social and Ecvnomic History of the Roman Empire,
Oxford, U. P., 1926.
R
SuZANNET: Japón entre marteau et endume, J. de Geneve, abril 1973.
SPEC't'A'J."OR: Derriere la rencontre MAO-NIXON: Lo, peu,,: du Jap,011, Realites, sept. 1971.
S1PRI:
Y ear-book (1970-1971), World Arrnaments and Disarmament. F. ScHNEIDER: Histoire des Doctrines Müit
--: La Postguerra, Ed. AHR, 1956.
--: El Mwndo y Occidewte, Aguilar, 1953.
--: Ewrope: La Suisse du MOM
VrcroR WERNER: De la co¡e,ristence pacifique o la cooperntion humoni-
tarire, Rev. de l'In&titut de Sociologie. Precension en Mercurio, 1973.
--: Russia drives East of Suez, Neiwsweek, 1971. --: L' Eve"N1ment, Le Mon
--: L'Essor &e la Jlotte sovietique, Bulletin de París, 1972.
--: Sci.en,ce and Civilization in China, Cambridge, U. P., 1'971.
Etat de forces en p,resence en Europe, Perspectives, febrero 1973.
--: PerNt,e la inesta&ilidavi en el },f editerráneo, YA, abril 19'73. --: Spain: An American spri,n,g board into the E. E. C., Business
week,
ami! 1973.
--: Un partnrnine envahissant, Agefi, marzo 1973 .
• 741
Fundaci\363n Speiro
POR
JosÉ MARÍA CARBALLO FERNÁNDEZ.
Doctor en Economía por la Universidad de Roma.
SUMARIO: I. Navegando por todos -Jos rumbos. II. ¿Alianza o dependen
cia? UI. De te Fabula Narratur. IV Desde el fondo de las estepas, V.
Acheronte movebo,
La salvación de la raza blanca és el
imperio de los mares.
(Maham)
l. Navegando a todos los rumbos.
El porvenir será siempre de las nacio
nes marineras. Aunque se cruce la Tierra
de ferrocarriles, de vapor -o eléctricos,
el
dominio siempre corr~ponderá al mar.
(Ernesto Nathan)
Tanto la prensa especializada como la diaria, más objetiva la
primera y más sensacionalista la segunda,
acostumbran desde
hace
tieffipo a
incluir entre sus noticias y comentarios
· el
hecho de la
presencia de
la marina soviética en el mar mediterráneo, hasta fechas
recierites de la historia feudo
y dominio exclusivo de los pueblos ri
bereños (que sólo Inglaterra compartía), ayer lago privado de la
VI flota americana y hoy punto de encuentro de
las fuerzas
riavales
de las
doo superpotencias
extfaeuropeas.
Según datos
aparecidos en
un estudio
reciente del
INTERNA
TIONAL
INSTilUTE FOR STRATEGfC STUDIES,
los efectivos
•• 721
Fundaci\363n Speiro
/OSE MARIA CARJlAILO FERNANDEZ
relativos al Pacto de Varsovia y a la OTAN, en el Sur de Europa,
donde se incluyen Bulgaria, Hungría
y Rumanía, por parte comu
nista, y Grecia, Italia y Turquía, por la del Mundo Occidental, pue
den estimarse como sigue :
Efectivos humanos (hombres)
Carros de combate Pacto de Varsovia
385.000 5.700 OTAN
525.000 2.250
Pero ha de tenerse en cuenta que en la región Norte
-y Central
el Pacto de
Varsovia cuenta
con 960.000 hombres y 16.000 carros,
mientras
la OTAN sólo dispone de 580.000 hombres y 5.500 carros.
En cuanto a los efectivos de aviación y marina desplegados por
los países del Pacto de Varsovia
y por la OTAN, son como sigue:
Pacto de Varsovia OTAN
Aviones de bombardeo ligeros 310 150
Cazas 1.550 1.600
Interceptores 3.000 575
Aviones de "reconOCimiento 500 525
Portaaviones de ataque o 10
. Portaaviones
de otros tipos 2
4
Cruceros 15 6
Buques de escolta 150 276
-Submarinos nucleares 20
33
Submarinos convencionales 182 120.
.Según otras fuentes, en el flanco sur· de Europa, a través del
mar Mediterráneo, navegan 585 navíos de guerra
·de la OTAN y
5 30 del Pacto de Varsovia.
Pero el hecho que se va hacieodo pateote es·
el acelerado cre
cimiento del número de
barcos de la
lJRSS · que navegan constaote-
meiite
a Jolargo de las aguas egipcias y sirias, mieottas fortalece sus
722
Fundaci\363n Speiro
MARE EX-NOSTRUM
pos1aones con construcciones en Marsa-Matruh y se despliega, tam
bién, en eL golfo Pérsico y en el Oceano Indico.
La
hasta. hace poco dueña y señora única del Mare Nostrum, la
VI Flota norteamericana, asiste hoy
.a la
penetración
de. los
barcos
'!'viéticos en el. Mediterráneo,
hinterland
m;u:ítimo de
Europa
y base
excelente para cualquier tipo de ataque de flanco al centro
conti·
nental, con missiles de alcance medio.
A esta presencia de Rusia en el Mediterráneo, y al hecho de su
alianza con el sector árabe, en
el conflicto
con Israel, ha de añadirse
que su ayuda militar se encauza a los países árabes del Oriente Me
dio, en el 62 por 100, países en los que ;e acus~ un r~pido incre-·
ínento en los intercambios comerciales cgn la URSS, de los cuales
el 46 por 100 se refieren a proyectos industriales y mineros y más
del 18 por 100 a proyectos energéticos, todos ellos de indudable
valor estratégico.
El rápido incrementó de intercambios· cori:ierciales se atribU.ye,
en general, a las facilidades crediticias que la URSS concede a estos
países.
Hay ciertas circunstancias que contribuyen a agudizar la pres en:
cia rusa en el Mediterráneo, entre las cuales destaca el hecho de que
el grado· de aritigüedad de los bateos soviéticos no excede· de ocho
años· de servicios,
én promedio, mientras el de los -nortéan:ieric~os
supera los dieciocho. Por otra parte, .la URSS tiene; en la actualidad,
en construcción, dos porta-aviones
de 35.000 y 45.000 toneladas
en los astilleros del
Mar Negro; según datos· suministrados por los
«satélites espías».
Todo da a entender que es posible que los proyectos rusos re
basen· el sostenimiento y conservación de los dominios· geogrµ-icos
conquistados en la segunda guerra mundial.
The Military
Balance 1972/73,
al analizar
las consecuencias de
la incidencia de costes· militares en
los Estados
Unidos
y en la URSS,
pone de. relieve ·, que esta última, .. po,r senti~se menos preocupada por
el sacrificio que supone el
mantenitnien.to de Íos _ efectivos
armados,
tiene una ventaja de más de] 40. por 100 en relación con N-0rte
américa.
Los expertos militares estadounidenses explican el acelerado «des-
723
Fundaci\363n Speiro
JOSE MARJA CARBALLO PERNANDEZ
pegue naval de Rusia» como una consecuencia del choque entre
Khruschef y Kennedy, a causa del descubrimiento de rampas sovié
ticas de lanzamiento de missiles en la Isla de Cuba (año 1962), en
el que se vio obligada al desmantelamiento
y a ordenar el viraje en
redondo de su escuadra, con el natural shock para su prestigio
mili
-tar. A este incidente suele atribuirse la decisión soviética de conver·
tirse
en
wia gran
potencia marítima.
Sin en¡bargo, parece que ya desde el año 1956, a.ño. en el que
las flotas inglesa
y francesa hubieron de abandonar la ocupación de
la Zona -del Canal de Suez, nacionalizado como represalia a la de
cisión occidental de negar a Egipto el concurso financiero para
-la
construcción de la presa de Assuan, la flota rusa se hizo presente
en el Mediterráneo, donde fue adquiriendo más fuerza
y dispone
de cada vez mayores facilidades portuarias. Cierto es que los Esta
dos Unidos, ligados por sus compromisos con la OTAN a Nápoles,
también tlisponen .de puntos de apoyo cercanos a las salidas natu
rales de la URSS y, en fecha reciente (año 1972), concertaron una
base en el
Pireo.
Lá. potencia rusa, que en diez años se colocó en un puesto de
primer rango, tropieza, sin duda, con las mismas dos limitaciones
que padeció a lo
largo de
su historia: carencia de bases exteriores·
y
corifinamiento de sus buques ·en zonas marítimas estrechas, flan
qüeadas por países en general hostiles.
Superar estas limitaciones puede, acaso, constituir uno de los
inmediatos objetivos de
la URSS, que parece intentar superarlos me
diante una acusada presencia en mares extra.mediterráneos, incluso
el O~éano -Atlántico, en Contra de su carácter de país eminentemente
terrestre, que solía apoyar su defensa
·én un «glacis» de países
sometidos.
En el aspecto naval, RÚsia goza de ventajas portuarias, para su
flota mercante y pesquera, en las Islas· Canarias, y obtuvo facilidades
en la_ Isla de Cuba, así como concesiones estratégicas en Egipto, el
Sudán, ·e1 Mar Rojo, Pakistán, Indonesia, Ceylán, Kuwait Tanza
nia ... Sus _técnic;:os están presentes en _ diversos lugares: En Socotora,
a lo largo de la costa de Somalía ... La marina soviética llega, in-
724
Fundaci\363n Speiro
MARE EX0NOSTRUM
cluso, a montar su guardia en el Caribe y a navegar en el Atlántico
Norte.
Tanto los noruegos como los suecos se sienten rodeados y mo
lestos por la presencia de la marina rusa.
Gracias a una Autovía a través del Afganistán, Rusia espera
mejorar sus comunicaciones con el ·Océano Indico, desde donde cree
posible interceptar las vías de comunicación de Occidente, en una
zona que
se considera imprescindible para él, en el futuro, por re
cibir a través de ella más de 500.000 toneladas diarias de petróleo,
que han de
cruzar el
canal de Mozambique, pasando entre un Ma
dagascar y una Tanzania en las que se advierten, cada vez más, las
influencias de la China continental.
En· una reciente intervención, en una reunión de la Sociedad In
ternacional de Amigos de Wilton Park, el Teniente General Díez
Alegría afirmó: «Pero esto no elimina los enfrentamientos y tensio
nes derivados de
la penetración soviética en el espacio mediterráneo,
que, en estos momentos, acusa una actividad, hacia el centro y e]
oeste de este mar, que puede alcanzar una profundidad alarmante,
de confirmarse algunas noticias de prensa últimamente aparecidas».
¿Obedece, acaso, esta expansión, a una actividad inhibitoria· de
los Estados Unidos?
No es posible negar que el peso geopolítico del Mediterráneo,
aun siendo importante, parece ir declinando, mientras va adquirien
do importancia el área geoestratégica del
Océano-Indico,
convertido
en una especie de Mar Mediterráneo del futuro, en el que el Cabo
equivaldrá a Gibraltar, Mrica a España, Arabia, India
y Malasia a
las penínsulas del Sur de Europa, Australia a Palestina
y por el que
cruza, aparte de una vía importantísima del suministro de Occidente,
la de acceso al Japón, Indochina y Australia.
Pero todas las orillas de la gran «isla eurasiática», incluidas las
del Mediterráneo, son zonas de fricción donde ]as tensiones geopo
líticas van a tener un teatro principal. El Mediterráneo y el Indico
son los puntos de encuentro en los que
se habrá
de decidir el em
botellamiento o la salida a los mares libres de la flota rusa. Y por
•
Fundaci\363n Speiro
/OSE Mi!RIA CARBALLO FBRNANDBZ
lo que se refiere al Mare Nostrum, la importancia estratégica de
España, llave del Estrecho de Gibraltar, y
las de
Grecia, Turquía
y
los puntos de apoyo de las costas de los países árabes, son indudables.
II. ¿ Alianza o dependencia?
Es msensato creer que, a la larga, se
puede luchar sin lanzar la bomba atómica,
o limitándose a emplea.da como amenaza.
(Jaspers)
Lenin había propuesto, como método para derribar el Mundo
Occidental, provocar
la liberación . de las colonias y, como manera
más eficaz de disolver la sociedad burguesa,
la descomposición mo
netaria.
Es· paradójico que las dos recetas parezcan constituir, hoy, unos
medios de acción preferente en la política internacional Norte~
americana.
Es lógico que Europa sienta un natural recelo ante su poderoso
vecino del Este, roya simple presencia implica un riesgo que no
puede ser desconocido.
Ante los peligros que pudieran amenazarla, y dado el ingente
sacrificio que imponen unas fuetzas militares propias, también es
comprensible que Europa se haya decidido por la alternativa de
apoyarse en el «paraguas atómico» CJ.ue le ofrecieron los Estados
Unidos.
Sin embargo, no puede descartarse la posibilidad de que este
paraguas atómico, aun en el caso de que los acontecimientos lo hi
cieran necesario,
no llegue
a abrirse en el momento oporhlno si
Norteamé~ica no
estuviera dispuesta a poner en riesgo su seguridad,
para detener
los avances rusos pór Europa.
El
empleo de las armas atómicas, aun tácticas, ya de por sí com
plejo, podría encontrar en el caso de Europa dificultades especia
les a causa de la
· densidad demográfica, y los efectos sobre las aglo
meraciones propias ( consecuencia de la irradiación, superficial o
726
Fundaci\363n Speiro
MARE EX-NOSTRUM
derivada del fallout, del calor y del «viento explosivo») podrían ser
muy graves. Por otra parte, dada la superioridad de las fuerzas del Pacto de
Varsovia en
fil'lmas convencionales
frente a
la OTAN, el teatro de
operaciones
podría ser
el centro de Europa, a partir del ataque so
viético, cuyo punto de partida sería ya lejano de las zonas geográ
ficas específicamente rusas.
Las ví_ctimas de una acción nuclear serían en gran parte los euro
peos
y acaso se hiciera imprescindible el uso de armas nucleares es
tratégicas, las
cuales por
sí mismas podrían significar
el riesgo de
provocar un final nada deseable.
Para evitar este resultado, la OTAN habría de ejercitar reaccio
nes flexibles y esforzarse en evitar el cataclismo, acciones cuya efi
cacia sería, sin duda, muy limitada.
La OTAN nació en 1949, el mismo año en que Rusia experi
mentó su pririlera bomba nuc;lear, creyéndose posible entonces be
neficiarse
de la superioridad atribuida a Norteamérica en el terreno
de la disuasión, por
suponérsele una
mayor potencia en armas ató
micas.
McNamara alimentó esta ilusión, inclinando al mundo
a 1a creen
cia de que
la potencia termonuclear estadounidense era cuatro o
cinco veces superior a
la soviética, afirmación que acruaJmente no
se
considera ajustada a
la verdad.
Por su
parte, la URSS respondió al <
la promesa de una ·protección análoga a sus países
satélites.
Es cierto que la comparac10n
-de potencias bélicas es siempre
difícil, a causa
dé que los datos jamás son conocidos con certeza y
están sujetos a evoluciones imprevistas e imprevisibles. Mucho más
lo es si no se tiene la precaución de referir los efectivos, en hombres
y armamentos, a
los teatros de operaciones y a las zonas de desplie
gue, de comunicaciones
y de avituallamiento.
Es en este aspecto donde surge una posible ventaja para las fuer
zas del Pacto de Varsovia, que disponen de un espacio que permite
una fácil movilidad, uniformidad
y facilidad de dominio, mientras
la OTAN
ha de contar principalmente con suministros aéreos y ma-
727
Fundaci\363n Speiro
/OSE MARIA CARBALLO FERNANDEZ
rítimos arriesgados, en un caso, y lentos en otro, además de la vul
nerabilidad de los vectores de transporte y de los puertos y aero
dromos.
· Las
fuerzas de la Europa Oriental, según una opinión muy ge
neralizada, disponen, además, de medios y sistemas de movilización
más rápidos que los de la OTAN.
En los planes occidentales, la defensa del Mediterráneo se con
templa como un simple subproducto de la «defensa atlántica», a
pesar de que, desde aquel mar, pueden desencadenarse acciones de
fuego muy peligrosas contra la retaguardia de las tropas que, en su
caso, hayan desplegado en Europa, por batir de flanco y con alcan
ces muy holgados toda su área.
En un artículo publicado en PREUVES, Mohamed Masmoudi
aludió a la conveniencia de neutralización del Mediterráneo, tesis
que, por otra Parte, sostuvo la Unión Soviética en 1969.
No sería fácil a los eur6peos, aun unidos a los restantes pueblos
de sus orillas, lograr un equilibrio de fuerzas en el Mediterráneo.
Y no dejaría de ser conveniente que Europa superase sus pequeñas
diferencias intestinas, para tratar de evitar el riesgo de su debilidad
relativa ante sus posibles enemigos.
En cualquier caso, Europa no debe dejar de tener en cuenta la
necesidad de disponer . de un armamento atómico propio, problema
en cuya urgencia está de acuerdo Inglaterra. La incorporación de la Gran Bretaña al MEC,
y su integración
en Europa, eran sin duda imprescindibles, aun cuando sea lógico
que se originen difirultades,
al tratar de co'nciliar intereses tan di
vergentes como los económicos
y los políticos de nórdicos y medi
terráneos.
¿No
cuentan las fuerzas contrarias a Europa, probableme9te, con
que, a
causa de esta divergencia de intereses, surjan cuestiones insu
perables, capaces de mermar su grado de entendimiento? Entre la politica y la realidad, afirmó Gottman, se abre el abis
mo de la ignorancia
y la lógica de los hombres.
728
Fundaci\363n Speiro
MARE EX-NOSTR.UM
III. De te_ Fabula Narratur.
Rara vez ha sido capaz la diplomacia
de ganar en la mesa de conferencias lo
que no se hubiera podido
ganar o
con
servar en el campo de batalla.
(Bedell Smith)
El Mediterráneo, cuna de la civilización llamada occidental, cons
tituyó, a lo largo del tiempo, una
especie de
ciudadela cuyos lienzos
defensivos fueron sus riberas y cuyas puertas de acceso fueron sus
ciudades-estado, sus puertos, sujetos principales de la historia de
este viejo mundo.
En este mar riñeron sus ansias de dominio, en el turno cam
biante de la historia, los pueblos de sus orillas (únicos contendien
tes), con la pretensión de dominar sus ondas y ~razar en su super
ficie los caminos de espuma de su gloria.
En él aprendió el hombre occidental el difícil arte de navegar,
saltando de una en otra isla del
Egeo, todas
ellas míticas
y cargadas
de · poesía, instihlyendo una Talasocracia inevitable.
Fenicia, inventora de
la escritura alfabética, y, más tarde, Car
tago, compartieron el dominio mediterráneo con _los griegos primero
y con Roma después, en un esquema de división de zonas de in
fluencia constituido por la presencia exclusiva de pueblos ribereños.
Grecia dominó la parte oriental, mientras Cartago se enseñoreaba
de la occidental, hasta que Roma hubo de superar su esencial natu
raleza terrestre e . improvisa,rse potencia marítima, gracias a un cin
querreme naufragado en sus
costas.
Desde
el momento en que Roma fue suficientemente poderosa
para enfrentarse con la fuerza naval de Cartago, la derrota de ésta
fue segura, terminando con su destrucción en el siglo segundo a. d.
Cristo.
Y fue por haberse convertido en potencia marítima por lo que
Roma pudo hacerse dueña del mundo antiguo
y lograr que sus le
giones se extendieran,
desde las
orillas al interior de tres continen-
,729
Fundaci\363n Speiro
/OSE MARIA CARJJALLO FERNANDEZ
tes, sin ser detenidas por otros obstáculos que por los bosques ger
mánicos y los desiertos.
En el Mare Nostrum surgió el arte de la estrategia (Epaminon
das, Milciades, Temístocles, Alejandro, Aníbal, Cesar, ... )
y merced
a las victorias de Grecia (Maraton, Salamina, Platea ... ), en las que
el elemento naval jugó un papel preponderante, pudo Europa de
tener a Persia, salvarse. del desbordamiento totalitario de Jerjes y
conservar el democrático ( en su acepción aristotélica) sentido de
la vida greco-romana.
Las tierras de · Europa, Asia y Africa constituyeron el lugar del
Ban (el Banlieu) de la ciudadela mediterránea, cuya última empa
lizada llegaba, en el norte, en la época del Imperio Romano, hasta
el Rin
y el Danubio, fisonomía que subsistió desde la época de
Augusto hasta la de Diocleciano.
En el siglo cuarto d. d. C., la fundación de Constantinopla
y
la partición del Imperio dividieron el Mundo romano con una
línea fronteriza ideal, que
podía identificarse
por un meridiano que
rozaba la punta del tacón de la «bota»
. italiana.
La
invasión de los bárbaros, en el siglo v d. d.
C., algunos pro
cedentes de las profundidades asiáticas, no sólo significó la ocupa
ción por extraños de zonas
dr; la periferia, sino la irrupción de las
hordas en
el propio recinto de la Roma augusta y veneranda, incluso
su saqueo. Fue
la primera expugnación del recinto mediterráneo por
pueblos étnica
y geográficamente extraños a él, favorecida en cierta
medida por el propio imperio romano oriental.
A salvo la circunstancial recuperación de la época de Justiniano,
el Imperio Romano se desmembró
y Bizancio inició su declinar.
En el momento de su elan expansivo, en los siglos
VII y VIII, el
Islam no encontró enemigo y saltó al continente, tras haberse hecho
dueño del Mcxf.iterráneo,. donde sólo las naves bizantinas !ograron
alejarlo del Egeo.
Occidente pereció, en los primeros momentos, impotente ante
el empuje islámico, que se apoderó de las orillas africana
y europea
del Estrecho y cerró, con una fuerte tenaza, el Mare Nostrum, al
dominar las dos penínsulas de las columnas de Hércules. ·
La victoria de Carlos Marte! logró impedir el da;bordamiento de
730
Fundaci\363n Speiro
MARE EX-NOSTRUM
los árabes por el campo central de Europa. Sin embargo, cuaodo se
iniciaron
las cruzadas, .las fuerzas cristianas, sin el dominio del mar,
hubieron de caminar a pie a través de Europa para llegar hasta Ios
Santos Lugares. S6lo en la tercera cruzada pudo de nuevo empezar a
usarse
la vía marítima. ·
La
seguoda invasi6n de pueblos ajenos al área mediterránea se
produjo con la llegada de los nonnaodos, pueblo marinero por ex
celencia, que no sólo sometió a su dominio Sidlia
y el Sur de Italia,
sino que llegó en sus incursiones hasta las costas orientales, siendo
derrotados en el momento en que las fuerzas de Aragón iniciaron
su expansión marinera.
Europa asisti6 al drama mediterráneo, incapaz de evitar
el pre
dominio islámico ni
las luchas navales entre ciudades · cristianas
(Venecia, Génova, ... ) .
Salvada
«in extremis» de las amenazas de las hordas asiáticas y
de las presiones otomanas, Europa no pudo, sin embargo, evitar la
caida final de Bizancio, tomada por las huestes de Mohamed en
1453. Asia había puesto su pie en Europa, pero se trataba de un
pueblo
que, si
bien era extraño a
la cultura .greco-romana, no era
ajeno al Mediterráneo.
Hasta
la batalla naval de Lepanto, en la cµal la católica Francia
apareció aliada de las fuerzas enemigas,
y _gracias a la victoria de la
flota hispano-veneciana-papal, el mundo cristiano
vOlvió a
enseño
rearse del Mediterráneo
y a conquistar su libertad, una vez más, en
el mar.
La tercera penetración de fuerzas
naVales extramediterráneas
fue
una consecuencia de
la dote aportada por una princesa de Bragaoza
a
su boda
con Carlos
II de Inglaterra, entrando entonces los barcos,
británicos, para asentarse
en bases y puertos del mar interno. Más
tarde, los ingleses habian de conducir, en el· siglo xvm, la flota- de
Catalina. de Rusia hasta los Dardanelos, reforzando su posición
má~
, rítima.
Con la
entrada de
estas
últimas fuerzas
navales, se inició en el
Mar Mediterráneo una pugna de carácter puramente material
y
económico. Solo circunstanci_almente, con la expansión napoleónica
en Italia, se alejaron de este mar
las naves
inglesas, para retornar,
731
Fundaci\363n Speiro
]OSE MARIA CAR,BAUO FBRNANDBZ
acto seguido de la derrota naval francesa de Abukir, en la que Na
poleón hubo de renunciar a sus sueños de expansión por Oriente.
El Mediterráneo, aun cuando estuvieran en él presentes las flotas
de los países ribereños, entre ellas la francesa, se vio sometido a la
presión anglosajona, que desplegó toda su astucia polltica para el
logro de sus ambiciones imperiales. Francia, mediterránea, e Ingla
terra, casi europea, aunque extra.mediterránea, no orultaron su vincu
lación a los países árabes, que caracterizó su política hasta fecha muy
reciente.
En las dos Guerras mundiales, el Mediterráneo desempeñó un
papel importante, a pesar de ser escenario de acciones secundarias,
en el orden de las batallas navales, superado en este aspecto por el
Atlántico.
Los aliados no lograron, no obstante su dominio en el mar
Mediterráneo, desembarcar en los Dardanelos en la primera de
estas contiendas, aun cuando hayan podido hacerlo en Gtecia, y co
hibir las llneas de operaciones del Eje ítalo-germano, en la segunda,
tras haber sido batida fa flota italiana en diversos encuentros, y
desaparecida la potencia naval francesa.
En 1945, el Mediterráneo parecía convertido en una especie de
lago para uso privado de los Estados Unidos de América,
y sólo
parcialmente utilizable por la flota inglesa.
Pero desde el momento en que fue cercenada de raiz la acción
contra Suez, en
1956, la flota rusa, a un ritmo acelerado desde 1962,
hizo acto de presencia, navegando a lo largo de las costas medite
rráneas.
Una vez más, el Mediterráneo es teatro del enfrentamiento de
dos potencias, una predominantemente naval
y otra, como en el caso
de Roma, convertida, aun siendo
de tradición terrestre, en marítima.
Esta vez, no obstante, ninguna de las dos potencias
tienen raíces
en
el mundo rriediterráneo, ni s.e . encuentra ligada a su histórica for
ma
-de concebir ·la vida. Además, en muchos aspectos, sus intereses
podrían resultar beneficiados por la debilitación de Europa.
732
Fundaci\363n Speiro
MARE EX-NOSTRUM
IV. Desde el fondo de las estepas.
Las fuer:zas de empuje se ejercen siem
pre en el mismo sentido.
(Mackinder)
Desde hace algún tiempo, un nuevo país se interesa por el viejo
recinto mediterráneo, un país extraeuropeo que comparte con Rusia
la ocupación de la «Isla del Mnndo», la Heartland, hoy totalmente
colocada
bajo
la férula de pueblos esendalmente comunistas, desde la
frontera con Europa hasta las orillas del Pacífico.
En la periferia de esta área comunista figuran, a salvo las costas
del Artico, una serie de países que teóricamente pertenecen al
bloque occidental, bloque cuyo disperso despliegue exige unas lí
neas de comunicaciones, de operaciones y de acción táctica esencial
mente marítimas.
La presencia en Eurasia de China y de Rusia podría abrir las
perspectivas de una posible amenaza desde el
mrazón de
las este
pas, en un
desbordamiento de
Asia sobre Europa, análogo al que
en otros tiempos produjo 1a agresión a nuestro viejo mundo de
las hordas bárbaras.
Es fácil de advertir el creciente interés de la China comunista
por
la región mediterránea, cuyos países, por otra parte, parecen
interesados en reconocer
el régimen de Mao-Tse-Tung.
La presencia de China en Albania, y la inclinación evidente que
este país demuestra por la China continental, hizo
declin.ar los
pri
vilegios de que desde el final de
la segunda guerra mundial goza
ban los submarinos soviéticos.
La prensa china, acusando
acaso un movimiento envolvente y
de rodeo de la URSS, del más puro estilo de la estrategia del juego
de
Go, estimula y alienta todos los pasos que Europa va dando por
el camino de su integración y su constitución como un bloque eco·
nómico~político.
Por
el ,. contrario, tanto
la diplomacia norteamericana como la
733
Fundaci\363n Speiro
/OSE MARJA CARBAUO FERNANDEZ
rusa desarrollan una política que pudiera suponerse orientada al fin
específico de impedir que Europa se una.
Pravda, en uno de sus editoriales, afirmaba:
«La idea
de una
tercera fuerza europea, dirigida. contra los dos supergrandes, está sos
tenida por los revanchistas, e inspirada en la Europa germánica de
Hitler». Por su parte, Lewis, editorialista del New York Times,
aludiendo a la integración europea, recogía esta queja de los ame
ricanos : «Los europeos no pueden
hacern?s eso».
Una
Europa integrada
y unida puede significar, sin embargo,
para China, un aliado potencial muy eficaz, útil para superar las
presiones que sobre ella intenten ejercer las dos potencias más destacadas del mundo en nuestros días. Se afirma por muchos sinólogos que el ejército chino sólo tiene,
a pesar de sus 3.000.000 de hombres y más de 4.000 aparatos de
aviación, una finalidad exclusivamente defensiva, dad3. la necesidad
de atender a la
seguridad en
sus larguísimas fronteras. Pero esta
seguridad exige, en un· país que diopone de una importante longi
tud costera, la creación de una escuadra adecuada. Y esta realidad
explica tos ·esfuerzos realizados por China para convertirse en una
indiscutible potencia marítima (hoy la tercera, según algunos ex
pertos), cuya dotación en submarinos, arma a la que otorga singular
atención, le ·permitirá superar ·en breve el número de los que la
flota yanqui
mantiene en navegación en el Pacífico.
En su cónjunto, los dispositivos de despliegue de las fuerzas
chinas, por lo que se sabe, parecen atender -a las regiones estratégica
mente privilegiadas: la frontera con la URSS; las costas frente a
Formosa; la línea divisoria con
India ...
No obstante, son muchos los síntomas y las razones que auto
rizan a sostener, como hace Toynbee,
la tesis de una futura y posible
actitud ofensiva por parte de China, si se hace un análisis objetivo
de su despliegue geopolítico, a escala mundial.
China, por añadidura, es una potencia nuclear que recorrió, en
un tiempo record, desde su primera bomba A, de 1964, hasta su
bomba H, de 1970, el camino que lleva de la fisión a la fusión nuclea
res,
poniendo a disposición de su ejército los megatones de potencia
que
colocan
a un
.país al nivel de los «grandes». Según noticias recientes,
'
734
Fundaci\363n Speiro
MARE EX-NOSTRUM
para este año (1973) se pondrán a punto missiles termonucleares de 3.000 kilómetros de alcance, e intercontinentales, para 1975.
Pero, al avizqrar los posibles futuros de China, conviene tener
presente que el Maoísmo reposa sobre el partido y el ejército, con
un claro predominio del primero,
al que, en el Quotidiano del Pue
blo, en agosto de 1972, con ocasión del 45 aniversario de la fuoda
ción del ejército de liberación, se atribuía la dirección absoluta de
las fuerzas armadas, que debían apretar sus filas en tomo al P. C.
China se convirtió en una innegable realidad político-militar, que
dista mucho de ser un mito
y en la que la sombra de Mao flota
solamente como un símbolo.
Cierto es que el porvenir está, para este país, erizado de dificul
tades, ya que su. ídolo, su símbolo~ más que octogenario, deberá ser
sustituido, por la inevitable decadencia senescente, dejando su puesto,
si se cumplieran los pronósticos más generalizados, a Chu-En-Lai, más
que septuagenario y rodeado de un peligroso conjunto de ambicio
sos del poder, entre los cuales figuran Chiang-Ching
y la propia
mujer de Mao. Es posible que Chiang-Ching, mucho más joven que
Chu-En-La.i, está destinado a desempeñar un papel importante en
el futuro de China.
Un hecho, cuya importancia y trascendencia no puede negarse~
que
destacó en la política internacional en los últimos tiempos, es
el de ia visita realizada por Nixon a China y el acercamiento chino
americano, juzgado por muchos sinólogos como un artificio encami
nado a debilitar la protección norteamericana a Japón, enemigo se-.
rular de China. Este hecho podría provocar, a juicio de
aJgunos
expertos,
como contramaniobra, un indeseado eje Tokyo-Moscú, cosa
q.ue Peking trata de impedir a toda costa, o conducir a la alternativa
del aislamiento japonés, el cual, de produárse, constituiría con toda
probabilidad un evidente riesgo para el mundo. 1
Andrei Amalrik suponía que, en caso d.e un conflicto ruso-chino,
la
victoria sería de
la China continental. Pero recientemente, en una
reunión de
la Academia de Ciencias Soviétic~, a principios de este
mismo año (1973), un especialista en política exterior norteamericana
afirmó que la URSS, aun cuand.o desconfíe de las relaciones chino
americanas y se mantenga alerta ante la posibilidad de que degene-
73'
Fundaci\363n Speiro
/OSE MARIA CARBALW FERNANDEZ
ren en wu alianza antisoviética., está convencida, en el fondo, de
que, en caso de producirse esta última eventualidad, Rusia destruiría
cualquier alianza hostil, como hizo con todas las que, a lo largo de
la
historia, se organizaron para atacarla.
Según parece, Japón acaso pretenda un nuevo acercamiento a los
Estados Unidos, cuyo «paraguas atómico» necesita más bien en con tra de la URSS que contra China. Pero si se produjera la alianza
Peking-Tokyo, que
, en
general se considera muy improbable, ¿cuál
serla la actitud de Rusia? La presencia de China en el Mediterráneo (y en Africa) es,
sin duda, digna de preocupación. Napoleón afirmó un día que el
despertar de China podría
hacer temblar
al mundo. Es de esperar
que Europa sepa evitar los riesgos de una eventual ruptura del dique
comunista y de un desbordamiento asiático, . que constituiría con
toda evidencia una conmoción apocalíptica.
Jamás hubo buena guerra, afirmó Franklin, ni mala paz.
V. Acheronta movebo ...
Sólo hay dos clases de guerras en la
historia: las revolucionarias y las contra
.revolucionarias.
(Mao-Tse-Tung)
En un estudio crítico reciente sobre Norteamérica, Galbraith ca
lificó su forma de actuación de «estilo imperial de segunda clase»,
dirigido según él por burócratas mediocres, incapaces de usar ade
cuadamente una capacidad de poder tan grande, desde unos puntos
de vista tan limitados como los del establishment. Herman
Kahn atribuyó a Europa, en el mondo actual, una mi
sión análoga a la de la Grecia del mundo antiguo, mientras Rusia
orupa, a .su juiciQ, una posición similar a la de la Persia de Ciro,
Darío y Jerjes. A Norteamérica le asignó un papel equivalente al
del Imperio de Augusto.
Pero América se ve hoy obligada a batirse en retirada política
736
Fundaci\363n Speiro
MARE EX-NOSTRUM
en todos los teatros de acción en los que se decidió a jugar el papel
de director del mundo, papel que exige una rara grandeza y siem
pre es incierto y peligroso. Pese a todas las promesas de paraguas defensivos, el mundo va
adquiriendo conciencia de que, en sus propias áreas de dominio, los
diversos países van viendo cómo proliferan los centros activistas de
asedio y acción subversivas que, en su manera de ·actuar, tienen raras
semejanzas con el estilo típico de las jugadas del Wei-Chi. El mundo entero pasa por la espectacular eclosión
de una
oleada
terrorista, especie de guerra discontinua en el tiempo y el espacio,
de carácter muy diferente del tipo de la guerra clásica, a la que
están habituados los profesionales
occidentales de
las armas.
En las conversaciones internacionales sobre reducción de arma
mentos, desciende una cortina, cada
vez más
espesa, que enmascara
y oculta las verdaderas intenciones y motivaciones. Cada vez es ma
yor el silencio,
y la opinión pública ignora ruanto debería interesarle.
Sin embargo, hay ocasiones en que la cortina se rasga y la indis
creción permite que se filtren alarmantes afirmaciones, a pesar de
la tácita conjura de secreto.
Por ejemplo, se sabe que, en una reunión de· la ONU, Dimitri
Kolensky afirmó, hace poco : «Robin de los bosques estaba armado
de arco y
de flechas. El terrorismo moderno prefiere las . bombas.
Mañana podríamos asistir al uso de bombas atómicas para influir en
un gobierno.» En un estudio realizado, a demanda de
la Comisión, por el
INSTITUTE OF NUCLEAR MANAGEMENT, se describe lo que,
con cierta dosis de teatralismo, se calificó de CONSPIRACION DE
UN GRUPO X, grupo que podría estar constituido por: dementes
o nihilistas puros ; criminales o secuestradores a la busca de bene
ficios de rescate; terroristas políticos ; ...
Ni
la fisión ni la fusión nucleares ofrecen ya secretos. Cualquier
organización que disponga de especialist~ calificados podría gene
rar artefactos nucleares tácticos, máxime hoy, en que puede fácil
mente sustituirse la difícil tecnología del Uranio 235 por el uso,
más fácil, del plutonio.
La tarea de demostrar que el terrorismo internacional está orgá-
"
737
Fundaci\363n Speiro
]OSE MARIA CAREAUO FERNANDEZ
nicamente institucionalizado a escala planetaria, no .es fácil. Pero
el sincronismo de las acciones terroristas, · en los diferentes países,
y el aspecto similar y espectarular de su forma de acción, no permi
ten abrigar muchas dudas a este respecto. En
la revista Newsweek,
en septiembre de 1972, se afirmaba que es extraordinariamente pro
bable la existencia de una con jura única, que toma como teatro de
operaciones la extensión total del planeta. ,
Los acontecimientos parecen corroborar esta sospecha y demues
tran la solidaridad que enlaza a los diversos grupos revolucionarios,
en todos los continentes. Cualquier activista parece conocer perfecta
mente, sin dudas de ningón género, a quién
y· adónde dirigirse, para
encontrar ayuda, armamento, apoyo y asilo.
Este tipo de acción corresponde perfectamente a uno de los
tres aspectos posibles de
la acción militar, que la doctrina contempló
después de la segunda guerra mundial (guerra convencional; pushbut
ton wa.Efare; guerra de retaguardias, constituida por sabotajes enea
.minados
a la asfixia económica o a la destrucción de todos los ce;n
tros vitales). A· la guerra psicológica, vieja como el mundo, pero
hoy sutilmente refinada, orientada a demoler
la moral del enemigo,
se adapta, en forma perfecta', este tipo de acciones que se apoyan
en la brutalidad de la sorpresa y , en la crueldad sin misericordia.
En una reunión de la Cuarta Internacional Trostkista, uno de sus
miembros
más destacados, Emest Mendel, se manifestó en favor de
actúen en Irlanda o en Améríca.
Preocupada por las presiones del coloso oriental, ciega a los jue
gos posibles de debilitamiento político
y económico de que puede
ser víctima, Europa demanda una defensa· que debiera decidirse a
crear
por
si misma. '
Y no-estada de más que recordara la advertencia del · general
Fuller, que afirmaba que la superioridad del espíritu defensivo sobre
el ofensivo conduce a la desmembración política.
Aquel que no reflexiona
sobre el
porvenir, afirmó Galsworthy,
jamás tendrá porvenir.
738
Fundaci\363n Speiro
MARE EX-NOSTRUM
BIBLIOGRAFIA
$TANISLAS ANDREWSKY: Evolution and War-Scient. Jow-n. 1971.
T. ·-"ADEOYE ~AMBO: ·Ame Africaine et Conflict Contemporaine, J. de Ge
neve, julio 1972.
RAYMOND ARON: Rep,ublique Imperial. Les Etats Un-is dOln.S le Monde,
1945-1972, Calma Levy, 1973.
BouTHOUI,: Les G-uerres, Payot 1956.
-: Te"orisme ... T.errorisme, J. de Gelleve, abril 1973.
H. BELLOC: Las Cru;radas. Madrid, 1943. .
H. E. BARNES: Historia de l/.lJ.Econ.om/,;¡, del Mundo Occidental, UTEHA,
1955.
GENERAi. BEAUFRE: Eu:rop·e, le revffi du Gean,t, R,ealités. mayo 1971.
P. CEI.ERIER: Geo,p,olitique et Geostrategie, P. U. F .. 1955.
R CEBE: Lo seconde gu,rre mondiale, P. U. F., 1961.
P
AUL CouLBOIS : L' Europe desunie est prise au pie ge americain, Le Monde
Diplomatique,
abril 1973-.
PH. CONTAMINE: Gwerre, Etat et Sacie.té a la fin du MoyetV, Age-Coll
Civ. et Soc. 1972.
R. DABERNA't: La dejense européenn-e au.x Ewropéens, J. de Ge.neve,
abril 1973.
MAURICE DUVERGER: Janus, les deux faces de l'Occident, Fayard, 1972.
CH. H. DAWSON: The MakiMg of Europe, N. Y., 1'939.
MIHAIL FERSEN: El fracaso de Occidente. Ed. JUS, México. 1968.
G. FouQUET: Eudes Po.
nologiq_ues 5, 1972.
Fus'I'EL DE CouLANGE: La Cite Antiquie, Hachette, 1960.
F.
FErro: La Chme-S'aJ>l»'éte-t--elle a do,,,;,,e,-le Momkf. Historama, 19'11.
G. M. & J. S.: De quelqwes situations malsain¡es en Mediterranée, Pers-
pectives. 1973. ·
G. VON GAUPP-BERGIIAUSEN: Situación poUticO-estf1atégica ,en Europa cen-
tral, YA, abril 1973.
GALBRAITH: D Amn-ique prise au piege, Realites, 1971.
--: L'Ameriqr,,, s'eveille dfwn reve imperwl, PREUVES, 1972.
P. M. GALLOIS-: L:Euro-pe changte de mmwe. VHerne, 1972.
--: URSS, Le poids de remp,ire, PREUVES, 1972.
F. Guz.or-: Historia de la Civilización en, Europa, Alianza Edi
P. GENIEWSKY: Nouvelles armes isreeli.en;n.es, Le Journat de Geneve,
•bril 1973.
P. E'r R. GoSSET: Vers un Terrorisme abomiquef, J. de Geneve, ~zo, 1973.
R. GmLLAIN: Pe,ki.n -z.ieut empecher le iess,en-ement des relations fffllre
To,kyo
et
M oscou, Le
Monde, abril
1973.
739
Fundaci\363n Speiro
]OSE MARIA CARBALLO PBRNANDBZ
K. HAUSHOFER; Weltpalitik van H eute, Berlín, 1934.
LIDDEl.,L FlART: La eswat.egia de la aproximación indirecta, lberdia,
Ed. 194ó.
H. liARTIG: Re&wction de tro,,pes: on repan de Zero, J. de Geneve, 11/73.
INTERN~'l'IONAI, INS'l'ITU'tE POR STRATEGIC SnmIES: 1'he MiUta,ry Bci-
1-e, 1972-;73.
N. ]ECQUIER: La tkfi in&ustriel Ja¡,onais, Lausanne, 1971.
W. W. ]AEGER: Poükia: Los ideales de la Cultura Griega, F. C. E.,
-México, 194<1.
G. JoUVE: Petrole. Le debut
ER.IcH KAHLER: Historia Uwiversa/ del HG1nbre, F. C. E .. 1'943.
HENRY KrssINGER.: Ewrope: Cie que l'Amerique propos,e, Journal de Ge-
neve, .abril-mayo 1973.
R. S. LóPEZ: Nais-ce de l'E,.,.ope, París, 1962.
J. LEVESQUE: Le confUt sino-sovielique, P. U. F., 1973.
H. W. VAN LooN: La conquista de fos mares, Ed. Luis Miracle, 1946;
LóPEZ MUÑlZ: Diccianorio de la Guerra.
F. Lor: The End of 111,, Anoeient w~r/d-Knopf, 1931.
V. LwRENS: La discontiwuidad española. La invasión árabe y !egado de
la antigüedad, Rev. de Occidente, abril 1973.
Lou1s LEPR.INCE-R.rNGUET: ¡Adónde nos condua la civilización?, ABC,
abril 1973.
T.
M.
MASCHINO & F. M. R.: L' Algerie des üusions, R. Laffont, 1972.
EoouARD MEYÉR: G,eschichte des Altertums, Stuttgart, 1933.
T. MoID!SEN: El Mundo de las Césa,res, F. C. E., !94ó.
MOHAMED MASMOUDI: Mediterranée. Presence Sovietique et myopie euro-
p.eewne, Preuves, 1970.
CowNEL MAINGUY: Artículo en Fo,rces armées frOJn{aises, abril 1973·.
·M1.S'rERWAY: Qn,e World or n,one, McGrall!W Hiill, 1946.
0.AUDR MOSSE: Histoi-re
}ACQUES MASSU: Le Tarren-t et la Digue, Librairie PLON, 1972.
RoBERT Moss : La guf!f'rilla urbana, Editora Nacional, 1973.
A. CH. MÁRQUEZ: La guerrilla urbana, un intento de revalwción, a través
del terrorism:o organizado, Nuestro Tiempo, abril, 1973.
M.
A.
MACCiocHI: De la Chine, SEUIL, 1972.
M. l. NEWBIGIN: M editerranean L<»,,k, Knopf, 1924.
P. NoRD & J. BERGER: La actual guerra secreta, Plaza & Janés, 1968.
AMIR.Al,
ÜRTOLI: Pearl-Harrboui-Presage powr demlUwf, Pers,pectives, 1972.
W. F. ÜT'tO: La lección de la derrota, ABC, enero 1971.
PrRENNE: Historia Universal, Barcelona, 1959.
740
Fundaci\363n Speiro
MARE EX-NOSTRUM
--: Economic ami Social History of Medieval Europe, Urwin Brothers Lim.,
1972.
J. P. PIGASSE: La Ci,i,n,, di Chu-En-Lai, Mercurio, 1973.
P. J. B.: Au grande large de L'Ewrope-L'Ocean bidien et les Terres Aus-trales, Perspectives, 1971.
CARr.os PRIETO: El Océano Pacifico, Ed. Rev. de Occid., 1972. DENIS DE RouGEMONT: Lef:tre ouverte aux Eur,opeen.s, París, 1'970. --: Europa es, oote todo, una cultura, Rev. de Occid. marzo, 1973.
N. V. RIASANOWSKY: History of Russia, O.x:ford, 1969.
M. I. RoSTOV'r2EF: Social and Ecvnomic History of the Roman Empire,
Oxford, U. P., 1926.
R
SuZANNET: Japón entre marteau et endume, J. de Geneve, abril 1973.
SPEC't'A'J."OR: Derriere la rencontre MAO-NIXON: Lo, peu,,: du Jap,011, Realites, sept. 1971.
S1PRI:
Y ear-book (1970-1971), World Arrnaments and Disarmament. F. ScHNEIDER: Histoire des Doctrines Müit
--: El Mwndo y Occidewte, Aguilar, 1953.
--: Ewrope: La Suisse du MOM
tarire, Rev. de l'In&titut de Sociologie. Precension en Mercurio, 1973.
--: Russia drives East of Suez, Neiwsweek, 1971. --: L' Eve"N1ment, Le Mon
--: Sci.en,ce and Civilization in China, Cambridge, U. P., 1'971.
Etat de forces en p,resence en Europe, Perspectives, febrero 1973.
--: PerNt,e la inesta&ilidavi en el },f editerráneo, YA, abril 19'73. --: Spain: An American spri,n,g board into the E. E. C., Business
week,
ami! 1973.
--: Un partnrnine envahissant, Agefi, marzo 1973 .
• 741
Fundaci\363n Speiro