Índice de contenidos

Número 150

Serie XV

Volver
  • Índice

Responsabilidad-Reflexiones sobre los servomecanismos

RF.sPONSABILIDAD -REFLEXIONES SOBRE
LOS SERVO-MECANISMOS
(*)
POR
Loms n' ANSBLMB.
Todo el murulo ronoce el regulador de bolas de Watt, que con­
trola automáticamente la entrada de vapor ai pistón de una máquina,
en función de
las vatiaciones de cru:ga. Este ancestro constituye hoy
una pieza de museo, pero se utilizan corrientemente gran número de
descendientes suyos, cada vez más complejos, que la elect:rónica per­
mite
elaborar.

Con tales
dispositivos, se

pueden obtener vehículos
que van a
colocru:se en el suelo de 1,t luna, en un punto determinado,
evolucionan sobre él
y toman fotografías que envían a la tietra, a
lugares
también predeterminados.
Las posibilidades son extraordi­
narias, aunque

el principio siempre
sea el
mismo.
Para
estaJ,J.ecetlo fácilmente, b,ista observar el más simple de
ellos (conocido por todo el mundo), el termostato de un refrigeta­
dor doméstico. Un refrigerador
es un recipiente que sirve para conservar todo
Jo que se coloque en él a débil rempetarura. Concebido a partir de
la idea

de fabricar el frío, se
compone de:
Una
máquina (M), que transforma en frlo la energía que se le
suministra, en
general bajo

forma de
electricidad, regulada por

un
conmutador (o codificador)
(C).
El termostato (T), que mide la temperatura que resulta del tra­
bajo de
la máquina y la compara ron una remperarura de referen­
cia

dispuesta
por la dueña de la casa, transformando esta informa­
ción 1en una orden que se da a la máquina:
(*) Reproducimos, traducido, este artículo, de la Revue du Centre d'Ettt­
des des Entreprhes, núm. 3 de marzo de 1976.
1427
Fundaci\363n Speiro

LOUIS D'ALSELME
a) Marcha, si la temperatura es superior a la desea.da.
b) Detente, en el caso contta,io.
& decir, que para regular un dispositivo que debe lleva, a cabo
uu
determinado ttabajo, es
necesa,io obtener una

información de
salida
y compara,Ja ron una referencia, de cuya mmparación se de­
duce

una orden que se vuelve a
introducir en
la
entrada. Hay
una
reacción de la
sa:lida sobre la enttada, que se realiza en forma de
bucle, un sistema auto-controlado, un servo-mecanismo. El princi~
pio del circuito acoplado en bucle es de una aplicación constante
en
la Naturaleza, que no esperó a la aparición del hombre pa,a po­
nerlo en marcha, principio que el hombre se limitó a reinventa<.
Nuestro

propio
cuerpo es
un termostato notablemente regulado sobre
la referencia de 37°C.
En el menor de nuestros gestos hay una mrrección permanente
del
movimiento,
en función
de
las observaciones obtenidas

de
la
vista o de cualquier otro de nuesttos sentidos, para: obtener el resul­
tado que

nos hemos fijado
(tornar un

objeto o
pa,a situar nuestrO
coche). Pa,a clava< un

clavo, se
toma éste ron la mano m:¡uietda y
un ma,tillo ron la mano derecha, y se golpea. Si el gesto no es correc­
to, ~eri.mentamos un mal y éste nos incita, muy persuasivamente,
como en el caso de un circuito acoplado en bude, el autor de la
gestión
incorrecta es llamado al orden por su propio interés, porque
el orden

de
!las cosas hace que un golpe de ma,tillo en los dedos
nos
moleste. Si
ahora, pa,a clava, un clavo actuasen dos operadores,
uno que mantuviese el clavo y otto que golpease ron el ma sería necesaria
una gran atención del segundo, porque el circuito
está, ahora, abierto y no hay sanción inmediata, en caso de a..-ruar
en ÍOMla inadecuada, a menos que exista la posibilidad para el
primero de da, paradas al segundo, con lo cual se cerraría el circuito,
a 11tavés de tal artificio.
Primera oheervación.
Pa,a obtener una buena regulación, o una corrección eficaz de
!os
errores, es
interesante
el que el bucle de reacción sea bastante rá­
pido.
1428
Fundaci\363n Speiro

REFLEXIONES SOBRE LOS SERVO-MECANISMOS
Segunda observación.
Hemoo tomado ejemplos simples, incluso triviales. Es cierto que
se
encuentran casos
mucho más complejos. La máquina
(M) puede
ser, un conjunto de organismos, de herramientas o de elementos ar­
ticuladoo entre s~ en los cuales intervengan numerosoo bucles de
reacción. Pero el principio sigue siendo el mismo: hay reacción de
salida de una célula, de un subconjunto, o de un conjunto, sobre una
entrada situada al principio. Este dispositivo regulador
se realiza, naruralmente,

en
las socie­
dades

humanas,
por el juego de la responsabilidad; la referencia que
se introduce es únicamente el orden de
las rosas. B1 hombre es libre,
en el sentido de que tiene la
pooibilidad de pensar una u Otra cosa,
de hacer o no hacer ciertos gestos. Su libertad se limita a esta elec­
ción, porque,
después, no
puede ya hacer que las
consecuencias de
su elección dejen de desarrollarse, inexorablemente, ·en función del
valor objetivo de
esta elección y

no
del valor

subjetivo de su
inten·
ción.

Si da los golpes al lado
del clavo,

iocluso sin hacerlo intencio­
nadamente, se
causará daño

en
loo dedos, o

en
otra parte, si

el
bucle
ha sido artificial.mente alargado. La vida es educativa; el juicio se
mejora ron la experiencia, a condición de que la sanción llegue !,as..
tante pronto y alcance al autor de la perturbación del orden. Este
no
es siempre
el caso,
pero, felimnente, lo es ron suficiente frecuen­
cia para que las sociedades humanas puedan funcionar, a pesar de
los
defectoo y

de
las imperfecciones que siguen teniendo loo respon­
sables,
por bien elegidos que hayan
sido. El criterio

de una
buena
organización
es

que el
bucle de rea<:ción sea rorro. Vaie más clavar
un clavo solo, que
empefiarse en

clavarlo entre dos. Un error de
ciertos
teóricos de

la vida en sociedad
ronsiste en tratar de impro­
visar

una sociedad ideal que
solamente podría marchar ron hombres
virtuosos. Pero, si el hombre rara vez es totalmente malo, prácticamen­
te

jamás es
totalmente bueno
y tiene necesidad de ser llevado a un
romportaru.iento sano por las necesidades de la vida que se mani­
fiestan a través de los múltiples bucles de reacción que existen en
el tejido social.
1429
Fundaci\363n Speiro

WUIS D'ALSELME
La mayoría de los males de las sociedades provienen de un mal
funcionamiento del bucle de "responsabilidad".
Primer estadio.
L, sociedad b,wocratizada.~&isten fricciones en los circuitos,
equivalentes

a
resistencias, y los bucles de reacción se a1argan in­
debidamente. Los jefes de mediano nivel no

tienen suficiente inicia­
tiva
y se füniran a dar cuenta al escalafón superior, en caso de un
incidente,
con Jo cual la orden correctiva llega (a veces no lo hace)
con
un retraso tal que puede resultar insuficiente e inoportuna. Esto
es
[o que pasa, en cierto modo, cuando se clava un clavo entre dos.
Segundo estadio.
L, tecnocrá&ia.-Todos los bucles de las células o subconjuntos,
están prácticamente cortados. Sólo hay un bncle genera[, largo y
perturbado por abundanres frenos.

No solamente
no actúan dos para
clavar un solo clavo, sino que, además, se aran los pies de aquel que
sostiene el clavo o se le coloca detrás de una pared. Esto es lo que
pasa en un sistema en que se ha llevado al extremo la "Tayloriza­
ción":

el ejecutante debe aplicar procedimientos definidos
por otro,
que
se considera

corno único
y mejor, sin poder corregirlo a la vista
de
los resultados comprobados. Los jefes no reciben su paga para
pensar.
Tercer estadio.
L, jerarquía paralela.-Esta se deriva, inmediatamente, del sis­
tema precedente, en el cual, cuando no puede funcionarse, se coloca
una

prótesis como cosa natural,
para reemplazar por otro el bucle de
reacción que dejó de actuar. Pero este bucl<, es un pseudobucle, está
abierto

en sn centro y no desempeña en absoluto su papel regulador.
1430
Fundaci\363n Speiro

REFLEXIONES SOBRE LOS SERVO-MECANISMOS
Es, por el contrario, una causa de perturbaciones suplementarias,
porque

el interés
de los que están en él no se ve impulsado a me­
jorar la situación general, sino a justificat su presencia y · su acción,
a
permanecer en el tiempo y, por lo tanto, a fortalecer su posición.
En un servo-mecanismo, romo el de nuestro termostato del refrige­
rador,
la

orden
correcta debe ser enviada automáticamente, se pue'
de

decir que
necesariamente, y resulta de la tomparaci6n entre el
resultado
(la temperatura) y la referencia. El sistema está determi­
nado
y no tiene grado alguno de libertad. La parte esencial es la
referencia.
En la vida de las sociedades, la referencia es el "orden de las
cosas" y la saoción de los hechos es inevitable, es algo contra lo
cnal nada podemos. Son "las leyes no escritas", que nacen de lo más
elemental. Cuando nos goipe111IlOS en los dedos, esto molesta incluso
hasta los
más altos, aquellos que invocaba Antigona ante Cre6n,
de los cnales decía Ci=6n: "Lo que nos impide el fraude ... Lo
que es imposible de evitar ... , que regi.-á a rodas las naciones y en
rodos los

tiempos ... ".
El
"choque de rerorno" de

nuestros
aaos nos fnetta al realismo,
a rondición de que se haga sentir. A condici6n de que el circuito
esté conectado al

bucle,
y que quien haya de decidir soporte las
consecuencias de sus decisiones. Pero si la "regulación" es
resultado de jerarquías patalelas; que
no
son responsables, que no padecen las · consecuencias, ¿cuáles re­
ferencias podtían, entonces, invocarse?
A hita de poder inVOcat la
saoción de los hechos, sería necesario encontrar otras referencias:
en "las
espetanzas", los proyectos de sociedad, los mitos.
Cambiar
las referencias, rechazar la limitaci6n de la saoción de
los
hechos, de la o,cperiencia y, en nombre de la libertad, variar los
•istemas de valor, y cambiar al hombre es el objeto, ptocisamente,
perseguido
por

los movimientos revolucionarios.
Con
frecuencia, la intenci6n es buena. Se comprueba que la re­
gulación

de
la máquina social ya no funciona, a consecuencia de la
butocracia, de la
tocnocrncia o de la e,dstencia de jerarquías para­
lelas. Peto, en vez de vedo (lo que obligaría a un esfuerzo de auto­
reforma)

se acusa
al termostato. En vez de corregir los circuitos que
1431
Fundaci\363n Speiro

LOUIS D'ALSELME
fallan, se . aitica el medio referencial y se propone reemplazar el
termostato por

un
anemómetro. Se inventan nuevos
sistemas de
va­
lores

que ya no se
basan en lo real. Ya sabemos a dónde oonduce
todo

esto.
"Hay, en

el
fondo de todo ello, una decisión de civiliza·
ción

... ,
podemos ir sil fondo de las rosas y saber de qué lado debemos
colocarnos: de'! lado

de una
democmcia de

progreso en
la que tanto
el hombre como la mujer se bagan plenamente responsables de sus
decisiones y de sus actos, por estar d,-bidamente instruidos; o del
lado de aquellos que consideran a los ciudadanos romo objetOS so­
metidos a sus reglas" (Lucien Neuwirth, ante la Asamblea NacionaJ,
diciembre de 1972).
Pues, bien, señor diputado,
vuestro dilema está mal planteado ... ,
porque
los hombres y las mujeres plenamente responsables son los
que se saben sometidos a reglas, los que están adecuadamente ins­
trllidos,
y los irresponsables son los que pretenden regular a los otros
y recusar la sanción de los hechos.
Y, esos, para llegar a sus fines, se dedican a cortar todos !os
bucles de
reacción.
El

medio
más eficaz ronsiste en establecer cortocircuitos en las
jerarquías responsables ron jerarquías parailelas, para reemplazar la
referencia habitual de la sanción de los hechos por referencias ideo­
lógicas.
Esto nos explica la perversidad del sistema de jerarquías paralelas
(perversidad inherente al sistema y no debida a aquellos que la apli­
can)
y la predilecci6n de los revolucionarios por este método de
regulación de la mecánica social
1432
Fundaci\363n Speiro