Índice de contenidos
Número 113
Serie XII
- Textos Pontificios
- Actas
- Estudios
- Información bibliográfica
-
Ilustraciones con recortes de periódicos
-
I. Fraternidad sin paternidad y sin resultados
-
II. Violencia buena y violencia mala
-
III. El silencio ante la violencia ejercida contra nuestros hermanos de la Iglesia del silencio o del tercer mundo
-
IV. La enseñanza y la propaganda inoculadora del ateísmo en la URSS
-
V. ¿Por qué no es posible la libertad en el socialismo?
-
VI. La desigualdad en el comunismo entre quienes mandan y quienes obedecen
-
VII. La colectivización en el llamado mundo libre
-
VIII. El total olvido del principio de subsidiariedad en la liquidación del carácter liberal de la profesión médica
-
IX. La burocratización de la cultura según las directrices de la UNESCO
-
Autores
1973
I. Fraternidad sin paternidad y sin resultados
ILUSTRACIONES CON RECORTES DE PERIODICOS
l. FRATERNIDAD SIN PATERNIDAD Y SUS RESULTADOS: IGUALDAD DE LO DES
IGUAL,
INCLUSIVE
DEL BIEN
Y DEL MAL.
El ilustre romanista profesor Alvaro D'Ors ha publicado en el PEN
SAMIENTO NAVARRO, el martes 13 ck diciembre ck 1972, un arliculo
titulado "SE.X.o, GENERACIÓN, FAMILIA", en el cu.al pone el dedo en la llaga
de
muchos
males actuales. Sin paternidad no hay verdadera fraternidad.
Sin nuestro primer esl.abón, Dios Creador y Padre, no hay l}OSibilidad
de norma trascendente. El orden natural se disipa en una indiferenciación
indiscriminada, en un igualitarismo horizontal y caótico. En esto se halla
la raíz del desconcierto y de las a!trocidades que en. los !JUCesivos recortes
iremos analizando aquí. Pero, comencemos extractando del articulo de
fYO..s:
29l
«La fuerza del pensamiento revolucionario :democrático, y del
lenguaje que
ha sabido crear y poner en
circulación, es tal, que
los católicos no parecen
capaces de sustraerse a
su
do-minio; y,
sin
embargo, eso es precisamente lo que habría que intentar:
discriminar muy radicalmente las aparentes coitrcidencias en
tre la defensa de la dignidad de los hijos de Dios y los tópicos
de
la revolución -democrática. Si
no se hace así, y
se aceptan los
mismos «carrilee» trazados por la revoluciM4 los católicos no
harán más que colaborar inconscientemente
co-n aquella
revolu
ción,
Es muy difícil salir de unos «carrile.s» ideológicos que con•
ducen
tan fácilmente a las últimas consecuencias: lo que hay
que hacer
es no entrar en tales «carriles».
»El núcleo
de
todo pensamiento revolucionario
está en la
negación de la filiación divina y afirmación de la autonomía ab
soluta del hombre, De ahí iJ.a afirmación a ultranza de la fra.
ternidad humana, y negación, aunque sea por .silencio, de la pa
ternidad de Dios, siendo así que la :fraternidad se funda pre
cisamente
en aquella filiación divina,
Conl!a esta
raíz del pen
samiento revolucionario, de fraternidad sin paternidad,
dehería
mo,s afirmar la paternidad divina
como fundamento de la fra
ternidad humana.».
Fundaci\363n Speiro
«.En el campo del pensami-en_to social, .aquel principio revoilu
cionario
reforza'do por el
tópfoo del «patem.alismo» imponía
la
tensión entre generaciones. Este planteamiento es en sí mismo
revolucionario. Supone que 1a unión
entre los
hombres no es la
que
se encauza
por la
filiación (filiación natural familiar,
filia
ción de los grupos
religiosos católicos,
filiación
de escuelas doc
trinales,
etc.), sino la que existe por la pura contemporaneidad.
~,a es l,a hase descle Je qu~ 1~ r~olución opera . ~ontra la tra
dición. El natural empuje
de los. hijos. que aporta siempre
algo
nuevo, se asimila dentro de
la tradición
como
. algo
natu
ral y fecundo, sin
romper
la continuidad, formando una cadena
cuyo
primer eslabón está en Dios Creador
y Padre «de lu ge
neraciones».·
En la dialéctica revolucionari~ ·en cambio, los hijos
desvinculados de sus padres forman
nna «ola»· común que
ani
quila a
las anteriores
y hace
imposible. toda
·continuidad.
»Contra
esta dialéctica revolutionaria
·
del cort{!
horizontal de
las
generaciones; debemos afirmar la continuidad vital de las
trardiciones, empezando por
la misma tradición
· de
la.
Iglesia.»
«
...
La misma
aceptaei~~ de ~a «Filosofía
de los valores». que
más o menos conscientemente
sigtien _muchos cl!tólico.s al hablar
de
«valores», colaboran a
la penetraci6n de
las ideas
revolucio
narias, ya que
fos «valores» son estimaciones accidentales,
va
riables como las de la «bolsa- de
valoresl> y
eliminan
todb. per
manencia
de
«bienes» y
«virtudes». El
ordo borwrum, orden
permanente
de bienes y
virttldes, del
texto latino de la
M~er et
magis~ f:ue dado como «jerarquía de valores»; pero-con esta
traducción
se cae en· el relativismo y
accidentalismo propio
de
·la filosofía
de
los valores,, que
viene a ·ser ·una suplantación de
la teología moral católica.
»Es consecuente
que la negación
de la paternidad -carica
turizada como
«paternalis-mo»--implique
una disolución de
la
familia' y eon ello una profunda crisis de la diferencia - de :se
xos.
La familia está instituida por Dios, sobre la hase
del ma
trimonio,
precisamente como
cauce de·
la
tradición; como moldo
legítimo
para la procreación, que hace posible la continuidad
de la
especie, y
para la e·dueación de los hijos, que hace
posi
ble
la continuidad moral y cultural de
las distintas estirpes hu
manas. Frente -a esta concepción; se trata de imponer una idea
en el
fon'do he·donística
del _._matrimonio, como
pura forma
de
convivencia y
de compafierismo, en el
qn.e la procreación no es
ya un fin
esencial, sino
que lo es
la recípro_ca satisfacción psi
cológica. Con esto se atenta, no sólo al mismo matrimonio
Oi·
~93
Fundaci\363n Speiro
mitación de la natalidad y divorcio) sino aún más profunda
mente, a la
relación de los sexos. La diferencia de sexos fue
creada
directamente -por Dios con vistas a la pracreación y la
complementariedad en una tarea común, y
esta complementa
riedad natural df'I los
cuerpos, que forman una sola carne en
virtud del sacramento del matrimonio, resulta así el fundamen
to
d~ todo
el orden social»
. . . . . . . . . . . . .
«El último resultado de la revolución que afirma como norma
absoluta la
iguB"ldad de
to·dos
!OH seres, y es-pecialmente la igual
dad de
los
sexos, es
la
indiferencia de
los
sexos, que se mani
fiesta,
no
'&Ólo en la indiserimina-ción entre uniones legítimas y
uniones
ilegitimas,. sino también en
la imlistriminación entre
union~ heterosexuales
y uniones homosexuales. En este senti
do,
puede decirse
que el
homosex1,1alismo es el
último
resultado
de
la
democracia; en
efecto,
esta rebelión
humana contra la di
ferenc.ia de sexos ~reada por
Dios es como
el último
fin de la
revolución democrática.
Desgraciadamente, el pensamiento ca
tólico, al dejarse «encarrilar» por los planteamientos revolucio
narios
(«lueha de clasets», «focha de generaciones», «lucha de
sexos»), se deja
llevar insensiblemente hacia este último resul
tado ide la
revolución
democrática.>
H. VIOLENCIA BUENA Y VIOLENCIA MALA.
La primera consecuencia de entender la fraternidad sin contemplar la
paternidad de que vamos a ocuparno,s aquí, dada su actualidad, consiste
en condener por igual toda violencia sin distinción alguna. En VERBO 99
publicamos el articulo de André Roche, "FUERZA Y VIOLENCIA", y en
VERBO 107-108, en estas llustraciones, recogimos los pám,fos principa,
les de un artículo de Manuel de Santaicruz, titulado "VIOLENCIA BUENA Y
VIOLENCIA MALA'", en los cuales se trate. este tema, pero éste no ha perdido
octualidad
ante la reiteración con qu2 se sigue condentmilo indiscrimina,..
damenie
toda la vi.olencia. Por eso recogemos aqui nuevos textos acerca
del mismo. Uno de ello~ de Francisco José Fernández de -la Qgoña, "LA
VIOLENCIA", apm-eddc en EL ALCAZAR de 23 de enero de 1973, del
que recortamos:
294
«Es preciso, pues, afirmar el carácter instrumental de la vio
lencia,
que, por
tanto, será buena o
mala según vaya encami
nada
al bien o al mal. Solamente el escéptico, el que no cree
en na,da, puede adoptar la
aséptica postura de condenar toda
violencia. Para quien no existe bien ni mal, verdad o error,
Fundaci\363n Speiro
l. FRATERNIDAD SIN PATERNIDAD Y SUS RESULTADOS: IGUALDAD DE LO DES
IGUAL,
INCLUSIVE
DEL BIEN
Y DEL MAL.
El ilustre romanista profesor Alvaro D'Ors ha publicado en el PEN
SAMIENTO NAVARRO, el martes 13 ck diciembre ck 1972, un arliculo
titulado "SE.X.o, GENERACIÓN, FAMILIA", en el cu.al pone el dedo en la llaga
de
muchos
males actuales. Sin paternidad no hay verdadera fraternidad.
Sin nuestro primer esl.abón, Dios Creador y Padre, no hay l}OSibilidad
de norma trascendente. El orden natural se disipa en una indiferenciación
indiscriminada, en un igualitarismo horizontal y caótico. En esto se halla
la raíz del desconcierto y de las a!trocidades que en. los !JUCesivos recortes
iremos analizando aquí. Pero, comencemos extractando del articulo de
fYO..s:
29l
«La fuerza del pensamiento revolucionario :democrático, y del
lenguaje que
ha sabido crear y poner en
circulación, es tal, que
los católicos no parecen
capaces de sustraerse a
su
do-minio; y,
sin
embargo, eso es precisamente lo que habría que intentar:
discriminar muy radicalmente las aparentes coitrcidencias en
tre la defensa de la dignidad de los hijos de Dios y los tópicos
de
la revolución -democrática. Si
no se hace así, y
se aceptan los
mismos «carrilee» trazados por la revoluciM4 los católicos no
harán más que colaborar inconscientemente
co-n aquella
revolu
ción,
Es muy difícil salir de unos «carrile.s» ideológicos que con•
ducen
tan fácilmente a las últimas consecuencias: lo que hay
que hacer
es no entrar en tales «carriles».
»El núcleo
de
todo pensamiento revolucionario
está en la
negación de la filiación divina y afirmación de la autonomía ab
soluta del hombre, De ahí iJ.a afirmación a ultranza de la fra.
ternidad humana, y negación, aunque sea por .silencio, de la pa
ternidad de Dios, siendo así que la :fraternidad se funda pre
cisamente
en aquella filiación divina,
Conl!a esta
raíz del pen
samiento revolucionario, de fraternidad sin paternidad,
dehería
mo,s afirmar la paternidad divina
como fundamento de la fra
ternidad humana.».
Fundaci\363n Speiro
«.En el campo del pensami-en_to social, .aquel principio revoilu
cionario
reforza'do por el
tópfoo del «patem.alismo» imponía
la
tensión entre generaciones. Este planteamiento es en sí mismo
revolucionario. Supone que 1a unión
entre los
hombres no es la
que
se encauza
por la
filiación (filiación natural familiar,
filia
ción de los grupos
religiosos católicos,
filiación
de escuelas doc
trinales,
etc.), sino la que existe por la pura contemporaneidad.
~,a es l,a hase descle Je qu~ 1~ r~olución opera . ~ontra la tra
dición. El natural empuje
de los. hijos. que aporta siempre
algo
nuevo, se asimila dentro de
la tradición
como
. algo
natu
ral y fecundo, sin
romper
la continuidad, formando una cadena
cuyo
primer eslabón está en Dios Creador
y Padre «de lu ge
neraciones».·
En la dialéctica revolucionari~ ·en cambio, los hijos
desvinculados de sus padres forman
nna «ola»· común que
ani
quila a
las anteriores
y hace
imposible. toda
·continuidad.
»Contra
esta dialéctica revolutionaria
·
del cort{!
horizontal de
las
generaciones; debemos afirmar la continuidad vital de las
trardiciones, empezando por
la misma tradición
· de
la.
Iglesia.»
«
...
La misma
aceptaei~~ de ~a «Filosofía
de los valores». que
más o menos conscientemente
sigtien _muchos cl!tólico.s al hablar
de
«valores», colaboran a
la penetraci6n de
las ideas
revolucio
narias, ya que
fos «valores» son estimaciones accidentales,
va
riables como las de la «bolsa- de
valoresl> y
eliminan
todb. per
manencia
de
«bienes» y
«virtudes». El
ordo borwrum, orden
permanente
de bienes y
virttldes, del
texto latino de la
M~er et
magis~ f:ue dado como «jerarquía de valores»; pero-con esta
traducción
se cae en· el relativismo y
accidentalismo propio
de
·la filosofía
de
los valores,, que
viene a ·ser ·una suplantación de
la teología moral católica.
»Es consecuente
que la negación
de la paternidad -carica
turizada como
«paternalis-mo»--implique
una disolución de
la
familia' y eon ello una profunda crisis de la diferencia - de :se
xos.
La familia está instituida por Dios, sobre la hase
del ma
trimonio,
precisamente como
cauce de·
la
tradición; como moldo
legítimo
para la procreación, que hace posible la continuidad
de la
especie, y
para la e·dueación de los hijos, que hace
posi
ble
la continuidad moral y cultural de
las distintas estirpes hu
manas. Frente -a esta concepción; se trata de imponer una idea
en el
fon'do he·donística
del _._matrimonio, como
pura forma
de
convivencia y
de compafierismo, en el
qn.e la procreación no es
ya un fin
esencial, sino
que lo es
la recípro_ca satisfacción psi
cológica. Con esto se atenta, no sólo al mismo matrimonio
Oi·
~93
Fundaci\363n Speiro
mitación de la natalidad y divorcio) sino aún más profunda
mente, a la
relación de los sexos. La diferencia de sexos fue
creada
directamente -por Dios con vistas a la pracreación y la
complementariedad en una tarea común, y
esta complementa
riedad natural df'I los
cuerpos, que forman una sola carne en
virtud del sacramento del matrimonio, resulta así el fundamen
to
d~ todo
el orden social»
. . . . . . . . . . . . .
«El último resultado de la revolución que afirma como norma
absoluta la
iguB"ldad de
to·dos
!OH seres, y es-pecialmente la igual
dad de
los
sexos, es
la
indiferencia de
los
sexos, que se mani
fiesta,
no
'&Ólo en la indiserimina-ción entre uniones legítimas y
uniones
ilegitimas,. sino también en
la imlistriminación entre
union~ heterosexuales
y uniones homosexuales. En este senti
do,
puede decirse
que el
homosex1,1alismo es el
último
resultado
de
la
democracia; en
efecto,
esta rebelión
humana contra la di
ferenc.ia de sexos ~reada por
Dios es como
el último
fin de la
revolución democrática.
Desgraciadamente, el pensamiento ca
tólico, al dejarse «encarrilar» por los planteamientos revolucio
narios
(«lueha de clasets», «focha de generaciones», «lucha de
sexos»), se deja
llevar insensiblemente hacia este último resul
tado ide la
revolución
democrática.>
H. VIOLENCIA BUENA Y VIOLENCIA MALA.
La primera consecuencia de entender la fraternidad sin contemplar la
paternidad de que vamos a ocuparno,s aquí, dada su actualidad, consiste
en condener por igual toda violencia sin distinción alguna. En VERBO 99
publicamos el articulo de André Roche, "FUERZA Y VIOLENCIA", y en
VERBO 107-108, en estas llustraciones, recogimos los pám,fos principa,
les de un artículo de Manuel de Santaicruz, titulado "VIOLENCIA BUENA Y
VIOLENCIA MALA'", en los cuales se trate. este tema, pero éste no ha perdido
octualidad
ante la reiteración con qu2 se sigue condentmilo indiscrimina,..
damenie
toda la vi.olencia. Por eso recogemos aqui nuevos textos acerca
del mismo. Uno de ello~ de Francisco José Fernández de -la Qgoña, "LA
VIOLENCIA", apm-eddc en EL ALCAZAR de 23 de enero de 1973, del
que recortamos:
294
«Es preciso, pues, afirmar el carácter instrumental de la vio
lencia,
que, por
tanto, será buena o
mala según vaya encami
nada
al bien o al mal. Solamente el escéptico, el que no cree
en na,da, puede adoptar la
aséptica postura de condenar toda
violencia. Para quien no existe bien ni mal, verdad o error,
Fundaci\363n Speiro