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Número 435-436

Serie XLIII

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Guillermo Herrero Maté: Liberalismo y milicia nacional en Pamplona durante el siglo XIX

INFORMACIÓN BIBLIOGRÁFICA
Casa Profesa de la Compañía, para acercarnos a rezar en cual­
quier momento.
Vale la pena conocer a este santo, tan de andar
por casa, como dice Lamet, pero tan gran predicador, tan em­
prendedor, tan
. preocupado por lo social en su más verdadero
sentido
y, scbre todo, de tan profunda vida de fe. ·Este libm es
una forma fácil y
amable de . acercarse a él, y en este -sentido lo
valoramos y lo agradecemos.
MARíA JOSÉ FERNÁNDEZ DE !A CIGOl Guillermo Herrero Maté: LIBERALISMO Y MILICIA
NACIONAL EN PAMPLONA DURANTE
EL SIGLO XIX<•i
Era necesario el estudio sistemático de una de las principa­
les instituciones liberales como la Milicia Nacional
en el siglo
XIX. En él, el profesor Guillermo Herrero ofrece un detallado
análisis de la Milicia Nacional
de Pamplona, en una investiga­
ción 1netirulosa y sistemática, que abarca .las _etapas sigllientes:
el ensayo constitucional del Trienio Liberal (120 págs.), el pe­
ríodo de 1834 a 1843 (97 págs.), el paréntesis del Bienio Pro­
gresista
07 págs.), y el Sexenio Democrático o revolucionario
(73 págs.).
· Las interesantes conclusiones generales (págs. 363-371) que
sintetizan las de cada etapa estudiada, van acompañadas de
una relación de las fue:fltes doCllmentales e impresas, y una
completa bibliografía. Los. apéndices tienen un induda.ble va­
lor, porque recogen interesantes documentos_, y ofreceri -a
partir de una elaboración propia-los listados nominales y
alfabéticos de los Milicianos Nacionales de cada
etapa estu­
diada,
con su empleo miliciano, edad, año de alistamiento, y
profesión.
(") Pamplona, UPNA, 2003, 502 págs., 1~9 ·x 240 mm.
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INFORMACIÓN BIBLIOGRÁFICA
Es de agradecer al profesor Herrero el detalle de su. investic
gación, la freCuente referencia a las fuentes, y, sobre todo, la pre­
cisión
en el análisis sociológico de los componentes de la Milicia
Nacional, para conocer la microhistoria de la ciudad de Pam­
plona, pequeña
pero significativa en la oposición general de
Navarra a
la revolución liberal.
También se agradece la ordenada y sistemática descripción
de los hechos,
que sigue una factura tradicional. Así, el autor
describe el marco histórico
de cada etapa, sus propias vicisitu­
des, y la situación política
de España y Navarra. Estudia las divi­
siones políticas
en el seno de la Milicia Nacional en cuanto tal
y
en función de la evolución de los acontecimientos, el com­
promiso político de sus componentes
en general, lo peculiar de
la Milicia en cada período, su ordenamiento, equipo y finan­
ciación, los aspectüs disciplina.rioS, su organizacióri interna, los
servicios qúe presta como cuerpo armado, etc.
El libro conduye que, en Pamplona, hubo un significativo
núcleo liberal durante la revolución decimonónica, aserto este
que ya habían de.mostrado otros autores ~como el que esto sus­
cribe-por lo que respecta a los albores de la revolución liberal.
También concluye
que la MHicia Nacional fue un lugar de con­
flicto entre los liberales moderados
y progresistas, y que estuvo
orientada por los liberales moderados.
Hasta aquí el autor. Pero .como Herrero contradice varias de
las conclusiones que propongo en algunos de mis trabajos,
ofrezco una crítica por Jo que respecta al. Trienio Liberal. Me
baso en haber estudiado la ciudad durante el Trienio, y haber
realizado la identificación social de los milicianos, acompaña­
da
de una clasificación política nominal de parte de los pam­
ploneses, pendiente de ofrecer
en un listado completo de veci­
nos. A título indicativo, creo que puede n1ejorarse los oficios
de los Milicianos Nacionales señalados en el documento 10, y
añadir su tendencia política, toda vez
que si bien los docu­
mentos son fieles, debeiI ser cornpletados con el trabajo del his­
toriador. Lo 1nismo digo a Del Río Aldaz y a PanºMontojo sQbre
las listas de liberales pamploneses que apresar elaboraa..:s··por
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INFORMACIÓN BIBLIOGRÁFICA
el Ayuntamiento legítimo de Pamplona en Puente la reina en
1823.
l. Se ignoran. trabajos.~En varios trabajos he investigado
el comportamiento del Ayuntamiento de Pamplona,
de los veci­
nos,
de los votantes de 1823, de la Milicia Nacional, y de la gue­
rrilla realista durante el Trienio Llberal. Agradezco que el his­
toriador Ángel Garcia-Sanz tenga muy
en cuenta mi trabajo
"El ayuntamiento constitucional de Pamplona como ruptura ... "
(1989), y lo hace mucho más que Herrero en su libro. Por otra
parter Herrero omite .otros trabajos de 1ni autoría tales co1no el
"Dinamismo de .los realistas pamploneses del Trienio Llberal"
(1993), "El apoyo popular al carlismo en Pamplona" (1993)
-a1nplía otró anterior-, y "Las elecciones mu-nicipales de
Pamplona en el Trienio Constitucional (1820-1823)" (2002).
2. No. es concluyente.-Algunas tesis y perspectivas del
autor
no son del todo concluyentes desde los datos que él apor­
ta, aunque si desde diferentes apriorismos. As!, tanto el prolo­
guista
-Juan Sisinio Pérez Garzón-c como Herrero, formulan
una interpretación económica y de intereses de clase, que el libro
ni desarrolla ni es concluyente
por lo que respecta al Trienio
Liberal. En segundo lugar, el autor parece
no valorar adecuadamen­
te las circunstancias
politicas de 1820-1823. Por ejemplo, los
vecinos que aceptaron
de hecho la Constitución de 1812, 110
tení811 por qué ser liberales moderados, pues se encontraban
condicionados
por los respetos humanos, la fuerza del pronun­
ciamiento 1nilitar liberal, y la aceptación de la Constitución
de
1812 por el rey Fefl)ando VII. Podfan aceptar la Constitución
como
un mero hecho, lo que les permitía buscar la fonna de
subvertir el Nuevo Régimen desde la nueva legalidad y
aun fuera
de ella. Es decir, no era fácil ni quizás prudente abandonar el
poder municipal por cuestión de formas, o bien subordinarse a
las presiones
en sentido liberal de Ejército regular extraño a la
ciudad y a los vecinos.
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INFORMACIÓN BIBLIOGRÁFICA
Pongo unos ejemplos. No es fácil considera.r que los realistas
-por ejemplo el regidor y caballero don Benito Antillón-- fue­
sen a abandonar el Ayuntamiento, o a hacer
una profesión polí­
tica liberal moderada, porque la
proclama municipal del 11-III-
1820
hablase del "ser supremo", dijese que la Constitución garan­
tizaba la libertad, y considerase deseable la unión
de ideas entre
el 1nonarca y los ciudadanos (AGN, Archivo Generá.l de Navarra,
Sec. Guerra, leg. 22, carp. 13). Lo mismo diremos de los regidores
realistas que firmaron
la proclama municipal del 29-III-1822 en
sentido constitucional, después de los sangrientos sucesos del 19
de marzo, en que los ntllicianos nacionales de Pamplona tirotea.:.
ron al Ejército liberal, encerrándole en la ciudadela (AGN, Sec.
Guerra, leg. 24, carp. 43). Tampoco es fácil creer que, por ejem­
plo, el realista pamplonés
Juan Pío Jaén (comerciante), tuviese
que abandonar el Tercio voluntario de Caballeria de la Milicia
Nacional, del que era comandante, porque su nombre
apareáa
tanto en el Manifiesto de la Milicia del l-III-1821 como el Mani­
fiesto del
5-N,1822, que identificaba la Constitución con una
"justa y racional libe1tad", y a los realistas con los 'enemigos de
este honrado vecindario"
(AGN, Sec. Guerra, leg. 23, carp. 10, y
leg.
24, carp. 49).
3. Se confunde a importantes realistas. con los libera­
les moderados, y se reduce aquéllos a estos últimos.-EI
libro de Hen·ero Maté no demuestra que los liberales moderados
controlasen decisivamente el cuerpo
de milicianos y los mandos
de la Milicia Nacional de fusileros. Para ello sería necesario
establecer
-lo que no hace el autor-la filiación política del
grueso de fusileros (es
facil probar que la Compañía de Arti­
llería y el Tercio de Caballería, ambos ciel último período, eran
abiertamente liberales). Tampoco prueba el autor la filiación de
los oficiales de fusileros y de los corporativos del Ayunta1niento.
No obstante, Herrero deja patente
el carácter reaccionario de
los oficiales y, sobre t_odo, del Ayuntamieri.to que mandaba la
Milicia Nacional, conclusión ésta con la que estoy .de acuerdo y
creo haber demostrado, aunque
por su parte Herrero indique
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INFORMACIÓÑ BIBLIOGllÁFICA
pocos nombres propios y sólo realice una valoración cualitaü­
va general.
Según mi criterio, los realistas coparon los Ayuntamientos
elegidos
por sufragio universal masculino (no la Junta Sustitu­
yente de
1822 creada por el)efe Político liberal, ni el Ayun­
tamiento de
enero de 1823), asi como los mandos de la Milicia
yoluntaria, a excepción de la Compañía
de Artillería y el últi­
mo Tercio de Caballería. En efecto, los realistas no quisieron
abandonar la Milicia a los partidarios
del liberalismo, máxime
cuando se estaba librando una importante lucha política, en
la que cada parte se jugaba mucho. No sólo se jugaban una
concreta organización social, prestigio e intereses persona­
les
... sino, sobre todo, una concepción religiosa y politica de
la vida.
Por
otra parte, digamos que el significado de · la institu­
ción de la Milicia Nacional
no era totalmente ajeno al Fuero.
tradicion.al de Pamplona, según el cual el Ayuntamie.nto tra­
dicional
-desde el 8-IX-1423-armaba el Tercio de vecinos
con funciones de guardia y defensa urbana en caso de emer­
gencia.
E11 efecto, el se:rvicio a~ado de Vecinos era_. ~uY tradicio­
nal. El Ayuntamiento lo organizó varias veces en el siglo XVIII.
El Fuero de Pamplona afirmaba que, en caso de 'necesidad, los
vecinos debian defender la ciudad, como "Cabeza del Reino",
con prohibición expresa de realizar servicios de armas fuera de
ella. Para ello, los vecinos desplazában al Ejército a la defen­
sa
de la ciudadela. Además, el Ayuntamiento era la autoridad
competente o
patricia que organizaba y mandaba el Tercio_, y
elegía sus -inandOs. Formaban el ·Tercio todos los vecinos no_
exonerados,. navárros cbm~ sus jefes. Pues bien, ¿no decían
algo similar los 431 vecinos que d.eseaban la Milicia Nacional
en su exposición del 12-IV-1820? (AGN, Sec. Guerra leg. 22,
carp. 15).
Si los rea.listas del Ayuntamiento nada hicieron tras· el pro­
nunciamiento militar de la guarnición de Pamplona
-de ello no
debiera extrañarse el autor-, parece que fue por incapacidad
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INFORMACIÓN BIBLIOGRÁFICA
práctica (sorpresa, falta· de medios y forzada prudencia), y por­
que el rey había aceptado
la Constitución. Lo mismo· di_ré de la
Diputación, que
· se encontró con. · el hecho consumado de la
"aceptación" municipal. Luego, los realistas dejaron correr los
acontecimientos actuando política y legalmente, forzando las cir­
cunstancias (Herrero Maté aporta buenas pruebas
de ello) y, des­
pués, también militarmente.
En realidad,
una cosa es que la Milicia ful!Sf!, como era, una
institución liberal, y otra que los componentes de ella fuesen
liberali,s. Por 'mi parte, creo que no pocos de ellos y, sobre
todo,
buena parte de _sus mandos, eran de tendencia realista.
Concluyo esto tras haber analizad9 la actuación de
los pamplo­
neses durante
el Trienio, y tras realizar una clasificación políti­
ca coherente
de los vecinos. Ello no impide considerar el posi­
ble transfuguismo de
una tendencia política a otra, lo que exige
tener en cuenta -los hechos, las circu.n.Stancias, y cotejar. nume.,
rosos listados de vecinos. Sin caer en la simplificación de atri­
buir comportamientos· a situaciones mlly diferentes, coriviene
optar por lo más probable en función de claras seguridades.
Otra. cosa es que, en cualquier clasificación final, haya grad de seguridad.
A mi parecer,
no se trata de que la Milicia· Nacional estuviese
como tal adherida
al absolutismo monárquico (que en Navarra no
existía) y a los Fueros, sino que buena parte de los dirigentesy parte
de los miembros de dicha Milicia eran de tendenda realista -no
hablo de un partido disciplinado y monolítico-y no; según
Herrero Maté, vecinos paitidarios de liberalismo moderado. En su
libro, He-rrero
no llega a demostrar dicho liberalismo por lo que
respecta al Trienio Liberal (1820-1823), aunque sí facilita argumen­
tos para
afirmar la tendencia realista de buena parte ele los mandos
de la
Milicia y de parte de los fusileros, asi como de los Ayun­
tanlientos pamploneses, incluido
el Ayuntamiento apresado por la
fuerza
en octubre de 1822 por parte de la "Autoridad superior polí­
tica" liberal.
Puede hablarse de posibilismo po!ftico por parte de los
realistas que se apuntaron en la Milicia Nacional, más que de
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INFORMACIÓN BIBLIOGRÁFICA
oportunismo. Por lo mismo que el noble y hacendado don
Juan Crisóstomo de Vidaondo y Mendinueta, calificado de libe­
ral
en la lista municipal formalizada por los realistas en sep­
tiembre
de 1823, y con proceso liberal. sentenciado en 1824
(AGN Sec. Consejo Real, procesos, sala 2.', escribano Azcárate,
fajo
1, n.º 37; índice libro 13), fue luego abiertamente carlista, ·
fir1nando hasta con rúbrica un docu1nento que reconocia a Don
Carlos V al comienzo de la contienda carlista (Alsasua, 2-Xll-
1833).
4. Identificación politica.-Las listas de vecinos a apresar
por liberales o sospechosos de serlo, formadas por el Ayunta­
miento legítimo de Puente la Reina
el 8-IX-1823 (y completadas
con otra del
5-XII-1823), son muy útiles para una catalogación
política, como también la lista de los vecinos procesados judi­
ciahnente ¡)ar co~stitucionales tras el triunfo realista. He Obser­
vado cómo estos juicios han desaparecido de la sección de pro­
cesos del Consejo Real (AGN), aunque los gruesos libros · de
índices it1diquen quienes ~erün juzgados} y si su iJroceso
qued(? sentenciado o pendiente. Por otra parte, una cosa es
figurar en dichas listas y haber sido procesado por los tribuna­
les, y otra el tema de la represión política, evidente
en los veci­
nos de Pamplona (Compañía
de Artillería y Tercio de Caba­
llería) enviados presos a Francia tras la guerra realista finaliza­
da en 1823.
En relación a · dicha represión, que el autor afirma y poco
demuestra, en una publicación he puesto de manifiesto que,
según el info1me y discurso realizado el
3-1-1825 por don Esteban ·
de Asta, Regente del Consejo Real de
Navarra en cargos de virrey,
en. 1823-1824 se examinaron un total de 1.466 expedientes, de
ellos :L.150 de liberales, 30 de muerte, 83 de heridas, 55 de robos,
19 de incontinencia, 30 de vagos y 99 de varios. Del total de
1.466 causas, las sentencias fueron: 6 a 1nuerte, 81 a presidiÜ, 5 a
destierro, y 8 a reclusión. (AGN, "Planes que manifiestan el
número de pleytos
... año de 1824", Pamplona, Javier Gadea,
1825, 30 págs.).
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INFORMACIÓN B.IBLIOGRÁFICA
5. Se omite la fuerte resistencia del realismo renova­
dor al liberalismo.-I-Ierrero Maté niega que "en Pamplona,
desde los primeros momentos del trienio, hubo
una resistencia
completa
al régimen liberal y una defensa a ultranza de (sic.)
anterior sistema' (pág. 366). Los términos quedan más claros si
se afirma que, tras el juramento de
la Constitución por ,el rey, la
resister1cia política al nuevo régünen estaba implícita, se fue for­
jando c:01110 respuesta, y se manifestó en las elecciones 1nunici­
pales, en el boicot a las exageraciones liberales Oiberales radi­
cales),
en los lugares públicos, en la ocupación de los mandos
de la Milicia,
en la multitudina1ia salida de vecinos a la guerri­
lla
en 1822, etc.
6.
La Milicia Voluntaria Nacional de fusileros de Pam­
plona tuvo un significativo· componente realista-El autor
no es convincente cµando rechaza la tendencia realista de parte
de esta JV!ilicia, a pesar que la Diputación legitima Cc...o realista-,
establecida en Puente la Reina antes de liberar Pamplona, defen­
dió ante la Regencia a dichos voluntados de la acusación de libe­
rales (pág.
366). En la representación fechada en Puente la
Reina el 31-VII-1823, la Diputación (Realista) dijo que los veci­
nos se
sumaron a la Milicia Nacional para abortar los planes
(radicales) de Espoz y Mina. Indica también que:
"Los mas de
los llamado Milicianos Voluntarios, que en las calles
de Pam­
plona, sostubieron los Derechos de
su Rey, á vivo fuego (nota: se
refiere a los sangdentos sucesos del
19-III-1822), aun no se vie­
ron despojados de las armas, cuando buscaron otras, que
han
tenido el honor de maneyar; con no menos felices resultados;
lorrnaron la División de Navarra, la laccion en el idioma cons­
titucional
(. . .) Los que por su edad, estado, relaciones y otras
. mil circunstancias, no pudieron volverá hacerse nueba{rnente)
con las armas, quedaron en Pamplona obgetos de indignacion
y de oprobio, victimas del sufrimiento, y ludibrio de los hijos del
nuebo sistema
(. . .} despues del desarme, no _se alistaron en la
Milicia
lormada de orden del Gobierno. La División al mando
del benemerito General D. Santos Ladran, el Ejercito del Excmo.
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INFORMACIÓN BIBLIOGRÁFICA
Conde de España, estan llenos de milicianos voluntarios de
Pamplona
(.,.)" (respeto la grafía original, AGN, Sec. Guerra,
leg.
29, carp. 32). ·
La Diputación, en su segunda representación del 18-VIII-
1823, es más contundente a declarar
que los milicianos fueron
"los primeros que se opusieron denodadamente á los proyectos
de los Enemigos del Trono y del Altar, y han sostenido por espa­
cio di, dos años esta lucha desigual dentro de una de las prin­
cipales
Plazas, biendose pretisada mas de una vez la Guar­
nicion militar
á encerrarse en la Ciudadela, y montarla arti­
llería, como en estado de Guerra abierta".
Otro argumento que
la Diputación utilizó en la defensa de la Milicia Voluntaria, es el
hechq de que, de tachar a los milicianos voluntarios como libe­
rales, los
catgos de las instituciones realistas que. en breve se
iban a organizar tras la liberación de. la Pamplona, ocupada
entonces
por los liberales, se quedarían vados, "porque los
adictos
á la justa causa del Rey i1(µestro) Señor,· ó fueron mili­
cianos voluntarios,
ó bien por su abanzadá edad y achaques no
pueden ser Regidores ni egercer los destinos de Relatores,
Procuradores,
Escribanos y demas' (ídem., AGN, Sec. Guerra,
leg.
29, carp, 32).
Decir también
que en mi trabajo "Los voluntarios realistas en
Navarra: .. " (1986) recojo un dibujo de la época que representa el
urúforme de los milicianos, que Herrero no publica.
Para terminar, renuevo mi enhorabuena al autor, y el agrade­
cimiento
por los materiales que . ofrece para el mejor conoci­
miento de la
historia de lá ciudad de Pamplona, a través de una
de las principales instituciones liberales: la Milicia Nacional del
siglo
xrx.
Jose FERMIN GARRALDA AruzCllN
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