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Número 141-142

Serie XV

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Dietrich Bonhoeffer, «un tonto útil»

DIETRICH BONHOEFFER -"UN TONTO UTIL"-
POR
MIGUEL POltADOWSKI.
No es mi propósito escribir un ensayo sobre la teología de Die­
trich Bonhoeffet, ni tampoco sobre su vida, pues hay excelentes trR­
bajos Rl respecto (1), sino exclusivamente sobre el nefasto papel que
su pensamiento tiene en
el escandRloso proceso de la marxistización
de la teología contemporánea.
Durante su

corra
vida (2), Dietrich Bonhoeffer nada tuvo que
ver
ni con el pensamiento marxista (pues nunca leyó nada de
Marx) (3) ni con la revolución marxista, e incluso está considetado
por los marxistas como un fanático anticomunista (4) y, si hubiera
seguido

viviendo, hoy día,
seguramente hubiera sufrido

mucho
Rl
vet

que su pensamiento, aceptado
por tantos teólogos marxistas, está
contribuyendo
tan favorablemente a la marxistización de la teología
( 1) La más amplia, pero la menos crítica, es de su amigo_ Eberhard
Betbge, Dietrich Bonhoeffer, Bine biographi,, Municb, 1967. Muy detalladas
y elogiosas son las incluidas en las obras sobre su pensamiento, a saber: la
de André Dumas, como capítulo segundo (de 40 págs.) de su estudio Une
théologie de la realité -Dietrich Bonhoeffer, Labor et Fides, ~. 1968;
la de llené Marlé, como el capitulo prime,o (de 40 págs.), en su libro Die­
lrich Bonhoeffer, Témoin Je ]esÍlJ -Cbrtit parmi se1 Frefes, Casterman,
París, 1967; y la de Handried Müller, como el cspltulo seguodo (de .16 pá.
ginas)
en su abultado libro Von J.,. Ki-,h, Z1" Well, Hamburg, 1966 ( no­
temos que el estudio de Müller es uno de los primeros, pues ya salió en el
año 1960, en Leipzig, y algunas de sus partes mucho antes); la biografía de
Müller destaca ante todo los detalles de la vida de Dietrich Bonhoeffer re­
lacionados

con sus. actividades de
resistencia durante la segunda guerra mun·
dial.
(2) Sólo de ~9 años.
(3) «Il n'a jamais Ju une ligne de Marx», dice Georges Casa.lis, Op, cit.,
pág. 194, véase la nota 19.
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MIGUEL PORADOWSKI
y de la vida de muchos cristianos, acercándoles a las posiciones mar­
xistas.
Sin quetetlo y seguramente contra su voluntad, Diettich Bon­
hoeffet, más que cualquiet otro teólogo no-marxista contemporáneo,
contribuyó a
la infiltración del marxismo e/1 la· teología y, por con­
siguiente, a su
matxistización, haciendo

enorme daño a
la Iglesia,
desorientando a los cristianos y
etnpujándoles hacia

el marxismo.
Precisamente por

el hecho de que
él no · eta marxista· y ni siquie­
ra simpatizante del
marxismo, su

prestigio como teólogo eta
y sigue
siendo mucho
más grande que el de Katl Barth y otros teólogos
marxistas y
promarxistas. Más
todavía, muchos pensadores cristia­
nos lo leen, meditan y siguen
con toda

confianza, porque están se­
guros que se
trata de

un teólogo sin
la menor sospecha. Al contra­
rio,

su vida muy abnegada y totalmente
dedicada al setvicio de
Dios
y de
la Iglesia (protestante) es para muchos, incluso para los cató­
licos, un ejetnplo del apostolado_ Su muerte trágica (5) lo cubrió con
la aureola de mártir y· casi de santo. Sus estudios teológicos, etnpe­
zrufos cuando.
eta muy joven (6) y ensayos sobre la vida espiritual (7),
escritos
con
gran talento y convicción, les parecen a muchos modelo
de una teología moderna, adaptada a
las exigencias del hombre de
hoy
día que

vive en un
mundo secularizado; incluso muchos

ven
las obras de Diettich Bonhoeffet una feliz adaptación de
la ense­
ñanza de Oisto paia nuestros tietnpos y, por ende, la salvación· del
cristianismo del posible
fra=, dado
el
hecho de
que el mundo de
hoy se acetca
cada día más al materialismo.
(4) Lo que subrayan todós sus mencioriados: biógrafos, vea la notá. 1:­
(5) Ahorcado el 9 de abrif de 1945, junto ·con el almirante CanariS, el
general
Oster, el juez Sack -Y ·otros que tomaion ·parte eri un complot para
matar a Adolf Hitler · (Hitler ·se · suicida · algunas semarias más tarde, el 30
de abril). '
( 6) Teniendo apenas 21 años publicó su: primer importante estudio:
Sanctorum cotnmunio, en el i.930; lo' siguen Akt Und sein, de 1931; Schüp!
fung und fall, ,. de 1933 y Ge,i,einsames Jehefl, de 1939;· otros de sUS traba;
jos

aparecieron como publicaciones p6stumas:
Elhik en
1949,
Widerstand #,id
ergebung en 1951, Versuchung en 1953; además cuatro· volúmCnes· de Gesam­
melte schriften en 1958, 1959; 1960 · Y 1961.-·
(7) Especialmente Nachfolge de 1937,
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DIETRJCH BONHOEFFER -,JN «TONTO UTIL»-
Desgracia adaptando la

doctrina de Cristo. a
las debilidades del hombre de hoy,
camina por el tan bien conocido camino de la herejía, pues precisa­
mente casi
todas las herejías nacen de este afán de adaptación de la
fe
cristiana a las debilidades humanas. Un verdadero apóstol de
Cristo predica sieropre solamente. la pura, limpia y
completa ense­
ñanza de Cristo, '"oporruna e inoportunamente'", como dijo San
Pablo en su
carta a
Timoteo (8), y quien -por muy serios y
bellos
motivos que tenga- la adapta a los gustos de turno, necesariamen­
te la falsifica, adultera, cambia y destruye, y, entonces, en vez de ser­
vir a Cristo, sirve al demonio y, por ende, deja de ser el apóstol de
Cristo, convirtiéndose en su traidor.
Los motivos de Diettich Bonhoeffer son muy . bellos: salvar la
fe cristiana, o, mejor dicho, su popularidad, hacerla más accesible al
hombre de hoy,
más atrayenre, más aceptable; pero el remedio re­
sulta peor que la
enfermedad, Cristo,
despidiéndose de sus discípu­
los en
el día de su Ascensión al Cielo, les dijo: "Id, pues, y haced
discípulos en
todos los pueblos

. . •
enseñándoles a
observar todo cuan­
to yo os he mandado"
(San Mateo, 28, 19-20). Hay, pues, que en­
señar a

las
gentes '"todo'" y

no una parre de Jo que Cristo
ha man­
dado. Quien enseña sólo una parte, quien selecciona, ya falsifica el
mensaje de Cristo, traiciona a Cristo y
engañ¡t a
la
gente.
La preocupación de un verdadero apóstol tiene que ser, pues, la
de conquistar a los hombres de su
época con
la auténtica y completa
enseñanza de

Cristo y
para la per~na de Cristo, sin ninguna con­
cesión.
Al hombre

Je
sal"ª ónicamente el

cristianismo de Cristo
y no un cristianismo de algón hombre, como ayer el de Saint Simon
y,

hoy, el de Diettich
Bonhoeffer, por

muy bonito, fácil
y compren­
sible

que parezca.
Los errores de Dietrich Bonhoeffer.
¿Cuáles son los más grandes errorés dél pensamiento de Diei,-ich
Boohoeffer? · · · ·
(8) · · II Timóteo, 4,2.
10~
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MIGUEL PORADOWSKI
, Teniendo un falso concepto del hombre y de Cristo, Bonhoeffer
cae en el "cristianismo horizontal", en el concepto del
cristianismo
como "fe sin religión", en una vida espiritual sin Dios, pavimen­
tando el camino
pa,a que pase una "teología de la muerte de Dios",
lo que constituye una excelente preparación del espíritu
cristiano al
acercamiento
y a la colaboración con los marxistas y, por ende, lleva
al

proceso de la
marxistización de

la teología
y de la vida de los
cristianos, de

tal manera que quien se hace partidario
y entusiasta
del pensamiento de Dietrich Bonhoeffer, tarde o tetoprano, llega al
marxismo.
Una falsa antropología.
Uno de los mds grandes errores de Dietrich Bonhoeffer es su
falso concepto del hombre
y, consecuentemente, también de Cristo.
Dietrich Bonhoeffer es
mds sociólogo que teólogo, o, mejor
dicho, es un sociólogo que se considera teólogo. En
realidad, pa,ece
que

nunca fue un verdadero sociólogo,
ni un verdadero teólogo, pues
es evidente que confunde ambas
ciencias y sos métodos. Su tan ad­
mirada obra,

presentada cuando tenía apenas 21 años,
Commumo
Sanctorum, no es ni sociología de la Iglesia, ni teología de la Igle­
sia; es una lamentable confusión de lo
sociológico con
lo teológico.
Pero no es este asunto el que nos interesa en este momento; si hace­
mos esta digresión es para recordar que Dietrich Bonhoeffer tenía
una mentalidad de sociólogo
y, como cada sociólogo, tenía sietopre
presente que el hombte es un ser sociable.
La sociabilidad humana, como espontánea necesidad de convivir
con
fos demás y de compartir sus vivencias con · los deroás, es la
base de su concepto del hombre como "set
pata los demás" (hombres),
y en esto está acertado. Lo que no es correcto, lo que es un gra­
vísimo error de Dietrich Bonhoeffet es que él, como teólogo, se
plvida del

concepto
bíblico del
hombte, como "ser para Dios".
Sien­
d;' cristiano y todavía teólogo debería tener sieropre presente que,
según la

Biblia,
el bombte es, ante todo, un "ser para Dios". La Bi­
blia, tanto el
Antiguo, como el Nuevo Testamento, está llena de
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DIETRJCH BONHOEFFER -UN «TONTO UTIL»­
textOS según los cuales es evidente que Dios ha creado al hombre
para que él Je baga compañia en la felicidad eterna, y, para que el
hombre sea capaz de alcall7.8tla, Dios

Jo
ha creado a su "imagen
y semejaoza". Es decir, Jo ha hecho un ser razooable, dotado de libre
voluntad (el .libre
albedrío) y capaz de amar, no solamente a sus
semejantes
,sino también a Dios. En otras palabras, parafraseando al
mismo Dietrich Bonhoeffer,
podernos y debemos decir que el hom­
bre
es "un

ser para Dios"
y solamente secundariamente es también
un "ser para los demás".
Una falsa cristología.
Dietrich Bonhoeffer, teniendo este falso a,ncepto del hombre,
también tiene, a,nsecuentemente, un

falso concepto de
Cristo como
un "ser para los demás", mientras que -si cada hombre es, ante
todo, un "ser
para Dios"-

Cristo, siendo, por su
oatutaleza huma­
oa,

un hombre ideal, en todo el sentido de la
palabra, es por

excelen­
cia, ante todo, un "ser
para Dios" (9) y sólo secundariamente es
"un

ser
para los demás".
Siendo Cristo hombre,
es, como cada hombre, un ".ser para Dios",
pero lo es no como todos los hombres, pues es un· hombre ideal ( el
único ideal plenamente realizado, lo cual, aun siendo uoa
paradoja,
no

deja de ser una
verdad, a pesar de que "ideal" es Jo irrealizable),
un hombre
perfecto, el otro Adiin antes de su calda. Cristo es, como
hombre, un
perfecto "ser para Dios", porque es el Hombre para ser
-durante toda su vida,
desde su

concepción como hombre hasta
toda
la eternidad- unido perfectamente con Dios, como Segunda
Persooa de la
Santísima Trinidad.
El Verbo, en uoa sola
persona,
Hombre-Dios. Es
aJso inconcebible que un cristiano, y menos todavía un teó­
logo, pueda olvidarse de este dogma de fe o, Jo que serla peor, re-
(9) Con gran claridad lo expone el teólogo Louis Bouyet eo su obra
Religie11x et t:lercs conlre Dieu, París, 1975, pág. 27. Véase también el ca•
pítu.lo «La sainte humanité de Jésus» en La t!Ígne rdf/agle, Páris, 1974, de
la magnifica obra de Dietrich von Hildebrana.
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AfIGUEL PORADOWSKI
cordándole este dogma cristP16gico, sin el cual la fe deja de ser
cristiana.
Más rodavía: Cristo, Hombre-Dios, permanece siempre convivien­
te con
las ottaS Pets<>nas de la Santísima Trinidad, con su Padre y
con el Espíritu Santo, siendo en cada momento de su existencia un
"ser para Dios", en el
más estricto sentido de la palabra, como nin­
gún ser humano, pues está permanentemente unido con Dios-Padre
y con Dios-Espíritu Santo, integrado permanentemente en la SantÍ·
sima

Trinidad a que es un
Jo/o Dios.
Entonces, Cristo, como hombre, como Jesús, es un
"ser para
Dios",

como
rodos los

hombres, pero de una manera
perfecta y de
una manera especial, única y exclusiva, siendo
el Hombre unido hi­
postáticamente

con Dios-Verbo, unido
para siempre, en una sola
pets0na; y como Cristo, es decir, el Hombre-Dios, es un "ser para
Dios", unido perfectamente, siempre y permanentemente con Dios­
Padre y Dios-Espíritu Santo, integrando la Santísima Trinidad.
Cristo es
también, en

segundo lugar, un "ser para
losdernás"
(hombres), s6lo como consecuencia de

lo primero, es decir, de "ser
para Dios" pues es su amor divino el que le hace
desceuder del

Cielo,
como Hijo de Dios,
para asumir la naturaleza humana, es decir, acep­
tando

ser el Hijo del Hombre y como
Cristo, Hombre-Dios, sacrifi­
car su vida ~ la Crw:, en un sacrificio perfecto, por el amor a Dios
y por el amor a los hombres, pero su amor " los hombres es el re­
flejo,

el resultado, la consecuencia de su amor a Dios.
Cristo es también un
''.ser para los demás" por ser persona, es
decir, un· ser

sociable. Pero
aquf también ·yerra Dierrich
Bonhoeffer,
tratando
la sociabilidad de Cristo únicamente como una sociabilidad
humana. Cristo es un ser sociable no solamente porque es un
hombte,
sino,

ante todo, porque
es Dios~
Siendo

Dios, Cristo es
una persona perfecta, Si
Santo
Tomás
dice

que
pets<>na significa "id

quod
perfectissimúm in "tota natu·
ra"
(Sum. Th., I, 29 ad 3), es decir, "la persona es lo que es más
perfecto -~ roda la naturaleza .. ' esto se refiere no solamente al hom­
bJe, sino también a los ángeles e incluso .a Dios, y solamente Dios
es una persona perfecta. Siendo
la-persona una fuente especial de la
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DIETRJCH BONHOEFFER. -UN «TONTO UTIL»­
sociabilidad humana, Cristo, siendo persona perfecta, como Dios, es
un ser
excepcionalmente sociable.
Su
falsa cristología

que presenta a Cristo como un "ser
para los
demás"", es
la fuente de k>s principales errores de Dietrich Bonhoef­
fer.
Es correcto decir -romo lo hace Dietrich Jlonhoeffer- que el
cristiano es el hombre que vive como Cristo, imita la vida de Cris­
to (10). Pero Dietrlch Bonhoeffer cae en un error gravísimo cuando
dice que Cristo es un "ser
para k>s demás"" y .que un cristiano, imi­
tando la vida de Cristo, también debería vivir para los demás, hasta
el sacrificio de su vida, como lo ha hecho Cristo.
No hay duda que un cristiano debería vivir como Cristo, imitar
la vida de su Maestro, pero con tal que tenga presente que Cristo
es un "ser para Dios", que-Cristo vive para Dios y, entonces, el cris­
tiano, imitando a Cristo, encuentra un nuevo argumento para vivir
para Dios. Es un "nuevo"' argumento, pues -romo ya hemos vis•
to-por ser hombre, cada cristiano es un "ser para Dios"'. Siendo
cristiano,
el hombre da un nuevo sentido a su vocación de "ser para
Dios"', pues imitando la vida de Cristo, se sacrifica completamente a
Dios.
Eso no significa que el cristiano, siendo "doblemente"" un "ser
para Dios" se olvide de ser también
"para los demás"". Al COlltra·
rio,

siendo de verdad un "ser
para Dios··, con mayor sacrificio y
amor· servirá a sus semejantes, pues en ellos · verá no solamente a
sus hermanos, sino también a Cristo mismo, según como Cristo nos
enseña.
Peto no es mi propósito, en este ensayo, polemizar con las ideas
de Dietrich
Bonhoeffer, sino

sólo demostrar que, siendo
erróneo su
enfoque,

constituye un gravísimo peligro
para la vida espiritual del
cristiano
y que empuja a los cristianos que la aceptan hacia . una
manera
de vivir muy
cercana a

la de los
marxistas (11).
(10) Fue sobre este tema que Dietricb Bonhoeffer escribió su .libro
acerca de la vida espiritual Nachfolge.
(11) Vea del autor El marxismo invade la Iglesia, Valparaíso, 1974,
págs. 28-31,.
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MIGUEL PORADOWSKI
Un falso concepto del cristianiSIDo,
De

esta falsa antropología
y de esta errónea cristología nace tam·
bién el falso concepto del cristianismo.
¿Quién es ---,;egún Dietrich Bonhoeffer-el cristiano? El cris­
tiano
es un hombre que vive como Cristo, es decir, que
imita en
toda su vida a Cristo. ¿En qué consiste ---,;eg6n Bonhoeffer- esta
imitación?
Consiste -responde- en vivir "para los demás", servir
al prójimo hasta el sacrificio
de su vida.
De esta
manera, Dietrich

Bonhoeffer reduce
todo el cristianis­
mo sólo

a uno de sus
aspectos (el amor del prójimo), a un aspecto
secundario,

pues el
aspecto primario y el más importante del cris­
tianismo es

el amor de la Santísima Trinidad (12), como consecuen­
cia del hecho de que el hombre es un "ser para
Dios"..
Esta

reducción bonhoefferiana de
la vida cristiana solamente a
"vivir
para los demás", transforma el cristianismo d~ teocéntrico
(centrado sobre la Santísima Trinidad) a antropocéntrico (centrado
sobre

el hombre, el prójimo).
Además, este cristianismo
tan despojado de lo esencial, tan ex­
clusivamente

antropocéntrico,
prácticamente .no está centrado

en el
botnbre entero y la totalidad de sus problemas, sino en "servir" al
hombre en sus necesidades materiales,
lo que en realidad significa
preocuparse por los aspectos económicos, sociales
y materiales del
diario vivir, es decir, que se reduce a
la acción social de beneficen­
cia, de ayuda mutua, de obras de catidad (13), ete. Este "cristianis­
mo horizontal" (14) hace
olvidar la verdadera y la más importante
(12) La concentración de la vida espiritual del hombre en la Santísima
Trinidad es lo
más esenci~ y lo más caractedstico del cristianismo, lo que
diferencia al cristianismo de los otros aedos religiosos.
(13) Incluso la caridad, en este caso, deja de ser caridad, pues ella
supone que el cristiano la practica no solamente por los motivos de solida­
ridad humana, sino por el amor a. Dios, viendo en el necesitado al mi_smo
Cristo.
(14) Louis Bouyer ve el origen del «cristianismo hori2ontal» en el pen­
samiento «antivertical» del teólogo protestante Ritschl, el fundador del «li­
beralismo evangélico», es

decir, a-dogmático.
Vea, Op. dt., págs. 78-80.
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DIETRJCH BONHOEFFER -UN «TONTO UTIL>-­
vocación del cristiano: vivir para Dios, servir a Dios, peregrinar a
la eterna morada, al Cielo, a la "Casa del Señor".
El "cristianismo
horizontal" de Dietrich Bonboeffer, concentran­
do
la atención del cristiano sobre los problemas de este mundo, lo
prepara para
aceptar la . colaboración con los marxistas.
La fe sin religión.
Dentro de este falso concepto del cristianismo de Dierrich Boo­
hoeffer lo peor es so insistencia sobre
"la fe sin religión".
La distinción entre estos dos elementos en el cristianismo no es
de Dietrich Bonhoeffer, pues es
muy antigua,

pero Bonhoeffer, sir­
viéndose de ella ha querido reducir el cristianismo sólo a
la fe, eli­
minando el aspecto "religión". "Fe"
y" religión" son como las dos caras de la misn:la mof1eda,
dos aspectos del mismo
fenómeno:. cristianismo¡ ambos .elementos
son

esenciales e inseparables. Son esenciales, pues uno
y otro, jun­
tos,
constituyen el cristianismo. SQn inseparables,

pues son los dos
aspectos de la misma realidad y sólo se pueden hacer distinciones
entre el uno
y el otro en un análisis científico (incluso muchos dic­
cionarios identifican
ambas palabras).
Nosotros, los cristianos, usarnos la palabra: "fe" en dos sentidos,
a saber: como un
acto de creencia y como el contenido de este acto,
es
decir, el

objeto de esra creencia. En el primero,
la fe, como el
acto de creencia, es una
virtud teologal.

En el segundo, al objeto de
esra creencia le
llamamos DEPOSITUM

FIDEI, que es lo revelado
por Dios
y enseñado por Cristo. Es decir, no creemos en cualquier
cosa, pues nuestra
fe es una virtud teologal; creemos en lo revelado
por Dios; solaroeote lo revelado por Dios merece ser objeto de nues­
tra
fe como virtud teologal. El cristianismo como fe es la acepración
como verdad de lo enseñado por
Cristo y la "encarnación" en la
vida

de lo
aceptado; en

otras palabras, el
cristianismo es
la vida según
la fe (según la verdad revelada).
La "religión" es la tora!idad de las relaciones del hombre con
Dios, que se expresa ante todo en el culto de Dios.
Cada religión
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supone alguna fe (en ambos sentidos de esta palabra). Es precisa­
mente
la fe en Dios y en lo revelado por El que nos lleva a amar y
a adórar a· Dios, y este amor y este deseo de adoración se expresa en
las innumerables prácticas de piedad.
Una fe
--como la quiere llamar Dietrich Bonhoeffer- sin re­
ligión es una fe fría, sin ardor y sólo posible cuando es desviada,
despistada, desorientada, cuando en vez de
estar concentrada

en Dios,
está concentrada en el hombre. En este caso sólo se expresa en los
actos de bondad, de altruismo, de cooperación, etc.
En algunas corrientes del protestantismo siempre existía una ma­
yor preferencia por la fe que por la religión, e incluso existían sectas
que pretendían excluir el aspecto "religión", es decir, pretendían re­
ducir el cristianismo a una fría fe, sin prácticas de devoción, sin
culto.
Dietrich Bonhoeffer nace en una familia protestante de estas
tendencias_ Los

biógrafos
de Dietrich Bonhoeffer subrayan que sus
padres nunca iban a
1a iglesia, nunca tomaban parte en los actos co­
lectivos de devoción. Es verdad que
bautizaron a
sus
nifios, pero lo
hacían en su casa, invitando a algún pastor amigo. El cristianismo de
esta familia, como en muchas otras familias protestantes, se reducía
a una ideología, a un código de ética, algo inspirado por el Evange­
lio. No hay, pues, que extrañarse que Dietrich Bonhoeffer, educado
y formado en este ambiente tan arreligioso,
tampoco diera· ninguna
importancia a la religión, y más bien demostrase una obsesión anti­
rreligiosa. El cristianismo protestante profesado por
la familia
de
los Bonhoeffer es un cristianismo
laicizado desde

varios siglos
atrás.
La eliminación del elemento "religión", en esta corriente protestan­
te, no es ninguna. novedad, sino una actitud tradicional en ella.
Para un católico esta actitud es un error gravísimo y, además, in­
comprensible, pues Cristo mismo,
tal como lo vernos en los Evan­
gelios, es un ser religioso e incluso es
la religión misma.
El término "religión" viene de la palabra latina "religare": unir,
vincular, atar, relacionar. Entendemos por la religión ·e1 conjuntÓ
de las relaciones ordenadas entre el hombre y Dios y, por consiguien­
te,
todas las prácticas de devoción en las cuales se expresa el amor
del hombre hasta Dios y especialmente la adoración de Dios por el
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DIETRJCH BONHOEFFER. -UN «TONTO UTIL>­
hombte llevado por el amor a este acto supremo de reconocimiento
de

Dios como Señor, como Ser Supremo
y Absoluto.
Pues bien, Cristo viene al mundo precisamente
para relacionar,
de una manera
perfecta, en

su propia
persona, al

hombre
(y en él a
la humanidad entera) con Dios y vincular lo humano con lo divino.
En la

misma
· persona de

Cristo
. se
unen,
perfectamente y para
siempre, la naturaleza humana con la naturaleza divina y, por esta
raz6n, podemos decir que

Cristo es
la religión por exceleocia.
Cristo también, siendo Hombre-Dios; relaciona
de una .manexa
perfecta,

permanente
y para siempre la humanidad entera, · siendo
como
su representante
""4'ª que de alguna manera está presen­
te en su persona- con Dios-Padre
y con Dios-Espíritu Santo,
con
quienes se halla permanentemente unido en el misterio de la
Santísima Triliidad. Siendo así, Cristo es eseocialmente religioso,
pues es el "relacionador" perfecto y permanente de
la humanidad
con Dios.
Cristo· tatobién viene al mundo para cumplir el más tlpico' y el
más esencial

acto religioso: el sacrificio. El es el
profetizado, simbo­
lizado
y anunciado por los sacrificios del Antiguo Testatoento, · el
"Cordero de Dios". Viene al mundo
para cumplir el acto del supre­
mo misterio, el sacrificio en
la Cruz, siendo Fl mismo, al mismo
tiempo,
la víctima y el victimario, el sacrificio (ofrenda) y el sacri­
ficador (sacerdote), ofreciéndose, en el sacrificio supremo de su
vida,
como Hostia Inmaculada, para la redención de todos los hom­
bres y como el sacrificio de alabanza a Dios, por ser El, al mismo
tiempo, Hombre-Dios, único plenamente satisfactorio, único
perfecto
como el acto supremo de adoración de la Santísima Trinidad. Cristo
·es el

único verdadero
y perfecto Sumo Sacerdote. En El y pot El,
participando en su sacerdocio, los saeetdotes católicos,
por dispo­
sición de

El, continúan
este único Sacrificio del Calvario, a través de
los siglos, celebrando
la Santa Misa, que esencialmente es la re­
novación continua del Sacrificio de
la Crw:. De esa manera· lo re­
ligioso

es esencial en el cristianismo; no
hay, ni puede existir, un
cristianismo
que no sea esencialmente religión.
El sacerdocio, el sacrificio,, la Santa Misa, las devociones, los tem:.
plos, etc., son elementOS esenciales en el cristianismo. Es la fe en la
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existencia de Dios, es la fe en Dios, como Amor Infinito, la que
lleva
al hombre a amar y a
adorat a
Dios, de
la manera indioula pot
eL mismo Cristo, es decir, por la celebración de la Santa Misa,
es decir, por
las prácticas de religión.
Todo "cristianismo" .que rechace el elemento "religión" es un
cristianismo falso, adulterado. Dietrich Bonhoeffer, rechazando el
elemento
"religión" se coloca dentro de un cristianismo falso; su cris­
tianismo, por muy bonito que parezca, es un cristianismo adulterado.
Hay que reconocer que
Dietrich Bonhoeffer,

cuando quiere eli­
minar del cristianismo los elementos de
la religión, lo hace para pre­
sentar este cristianismo
más aceptable para el hombre contemporáneo,
que
cada día parece más arreligioso. Es decir, que Dietrich Bonhoeffer
lo hace por razones de pastoral (¡ cuántas mutilaciones y adultera­
ciones se hacen hoy día en el cristianismo invocando
razones pasto­
rales! ).
Tal

vez, en algún punto, Dietrich Bonhoeffer
tenga razón, pues
es un hecho que, en algunos
aml;,ientes, especialmente de la · vida
utbana, muy "impactados" por la técnica y muy laicizados -=i­
bientes bien conocidos por Boohoeffer, pues el mismo proviene de
ellos-, la religión está muy "arrinconada"
y el hombre de estos am­
bientes
raras veces

se acuerda de Dios
y de su destino eterno.
Por otra parte, también Dietrich Bonhoeffer tiene razón cuando
constata que muchos fenómenos de la vida, que
antes, en

siglos
pa­
sa.los, el hombre se lo explicaba atribuyéndolos a la intervención de
Dios, hoy día,
gracias al

desarrollo de
la ciencia, se los explica sin
recutrir a la religión.
Sin embargo, estas razones no son ni suficientes, ni convincen~
tes y, por ende, no justifican la actitud antirreligiosa de Dietrich
Bonhoeffer. Más todavía, cuando él insiste sobre una vida del
cris­
tiano

completamente
despojada· de la misma idea

de
la existencia de
Dios, diciendo que el cristiano debería vivir· de igual manera como si Dios no existiera (15),
¿cómo puede este postulado ético

de
(15) Widerstand 11nd ergebutig, 6.! ed.~· págs. 241-242. La obsesión an­
tirreligiosa_ de Diettich Bonhoeffer

se puede también
explicar por
el «lava­
do de
cerebro», aplicado

durante su larga
permanencia en prisión nazi,
pues
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Fundaci\363n Speiro

DIETRJCH BONHOEFFER. -UN «TONTO UTIL»­
Diettich Bonhoeffer conciliarse con el primer · mandamíento dado
por Dios en el Antiguo Testamento y, con tanta fuerza, recordado
por Cristo? ¿Cómo se puede cumplir
con la orden de Cristo: "runa­
rás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con
toda tu mente" si este Dios está ausente en la vida del cristiano y
si, prácticamente, no ·existe
·para·· el cristiano?
Si
hoy en día la religión, en ciertoo ambientes de gente muy
culta,
ha perdido algunas de sus funciones antiguas y secundarias,
esto la hace todavía más necesaria e indispensable para mejor cum­
plir con sus funciones esenciales y propias,
irremplazables. y
espiri­
tuales.
El nefasto postulado de Diettich Bonhoeffer de "vivir como si
Dios no
existiera" lleva

-tal
vez contra las intenciones y propósi­
tos

del autor- a una actitud que desemboca en
la espantosa "reolo­
gía
de la muerte de Dios", como con tanto acierto ha constatado
Maurice Corvez (16).
Hasta la teología de la muerte de Dios.
Según Dietrich Bonhoeffer, Dios resulta de modo débil, impo­
tente, ausente en
la vida humana, que prácticamente no existe para
el hombre. Más todavía, el hombre debería vivir prescindieodo de
Dios,

prescindiendo de la convivencia
con Diós, centralizando

toda
su vida de cristiano· solamente en el servicio
al pr6jimó; Entonces,
prácticamente, Dios

para el hombre no
existe y de ahí media sólo
un

paso
para llegar

a
la "teología de la muerte de Dios".
Es evidente que esta actitud favorece el acercamíento del cristiano
a
la posición marxista, pues una vez eliminada la religión de la vida
es probable que podría. quedar con un t:1'a.úma, convencido de que el régimen
hitleria.ito aun.ría miles d.~ años y· · que solanierite un cristianismo corno fe,
y no como religión, podría sobrevivir en estas circunstancias; Véase al res4
pecto a Louis Bouyer,.op, cit., pág. 7'.
(16) Por esta razón Maurice Corvez coloca a Dietrich Bonhoeffer entre
lOS teólogos

de
la «mtierté de Dios». Vea su obra: Dieu e11-il morl, Paris,
1970.
' IU
Fundaci\363n Speiro

MIGUEL POMDOWSKI
del cristiano, una vez "liberado" este cristiano de la religión, como
"opio
del pueblo", con un cristianismo reducido solamente a una
ética antropocéntrica, está listo
para colaborar ron· los marxistas en
la edificación de una sociedad atea del futuro.
Esta actitud de Dietrich Bonhoeffer permite a los teólogos mar­
xistas acapararlo
y presentarlo como un teólogo marxistoide o, al
menos, como un teólogo socializante, e ina>rporar su teología a la
teología
marxista.
Como

ejemplo
de estas pretensiones puede servir el abultado
(de 572 páginas) estudio de Hanfried Müller, un teólogo
marxista
de

la
Alemania Oriental, quien,

a lo largo de su
obta, pretende
de­
mostrar que el cristianismo de
Dietrich Boinhoeffer y especialmen­
te su concepto
sociológiro de

la
Iglesia "no se .realiza verdaderamen­
te sino con la participación en la edificación del socialismo" (17).
Dietrich Bonhoeffer y la · teología marxista.
Müller recuerda que Dietrich Bonhoeffer proviene de una fami­
lia burguesa (en el sentido marxista de la palsbra), liberal, antia>­
munista
y

antifascista y que
él es

un
típia> representante
de lo bur­
gués; que nunca
ha leído ni una sola paisbra de los escritos de Marx
y que siempre se consideraba antimarxista, pero que --« pesar de su
cultura y de su mentalidad burguesa- en realidad, ron sus enfo­
ques, con su manera de entender y de interpretar el cristianismo, está
muy
cecea del marxismo y que, mucho más que los otros teólogos,
contribuyó
a la mutua
a>mprensión entre los cristianos y los mar­
xistas.
· Müller

considera que el mismo concepto bonhoefferiano del
cristianismo como
"fe sin religión" y más todavía su concepto de la
fe cistiana romo deus non daret,w (18), es decir, vivir romo si Dios
no existiera y, ante
todo, su a,ncepto de una Iglesia que se disuelve
en el mundo, hacen de la teología de Dietrich Bonhoeffer una
teo-
(17)

Müller,
op. cit. (véase la nota 1); esta frase es ciiada por Mar­
lé, ob. cit., edición española, pág. 189.
(18) Con minúscula.
por Müller, ob, cit., citado por Casalis, oh. cit.
(vea la nota 19).
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Fundaci\363n Speiro

DIETRICH BONHOEFFER -UN «TONTO UTIL»­
logía aceptable para el marxismo. Basta desatrollat los conceptos de
Dietrich Bonhoeffer
y saeat de ellos las últimas consecuencias pata
tener unas bases teológicas que
sirven pata la elaboración de ""una
nueva
fe reconciliada plenamente con la razón; una fe desalienada y
desalienante"', aceptable para el hombre del futuro, en "una socie­
dad plenamente marxista y en la cual la evangelización consiste
--como pretende Dietrich Bonhoeffer~ en. ·anunciat

el abandono
de Dios" (19).
A estas

conclusiones
llega el desarrollo del pensamiento de Die­
trich Bonhoeffer,

que
sigue el pensamiento de
Kant, expuesto ya en
el año 1784 (20) sobre el "mundo mayor de
edad", un mundo que
puede
pasatSe sin religión.
Agreguemos que

R Müller no solamente pretende presentar a
Dietrich Bonhoeffer

como un
teólogo promatxista, sino que incluso,
sirviéndose de las ideas de Bonhoeffer
hace en su libro lo que él
mismo
llama una "teología de la República Popular Alemana", es
decir, con
toda la desfachatez .que caracteriza a los marxistas, pre­
senta
la revolución marxista, llevada a cabo en la Alemania Orien­
tal, ocupada por las fuerzas armadas de la Unión Soviética, comn un
modelo de
la realización de una sociedad según los criterios cristianos.
Dietrich Bonhool!fer como "un tonto útil".
Así, pues, vemos que Dietrich Bonhoeffer es un típico "tonto
útil", pues, siendo un hombre que no compartió nunca
la posición
marxista o socialista, y que ni siquiera había leído algo de Marx,
que siempre se había ronsiderado a sí mismo comn un antimarxista,
resulta

que hoy,
más que
cualquier
otro teólogo,
es acaparado
y apro­
vechado
por la revolución marxista en su satánica lucha contra el
cristianismo.
(19) Esta es _la opinión del pastor protestante (promarxista) ~rges
Casalis; véase su ensayo sobre «L;interpretation marxiste de Dietrich Bonhoef­
fer», Re/igieme1, Strasbourg, núm. 2, 1974, pág. 189.
(20)
CasaliS, o-b. rit., pág. 182.
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