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Número 126-127

Serie XIII

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¿Por qué el marxismo combate al tomismo?

¿POR QUE EL MARXISMO COMBATE AL TOMISMO? *
POR
MIGUEL PORADOWSKI.
Mi ponencia en esta Semana Tomista será muy distinta de las
que hasta ahora hemos tenido el placer de escuchar, pues todas las
anteriores se
ocupaban del
propio pensamiento tomista, sea desde el
punto de vista histórico, sea filosófico o teológico,
mientras que

el
tema que a mí me corresponde tratar es de carácter puramente in­
formativo.
Además, mi ponencia no solamente es distinta, sino ta?1bién muy
ingrata, pues no me toca de informar del actnal estado de los estu­
dios tomistas, lo que sería muy grato, tanto para mí como, segura­
mente, también para los asistentes, sino de un hecho de por sí
solo muy triste, doloroso y desagradabe, a saber, de la lucha, que
en la Iglesia pOstconciliar se está llevando a cabo contra el tomismo.
Es ingrato tanto para mí como para los que me escuchan recordar
que el tomismo, al que durante esta semana aquí tanto hemos sabo­
reado
y admirado, actualmente es combatido dentro de la misma
Iglesia. En mi corta exposición no prerendo analizar deralladamente todos
los aspectos de esta situaci6n, sino que exclusivaménte voy a seiialar el
hecho mismo y a plantear esta pregunta: ¿por qué el marxismo, infil­
trado en la Iglesia, combate al tomismo? Antes de entrar en el terna, quisiera definir los
límites de

mi ex­
posición. No se trata de hablar
sobre la

sitnaci6n del tomismo en la
Iglesia postconciliar, o sea, de informar sobre las actitudes de los
católicos frente al tomismo, sino exclusivamente de concentrar nues­
tra atención sobre las razones que uno de los grupos antitomistas,
a saber,-los marxistas, tiene para combatir al tomismo.
Para que nadie tenga la posibilidad de acusarme de cargar a los
marxistas con

toda la responsabilidad de la
furia antitomista,
que ca-
* Ponencia desarrollada en la Semana Tomista celebrada en la Universi­
dad Católica de Valparaíso {Chile) en los días 10-15 de junio de 1974.
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MIGUEL PORADOWSKI
racteriza muchos ambientes dentro de la Iglesia de hoy día, me pet­
mito
recordar brevetnente que, actualmente, dentro de la Iglesia se
perfilan tres a_ctitudes frente al tomismo, cada una de éllas con va­
rios matices.
Desde luego tenetnos la actitud, que yo llamaría protomista, den­
tro de la cual, supongo, se encuentran la mayoría de los aquí presen­
tes; la. actirud de los que consideran al tomismo como lo más eXqui­
sito
del

pensamiento filosófico
y teológico cristiano; claro está que
por el tomismo, en este caso, entendemos no solamente el pensamien­
to de Santo Tomás, sino todo el pensamiento cristiano, tanto filo­
sófico como teológico, desarrollado por los seguidores del doctor An­
gélico, que durante los siete siglos, poco a poco, por el continuo es­
fuetzo de tantas generaciones de filósofos y teólogos, se desarrolló
y sigue desarrollándose, peto del
cual la obra de Santo Tomás es la
piedra angular.
Otro grupo constituyen los que no_ son partidarios ni adversarios
del . tomismo. Lo consideran más bien como una etapa en la vida
intelectual del cristianismo, una etapa muy importante en su tiempo,
peto que pertenece al pasado y, por ende, según ellos, no debería
ocuparnos mayormente hoy día sino que en nuestra época, en la se­
gunda mitad del siglo veinte, en el siglo de conquistas espaciales y de
energía nuclear, más bien deberíamos tener la ambición de elaborar
una nueva filosofía
y una nueva teología, más de acuerdo con nues~
tras. tiempos y nuestras inquietud.es.
Hay también una tercera actitud, la de los antitomistas: en cuya
actitud se encuentran muchos
y muy variados grupos. Mencionemos
solamente algunos.
Entre ellos tenemos quienes, siendo muy fervorosos cristianos y
destacándose por su fidelidad a Cristo y su Evangelio y más todavía
por el e.xtraordinario celo apostólico, pi~nsan qp.e el_ tomismo, como
una filosofía medioev~,. es más bien un obstáculo que p.na ayuc½
para el apostolad(? d~ _ h<:>Y día y,c por_ ~rule, d~bería. ser arrincoru.do,
olvidado si no totalmente eliminado. de los estudios teológicos. Esta
posición, por muy discutible que sea, es respetable, a mi juicio, pues
es movida por· una sincera preocupación por -la evangelización, es
decir; por las razones que se suele llamar, hoy día, pastorales.
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MARXISMO Y TOMISMO
Hay otros, que siendo víctimas ,de una propaganda de calumnias,
que desde hace seis siglos está desarrollada
contra lll"
Edad Media,
pi:'esentándola, especialmente

en los siglos
X.111 y XIV, como una época
de obscurantismo e ignorancia, de buena fe atacan ·al tomismo, que
desconocen, pues nunca seriamente estudiaron el período de la his­
toria
de Europa, que Daniel Rops
llamó él de "las catedrales y de las
cruzadas", al cual el eminente historiador Caben, profesor de la Uni­
versidad de París, le dedica un grueso volumen, tirulado "La clarté
du Moyen&ge" y su colega Pernoud, otro volumen, titulado "La lu­
miete
du Moyeoage", para ·mencionar solamente algunos juicios
autorizados de nuestros días.
Hay también otros que, llevados por el sincero celo apoStólico',
dedicados al ecumenismo, ven en el tomismo un obstáculo para un
sincero acercamiento a los "hermanos separados"
y, por mucho que
les· duela, prefieren

sacrificar una valiosa
pat're del

pensamiento cris­
tiano, · mal · visto por las otras corrientes cristianas. A éstos también
deberíamos comprenderlos,
Pero hay una corriente ecumenista denunciada por el Papa Pau­
lo 'VJ"corno un ''falso ecurnenismo". Ella pretende unir a todos los
cieyentes en Dicis ef.l una- sola religión,- que ya no sería cristiana, sino
uó.a s'íntesis de· todos los credos. Es esta corriente la que con toda
furia se lanza
coritra el

tomismo.
Es aquí donde nosotros, los tomistas,
reilemos los más· serios y resueltos advetsariós.
Como no es el terna de mi ponencia ocuparme de todos lo sadver­
sarios del tomismo concluyo con estos ejemplos, que. me he
permi­
tido mencion~ sÓlamente para que tengamos presente que el mar­
xismo, infiltrado en 11t Iglesia, no es ni el úniCÓ, ni ei más impo'r­
tinte enemigo del tomismo. Pero la lucha Contra el tomismo en la
Iglesia católica j>ostconciliar entró en una nueva fase desde el mo­
mento que encont"ró un poderoso aliado en el marxismo, infiltrado
en la Iglesia.
, ¿Cuáles son las razones que el marxismo, infiltrado en la
Iglesfa,
tiene

para
combatir al
tomismo? Este es el tema ·central
·de mi
po­
nencia.
Antes de empezar a trataÍlo, quiero hacer todavía ·dos Observacio­
nes. Primera: no pretendo aquí hablar de la actitud del marxismo
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MIGUEL PORADOWSKl
como tal, sino exclusivamente del marxismo infiltrado en la Iglesia,
es

decir, del marxismo que ataca desde dentro y
. no
del marxismo
que ataca desde fuera,
pues las

tácticas (como también los motivos).
de estos ataques,
.son muy distintas.
Segunda

observación: no pretendo
dar wia respuesta completa,
cabal;

sólo quisiera plantear el problema, despertar una curiosidad
por esta pregunta y provocar una discusión, una investigación, no
inmediata, aqu~ en .esta· reunión, sino una seria y tranquila investiga­
ción científica, pues considero que el asunto es importante y · merece
que se lo trate muy seriamente.
Después de esta introducción paso a leer mi corta ponencia:
¿Por qué el marxismo, infiltrado en la Iglesia, combate al tomismo?
• • •
Somos testigos que desde hace varios años en la Iglesia Católica
se combate al tomismo: se lo
elimina de los programas de los estu­
dios en los Seminarios y en las Universidades Católicas; desaparece la filosofía tomista en
las revistas católicas de filosofía, te0logía y
cultura general; cada año disminuyen las publicaciones de los esni­
dfos tomistas, mientras que. se da cada año más la preferencia a las
filosofías contrarias al tomismo, a las publicaciones que
lo atacan
o ridiculizan y se pretende reemplazarlo con el marxismo. Es sabido que a medida que se acentua la penetración del pen­
samiento
:marxista en

la Iglesia Católica también crece dentro de ella
la lucha contra el tomismo. Se podría pensar que
~ un proceso lógico: dos filosofías com­
pletamente antagónicas no pueden
coexistir dentro
de la misÍna co­
munidad espiritual. Sí, hoy por hoy, muchísimos católicos, especial­
mente los sacerdotes, asimilan el marxismo y piensan con las Qlte­
gorías marxistas, es lógico que ellos también combatan al tomismo.
Pero el extraordinario celo con el
cual, desde hace más o menos
diez años, se combate el tomismo en
el ambiente católico y especial­
mente el fanatismo que demuestran los que ridiculizan a
Santo To­
más y quieren eliminarlo completamente de las Universidades Ca­
tólicas y de los Seminarios, no se explican solamente· por la incom­
patibilidad de estas dos filosofías antagónicas. Es evidente que
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MARXISMO Y TOMISMO
existen otros móviles, otros motivos que actúan por debajo de esta
increíble furia antitomista en la Iglesia Católica.
¿Será solamente uno de los muchísimos aspectos de la ofensiva
progresista-marxista contra todo lo tradicional en la Iglesia? Es eso
y mucho más.
Gracias a unos artículos del padreiesuita Arturo Gaete, publicados
en Mensaje (1) [una revista que desde hace varios años se destaca
por su progresismo
y su promarxismo (2)) en los cuales con toda
sinceridad el autor. expone las razones de su lucha contra el tomis­
mo, podemos comprobar que los marxistas, infiltrados en la Iglesia,
tienen muchos y muy importantes motiv:os para ,eliminar completa­
mente del ambiente intelecrual católico el pensamiento del Docror
Angélico.
Pero, antes de analizar estos motivos y comprobar la gravedad

del fenómeno, convendría recordar la importancia de la presencia-del
tomismo en el pensamiento cristiano.
Denis de Rougemont, en uno de sus artíaüos en la revista Preuves,
nos recuerda, que la que llamamos "filosofía cristiana" nació y se
desarrolló por dos motivos: uno, común a toda filosofía, lo consti­
tuye el imperioso deseo del hombre de buscar la verdad y de re­
flexionar sobre ella; y el otro motivo, que solamente actúa en este
caso, fue y sigue siendo la necesidad de elaborar una filosofía que
facilite la creación de la Teología cristiana,_ es decir, una filosofía
que proporcione los conceptos y los términos adecuados para la
teología. ,Como ejemplo ilustrativo, Denis. de Rougemont menciona'
los

conceptos de
"persqna", "naturaleza", "comunidad'~, etc.,
de
la
filosofía cristiana medi_oeval, como elaborados para poder esrudiar
teológicamente

los misterios de la fe cristiana, especialmente
el
dogma de la Santísima Trinidad. En otras palabras: la filosofía cris­
tiana siempre tenía y sigue teniendo el carácter de una disciplina
al servicio de la teología. Quien estudiaba la teología cristiana sabe que es imposible aden­
trarse en ella sin previos
estudios. de

la filosofía
cristiana ( el cono-
( 1) -Diciembre de 19,71 y diciembre ·de 1972. Santiago ele Chile.
( 2) . Lo cual no _ quiere decir que todos· los artículos que pubI~.ca· JyI.~nsaie
tengan este carácter .

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MIGUEL PORADOWSKI
cimiento de otras filosofías no ayuda en nada para los estudios teo­
lógicos). Quien no estudiase seriamente la filosofía cristiana (es decir,
la filosofía "escolástica") no era capaz de estudiar la teología cris­
tiana
(3). Es por esta razón que la Iglesia sieIIlpre exigía que los
estudios teológicos en los Seminarios
y en las Facultades de Teolo­
gía fueran precedidos por los estudios de la filosofía cristiana ( 4).
Pues
bien, el

tomismo es lo más exquisito de la filosofía cris­
tiana; es la mejor presentación del pensamiento filosófico cristiano de
los primeros doce siglos y, al mismo tiempo, es una síntesis de lo
más valioso de la filosofía precristiana europea· que el cristianismo
pudo asimilar e incorporar en su pensamiento. Sin el conocimiento del tomismo toda la especulación teológica
se hace imposible; sin una formación intelectual basada sobre el
to­
mismo todas 1as obras teológicas cristianas resultan incomprensi­
bles o

al menos su lecrura y sus estudios sumamente difíciles.
Esta necesidad del tomismo para
el pensamiento teológico lo
muestra también un hecho evidente: todas las ·obras teológicas de los últimos años, escritas por teólogos que no conocen al tomismo o
lo rechazan por principio, carecen en absoluto de valor. La lucha en contra del pensamiento de Santo Tomás, que hoy
día con tanto celo conducen los marxistas
y los cripto-marxistas en
la Iglesia, está dirigida no solamente contra el tomismo, sino, indi­
rectamente contra la teología como tal. Eliminando
el tomismo de
las Universidades

Católicas
y de los Seminarios y, en general, de toda
la preparación
y formación de los candidatos a sacerdotes y diá-
( 3) Es sabido que a los judíos de la fe- mosaica les repugna el dogma de
la fe cristiana sobre la Santísima Trinidad; probablemente eso ocurre no so­
lamente por razón del hecho de que los judíos son
«par excelence»

mono­
teistas, sino también porque son incapaces de aceptar este_ dogma, por no
conocer conceptos y
término:, como «persona», «naturaleza»,

etc., elaborados
por la filosofía cristiana sin los cuales este dogma parece un absurdo. (4) El problema de la relación entre la filoosfía y la teología está es­
tudiado a fondó por el
profesor· L. Bogliolo, en su obra Filosofia e criJtiane-
1imo: problema
o ·Jramma? El autor sostiene que cuando la teología se des­
vincula de la
fi!osofía deyiene una_

«teología_ de la
muer:te de_ Di_.os», y

cuando
la
fil(?Sofía_ . se

separa
de· la

teología llega a ser una «filosofía de la muerte
del
·hombre» (l'@tre ·pour Néant}° como

en la filosofía de
J. P. Sartre en
Etre et Néant.
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MARXISMO Y TOMISMO
conos (casados), se ataca y destruye a la teología como tal, pues nin­
guna obra teológica de la teología tradicional
(y no existe ni puede
existir otra teología cristiana) es hoy accesible y comprensible sin
previo estudio del tomismo. Solamente a medida que alguien se
adentra en la filosofía tomista, puede también adentrarse en la teo­
logía.
Es evidente que uno de los propósitos del acru.al antitomismo es
impedir el estudio de
la teología. Parece que los antitomistas de esta
manera quieren efectuar un tipo de "lavado del cerebro" de la fu­
tura generación de sacerdotes.
Pero el antitomismo tiene también otros propósitos. Acrualmenre
se

hace un gran
esfuerzo para
integrar directamente la filosofía mar­
xista en el pensamiento cristiano
y especialmente en el pensamiento
teológico. Algunas teologías como, por ejemplo, la del sacerdote pe­
ruano ·Gustavo Gutiérrez, profesor de la Universidad Católica . de
Lima, o como la de Hugo Assmann, jesuita brasileño, o de Bishop,
norteamericano, el fraile dominico
que recientemente
apostató,
in­
córporan el marxismo a la teología católica no inconscientefilente,
sino
a sabiendas, mientras que los otros lo hacen sin darse cuenta,
siendo víctimas de lo que
el pensador católico brasileño, Plinio Co­
rrea de Oliveira, llama "el trasbordo ideológico inadvertido". Gus­
tavo Gutiérrez
y. Bishop hacen una teología esencialmente marxista,
pues introducen en ella las categorías
y terminología de la filosofía
marxista, reemplazando de esta manera el
tomismo. Hugo AsSmann
va

mucho más
lejos, pues introduce incluso el pensamiento neo­
marxista,
basando su seudoteologfa sobr-e
la praxeología. del filósofo
marxista polaco Tadeo Kotarbinski. Esta marxistización de la _teo­
logía sería imposible sin la previa eliminación del
tomismo. Salta a
la vista que la eliminación del tomismo era la condición previa para
poder introducir el marxismo en
la teología. Se eliminó el tomismo
para poder reemplazarlo con
el marxismo.
¿Pero qué
vale-una

teología basada sobre el marxismo? ¿Qué tipo
de teología es ésta?
Es una antiteología. Es la corru,pción de la teolo­
gía; es la subversión intelecrual.
Esto también explica por qué la -teología protestante fue la pri­
mera que con tanta -facilidad se acercó
ál marxismo._

Los teólogos
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MIGUEL POMIJOWSKI
protestantes, a los cuales desde ya hace mucho tiempo faltaba una
seria formación
in'telecrual tomista,
cayeron casi de inmediato en
la ttampa marxista, identificando el "Reiuo de Dios" predicado por
Cristo con una sociedad ideal marxista, como, por ejemplo, lo han
hecho Karl Barth y sus discípulos.
Pero hay otras razones de esta actoal lucha contra el tomismo.
Volvamos a las mencionadas al principio en los artículos del ¡,adre
jesuita Arturo Gaete. En estos artículos el padre Gaete se lamenta que
-a pesar de una muy buena voluntad de ambas · partes- todavía
existen dificultades en el diálogo entre el catolicismo
y el marxismo.
El padre Gaete se muestra partidario no solamente del diálogo siuo
más bien de una completa colaboración entre los católicos y los mar­
xistas, para poder llegar a una verdadera síntesis del catolicismo con
el marxismo. Pero, según el padre Gaete, hay algo que lo impide y
este algo --que hay que eliminar- es precisamente el tomismo. El
padre Gaete considera que la mentalidad cristiana, y especialmente
la católica, es impermeable a la influencia del marxismo por la pre­
sencia en ella del tomismo; de ahí la conclusión que, para poder
llegar a una síntesis del cristianismo con el marxismo, previamente
hay que eliminar por completo
el tomismo. Más aún, no basta sola­
mente eliminar
al tomismo, es menester reemplazarlo por la filosofía
kantiana
y hegeliana. Es decir, el padre Gaete se da cuenta de una
diferencia sustancial entre el pensamiento cristiano y el pensamiento
marxista; quiere sintetizarlos, pero no adaptando el pensamiento mar­
xista al pensamiento cristiano, sino
al revés, adaptando el pensamiento
cristiano al pensamiento marxista. De esta manera, confiesa que
para
él

lo verdadero es el marxismo
y lo equivocado es el tomismo, en
el cual está modelado
el pensamiento cristiano.
La filosofía tomista es una filosofía del ser, mienttas que la fi­
losofía marxista es una filosofía de la acción. Según el padre Gaete,
desgraciadamente no sólo
el tomismo sino tambien el neot9mismo
son

prekantianos, mientras que el marxismo es postkantiano y, más
todavía, el marxismo no solamente es postkantiano sino karitiano, pues está basado en la filosofía de Kant. Hay que reemplazar
entonces
en

el pensamiento
'cristiano a Santo _Tomás por :Manuel Kant y por
Hegel. Sólo la filosofía de Kant puede preparar
la mentalidad del
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MARXISMO Y TOMISMO
CT1st1ano a la aceptación de la filosofía de Hegel y sólo la filosofía
hegeliana capacita al hombre para recibir
el pensamiento de Marx.
De esta
manera se

nos descubren los entrebastidores de
la lucha
contra el tomismo.
Lo confirmao así otros autores. Y a Paul Yalery sostenía que
fueron las filosofías kantiana y hegeliana las que generaron el pen­
samiento marxista: "Kant, qui
gemiit Hegel,

qui genuir- Marx ... ".
"Esta famosa frase de Valery la recuerda León Emery en su estudio
sobre la diferencia entre la filosofía social de Augusto Comte
y de la
de Carlos Marx (5 ).
Lo confirman también los hechos. He aquí uno de ellos: son los
teólogos protestantes quienes primero cayeron bajo
la influencia del
marxismo. Pues bien, cuando se leen las obras de ellos salta a la vista
que, por una parte, desconocen por completo la filosofía tomista,
y,
por otra, que se hallan bajo la influencia de las filosofías kantiana
y hegeliana. Un ejemplo concreto lo constituye la teología de Die­
trich Bonhoefier. Me refiero a su famosa obra "Dogmatische
Un­
tersuchung

zur Sociologie der Kirche (Cht. Kaiser Verlag,
1960),
A

lo
largo de su libro el autor siempre se refie!e a la filosofía de
Kant y de Hegel y si usa los términos "persona", "sociedad", "co­
munidad", etc., siempre los
usa en el sentido kantiano y nunca en el
sentido tomista
y si se refiere a veces a Santo Tomás lo hace para
subrayar la diferencia existente entre
el tomismo y el kantismo. Pues
bien, es sabido con qué facilidad Dietrich Bonhoeffer ha asimilado
el marxismo.
Lo descubierto por el padre Gaete era ya bien conocido para los
pensadores de la primera mitad del siglo
XIX, a sabi;r: que la filo.
sofía hegeliana, basada sobre la kantiana, es la causa de la desorien­
tación en el pensamiento cristiano, y que lleva a los católicos al pro­
testantismo y especialmente
al modernismo, como subraya el .Pensa­
dor
de

la época
Gorres en su obra
sobre la vida de San Atanasia ( 6),
(5) Vea: Le6n Emery, «De Comte a Marx», publicado en la revista
Le Contrat social, revue hhtorique et critique des faits et des idéeJ, juillet
. 1957, pág. 146.
( 6)-Joseph Gfüres, Athanasius, Regensburg, 1838, 4 Ausgabe.
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MIGUEL PORADOWSKI
que tan oportunamente acaba de recordar el valiente obispo de Ra­
tisbona, Monseñor Dr. Rudolf Graber (7).
Recapitulo: ¿por qué se combate hoy día al tomismo? Parece que
se hace para: l.
imposibilitar una adecuada formación intelectual como pre­
paración y base a los estudios teológicos;
2. vaciar la teología de los fundamentos filosóficos del pensa­
miento genuinamente cristiano;
3. facilitar de esta manera la penetración de las filosofías kan­
tiana y hegeliana, como preparación para la asimilación del
marxismo;
4. introducir el marxismo como base de una "nueva teología"
y, de esta manera, abrir las posibilidades de una completa
marxistización de
la teología; _
5. facilitar el diálogo er¡.tte los cristianos y los marxistas y, de
esta nianera, crear un ambiente_ propicio para una colabora­
ción estrecha entre ellos, primero,
y después, para la subordi­
nación de l?s cristianos a los marxistas, a fin de comprome­
ter a la Iglesia con la revqlución marxista en marcha;
6. llegar a una sínte_sis del pensamiento cristiano con el pen­ samiento marxista, es decir, a una
marxistizáción del

cristia­
nisll).o;
7.

facilitar la subversión intelectual entre los cristianos,
y es­
pecialmente entre los clérigos; en una palabra: para destruir la teología y el mismo cristianismo.
Ojalá que estos ataques de los enemigos del cristianismo contra
el tomismo abran los ojos de los cristianos para que sepan apreciar
el valor
y la importancia de la filosofía tomista y contribuyan al
desarrollo de los estudios tomistas y a un mejor conocimiento del
tomismo, como una barrera intelectual que impida
la infiltración del
neomodernismo
y del marxismo en el perisamiento cristiano.
(7) Bischop Dr. Rudolf Graber, Athanasius und die Kirche unserer Zeit, ,
Josef
Kral Verlag, Abensberg, 1973, pág. 11.
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