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Número 209-210

Serie XXI

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San Leandro y la unidad católica de España. Homilía en la XXI Reunión de Amigos de la Ciudad Católica

¿CRISIS EN LA DEMOCRACIA?
Se refirió, también, al viaje de Su Santidad a España; habló
de
la preparación de esta venida del Papa por un grupo de jó­
venes y cómo, a medida que se les exigía más sacrificio, aumen­
taba el número de jóvenes dispuestos a trabajar.
Concluyó dedicando unas palabras a
la Virgen, encomendán­
donos que la recibiéramos como Madre. Se clausuró nuestra XXI Reunión con el acto
lit6rgico final
en
el cual el P. Victorino Rodríguez, O. P. dio gracias a Dios
por estas jornadas, por las palabras del Vicario de Cristo en su recorrido por España. Terminó resumiendo
que la democracia
moderna ha vivido en cri,sis, vive en crisis y terminará en muerte.
M.' .ANGELES BADfA.
Homilía en la Misa del segundo día: "SAN LEANDRO
Y LA UNIDAD CATOLICA EN ESPA:tl¡A"
POR EL
Rvdo. P. MARTIN PRIETO RlvERA
Hoy celebra la Iglesia española la fiesta de San Leandro,
Arzobispo de Sevilla. San Leandro tenia sangre de santo. Son cuatro los hermanos
elevados por la
Iglesia al

honor de los altares: San Leandro y
sus hermanas, educados por él a la muerte de sus padres:
San Fulgencio, San Isidoro y Santa Florentina. Indudablemente, el astro de
primera magnitud

fue San Isi­
doro,
quie11¡, con

su saber enciclopédico, universal
para su
tiempo,
fue el Doctor reconocido y Maestro de la Iglesia
medieval, sobre
todo

hasta el advenimiento de la gran Teologla escolástica.
Pero desde

el punto de vista español, la influencia de
San Leandro fue, para nuestra
naci6n, de

mayor transcendencia.
A él se debi6 la conversi6n del arrianismo
al catolicismo del
rey Recaredo, y con él de todo su pueblo godo, que hasta en­
tonces
habla convivido

mal
can la

poblaci6n hispano-romana, ya
cat6lica en su inmensa
mayoría cuando

la invasi6n visig6tica.
En el III Concilio toledano (589)
tuvo lugar

la solemne
abiuraci6n del

arrianismo
y la profesi6n de fe cat6lica, no s6lo
del rey, sino también de los
f!,OdtJs y
suevos.
Con ello se lleg6 a la unidad religiosa de España baio el ca­
tolicismo, que el padre del rey, Leovigildo, habla tenazmente
procurado se hiciera ba¡o el
arrianismo. Desde entonces,

España
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CRONICA XXI REUNION DE AMIGOS DE LA CIUDAD CATOLICA
es católica a través de catorce siglos y a pesar de las debilida­
des y veleidades humanas y aun de infidelidades de individuos
o pequeños grupos. Es el bien inmenso de la unidad religiosa ba¡o la verdad,
que tantos beneficios ha traido a la nación española, que los Pa­
pas han
ensalzado y

otros pueblos nos han envidiado.
Y con la unidad
religiosa, la

unidad
polltica. Desde
sus pun­
tos de vista distintos, tanto Leovigildo como Recaredo vieron
muy bien que nada meior podia consolidar la unidad politica
que la .unidad religiosa del pueblo. Y que ello de hecho ha sido
aJi nadie

lo ha proclamado con mayor sabiduria que nuestro in­
mortal historiador,
Menéndez Pe/ayo.
No

es posible afirmar que esta
simbiosós de
Religión y Pa­
tria española se haya
realizado siempre,

en catorce siglos, de
manera ideal en buena teoria, y
sin roces más

o menos desagra­
dables. Ha habido muchas veces intromisión del Poder civil en
lo eclesiástico (Cesaropapismo); y del
ecll!siástico en

lo civil
(Clericalismo). Pero /os beneficios para España de la unión su­
peran infinitamente los inconvenientes.
Con toda razón puede afirmarse hoy y siempre lo que afirmó
León XII en su encíclica
Inmortale Dei sobre la constitución
cristiana de los Estados, número 9:
«Hubo un

tiempo en que la filoso/la del Evangelio
gobernada los Estados. En aquella época, la eficacia pro­
pia de la sabiduria cristiana y su virtud divina había pe­ netrado en las
leyes, en las instituciones,

en la moral de
los pueblos, infiltrándose en todas las clases
y relaciones
de
la sociedad. La Religión fundada por Jesucristo se vela
colocada firmemente en el grado de honor que le corres­
ponde, y florecía en todas partes gracias a la adhesión be­ névola de los gobernantes
y a la tutela de los magistrados.
El sacerdocio y el imperio vivlan unidos
en mutua
concor­
dia y amistoso consorcio de voluntades. Organizados de
este modo, el Estado
produ¡o bienes

superiores a toda es­
peranza. Todavla subsiste la memoria de estos beneficios,
y quedará vigente en innumerables monumentos históricos,
que ninguna corruptora habilidad de los adversarios podrá
desvirtuar u obscurecer.
»Las palabras que Ivo de Chartres escribió al Papa
Pascual II merecen ser consideradas como formulación de
una ley

imprescriptible; 'Cuando el imperio
y el sacerdocio
viven en plena armonia, el mundo está bien gobernado y
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¿CRISIS EN LA DEMOCRACIA?
la Iglesia florece y fructifica. Pero cuando surge entre ellos
la discordia, no
sólo no
crecen los pequeños brotes, sino
que incluso las mismas grandes institudones perecen
mise­
rablemente)».
El naturalismo radonalista que hoy invade el mundo no acep­
ta esta unión amistosa de Iglesia y Estado; quiere la total
rup­
tura.

Más aún, contra toda
razón y evidenda, niega toda vincu­
lación de
la sociedad natural con un Dios transcendente; se ex­
pulsa

a Dios de las cartas fundamentales de las naciones; y se
diviniza al

«pueblo»-al ¡pobre pueblo!- hadendo de él la
fuente de todo derecho y aun de la moral.
As! le va al mundo ...
Por desgracia, esta mentalidad naturalista infidona a muchas
mentes católicas: a publicistas, profesores
y aun teólogos. Pero
el cristiano no puede perder de
vista que

el único magisterio
universal auténtico es el oficial de la Iglesia: es dedr, el del
Vicario de Cristo, el de los Condlios ecuménicos. Y este magisterio, la doctrina que siempre ha enseñado es
la de la independencia en su propia esfera de los dos Poderes, civil
y eclesiástico, y la unión amistosa en las materias llamadas
mixtas o pertenecientes de alguna manera a las dos esferas de Poder. Siempre buscando el bien total de los
'súbditos; y, en su
caso, con prevalencia del bien mayor -el espiritual
y eterno
sobre los bienes menores-, los materiales y temporales ...
Oración ante el Santísimo en el ACTO LITURGICO FINAL
DE LA XXI REUNION DE AMIGOS DE LA CIUDAD CATOLICA (14 de noviembre de 1982).
POR BL
Rvdo. P. VICTORIANO RODlÚGUEZ, 0. P.
l. Señor, ¡qué complicada nos resulta la vida social cuando
la programamos los humanos! ¡Con lo sencillo que es
el Decá­
logo

del Sinal y el Sermón de la Montaña! Pero no; la
superbia
vitae
se ha inoculado en la natural y legitima apetenda de co­
laboración activa en la cosa pública,
y la natural democracia del
me¡or pensamiento cristiano
y de las meiores realizadones de
vida cristiana, orgánicamente partidpada ( valgan como· e¡emplo
las Ordenes
Religiosas), ha

degenerado en democracia autártica,
voluntarista o libertaria, que terminó siendo autoritaria, opre-
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