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Número 257-258

Serie XXVI

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La violencia y el orden (Un libro de Álvaro D'Ors con «muchos rincones»)

LA VIOLENCIA Y EL ORDEN
(UN LIBRO DE .ALVARO D'ORS CON '~MUCHOS RINCONES")
~OR
·~ÍIGUEL 4, YUSO,_' .
I
Fuera de todo ditirambo, creo no errar si, _desde el inicio, califico
el libro con que el profesor Alv.aro· d.'Qrs ac~ba de regalar a sus lec­
tores como ·un libro llamado a se; clásico -nacido clásico--y a
permanecer enhiesto cuando toda la hojarasca de la literatura demo­
crática sea afrumbadá por

tiempos. inenos.indigentes.•que.
el nuestr.o.
Y libro qlle deberá constiruir referencia inexcusable

cuando en ade­
lante· se trate el rema de nuestra Cruzada de 1936. Porque, al igual
que el

de Javier Nagore que le precedió en
la colección que lo ha
dado a la ·estampa, -excede de· la_ razón .histórica para .entrar. de llenó
en la
razón poética, si

se me
_permite usar.
una
--sutil ,:distinción de
Leopoldo Eulogio

Palacios
~nÚ<:leo de la obra sobre.cHistoria y Poe­
sía en que trabajaba cuando Je, sorprendió la. muen~ que ha glo·
sado

maravillosamente·
Rafael· Gambra. ·
En efecto, . ]as ciencias biológicas • y psicológicas, al estudiar as­
pectos del alma o del cuerpo del hombre, pero no al hombre mismo;
se
han-
·visto rebasadas

por
la ·hiscoria, como disciplina que se acerca
más
al ser concreto del hombre, al -menos en la peripecia temporal
de su caminar por

el inundo. Sin embargo, como comenta Palacios,
la historia narra
hechOs del

pasado, realidades que ya no
'son, de
cuya
:facticidad _pretérita·

se· ocupa;
· hechos
cuya intencionalidad -última
·es­
c:apa
al·historiador y que·en su:.carácter mostténco·podemoS interpre­
tar
diversamente.
De ahí que haya de darse un pasO .tilás y reconocer
la ,fuente
cognoscitiva -de· lo humano en la raz6n poética. Porque, qué
duda cabe que el conocimiento relativo al
hombre también ·se obtiene
observan,fo

los hechos
narrados por la historia, pero reducir el hom­
bre
á su histcida equivale a vaciarlo de sentido httmano · en una me­
dida no .inferior de aquella en que. lo
hadan_ las · llamadas ciencias
· sociales.

_En cambio,
e~ conocimiento queda· potenciado en

la
poesí~
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MIGUEL AYUSO
narrativa o dramática, que crea tipos o caracteres reales para lanzar­
los, a través de
la fábula o mito, a situaciones que expresen -como
resume Gambra- su
ethos y su pathos profundos.
II
Por tanto, el libro de Javier Nagore,
En la Primera de Navarra,
éomo historia de soldados conocidos que es, según la feliz expresión
del propio Alvaro d'Ors, _es _una_ ilustración insuperable del carácter
de Cruzada que tuvo nuestra. gueira, mediante la personificación sub­
jetivadora de la
santid.id objetiva
de
la causa que en ella se ventiló,
y_ resulta en ese sentido mucho más penetrante el lenguaje de Nagore
-fiel transcripción, afíi:ma Gambra, del de aquel campesi_nado nava­
rro convertido a la sazón en combatiente-
y la semblanza personal
de cada uno de los que durante la_. Campaña fueron sus c0mpañeros "de
armas, de penas, de alegrías. y de ~ictoria ~ que el tratado histórico
más veraz_. y mejor
informad.O que pudi~ra lograrse
sobre
.el tema.
Igualmente, el

presente libro de Alvaro d'Ors,
... en
otro
.esuato
indudablement~,
es. t~bién .la.

historia
inter~or, la biografía 4e un
soldado y pen,ador-que se conoce, "que sabe quién es". al igual que
Don Quijote. Por eso,
~y unas palabras que. el profesor .. d'Ors pro­
nunció

el pasado 20 de febrero en el hotel de los
Tres Reyes,
de
Pamplona, en el· acto de su presentación,
que son

altamente revela­
doras de l_o que este. libro
sUi,one: significa ~ijo-el r_eenc;uentro
con

muchos capítulos
dé Su vida,

supone un volver a atar el tapiz
'de
ios

hilos de
· su

vida, de ese -
. tapiz del

que solamenté Dios
conoce,
además

del revés de la trama, el
envés, De ahí. que el resultado del
que el lector puede _ gustar -interna
e· intensamente

es
un libro con
-mucho1 rincones.-
No creo que se pueda sintetizar. en menos palabras
-y con

más-autoridad, pues
vienen_del-aut,01'-.lo que
significa este
libro fundamental. Si roda libro muestra algo de
la personalidad y el talante de su
autor, si desvela algo del -misterio de su
alina, de

éste que· hoy tengo
el honor de comentar_ a los
lectares de Verbo, precisamente_ por- tener_
muchos __ rincones, se puede afirmar ·en grado eminente. Como en un
paseo· por
la ciudad en que se ha vivido intensa.mente parte de la
vida, cada plaza, cada calle, cada esquina, evocan recuerdos tales que
las piedras
duras y frías se asocian a los destellos misteriosos de la
memoria, a · la vivencia del amo.f y del dolor; así, este libro es un
pa_seo sosegado por muchos rincones
y, con el cincel de su pluma
bien cortada-y d_e _su paleta sugestiva, el
artista nos
deja
·ver muchos
.pliegues· de

su alma, muchos
rasgos y colores de sti autorretrato. -Por.
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LA VIOLENCIA Y EL ORDEN
eso, es obra de geri.io, de rapto, de insp'iración, ejecutada como tal
"de un tirón". No podía habet sido de otro modo.
Muchas de las tesis que Alvaro d'Ors .ha vertido sosteniendo du­
rante su dilatada ~y fructífera-ej~curoria vuelven a encontrarse_ ·en
este libro, que, al pie de cada página e ilustrando cada desatrollo
conceptual, podría
habet incorporado

un
grueso aparato
de notas sólo
con referenciaS y remisiories a artí-culos y · ensayos del autor. La dis­
tinción potestas-auctoritas; · el diagnóstico de la ci:isig ·del Estado, fruto
de la subordinación a instancias supranacionales y a la ·Vez de la ten­
dencia a dividir inttanacionalmente las naciones sometidas a tensiO:
nes regionalistas; el Reino de Crist0 como plasmación de la teología
política católica, etc., vuelven a esté libroj pero no apiladas, sino tra­
badas, encadenadas por el fluir de un · pensamiento racional y para·
dojal a la vez, lógico
y mágico al tiempo. Es una prueba más del
magnífico · momento intelectual que atraviesa el profesor d'Ors, · ins­
talado en una .actitud serena y madura de . recápitulación de· muchos
pensares
y sentires, y entrando en esa edad de la vida y de la inteli­
gencia que Guardini caractetizó
como la

del
hombre sabio.
,Cualquier profesor honesto y dedicado, en el trance de su jubi­
lación, pó9):ía ofrecer una síntesis de sus aporta_ciones a la ·disciplina
de su especialidad y a las ramas colindantes del árbol de las ciencias.
(También lo ha hecho Alvaro d'Ors en la
prelección jubilar que leyó
en la . Faatltad de Derecho de la Universidad compostelana el día
12 de abril de 1985.) Igualmente
quedar/a al
alcance de cualquiera
inventariar la propia producción, elabOrando una bibliografía más o
menos voluminosa. Pero sólo un 1JJ(JeStro, Y ~ un sentido más pleno
que
el del mero profeso.e que transmite conocimientos1 en el del ami­
go que
generosamente -magnánimemente-abre,

el
: corazón,
puede
ser capaz de alumbrar un libro como La violencia y el !dden, del que
se puede decit ejemplatrnente que es una carta dirigida a cada uno·
de sus lectores, que se 'puede resumir como un· de.stilado de sabi­
duría.
III
Me, resulta

muy difícil
comentar algunos
de los puntos más sa­
lientes o de5tacar ciertos de sus conceptos · más brillantes. Aunque
consciente de que es posible que yerre·
al hacerlo, voy a referirme a
cuatro ideas que giran alrededor, de nuestra Cruzada de 1936, de la
que se han cumplido cincuenta años el pasado;
y .que ha sido la mo­
tivación inmediata

del escritor a la hora de
tomar la

pluma.
La primera. -en la que no voy a insistir- es que el orden be·
cesita de una Viólencia .no .sólo constituyente, sino defensiva. De
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MIGUEL AYUSO ·
donde se deduce la licitud· ~el uso de las armas y, enocasiones, de
una sublevación armada cuando la sociedad
.com¡,iueba que .la PQ·
testad-.no quiere, o no puede, mantener un orden. Es el ca~ de la
legítima. defensa contra la, anatq\lía, caso .en el que Jas ·armas y la
éxpectativa fundada .de victoria pueden dar legitimidad a . la subk·
vación .. En .nuestra _Cruzad~ no ocurrió otra cqsa"; comQ "-<_ou tan~
prontitud como aci;rto- ca_ptó el obispo de Salamanca PI~ y Í>eniel
en un.
pasaje

de su
pastoral úis dos ciudades: "La actual luclu; re­
viste, sí, la forma exrema de una guerra _civil, pero, en reafi~, es,
una.Cruzada. Fue· una sublevación',' pero no para ·perturbar, sino para
res¡ab]ecer el

orden,"
• • •
. · fa segunda, que apareció anticipada,en el ensayo con que ama-·
líleriiehte fonttibiiyó
al

número colectivo que
la· revis!ll Iglesia-Mundo
dedié:6 l!'c'.incuentenario de la Cruzada y que tuve el honor de dirigir
y
coordinar, es "que· nuestra·~guerra~ ·quizá' por. desgnicía, sólo ·foe
una Cruzada y no una· verdadera guerra civil''. Es · decir, fue una.
reacción· del sentimiento ·'religioso_ her.ido an~ · la permanente. agresión
republicana: Fue el' rotundo ¡no! ·que un pueblo arraigado en la fe
opuso a una política qµe cohdUcHt' de ¡p_odo ,-necesario a la ruina es­
pirituáL Fu:e la comprensión; -luminOsa en un instante, de que mtichas
de las
corrientes,. entonces

triunfante·s
-y· a lás que, apenas remoza-·
dás, hemos vuelto

a abrir hoy alegres
Y" confiadós nuesqas ventanas­
no_ er~. ·p~opiame1-1r~ opciones _ polí_ticás opina'.bles, sisteinas preferidOS·
legítimalherice por cualesqciiéia grup<¡s ,para organizar la convivencia
política.
Se trarábá · '-'-'-Se tta!ll--'--de sistemas globales, de cosmovisio­
ries .ca_bales qtie )en-·su dimensión política no eran sino la puesta en
práctica de una'hlotalidad de irispíración filosófica antictistiana,
· Pero e~ cOO.é:iencia · que como' ;reacción .:..:...,.preferentemente -.re­
ligiosa-

éra
tan·dara,-n:0·11eg6 a
fraguar en lo positivo con el reen­
cuentro
"del sistema

político tradicional, que había dado a
España lbs
mejores

días de su historia y era el único que pcx:l.ía volver_ a
dárselos,
Quizá no haya habido atta ocasión igual en los dos últimos siglos
para haber enderezado definitivamente --con todo lo que de preten­
cioso tiene
hablar· de
definitivo·
entre. los.=hóinbres-,-un
·rumbo, y
quizá no vuelva a haberla, Ocasión, lo sabemos ahora, pero pudo ,sa•:
berse siempre, _perdida en buena •patte. : · . >; . · ,. ·
Pues bien, si la ·guerra de España fue una·.Cruzada, si tuvo .. un
sentido afirmativo~·y 'último._.:de carácter religiosri: que· excedía muy_,
mucho del simpk gMpe de l'Íla.no:,para .asegurar 'una "República bon';
rada";

fue en
huerut medida:•por el pueblo.

carlisra de Navarra, que
ejercitó en grado-:·heroico µna:5-virmdés que .ya:·srin.:-ley.enda. Los :re~·
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LA VIOLENCIA .Y EL ORDEN
quetés, con sus cristóforos y sus "detentes", constituyen una ilustra­
ción suprema· de lo· que es una -guerra religiosa. Pero, por otro lado,
. si ·sólo fue una Cruzada, si· no llegó a ser propiamente la guerra civil
que d'Ors cree que debía conducir a la legitimidad tradicional, fue a
pesar de
lOS requetés y ·precisamente por abandonar sus -banderas y
acallar· Sus canciones:·En -Unas:y otras·' estaba la continuidad de una
historia
y de una política. Ese siglo y medio de tragedias tuya suce­
sión se abre con la guerra ·I'ealista y coo.cluye ·con la.·guetra de Libe­
ración.
Alvaro d'.drs -Y cierro con •-esta 'Consideración el análisis que
por-

mi
·cuenta he-

emprendido
e:O: las,·Hneas,ánteriores--, con ... este
libro, con esta: idea tan acertada , pero también: -tah acerada; rari. su­
gestiva Como cortante

al
tiempo, vuelve

a
acreditar ·su ·½altad -a la
causa de la Tradición, de la que resta como unó de sÜS-'-,grtindes va:­
ledores
en
nuestros días.
• • •
La tercera explica la incomprensión actual de --nuestra guerra poP
la conexión íntima entre pacifismo "y de1nocracia. La democracia ane~:
ga lá: -voluntad de defensa .ddas sociedades .y las conduce al suicidio
colectivo. En ·1936,. en cambio, se vivió con pureza" lo que Ramiro
de Mae.ztu dejó grabado en letras de bronce 1,ara. enseñanza de fu­
turas· generaciones: "Ser es defenderse." Y es que cuando se rehun-'·
cia

a la propia
identidad pa,ra congraciarse

en
·d ..ideál siilcretista de
la sociedad 1ndiscriminadamenté abierta, se está declinando ·¡. posi­
bilidad
misma de fa autodefensa. Cuando se hace mofa impunemente
de :cuánto ha sidb -el,_~Sustent.o de -1.u;ia manera ·de ser y _el.fundaID.ento
de una civilización óriginal, es ·que-el peOsamiento . va muriendo.
Cuando
se , deshonran·: loS frutos

de nuestro espíritu
p_ara- idealizar· sin
niedida · a lás que se. supónen sus víctimas;· la barbarie se -instala triun­
fadora.·
El análisis que d'Ors fl:Os ofrece en este punto ..:.....d,esde las ata­
layas de -la teoría
polfrica-es
de una valentía e independencia im­
ponderables. A pesar de su extensión no dudo en transcribirlo: "La
relación profunda enrre p<\Cifismo y democracia es tan clara como
oculta. Se
tratá s~ple~ente de

sustituir
la decisión armada, que, en
principio
conduce
~ la· victOria_· 1del más fuC;r~e, por fa negociadón
económica; ;que·· coridúce

-al
,:domiriio -del· más-·rico. Esto .es: ·así porque
la democracia, por süs mfslnos' pdlkipios, po.ifula la transitoriedad'
del
gobernante, cuya' potestad 0dejlénde' de las elecciones populares;:
dentro

de
.ciettos límites t<1Iistifucfünales: Esto quiere

decir que el
go­
bernante aparente; al -.ná 'ser· estiibl~. 'no. tiene el poder realmente ·de::
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c1s1vo, sino que éste debe reservarse a un cierto giupo de personas
que,
})Gr su

gran potencia
económica, -pueden controlar la vida. so­
cial, dentro de cada Estado, incluyendo· el mismo resultado de las
elecciones, pero, a la vez, puede establecer un sistema de_ entendi­
miento supranacional permanente. _De _este modo, la Democracia es,
en
el fondo, una Criptocracia plutocrática, para la_ que la negocia­
ción, los negocios, .es su oficio,
y no _la violencia militar. Y al ser
un poder
· oculto, es natural que se combine con todas las otras redes
y sectas de connivencia oculta que existen en el mundo y que, revis­
tiendo distintos nombres, conducen, en último término, al poder si­
núquico ...

_ Pero, por este camino ·de la Criptocracia encubierta bajo
apariencias
democráticas, es

el mismo .Estado_ el que
vie~e a
caer en
crisis: ·se convierte
-también él en

un puro instrumento de
la Sinar­
quía mundial."
• • •
La cuarta dice relación con el profundo planteamiento que d'Ors
l:Ía hecho

de la cuestión de la Teología política. Por. encima de las
distinciones eruditas
-al margen de la discusión entre Car! Schmitt
y Eric Peterson de que en alguna ocasión ~ ha ocµpado--, en este
libro nos muestra
e1 profesor d'Oi.'s. un· entendimiento nuclear. del
problema,

No en vano reconoce que· el impulso primero de todas
sus reflexiones sobre teoría politica -materia que no ha dejado de
estar. presente
en su quehacer_ intelectual,
entrelazada, dice,
con
la
temática histórica y jurídica impuesta por el oficio-, cuyos resul4
tados se· presentan de manera. resumida· ~n este_ libro, "es aquel grito
de. « ¡Viva .Cristo Rey!», con el que murieron -escribe--muchos
de mis compañeros de Cruzada, así como ta,mbién otras personas
~íctimás del terror, muehas de el4ts mártires. No era aquél un .grito
sólo de fe y de ·bravura en momentos de sactificio héroico, sino algo
mucho más grave y elevado; una afirmación del primer principio
para una teoría política cristiana; un alto mensaje que no podía
re ..
legar al olvido".
IV
Quienes tienen una concepción métrica
del saber

pasarán de lar­
go ante este peculiar libro sobre la
Cruzada de

1936, que no habla
de historia

militar ni rastrea datos
dé sociología economic~ta. Sin
. embargo, por .muchas razones y en. varios sentidos, es quizá uno de
ios libros

más importantes para
entender de aquella
mis­
teriosa_ explosión de fe. _De cuyos rescoldos aún vivimOS. ·
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