En defensa de la familia

EN DEFENSA DE LA FAMILIA
El 21 de enero, a las ocho de la tarde, la iglesia de los jesuitas
de
la calle de Setrano, estaba abarrotada de público. Un grupo de
jóvenes, bastantes de ellos conocidos de las Reuniones de amigos de
la Ciudad Católica, se propuso hacer un acto en defensa de la fami­
lia hoy atacada desde múltiples, y algunos verdadetamente insos­
pechados, frentes.

Se pusieron a ello con un
enruiiasmo verdadera­
mente desbordante. Los que les veíamos, ya desde el escepticismo
de los años, no éramos ciertamente demasiado optimistas ante el
resultado posible de una actividad que les consumió buena parte de
sus vacaciones de Navidad. Se reunían, hacían visitas, pegaban car­
teles,
repartían propaganda

y estaban convencidos de que el acto
iba
a resultar un éxito.
Y así fue. Sin otra propaganda que su trabajo. Con el silencio
de la gran prensa
y de la televisión. Con incomprensiones y recha­
zos, que en nada les amilanaron, dieron un
ej,etnplo de
que la
fe es
capaz de mover las montañas. Porque la montaña de la indiferen­
cia, de la comodidad y de las ocupaciones se movió. Y primeto llenó
los bancos.
Y luego los pasillos. Y a las ocho de la tarde, ya no
cabía un alfi!et.
Para demostrarnos lo que puede una voluntad decidida. Y, sobre
todo, la ayuda de Dios cuando
se trabaja por su causa. La convocatoria,
necesariamente, sólo pudo llegar a un pequeño ámbito de católicos.
Si hubiera sido apoyada por quienes podían
y debían, los miles de
personas que se reunieron en la iglesia de los jesuitas fácilmente
se hubietan multiplicado por cien
y España hubiese presenciado cómo
trescientos mil o
medio millón

de madrileños se reunían para
pro­
clamar

la ley de Dios
y para mostrar su repulsa al divorcio, al abor­
to,

a
la pornografía, a la enseñanza laica y exclusivamente estatal. ..
a todo Jo que se opone a
la familia católica.
Porque el acto ha sido una demostración más de que los católi­
cos españoles sólo se mueven por unos valores que merecen la pena
y que no cambian con el transcurso de los años. Quien los defienda,
tt""ndrá tras él a un pueblo que ha demostrado en mil ocasiones que
la dificultad, lejos de arredrarle, le hace
crecerse y superar toda
adversidad.
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Fundaci\363n Speiro

No me detendré en la profesión de las verdades auólicas sobre
la familia que aquellos jóvenes hicieron desde el altar -Henry
Johansson, María Teresa Morán, Javier Bocanegra-, en la palabra
del
Secretario de la Confederación Católica Nacional de Padres de
Familia, en la homilía del P. Bidagor ni en una misa emocionada
y
emocinante en la que se pidió a Dios · porque los hogares españoles
siguíei:an siendo lo que siempre han sido. Allí había un solo eotazón
y una misma esperanza. Con la ayuda de Dios y con nuestto ttabajo
podernos

hacerla realidad. Tenemos que
hacerla realidad.
FRANCISCO JOSÉ FERNÁNDEZ DE LA 0GOÑA.
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