Guillermo González-Arnao y García Rendueles, Marqués de Casa Arnao

IN MEMORIAM
GUILLERMO OONZ.ALF.Z-ARNAO Y GARCIA
RBNDUELES, MARQUES
DE CASA ARNAO
El 28 de febrero de 1961 fue constituida SPEIRO, S. L., que
luego fue
transformada en S. A. Sus socios fundadores fueron Luis
Chico
de
Guzmán y Barnuevo, Conde de Vigo, primer presidente;
Lui• Enrique González
Rodríguez,

vicepresidente que sigue siéndolo;
Eugenio
Vegas Latapie, Francisco de Gomis Casas, Guillermo Gon­
zález-Arnao, Apolina,: de

Rato y
RodrígU!ez San Pedro, Eugenio Ma­
zón
Verdejo

y
el que firma estas líneas que continúa como secre­
tario.
Guillermo (e. p. d.) es, pues, el primero de los socios fundado­
res de
SPEIRO que Dios se ha llevado a su seno. Fue asiduo asis­
tente de la célula que animó Eugenio Vegas en Caracas, 4, y luego
en Gurtubay,
5, y no fa!ltó casi en ninguna de nuestras Reuniones
de
Amigos de
la Ciudad Católica, desde la primera del Monasterio
de Santa
María de El Paular. Le recuerdo, muy especialmente, lle­
gando

en su automóvil
a la de Porta de Mar (Sa1ou-Tarragona) de
hace tres años.
Rememorando algunos momentos de su vida ejemplar, diremos
que el 18 de julio de 1936 falló en su intento de penetrar en el
Cuartel de la Montaña, ya cen:ado por las turbas, para unirse al
"12:amiento militar, y tuvo que refugiarse iuego en la Embajada de
Suecia. Trasladado en marzo de 193 7 a Bruselas por la propia Em­
bajada de
Suecia, retomó así que

pudo a
España, naturalmente a la
zona nacional, y prontamente, como capitán de complemento, in­
l'etVino en la canJ?!ña de Asturias. A su fallecimiento era Teniente
Coronel de Complemento y ejercía de Secretario de fa Audiencia
Territorial de
Madrid_
Durante

toda su vida, Guillermo fue un modelo de
todas las virtu­
des teologales y cardinaJcs, un verdadero prototi:po de cabal caballero
cristiano, guiado
por su fe, su esperanza y su cariddd. Fue miembro
acrivo y también
directivo de las conferencias de San Vicente de
Pau1 y asiduo de la Adoración Nocturna. Se conjugaban en él: for­
taleza
y prudencia -hombre equilibrado, eran muchos los que so­
licitaban, con plena confianza en él, ·sus ponderados consejos, mo­
rales y prácticos-; viriliddd y templanza; sentido de ¡,mida y ca­
riddd profunde,mente cristiana.
Reciban su viuda e hijos la ex,presión de nuestro pesar humano,
aun sabiendo que tenemos en el cielo un valedor más.
J. VALLET DE G.
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Fundaci\363n Speiro