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Número 175-176

Serie XVIII

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Dios y el hombre

DIOS Y EL HOMBRE
Dios como Aquel que no está limitado por el espacio y por
el tiempo y que erea todo lo que constituye el mundo vi­
sible e

invisible.
«Tomando e/, prime, libro de la Sagrada llicrit,,,.a, e/, Génesis,
"Je comJenza leyendo
eJitru: palabt-a.r: «Beresit 1:>Ma: Al p,mcipio 11Cf'eó ... ». Sigue luego el nomb,-e de Dio! que en este texto bíblico
"1uew «Elohim». Al principio creó, y .el que «eó es Dios .. E.stas
"lre, ptdt,bt-as comliluyen crmw el ,;mbt-al de la ReveMdón. Al
"p,mcipio del libro del GénesiJ, no ,ólo, con e/, nombre de «Elo­
,, hi,m» se define a Dios; otros pa.rajes de este übro utilizan tam­
" bién el nombre de « Y avé». Habla de El aún má, e/aumente el
nverbo «creó», En efecto, este verb_o -revela a Dios, quién e.r Dios.
"Expresa su sustancia, no umto en si mJsma cuanto en relación con 11 el mundo, o sea, con el conjunto de criaturas sujetas ~ WI ley del
"tiempo y del e,pacio. El complemento circrnutancial «at princi­
,, pio», .reña/,a a Dios como Aquél que existe tmte.s de este principio,
"Aq11el q11e I'º eJtá !trllitado, ni por el tiempo, '¡ti por el espdáo, y
"que «cretn, ·es decir, que «da comienzo» a todo kJ que no es Dio-.r,
"lo q,;e constituye el mundo visible e invisible (,egú" el Géne,i,,
"el
cielo y la t,;.,.,,a). En este contexto el verbo ««e6» dice acerca
"de Dio,, en prime, lugar, q,;e El existe, q,;e e, que El e, k, ple­
"nitud del ser, que tal plenitud ,e manifiesta como Omnip<,tencia,
"Y que eJta Omnipotencia es a un tiempo Sabidt1tría y Amor. Esto
"e, lo que nos dice de v;os ¡,_ primer@ frase de ¡,. Sagrada llicritura.
"De este modo se farma (!rfl nuestro f!11tendimiento el concepto de
"<>
JUAN PABLO II: Catequesis en la audiencia
general del miércoles 19 de noviembre de 1978;
L'Osservalore Romano, edición semanal en len­
gua espafiola, año X; núm. 49 (518), domin­
go 3 · de diciembre de 1978.
E] verbo "crea", del comienzo del Génesis, manifiesta la ple­
nitud del ser de Dios como Omnipotencia, que "da oo­
mienzo" al mundo visible e invisible, Sabiduría y Amor
a un tiempo.
«Re,umiendo en poc,,, palabt-as lo que diré con má, exten,ión
"en la ,egttnda
attdienaa de e,la maña1'd, el Adviento e, 1" historia
"de
¡,., relacione, prime,a, entre Dios y el hombre. Apena, toma
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Fundaci\363n Speiro

"oont:ien.&ia áe su f/Qcaci6n sohrenatl/lfa/. el, cristitma, ,-eco ge en su
"p,op,a alma el 1mslerio de l,¡ 11enida de Dios, 'J de esta realidad
"su corazón recibe constantemente impulso 'Y vid,a, puesto que esta
"rea/.úlad
np es otra co1a 1ffl0. la 'lm1ma vida del ori.rlÜJ#iJ11'J(J.
»PM'" comprender me¡,,, el papel de Dios 'Y del homb,e en el
"misterio del Adviento, debemos vower " la primer" página de k,
"Sagrada Escritura, al Génesis, donde leemos esltlS palabrt1S: «Bere­
"sit !,ara: Al principio cre6 Dios>. El, Dios, crea, «da. currdenzo•
"" todo lo que no
es Dios, es dem, al mundo 11mble e hwisible
"(según
el Génesis, el cielu 'Y la tierra). En este contexto el 11erbo
"«crea> mamfiesta la plenitud
del ser de Dios que se r611ela como
"Omnipotencia, que
es Sabidurla 'J Amor a un tiempo.»
JuAN' PABLO_ II: Alocu_ci6n a los jóvenes en la
Basílica de San Pedro el miércoles 29 de noviem­
bre de
1978;' L10iser11atore Romano, edici6n se­
manal
en lengua
española, año X, núm. 49
(:ns), .domingo 3 de diciembre de 1978.
El concepto de Dios y el COl! las fuentes mismas del pensar-
«En los &01menzos del pensM' humano pueden d,wse concepcio­
., nes diferentes; el pensar
de cadt, individuo #ene la p,opia histo­
" ri<& en su 1Jida ,ya desde
la infancia. Sin embargo, hablando del
"«co11'1481'zo» no nos proponemos trmM' p,opi<&mente de la historia
"del pen.ramiento.
En cambio, queremos hacer constancia de que en
"las ha.res mi.rmas del pensar, en 1us fuentes, se encuentran el corr
"cepto de «Dios» 'Y el concepto de «hombre>. A 11eces están recu­
., biertos
del estrmo de muchos otros conceptos distintos ( sobre todo
"en la actual cwilizaci6n, de «cosificaci6n materialisPa,,
e incluso 11«tec~crática»),· pero ello no-signifiCa que a<¡uellos conceptos no
JJ exi.rtan o no están en Jea base de nuestro· pensar. Incluso el sistema
"ateo más elaborado s6lo tiene sentido en el ca.ro de que se p,resu­
"ponga que conoce
el significado de la idea «Theos», Dios. A este
"propósito la Comtitudón Pastoral del Vaticano, JI nos enseña, con
"razón, que muchtlS formas de alefsmo se dedvan de
que falta la
"relación adecuada con este concepto, de Dio,.
Por e/to,, dichas for-
11mas son, O! al menO't pueden, ,serlo, negaciones de. algo O, más bien,
"de Algún otra que no' corresponde al Dios verdadero.»
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JUAN PABLO II: Catequesis en la audiencia
general
del miércoles 19 de noviembre de 1978;
L'.Osservatore Romano, edición semanal en len­
gua española, año X, núm. 49 (518), domin­
go 3 de diciembre de 1978.
Fundaci\363n Speiro

El non serviam. lleva a la esclavitud del hombre: y el servicio
a Dios como inicio del reino de la verdad y la vida de la
santidad
y la gracia.
el,, Palabra divina de la /,#urgia de hoy, que escuch"1nos co-n la
"mayor atenoi6n, nos int1-oduce en la profundidad del misterio de
"Cristo
Rey. De El hablan tadas las lecturar. Quiero //.,mar vue.r­
" tra atenci6n de modo particular sobre la.r palabra, de San Pabw
"a
/,os corintio,; hace un parang6n entre las dos ~ones de la
"existencia humana; la
de nue,tra participaci6n en Adán, y la que
"obtenemos en Cristo.
>la participación del hombre en Adán quiere decir de,,,bed,;en..
"da: «Non serviam., 1JO serv,i,,-é».
»Y precisamenle aquel «no serwé>, en el que parecía sentir
"el hombre
la señal, de ,u liberación y el desafío de la pro[na
"grandeza, midiéndose con D/01 mismo, 1lino a ser la fuente del pe­
"cado y de la muerte. Y todttvía somos lestig11s de cómo aquel antiguo
"«no serviré» lleva consigo una múltiple
dependenck 'Y esck,vitud
"del hombre.»
«Cristo, el ,.,,.,,,. Adán, es el que entra en la historia del hom­
"bre precis"1nente «para s81'1lir». «FJ Hiio del hombre no ha veni­
"mdo a ser servido, sino a s81'1Jk, y a dar su vida» (Mt 20, 28): en
"cierto sentido, ésta es la definición fundamental, de su reino, En
"este servicio, según el modelo de Cristo, el, hombre vuelve a en­
,, conPrar su plena dignidad, su marrwillo.ra 110&ación, su real-eia. V a­
"le la pena recordar aqul las palabras de la Comtituci6n dogmática
"Lumen gentium, sobre la Iglesia, en el capltlllo IV, que está de­
" dicado a los laicos en la Iglesia 'Y a su apostolado: «El Sumo y
"Eterno ·sacerdote, fesucristo, queriendo continuar tam:bién su tes­
"timo.nio· y su servicio pew medio de los laicos, los vivific" con
"su Espmtu 'Y los impulsa sm cesar a toda obra buena y perfecta.
"Pues a quienes l,ISOoia íntimamente a su ,vid.a y a su misión, tam,.
"bién les hace participes de su funci6n sacerdotal,, con el fin de que
"e¡erz,m el cubo espiritual, para gloria de
Di-O, y sa/,vaci6n de ws
"hombres...

De este
modo t"1nbién w, laicos, 0011W adoradores que
"en todo lugar ·actúan .rt11ntatmente, consagran el mtmd,o m4smo a
"Dios> (Lumen gencium, 34).
»Servir d Di-Os quiere decir reinar. En esta tarea, que manifies­
" ta la actitud del mismo Cristo y de sus seguidores, se destruye· la
"herencia
del pecado. Y

se
mida el «reino de verdad 1 de vida,
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Fundaci\363n Speiro

"remo de santidad y de gracia, ,..;,,,, de justicia, de amor y de P-az»
"(Prefacw para la fiesPa de Cristo R91).»
JuAN PABLO JI: Alocución de la homilía pro­
nunciada en la fiesta de Cristo Rey -26 de no·
'V'iembre
de l-978-durante

la
Misa· que
celebró
en la Capilla Sixtfua. para las r~res.entantes del
laicado catófü:o de la diócesis de Roma; L'Osser­
vatore Romano, edición-semanal en -lengua espa­
ñola, año XI; núm. 1 (523), domingo 7 de ene­
ro de 1979.
Signj.ficado redentor de la Encarnación.
«Muchas veces y en muchas maneras habló Dios en Otr() tiem­
" po " m,estros padres po, rtúr,Jsterio de los profel'as; últimamente,
"en estor dú,,S, nos habló por Ju Hijo ... , por medio del Hij,;-Verbo,
"que
se hizo hombre y nació de la Virgen Mari,,; En este acto
"redentor, la historú, del hombre ha a/c,mz..do su cumbre en el de­
" signio de amor de . Dios. Dios ha e,,tr..do en la lmtoria de la hu­
"-mcmidtld y en cuanto· hombre se m, convertido en sujeto suyo, uno
"de los millones y millrmes, y al mimo tiempo Ur,ico. A tr"'1é.r
"de la E110tJ1'11tWián, Dios
ha dado a la 1lkla huniia,,,, la dimemi6n
"que quería dar
al hombre · desde sus comienzos y la ha dado de
"manera definitiva .-de modo peculiar a él solo, según su eterno
"amor y s11 misericordia, crm toda la libertad divirta-y " la vez
"oon una magmficenoia que, frente
al pec..do Of'igi,,a/ y " toda la
"historia de los pec..dos de la humanid..d, frente a los efflJf'es del
"entendimiento, de 1" voluni..d ,y del corazón hMmanO, nos permite
"repetir con estup<>r las palal,ras de la sagr,td,, liturgia: «rFeliz la
"culpa que mereci6 ial Redentor!»:> ·
JUAN PABLO II: ~ Encíclica «Redemptor
homiriis»
del

4
de marzo de

1979;
L'Osservato­
re Romano, edidóri semanal en lengua espafiola,
año XI, núm .. 11 (533), domingo 18 de marzo
de l979.
El nacimiento del Verbo Encarnado ha dado a los hombres
la nueva fuerza y el poder de venir a ser hijo, de Dios.
«El nacimiento del V e,bo Encamado es el oomienzb de una
"""""" fuerz,, de la misma humanidad; la fueri,, abierta " todo
"hombre, según pa/abr,,,
de S,.,. Juan: «Dio/es pod,er de vtmir a
'.'ser hijos de Dios» (Jn 1, 12}. Err rrombre de este wlor irrepetible
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Fundaci\363n Speiro

"de cadt, uno de los hombres, y en nombre de est" fuerz" que trae
"" cada
uno de los hombres el Hijo áe Dios hecho hombre, me
"dirijo en este mensaje sobre todo
.al, hombre: 11 a cada #no de lo1 hombres;
"dondequiera que trabaje, cree, .sufra, combattJ,. peque, t»ne, odie,
"dude,· 11 dondequiera que viv-a y muera;
"me dJrijo a El, hoy, con toda la verdad del nadmiento de
"Dio!; con! su mens.tJje.»
~El
hombre vive, trabaja, crea, sufre, combate, ama, odia, duda,
,, CrJe 'Y se levanta en comunión con los demás.
"Me dirijo, por tanto; a todas las vdri,as oomtmiáades, A los
"pueblt>.r, a las naciones, a los regímenes, a tos sisterru,s palíticos,
"económicos, sociale1 y culturales para decirles:
" - acepittá la gran verdad acerca del hombre;
" - «<'piad 4, verdad plen" acerca del hombre, pronzmáada en
"la noche de N""iáad;
" - aceptad
esta dhnensi6n del hombre, que
se ha manifestttáo
na todo! los hombf'es- en esta n,oche santa;
" - aceptad el misterio en que vive caá,, uno de los hombres
"desde que
Cristo ha nacido;
" - ¡ Respetad este misteriol
"- ¡Permitid a este misterio que acttÍe. en ~ uno de los
"hombres!
n -Permitidle desart"ollrnse en las oond,,icl,tmes externas de su
"ser terreno.»
" · «En este mist.,,;,, se halla la fuerza de la humaniáttá. La fuer­
"
za que irradia sobre

todo
l" que es .humano. No hagáis difíoll esta
"irradtaciórt. No la destruyáit. Todo lo· .que es humano crece e,
",Parti,r de esta fuérza; sin ella se marchita; sin ella va "'ld. mina.•
JuAN.PABLo· II: Meiisaje navideño a cada uno
de fos hombres, a todos los hombres; L'Osser11~
tare Romano,
edición semanal en lengua espa­
fiola, año X, núm. 53 (522), domingo 31.de di-
ciembre de 1978. ·
La :fraternidad hui:nana ·tiene· sus raíces eri la paternidad· de
Dios, con -la que llegarán a ser libres para un servicio res­
ponsable.
«El primer servicio que debe prestar la Igles,a " la """'" de l•
"justi&M 'Y de la paz, es invitar a lo.r hombres a ahm'se a Jesuoristo·.
Fundaci\363n Speiro

"En El volverán " caf_Jtar su dignidad esencial de hijos de Dios,
"f01'1Jtddos " la imt " chatk:.r que
los caf_Ja&Ít"1> para afrontar las taredS del mo11W1Uo, li­
" gad,os Los unos
a

los
otros a tr,,vés de """ fratemidad que tiene
"sus 1'tÚtes
en la paternidad de Dios. En 'El llegarán " ser libres
"pMa un servicio ,espomable. ¡Que no tengan miedo! Jesucristo
"no es ni un extraño ni un competidor. No hace sombra ;, nada
"auténticamente humano, ya seo k, persona o sm 11arios log,os cien­
"tfficoJ
y sociáles.»
Ju.AN" PABLO II: Alocución a la Pontificia Co­
misión «Iwtitia et Paz», de 11 de noviembre de
1978; IJOsservatore Romano, edición sem_anal en
lengua española, año X, núm. 48 (517), domin­
go 26 de noviembre de 1978.
El eristianismo es "plenamen,te" teocéntrico y "singularmen ..
te" antropocéntrico.
«ZA verdad del rristiamsmo currespo,rde a dos reálidades fun­
,, damenttdes que 'no podemos perder nunca de viJta.
lar dos están
"estrechamente relacionadas entre sí.
Y justamente este vtnculo ín­
,, timo, hasta
al punto de que una realidad parece explicar la otra,
"es
la 11/Jta cdracterl.rliru del ~smo. L,a pri,,-t«a realidad se
"llama «Dios», y la segunda «el
hombre».

El
oristi,mismo brota de
'! """ relación pdrti&ular entre Días 'Y el hombre. En los últhnos
"üempos
-en especial durante el Concilio Vaticano II-se discu­
"tía mucho sobre si dicha relación es teoeéntriru
o ankopocéntri­
" CJJ. Si segflÍm,Js considerando por sepr,rado los dos términos de la
"cuestión, jamás
se obtenbá una respuesta sali,factoria a esta pre­
" g11nta. De hecho, el rristianiJmo
e! ttntropocintr!co precisamente
"porque
es plenamente teocéntrico; 'Y al mismo tíempo es teocén­
" trico gracias a su antropocentrismo singular.»
»
«Pero es cflbal11W1Ue el -misterio de la E~ón el que ex­
,, plica, por !Í mismtJ1 esta relaci6n.» » . .
«El cristianismo vive el misterw de la venida reta de Dios ha­
,, cía al hombre, 'J de est" rtlalidad palpita 'Y late constantemente.»
,24
JUAN PABLO JI: Catequesis en la audiencia
general del miércoles 19 de noviembre de 1978;
L'Osservatore Romano, edición semanal en len­
gua espaliola, año X, núm. 49 (,ts), domin,
go 3 de diciembre-· de 1978.
Fundaci\363n Speiro