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Número 150

Serie XV

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Objetivos del Office

OBJETIVOS DEL ''OFFICE"
POR
MICHBL DE PBNFBNTBNYO.
Hace un año, Vietnam del Sur naufragaba en el comunismo. En
un
pueMo de las "Montañas Plateadas"', devastado primero por los
combates, después por la represi6n, un viejo montañés, Mo1, decfa a
Mgr. Seitz (1):
"Nosotros vivimos ahí, al pie de esta gran montaña:
"'Mire qué poros hombres viven todavía. Estamos acostumbrados
a la mu:erre: la que mata los cuerpos no nos da miedo.
"'Pero
la que mata el r~o, la que rompe los lazos que nos
hacen vivir, que borra todas las cosas que son la prolongación de
nuestros cuerpos y de nuestras almas: esta montaña que habitó
un
Mang, este río del que oigo todavía e1 murmullo, pero que mis
ojos ya no ven, ese bosque sagrado, esa roca a la vuelta de la pista,
que nos habla ... Todo es silencio, tXJdo está vacío, hoy, todo está
muerto.
"'Esa muerte nos da miedo: · mata más fácilmente que la otra.
Ha matado nuestra aima"'.
lls preciso tener presente en la mente ese grito de angustia,
cuando nos preguntamos: ¿cuál es e1 objetivo del "Office lnter­
national''?
llsre objetivo es el que Pío XII habla señalado a la asambka
del laicado cristiano en

1952:
"Haoe falta impedir que el individuo y la sociedad se dejen
arrastrar fil abismo a que conduce· la socialización de todas las
cosas, socialización fil tétmino de la cual la terrorífica imagen del
Leviatban se ronvertiría en una horrible realidad" (2).
(1) Obispo de Kontum, expulsado en agosto de 1975.
(2) Al Kato!iekentag, íos católicos austriacos, 1952.
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Fundaci\363n Speiro

MICHEL DE PENFENTENYO
Hoy, "la terrorífica imagen del Leviathan", profetizada por Pío
XII ... , está ·ahí, a nuestras puertas. Tiene un nombre actual, el
Goulag.
Los soviéticos están ahora en Africa; casi todo Asia está bajo
contrOl comunista

...
Vietnam, Camboya, Portugal, Angola, Mo­
zambique, Guinea Bissau, Líbano, resuenan como un clamor de la
civilización, marcado por nuestras concesiones, nuestros abandonos,
nuestras traiciones.
Y porque no queremos estar emboscados._ ante . esta gu~ra que
se nos hace, estamos dispuestos a poner .todos los medios posibles
en el
intento de
contener
el proceso insensato y deshontOSO de esas
concesiones y esos abandonos que conducirían a la entrega, sin
combate, de nuestras patrias al estadio último de la lógica totalitaria.
Sí,
la gran pregunta es ésta: ¿qué medios se deben emplear? Si
dejamos sin respuesta 'las preguntas: "¿cómo hacer?", "¿pot dón­
de
empezar?", "¿con

qué medios?",
la esperanza pol.ítl~ resulta­
rá ;remendamente insignificante.
Vamos

a
intentar responder

a estas preguntas
André Frament
y yo.
-
_ Yo- trataré
cuatr0

puntos generales, correspondientes a los cua-
tro
factores de la eficacia tempoi:,,i, a saber:
l. Los hombres.
2.
La misión y la evaluación de los obstáculos.
3.
La evaluación de los valores y factores favorables.
4.
Los medios utilizables en la vida social y política.
A. Frament tratará, a continuación, de los métodos prácticos
pteconizados
pot el
"Office".
• • •
I. El problema de los hombree.
La primera condición de nuestra empresa, y que impone rodas
las

demás, es la constitución de una reserva de militantes de van­
guardia, de cuadtos directores especialmente
formados ...

,
es de­
cir, de una élite.
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OBJETIVOS DEL «OPPICE»
No podemos hacer oconomías en este trabajo de formación.
Pues
nada eficaz, nada duradero se ha hecho jamás en la his­
toria, sin ese pequeño número de elementos-motor-es, sobre todo
cuando se trata de hacer frente a una crisi'S de civilización tan ge­
neralizada.
Recordemos
la acción decisiva de las grandes Ordenes de la
Edad Media: Ouny, los Cistercienses, las Ordenes de Caballería ...
Esos fueron los crisoles ardientes donde se forjó el pequeño nú­
mero
de

hombres que rransformó Europa.
Cronológicamente más cerca,
pero esta vez al servicio de la
subversión, ¿cuál fue, en el siglo XVIII, la obra de la francrnaso"
nería, sino la de formar en sus logias a quienes iball a oonvertirse
en los jefes revolucionarios de la propia Europa?
· ¿ Y cómo actuó Lenin? Tuvo una política de formación de
dirigentes para obtener
los cuadros directores de
su
política, y
eso
es lo que hacen incansablemente, poderosamente,
en las

redes de
cé­
lulas, los colegios elementales, "los -CO'legios nacionales e internacio­
nales del Partido.
Esa idea de
formar la
élite, esa idea del
pequeño número me­
diante los cuales se realizan fas grandes obras de la historia, es una
idea muy clásica y tradicional entre los "bien-pensantes". Peto la
gran dificultad. consiste en que eso no pasa, casi nunca, de ser nada
más que una idea.
¿Nos damos cuenta de que
ésto nos
impone
hoy que tomemos
unas decisiones ... , aceptemos un trabajo intenso y penOSO, con sa­
crificios al escoger nuestro fugar en los combates que nos ·esperán?
Así, pues, es
absolutamente

necesario
que comencemos por
me­
dir las tareas específicas que atañen a la elite socia1 y política que
pretendemos formar.
Es el segundo punto de nuestro examen.
2. La misión específica de esta nueva élite.
No podemos dudar al definir la principal misión que nos es­
pera:

es la misión de parar
ese proceso general de desmoralización,
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MICHEL DE PENFENTENYO
con el contagio de las concesiones y de las dimisiones, que hoy se
multiplican en el mundo libre.
Hay que contener esta ola de derrotismo, ese derrotismo de las
éfües de !,,s cwtles Gustave Thibon nos hablará esta tarde. Es el
mal que roe la raíz de nuestra sociedad y ,es preludio de las peo­
res capitulacion,s. Constituye el objetivo principai de las guerras
revolucionarias, que no lo sitúa ya en las fronteras, en las capita­
les, en
los centros industriales, sino en las mismas almas.
Tiende a hacer tambalea,se las conciencias, a dejar. laxos los
corazones. Trata de hacer
creer que todo combate es inúill; que
se debe pactar, transigir. Organiza la duda morbosa. robre los va­
lores
eternos. Invita

a
calla:rse, a hwidi Cualquiera que sea el . precio, es necesario formar voluntarios
para realizar este endereauniento. Hay que detener el proceso uni­
versal de desmoralización, pues se extiende por todos los pelda­
ños de la vida. La vemos operando, inolUS>, en la misma Iglesia.
Porque.
no

se
cree ya posible pedir al hombre del siglo XX que
sea fiel a
los diez mandamientos, se

trata de ingeniarse para en­
contrar nuevos itinerarios y salirse de uno tras otro ... , de5pués apa­
recen los senderos de la huida.
Un ejército de teólogos, asistido
por una red periodística con­
siderable, no ha hecho sino esto: enseñar
argumentos pedantes
para
convencer
al deshonroso ejérci participar en

la huida lejos de Dios
y de sus malldamientos (y
se
abandona todo: moral, sacramentos, liturgia, pues todo es ata­
cado).
La misma polltica de retroceso, de concesiones y de abandonos
se plrosigue, idénticamente, y por las mismas razones, en casi ro­
dos los sectores de la vida social y pollcica. Lo que prueba que no
son

verdaderas
reformas lo que se busca. No, no; ·no se trata de
refo1:1mar. Se trata de arruinar las almas ... , y, por eso, fa misma
causa produce los mismos efectos por todas partes: En el ejército,
donde progresa

la
no resisteneia al clima de iiberalismo cívico (3).
( 3) Qué deshonra para· nosotros, cat61icos, que haya hecho falta un
Charles Hernu, miembro del
Comité directivo del Partido Socialista, para
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OBJEIIVOS DEL «OFFICE»
En los oolegios, donde se suceden roda clase de teorías más o
menos
obscenas, de permisividad y

de
aibdlición de roda dirección ... ,
es
decir, de roda aurocidad.
Así

se
extiende por rodas pw,tes el proceso de "desdlerifica­
ción"'
del

clero,
de "desmi1itariz.ación"' del ejército, de "despatrifi­
cación"'
de los padres ... no se termina num:a de da!cribir el fe­
nómeno.
Pero lo más importante no está ahi Lo que más importa es
comprender
lo

que
hay detrás de la másicata de las embriag,uloras
teorías
del liberalismo. Detrás de esta máscara está la horrible
mueca del miedo y de la desmonHzación. Este estado gener'11 de
Occiden~e es

muy grave. ¿No muestra
la hisrocia que los triunfos
totalitarios
empiezan siempre por la derrota espiritual de los que
estaban al cuidado de la vida nacional? .Tclulckhotine ha contado
cómo el mismo Hi~r se sorprenruó, en 1932, por la fll:lta de re­
sistencia de
las éfües al=anas ante su violencia verba!l. "Todo el
mundo paree/a paralizado -- sión
se manifestaba de forma intensa •

. . El
caos 'j el pánico reina­
ban en todas las organizaciones centrales"'.
Fue también así corno
ttiunfó
la revolución marxista-leninista en

Rusia en 1917.
"Si hu­
biese habido en Petrogrado mJt. hombres decididos, ,.,,,,.,.· hubié­
semos podido hacer la Revoluci6n"', . llegó a reronocer Tonin.
La principal misión de la nueva élite que debe promoverse es,
pues, muy clara: hay que parar el pánioo de Occidente; detener fa
ruina de los corazones y de las .. voluntades.
Es un oombate espiritual, en el plano socia!l y pdlítioo.
dirigir está ruda lección a los obispos y a los te6logos anti.militaristas apa~
recicla en el Qúotidien-de París del 23 de marzo de ·1916. "Son citados en
este
artículo: San

Juan Bautista, San Juan
Evangelista, San Pedro, Orígenes,
Tertuliano,

San
Agustín, Pío XII .... para

recordar a nuestros teólogos la
doctrina más tradicional de la Iglesia. Para terminar, Charles He.mu hace
suya esta fórmula de San Agustín dirigiéndose al tribuno Bonifacio: «Es
para obtener la paz que se hace la. gue"d.' sé, pues, cambtiliendo, un artesano
de
la paz,
a fin·de que inclusó a

esos a
quienes alatas, les conduzcas ven.
ciéndoles,

a los
beneficios de la paz .... ».
( 4) Le viol des Joules par la · prof,agande poliiique, N. R. R., 1952,
pág. 411.
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MJCHEL DE PENFENTENYO
Para compromet,etse con cierto mordiente, con aliento e in,­
cluso con pasión, son necesarhls rawnes prácticas para rener espe­
ranza.
El mismo Santo Tomás de Aquino (5) enseña que no hay
espemnza natural ni sobrenatural si ia adquisición del bien espe­
rado psreoe imposible.
¡ En fin! • .• ¿desde cuándo se devuelve ia salud a un canceroso
haciéndole
una comedia de optimismo?
El único verdadero optimismo en tal situación es el que arrai­
ga
en la verdad. La ouestión es saber si todavía es posilile curar
ese cáncer.
Este es el objetivo del ,tercer punto de nuestro ex,iroeo
3. Evaluación -de los valores, de los factores favorables y, por
consiguiente, de las po&ihilidades de éxito.
Mil _señales objetiv~ responden afirmativamente a esta pre­
gunta. Sí, esramos en un momento donde todavía todo es posible,
si
se ;,aga _ el precio debido.
Y Soljenitsyn, que tiene algún derecho para hablar en ese de­
bate, dice y repite por doquier: ¡"Todavía tenéis triunfos en vues­
tro ¡uego! ¿Qué esperáis PMa ¡ugarlo?" (6).
¿Cuáles pueden ser esros _ triunfos?
¿No estarán, en
primer lugar, y principalmente en peligro de
ruina, por no decit en el desplome, las ideologías que nos han
envenenado?
Por
todas psrtes a nuestro alrededor se desploman Ios ídolos y
las ideologías. lll profesor ex,soviético Malcev escribe: "Nadie en
la U. R. S. S. cree en el r,u,rxismo" (7). ¡Creen que se puede de-
(5) II•-II=, 9, 40 y 9, 17, 18.
(6) Disc11rs américainet, Le Seuil, 1975.
(7) Cfr. «Die11 revienl a la mode t1R pays· de fathéisme mi/itant», ar­
tículo aparecido en la revista italiana Mondo et Mis.rione, dr, documentos
Omnis Teffa (1 vía di Propaganda, 00187, Roma), número de febrero de
1976.
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OBJETIVOS DEL «OFFICE>
cir que en Occidente alguien con sentido cree todavía V'el"dru:!era­
mente

en el
liberalismo incluso "avanzado"!
En fin, ¿dónde están 'los apóstoles y los militantes del radica­
lismo, del capitalismo

anónimo, del
estructuralismo, del teilhaxdis­
mo, del existencialismo? ... ; todas estas ideologías, ¿no se desplo­
man y se desvanecen una tras otta como ,as mariposas de la noche?
Y ese vacío que se siente pot todas partes, en el Este como en
el Oeste, ¿no podda ser la purificación por donde comenzara la
conversión de los mejores?
No se p~ bastan.te en imitar las lecciones sociales del Evan­
gelio. Ved 1" histotia del hijo pródigo: la aoalogía con el mundo
moderno ¿no resulta sorptendente? El hijo pródigo, él también,
había elegido la voz del liberalismo avanzado, de la rontestación,
de la petmisividad,

de la revolución
sexual. En ella se hallaba todo
el arsenal de la "liberación" modema.
Y ya sabéis la continuación de la historia: "Una disipaci6n de
su.rtancia"
en una experiencia de "gozo y de lu¡uria", dice exacta,
mente el Evangelio. En un primer tiempo, el mundo moderno co­
noció también la pé,:dida de su capital de sabiduría y de saber
vivir. He aquí
ahora que la experiencia de gozo libertino comien­
za a oler hasta la fetidez del fin de un mundo.
Y es la vuelta a ia verdad de las cosas. Vuelta tetrible. .BI de­
rrumbamiento del sueño libertino que
se toma pot un progreso •..
y, sobre todo ... , la suciedad. No lo decimos nosotros, sino el
Evangelio.
Y pronto hubo hambre en el país y el hijo pródigo tuvo que
aceptar la .esclavitud. Se l.iberó de la obediencia. Tuvo que acep­
tar el látigo de un amo despiadado con el que no compartía ni
los bienes espiritwdes ni los bienes patrimoniales.
¿Sabremos detener la expetiencia anarquista

antes de esta ter­
cera etapa y ptovocat los grandes retornos y la ronversión sin esta
prueba? Puede
set: si somos capaces de suscitar el pequeño número de
los que sabrán ir delante de los hijos pródigos de
los tiempos
modernos.
Pues son innumerables los hijos perdidos de la Revolución que
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MICHEL DE PENPENTENYO
hoy reniegan de las ideologías que les tuvieron desviados ckmasia­
do tiempo.
Pensáis,
sin duda, que hablo de los Sdljenitsyn, los Masimov,
los Temovsky, los Galitrli . . . y de esa legión de ancianos soviéti­
cos que osan, como Safa>evic, demmciar "el initimo de muerte
de la ideologla mtlfxis~lenlni,ta CIVJM raíces no tienen princq,ios
de vida, sino de rm,e,te y que s6lo puede organizm el c,,,,.,o hacia
la nada" (8).
Ciertamente, pensamos en esa legión de antiguos soviéticos que
abren los caminos, los caminos del retomo para sus hermanos los
cristianos de · Oriente.
Pero en Occidente, también, son innumerables esos hijos per­
didos de la Revolución que buscan pasarelas para el gran retorno.
¡ Y nosotros no sabemos reconooei,les!
En fin, ¿qué hemos hecho por esas decenas de millares de an­
tiguos
dirigentes del

P.
C. que han roto con el marxismo? ¿Qué
se ·ha hecho para recibirles, entenderles, guiarles, ayudarles después
de
su
ruptura?
Algunos están en este Cóngreso. Se encuentrru1 entre nuestro<
mejores jefes de fila.
Pero, ¿y los orroo? ¿Los millares que esperan?
¡Se sabe que sólo por nuestro país, Francia, la C. G. T. ha
perdido, en e! curso de los veinticinco &timos· años, cuatro millo­
nes y medio de partidarios, disgustados, rebelados ante la impostu­
ra comunista!
Henri Barré, que fue uno de ellos, después de haber ronocido
los

terribles
desiertos humanos del romunismo escribió que· esos
hombres y esas mujeres "tienen hambre dé la patria y hambre de
Dios".
Uno de ellos, joven dirigente militante del P. C. F. reciente­
mente convertido
y llegado a nuestro trabajo (y que está entre
nosotros en este Congreso),
escribió a Eooemond Beth después de
su
preparación en Planes: "Du,ante alguoos años busqué un o,.
(8) Citado por el_ Prof. Jurij Ma.lcev, en «Dieu revient a la mode au
pay.r de fathéiJme militant», revista itaüana Mondo' et Missione.
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OB/ETIVOS DEL «OFFICE•
ganúmo ba,ndo en la Verdad 'Y totahnente desinteresado ... Ahora
lo

he
enconwado. Es

lo
que do ,m s611iido a mi vida. Estoy decidido
a lanzar todas mis fuerzas en la batalJa".
Así, pues, ¿cuándo nos decidiremos a comprender que no son
las fuentes humanos las que se han agotado hoy, y que Jo que hace
falta es el pequeño número de hombres swficientemente ejempla­
res, suficientemente
atraaivos para sacar a '1os hijos perdidos de
la
Revolución fueta del lodaza!l?
Quizás, nunca como hoy, han sido tan despiadada01'"'l1le juzga­
das '1as ideas mortales que hicieron la Revolución. Y juzgadas no
por los guardianes de lo sagrado, de la vida interior, de los sacra­
mentos
y del dogma . . . ¡ sino juzgados por fos escrirores y los jefes
pdlftia,s contemporáneos más abiertos a

su
época, los más repre­
sentativos

del
llamado optimismo moderno!
La herencia del mundo moderno está abierta. Incluso sus adu­
ladores oficiales Jo proclaman.
Creéis, por ejemplo, que nuestro Primer. Ministro francés Chi­
rac, esté tan convencido del liberalismo, cuando ha declarndo en un
discurso oficial: "uno se P,•gllnla con angustia ,; no eslamOs ante
una situación grav•
y profunda que iuzga nuestro sistema ( ••• )
nuestro tipo de civilización".
Y, Poniatowski, nuestro Ministro del Inmerior francés, autor del
libro
Conduire k changement, no parece saber muy bien hacia
dónde éste

debe couducirnos, pues declara que
"el mundo moderna
que
hemos edificado marcha al encuenwo de n11estra naturaleza pro­
fundo
(

... )
ya no nos ofrece ningún p,mto de referencia permanente".
Sí, hay una herencia por reroger en este mundo moderno,· pero
sus augures ¿acaso no se refutan entre sí uno a uno?
El olub socialista Jean Moulin habla de "revisión desgarrndo-
rt1" •. ,
Jean Fran~is Revel, director de fExpress, hace sonar la alarma
en

un número de
fExpress con una tirada exx:epciona'1 de un millón
de ejemplares:
"la 11ictoria total de un neo-stalinismo debe ser exa­
minado" (9).
(9) J. F. Revel, La Jenta&ión lola/iJaire, R. Laffont 1976, pág. 178.
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MICHEL DE PENPENTENYO
BI socialista Je!len, por su parte, denuncia el "peligro arerrador"
de !las sociedades "normalisées" (10).
Sí,
¿cómo no
prestat atención a la
epidemia de pesimismo que
se
ampara en esos. que ayet, pensaban trabajar. vislumbrando "ama­
neceres risueños"?
Me diréis que esos gritos de angustia no son todavía fos gritos
de

los
convertidos. ¡ Seguro! Pero, la primera etapa de la convetsión
del bijo pródigo ¿acaoo no fue e!l descontento de sí mismo, la vet­
güenza de

su
deshonra, el horror

de la
situación o e!l desorden al que
le. había conducido

su vida
pasada? Sin ese sentimiento

y el des­
agrado que inspira, ¿ha habido convetsiones aiguna vez?
Y
después, cuando el alma humana está ahí . . . y ha tocado el
fondo

del
desagrado y del miedo, el instante decisivo del retorno a
lo
real ya no puede hallarse lejoo.
¿Acaso no. muestran algo
de eso, tímidamente todavía, esas vo­
ces

que
por todas parres se elevan para apelar un orden supetior,
juzgado como

el
único capaz de inspirat la voluntad de vivir en
Occidente? Para no citar
más que

a
fos agnósticos notorios

... Ved a Euge­
nio
Ionesco que

apela a los "fines últimos"
del hombre y de la so­
ciedad.
..• Mautice Druon que declara, en plena Asamblea Nacional, que
"las desgracüt.r de la modernidad proceden de la des,q,arición de los
11akwes supremo1''.
Incluso André Malraux lo dice y lo redice: "¿Puede una civüiza­
ci6n fundar sus 11alores durante
mucho tiempo sobre olra cosa que
no sea :una religión?".
• • . "¿Sobre qué puede el hombre fundar sus valores supremos
(.:.)? ¿Para qué i,-a la luna si es para suicidarse?" (11).
• • •
. A estas preguntas angustiadas de Occidente, el! ex-soviético Jurij
Malcev ha dado· respuesta

ya:
"El cristianismo es la única fuerza
(10) J. Jel~, Les normalisés, Albin Michel, 1975.
(11) Prefacio a l'Enfant du rire, P. Bockhel, Grasset 1974, pág. 23.
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_ OB/ETIVOS DEL «OPFICE»
verdadera que puede cim,.búw el mundo ... , no digo esto porque ten­
ga

fe;
no pertenezco a ninguna confesión cristiana (

... ). Digo esto
en el sentido de que Cristo es el único que nos ha aportado los prm­
cipios :y el ejemplo vivo con los cNales podemos cambiar el mun­
do""
(12).
j He aquí la verdadera respuesta a las preguntas de Occidente!
¿Cómo conducir el cambio?, preguntó M. Poniatowski. Pues bien,
el ex-soviético responde como la doctrina cristiana, pues, según la
palabra admirable de San Gregorio de Niza, "nada puede cambiar
en
el homb,e sin Dios"'. Sin la gracia, sin la ayuda de Dios, ningún
cambio hacia el bien es posible.-A.sí lo canta la liturgia: "en el
hombre nada hay de inocente, oh Dios, sin tu ayuda, sin tu socorro".
Es importante que recordemos estas verdades esenciales si pre­
tendem06 seriamente ponernos a

la
obra para Sllivación de nuestros
países.
Pero lleguemos a nuestro cuarto punto ... , consagrado a exami­
nar el problema de los medios sociales y políticos.
4. Los medios que debemos tomar.
El primer medio que debemos tomar . . . es el que dio a!l peque­
ño David su victoria sobre Goliat ••. se
llsma la virtud de la forta­
leza. Es una virtud catdinal, reforzada con un don sobrenatural del
Espíritu Santo.
Es medio esencial, pues nos permite que no admitamos jamás
que
el enemigo sea invencible. Incluso cuando momenr,
eamente
haya

rriunfado.
También esta virtud inspira, en todo
momeDtO, en

todo -lugar
y en todo medio, los
actos que prueban que el enemigo no es
invencible.
Pongamos algunos

ejemplos:
Una legión de antiguos soviéticos
ha osado afrontar Ja violen­
cia del
régimen con

sus manos
desnudas, cara a

cara, en
el Goulag:
(12) Revista italiana, Mondo et Missione.
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MICHEL DE PENPENTENYO
"La vid,, aJlt (en el Goulag) nos h" enseñado -dice Soljenitsyn­
que no existe sino un único medio de resistencia a la vwleneia: es la
firmeza. Sólo la firmeza per,mte resistir los ataques del tOltllitaris­
mo soviética".
Otros ejemj>los demuestran que la virtud de la fottal=, por sí
sola,· puede hacer retroceder al monstruo:
-La pequeña Finlandia resistió en 1939 . . . y se hizo res­
petar.
-
Los americanos defendieron Berlín en 1948 con su firmeza
y nn hubo guerra. Defendieron Corea en 1950. No hubo conflicro
internacional..
-Obligaron a los soviético,; a retirar sus cohetes de· Cuba en
1962 .. . Los soviéticos cedieron.
Los hedlos actuales nos ofrecen, cada vez más, confirmaciones
ful.guranres de mllagros operados por la virtud de la fortateza:
Portugal, de repente, ha roto en algunas semanas del último mes
de junio la esa,Jada comunista. ¿Qué pasa? Nada más que la voz
de la fümeza. Nada más que un solemne "¡Basta!" por porte de un
obispo. Un
"basta" salido de una amenaza precisa: "Ha llegado la
h!Jfa de decw no, -proclamó el obispo de Braga, Prünado de Por­
tugal-... Existen los velares eternos, Dios, la Iglesia, la Patria ( ... ).
Para hacer respetar su voluntad, el pueblo deberá recurrir a la vio­
lencia
'Y elistarse en la guerra!".
¿Qué creéis que pasó? ,
¿El arresto de Mgr. de Braga? ¿ Una ola de terrorismo ere-
ciente?
¡ En itbsciluto! Pottugal había encontrado su Mindszemy. El pue­
blo católico se [evantó en el Norte eo olas poderosas, empujó las
secciones del
P; C.

...
y eso produjo, después, un reflujo evidente
del comunismo. Bien entendido, no se ha ganado todo, se está lejos
de ello .. . Pero a través de despertates como este puede llegar la
salvación.
Tienen,
pues, i.mpottaneia los cootraataques.
Tienen importancia los aetos · que prueban la vulnerabllidad del
enemigo.
Nuestros amigos portugueses de Vector nos dieron ejemplo, y
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OBJETIVOS DEL «OFFICB»
es justo citarlo, romo testimoni~ de la eficacia de la virtud de la
fortalez.a. -
Cuando el pánico se apoderaba de los mejores en Lisboa, el equi­
po de Vector tuvo a honra permanecer en su puesto ... , sus despa­
chos
y su Club del Libro Cívico permanecieron abiertos. El Cruci­
fijo permaneció en su lugar de honor. Bl arsenal de útiles de traba­
jo,

desde
Ma,rxismo y Revolución hasra Para que El ,eme siguió
ofreciéndose a los visitantes ... Tuvieron lugar registros. Se multi­
plicaron fas amenazas. Vector fue respetado.
Conclusión: ante los

malos
perros, no corráis nunca.
• • •
Decimos que la virtud de la . fo&leza hace milagros. Hay que
recordar esra verdad ciJa.ndo se Uega a situaciones catastróficas para
las
cuales uno no ha sabido prepararse.
Dicho esto, desconfiemos de
la improvisación, incluso heroica.
En m mano.
Existen
medios adecuados que se deben adoptar para que esra
preparación
sea convenientemente llevada:
Estos medios que deben ser adoptados, los consideramos en tres
grados:
l. Promoción de una vanguardia cívica.
2. Promoción de
una acción en los cuerpos intermedios.
3. Promoción de una concertación a nivel de la vida pública.
l. Promocwn de una vanguardia cívica.
¿No muestra acaso la historfa que en ·fas horas sombrías en que
todo

parece derrul)>i,arse,
la salvación depende de la acción decisiva
de

un
número relativamente restringido de hombres, verdaderos
ja­
lones de cabeza, que fuerzan las barreras de la Historia .•. ?
¡Una vanguru:dia! ... Que se impone por su ejemplo y su cora­
je. Capaz por si misma de detener el proceso de envilecimiento de
1,95
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MICHEL DE PENFENTENYO
las voluntades y de los cora,ones ••• , de dar las verdaderas razones
para

tener esperanza.
Debomos trabajar

activamente,
metódicamente, para constituir
esa reserva de fuerzas sociales y políticas, una clase de caballería CÍ·
vica que acepte consagrarse a la salvación de nuestras patrias.
Una
fuerza nuclear
que, sea
cual sea
la
malicia de
los tiempos,
la ferocidad del enemigo
y la laxitud del ambiente, considere como
un deber transmitir 'la verdad, fo:r:tnar nuevos dirigentes cívicos, coor­
dinar las acciones que se imponen e inspirár nuevas formas de ac­
ción cívica.
A este nivel, el "Office" juega un papel de vivero en la obra
de repoblación social. Obra
discreta, silenciosa,
de
efectos poco
vi­
sibles. Obra capital que responde, cada vez más, a las
mcesidades de
las instimcion~: son así numerosas las empresas industriales, las
organizaciones agrícolas, los colegios, las agrupaciones culturales, que
lir.era!lmente nos

han
"absorbido" nuestros mejores animadores y no
cesan de pedimos todavía_ nuevos dírigeri.tes.
¡Es absolutamente necesario ampliar, fortificar y perfeccionar
esta

primera función del "Offioe"!
Nuestra sociedad

tiene demasia­
da necesidad de renovar sus élites
dirigentes. Un

trabajo tal en
profundidad llega, por otra parte, mucho más
lejos de fo que uno
pueda imaginar . . . incluso en
cl plano sobrenatural, como lo mues­
tra
el nómero de vocaciones que han nacido de su favor ... ¿no nos
dejaron más
de cien de nuestros mejores animadores desde 1968 en
provecho de otros viveros: los viveros del Buen Dios?
2. La acción en los cuerpos intermedios.
Nadie arrostra una misión de sacrificio sí esta misión es utópi­
ca. ¿Cuál es, pues, la fuerza secreta y escondida con 'la que podernos
contar -en el plano
temporal~ para hacer fracasar la miiquina re­
volucionaria? La verdadera fuerza social estii en la innumerable flo­
ración de los cuerpos sociales,
estii en
su encuadre natural: artesa­
nos y campesinos, ingenieros, jefes de empresa, dirigentes militares,
1396
Fundaci\363n Speiro

OBJETIVOS DEL «OFFICE»
magistrados ... , todas las gentes auténticas, competentes, respon­
sables.
A
despecho de
nuestra aparente
indigencia
y de nuestra aparen­
te impotencia, de hecho es ahí donde se encuentran las fuerz.as, los
recursos, los lazos sociales más numerosos, los más variados, los más
competentes, ios más poderosos y, sobte todo, los mejor repar­
tidos

en
todo el conjunro del terreno social.
En esas fuerzas fecundas es donde se hallan los elemenros capa­
ces
de hacer fracasar a las fuerzas de subversión:
Lenin decía:
"es miJ veces más fácü vencer a la gran burguesía
cent1'alizada que vencer
a

los
millones y miJlones de pequeños pa­
tronos".
Tenemos, pues, una obra esencial que promover ahí. Se ha com­
probado ya

su
extraordinaria efü:acia por rodas partes donde ha
sido realizada, como obra auxiliar de asistencia, de información, de
con=taci6n al servicio de los notables de la vida social.
Ellos son el blanco principal de las acciones revolucionarias.
Hay que hacer todo lo posible
para evitar que, aislados y desmora­
lizados, aba.odonen sus

poderes
locales.
Está, quizás, ahí

el nervio
principal de
los
verdaderos combates
contemporáneos.
La Revolución comunista sabe muy bien que no puede esperar
una
victoria completa
sin la eliminación sociológica o física de las
jerarquías naturares. Sabe

que, en definitiva, en una nación, los que
tuentan son los notables,
las personas con carácter y experiencia
que

se imponen por su rectitud, su
auroridad natural, su

pasado.
Las poblaciones se vuelven
espontáneamente hacia

ellos en
los mo­
meuros de prueba esperando sus consejos, e incluso sus órdenes.
Estos "n0tables" constituyen Ios enemigos más temid~ de los
comunistas; los procesos de bolchevizaci6n
han empezado siempre
por
la eliminación de sus élites populares, porque, sin esta elimina­
ción, la "dictadura del proletariado" no puede funcionar.
Recíprocamente, también es verdad que
verificamos mal hasta
qué punro los estados-mayores revolucionarios están conscientes de
su vulnerabilidad
y cuánto temen, en cualquier instan•e, el sobre­
sa1lto de las jerarquías naturales.
1397
Fundaci\363n Speiro

MICHEL DE PENFENTENYO
Y, de hecho, sólo éstas pueden frenar el cáncer de la dialéctica
revolucionaria
haciendo prevalecer las

solidaridades
natutales sobre
las
solidaridades de 'lucha revolucionaria.
Portugal
noo aporta una ilustración :recientísima de las posibi­
lidades de esta acción, incluso en ailiente, en . plena tomienta. He
aquí
lo que noo escribió en aquellos días uno de nuestros amigos
portugueses: "El número de emp,-esas que ha resistido el refiu¡o de
la marea ha sido verdderamente reducido. Sin embargo, el endere­
zamiento que comienza a realizarse
#ene por base, en todos los
()(JSOS, /.as empresas donde el esplritn de comunidad ha sido más vivo
y la dwecci6n m4s personalizada.
"El caso
más patente ha sido el de N. ( ... ) (se trata de una gran
empresa) entrada en autogesli6n inmediatameme después del 25 de
abril y c,vyo patrón fue o/,/,igado a refugiarse en el extranjero. Hace
un mes,
gracias a ./a infiuen,;i,, de los ctlflataces, la casi totaüdad de
N .... , millares de oh1-eros t11nentJZaron al, Gobierno con hacer huelga
si
la empresa no era devuelta a su patrono y si · él no 110WÚI para
dirigi,r/a. Y el Gobierno se ,,;,, forzado a ceder.
"En los municipios, también comprobt1m0s que, en todas partes
donde
las autoridades socia/,es ht>n mt>ntrmido su presligio y no ht>n
desertado,
el enderezamiento ha sido posible".
Podrían dru:se muchos otros ejemplos de la vulnerabilidad de los
pesados aparatos de nuestro5 enemigos cada vez que, desde el inte­
rior, las jerarquías natusales han llevado a buen término la obra de
anulación de la . a:ampo, de la dialléctica de lucha.
En el Finisterre francés hubo un cierro tertorismo moral que cesó
prácticamente en las organizaciones agrírolas tan pronto la oficina
sindical

de
los empresarios

agrícolas volvió a
entrar en 1os raíles
de

los
verdaderos intereses profesionales y desde que aflojó la dia­
léctica de lucha de clases.
En una gran cooperativa agrírola pluridepartamental, la acción
dirigida

por
nuestro5 amigos
del
CETIAR sobre la · totalidad de los
dirigentes jerárquicos fue seguida de un efecto notable, puesto que
el grupo

izquierdista que
le había ganado el 33 % de los coopera­
dores abandonó
por

iniciativa propia,
al! considerar que no podía
trabajar más sobre ese ter,eno.
1398
Fundaci\363n Speiro

OBJETIVOS DEL «OFFICE»
En cuantp a las primeras infiltraciones subversivas en el Ejér­
cito, en la
Magistratura, diversas experiencias -todavía demasiado
primerizas- demuestran
que los remedios eficaces se obtienen con
los mismos métodos.
3. La labor de corwertacwn en, el plano público.
Concertación, reencuentros, entendimientos de ~ D;acional , ..
entre notables cualificados para •ctuat al más alto nivel del destino
de la patria. ¿No urge, acaso, promover estas concertaciones en la
hora en que los poderes políticos pueden, en cualquier instante, des­
plomarse al empujón de las uniones revolucionarias?·
El ejemplo de
Chile es aquí elocuente. Ese p¡lÍS cayó bajo la
dictadura comunista.
Permaneció en ella tres años. Salió de ella sin
recibit golpe,
sin efusión de sangre gracias a la acción . concertada
de

un pequeñísimo número de altos
magistrados, de funcionarios y
de militares.
Comenzaron por aislar políticamente llll Gobierno de Allende,
ganándole
los

mejores elementos del
Senado y de los principales
Cuerpos
del Estado. Bastó entonces una buena sacudida militar para
derribar el régimen comunista de Allende. Será necesario que un día
los "prooclari
cives"

de nuestros
países piensen en orgauiza.r tales
encuentros

y tales entendimientos.
Bien entendido, el "Office" no
deberá sobrep¡1sat los límites
en los que
comienzan 'las opciones

políticas. No está cualificado
para it más allá, pues faltaría así a su vocación de obra auxiliat.
Ahora que, para set auxiliat .. . ¡ hay que saber de quién, y de
qué, se puede
set auxiliat!
¿Acaso no

urge
hoy volver a crear por encima de las colecti­
vidades

locales, por
encima de las [ibertades y de los intereses pro­
fesionales,
locales
y regionales, un poder ampliamente independien­
te, una fuerza atractiva y reguladora a la vez, capaz de proteger
infatigablemente, de
esclarecer, de

orientar las
reservas populares
de fuerzas y de vida social?
Siendo así que este poder existe, en estado porencial ...
1399
Fundaci\363n Speiro

MICHEL DE PENPENTENYO
Hay que busca,: los hombres de rango ruiciooal, con méritos na­
cionales suficientemaite evidentes.

Ellos
son los que pueden, en caso
de hundimiento, asumir las funciones de dirección nacional y dar
las imprescindibles orientaciones.
Todavía hay que organizar las redes de sostén, de protección, de
información. Están aisladas, hay que organizar los sisremas de en­
cuentro y de concertación, que pem,itan sostenerse, informarse y de­
cid.irse a esos hombres que em:aroan verdaderamente el alma de
nuestras patrias.
El papel del "Office" es un papel auxiliar. Los auxiliares tienen
por misión crear las condiciones de acción posible de los que deben
asumir las funciones de jefes.
Tales
son
los objetivos genetales del "Office"'.
Tal es nuestta
voluntad de acción al servicio de nuesttas patrias.
Objetivos y voluntad que serían petfecmmente ridíCU'los . . . si
no nos apoyáramos en la única fuerza capaz de resucitar a las na­
ciones:
la fuerza de El que sabe cómo salir de la tumba ...
Pero el siervo inútil también sabe, gracias a Bossuet, que "Dios
se rie de
los

rezos
que se

le
hacen p,,ra escr,p,,r de las desgracias pú­
blicas cuando nada
se opone a

lo
que se efectúa p,,ra atraerlas!".
A ttabajar, pues ... Y para ello escuchetnOS cómo A. Frament
trata de
los métodos patticula<'es de acción del "Office"'

...
para
"Actu,,r con Esperanza"' (13).
(13) ar. en el próximo número de VERBO la citada conferencia de
Andrée Frament.
1400
Fundaci\363n Speiro