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Número 435-436

Serie XLIII

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Cambio climático, calentamiento global, efecto invernadero. Exageración-error-impostura

CAMBIO CLIMÁTICO, CALENTAMIENTO GLOBAL,
EFECTO INVERNADERO
EXAGERACIÓN° ERROR -IMPOSTURA
POR
PATRICIO H. RANDLE
Mucha gente se pregunta, con razón, si detrás de las opinioc
nes y teorías en contra de la teoría del calentamiento global flO
. hay presiones de la gran industria y de otros factores como los
del petróleo interesados
en lavar presuntas culpas. Y a continua­
ción se resisten a raZonar con calma sobre el problema.
Pero lo que muy pocos se preguntan es si no .hay alguna
clase de intereses
en difundir versiones inquietantes sobre el
efecto invernadero.
Pocos son, en efecto} quienes tienen curiosidad en averi­
guar cuales son los intereses que financian a las ONG -'algu­
nas muy dispendiosas como Greenpeace que pone barcos pro­
pios sort su tripulación, que se ocupan, entre Otras cosas, en
exagerar los efectos del recalent_amiento atmosférico global
sembrando
un alarmismo que se traduce luego en la obtención
de jugosas
subvenciones-. Y, llegado el caso, preguntarse si
poderosas empresas multinacionales fácilmente sospechadas
por la opinión pública de tener alguna responsabilidad no son
extorsionadas, indirectamente, para contribuir al sostenimiento
de entidades ecologistas que
no ataquen exactamente el área
donde desarrollan sus actividades. Al fin y al cabo, para la ecua­
ción "coste-beneficio" que prevalece en el Capitalismo, rio cues­
ta nada subsidiar a estos grupos en tanto se dirijan a algún tipo
de contaminación ajeno.
Verbo. núm. 435-436 (2005), 439-466. 439
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. PATRICIO H. RANDLE
Otro aliado de · quienes están· interesados en. hacer cundir. la
alarma profetizando catástrofes scin los
que explotan lo que
puede calificarse como la "cultura del miedo" que, hoy en día
convence fácilmente a través de medios. de un realismo patético,
como el cine
y la televisión. No. se trata de nada nuevo por cier­
to
pero en. este caso especial lo hace ápelando a la sensibilidad
irracional o a
razones subjetivas.
Riesgos con
la' Naturaleza siempre ha habido pero eran aisla­
dos y concretos, nunca globales, y
no generaban estados de hisc
teria colectiva o poco menos: Solamente la famosa experiencia de
Orson Welles con su ficticia invasiónextraterrestre (cuando toda­
vía nadie hablaba
de ello) dió una idea. de lo que podría ser un
pánico global, a escala planetaria.
Sin embargo, después
de la última Guerra Mundial, la sensa-
. ción
de seguridad, colectiva que imperaba hasta antes de la
explosión atómica fue minada.
de raíz. Especialmente en el país
que la fabricó
y la hizo estallar.· Poco después comenzó a conce­
bir
la idea _de que en manos enemigas e irresponsables eran una
amenaza posible o que, además, se· pudiese generar una explo­
sión en cadena de consecuencias planetarias. Así se gestó, tal
vez, la primera histeria colectiva
.. Otra clase de amen.izas que·
ponían en peligro la civilización exacerbando los · riesgos . qué
coma el mundo ganaron terreno: el desabastecimiento de ali­
mentos del Tercer Mundo, la explosión demográfica, el avance
de
la desertificación,. la megaurbanización, el agotamiento del agua
potable,
la elevación de niveles di; arsénico, la lluvia ácida, el
agujero de ozono, la radioactividad descontrolada, todo ello y
algo más.
Cualquiera
de estos síntomas, reales o imaginarios, exagera,
dos o
en un futuro hipotético, han contribuido a alimentar toda
una cultura del miedo, por lo · demás hiíbihnente explotada por
los empresarios del espectáculo masivo, que se caracteriza por el
efecto multiplicador de una causa potencial con consecuencias
desproporcionadas.· ·
Otra. característica
de la cultura del miedo . consiste. en con­
vencer
de la impotencia del género humano frente ª· fuerzas
incontrolables una vez desatadas. Lo cual quedó patentizado con
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CAMBIO CLIMÁTICO, CALENTAMIENT9 GLOBAL, EFECTO INVERNADERO
el episodio de las Torres. Gemelas, cuya causa en cierto modo
difusa han provocado las más dispares reacciones confirmando
asi la efectividad del objetivo: sembrar el terror, el miedo con
ribetes irracionales
que es una meta psicológica más refmada que
eliminar 3.000 seres inocentes.
Sin embargo, nada es .comparables con la dimensión catas­
trofista a
que puede llegar un cambio climático abrupto si, ade,
más, se persuade a la gente de que ya está en marcha.
Dudas
Paul Kennedy en su best seller Hacia el siglo XXI de 1993,
acepta sin la menor hesitación la teoria del calentamie.nto global
y, a partir de ello, hace consideraciones sobre sus efectos tras­
palando ejemplos tomados
de los EEUU y de Europa como res­
ponsables máximos de efectos invernadero al futuro. inmediato
de dos potencias
en pleno desarrollo como China e .India como
para conmover a
la Opinión pública.
Entre los argumentos de los
que echa mano es la supuesta des,
trucción de los bosques sudamericanos, arriesgando afirmar --en
1992-que "para el año 2000, tres cuartas partes de esos bosques
pueden haber sido talados". O sea, ocho años antes se permite
hacer
un pronóstico tan lapidario como errado, pues de haber con­
tinuado ese proceso al mismo ·ritmo -cdmo·.·suelen suponer los
pronosticadores por afición--la cuarta parte restante deberla
haber desaparecido hoy. Y Kennedy pasa por ser un autor serio
por lo cual podemos imaginar que han dicho otros menos serios.
El argumento corriente entre los ambientalistas culmina aler­
tando sobre los efectos que tendrán lugar dentro de la vida
de la
próxima generación según el cual el efecto invernadero "conver­
tirá
en inhabitable muchas regiones del planeia y provocará un
caos inimaginable en la vida de nuestros descendientes como
para enloquecer a las abuelitas que no Cfeen en nada que no sea
la televisión". ·
En otro orden de

cosas
el Presidente Clinton "compró" lo del ·
cambio climático y votos ingentes su1nas de dinero paci. investi-
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garlos, claro que siempre sobre la base de que era ineluctable.
Los partidarios del Presidente Bush se sirvieron de ello para argüir
que
en vez de politizar una cuestión cientifica, todavía en estu­
dio,
más. le. hubiera valido ocuparse de otra amenaza mucho más
inmediata como resultó ser la del terrorismo.
Por tratarse de
_un asunto "global", las Naciones Unidas deci­
dieron tomar .cartas
en el asunto formando un panel interguber­
namental sobre cambio climático hacia fines de los años
'80, inte­
grado mayoritariamente
por un gran caudal de funcionarios inter­
nacionales y algunos científicos sometidos a la batuta de aquellos.
Un
Prime.r Informe sobre la cuestión lo había producido el
Congreso de los
EEUU, que dedaró, empero, que seria muy difi­
cil detectar la influencia humana sobre el clima, aunque todos
compartían
la_ preocupación de que eventualmente podria haber­
la. Cinco años después, la IPCC -Intergovernamental Panel on
Climate
Change--, arriesgó a decir que era factible discernir la
· influencia .humana sobre el clima. Sin embargo lo cierto· es que
el dictamen de los
cientificos integrantes del Panel no había podi­
do confirmar explícitamente dicha influencia. Ocurrió que, como
suele ser habitual
en estos casos, la redacdón final del Informe
fue dejada
en manos de los burócratas locales cuando los cientí­
ficos
ya habían abandonado el Cuartel General de la ONU. Y,
como le contestó Pilatos a los Sumos Sacerdotes lavándose las
manos:
quod scrlpsi scripsi. No hay que omitir decir que el "Panel
on Climate Change" es una organización politica en la que las
resoluciones se toman
por simple mayoria.
Ahora bien ¿por qué esa tendencia a exagerar lo
que supues­
tamente seria un hecho, un problema genuino que requiere una
acdón concreta? ¿Por qué habrian de organizarse campañas pu­
blicitarias exhaustivas y costosas
en medios de difusión masiva
para
un público sin preparación previa para digerirlas?
La respuesta es que los. medios son un mercado que se
encuentra saturado.
La gente está siendo bombardeada por miles
·de mensajes
por minuto. !'ara conseguir la atención del público
hay
que levantar la voz, exagerar el énfasis para 'traiar de movili­
zar a la opinión. Eso es lo
que se hizo en ocasión de la firma del
Tratado de Kioto,
por ejemplo.
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CAMBIO CLIMÁTICO, CALENTAMIENTO GLOBAL, EFECTO INVERNADERO
Ya hemos visto lo que es el IPCC -un organismo netamen­
te político
con ribetes técnicos---' como para que nos convenzan
unos autores alemanes cuando afinnan sentenciosamente: -"Hace
años que este Panel advierte de la notable influencia humana
sobre
el clima mundial" (1), ¿Es que puede bastar que Ton y Blair
haya declarado
que "hemos hecho avances en la cuestión del cli­
mate change" para que demos por hecho que en realidad se ha
verificado?
¿Acaso
el Club de Roma, con sus famosas profeóas catastro­
fistas fallidas
-aunque olvidadas---' podrian hoy aterrorizarnos?
¿El hecho de que sus informes anuales sobre "El estado del mun­
do" haya sido traducido a
27 idiomas legitima hoy la validez de
_ sus temerarias afirmaciones? A algunos, ciertamente, los Conven­
ce. No a John Maddox, editor de Nature ni The Eco!lomíst que
dedicó todo un número al tema y que titúló: "Miedos ambienta­
les, mucho de tenebroso" (2) En ambas fuentes se sintetiza la
estrategia catastrofista de esta manera:
1. º) se anuncia una ame­
naza potencial deducida de algún descubrimiento. científico o
de
una extrapolación estadística, 2,0
) se lodivulga sobresimplificán­
dolo y exagerando sus consecuencias y
3, º) se decreta lo siguien­
te: "Usted acepta que el mundo se acerca a su fin y enciende en
Usted una sagrada indignación o Usted resulta ser. un lacayo
pagado
por los grandes intereses comerciales",
A Lester Brown,
por ejemplo, el conocido activista ecológico
que .convocó nada menos que a sus lntimos amigos, Ted y Jane
-Ted Tumer y su pareja de. entonces Jane Fonda-para que la
CNN insista en difundir programas documentales que, por esta
recomendación,
dan por comprobado el efecto invernadero con
dimensiones alarmantes y lo difunden, literalmente, a todo el·
mundo.
Brown, a través de su
World Watch Institute, en 1973 comen­

con sus predicciones ominosas tales como que pronto el
aumento de la población mundial dejaría atrás a la producción de
(1) HABS-PETER MARTIN y HARAw ScmJMANN: La. trampa de Já globalizaddn,
Madrid, 1998, pág. 42 et séq.
(2) Cfr. JoHN MAoi>ox: The Doomsday Syndrome, N.Y. 1976.
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alimentos aunque lo cierto es que desde 1961 la población mun­
dial
no ha llegado a duplicarse mientras las. producción mundial
de alimentos a superado
el 100% de incremento.
Otra usina influyente
en la opinión pública es la National
Geographtc, institución vulgarizadora con mucho más aparataje
comunicacional
que . auténtica investigación geográfica. En su
entrega dedicada
al tema la tituló: "Advertencia global" ~título
por lo demás intimidatorio-donde sentenció: "El clima está
cambiando a
un _ritmo desalentador: Los glaciares _retroceden,
desprendimientos del casquete polar se están fracturando, el
nivel del
mar asciende,.d·permafrost se derrite" (3). ·
Toda la revista está llena de advertencia$, sólo que el abuso del
tiempo condicional
en los verbos -'-,-en lo cual mucha gente no
repara-deberla alertar acerca de lo aleatorio· de sus afirmaciones.
EJEMPLOS:
-"El desagüe de agua dulce en. los océanos PODRfA cambiar
el curso de las corrientes
que juegan un rol vital en el clima".
-"En el próximo siglo algú.nas costas_ marítimas pooR1AN. tras-·
la darse millas tierra adentro por aumento del nivel del mar".
- "Tomando .medidas
hoy para refrenar las emisiones de
gases invernadero se
PODRÍAN limitar esos impactos".
-
"La mptura de las circulación termo-salina (agua cálida sali­
na
como las corriente del Golfo) continúa siendo una posr­
. BlllDAD inquietante".
-"IPCC en su Informe 2001 hizo una proyección según la
cual el nivel
de los océanos se elevará entre 4 y 35 pulga­
das a
fin del sigfo xx, lo cual sERfA un desastre".
El Protocolo de Kioto es un tratado internacional con el pro­
pósito de reducir la temperatura de la Tierra
en 0.04º C para el
año
2100, O sea, cuatro centésimos. de grado dentro de un siglo.
(3) _The EconomJSt: "Plenty of Gloom", ·20-XII-97; National Geogl'aphic:
"Global Warming. Bul~tins far a warrner world", séptiembre 2004, págS. 2-75.
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CAMBIO CLIMÁTICO, CALENTAMIENTO GLOBAL. EFECTO INVERNAl)ERO
Y e.sta · cifra ha sido publicada en revistas científicas de primer
nivel repetidas veces.
Últimamente Nature, la revista más presti­
giosa. del mundo
en investigación científica, estima un aumento
de
0,02° para 2050 (4). El IPPC produjo moddos que mostraban
un incremento mayor pero ningúno superó los 0.15º o .sea quin­
ce décimas de grado.
Muchos países reunidos
en Kioto se adhirieron inntediata­
menie; sin .discutir, y esa _masa critiCa.de naciones funcionó conio
.. un lobby para. persuadir a los· restantes.
Ahora bien, ¿por
qué hacer un tratado internacional que, en
el mejor de los casos, logrará tan poco? Si acaso, se podría redu­
cir
el anhídrido carbónico aunque las fuentes . alternativas de
energia
no podrán contribuir suficientemente: la eólica, la solar,
ni la nuclear, podrán lograrlo. Harán falta tecnologías
aún no des-
cubiertas, ni desarrolladas, coino el hidrógeno.
·
Es bueno recordar que hubo predicciones fallidas como la de
Amory Lovins que hace 20 años predijo que para el año 2000 un
35% de toda la energía de los EEUU señagenerada por fuentes
alternativas. De hecho
esa cifra se redujo a sólo un 6% . En Japón
es del 5%, igual que eri Alemania, en Inglaterra . del 2% y en
Dinamarca del 8"/o.
Para cubrir las necesidade.s · de los EEU.U haña falta cubrir con
paneles de energía solar de 27 .. 000 km' de superficie, equivalen­
te a todo el estado de Massachusse_ts y en 2050 el del estado de
Nueva York, según un amculo publicado por Science la revi.sta
científica más reputada de los
EEJJU (5).
Otro aspecto del Protocolo
de Kioto. es el econó111Íco, el cual
ha sido estudiado con. toda minuciosidad
por Bjom Lamborg,
autor del libro The Skeptical EnvironmentalJst y organizador del
"Consenso
de Coperihague" el cual sostiene que se trata del "tra­
tado mundial más costoso de la historia" (sic).
Si se aplicaran a rajatabla las normas fijadas por el tratado de
Kioto hasta
2010, el cambio en consecuencia seña imperceptible:
(4) ·Nature, 22 octubre 2003, págs. 395-741.
(5) MARTIN HOFFBRT! ~Advante .Téchnology, Pá.ths to Global 'stability, Energy
for a Greenhouse Planet", Scie"nce 298, núm. 1, 2002,-págS. 981-:987.
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el calentamiento se retrasarla tan sólo seis años y el costo seña
de ¡:,or lo menos 150:000 millones de dólares anuales: 150.000
milllones
son mucho dinero para obtener un pequeño beneficio
que, entretanto,. nioviliza muchos intereses que distorsionan la ·
realidad. Paul Kennedy estima en 125 millones al año la. inversión
necesaria para financiar programas ambientales. .
Las ONG pretenden representar el papel de. los "buenos" de ·
la película y los industriales -in totum-el de los malos ... Es
un planteo simplista e interesado tanto como seña el caso inver­
so.
Ni tan buenos, ni tan malos. Pero todo tan lejos del enfoque
científico y de la búsqueda de la verdad.
Ciertamente
que en un extremo hallamos entidades absoluta­
mente inocentes de los· intereses creados como la Audubon
Society o el Sierra. Club, pero que hacen el papel de. "idiotas úti­
les" manipulados
conveniep.temente por los· fundamentalistas del
ecologismo que buscan imponerse ideológicamente .
En el otro extremo, ya abiertamente ·¿han oído hablar del
Frente de Liberación Ambiental? Pues pronto lo escucharán. Son
los activistas
que se ceban en la "acción directa" frustrados por
haberse quedado sin misión um vez tep.IJip.ada la "guerra fria".
.
Otro tema que impresiona fácilmente al público es el derre­
timiento de los glaciares sobre la base de unos pocos casos ais­
lados. Ahora bien, ocurre que en el mundo hay alrededor .de
160.000 glaciares de los que unos 67.000 han sido inventariados,
sólo
en contadas ocasiones han sido monitoreados y estudiados
en. detalle. ·
Por . ejemplo, el Monte Kilimanjaro en África ecuatorial ha
estado derritiéndose desde los años 1800, mucho antes de que se
pudiera
suponer un calentamiento global. Se trata de un volcán
.en una región cálida. Las mediciones satelitales no demuestran
ninguna tendencia al calentamiento a la altitud
del glaciar del
mismo nombre.
Ahora bien, ocurre que la causa del retroceso del mismo ha
sido la deforestación -y no un cambio climático---que se produ­
jo
en las laderas y piedemonte, de modo que el viento que sopla .
contra él y se eleva ya no es húmedo. Los expertos creen que si el
piedemonte fuera forestado
de nuevo el glaciar volverla a crecer.
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CAMBIO CLIMÁTICO. CALENTAMIENTO GLOBAL, EFECTO INVERNADERO
.Por lo demás resulta. que la Tierra ha vivido durante los últi­
mos 700 años
una edad geológica glacial caracterizada por el
avance y
el retroceso dtel hielo. Nadie, con certeza, sabe por qué
pero el hielo cubre el planeia cada. 100.000 años con menores
avances cada 20.000 aproximadamente
.. El ultimo avance fue
hace 20.000 años
por lo que ahora estañamos por comenzar el
próximo.
Por el contrario,
en Islandia hay glaciares que avanzan a
razón de
100 metros diarios. La primera mitad de siglo xx fue más
cálida que la segunda, igual
que en Groenlandia. Desde 1940 se
nota
una tendencia al fño. La cobertura de hielo de Groenlandia
y
de sus costas no sigue la tendencia del calentamiento global
corriente
(]). Adviértase que la expresión "tendencia" es cientffi­
camente vaga y que "corriente"
no implica que esté legitimada
sino
que simplemente es la más difundida.
Desde hace 5 billones
de años nuestro planeta es sorpren-·
dentemente activo. Tenemos 500 volcanes en erupción cada dos
semanas. Hay
un millón y medio de sismos por año y uno mode­
rado
- mayor cada diez días. Lós tsunamis no Son nuevos.y corren a· tra­
vés del Océano Pacifico cada tres meses de promedio.
Nuestra atmósfera es
tan violenta como la tierra debajo.
Pensar
que el factor humano tiene un papel importante y creer
que es posible estabilizar esta atmósfera es de una increíble .arro­
gancia.
Hace 14.000 años aparecieron los primeros pinos y constitu­
yeron el bosque virgen para los
siguienlés 4.000 años. Luego el
clima cambió. Se puso más c.álido y todos los glaciares de Calla
fornía se derritieron. Luego, hace 6.000 años, el clima cambió otra
vez y
se hizo más humedo.
Los cientfficos han comprobado que los bosques han estado
cambiando de continuo su composición. Cada lapso de
1.000
años es diferente del anterior. Y, además, hay que contar que los
primitivos habitantes indígenas ~in .industrias con~aminantés-
(6) BJoRN LoMBORG: "El precio del Tratado .de Kioto", La Nacidn, 15-II-OS.
O) CUmate Change, núm. 63, págs. 201-221.
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contribuyeron al cambio por lo menos durante ese lapso en
América.
Los bosques que . vieron . los primeros europeos en llegar a
este continente tenían muy
poco de originarios, de vírgenes; eran
cultivados.
En esta materia
hay muéha desinformación, algO' frecuente
entre los ecologistas más inclinados a la acción que al estudio. ·
Por ejemplo,
· se repite que la Antártida se está derritiendo y a
fuerza de reiterarlo se
acepta como verdad. Lo cierto es que la
única parte
en donde se ha verificado esto es enun deshielo par­
cial de la
Perúnsula homónima, cuya superficie es apenas el 2%
de toda la superficie del continente antártico y sale más al Norte
del Círculo Polar.
El resto, por elcontrario, se está congelando a
razón de 7º
por década de 1986 a 2000 y la capa de hielo es cada
vez más espesa. Por lo demás ---en términos globales-' la Antár­
tida se está

derritiendo desde hace 6.000 años ¡desde la era del
HolocenoLPero esto rio se dice porque
no es novedad.
Exageraciones
Ahora bien, la teotia actual del calentamiento global -un
aumento gradual de la temperatura de la atmósfera terrestre-'c
sostiene que obedece a
un incremento de Jos gases invernadero
como el anhídrido carbónico -o bióxido (o dióxido) de carbo­
no .como se dice. ahora en traducción literal del inglés-que atra­
pa calor y previene su escape en el espacio exterior. O sea que
la atmósfera mi.sma se calienta como lo hatia dentro de un inver­
náculo o invernadero:
Este efecto, se presume, es el
mismo en todo el mundo,. de
allí que se hable de calentamiento global, aunque las mediciones
científicas
no siempre son .conc9rdantes pues a niveles idénticos
de anhidrido carbónico se ha comprobado que dos. ciudades pró­
ximas Conio Nueva York y Albany, separadas por poco más de
200 km., resulta que una es bastante más cálida y la otra, ligera­
mente más
fria. Nueva York registra un aumento de 5º Fahrenheit
en 178 años y Albany una declinación de 11z grado en 180 años.
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CAMBIO CLIMÁTICO, CALENTAMIENTO GLOBAL, EFECTO INVERNADERO
Esta diferencia, verificable en otros casos demuestra que las
variantes temperatÚras promt;dio á nivel terreno, obe"decert más
al grado de urbanización· y en esto· no interviene para nada el
calentamiento atmosférico global. pbr lo que no corresponde
hablar
de efecto (invernadero),
Sin embargo, la teoría insiste
en que el calentamiento global
es la causa .·de un abrupto c_ambio climático, ·pero· si es .verdad
que el calentamiento ocurre porque hay un_incremento_del anhí­
drido carbónico y otros gases invernadero en la atmósfera, no se .
suele

precisar
que tes por millón anterior Desde ya
puede uno deducir que la cuestión comienza por
ser exagerada. Y, por )o demás que los cambios climáticos son
connaturales con. el planeta como se ha visto y se verá mas ad_e­
lante.
Reducido
á una noticia, el calentamiento global se traduce en
una amenaza cierta. para el mundo. Sus efectos serían: que las
cosechas fracasarían
(¿usted lo. vió?); que los desiertos se extienc
den, el Sahara se ha achicado desde 1980 (8); que la extinción de
las especies es alarmante. Pero resulta que Paul Ehrlich predijo ·
que en 2000 el 50% de las especies habrían desaparecido, lo que
nunca· se verificó ya que ni siquiera se sabe a ciencia cierta cuan­
tas especies hay en el planeta, mientras las imprecisas estimacio­
nes oscilan nada menos que entre 3 y
100 millones, sin contai"
que cada año se describen unas 1500 nue_vas especies.
Otro tema escalofriantes
es el aumento del nivel el mar que
también parece un tema "instalado" fuera de toda discusión. Tan ·
instalado como el pánico que
sembraron las abejas africanas o el
efecto
Y2K que hizo creer al mundo en un inminente desastre y
que luego se.diluyó en la memoria o, más recientemente el temor
a la tormenta electromagnética por efecto de erupciones solares.
¡Lo que ocurre es que nadie lee los diarios atrasados!
El tema· del calentamiento 'global recluía. fácilmente adeptos
pues toca la cuerda del amor a
la Naturaleza como otras cuestio­
nes el ecologismo.
(8) New Sdentist, núm ... 175, 21-QC-02, págs. 4-?,
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De paso, esté arnor a la Naruraleza tienesµ lado nada desin­
teresado pues
en el caso que nos ocupa sirve de inián para obte-.
ner fondos para financiar entidades con personal de dedicación ..
exclusiva y bien pagados, gastos ingentes de publicidad, aboga­
dos
que litigan por sumas siderales. contra las más poderosas
miiltinadotiales; cierto q1:1e casi excluSivamente eri los EEUU,
donde se ha generado una verdadera industria del juicio. Y
donde se mueve mucho dinero hay mucho
poder en juego (de
un lado y del otio) hasta llegarse a perder de vista las motiva­
ciones iniciales.
Asi pues existen industrias condenadas -o bajo la espada de
Damocles-c-a pagar cifras astronómicas para detener o disminuir
émisiones que intervendñan de alguna manera en el calenta­
miento global aunque
en muchos casos no hay proporcionalidad
ni posibilidad de evaluar daños monetariamente.
De hecho,
los. efectos económicos del calentamiento global
serian mucho más inc:lirectos que los producidos por sustancias
contaminantes determinadas,
por lp que es harto aleatorio juz­
garlos con valores absolutos. Por lo demás, analizar todos los
efe.ctos concienzudamente importaña considerar muchas varia­
bles económicas y sociales sutilmente entrelazadas.
Frente a casos netos
de contaminación, lo que se puede y
debe hacer es favorecer los procesos
menos invasivos sin perjudi­
car la economía como bie],1 co1:Ilún y .no en razón de un. calenta­
miento global teórico sino por razones de _salud pública evidentes.
Imposturas
No es que sean verdades realmente. Al contrario, son medias
verdades
-imposturas-, un sutil método para mentir. Pero hoy
dia, en la era de la difusión masiva, cuando una versión ha sido ·
repetida y difundida hasta
sarurar la Ppinión pública, insensible­
mente pasa a convertirse
en una verdad dada por supuesta. O,
como se dice ahora:
ya esta "instalada".
En el fondo
nó se trata de nada esencialmente nuevo sino del
"mentid, mentid
que algo queda" de Voltaire (falsamente atribuí-.
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CAMBIO CLIMÁTICO, CALENTAMIENTO GLOBAL, EFECTO INVERNADERO
do a Goebbels). Actualizado por el efecto multiplicador que tie,
nen los medios de comunicación. Y la falsa autoridad que se les
atribuye:
¿lo dijo la televisión? -como si. fuera una protagonista
y· no· un mero. medio_ tratismisor--::-¡ah, entonces . es 4::ierto!
Lo del recalentamiento global se ha repetido tantas veces que
ya no hace falta explicarlo para ser aceptado por las masas. Nadie
sabe bien cómo pero nadie
.se anima a ponerlo en duda. Ya está
instalado. En los
EEUU bajó el índice de criminalidad pero los nortea­
mericanos están más asustados que nunca simplemente porque
el espacio en la sección crímenes ha aumentado en los medios;
varios centímetros
en los diarios y minutos en la televisión y la
radio.
Y, como se sabe, ahora toda realidad mediática es la única
realidad. También
el efecto invernadero o el. cambio climático es obje­
. to de
un operativo de prensa y mucha gente -porque se viste
con ropajes
cientffico&-no lo advierte:
No
seria un enfoque honesto el que ti.o · destacara la influen­
cia desproporcionada que tienen los medios de difusión
en com­
paración,
que tiene la envergadura. de· la . investigación · cientffica
sobre la que se apoy~n en punto a esta cuestión y que es mucho
menor y más aleatOria que la que se necesita.
Lo cierto es que hace falta más investigación de la Naturaleza,
especialmente
en los países más desarrollados y en cambio hay
otro tipo de investigaciones consistente
en hacer predicciones
en base a modelos de_ simulación que han llegado a un punto
· abusivo.
Michael Crichton que
en su novela,ensayo State of Fear -al
que frecuentemente nos referimo&- advierte .sobre las exagera­
ciones ecologistas,
propone contrarrestar la influencia de los
medios que difunden mecánicamente supuestas evidencias dra­
máticas sobre los peligros
de un cambio abrupto de . ciima
mediante un etiqueta-advertencia adherida a los modelos, que
dijera: "Atención: simulación por computadora. Puede ser erró­
nea o iIJveriflcablt!'.
El mismo Crichton ha hecho. un estudio sobre l_os conceptos
y los términos que aparecen_ en .los inedias cdn .tnayor fre~encia
451
Fundaci\363n Speiro

PATRICIO H RANDLE
tales como: "crisis, catástrofe, cataclismo, plaga, desastre". Por
ejemplo
en los años '80 en los EEUU, la palabra crisis apareció
en las noticias casi tan a menudo que la palabra presupuesto.
Además antes de 1989, adjetivos como "nefasto, sin precedentes,
terrible", no eran comunes en televisión, ni en los titulares de los
diarios. Pero eso cambió.
La palabra catástrofe fue empleada
cinco veces más
en 1995. que en 1985 y se ha duplicado en 2000.
Por lo tanto ha aumentado el énfasis sobre
terror. pteocupadón,
peligro, incertidumbre y pánico. Lo que se llama .uná fascinación
morbosa
por el tremendismo .
. ¿Por qué cambiarla en 1989?. Un año -clirnatológicamente
hablando.:-como todos los demás ¡:,ero plagado de noticias sen­
sacionales como el colapso
del muro de. Berlin -prolegómeno
de la caída .de la Unión Soviética-y final de la Guerra Fría.
Lo que había sido "noticia" durante 50 ai'íos ya no lo era más.
Rabia-que buscar, entonces, una crisis: la ambiental que ocup~ra
el sitio de la desaparecida Guerra Fría.
Para lograrlo, había que estructurar la información de forma
que cualquier episodio llamativo
en las condiciones meteorológi­
cas pudiese presentarse. como resultado y parte de
un fenómeno
climático, sean inundaciones, ciclones o huracanes, atribuibles al
cakntamiento global.
Pero
no sólo el periodismo sensaciol)álista -y el otro que
presume de "serio" y a veces es
peor porque engaña más sutil­
mente--han llevado el efecto invernadero al primer planooill
otro factor lo encarnan los investigadores científicos que se han
orientado hacia esta temática
por la ley el mínimoesfuerzo; por e
que allí se obtienen subsidios más fáciles o las universidades son
más sensibles a la novedad.
También
han sido atraídos por la cuestión, pero por motivos
inconfesables, gobiernos, políticos, ONG,
y burócratas interna­
cionales que
hán creído sin equivocarse que sembrando ·el miedo
por los efectos del cambio climático obtendrían una mayor aten­
ción de la población e, indirectamente,
ganar algunos resortes de
control social:
Y, finalmente, en este conjunto de causas que han inflado el
terna hay
que agregar a los abogados rapaces, ávidos de litigar
452
Fundaci\363n Speiro

CAMBIO CLIMÁTICO, CAI,ENTAMIENTO GLOBAL, EFECTO INVERNADERO
por grandes sumas de dinero contra grandes empresas solventes
harto dispares (sean tabacaleras, petroleras, de implantes
de sili­
conas o supuestamente causantes de distintas formas de
d.ncer)
que logran fácil presencia en los medios en parte porque no
suele haber magistrados entrenados en materia ambiental, que
resultan cautivos de peritos dudosos que. no hacen otra cosa que
magnificar la importancia de las cuestiones.
Es un hecho conocido que una tendencia mundial al calen­
tariliento comenzó en 1850, aunque en mlnima proporción. Pero
eso, naturalmeilte, no es noticia.
Según el United Historical Climatology Network un gráfico
registra las temperaturas de West
Point entre 1900 y 2000 exhibe
un incremento de O .8° F. Aproximadamente menos de medio
grado centígrado. Pero otro gráfico que abarca
el periodo 1826-
2000 revela que
en ambos extremos no hubo cambio y se man­
tiene en 51º f.
También es verdad que existe una guerra entre medios. Es
cierto que la industria del petróleo y la automotor diseminan la
información
de los glaciares que están creciendo y la usan con­
tra
la teorla de calentamiento global. Entre medio quedan los·
cienúficos que suelen ser usa'doS.. en un sentid() o en otro. ·Pero
esto no es n0:evo, ni un caso_aislado.·Algo-se~ejante ocurre con
la Teorla de l.a Evolución y hasta con la de. la Relatividad, mano­
seadas
.por periodistas superficiales que sacan cpnclusiones rápi­
das y modelan fo que sin precisión se llama "la. Opinión pública",
lu~go invocada _·caffio si pudiefá Constituir un argumento de allto­
ridad.
Mientras tanto, profesores de Harvard,
MIT, Duke, Virginia,
Colorado, California-Berkeley, el Presidente la
National Academy
oí Sciences, Premios Nobel, profesores británicos, del Instituto
Max Planck, de la Universidad de Estocolrno, declaran
que el
calentariliento global es "enel mejor de los casos algo sin probar
y, en el peor, pura: fantasía".
¿Se dirá que todos ellos están pagados por la grah industria?
Sin duda algunos, pero no todos.
Mientras
tanto, líderes de ONG, ecologistas amparados por los
medios llegan a ganar fortunas
en los EEUU, recogiendo donado-
453
Fundaci\363n Speiro

PATRICIO H. RANDLE .
nes de buen fe, subvenciones, subsidios negociados o fruto de. la
extorsión. Son personajes sin ningún relieve cientffko pero que me­
dran invocándola cuando en realidad se trata de meros activistas.
Se. da el caso de una verdadera industria del terror ecológico,
promocionado
por enüdades supuestamente amantes de la natu­
raleza, con ejecutivos que hasta saben que
no deben vestirse bien
para disimular su solvencia y adoptar un aire de bohemia cientí­
fica o de trabajo al aire libre: sin corbata y ropa de sport.
Pero,
por otro lado, los responsables de los medios saben
que las .noticias contra estos ecologistas catastrofistas·no.cautivan
al público ya adocenado.
Los gerentes de las ONG saben que conquistar la opinión
pública
no. es tarea sencilla. La campaña contra la investigación
nuclear y
la· ern;rgía atómica llevó su tiempo y el eje convocante
más eficaz fue igualmente el miedo, sin necesidad
de apelat a
atgumentos fundados
en investigación científica.
Los científicos in tato tampoco. son inocentes. Ya en los años
'70 todos los dimatólogos
creían que volvía una edad glacial.
Estaban convencidos de
que el mundo se estaba enfriando. Pero
una vez que apareció la teoría del calentamiento global la acogie­
ron sin chistar porque provocaba una conmoción y una oportuni­
dad para hacer
una llamada ab acción y eso aseguraba un lugar
en la opinión pública, habitualmente indiferente a la ciencia. Un
alto número de geógrafos, geólogos y oceanógrafos, de pronto se
sintieron motivados y se convirtieron
en meteorólogos para ganar
un espacio en una causa popular y salir de su condición de cien­
tíficos positivistas, indiferentes a la suerte de la sociedad.
Precisiones e incertidumbres
El citado Michael Crichton (9), para ilustrar en qué propor,
ción se ha increinentadó el anhídrido carbónico én la atmósfera,
escribió: imaginemos
la composición de la atmósfera como una
cancha
de fútbol norteamericano. La mayor parte de la atmósfe­
ra es nitrógeno. Entonces, partiendo de
la línea del gol el nitró-
(9) New York, 2004.
454
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CAMBIO CLIMÁTICO, CALENTAMIENTO GLOBAL, EFECTO INVERNADERO
geno ocupa todo el espacio hasta la Hnea de las 78 yardas, Y el
resto de lo que queda es ojdgeno. El oxígeno llega hasta la línea
de
99 yardas y de la yarda restante _hasta llegar a _las 100 la mayor
parte
es el gas argon, un gas inerte, El .argon ocupa un espacio
que llega a menos
de 3'1l pulgadas de la línea del gol opuesta. ¿Y
cuántas de esas pulgadas esanhídrido carbónico? Una pulgada".
¿Cuánto
se. ha incrementado el ambiente carbónico. en los ·
últimos 50
afias? Ha aumentado 3/s de pulgada, menos que el
espesor de
un lápiz, Eso es todo el anhídrido carbónico conteni­
do en la atmósfera pero la proporción es minúscula comparada
con el total. ·
¿Alguien puede sostener que este cambio minúsculoconfigu­
ra
una pauta peligrosa para el planeta Tierra?
Todo ello
no obstante, la teoria del calentamiento global pro-
. sigue su marcha y nadie parece detenerla. Escriben los ya citados
Hans-Peter Martin y Harald Schuman:
"El cambio climático ya no
se puede detener, en todo caso-atenuar y se cobrará enormes·víc- .
timas" y citan a Walter Jacobi del consorcio Gering, la mayor com­
pañía
de seguros de la industria en Alemania que dice:· "Para
nosotros, el calentamientó global y sU:s consecuencias como inutÍ­
daciones y tempestades son ya hoy un hecho" (10}. Pero ¿es que
tienen un fundamento científico para hacer semejantes asevera­
ciones?
No, Se .basan en que los años '80 la· compañías de segu­
ros tuvieron que hacer frente a 50 catástrofes naturales
por año en
todo el mundo, con .un dafio en cada una de ellas de al menos 20
millones
de dólares y que, a mediados de los '90 ya se habían pro­
ducido 125 de tales grandes acontecimientos devastadores al año.
¿No es este un juicio temerario basado más en las conse­
cuencias que en las causas?
Es sabido que las inundaciones, por ejemplo, hoy producen
mayores desastres
que en el pasado pero no porque sean más
violentas o más frecuentes sino porque la urbanización
ha avan­
zado obre tierras a,ntes vacantes, terrenos alJ:sorbenteS, sin infra­
estructuras
como caminos, puentes, duetos, líneas de alta tensión,
etc.,
·que sufren.los_efe"ctos y tienen consecuencias ~gioriaJes.
(10) HANs-PETER MARTIN y HAiw.o. Sc:HuMANN: _ loe. dt
455
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PATRICIO H. RANDLE
¿Cuáles son los argumentos, supuestamente dentíficos para
afirmar que el cambio climático es imparable o que el consumo
mundial de
energía hasta se duplique de aqui a 2020 o que los
gases que produce el efecto invernadero aumentarán entre un
45% y un 90%? ¿Y qué? No interesan tanto los porcentajes que
son cifras relativas y pierden significación cuando son irrisorios
los valores absolutos.
De nuevo se miden efectos cuantitativa­
mente pero no se evaluan. las causas cualitativamente .
. No deja de ser. ingenioso el planteo que hace Giorgio Ama­
dei, emblemático profesor de econonúa agraria de la Universidad
de Bolonia. Imaginó una reunión de sabios del Mesolfüco, hace
10.000 años.
El orden de día trataba de la eventual limitación de
los nacimientos, dado que la población de Italia estaba por supe­
rar los 5.000 habitantes y
no era pensable que cada ser humano,
en promedio, dispusiese menos de 60/70 km'. Esos habitantes
debian vagar fatigosamente
en los bosques y praderas recogien­
do algún fruto y cazando algún animal para su sostén. Hoy, gra­
cias gracias a la intervención
humana sobre la. Naturaleza, la do­
mesticación de los animales y la agricultura protegida,
para cada
italiano resulta suficiente
V200 de km' del territorio nacional (11).
Esto lo entiende cualquiera
pues" mirar hacia atrás es fácil
pero hacerlo hacia delante e;xi.ge imaginación y confianza en el
género humano que si hasta ahora ha sobrevivido es posible
suponer que ·10 seguirá haciendo pero no, necesari3.mente, cón­
jugando las variables en juego hoy sino en el contexto de pro0
blemas totalmente diferentes.
El terrorismo ambiental razona como aquellos sabios del
Mesolítico: se aterran y
aterran a los demás.
El profesor de economía Walter E. Williarns de la Universidad
George Masan
en Vtrgina, EEUU, publicó en la revista New Dimeh­
sions un artículo en el que recuerda que en la conmemoración del
Primer Día de la Tierra (12),
en 1970, los ambientalistas advirtieron
que vendña una nueva era de hielo y hoy, usando_ los mismos datos
se empeñan
en hablar de un calentamiento global de la Tierra.
456
(11) Cfr. PAoLO SEQUI: Ji rack.et ambientale, Milán, 1995, pág. 67 et. seg.
(12) New Dil!}.ensions, aSosto 1992.
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CAMBIO CLIMÁTICO, CALENTAMIENTO GLOBAL. EFECTO INVERNADERO
De hecho, como lo demuestra el .citado profesor, el calenta­
miento
de la Tierra entre 1989 y .1990 fue cero. Y un estudio
hecho por científicos de la NAsA sobre un lapso de 10 años llegó
a la misma conclusión (13).
Por su parte, el meteorólogo sueco Bert Bolin sostiene
que la
temperatura global promedio aumentó 1º F. en el último siglo,
especialmente
antes de 1940 __:_mientras estos últimos 50 años no
muestran incremento de temperatura que sea apreciable~ y que
· la mayoría de los científicos atmosféricos lo interpretan como una
recuperación natural de la Pequeña Edad de Hielo de 1450 a 1850.
En todo caso, es un argumento falso y rebatible fácilmente
que el aumento de temperatura en algunos lugares prueba la· teo­
ría del calentamiento global. Este se refiere a selectos promedios
supuestamente totales (difíciles
de medir) prqducto de complejos
modelos,
por lo demás harto discutibles, y cuyos resultados va­
rían hasta en un 40%.
¿Quién fue el profesor que dijo . que los modelos muestran
como deberían suceder los fenómenos naturales.
sino sucedieran
como realmente suceden?
No es el caso tampoco de oponerse a un eventual cambio de
la temperatura terrestre pero habría que prnbarlo mejor. Pero,
además, el hecho
de que lo haya habido no excluye que haya
sido
por causas exclusivamente na\Ufales.
Se insiste, sin embargo en que no es posible explicar el súbi­
to calentamiento sin atribuirlo al
papel dominante del anlúdrido
carbónico y al de los gases invernadero de

origen industrial. Pero
¿es que lo que no tiene explicación científica (por ahora) enton­
ces
debe ser adjudicado inexorablemente a factores humanos?
¿Por esa.sola razón?
También se afirma que las temperaturas globales aparecen
como las más cálidas de los últimos 2.000. años.
Pero -Siempre
hay un pero--¿cómo se midieron las temperaturas en el pasado?
Solamente
por modelos matemáticos aplicados a la climatología,
hoy aceptados, mañana desvirtuados,
(13) Cfr. ª ¿Ná.zi-ecología?", Covadonga Informa, a_ño XVi, núm. 178; Madrid,
noviembre de 1995. -
457
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PATRICIO H. RANDLE
Por eso lo que está en dis.cusión no es tanto la inexistencia
de un eventual (y efünero) calentamiento l!lobal sino la debilidad_
de las pruebas
que se aducen o el constante uso del tiempo con­
dicional
en declaraciones que luego se repiten como aseveracio­
nes., Y. eso para· no referirnos al desproporcionádo abismo entre
des.cubrimientos aleatorios y recomendaciones de emprender
acciones directas,
costosasy poco prácticas. ' .
El National Resources Defense Council se apresura a declarar
que ya hay evidencias del calentamiento global y es hora de que
S('. realice un verdadero debate nacional -no sobre cuál es la
envergadura del fenómeno--sino sobre qué hacer con ello.
Una de
las pruebas aducidas como confirmación del calenta­
miento global
es una supuesta elevación de las aguas oceánicas,
tema
que sigue en discusión y sobre el cual no hay un definiti- ·
vo consenso.
Se dice . que los satélites indican una elevación de
varios milimetros aunque
no consta en ninguna publicación cien­
tífica explícitamente.
Por el contrario, hay información de que en los últimos tiem­
pos
no ha habido concretamente ninguna elevación en el nivel
del. Océano Pacífico
~l más extenso del. mundo--y sin embar­
go se insiste en que se avecina una crecida global.
Se insiste en ello pero no se dice que el nivel del mar está
aumentando desde hace 6.000 años, al principio
del holoceno, a
una ta.sa de 10 a 20 cms. Cada 100 años. Lo cierto es que sabe'
mos más de la luna que de los océanos. Sin embargo, el nivel de
los océanos se presenta como prueba del calentamiento global
y
del derretimiento de los glaciares.
A pesar de todos los
adelant"s científicos y técnicos, la .
atmósfera sigue siendo el mayor misterio de la naturaleza pero
los científicos no suelen recordarlo. Una cierta regularidad en la
formación, dispersión y pautas que describe el movimiento de las
nubes ha querido sea descubierta mediante modelos matemáticos
computarizados sin llegar a nada.
. Tampoco nadie puede decir con seguridad si el calentamien­
to global producirá más o menos nubosidad. Por
un lado, si
aumenta la temperatura habrá más evaporación
_de los mares y
má.s humedad implica más nubes. · Sin embargo, mayores tem-
458
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CAMBIO CLIMÁTICO, CALENTAMIENTO GLOBAL, EFECTO INVERNADERO
· peraturas significan más vapor de agua en el aire y por lo tanto
menos nubes.
El clima es algo muy complejo. Y tanto que nadie ha podido
predecir el futuro con precisión por más que se hayan invertido
millones
de dólares en investigación.
La computación ha prestado una invalorable ayuda pero aun
asf nadie se anima a pronosticar el tiempo más allá de los próxi­
mos diez días y, ello, apro~adamente.
Sin embargo se hacen modelos que supuestamente predicen
cambios
con cien años de anticipación. Y a veces mil o tres mil
años. Entretanto no· es posible
fijar un claro deslinde entre los
fenómenos de exclu~ivo origen natural y l_as distorsiones··prover
cadas por el hombre.
El mayor evento en materia de clima global es sin duda _el
fenómeno conocido por "El Niño" que se produce cuando fa tem­
peratura del océano Pacífico
-a lo largo de la costa de Sudamé­
rica~ sube por encima de los valofes normales durante varioS
meses. Esto ocurre aproximadamente cada cuatro años -23
veces el último sigl~ y viene. sucediendo desde hace miles de
años. No obstante los modelos climáticos no pueden predecir
exactamente su oportunidad, ni su duración, ni su intensidad,
porque depende
de· muchas variables. Y si estos modelos fallan
respecto de "El Niño", ¿qué se puede esperar respecto de otros
fenómenos menos conocidos? P?r lo demás, su misma existencia
precede cualquier razonamiento que pretenda adjudicarlo exclu­
sivamente ·
al calentamiento global verificado últimamente como
excepcional.
Pero todavía hay algo más que agregar sobre "El Niño". Sus
consecuencias económicas no han sido tan catastrófica.mente
negativas como se ha pretendido con ligereza. Al alargar la tem­
porada de germinación de las cosechas e inducir a
una disminu­
ción de consumo de combustible para calefacción se estima que
aun deduciendo las pérdidas por inundación y exceso de lluvias,
la
últillla vez dejó -créase o n~ un saldo positivo.
Según el Bulletln
oí the American Meteorological Society, el
impacto de
"El Niño" en 1997-98, las pérdidas que ocasionó en los
EEUU fueron de unos 4 billones de clólares y los beneficios de 19.
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PATRICIO H. RANDLE
Esto no quiere decir que los . fenómenos ambientales no
merezcan Ser. atendidÜs o ·que, en otro ·orden de Cosas, .permita­
mos industrias altamente contaminantes o cosas por el estilo.
Una cruzada en los medios
El efecto invernadero y el cambio climático abrupto, á pesar
de la propaganda
en contra no logra conmover a la gente tanto
como la
contaminación que, por ejemplo, aterroriza por el riesgo
de cáncer,
un riesgo inmediato y personal que hace que las orga­
nizaciones
que lo previeneny lo combaten logren fácil colabora­
ción y donaciones. Pero la verdad es
que nadie se asusta tanto
por un poco de acalOramiento. E_specialmente si no va suceder
dentro de los próximos 100 años. Y la extinción de especies tam­
poco convoca a la gente cuando se les dice que la mayoría de las
especies a desaparecer sori illsectos.
Las entidades embarcadas en la tarea de crear conciencia del
calentamiento global .como
un peligro cierto tienen dificultades
en conseguir apoyo y deben recurrir al auxilio de los medios
masivos .
. Sin embargo, es notable. la fuerza persuasiva que tiene· la
experiencia personal sobre las creenc.ias .. Un fenómerio meteoro­
lógico cualquiera si es muy acusado, o totalmente inesperado,
impulsa a hacer toda clase de djagnóstico sobre el clima. ·
Por ejemplo, se dice
que "antes no llovfa asi!\, sin ningún ele­
mento probatorio. Y sin reparar
en que debido a que, ahora, las ·
ciudades están saturadas de edificios y de pavimentos, las aguas
ya
no escurren naturalmente y las obras de drenaje no han segui­
do el mismo ritmo de las obras edilicias.
Otro tanto ocurre con la percepción de
la temperatura cuyos
valor~s se suelen extrapolar con ligereza a toda una estación hasta
todo un añ'o en báse a 'recuerdos borrosos . e · impresiones total­
mente subjetivas que, por lo demás,. varían de un persona a otra.
El caso es que todo esto suele ser explotado por los apósto­
les de la cruzada anti-invernadero, a veces espontáneamente
pero otras por algún interés oculto.
460
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CAMBIO "CLIMÁTICO, CALENTAMIENTO GLOBAL, EFECTO INVERNADERO
La gente de cierta edad es más proclive a convencerse. de que
estarnos viviendo una época de inusitado cambio climático; fre­
cuentemente incentivados por los medios. Pero lo curioso y con­
tradictorio
es. que unos hallan que los inviernos antes eran más
rigurosos y
otro.s que los veranos eran insoportables.
Son consideraciones puramente caseras que omiten muchas
variables y carecen de toda verificación .cientí;tica. Lo curioso es,
no obstante, que como quiera que sea alimenta la propensión a
aceptar pasivamente cualquier referencia al cambio. No
en vano
el hombre registra los picos de temperatura
que percibe aguda­
. mente pero así no puede dar cuenta de los promedios el producto de un procesamiento.
Así también la televisión, acudiendo al "pronosticador de
tumo" llega
a afinnar que los glaciares de Groenlandia se están
derritiendo, poniendo
un énfasis patético, como si pronto fueran
a· desaparecer. Al mismo tiempo, científicos de Reading, Ingla­
terra, se hallan realizando simulaciones por computación que
sugieren que por el contrario Groenlandia podría perder su
· banco de témpanos pero sólo de aquí a 1,000 años. ·
El ecologismo comenzó haciendo un planteo antitético entre
na¡uraleza y cultura. En .el que b primera -como el "buen sal­
vaje" de
Roilsseau-todo era virtud y la segunda causa exclusi­
va de su deterioro:
Acaso porque se trata de un planteo simplista y los argu­
mentos fueron perdiendo eficacia,
la mentalidad verde se con­
centró en demostrar que el ambiente se está desnaturalizando de
un modo global y, no hallándo responsable directo, se acusa al
canibio climático y, _este, a su ·vez, más. indirectamente·; como
resultad.o del calentamiento global causado por la emisión de
gases invernadero
a la atmósfera.
El planteo más. corriente obliga a responder dos preguntas
clave: l.') ¿es correcto que se está produciendo ya un abrupto
cambio climático?, y
2.'} ¿ésto sería consecuencia de una inter'
vención humana?
Respecto de lo primero hay lugar para s.erias dudas, habida
cuenta de que los argumentos
no pasan de ser meramente esta­
dísticos y abarcan
periódo recientes relativamente breves: Y en
461
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PATRICIO H. RANDLB
cuanto a lo segundo está comprobado que los cambios climáti­
cos, incluso los abruptos,
no son excepcionales sino la regla en
la Naturaleza. Por lo demás, es sabido que bay causas naturales
para las catástrofes naturales, como
no podrla ser de otra forma,
Es curioso que después de baber insistido ad nauseam en
exaltar idolátricamente las virtudes de la. "Madre-Tierra", como se
ha hecho de las grandes conferencias sobre el medio ambiente,
ahora resulta que
se. trata de una· mere denaturée.
Cualquier persona no adocenada por los medios se pregun­
tará qué ha sucedido con la geografía humana, rama de la disci­
plina madre
de noble prosapia que, de pronto ha sido eclipsada
por la ecología humana en la enseñanza elemental. Por oo 1ado
pareciera que para ganar prestigio enla opinión general muchos
geógrafos se
han inclinado por preferir los estudios que hoy
gozan de mayor favor popular. O, si no, como dice Philippe
Pelletier en L 'imposture ecologiste; ha sido "ia voluntad de pare­
cer más
cJentfflco a imitación de las ciencias llamadas duras o
exactas" lo que atrae al .docente
que cree asi legar al gran públi­
co y superar
asi la mala fama de la geografía escolai decimonó­
nica (14).
Otis Dudley Duncan
afirma en la Enddopedia Británica que
"el énfasis hoHstico implicado por la misma idea de ecologfa
humana ha constituido una amen¡iza permanente a la unidad de
la disciplina" por cuanto "se trata de expresiones de filosofía social
antes que proposiciones teórico
0científicas fundadas en la expe­
riencia". Por todo lo cual se suma a quienes aconsejan que la eco-.
logía humana se la entienda desde
un punto de vista filosófico
(lato sensii) antes que aspirar al status de una disciplina científica.
Hay que recordar que la ecología es primero animal y vege­
tal y sólo humana por analogía. Si la ecología es bifronte, .es el
ecologismo el que la unifica pero ideológicamente.
En rigor la ecología estudia sólo
un aspecto especifico de la ·
naturaleza: la interacción del ser vivo y sµ entorno físico. Por lo
cu.al resulta un tanto basto -de poco rigor científico-asimilar
ecología a naturaleza. Y
si·hayuna ecología humana ésta se refie-
(14) PHILLIPPB PELLBTJER: L'Jmpasture ecalogiste, Montpellier, ~993, pág. 194.
462
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CAMBIO CLIMÁTICO, CALENTAMIENTO GLOBAL, EFECTO INVERNADERO
re a lo que de animal hay en el hombre, Lo propiamente huma­
no,
que es lo espiritual, se resiste a ser tratado con el enfoque
puro de la ciencia experimental y
no es susceptible de ser redu­
- cido
a tener relaciones determinadas con el medio ambíente.
Antes bien, lo peculiar
en el hombre no es recibir la influencia
del medio sino actuar
sobre él. Y esto no es propiamente ecolo­
gía sino lo contrario.
Curiosamente, entonces, se· usa el ~émiino ·para dénotár la
acción (en un sólo sentido)destructiva del ambiente por el hom­
bre siendo que en sentido estricto se debería tratar de una inte­
racción mutua.
Pem la cuestión de la contaminación es mucho más comple­
ja de
lo que se suele creer. Por ejemplo, según un estudio publi­
cado
por Science, las partículas de - la· piel como la caspa y las
células muertas, asi como las bacterias y el polen,
son factores de
contaminación
-involuntaria-mucho m¡is importantes que lo
que se creía.
Forman parte de los "aerosoles;, que desempeñan un papel
crucial
en el clima del planeta, según el Instituto para la Física
de la Atmósf'era
de la Universidad de Mainz (Alemania). Un 25%
de la composición de los aerosoles en diferentes ambientes y
estaciones está compuesto
por polen, esporas, bacterias, algas,
virus y cristales de proteínas entre otros. O sea, elementos .pro­
vistos
por la naturaleza y no producto de las acciones humanas.
Recuérdese
que un aerosol es un sistema de partículas líquidas o
sólidas dispersas en, o rodeadas por,
un gas por lo cual, en rigor,
la atmósfera terrestre.
es un aerosol (15).
Final
El objetivo declarado de las investigaciones sobre el calenta­
miento global es nada menos
qt1e la pretensión de gerenciar el
ambiente. Algo
que no es nada fácil puesto qt1e comenzamos por
no saber bien cómo funciona y ~o se .trata __ 4e un artefacto.
(15) La Nación, 1-IV--05.
463
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PATRICIO H. RANDLE
· Por de pronto no se termiria de deslindar la causalidad natu­
. ral de la humana. Se ha tardado en descubrir cjue la naturaleza
inexplorada
-la anecumene-no era tal como se pensaba. Por
caso, cuando se fundó Yellowstone Park
~l primer parque
natural del mundo. fundado en 1872~ no habia ninguna expé­
riencia de preservación y se pensaba que bastaba con apartar dos
millones de acres (800.00 Ha) como hizo el Presidente Grant
de
los EEUU ...
Por ejemplo, prohibieron a los indios la caza y dificultaron a
los alces el ramonear los árboles o a los castores construir diques.
Cuando los castóres des_aparecieron, las praderas se secaron, las
truchas y las nutrias migraron, la érosión del suelo avanzó y la
ecología del parque
se transformó. A mediados de los años '20
del siglo pasado habia tantos alces
que hubo. que sacrificarlos de
a miles para
que pudieran sobrevivir naturalmente. El cambio en
la ecología vegetal parecía no haber cambiado pero. la antigua
combinación de árboles
y pasturas no volvió.
Los lobos·· fueron . aniquilados y luego hubo. que traerlos de
vuelta.
Se fijó una política de prevención de incendios sin haber
comprendido
aun los efectos regenerativos en juego.
·.Sin embargo, la "cultura.popular" sigue simplificando el terna
de
la conservación. (16) y, a caballo de él, se monta la cuestión
del calentamiento global. No hace falta abundar en por qué el
periodismo, la
burocracia internacional, medran en tomo a la
investigación
cien1ífica en pos de un suelo estable o una noto­
riedad pasajera. Y esó, descontando a
'los ideólogos que tienen
un interés especial en todo lo que pueda servir para Cl,lipar al
capitalismo1 con razón-o sin ella.
Lo que si .merece una respuesta más sutil es ¿por qué cíentí­
ficos presumiblemente serios se dejan arrastrar por la corriente y
pierden la facultad .del recto discernimiento? .
La cuestión tiene una raíz profunda y se basa tal vez en el
. culto . de la medición de los fenómenos ~osa · que cada vez se
hace con métodos más sofisticado~ corrio explicación per se
(16) P. H._ RANDLE (editor): La conserva-ddn, Buenos Aires, '1982, dónde el
tema se pone eri su quicio.
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CAMBIO CLIMÁTICO, CALENTAMIENTO GLOBAL, EFECTO INVERNADERO
y como meta suficiente_ ·como si se tratara de un criterio de ver"'.
dad, Lo que termina por sustituirla por la precisión de las verifi­
caciones.
Del mismo modo se cae en la simpleza de extrapolar al futuro
cualquier dato que denote alguna irregularidad
y, en base a ello, se
hacen pronósticos fáciles a tan largo plazo que
no son comparables
en el lapso de una generación, Se supone que las cosas deberían
seguir siendo igual como lo han sido hasta ahora, Como si se hubie­
se olvidado que la regularidad
no existe en la Naturaleza.
Dígase también, sin temor, que la investigación científica ·está
siendo manipulada por organizaciones ecologistas que carecen
de
un genuino amor a la verdad (y tal vez del orden natural) que
usan la información no tanto para hacer. una contribución al
saber sino salvo
en la medída en que pueda ser empleada como
un arma de la propaganda, Todo hecho -supuestamente cientí­
fico-vale en cuanto puede impresionar al público, verdadero o
falso o tal vez sea peor, verdades a medias.
Lo cual no tiene nada .
de auténtica1nente · científico._
No se olvide que el ecologismo militante dispone de mucho
poder y que cuentan con ingentes cantidades de dinero para sus
campañas.
Dinem que, como ya anticiparnos, proviene de algu­
nas industrias muy contaminantes a·decuadaillente extorsionadas.
Greenpeace, por ejemplo, recibe donaciones de industrias menos
contaminantes a cambio de
un bm de indemnidad,
En suma, el calentamiento global, el efecto invernadero
y el
cambio climático
no son la amenaza que se pretende. Es verdad
· que,
_de alguna manera, el traer la cues_tión a la. palestra pública
ha contribuido a avivar la conciencia de los problemas ambien­
tales
en general. Sin embargo se puede tener conciencia sin nece- .
sidad de iemer una Catástrofe.· Al contrario, esto último siempre
es algo irracional y lo que hace falta es proceder con extrema
racionalidad
en una cuestión tan delicada,
Ortega
y . Gasset deslindó la diferencia entre ideas y creen­
cias (17). Creencias
son ideas a partir de las cuales se piensa. No
(17) ]OSÉ ORTEGA Y GASSBT: "Ideas y Creencias", efi Obr.as, 3."'" edi~ión, Madrid,
1943, págs. 1657-1701.
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PATRICIO H. RANDLE
se sabe cómo llegamos a ellas, pero "estamos en ellas", más que
tenerlas, están, como
_deCíam()s; "instaladas".
Esto es lo que ha ocurrido con la cuestión que nos ocupa, se
parte
de una creencia como verdad de fe.
· ¿Cómo llegamos a esta creencia?°-Confunchendo ciclos, perío­
dicidadeS _y corre,a.ciones, que -~~n meramente descriptivas, con
explicaciones O demostraciones.
Aclarando las cosas, Chrichton dice que uno puede oponer­
se a la
pena de muerte y sin embargo abogar por un código
penal más riguroso. O sea, uno puede tener rese¡-vas sobre la teo­
ría del calentamiento global y sobre todo de su versión popula­
rizada y, sin einbargo,. recomendar el control de la· contaminación
en todaS sus forma!,;
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