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Número 435-436

Serie XLIII

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Matrimonio y familia

MATRIMONIO Y FAMILIA
El fundamento antxopológico de la familia.
wl matrimonio y la familia no son, en realidad, una construcdón
"sociológica casual, fruto de situadones históricas y económicas partl­
"culares. Al contrarío, la cuestión de la correcta reladón entre el hom­
"bre y la mujer hunde _sus rafees en la esencia más profunda del ser
'humano y sólo a partir de ella puede encontrar su respuesta. Es decir,
''no se
puede separar de la pregunta anti.gua y siempre nueva· del hom­
"bre sobre sí misma: ¿quién soy?: ¿qué es el hombre? Y esta pregunta, a su
"vez, no se puede separar del interrogante sobre Dios: ¿existe Dios? y
"¿quién es Dios?, ¿cuál es verdadermnente su rmtro?
»La respuesta de la Biblia a estas dos cuestiones es unitaria y conse­
"cuente:
el hombre es creado a imagen dí! Dios, y Dios mismo es amor.
"Por eso, la vocación al amor es lo que hace que el hombre sea la autén­
"tica imagen de Dios.,: es semejante a Dios en la medida en que ama.
,De esta conexión fundamental entre Dios y el hambre deriva la co­
"nexión indisoluble entre espíritu
y cuerpo; en efecto, el hombre es alma
"que se expresa en el cuerpo y cuerpo vivificado por un espíritu inmortal.
''.Así pues, tan1bién el cuerpo del hombre y de la. mujer tiene, por dedrlo
"asl un carácter teológico; no es_ simplemente cuerpo, y Jo que es bioló­
"gtco en el hombre no es solaiilente biológico, sino también expresión y
"realizadón
de nuestra humanidad. Del mismo modo, la Sexualidad hu­
"mana no es algo añadido a nuestro ser persona; siiJo que pertenece a
"él. Sólo cuando la sexualidad se ha integrado en la persona, logra dar
"un sentido a si misma.
,Así, de esas dos conexiones -de! hombre con Dios y, en el hombre,.
"del cuerpo
eón el espíritu-brota una tercrtra: la conexión entre perso­
"na e instilJ.lción. En efecto, la totalidad del hombre incluye la dimensión
Verbo, núm. 435-436 (2005), 363-370. 363
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"del tiempo, y el ,si, del hombre implica trascender el momento presente:
"en su totalidad, el ,sf:, significa ,siempre,, constituye el espado de la fi­
"delidad Sólo dentrp de él puede crecer la fe que da un futuro y perml­
"te que los hijos,' fruto del amor, crean en el hombre y en su futuro en
"tiempos diffciles.
,Por consiguiente, la libertad del ro, es libertad capaz de aswnfr algo
"definitivo. Así, la mayor expresión de la libertad no es la búsqueda del
"placer, sin llegar nunca a una verdadera decisión. Aparentemente esta
"apertura permanente parece ser. la realiZacíón de la libertad, pero no es
"verdad: la auténtica expresión de la libertad es la capaddad de optar
"por un don definitivo, en el que la libertad, dándose, se vuelve a encon­
''trar plenamente
a· si misma.
,En concreto, el (51:, ·persoñal y recíproco del hombre y de la mujer
"abre _el espacio pBiá el fuáJrd, para la auténticá humanidad de cada
"tJ.nb y, al inismo üelTlpo, es"tá destinado al don de una nueva vi.da. Por
"eso, este ,sf, personal no puede por menos de ser un «si> también públi­
"camente re.'iponsable, con el que los esposos asumen la·responsabilidad
''pública de la fidelidad,
(}ue garantiza asimismo el futuro de la comu­
''nidad
,En efecto, ninguno de nosotrós se pertenece exclusivamente a sí
"mismo. Por eso, cada uno está llamado a as_wnir en Jo más intimo eje
"su ser su responsabilidad pública. Así pues, el matrimonio como institu­
"ción
no es una injerencia indebida de la sociedad o de la. au.tortda_d,
"una forma-impuesta desde fuera de la realidad más privada de la vida,
"sino.una exigencia intiinseca
del pacto. del amor conyugal y de la pro­
"fundidad de la persona hwnana.
,En cambio, las diversas formas actuales de ~isoluCión del matrimo­
"nio, como las uniones libres
y el ·t111atrimonio a prueba,, hasta el pseu­
"do-matrimonio entre personas del
mismo sexo, son expresiones de una
"libertad anárquica, que se quiere presentar erróneamente. como verda­
"dera liberación del hombre. Esa
jJseudo-libertad se funda en una trivia­
"Jización del cuerpo, que
inevitilblerilente incluye la trivialización del
''hombre.
Se basa en el supuesto de que el hombre puede hacer de si
"mismo Jo que quiera: así su cuerpo se ·convierte en algo secundario, algo
"que se puede manipular desde el punto de vista humario; algo que se
''puede utilizar como se quiera. El libertari51!10, que-se quiere _hacer pasar
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"como descubrimiento del cuerpo y-de su Valar,-es en realidad un dua­
"Jismo que hace despreciable el cuerpo, situándolo -por decirlo asf­
"fuera del auténtico Ser y de la auténtica dignidad de la persona:1.
BRNRDICTo XVI: Discurso en la ceremonia de apertura
de la asamblea eclesial de la diócesis de Roina, lunes 6 de
junio. L 'Osservatore Romano, edición semanal en Iéngua e.s­
pañola, año XXXVII, núm. 23 (1902), 10 de junio de 2005.
Defender, promover y amar la vida.
da verdad dél matrimonio y de la familia, que· hunde sus raíce$ en
"la verdad del hombre, se ha hecho realidad en la historia de la sa/va­
"ción,
en cuyo_ centro están las palabras: JJios ama a_ su pueblO:J .. En_
"efecto, la reveladón bíblica es, ahte todo, exprE!sión de una.historia de
"amor,
la. historia de la alianza de Dios con los hombres;-por eso, la his­
"toria del
amor yde la unión de.un hombrey·una m4/er.en la aliariza
"del malrimonio pudo ser asumida por Dios como símbolo de la historia
"de la salvadón.
:,EJ hecho inefable, el misterio del amor de Dios a los hombres, reci­
"be su forma lingüística del vocabulario del malrimonio y de la familia,
"en positivo y en negativo: en efecto; el acercamiento ·de Dios a su pueblo
"se presenta con el lenguaje del amor esponsal, mien"tras que la infldeli­
"dad de Israel,
su idolatría, se designa como adulterio y prastituci_ón.
:1En el Nuevo Testamento Dios radicaliza su amor hasta hacerse él
"mismo,
en su Hijo, carne de nuestra carne, hombre v_erda_deio. De este
"modo, la
unión de f!ios con el hombre aswnió su forma suprema, ·irre­
"versible
y definitiva. Y así _se traza_también para el amor.humano su
''forma definitiva, el ,;sf» reciproco, que no puede_ revocarse: no ali en.a al
"hombre, sino que lo-libera de las alienaciones de la historia, 'para lle­
"varJo de nuevo a la ·verdad de_la creación.
:1EI valor dé sacramento que el 1natriinonio aswne· en CriSto Signífi­
"ca, por tanto, que el don de la creadón fue elevado a gracia de reden­
"cióri. La gracia de Cristo no se añade desde fuera a la naturaleza del
. "hombre, no Je hace vioÍend.a, si;o que la libera y la restaura, pr~cisa­
"mente
al elevarla más allá de sus propios Uin!tes . .Y del mismo modo que
"la encarnación del Hijo de Dios revela su verdadero significado en la
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"cruz, así el amor humano auténtico es donadón de si y no puede exis­
"tir si quiere liberarse de la cruz.
»Queridos hennan_os y hermanas, este vinculo profundo entre Dios y
"el hombre, entre el amor de Dios y el amor·hurilano, encrientra confir­
"madón también en algunas· _tendendas y desarrollos negativos, cuyo
"peso sentimos todos. En efecto, el envilecimiento del amor hu~ano, la
"supresión de la auténtica capacidad de amar se revela, en nuestro üem­
"po, como el arma más adecuada y eficaz para separar a Dios del hom­
"bre, para altyar a Dios de la mirada y del corazón del hombre.
,De forma análoga, la voluntad de diberar, de Dios a la naturaleza
"lleva a perder de vista la realidad misma de la naturaleza, incluida la
"naturaleza del hombre, reduciéndola a un 9onjunto de fundones, de
'1as que se puede disponer a capricho para construir un presunto mundo
''in(!jor y una presunta humani_dad máS feliz; en cambio, se destruye el
"plan del Creador y,
en consecuencia; la verdad de nuestra naturaleza».
BENEDICTO XVI: Discurso. en la ceremonia de apertura
de la asamblea eclesial de la diócesis.de Roma, lunes 6 de
junio. L 'Osservatore Rpmano, edicióD. semanal en lengua
española; año XXXVII, núm. ·23 (1902), 10 de junio de 2005.
El valor importantiirimo de la familia y el bien primario de la vida
humana desde su iniciO a su fin.
da Iglesia, acostumbrada a escrutar la voluntad de Dios inscrita en
"la naturaleza misma de la criatura hwnana, ve en la familia un valor
"ímportantísiriJo qrJ.e es preciso defender·contra cualquier ataque enca­
"mtnado a
minar su solidez y a poner en tela de juicio ·su misma exis­
"tencia.
,Por otra parte, en la vida humana la Iglesia reconoce un bien pri­
"IIJ.arfo; presupues~ de todos los demás bienes, y por eso pide que se
"i-espete tanto en su Jnido como en su fin, aun destacando el deber de
''prestar adecuados cuidados paliativos
que hagan que la muerte sea más
''human@.
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BENEDICTO XVI: Discurso durante la Vi.sita al presiden­
te .de Italia Carla_ Azegl_io Ciampi, en ~l Palacio del Quirinal,
viernes 24 de junio. L 'Osservatore Romano, edición en
lengua espáñola, año XXXVII, núm, 26 (1905), 1 de julio
de 2005.
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La fanúlia es capaz de llevar el ser hlllliano por el camino del bien~
sin dejarse. desorientar por modas e ideologías, y la transmi­
sión de la fe y la práctica religiosa de los creyentes no puede
quedar· confina..da en el ámbito puramente privado.
"Hijo. En el hogar de Nazaret Jesús-alcanzó su madurez, dentro de una
"familia, humanamente espléndida y transida del misterío divino, y que
'sigue siendo modelo para todas las familias .
.»A este respecto, en la convivencia doméstica /a familia realiza su
"vocadón de vida
humana y cristiana, compartiendo los gozos y expec­
"tatJ.vas en un clima de comprensión y ayuda reciproca. Por eSo, el ser
"humano, que nace, crece
y se forma en la familia, es capaz de empren­
"der-stn incertidumbres el camino del bien~ sin dejarse.desori.entar por
"modas o ideologías alienantes de-la persona humané!.
»En esta hora de discernimiento para 111uchos corazones, los obispos
"españoles volvéis la mirada
hacia Aquellá que, con Su total disponibili­
"dad, acogió
la vida de Dios que irrumpía en la. historia. Por eso, Maria
'1nmaculada está íntimamente unida a la acdón redentora de Cristo,
''que no vino qlara juzgar al mundo, siná para qué el m_uiJdo se salve
"por éb ()n 3, 17}.
',Sé que la Iglesia católica en E,;paña está dispuesta a dar pasos fir­
"rries en sus proyectos evangelizadores. Por eso es de esperar que sea com-_
"prendida y aceptada en su verdadera naturaleza y misión, porque ella
"trata
de promover el bien común para todos, tantn respecto a las perso­
"nas como a la socíedad. En efecto, la Jransmtsión de la fe y la práctica
"religiosa de
los creyen~s no puede quedar confinada e'n el ;imbJto Pll!ª­
"mente privad6'.
BENEDICTO XVI: Mensaje a los católicos españoles reu­
nidos en el santuario de Nuestra .Señora del Pilar el 19 de
mayo. L 'Osserva.tore Romano, edición semanal en lengu_a
española, año XXXVII, núm. 21 (1900), T7. de mayo de 2005.
Defender la vida y .la institución matriinonial.
-~una cuestión neurálgica, que requiere nuestra máxima atendón
''pastoral, es la familia. Eil !talla, mucho más·que en otros países, la f~­
"milia r_epresenta en· verdad Ja-célula fundamental de-18. sociedad; está
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"profundamente arraigada en el corazón de las generadones jóvenes y
"afronta múltiples problemas, ofreciendo apoyo y remedio a
siruaciones
"que, de otro modo,. serian desesperadas.
,Sin embargo, tamf?ién en Italia, en el acá1a/ clima cu/rural, la fami­
"Jia. está expuesta a muchos peligros y amenazas, que ·todos conocemos,
"En efecto, a la fragilidad e inestabilidad interna de muchas uniones
''conyuiaJes se suma la tendenciá, gene(alizada en. la sociedad y en la
"cultura, á rechazar el carácter ún!CD y la misión propia de la familia_
''fundada en _el matrimonio. Por otra parte, predsamente Italia es una de
'1as naciones· en las que la escasez de nadmientos es más grave j, persis­
"tente, con consecuéndas ya graves para tocio el cuerpo social. Por eso,
'ya desde hace mucha tiempo;· 1as obispos itaJianos habéis unido vuestra
"voz a la de Juan Pablo JI, ante todo para defender el carácter sagrado
'.'de la vida-·humana y el valor de la insümción matrimonial, pero tam­
"bién para promover el papel de la familia en la Iglesia y en la sociedad;
"solicitando medidas·económicas y legislativas que sostengan a las jóve­
"nes familias en la generación y educación· dé los hijos.
,Con el niismo espíritu, actuai11)ente os estais esforzando por ilumi­
"nar y motivar- las opciones -de los católicos y de todos ldS ciudadanos
"acerca deJ'reféréndum ya inminente sobre la ley relati.va a la procrea­
"ción asistí.da; precisamente por su claridad y concreción, vuestro com­
"promiso es signo de la solicirud de los pastores por todo ser humano, que
''no puede reducirse jamás a un i:nedio, sino que es siempre un fi.n,· cdmo
"nos enseña nuestro Señor jesucristo en_su Evangelioy Como nos dice la
"misma
razón humana. En· este corilp!omiso, y en todas las múltiples
"obras que foiman parte de la misión y del deber de los pastores, estoy
"cerca de vosotros con la palabra y con la oración, confiando en la luz y
"en la gracia del Espíritu,. que actúa en _las conciencil;IS y en los corazon"es».
Los hijos,
BENEDICTO XVI: Discurso a la LIV asamblea general de
la COnferencia episcopal italiana, en la sala del síndico,
. lunes
30 de ~yo. L 'Osservatore Romano, edición semanal
en lengua ~pañola, año XXXVII, núm. 22 (1901), 3 de
junio de 2005.
,También en la generadón de los hijos el matrimonio refl'!}a sumo­
"delo divino, el amor de Dios-al hombre. En el homlir~ y en la mujer, la
"paternidad y la maternidad, como el cuf!rf!D y como el _amor, ilo se pue-
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"den reducir a lo biológico: la vi.da sólo se dá .enteramente cuando jun­
"tamente con el nacimiento se dan también el amor y el sentido que per­
''miten decir
Sí a esta vi.da: Precisamente esto muestra claramente cuán
"contrario al amor humano, a la vocación profunda del hombre y d'e la
''mujer,
es cerrar sistemáticamente la p'ropia unión al don de la vida y,
"aún más, suprimir o manipular la vi.da que nace.
»Sin embargo, ningún hombre y ninguna mujér, por sí solos y úni­
"camente con sus fuerzas, pueden dar a sus hijos de manera adecuada
"el amor y el sentido de la vida. En efecto, para poder decir a alguien:
"6:TU vi.da es buena, aunque yo no conozca tu futurí», hacén falta una
"autoridad y una credibilidad superiores a Jo que el individuo puede
"tjarse por sí solo. El cristiano sabe que esta autoridad es ·conferida a la
"familia
más amplia, que Dios, a través de su Hijo Jes_ucristo y del don
"del Espíritu
Sf!,nto, ha creado en la historia de los hombres, es decir, a la
"Iglesia,. Reconoce qt.ie en ella actúa aquel amor e-terno e indestructible
"que asegura a la vida de cada
uno de nosotios un sentido permanerite_,
"aunque no conozcamos el futuro.
:JPor este motivo, la edifi.cad6n de cada familia cristiana se sitúa en
"el contexto de Ja· familia más amplia, que es la Iglesia, la cual la sostie­
''ne y la lleva consigo, y garantiza que existe el sentido y que también en
"el.futuro estará en ella.el ,sb del Creador. Y, de forma iecfproca, la lgl~­
"sia es edificada por las familias, pequeñas Iglesias domésticas:J, como
"las llamó el concilio Vaticano U (d. Lumen gentium, 11; Apostolicam
'actuositatem,
11), utilizando una antigua expresión patrfsüca (et san
'Juan Crisóstomo, In Genesim sermo VI, 2; VIL 1). En.el mismo sentido,
"la Famil~ consorti.o afirma que .-el matrimonio cristiano ( . .) consti­
"tuye el
Jugar: natural dentro del cual se lleva a cabo ·1a inserción de la
'persona humana en la gran familia de la Iglesia, (n. 15),.
BENEDICTO XVI: Discurso en la Ceremonia de apertu­
ra de la Asaníblea eclesial de l.a diócesis de Roma, lunes
6 de junio. L 'Osse'rvatorio Romano, edición -semanal en
lengua española, año XXXVII, núm. 23 (1902), 10 de
junio ~e 2005.
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Eil una comunidad criSti.aIÍa la Iglesia tiene que ir hasta los confi­
nes de la sociedad· para llevar a la bu· el mens;ije de Cristo
sobre el.Sentido de la vida, de·Ia familia y de la sociedad.
< ... católica quiére decir precisamente que es una aSamblea· abierta,
"depositaria de un mensélje con vocación universal, destinado a todo ser
"hum_a'no. Es Una comunidad que armopiza y hace cohcordes a perso­
''nas
de distintas proveniencias y formas de vida.
» ........................................................................\
........... .
»En una sociedad sedienta de auténticos valores humanos y que su­
"fre tantas divisiones y fracturas, la comunidad de los creyentes ha de
''ser la portadora de la luz. del Evangelio, con la certeza de que la cari­
"dad
es ante todo comunicación· de la verdad.
»Con este fin, la Iglesia en Madrid quiere estar presente en todos los
"campos de la vida
coü,diana, y también a tra.vés de Jo medios de comu­
"nícación social. Es uri aspecto impóitailte, porque el Espíritu nos im­
"pulsa a hacer llegar a cada hoinbre y cada mujer el amor que Dios
"Padre mostró en jesucristo.
"Este amor es solicito, generoso, incondicio­
"n'al, y se ofrece no sólo· a los que escuchan al mensajero, sino también
"a los qu~ Jo ignoran o rechazan. Cada uno de los ·fieles tiene que sen­
"tirse llamado para ir, como enviado de Cristo, en busca de quienes se
'han aley'a.do de la comunidad, como aquellos disdpulos de &naús qiié
"habían cedido al desencanto {et. Le 24, 13-35). Hay que ir hasta los
"confines de la sociedad
para llevar a todos la luz del niensa}e de Gris/V
"sobre el Sentido de la vida, de la familia y· de la sociedad, llegando a las
"personas qu,e viven en el desierto del abandono y de la pobreza, y amán­
"doles con el amor de Cristo resucitado. En todo apostolado, y· en el
"anuncio del Evangelio, como dice san Pablo, '-5.i no tengo amor, nada
"soy> (1 Co 13, 2),.
370
BENEDICTO XVI: ·biscur.So a una peregrinación de la
archidiócesis de Madr_id, presidida por el Cardenal Rouco
Varela,
con ocásión de la clausura del tercer sínodo dioce~
sano. L 'Osservatore _Romano, edición semanal en -lengua
española, año XXXVII, núm. 27 (1906), 8 de julio de 2005.
Fundaci\363n Speiro