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Número 153-154

Serie XVI

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Las cooperativas agrarias

LAS COOPERATIVAS AGRARIAS
PONENCIA DE
J, GIL MORENO DE MORA
l.º La necesidad de la cooperativa radica en que el campo, lar­
gamente atropellado por todos los demás estamentos y especialmente
por la Administración,
oo puede

obtener que· se le haga justicia
tan
sólo con raronarnientos, sino que necesira poder constiruirse en grupo
de presión o frente agrario. Esto implica una cooperación de las
fuerz.as económicas más allá del cooperativismo ·clásico, integrando
por pacto todos los. grupos económicos verdaderamente campesinos.
2.º El cooperativismo agrario puede ser cuando na.ce espontá­
neamente un movimiento de verdadero derecho narural como eot·
porativismo económico de hombres unidos . por común interés y
finalidad, y debiera ser un cuerpo intermedio económico paralelo al
cuerpo intermedio
sindical en
el que se
actualizaría, en
el
aspecto po­
lítico, el ~ialismo agrario. Si el cooperativismo es de origen esratal
deja
de tener el carácter de hecho narural y entra&. graves peligros.
3.º El cooperativismo visto desde una perspectiva amplia que
pueda aceptar una integración voluntaria de los-campesinos no coope­
tivistas en un frente económico ha de luchar contra los intermediarios
para ser verdaderamente interesante para el conjunto de la Nación,
es decir,
para abararar los precios al consumo y aumenrar los precios
pagados al producror. Pero no se
trara de una lucha ciega de exter­
minio, pues el intermediario cuando es honesto da un servicio que evira al
campesino y al consumidor problemas. El punto clave es
simplificar la proliferación
absutda de
intermediarios
y dejar sus
ganancias en un justo valor buscando el justo precio de
los pro­
ducros en

todos sus esrados. El intermediario
debe ser

subsidiario a
la labor del campesino, qué
es la

primordial en la producción.
4.º Frente a la Administraci6n debe obtener el
cooperativismo
el reconocimiento de que el campo ha sido hasta ahora el más re­
percutido secror donde los impuestos
indirectos se acumulan sin de­
fensa posible, justificación de un trato
fiscal de favor porque además
todo el anterior desarrollo económico se hizo· a cosra del campo.
5.0 Para que todo esto sea posible es preciso llegar a un estatu­
to de cooperación agraria mucho más amplio
y agilizado que el
acrual,
más rico y generoso eo ideas y metas, y libte de la intromi-
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sión estatal, esencialmente nacido de abajo hacia arriba y con la
mayor espontaneidad,
variable según los lugares y regiones de Es­
pafia adaptado

a
cada ámbito, bien visto del consumidor de quien
puede ser el mejor aliado. Por
fin, debe ser ajeno a cada doctrina po­
lítica y
adicto únicamente al rea:liismo más descarnado, peto más total.
6.º Para ser vetdaderamente cooperativismo debe set de libre
adhesión, no obligatorio, limitado a
las metas específicas económicas
de_ su_ acción, pero su realismo no debe ser puro materialismo pues
la misión última del movimiento ha de set la defensa económica o
mejora económica de
la "casa" campesina en concepto espiritual
superior
al de la. etnpresa campesina. No debe caet en los peligros
que a continuación señalamos:
A) Peligros intetiores.
A-1) Tentación de injusticia: la de aprovechar la fuetza
pro­
porcionada

por la unidad
para obtenet precios mayores de los justos
o
destruir
las redes de intermediarios que no sean supetf!uas en una
especie de dictadura. del campo. A-2) Tentación de gigantismo: donde la tendencia a
estructuras
enormes

con brillantes instalaciones amortiguan y
acaban apagando
la

participación
personal de los socios concluyendo por entregar la
organización a

unos funcionarios-gerentes. Las asambleas gigantescas
donde nadie puede hablar y donde son posibles
rodas las dema­
gogias. El
cooperativismo debiera

multiplicar niveles para lograr la
formación en la base
de pequeños

grupos muy cohetentes y compac­
tos con asambleas reducidas en cada nivel,, porque cada grupo nombra
a. su representánte en

el .nivel superior,
y lograr así que los sufragios
sean
intet pares

competentes.
A-3) La

politización: intetferencia de causas
extetnas en la or­
ganimción
. .interna del

movimiento introduciendo ideologías, pasio­
nes
y partidismos ajenos a la meta profesión y actividad. Suele set
incitada por la apetencia de obtener los votos para el campo político
y fouosamente acarceala división y el ólvido de la misión.
A-4) Tentación de
tornar el coopetativismo como fin, cuando
no es más que un medio
para la mejor defensa y protección de los
intereses
económicos del campesino; en este peligro nacen varios
más
pues facilita

ideas utópicas.
O>ncluye entonces

transformando el
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movimiento cooperativista en un demento de presión más sobre el
socio que deja de
ser su

beneficiario último.
A-5) Tentación de no
limitarse a

su función.
El cooperativismo
agrario no es
para edificar un har o un cine donde personas de otros
seaores pueden

tener intereses coincidentes; debe
limitarse a la de­
fensa

de los
intereses agrarios y su fruto es sólo lograr más sanas
economías
de las empresas campesinas y facilitar su trabajo. No le
pertenecen actividades recreativas, culturales, sociales, etc., ni siquie­
ra políticas, pues estos son campos donde el campesino coincidirá
con hombres de otros
sectores. Ha
sido frecuente causa de fracasos.
A-6) Tentación de totalitarismo.
En cierto modo derivada de
la
anterior es
la tentación por la cual las organizaciones cooperativas
pueden
caer en invadir los terrenos propios de sus socios como em­
presarios particulares,
ahandonando 1a función esencialmente subsi­
diaria
y complementaria de las empresas; que no debe janiás meterse
en

lo que las empresas son capaces de
resolver por sí mismas. En
este peligro se llega a colectivizar no sólo los instrumentos de trabajo
sino las propiedades de las tierras y casas,
y la decisión del trabajo
de
cada bombre.
A-7) Peligro de

que ya no aparezcan hombres abnegados
ca­
paces de trabajar por el bien común, y · de que cunda . el desinterés
de los
socios hacia la marcha de la cooperativa, frutos ambos gene­
ralmente de los
peligros anteriores que alejan

al hombre de la base
de la
administración 'Y la aplicación de los beneficios obtenidos en la
cooperación, especialmente cuando ésta cae en rilan.os de funcionarios.
B) Peligros exteriores: todos provienen de lo apetitoso que re­
sulta
el movimiento por la cantidad
de hOn:lbres que agrupa, tanto
para
la Administración que los teme por adivinar en el cooperati­
vismo
un· posible

límite a su poder, como
para· las facciones políticas
con ambición de
conquistar el

poder.
B-1) Peligro de control por la Administración del Estado. Es
el que lleva indefectiblemente a una socialización de las cooperati­
vas, cuyo fin acaba siendó el
beneficio no
de sus socios sino del
Estado. Es el
Koljoz y el Sovjoz. Es el caminó · más seguro para re­
ducir al campesino a la más dura y moderna esclavitud social, sin
posibilidad de recurso o salvación.
B-2) Peligro de que poderosas empresas disfrazadas de coopera-
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tivas se apoderen del movimiento con daño del campesino aplastado
por el poder económico
agazapado tras las falsas cooperativas. El
verdadero cooperativismo no

se parece en nada
-ª una S. A.
B-3) Peligro de
politización por imposición. Son los cooperati­
vismos de origen político que ya
señalamos apoyados

en ideologías
ajenas al mismo campo· y que frecuentemente es concomitante con
los dos. peligtOS anteriores. Impone ideas de reformas continuas agra­
rias, no restauraciones agrarias; · fijan los objetivos fuera del campo
e inevitablemente se organizan desde arriba hacia abajo. Producen
también la
división:, cooperativa de derechas y de izquierdas, de los
que van a misa
y de los que no van, etc. Es camino para subordinar
la cooperativa · a '.otros intereses.
B-4) Peligro de hostilidad de la Administración, por motivos
recaudatorios: es el
caso de cómo más de uria vez la Administración
ha acaudillado
todas las oposiciones a la organización e implantación
de un estatuto
más amplio y eficaz.
B-5) Peligro

de inmersión en
orros movimientos
cooperativistas:
es lo que ha facilitado que la cooperación agraria
me7.clada con

las
cooperativas de viviendas, de consumo, de inversión, etc., no pueda
adquirir la verdadera forma agraria.
B-6) Peligro de imposición de una forma de vida esencialmente
ciudadana, con

la destrucción de sus formas peculiares
-propias.
Ur­
banización de

las
estructuras del
cooperativismo, predominio de prin­
cipios
esencialmente industrialistas o comercialistas que

no son apros
para resolver la ,verdadera problemática campesina. Anulación del
socio ante una
tecnocracia típicamente
ciudadana,
A estos
hay que

aañdir el peligro
más clásico de las cooperativas,
que es el de querer
acometer los procesos hasta la venta al detalle,
en el que tantos
fracasos se

han
cosechado. Esto en los sistemas de
"mercado-red"
es casi
imposible y sólo si existieran mercados sec­
cionales
como
los hay en la China Comunista se podría hacer algu­
na cosa. Esta es
la necesidad de ciertos intermediarios.
Conclusión: El cooperativismo
agrario necesario
es un
camino
indispensable pero dificil que necesita de una doctrina propia y de
una
formación de

los socios, así como de una
mentalización de
la
Administración
y del consumidor para destruir los prejuicios y de­
fectos actualmente en curso.
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