Salvador Abascal: La revolución antimexicana

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peo" que don Magín, profesor y mártir, "en momentos de santa
locura", concibiera como el primer paso; y mirado si,n pasión así
habrá

de
ser -unidad. de esplritu-para e! reencuentro necesario
y más urgente cada día, entre los que sólo geográfica o económi­
camen,e
pueden seguir llamándose todavía ,europeos.
JOSÉ CALVO GoNZÁLEZ,
Sakador Abasoal: LA REVOLUCION ANTIMEJCTCANA (1)
Algunos de los hechos más importantes ocurridos en México
en
los diez @timos años han servido de punto de partida a Salva­
dor Abascal para una profunda" reflexión sobre la acción de la Re­
volución
Mundial en esa nación y sus repercusiones a nivel reli­
gioso, . político y social.
'El autor, ilustre pollemisra y publicista católico, es una de las
figuras más sobresalientes del catolicismo seglar mexicano, Perrene­
ciente

a una generación que vio
en sus aJios mozos la derrota de

los
crist>ems a mmoo de

la revolución
--debido a
la ignora.ocia
y de­
bilidad de algunos
miembros de la jerarquía eclesiástica--,-, Sal­
vador
Abascal supo, junto

con un puñado de jóvenes
profesionales
católicos, animar ,un
vasto movimienw popular que

se
enfrentó a
'.la ofensiva revolucionaria en México durante Jo,¡ años del. gobierno
de
Lázaro Cátdenas

(1934-40).
Recogiendo la anroocha del

mismo
ideal catolico, los fundadores de la "Unión Naciona'l Sinarquista"
desarrollaron una

nueva forma de
combate cívico y popular ade­
cuada a las nuevas circunstancias _políticas tras la cristiada. EL roo~
vimiento, del cual Salvador Al,ascal fue líder indiscutible, logró
despertar en las conciencias católicas el entusiasmo y e! sacrificio ,
por la lucha

cívica,
obteniendo importantes triunfos frente
a la
ofensiva
marxista del presúlente Cátdenas. Sns luchas se centraton
en fa oposición a la colectivización agraria, a fa educación sexual y
socia'list-a, a la comunización de los sindicatos y a defender la liber­
tad de los católicos para practicar su fe. Más de cuarenta muertos
atestiguarían
la

autenticidad
y fitmeza del "Sinarquismo". Los afa­
nes cívicos

de
Abascal le

llevaron a fundar una colonia en
el ,erri­
torio abandonado de

Baja
California, despoblado y amenazado por
un
. eventual =•amiento de

colonos
extranjeros.
Algunas disensiones internas,

producidas en gran parte
por co­
rrientes
ideológicas heterodoxas, re,minaron con la viralidad del
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movimiento, pero SalVlldor Abasc:ail, contÍnuó su combare-en el cam­
po. editorial, debiéndose a su gestión la publicación de las más im­
portantes rolecciones sobre el catolicismo mexicano. Perseguido por
su peusamiento tradicional~ hubo de abandonar antiguas rela­
ciones para continuar en solitario su comba.te, ahora desde la edi­
toriail Trmüd6n.
A su amplia experiencia de hombre de acción, que Je permite
escribir oon perfecto ~nocimiento de

causa
robre los entr poder revolucionario en

México,
Salvador Abascal une

una
sólid,,.
fomruición doctrina1
y un filial senti~ de unión con la Iglesia y
el Papado, ayer Paulo VI, hoy Juan Pablo II, que k ba llevado a
la polémica
oon la• sectas progresistas y seudotradicionalistas me­
xicanas;
envites
de los cuales siempre ba resultado victoriosa la
verdad por él defendiaa. Sus apariciones en televisión, SÚS denun­
cias a
la jera.-quía progresista, etc., le han convertido en punto de
.contradicción; denunciado y perseguido por muchos, apreciado y
estimado ·por otros, es indudable que •es una de d más
conocidas en el

México de
hoy.
La obra. que comenta.mos refleja nítidamente esta crayecroria
personhl, por
Jo

que nos hemos
extendido ,presentando hl autor a
los lectores. En ésta se han reunido, bajo ,el título La Revoluci6n
Antimiexicán:,, una serie de artículos pulblit:ados anteriormente en
La Hoja de Combate; y aunque el tímlo de la obra pudiera sugerir
un enfoque
lootlista, hl simarse el

autor en una perspectiva cató­
lica
y occidental, su obra adquiere una dimensión universal y, así,
los
problemas que

analiza son, en definitiva,
1os grandes problemas
de

nuestro
tiempo.
El autor ---anlaa.iz.a los estragos causados a México por el laicis­
mo, denuncia la vigencia de sus posmhi.dos iy su progresiva trans­
formación de laicismo kt.teo a laicismo militante y ma:rxista, ape­
dalmente durante el régimen del presidente Luis Echevarría, al
propio
tiempo que
denuncia la
insuficien•e comprensión, cuando
no complicidad, de

algunos clérigos
y jerarquías eclesiásticas frente
a
estos ataques

a la Fe.
Los tirulos de los are/culos son sugerentes:
"Laicismo, el crimen máximo", "La

Revolución, corruptora de me­
nores", "La
lógica revolucionaria", "Los .propósitos de la revolu­
ción",
"Bl cambio de

estructuras",
etc. Late en lo profundo de todos
ellos un apremio a
buscar en

los
orígenes católicos
e
hispánicos
de

la
nación fas raíces

más
profundas y duraderas de la sa1ud ma­
terial
y espiritual.
Por
tratarse generalmente
de
artku:los de
denuncia, el
frío aná­
lisis
de !os hechos podría

llevar a
algunos espíritus a la desespe­
ranza
y al desaHento; sin embargo, el autor derola,:a en el prólogo
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que su oqjecivo al publicarlo ha sido "despertar algunas conciencias
para

que se entreguen
primero a la oración y luego a ia acción ... ,
sólo por Cristo", y añade que aunque "la salvación de la Patria
entera no
puede costar sino muchas lágrimas,

quizá de varias
ge·
neraciones", la esperanza no puede surgir sino de la acción y la
consigna es clara: "Ya es hora de empezar", ahora que, sin lugar
a
dudas, ha quedado ya IDUf atrás en la vida del autor, y que de­
seamos

próxima para México,
pera ,!os moohos lectores que segu­
ramente
tendrá

la obra y que encontrarán
en ella
una fuente de
pensamiento
y ej.emplo de compromiso católico.
E.M. D.
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