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Número 175-176

Serie XVIII

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Crónica de la festividad de San Fernando 1979

CRONICA DE LA FESTIVIDAD DE SAN FERNANDO 1979
Madrid, treinta de mayo, celebmmos hoy, como años anteriores,
la
festividad

de
San Femand0c
Organizada por los amigos de la Cindad Católica se celebra en
la parroquia de

Nuestra
Señora de

Mootserrat
una misa,., Son las
ocho de la tarde y en el pórtico de la Iglesia se saludan los asisten­
tes que

van llegando
poco a poco. Es la hora de la misa; el Rdo. padte
Francisoo Sánchez, de

la Orden Benedictina
la oficia; tras la lec­
tura del Evangelio, en la homilía, d a

los amigos de la Ciudad
Católica, por la labor que realizan, les
insta a
seguir trabajando, a

seguit
ludhando, les
dice que deben
formarse para que llegado el momento sepan actuar en consecuencia.
La misa ha terminado y nos trasladamos a los "Salones Almansa"'
donde se va a. celebrar la cena; ésna transcurre animadamente, más
de un centenar ele personas nos hemos reunido. Llega el momento
en que son servidos los postres, se
hacen las presentaciooes de

los
disettantes; en

primer lugar
va a hablar Miguel Ayuso, luego lo
hará Cecilia Ortiz de Zátate
y para cerrar el acto el Catedrático de
la
Universidad
Complutense don

Sebastián
Mariné Bigorra.
Con una nota de humor se estrena Miguel Ayuso diciéndonos:
"miembros
de
la oposición"';
tras
unas breves palabtas en esta línea
com;enza su discurso y nos habla, en primer lugar, de la situación
actual de Espaila, una España laia,, liberal, fruto de una menta·
lidad democrática inoculada
hace ya tiempo por elementos izquier­
distas, "fruto de
unas ideas sembradas hace largo tiempo"'. Habla
ahora de San Fernando, de
su catolicismo militante, fortaleza, pru­
dencia, templaza... en fin, nos dice de él que es un testimonio per­
tnanente
de la monarquía oatólica y tradicional, Ya está terminando
Miguel
Ayuso cuando

nos ditige unas
palabras de recuerdo "pata
quienes hace muchos años iniciaron esta lucha ,en favor del Derecho
narural y cristiano, en favor de la Iglesia y de España"'. Aquí oon­
cluye su disertación,
Cecilia

Ortiz de Zátate toma la
palabra, nos
habla de
la civili­
zación cristiana, de
su instauración y restautación, de lo que estas
palabtas significan
y cómo los hombres de Speiro realizan esta Ja.
bor instauradora. y restauradora. La revolución permanente ocupa
otro 'lugar entre sus pal•bras, habla de ella como obra diabólica,
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lucha frente a Dios; "y es frente a esa ohm destructnra y maligna
a

la que nosotros oponemos la restauración
incesante de la Ciudad
Católica".
Como broche de oro para esta celebración, don Sebastián Matiné
nos

dirige
tlas últimas palabras de la nodhe: "San Fernando, el rey
que
conquisll>ba los ,einos a pares", nos

habla del
Rey santo, del Rey
que en las puertas de la muerte no quiso comulgar en el lecho, que
se levantó, se arrodilló y con una soga al cuello. peta siguificar que
era
un
escla,vo de

Dios, comulgó por última vez. Nos habla don
Sebastián Mariner

de la
España actual, que va camino de dejar de
ser la
España conquistada por San Fernando, la que él iba unien­
do, pam ser ahora la España desmembtada, la que va camino de
dejar de ser católica; nos recuerda
una frase: "cuando España deje
de
ser católica seguirá siendo España", pero él no está de acuerdo
con ella
y nos trae a la memoria otm: "cuando España deje de
ser católica
lhahrá dejado

de
ser España". ·
Tms esll>S palabras todo está dicho.
Cerca de la
·una de la madrugada terminamos la celebración de
la festividad de San Fernando los
amigos de la Ciudad

Católica; es
el momento de las despedidas y poco " poco el salón se ha ido que­
dando vacío. Ya sólo nos resta decir a todos ¡basta pronto!
M'. Angeles Badfa
DISCURSO

DE MIGUEL AYUSO
Una vez más nos re,mimos los amigo1 de la Cimlad Católica para con­
memcrar
la festividd de San Fernando, baio cuya protección nos acoge'lfZ()S,
San Fernando, mude/o de monarca cat6lico y a quien podriamos aplkar las
conocidas pa/ahras de San Agustín: .«Como hombre le .sirve a Dios viviendo
fielmente, como rey promulgando leye.r
religiotas
y hacUndoltn cumplir con
11n rigor conveniente», ·
Hay, sin embargo, ona do/oro.ta circun.rtancia que .repara
y di.rtingue f'a­
dica/mente ella conmemoración de la de año.r anteriore.t,' y es que, tras
muchos años,
nos

hallamos
cobi¡ados por una estructura política frontalmente
laicista,
nos hallamos ba;o un Esiado aconfesional.
Pero aun
siendo grave -grav1simo--el abandono dé lo que Rt:efael Gam·
brá ha llamado la «ortodoxia pública» pues supone una renuncia y deserción
culpable

a la obligación
que toda sociedad tiene de dar culto público a
Dios,
y produce efectos desmoralizt.ttlores al olvidarse el valor educativo de
las leyes, no es éste el problema principial. Porque este ahandono de la
confesionalidad no
es más que el

reflejo,
eco y reverberación producidos por
la
pérdida de la unidad católica, que era -y ah1 está el qtdd de la. cuestión­
«don de orden y calidad superior para la promoción social, cifJÍ} y espiritual
del pa1s» en pa/ahras de Pablo

VI,
y prinripio 1 fundamento de' nuestra na­
cionalidad.
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