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Número 126-127

Serie XIII

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Manuel Rodríguez Carrajo, Vázquez de Mella: sobre su vida y su obra

TNFORMACION BIBLIOGRAFICA
UN LIBRO OPORTUNO Y ÚTIL
Manuel Rodríguez Carrajo: VAZQUEZ DE MELLA:
SOBRE
SU VIDA Y SU OBRA(*),
El análisis de los males contemporáneos detecta pronto y vigo­
rosamente la
presencia cercana

de un-
gran enemigo ·del Cristianismo,
que
es el liberalismo. Parece- enfermedad
así es, se encuentra también presente déspues del Concilio Vatica­
no II con la misma viruléncia que cuando las guerras carlisras. Con­
siste "en la negación de un orden religiosoi moral y jurídico supe­
rior
y obligatorio como· límite de la libertad humana, empezando
por
la del individuo y acabando por la del esrado". Ahora se habla
menos de él porque el marxismo, tan generosamente servido por no
pocos desertores morales, que no físicos-, del sacerdocio, acapara la
atención. Pero el liberalismo es el pecado capital de todos los pe­
cados desacralizadores que padecemos.
Un fenómeno político contemporáneo curioso es que el libera­
lismo, que teológica, filosófica y políticamente es uno solo, aparece
en la· política española de la última década como escindido en dos
cuerpos exhibidos como distintos y con traramientos opuestos. Se
deslinda por un lado la definición de un liberalismo económico ca­
pitalista, al que se denuncia
y combate vigorosamente; empleando
como armas incluso las socialistas,
y. por otro lado un liberalismo
teológico e ideológico, desacralizador del estado, al que se
alaba
e impulsa. Actitud paradójica, porque los errores del liberalismo
capitalista
--el dinero
como único criterio de conducta-, no exis­
tirían sin un liberalismo teológico que veda a los
criterios católicos
salir

.del. fuero interno a los negocios. En esta división artificial de
conceptos
y en esta contradicción en la conducta incurren no pocos
eclesiásticos.
Esra situación pide con energía que se esrudie el liberalismo.
(*) Manuel Rodríguez Ca.trajo (de la Orden de la Merced): Vázquez
de

Mella: sobre
1u vida y su obra. Mitdrid, 1973. Editado por revista Es­
tudios. Prólogo de Vicente Marrero. Gráficas D0-MO,. Barco, 27, Madrid-13,
143 págs. P. V. P.
899
Fundaci\363n Speiro

INFORMACION BIBLIOGRAFICA
Nada más natural -para hacerlo y combatirle que recurrir a los escri­
tos que suscitó en el mundo católico cuando a.pereció a raíz de la
· Revolución francesa. Y de entre estos,. en España, a los de los car­
listas, que con tanta magnanimidad y fortalezá le han venido com­
batiendo sin descanso hasta nuestros mismos días. Vázquez de Mella
fue el gran codificador de aquel pensamiento carlista, es decir, anti­
liberal, abundante pero excesivamente disperso
y fragmentado a lo
largo del siglo
XIX. Recurrir a sus obras es entrar en una mina en­
riquecida. Con
el mínimo esfuerzo de ordenar los textOs sobre la
materia que interesa, se obtiene un máximo beneficio. Todos los
grandes temas de la filosofía y del derecho público cristiano están
en Mella, como "pret a porter".
El mercedario Padre Manuel Rodríguez Carra.jo ha extraído de
las obras de Mella los materiales necesarios para hacer un estudio excelente sobre el liberalismo y su refutación. Es la parte principal
del libro,
y la que le confiere una especial oportunidad por ser el
liberalismo, como ya he dicho, el centro neurálgico de la batalla en
curso después del Concilio.
Esto no quiere decir que se pueda perder de vista
el otro gran
incendio que es el socialismo. Pero en este tema, Mella sabía menos
que otros pensadores católicos posteriores que tuvieron que enfren­
tarse_ con un socialismo más desarrollado
y peligroso. Por eso, sin
culpa del recopilador, el otro gran capítulo del libro, dedicado al
socialismo, es
sensiblemeµte inferior_

al dedicado al liberalismo, que
justifica todo
el libro.
Se

ofrecen también un prólogo de Marrero
y una biografía de
Mella, estimables,
y ocho páginas finales dedicadas a resumen· de los
"atribums de

la Monarquía'', utilísimo frente a las trampas semán­
ticas que se están haciendo ya con el intento de convencer que son
compatibles con ella construcciones políticas que no lo son. Después de leer y releer el libro, de tipografía
y presentación
agradables, vuelve a mí el asombro que por distintos. mecanismos
me produce la creencia de muchos universitarios en que la_Revolu­ ción tiene más
y mejores libros que la Cristiandad. Es todo lo con­
trario. Nuestro acervo
culru.ral es
enormemente superior a ese par
de colecciones de libros de bolsillo, constantemente relevadas, por­ que su vida no puede pasar de efímera, que pretenden dar la sen­
sación de constituir el único alimento espiritual posible de nuestros
futuros intelectuales. Si nuestra real e indudable superioridad no
deslumbra en ciertos ambientes, es porque faltan mecenas para ini­
ciar la difusión de libros como el que comentamos en la universi­
dad española.
A.R.G.
9'00
Fundaci\363n Speiro