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Número 181-182
Serie XIX
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Autores
1980
Juicio crítico sobre la teoría marxista de la libertad como liberación de la necesidad
JUICIO CRITICO SOBRE. LA. 'l'EORIA MARXISTA.
DE LA. LIBERTAD COMO LIBERA.CION
DE
LA
NECF.SIDAD
,OR
MlcHBLB FBDBBICO SclACCA ( t)
Entre otras muchas maneras, •la libertad humana ha sido definida
negativamente como ausencia de violencia y de constreñimiento. In·
cluso el ambiente, · social o físico, con. sus sjtuaciones desfavorables
u
hostiles, es
una forma de violencia y de constria:ión. En este caso,
según Marx, el hombre habtá realú:ado plenamente s11 libertad cuan
do se halle :Jlberado de la hostilidad de las fuerzas físicas, co,nocién
dolas (lo que es tanto como dominarlas), y de las CQllstricciones eco
nómicas, eliminables a través de utla orgaruzaci6n racional de la so
ciedad. Los dos momentos del proceso de liberación se hallan en
estrecha
conexión; se trata de conocer la naturaleza para dominarla
al servicio del hombte, para que, a través del trabajo, sea cada vez
más
productiva
y
pueda proporcionar bienes econ6micos para la sa
tisfacción de las necesidades "materiales" 'del
hombre en un orden
social, cuya perfecta organización se realiza' con la actuaeión de la
ecuación perfecta (dinámica en cuanto sigue el progreso histórico)
entre
la "cantidad" de los bienes producidos y la "cantidad" de las
necesidades por satisfacer. El día en que ral orden se reafu:e, el hom
bre será el señor de la naturaleza y de sí mismo; cada hom
bre será el señor de su libertad porque ésta níJ se verá limirada por
una necesidad insatisfecha
{no "enajenada") y todos en general serán
libtes, gozando
de
libertad con
respec::to a · la
necesidad, y
hermanos
en la solidaridad del trabajo para ,la conservación de la libertad
solidaria.
Otras
necesidades no
materiales,
aun admitiendo que
sur
gieran
~parece que
no,
,porque la moral y la religión son para el
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Fundaci\363n Speiro
MICHELE FEDERICO SCIACCA
marxismo superestructuras propias de determinadJIS estructuras eco
nómico-sociaJes y, por .consiguiente, de ,formación histórica), serían
llllA eflorescencia de aquel orden social y, por consiguiente, tam
bién tendrían raíces económicas, por Jo que quedarían satisfecllas
con
las necesidades
materiales.
Desde el principio, esta -doettina se presta a una crítica interna.
La ecuación cantidad de necesidades-cantidad de bienes producidos
no es
realizable, ya que la cantidad, precisamente por ser cantidad,
no tiene límite, es indefinida, · siempre se puede aumentar; un
aumento cuantitatiVOi de. bienes obliga., .por. ·fuert.a, a un aumen
ro de necesidades que, a su vez, provoca un nuevo aiumento de
bienes,
ry así sucesivamenTe. Por consiguiente, siempre habrá ne
cesikla
gotable proceso
de
liberación y no: la liberación efectiva; es decir,
nunca tendrá
lugar
la Iibettad, , que es identificada por el marxismo
con la libernción de la netesidad.
A la necesidad mareriai Je corresponde, precisamente por serlo,
la expectación de un "placer". El apetito, por ejemplo, aumenta
la atracción liedonística: el placer de satisfacerlo y el gusto de comer.
Cuanto más
se rebela la libértad y se opone fa voluntad a la satis
facción
de la necesidad, tanto más nos acosa :r nos apremia diclia
necesidad, aumentando cada vez más la atracción del placer virtuO!l.
La
llbertad
es
oprimida por la necesidad, es esclavizada por ella; en
cambio,
si la
necesidad es
satisfecha, se libra de ella y se siente libre.
Por consiguiente,
Hbertad y necesidad satisfedlia van a la par, o
mejor didho,
la libertad no es más que la necesidad satisfeclia y el
placer que
de
ello resulta. El hombre que 'ha satisfecho sus necesi
dades materiales
se siente ligero, eufórico, liberado. Biológicamente,
se hallan en relación constante
la libertad y la necesidad -satisfeclia.
La necesidad es !o opuesto a la libertad, pero la oposición es dialéc
tica:
la nacesidad hace brotar el deseo de liberarse de ella y, una vez
satisfeclia, se actúa la libertad, que,
solicitada por otras necesidades
o por
sí misma • nacida de nuevo (bien sea por el placer · que pro
porciona o
en virtud de
la misma namra!lem), vuelve a plantear su
ulterior liberación en
la satisfaoción. Yo no -me siento prisionero de
la necesidad si, no teniendo. hambre, no tengo qué comer; la mon-
Fundaci\363n Speiro
LA TEORJA MARXISTA DE LA LIBERACIÓN DE LA NECESIDAD
ja es libre en su celda si oo siente la necesidad de salir. Pero si
tengo
hambre y no tengo qué romer, y la monja tiene ganas de pa
sear y no puede salir, entonqes, a causa de dos necesidades diversas,
oos sentimoo oprimidos: nuestra libertad es 1imitada, impedida, es
clavizada. En pocas palabras, cuando hay necesidad no hay libertad;
cuando hay libertad la necesidad está satisfecha o, mejor dicho, la
libertad es, negativamente, la cesación de la necesidad y, positiva
mente, el
placer que de ello se obtiene. De este modo, la libertad
viene a ser un pará:gra:fo de la biología animal y del hombre en
cuanto
vida biológica. Poco importa que
el hombre tenga la razón
que J.os demás animales no tienen, bien · porque para el marxismo
también la razón (el espfriru en general) es un producto de la evo
lución de
la materia (1), bien porque la razón es uno de tantos
medios de que disponen los hombres para advertir necesidades que
los
otros anima:les no sienten y para producir bienes adecuados para
satisfacerlas. Por esto, también los llamados bienes espirituales, al
igual
que
el mismo espíritu, tienen raíces materiaks y nacen o de
ne<¡esidades 1insatisfedbas y de la necesidad de satisfacerlas o de ne
cesidades
apagadas. Pero,
en
rigor de
verdad,
no esramos busawdo
aquí
una
liberrad que sea el resultado de un equilibrio fisiológico
y biológico, es decir una no-libertad, sino la libertad que, por serlo,
00 es en modo· alguno wi resultado, ,es decir un derivado O Ja re•
saltante
de
un conjunto
de situaciones o
de
condiciones; aquélla la
estudiaríamos mejor a ttavés de la observación de un hormiguero
o de
una colmena, tipos caracrerístiros, según dicen los entendidos,
de organización perfecta
y, -¿por qué no decirlo?-, "racional",
(1) Si la ra:z6n es un -producto del dinamismo y de la evolución bioló
gica, se sigue que: a) la razón no es propia. de 1a naturaleta humana. en
cuanto tal: ha nacido en una fase . evolutiva del animal llamado _hombre,
sigue las vicisitudes y las ada~ion~ de su evolución biol6gica y podrá
transformarse o desaparecer en una fase futura; b) es una manífesttd6ri
biológica
como las demás· y, por
COnsiguiente~ no élifiére cualitatiVam.ente
dé
ellas;· ·e) si la, razón es un producto evolutivo, lo es también la libertad,
como cualquier· otra actividad espiritual;· -JJ por consiguiente, la. libertad,
metafísicamente, es el. resultado de la_ evolución· de la u:iateria, y psi coló~
gicam.
ente es el resultado de la evoluci6Íi social. Lo · que equivale a decir
que la libertad no eriste. , -, ·
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MICHELE FEDERJCO SCIACCA
si la razón se reduce a instrumento técnico, a mecanismo de pro,
ducción y de
distribución
CUljlltitativa de
bienes
económicos, de
acuerdo
con
la cantidad
correspondiente de
necesidades materiales;
es
decir, a un
cálculo que
fos
otros con
el solo instinto y guiados por
sus necesidades.
Al llegar a este punto, la teoría marxista de la libertad tiene
necesidad
(precisamente una gran "necesidad") de ser un poco
más inteligente, que es twl!Q COlllO decir un poco más "humana";
tiene
necesidad de
justificar mudias de sus afirmaciones y sobre todo
su inicial metafísica materialista, postulada con dogmatismo que
co
rre parejo con su tosquedad y puerilidad; y mientras
no se
haya
"liberado" de tales "necesidades" (para
cuya satisfacción no
hay
más
alimento
que el del
discurso crítico y racionalmente justificado),
se verá "oprimida" por ellas y, por tanto, se hallará "enajenada".
El pastor leopardiano se pregunta por qué el
rebaño que
yace
sobre la hierba, a la sombra, reposa cont!ento mientras que él, en
cambio, cuando hace como
el rebaño, no logra despejar la mente
de "un fastidio";
"un
aguijón" "•le mete"" y, precisamente entonces
que
no tiene
necesidades materiales y que no desea nada ni tiene
"por
qué llorar"', "no
logra
hállar paz ni sosiego"'. La respuesta no
es
diiícil: ¡,ruque el pastor
es un
hombre y no una oveja ni ningún
otro animaJ que cobre paz y contento en la comida, en la bebida
o en el
sueño. Y, como hombre, no sólo tiene necesidades mate
riales,
y nó sólo desea bienes materiales para satisface,,las; también
(y sobre todo) tiene necesidades espirituales y exige bienes de la
misma
naturaleza; · además, los valores espirituales
no son epifenó
menos de
una estructura econ6mim o social, basta el punto de que
no
nacen, no desaparecen ní se transforman con ella. No es snfi
ciente
la.
ciberaci6n de la necesidad
económica, pues ni es ni da
libertad espiritual; es -
y da libertad económica, que puede ser una
condición para la actuación de la libertad espiritual. Si la libera
ción de
la necesidad (
o de
cualquier otro limite) nos
hiciera
auto
máticamente Íibres,
no hábrla libertad; si la voluntad, alejada la
necesidad,
quedara_ ilibre, ,su , libertad _ serla · la libertad de la piedra
que,
quitando el
sostén que
le impedía caer,
cae "libremente".
La
libertad no es el producto mecánico de una condición· favorable o
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LA TEORJA MARXISTA DE LA LIBERACION DE LA NECESIDAD
de todas ellas a la vez, como si fuera el efecto nwesario de su con
dición
o
de sus condiciones, que en tal caso serían "causa" y, por
lo tanto, no ya "condición". La libertad deriva de sí ¡misma y es
ella
!a que transforma los límites, en condición de su ejercicio. Si
una condición fuera la causa de !a 'libertad, ésta sería su efecto ne
cesario
y, por esto mismo, no libre o
el, resultado determinado y
mecánico
de
una combinación
de
condiciones. Las condiciones pue
den favorecer u obstaculizar la l!ibertad, no producirla; o la liber
tad
es antes
que ellas, o no
lo será después como resultado de ellas.
Pongamos por ejemplo una sala de conferencias, con aire acondi
cionado en invierno y en verano, dotada de cómodos sillones, abier
ta a
la hora más oportuna para escuchar y para hablar; supongamos
también
que en ella se encuentran el aud
tes en
las mejores condiciones físicas. ¿Son suficientes todas estaS
oondiciones
favorables
para que quien hable diga cosas interesantes
y bien di
que
oye y saque provec!ho
de lo
que se dire? :Del mismo .modo,
todas las· oondiciones favorables que puedan· imaginarse servirán pa
ra facilitar el ejercido de la libertad, pero no para hacer libre a
un solo hombre. Quien tiene hambre y quien oo siente esta necesi
dad (ni ninguna otra necesidad =terial) tienen la misllila libertad,
es decir
el
mismo rpoder de querer libremente,
aunque. en condicio
nes distintaS. Ahora bien, la diversidad de las condiciones podrá
ser un 11.m.ite, pero no !la causa por la que es producida o negada la
libertad. Puede ser espiritualmente libre el indigente; aunque se
halle privado de libertad económica y oprimido por las más ele
mentales necesidades, como puede ser esclavo del mal, del
aburri
miento o
del sufrimiento, quien
no carece de
nada y tiene Jo necesa
rio
y Jo superfluo,
es decir, quien se llalla liberado de la necesidad.
Haller depender la libertad de '1a sola satisfacción de las necesidades
materiales es dar por supuesto que no hay libertad y que el hom,
bre no es un ser libre; no es fundar la libertad, es partir de una po-
. sición
que por sí
misma la elimina. . La libertad no es el resultado
de una sensación agtadable, 1li el efecto de un deseo satisfecho. El
hombre no sólo tiene estas necesidades; también experimenta me
lancolla, abutrimient0, triteza,
dolores
físicos
y III!Orales, sentimieo-
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MICHELE FEDERJCO .SCIACCA
to de. vado, .de la nada, desesperación, muerte. F.s indudaqle que
el hambre y la miseria agudizan y hasta engendnu> estados. de áni
mo angustiosos y desesperados, pero no ,e,¡ s6lo la necesidad material
la que los engendra; satisfecha dicha nece,¡idad, la me;J.ancolía, el
aburrimiento, -la tristeza, el vado y la desesperación siguen acome
tiendo al hombre y precisamente por otros motivos. El remordi
miento por el mal hecho se podrá olvidar cuaodo el bambie retuer
ce
el estómago y la sed quema la garganta, pero, satisfechq el ham
bre y apagado el .ardor, vuelve el .. remordimiento y la libertad lo
snfre y sufriéndolo se libera y se actúa. Pero ésta es obra del espí
ritu, porque sólo_ en el ,espíritu y, como espiritwil, la libertad tiene
un
sentido
humano, el sentido que le es propio.
Marx tuvo presente la clase que él llamaba proletaria, afligida
por
el
egoísmo de
la clase burguesa y por miles de necesidades ma
teriales, iocluso elementales, e hizo bien en denunciar la explota
ción y reivindicar para los_. desheredados condiciones "humanas"
de vida. Pero el marxismo no sólo es esto, es mucho más que esto:
es
una concepción del hombre, de -la sociedad y de la historia que
ofende a la misma !111maoidad que pre•ende transformar y mejorar;
sobre
todo,
ofende
al· pobre,
en el
momento en que
se
imagina darle
la libertad y la felicidad. Si, para el marxismo, al proletario le es
snficiente
para sentirse libre ry feliz con
sidades
materiales, con
gozar de cuanro l:iay que gomr en el mundo
en buena armonía con
sus ..:,:nejantes,
de modo que
todos tengan
su
participación en
el
goce, demuestra,
por
otra parte, del proletario
(y del hombre en general) un concepto inferior .. La humanidad pro
funda
del. hombre, su
espiritualidad, es
despreciada y
,envilecida. El
santo dolor de
la libertad empeñada en la focha entre el hlen y el
mal,
sufriendo
por no ser nunca plenamente libre, ese dolor de
la libertad que sabe sufrir, llorar y aceptar, que sabe ser buena y
hermosa, es ofendido precisamente porque se cree que se le puede
apaciguar con un pedazo
de
-pan y con una diversión cualquiera.
Este razonamiento parte de una premisa arbitraria que lleva
implícita una metafísica elemental, iomedlata, empírica: el hombre
es un animal como todos
los otros;
el llamado espíritu no es más
que un
producto de fa evwución, lo mismo que el cuerpo, sujetos
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LA TEORJA MARXISTA DE LA UBERACION. DE· LA NECESIDAD
ambos a ottas tra,nsformaciQnes; por <;011Siguiente, el hombre sólo
es
materia orgánica
que
evoluciona his$icamente y, evolucionando,
se organiza y articula, de dist:inros modo&. Por lo tanto, el bombre
no
tiene
más que necesidades materiales y la organización social
se
halla determinada por ellas ( en un proceso dialéctico, en virtud
del cuad el ambiente es producido o modifi=lo por el hombre, y el
hombre, a su vez, se halla influido o determinado por el ambiente)
y, por consiguiente, por U1lJl sola estructura, la económica, puesto
que las necesidades .materiales se satisfacen con los bienes materia
les. 1ll hombre, estimulado por la necesidad, es un $11jet0 de pro
ducción
y de
consumo: produce para consumir, lo que equivale a
decir que e,! hombre es un sujeto destinado a gozar; trabaja para
procurarse los bienes que satisfacen sus oecesidades materiales, cuya
satisfacción le
procura el goce "pet.ecido. . Si logra satisfacer todoo
sus deseos materia:Jes (y en este caso hay que incluir la visita a un
museo
de arte, a la cual
proporciona un goce también material), es feliz y· es libre.
Incluso puestos en el a,ro en que las necesidades del· hombre
fueran todas ellas materiales, la teoría marxista· de la libertad no se
ria verdadera.
Una sociedad en la que cada individuo tubaja y tiene
la
cantidad de bienes
correspondientes
a sus n«esklades, de
tal
modo que logra satisfacerlas todas, no · es una sociedad de seres li
bres, en la que los individuo,; componen e,! reino de la libertad, si
no U1lJl sociedad en la que no hay libertad, en la que los individuos
que
la componen no son seres a cuya naturaleza le pertenezca la
libertad; es el mismo caso de une sociedad animal, que, otgaoizada
económicamente,
no comporta la presencia de la libettad, precisa
menee porque a la naturaleza de los viwentes que la componen no
lé es inherente la libertad. En el caso que estamOS considerando, la
libertad de cada uno y de todos seria la resultante de U1lJl organi·
zación, de un "plano" racional y racionalmellte realizado, aunque
sea verdad que tal plano es debido a la actividad hu.mana. En otroS
términos, un grupo de técnicos de la producción y del consumo, al
hacer un cáilculo por el que se establece la suma de necesidades
vitales de [os individuoo, y se le asigna a cada uno un número de
horas de trabajo según sus· capacid..des, de modo que el "tánto"
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MlCHELE FEDBRJCO. SCIACCA
global de trabajo dé el "tanto" global de ptodua:ión suficiente
pata satisfacer el "ta.nro global." de necesidades, una v,e,; que ba lle
vado a cabo este plan según- una disciplina reguladora de todo el
ciclo productivo, Jo Iba .lhedto todo, no necesita máo; ésta es la lli
bettad, todos son libres. De este · modo, !la llibertad no es una con
quista que el indi\'iduo !hace por su cuenta y r.iesgo, aun en deter
minadas situaciones que no pueden desconocetse, es decir, una ini~
ciativa, una potencia Jnrerior y espiritual, sino sólo el resultado
mecánico de una organización d
de
producir, lo
mismo que un especifico farmacéutico, a ttavés
de una combinación bien calcu:lada de ingra!ientes económicos.
Sin embargo, al llegar a este punto, nos damos cuenta de que
el
discurso sobre ia libertad está aún por comenzar, porque hasta
el momento presente se 1m habládo de cosas distintas: de economía
y de libertad económica. El rnancisino respondería a nuestra ob
servación: "La !libertad económica es toda ila libertad, y se reafua
precisamente
a ttavés de ja organización del trabajo,· de la produc
ción y del consumo". Nada tendrfumos que obj= en el caso de
que,
primeramente, nos hubiera: demostrado que el hombte es un
animal entre tantos, que el espí,ritu es un subpooducoo de !la mate
ría y que vivir como !hombres l!Mo significa satisfacción de las
necesidades materiales, cubiertas !las cuales, el hombre no tiene otras
ni tiene OtraS aspiraciones. Verdadi,t,,roente, si se parre del presu,
puesoo de que di hombre es un ptodUCtO die la evolución narural,
de
que
su
origen reside ,en un grado de esta evolución, de que él
vive ,p<1t0 míllltenerse materialmente en la vida, de que no es capaz
de
otros gores fuera de los que las cosas y su -bajo pueden pro
curarle y de que roda otra necesidad nace de su condición social,
por
[o que, reafuada la sociedad perfecta, cesa la "enajenación"·,
bastando,
·por consiguiente, que tenga los medios económicos pata
satisfacer estas necesidades suyas a fin de que se sienta satisfecho
y contento de
vivir, no
!hay duda
de que la
iibertad económica es
toda la libertad que el hombre puede tener. Bfectivamente, pero
es ,toda la libertad porque se ha presupuesto que el hombre· sólo
tiene necesidades económicas, es decir, porque se le ha "imagina
do" de una cierta manera; porque se le ha negado .en el punto de par-
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LA TEORJA MARXISTA DE LA UBERACION DE LA NECBSlDAD
tida, negándole precisamente la libertad espiritual; p<>n¡ue se ha hecho
de él un animal idéntico a los otros, cuya difetencia específica ya no
es la razón, habida cuenta,
de que
también ésta es facultad materia,!
y medio para producir· y procurarse bienes econ6micos para sus
necesidades materiales.
Sería mejor decir que
la J.ibertad no es de
la
competencia del
hombre,
como decimos que tampoco lo es de
las abejas o de las hormigas.
Según
la teoría
¡tl]!ll.008ta, es libre el hombre que puede dispo
ner de \os medios económicos para satisfacer fas propias necesidades.
Imaginémonos
por un momento este tipo de hombre. Aquí lo te
nemos:
tien~ apetito y con qué satisfacerlo; tiene sed y con qué
apaciguarla; tiene
sueño
y un iechQ pata dotmit; tiene el deseo de
asistit a una competición deportiva y dispone del dinero para saca,
la entrada; quiete visitar una ciudad y coge el tren, e«:. Un hombre
así, que trabaja y ,produce todo cuanto es suficiente para satisfacer
todas sus necesidades y acaso más basta ,éJ punto de poder ayudar
a otra a hacer otro mnto, vendría a ser .,,1 tipo del hombre libre, el
hombre
liberado de ia necesidad. Pero, ¿quién reconoce, en este
tipo
de hombre libre,
e1 ,rostro de la libertad? Hasta puede habet
realizado la plena
libertad económica, y ser i~re un misera
ble, un desgraciado o un désventurado, un pobre esóavo dé sus ne
necesidades satisfedbas. Además
de
esto, y dejando a un lado el he
cho de que el hombre tiene otras necesidades y nuooa puede libe
rarse de todas ellas, desde el momento en que siempre le falta algo,
tal libertad económica es una de las libertades, no es la libertad,
y sólo tiene sentido si existe [a libertad espiritual y se '1alla en re
lación con ella. En efecto, por sí sdla no es libertad, porque:
1) No tiene sentido la libertad sino en relación con. el pro
blema
del bien
y del mal, es decir, si no es libettad moral, la única
por la que la voluntad es vdluntad buena o voluntad mala, según
que
quieta o no quiera de
acuerdo con la notma. En la libertad
económica
ni siquiera
se
plantea este problema, se suprime como
supetestructuta
de una determinada estructura social· (la burguesa).
En
cambio,
se plantea otra: el de la producción y disttibuci6tr¼
los bienes económicos con vistas a satisfacer las necesidades vita-
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MICHBLE FBDBRJCO SCIACCA ·
les dtll hombre, problema de la vida animal y no de la vida !llora!,
del vivir
y
no
del sentido del
vivir.
O, mejor dicho, también. del
sentido y del fin del vivir, pero en, el que el sentido del vivir es
el mismo vivir, y el fin producir ios medios para vivir y satisfucet
las necesidades de la vi~ orgánica, que, ·satisfechas, haa,n que !.a
misma vida sea g<>zada y; en cuanto gozada, fdiz. La ley económi
ca es la única 1ey moral y el bien y el mal sólo son el bien y
el mal económi<:06, y la virtud suprema, a la que se han de reducir
todas las demás, es la justicia social, ·enterulida romo fin en sí
misma, es decir como el máximo de los bienes, romo el bien. Don
de
hay petfecta justicia social, b"f pettecta sociedad virtuosa y es
petfecto cada uno de sus componentes, es decir j "virtuoso" con
perfecta virtud "económíca"! La moral es la misma economía so
cialista, sus leyes son las de esta economía, las acciones "buenas"
son ias "económicamente" productivas. Pero nna libettad que no
tiene
sentido mota! y cuyo sentido mota! es absorbido, suprimido
y negado por el sentido económico, no es libertad. Cuando se ha
bla de ella, se 'habla de otra. cosa, no de la iibert:ad-Por sí sola no es
la libertad, porque;
2) La libertad económíca, tal y como se realiza según el sis
tema marxista, no es la acroadón de -tla iniciativa del individuo,
sino. el resultado de un "plan", el cual se puede actuar precisamen
te privando de
la
iniciativa al individuo, encuadrando su trabajo
en un
engranaje, del que él es un diente que debe funcionar se
gún las exigencias del mecanismo. A esto . se objeta diciendo que
es un sacrificio temporal con el fin de
que !la humat:llidad realice,
en
la perfecta sociedad socialista, la perfecta libertad. Lo daremos
por bueno, peto aun cuando se realfaara tal libertad perfecta, no
setía obra de !la libre actividad de los individuos, sino la resultante
histórica de un proceso, es decir, algo que no es del :hombre sino
que le viene dado desde el exterior. El individuo necesita inttodu
cirse en
el plan, y
una. véz.integtado en él,
se sigue
la libertad; algo
asl
como
sucede cuando, al·
introducir una mooeda en !la máquina
que:expende billeres de entrada a una estación, se pone en· marcha
el
mecanismo,
. funciona
y
nos da, confeccion,ado, el ped'IZO de papel,
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LA TEORJA MARXISTA DE LA UBEMCION DE LA NECES!DAD
por medio del cual SJ>y "libre" de entrar, pero teniendo en cuenta
que tal
'libertad me la. ha. fabricado la máquina, sin tenerme a mí en
cuenta., hasta el . punto
de que
siempre está allí pata fabricar bille
tes !J?Ot medio de los cuales se obtiene la libertad de lk¡¡ar a 'los
andenes, acaso para dar un paseo (2), .Ahora bien, una libertad ,ecc;,
nómica
que
es ila resultante de un plan que funciona como una má
quina y del que 'los hombres vlienen a ser romo las ruedas, los lu
bricantes o los
dientes, ni siquiera una libertad ~ca, preci
samente
porque no es
obra de
la libertad del llombte. Y es que J,
libertad econ6m!ica, pata que sea esta lib=d partiarlat, presupone
la libertad sin adjetivos, puesta la cual, es posible, entre Jas otras
libertades,
incluso la economía. Pero si se . niega la libertad, ¿qué
l10ertad porrlicular i,e podrá realizar? Sólo la que es realizada desde
un plan, es
decir,
una hbertad que se ~e da
al
hombre desde el ex
re.tior, Jo mismo que la máquina de hl estación le entrega el billete
de andén.
Pero el marxista pooe la objeción de que, sin el "plao", no
es
posible disciplinar el egoísmo de los individuos, liberar al hom
bre d.el egoísmo individwd. ,A través de la. disciplina de la organi
zaci6n justamente racional y del preciso funcionamliento técnico,
aquél · se educa; .la escuela del trabajo de IIOdos para el bienestar de
la
colectividad forma
una
coru;iencia sooia!I, la cual impide que los
egoísmos individna!es
o de
una clase .se sacien .con daño de otros
individuos y de otra clase. Indudablemente, hay en estas afirmacio
nes. un
sentido
de
humanidlld y, digámoslo también, de altruismo,
pero el a[truismo social aún no es e1 moral; es un altruismo útil,
que
es cosa distinta del bien ~ Es. cierto. que la disciplina de
los
egoísmos desenfrenados
es
un bien social y tiene una moralidad
(2) Es verdad que la máquina no funcionaría si yo no introdujera una
moneda y .no hiciera girar 1a manivela; del mismo modo, el «plan» no-se
realizaría sin la colaboración de los individuos. 'Pero esto no modifica· nada
de cuanto estamos idilciendo, ya que no es libre el acto de insertarse en él
por ser dialécticamente (e hl$tóricamente) determinado y porque la venlll
dera libertad está, no en los individuos-, sino en la sociedad de que forman:
parte y precisamente reside en ella. como . tesultant:e de esta-organización
social.
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.MICHELE FEDERJCO SCUCCA
intrlnseca, pero tal disciplina sólo tiene sentido IDOral de cata a la
realización de una
condición
espitituá!l, que ya no es solamente al
truismo social. También es verdad que el marxismo le asigna al
proletario un
cometido hasta "heroico",
digámoslo así,
ya que, da
da su concepción
dialéctica, le
hace batirse frente
al capitalismo
en
una
lucha que
pretende
destruir al mismo capitalismo y al prole
tariado, precisamente porque
en fa "sociedad homogénea" ya no
habrá
c:Iases y,
por
lo tanto, ni siquiera la proletaria, que existe
como antítesis dialéctica de la capitalista; ,pero, precisamente, la so
ciedad
homogénea
es la actuación de !la economicidad total del hom
bre
y,
pot consiguiente, de su no-mo!
otros términos, no se libera el hombre del egoísmo educándolo para
satisfacer el propio, de modo que con ello :no ;mpida que los otros
satisfagan ,el suyo, y además les ayude a satisfacerlo. Ti! educación
podrá todo
lo más
llegar a este .resultado:
a fuerza de
frenar el pro
pio egoísmo de modo que coexistan los de los otros, se llega a
adquirir
~¡ hábito de ser egoístas de manera que incluso los otros
lo puedan ser, ·es decir, a ser "altruistás" hacia el egoísmo ajeno,
para que los otros lo sean para con el nuestro. Pero esto no es edu
car
al hombre para que
se li'bere del egoísmo, sino instruirle para
que sepa é6mo ser egoísta en una ~edad en que todos lo saben
ser. Por esto,
digámosdo una vez· más,
la libertad
económica no
es
por sí sola
una libertad, porque:
3) para serlo nece.ita, ,en :primer lugar, que los hombres sean
libres precisamente respecto de
la libertad económica, entendida
como plena actuación de !la Hbertad. En otros términos, si la liber
tad económica significa satisfacción de las necesidades inmvidua!es
(lo que equivale a decir que no existen para el hombre otros bienes
fuera· de los subjetivos o subjetivamente queridos) y, por consi
guiente, del egoísmo ( querer los bienes subjetivamente es querer
los para la ,¡,roplia felicidad individua1 y, en nuestro caso, tal felici
dad es de orden material) y es indenrificada con la libertad tout
court, ella misma, liberando al hombre de la necesidad, Jo encierra
en
el egoísmo satisfecho, lo
reduce a
allgo solamente
"terrestre".
Ahora bien,
para ser libre y realizar una solidaridad humana, el
28
Fundaci\363n Speiro
LA TEORJA MARXISTA DE LA LIBERACION DE LA NECESIDAD
hombre, si de alguna cosa debe libetarse, es precisamente de la i.ibei:
tad económica
así
concebida, ya
que en tal caso didba libertad no
es
una condición del
ejercicio de . la llbettad, precisamente
porque
es su
negación, su máJcirno impedimento en cuanto sobrevaloración
d
vocación
fundamental de lograr. el
máximo
goce terreno; y todo
esto en
razón de
que todo se reduce a esta
vida, no existiendo nada
fuera de ella. Un hombre convencido (y éste es el tipo de hombre
mmista) de
que sólo de
su corul.ición sociai depende la realización
o
el fracaso de
su libertad, y que e1 bienestar eoonómiro es el prin
cipio primero de su
perfección de
hombre, aun
ruando goza,• del
mejor y más regulado bienestar, habría realizado, precisamente en
tonces,
su
petfecta esclavitud y se •habría negado íntegramente a sí
mismo romo = ~ibre. m dominio de las cosas a través del trabajo
viene a ser en
tal caso el dominio :,bsoluto de las cosas sobre el
hombre;
la satisfacción de las necesidades naturales es la capitn
lación del
espíritu ante
los instintos
el.ementales de
la
naturaleza y
la entrega incondicional de la libertad a · 1os estlrnulos del aierpo
y al placer de satisface,,los. Para que la 1ibertad económica sea una
condición
del ejercicio
de
la libettad espiritual, es necesario que el
hombre
posea ante todo un estado de libertad que fu haga duefio
(y por fo tanto libre) de sus necesidades, de modo que la satisfac
ción de
éstas no sea un acto económico, sino espiritnai (3). Sólo
(3) Téngase presente el pasaje evangélico de la mú!tiplicaci6n de los
panes
y de los peces (Mat., XIV, 13-21). La turba que "sigue a Jesús hasta
la tarde no siente otra necesidad que la de seguirlo :Y escucharlo. De sus
necesidades se arn:erdan los discípulos { «el lugar es desierto y la hora está
avanzada»)~ Jesús multiplica los · cinco panes y if.os dos peces 1 da de comer
a los cinco
mil. El pasaje es en extremo· significativo: no es la necesidad cor·
p6rea la que «deja en suspenso» la actividad del espíritu -iimponiéndose a
él,
sino que
-es el
mismo
espíritu ·(los discípulos) ·el -q_ue, paSada la ·hora,
decide satisfacerla:
la iniciativa de satisfacer el cuerpo ·es suya y no del
mistn()" cuerpo, La turba acepta para estar en· romli&iones de seguir aún a
Jesús y de escuchado, como para que -el espíritu continúe teniendo su ·ali~
mento espiritual. Libertad, antes de comer, en el< acto· de e.omer y después
de haber comido. ·
Por otra parte, sin embargo, no -~ escapar que la ·observación de los
29
Fundaci\363n Speiro
MICHELIJ' FEDERICO SCIACCA
cuando el hombre está profundamente convencido de que los bie
nes
materiales son instrumentales y de que su libertad humana no
se realiza satisfaciéndolos, sino que sólo se ve facilitada cuando sé
apacigua la oecesidad, no solamente por el placer que ello propor
ciona
sino pata continuar
haciendo sagrada entrega
de
la propia
vida
y para que también ,el cuerpo sea el colaborador del espíritu,
sólo entonces, digo, los bienes económicos son condici9t1 del ejer
cicio de
la libertad; además, dejan de ser "materiales", aunqu,, sean
"materiales"
los actos con que se producen y se llevan a cabo. En
estos actos eiciste el espíritu, son actos del espíritu. Sin embargo, en
tal caso, la condición económica no realiza
la. libertl!d, no hace que
el hombre sea libre; ya Jo era antes. Y a¡ando no lo es y es esclavo
de la. tierra, ninguna riqueza podrá ibacerlo libre por un solo instan
te; más aún, su l>ienestar Je despertará egoísmos y deseos siempre
nuevos,
y él se anegará en el torpe bienestar que, si bien Jo libera
del malestar físico, le
arrebata
el bien espiritual En una perfecta
sociedad económica, el hombre no sería libre de las necesidades
materiales,
sino
de
la libertad en cuanto tal, de ser hombre. A este
nivel, el
bienestar es
letal. O
se es !libre en el cumplimiento de la
ley moral y en la rec1'itud de la vo'luntad o, en el mundo, nada
pndrá 1hacer libre 'a. un solo hombre, ni siquiera aunque tuviese todo
el mundo
metido en
un puño o bajo el pie. No
faltando la libertl!d
del
espíritu, bien venida sea
también Ia condición económica para
favorecer su ejercicio, para liberar al hombre del hambre y garanti
zarle el· derecho
a
la vida, · como también pata preservarlo de todo
disclpulOs ( «la hora esiá · ávanzada» ), hombres de catite, viene á significar
que también el cuerpo tiene Sus exigencias que han de· ser satisfechas. Por
consiguiente, también es reC'onoé:ida por · parte de quien · eséuchaba y seguía
a Cristo Iii imperiosidad de· la neéesidád vitai .y la precis.tón de satisfacerla.
Pero quien multiplica
·el -
pan
y los peces es el Amor, Y también esto es sig'
nificativo:
en Una soéiedad de pobres, gobernada poi el amor de cada uno
had.a: todos y de todos hada cáda" uno, no hay "hambrientos: en ella se da
a los pobres
para ·vivir del dOn de
los
"pobies; en una sociedad· de ricos,
gobernada por el egoísmo y por las fauces del cuerpo, siemPre hay álguno
qué
,eh el 'juego dC los·· egbísDlos ·pierde'lá partida.
30
Fundaci\363n Speiro
LA TEORIA MARXISTA DE LA UBERACION DE LA NECESIDAD
cuanto hay de degradante, de ,inhumano, de percw:bador y de tor
cido
en la miseria.
• • •
Para Marx, siguiendo 'la línea hegeliana, no habría historia sin
libertad, principio
del
deveoir a. través de la traosformación y de la
superación; sin embargo, cl ilombre 'no, ha sido libre en et curso de
la, historia, sino que se ha '"isto "enajenado". Será libre cuando
haya una sociedad homogénea (sin ciases sociales): . libertad rotal,
proyectada 'hacia el futuro. Sólo entonces los deseos "del hombre"
habrán, llegado a ser deseos "humanos", los cuales podrán ser sa
tisfechos por completo. Estas afirmaciones significan· que la libertad
se
define con
rehu:ión a ios deseos y reside en el poder que tiene
el hombre· de satisfacerlos, es · decir, en la producción y en la ¡»
sesión de los medios adecuados; es libre una sociedad en la que
hay pe.rfecm coincidencia enrre 'las determinaciones que levantan
deseos, y las que proporcionan los medios para satis.facerlns.
Hagamos una observación. Si los deseOS humanos pueden ser
satis.fechas en sn totalidad por el hombre, son todos ellos inmanen
tes, ninguno de ·ellos apunta un milímetro más allá del horizonte
terrestte
(
en
efecto, para Marx, la actuación de '1a libertad toral es
posible
a través de la total "apropiación" del mundo , por parte· del
hombre, de la "humanización" o transformación de la naturaleza,
comecido que sólo la industria social es capaz de realizar).; si la
satisfacción
sólo es
posible en una estructura social homogénea, la
libertad
no caracteriza al hombre, sino
a
esra estructura, a una
de
terminada situación; es la. resultante de allgunas determinaciones,
aunque haya sido el hombre el que las haya producido en co'labora
ción
con
el ambiente. Así las cosas, hi libertad es determinada pot
ciertos deseos (determinados a su vez por el desarrollo 'histórico,
ya que el hombre, ·según Marx, no tiene una esencia ontdlógica,
sino qne' es Jo que él se hace), que· son satis.fechas en una determi
nada situación socia1. Con
esto
se [e niega
al
hombre una \"CZ más
la libertad, a) porque rio se le reconoce una libertad esencial; b)
porque· es una resulranlte y no se "comprende cómo de his determi-
31
Fundaci\363n Speiro
MICHELE FEDERICO SCIACCA
naciones pu«le "resultar" la. libortad, si no existe al comienzo de
toda dererm.inación; e) porque 1a libertad que Q!f30Cet"iza. una si
tuación social no
tiene ningún
significado
personal en la sociedad
homogénea:
es
un dato.
Del fondo de
estas objeciones surgen interrogantes perentorias:
¿es e1 hombre únicamente un complejo de deseos terrenos?, ¿es un
producto de
a.. historia, es decir, se reduce a su configuración his
tórica? ¿se
reducen su
comerido y m fin óltimo a
la "apropiación"
del
mundo a rravés de la industria social?, ¿es sólo un ser social y
su liberrad esencial se identifica con su esencia social?, ¿es que su
libertad sólo
está empefiada en el cometido temporal de la solida
ridad humana para e1 logro de la sociedad homogénea, sin que ella
sea ante todo
y sobre todo orden interior de la cpnc:iencia? Lo que
importa, como
dice Nietzsche, no
es
saber de qtlé soy libre (y en el
caso del
marxismo de la necesidad de la ,necesidad), sino par,i qtlé
y par,i quién say 1,ib,,e. ¿Podemos d
únicamente esencia[ y el destino úitimo y únicamente supremo del
hombre son
satisfacer sus
format
y apropiarse el mundo para someterlo a sus necesidades o,
en
cambio,
residirán en liberado a la altura de la libertad del espí
ritu?
¿Significá•'humanizar di mundo transformarlo pata que satis
faga
los
deseos del hombre o adquirir conciencia
de
éil én el mismo
momento en que
adquiere autoconciencia, y darle un significado en
el mismo momento en que descubre
el profundo significado de sí
mismo, de su vida y de su muerte?
La concepción marxista es inmanentista y es una de las expre
siónes
más roherentes del inmanentismo moderno: refutarla como
errónea es refutar el error colosa'.l que entraña
el inmanentismo, Una
vez que el fin d·el hombre se sitúa en la tierra, el regnum hami-ms,
es fatal la consecuencia de identificar el concepto, de "humanismo"
con
el
de "cooquista del mundo", y e1 fin del hombre y de la hu
manidad ron tal conquista, El movimiento de ideas que va del
Renacimieoto a la Revdlución francesa es la ca,crera de la burguesía
por
Ia conquista del mundo; 1a secuela inmediata es la carrera del
proletariado hada la misma conquista: cl presupuesto metafísioo
oomún
es el inmaneotismo. Desde este punto de vista, capitalismo
Fundaci\363n Speiro
LA TEORJA MARXISTA DE LA UBERACION DE LA NECESIDAD
y · marxismo se hallan en . el mismo plano, como 'lo están la clase
burguesa
y la clase proletaria. Primeramente la burguesía, nutrida
de
liberalismo laicista,
se vio impulsáda a
adorar
la Historia, la
Ciencia y la Libertad como si
fueran Dios
y a vivir
y a pensar
como
si Dios no existiera. También
para ella su reino era (y es) de
este mundo
y su libertad la de podet satisfacer todas las necesidades.
Situada
sobre
este plano "económico",
su sed de gána.ncias caía en
el
desenfreno hasta el punto de oprimir a las· clases trabajadoras.
Luego
el proletariado se
despertó y no dijo
nada nuevo: no hizo
más que
recoger
fa misma palabra del capitalismo: "también tengo
yo derecho a satisfacer mis necesidades, a oo enajenar mi libertad",
y
también
él cayó en 1a · adoración del Progreso social, del Partido,
de la
futura sociedad
homogénea.
·UbetaJismo y marxismo snn "mun
danos", porque ambos
son inmanentistas. La diferencia reside en
estO: primeramente era s61o una clase privilegiada
la
que, perju
dicando
a la "masa",
trataba de conquistar el
mundo, de "apropiár
selo"
para ~ de libertad económica; excelente báse para per
mitirse el "lujo" de Otras libertades.; hoy es la masa la que tiende
al mismo fin a través de la
~liaünación de fa burguesía con objeto
de crear
1a sociedad homogénea, la únicamente 1ibre. Libertad libe
ral
y
1ibertad marxista soñ equivaléitres, · pon¡ue · son ramas del mis
mo; tronco, el inmanentism.o, cuyas raíces son tan superficiales -que
no penetran más allá de la "corteza" terrestre.· Antes de Marx ya
eia marxista 'la. burguesía y, después de Marx, es burgués el prole
tariado. Una
vez establecido
que todo el bien
del hombre
viene
dado
por su bienestar · económico, el úniro que puede satisfacer sus
deseos humanos, ,-quién puede negarle a un hombre el derecho de
ser feHz y libre, es
decir hombre?
De este
mndo, la lucha entre el
rico
y el pobre, entre el libre y el esclavo, robre la base ddl inma
nentismo,
se ha
desencadenado como lucha
de egoísmos, de acapa
ramiento
del mayor
bienestar o, por lo menos,
de pn mínimo vital
para todos, sin que tenga, de permanecer ~! .fundamento inmanen
tista,
nada noble, humano
ni moral. Los valores que hay que defen
der, y a Ios que apelan los 1itiganlleS, se ~esuelven en hipocresía.
Bajo
la m&scara existe el
posibilidad
de seguir saciándose
hasta llegar a la tumba, y de ser
• 33
Fundaci\363n Speiro
MtCHELE .FEDERICO $CIACCA
posit,Ie incluso después, o del hambrienro que no sólo desea extin
guir
la necesidad del hambre, sino todos ios deseos que la miseria
agiganta y e,mspera. Unos y otros se enfrentan en una IUGba sin
cuartel, iucba '.'religiosa"', dado que el paraíso es 'la tierra y la liber
tad la satisfacción de las necesidadat y deseos, "teológica",. de esa
tremenda
"teología",
cuyo
Dios maldito
se
llama Dinero. Sísifo
apuesta por sí mismo y, en el esfuerzo de subir la montaña, vuelve
a caer, pesadamente, ~bre:. sí mismo.
La cuestión socil\l como cuestión puramente económica y solu
ble sólo econ6micamente, no
tiene ningún sentido
moral y ni si
quiera
humano, porque
,:,1 hombre
deja de ser hombre si
reduce el
ptoblema de su vida al del bier,estar, es decir, al del egoísmo o bien
"administrado". El verdadero ma1estar de Ja sociedad no reside en
que
existan ricos y pobres, sino en que nadie. se sienta pobre de
espíritu
para con el mundo y rico en el mismo espíritu. La gran
cuestión
del hombre oo es
social ni
económjca ni política; es otra
muy distinta; la .de si Dios_ existe o si Dios no existe. Así, pues, que
Sísifo continúe llevando adelante peñascos a fuerza de brazos, pero
qoe suba al Calvario y apueste por Dios. Si Dios no existe, le des
aparece al 'hombre su más alta dignidad: no [e. queda más que ser
imagen de. sus deseos, cosa entre las cosas y cosa que quiere poseer
todo cuanto pueda. Pata sana:r la sociedad no basta con distribuir
equitativamente los· bienes, sino
ensefial:. a usarlos; consiguiente
mente,
o
la curación es moral, como restauración del imperio del
espíritu,.
o
cwtlquier curación económica vendrá a ser un remooio
peor que
la enfermedad .. En este último caso el hombre crece cor
porailmen:te
y se empequeñece espiritualmente. Hay que ''""' de los
bienes
matetiales en la . medida necesaria : para conservar la vi<\a,
a fin de que el hombre se perfeccione espiritualmente, es decir,
para que
diJfrute de los bienes espirituales. Se ttata de restaurat
la jerarquía de los. valores; así, los hombres han de ser amados
más que las cosas, más: que cualquier cosa y, por esro, el ansia de
ganar no debe llevar hasta ~ violación de los derechos ajenos y
a
la explotación inhumana; el fin de la vida tetrena no es la riqueza
y ni siquiera el bienestar social, sino la actuación integral de la
·ley moral, de la que 1a riqueza o el bienestar deben ser únicamente
34
Fundaci\363n Speiro
LA TEORIA M..iRXlST A DE LA UBERA.ClON PE LA NECESIDAD
el in&trumento, y de la que 195 m,xlios necesarios para conservu
la
vida son
solamente la condición; se trata de trabajar no pru:a la
vida cómoda o para conseguir la sociedad homogénea, sino para
lograr ·la .vida virtuosa; no pa:ra ganar riquezas, que, si son fin de
sí
mismas, constituyen
la
extre,¡¡a miseria, sino pru:a conquistar la
peifección. lll bien económico es "bueno" -y, como ral, no "mate·
rjal"-si es "instrumento de virtud"-, si no es obstáculo sino con
dición del ejercicio de la libertad. En tiempos .P"sados, la sociedad
liberal
no
supo educar
al burgués
y al capitalista; en la actualidad,
la sociedad marxista no sabe educar. a un solo hombre porque no
lo
educa pata
que sea libre frente al mundo,
la única condición
que
!o hace verdaderamente señor
de . él; sólo cuando. no tiene sed
de posesión, se sirve de él sin hacerse · su siervo. ~ no .es posible
retornar
. ail espíritu sin. reconocer J.os .. valores m~ísicos, . sin un
renovado y poderoso lanzami~to del
hombre ·hacia
el ser. Y
no
. es
que
haya de
tomar de
fuera y en préstamos el trampolín: el espi·
ritu humano, en virmd de su mismo dinamismo interior, se ve lan
zado al Ser, porque el trampolín lo tiene dentt0 y no fuera, lo tiene
en la
presencia interior del mismo Ser. Sin este lazamiento, el homo
oeconomicu.r,
el ordi1klry busines, mMO del capitalismo burgués vale
tanto
como
el proletario y como el hombre de la sociedad homo
génea
o viceversa, ya que uno y
otro persiguen
la satisfacción de
sus
deseos, aunque el uno condu:,.ca al aislamiento social y el otro
a
la socialidad.
Ambos admiten únicamente los valores llamados
positivos,
que a fin de
cuentas son empíricos, y excluyen, mofán
dose
de
ella, toda finalidad metafísica. Las oo,;as los aplastan y el
mundo optime su libertad.
Una
libertad económica
en la que
se resuelva
toda la libertad
del hombre, es el no sentido de
la libertad. El problema de la liber
tad económica como el de la libertad política (y todo otro proble
ma,
no
se resuelve aisladamente, sino
en el problema global e in
tegral de hombre, que es problema metafísico y no económico, ni
político, ni de ninguna otra clase. La solución de un problema se
ha de ver en el complejo problema del hombre, y todos ellos en
la unidad concreta del espíritu. Perder
este punto
de vista es
dar
una
solución unllateral
y abstracta de un problema aislado y abs-
35
Fundaci\363n Speiro
MlCHELE FEDERICO SC!ACCA
ttacto, es decir,_ es dar una solución equivocada a una exigencia
justa. Este es e'l error del -marxismo y su l.&nit.e, como '1o es del
liberalismo. Denunciar el error es criticarlo de manera construc
tiva, ya que permite recuperar la e,dgencia que ha dado ocasión
a
,la doctrina. Marxismo y liberalismo son dos soluciones erróneas,
opuestas y equivalentes al mismo tiempo. La libertad económica
es
mundana
como la libertad política, dos libertades que pretenden
poner rodas las libertades
dd hombre
en
la satisfacción inmanen
te de necesidades mundanas e inmanenties. Por esto, la democracia
de la libertad económica y la democracia de la libertad política son
dos fornas de una misma e idéntica concepción mundana o inma
nente del
hombre
y del mundo humano; la "religión" de la libertad
marxista vale tanto como la "religión" de la libertad liberal: tierra,
tierra y nada más que tierra, al principio y al final; y, por lo
tanto, fango, fango
y sieinpre fango, desde la cuna a la tumba.
36
Fundaci\363n Speiro
DE LA. LIBERTAD COMO LIBERA.CION
DE
LA
NECF.SIDAD
,OR
MlcHBLB FBDBBICO SclACCA ( t)
Entre otras muchas maneras, •la libertad humana ha sido definida
negativamente como ausencia de violencia y de constreñimiento. In·
cluso el ambiente, · social o físico, con. sus sjtuaciones desfavorables
u
hostiles, es
una forma de violencia y de constria:ión. En este caso,
según Marx, el hombre habtá realú:ado plenamente s11 libertad cuan
do se halle :Jlberado de la hostilidad de las fuerzas físicas, co,nocién
dolas (lo que es tanto como dominarlas), y de las CQllstricciones eco
nómicas, eliminables a través de utla orgaruzaci6n racional de la so
ciedad. Los dos momentos del proceso de liberación se hallan en
estrecha
conexión; se trata de conocer la naturaleza para dominarla
al servicio del hombte, para que, a través del trabajo, sea cada vez
más
productiva
y
pueda proporcionar bienes econ6micos para la sa
tisfacción de las necesidades "materiales" 'del
hombre en un orden
social, cuya perfecta organización se realiza' con la actuaeión de la
ecuación perfecta (dinámica en cuanto sigue el progreso histórico)
entre
la "cantidad" de los bienes producidos y la "cantidad" de las
necesidades por satisfacer. El día en que ral orden se reafu:e, el hom
bre será el señor de la naturaleza y de sí mismo; cada hom
bre será el señor de su libertad porque ésta níJ se verá limirada por
una necesidad insatisfecha
{no "enajenada") y todos en general serán
libtes, gozando
de
libertad con
respec::to a · la
necesidad, y
hermanos
en la solidaridad del trabajo para ,la conservación de la libertad
solidaria.
Otras
necesidades no
materiales,
aun admitiendo que
sur
gieran
~parece que
no,
,porque la moral y la religión son para el
17
Fundaci\363n Speiro
MICHELE FEDERICO SCIACCA
marxismo superestructuras propias de determinadJIS estructuras eco
nómico-sociaJes y, por .consiguiente, de ,formación histórica), serían
llllA eflorescencia de aquel orden social y, por consiguiente, tam
bién tendrían raíces económicas, por Jo que quedarían satisfecllas
con
las necesidades
materiales.
Desde el principio, esta -doettina se presta a una crítica interna.
La ecuación cantidad de necesidades-cantidad de bienes producidos
no es
realizable, ya que la cantidad, precisamente por ser cantidad,
no tiene límite, es indefinida, · siempre se puede aumentar; un
aumento cuantitatiVOi de. bienes obliga., .por. ·fuert.a, a un aumen
ro de necesidades que, a su vez, provoca un nuevo aiumento de
bienes,
ry así sucesivamenTe. Por consiguiente, siempre habrá ne
cesikla
de
liberación y no: la liberación efectiva; es decir,
nunca tendrá
lugar
la Iibettad, , que es identificada por el marxismo
con la libernción de la netesidad.
A la necesidad mareriai Je corresponde, precisamente por serlo,
la expectación de un "placer". El apetito, por ejemplo, aumenta
la atracción liedonística: el placer de satisfacerlo y el gusto de comer.
Cuanto más
se rebela la libértad y se opone fa voluntad a la satis
facción
de la necesidad, tanto más nos acosa :r nos apremia diclia
necesidad, aumentando cada vez más la atracción del placer virtuO!l.
La
llbertad
es
oprimida por la necesidad, es esclavizada por ella; en
cambio,
si la
necesidad es
satisfecha, se libra de ella y se siente libre.
Por consiguiente,
Hbertad y necesidad satisfedlia van a la par, o
mejor didho,
la libertad no es más que la necesidad satisfeclia y el
placer que
de
ello resulta. El hombre que 'ha satisfecho sus necesi
dades materiales
se siente ligero, eufórico, liberado. Biológicamente,
se hallan en relación constante
la libertad y la necesidad -satisfeclia.
La necesidad es !o opuesto a la libertad, pero la oposición es dialéc
tica:
la nacesidad hace brotar el deseo de liberarse de ella y, una vez
satisfeclia, se actúa la libertad, que,
solicitada por otras necesidades
o por
sí misma • nacida de nuevo (bien sea por el placer · que pro
porciona o
en virtud de
la misma namra!lem), vuelve a plantear su
ulterior liberación en
la satisfaoción. Yo no -me siento prisionero de
la necesidad si, no teniendo. hambre, no tengo qué comer; la mon-
Fundaci\363n Speiro
LA TEORJA MARXISTA DE LA LIBERACIÓN DE LA NECESIDAD
ja es libre en su celda si oo siente la necesidad de salir. Pero si
tengo
hambre y no tengo qué romer, y la monja tiene ganas de pa
sear y no puede salir, entonqes, a causa de dos necesidades diversas,
oos sentimoo oprimidos: nuestra libertad es 1imitada, impedida, es
clavizada. En pocas palabras, cuando hay necesidad no hay libertad;
cuando hay libertad la necesidad está satisfecha o, mejor dicho, la
libertad es, negativamente, la cesación de la necesidad y, positiva
mente, el
placer que de ello se obtiene. De este modo, la libertad
viene a ser un pará:gra:fo de la biología animal y del hombre en
cuanto
vida biológica. Poco importa que
el hombre tenga la razón
que J.os demás animales no tienen, bien · porque para el marxismo
también la razón (el espfriru en general) es un producto de la evo
lución de
la materia (1), bien porque la razón es uno de tantos
medios de que disponen los hombres para advertir necesidades que
los
otros anima:les no sienten y para producir bienes adecuados para
satisfacerlas. Por esto, también los llamados bienes espirituales, al
igual
que
el mismo espíritu, tienen raíces materiaks y nacen o de
ne<¡esidades 1insatisfedbas y de la necesidad de satisfacerlas o de ne
cesidades
apagadas. Pero,
en
rigor de
verdad,
no esramos busawdo
aquí
una
liberrad que sea el resultado de un equilibrio fisiológico
y biológico, es decir una no-libertad, sino la libertad que, por serlo,
00 es en modo· alguno wi resultado, ,es decir un derivado O Ja re•
saltante
de
un conjunto
de situaciones o
de
condiciones; aquélla la
estudiaríamos mejor a ttavés de la observación de un hormiguero
o de
una colmena, tipos caracrerístiros, según dicen los entendidos,
de organización perfecta
y, -¿por qué no decirlo?-, "racional",
(1) Si la ra:z6n es un -producto del dinamismo y de la evolución bioló
gica, se sigue que: a) la razón no es propia. de 1a naturaleta humana. en
cuanto tal: ha nacido en una fase . evolutiva del animal llamado _hombre,
sigue las vicisitudes y las ada~ion~ de su evolución biol6gica y podrá
transformarse o desaparecer en una fase futura; b) es una manífesttd6ri
biológica
como las demás· y, por
COnsiguiente~ no élifiére cualitatiVam.ente
dé
ellas;· ·e) si la, razón es un producto evolutivo, lo es también la libertad,
como cualquier· otra actividad espiritual;· -JJ por consiguiente, la. libertad,
metafísicamente, es el. resultado de la_ evolución· de la u:iateria, y psi coló~
gicam.
ente es el resultado de la evoluci6Íi social. Lo · que equivale a decir
que la libertad no eriste. , -, ·
19
Fundaci\363n Speiro
MICHELE FEDERJCO SCIACCA
si la razón se reduce a instrumento técnico, a mecanismo de pro,
ducción y de
distribución
CUljlltitativa de
bienes
económicos, de
acuerdo
con
la cantidad
correspondiente de
necesidades materiales;
es
decir, a un
cálculo que
fos
otros con
el solo instinto y guiados por
sus necesidades.
Al llegar a este punto, la teoría marxista de la libertad tiene
necesidad
(precisamente una gran "necesidad") de ser un poco
más inteligente, que es twl!Q COlllO decir un poco más "humana";
tiene
necesidad de
justificar mudias de sus afirmaciones y sobre todo
su inicial metafísica materialista, postulada con dogmatismo que
co
rre parejo con su tosquedad y puerilidad; y mientras
no se
haya
"liberado" de tales "necesidades" (para
cuya satisfacción no
hay
más
alimento
que el del
discurso crítico y racionalmente justificado),
se verá "oprimida" por ellas y, por tanto, se hallará "enajenada".
El pastor leopardiano se pregunta por qué el
rebaño que
yace
sobre la hierba, a la sombra, reposa cont!ento mientras que él, en
cambio, cuando hace como
el rebaño, no logra despejar la mente
de "un fastidio";
"un
aguijón" "•le mete"" y, precisamente entonces
que
no tiene
necesidades materiales y que no desea nada ni tiene
"por
qué llorar"', "no
logra
hállar paz ni sosiego"'. La respuesta no
es
diiícil: ¡,ruque el pastor
es un
hombre y no una oveja ni ningún
otro animaJ que cobre paz y contento en la comida, en la bebida
o en el
sueño. Y, como hombre, no sólo tiene necesidades mate
riales,
y nó sólo desea bienes materiales para satisface,,las; también
(y sobre todo) tiene necesidades espirituales y exige bienes de la
misma
naturaleza; · además, los valores espirituales
no son epifenó
menos de
una estructura econ6mim o social, basta el punto de que
no
nacen, no desaparecen ní se transforman con ella. No es snfi
ciente
la.
ciberaci6n de la necesidad
económica, pues ni es ni da
libertad espiritual; es -
y da libertad económica, que puede ser una
condición para la actuación de la libertad espiritual. Si la libera
ción de
la necesidad (
o de
cualquier otro limite) nos
hiciera
auto
máticamente Íibres,
no hábrla libertad; si la voluntad, alejada la
necesidad,
quedara_ ilibre, ,su , libertad _ serla · la libertad de la piedra
que,
quitando el
sostén que
le impedía caer,
cae "libremente".
La
libertad no es el producto mecánico de una condición· favorable o
20
Fundaci\363n Speiro
LA TEORJA MARXISTA DE LA LIBERACION DE LA NECESIDAD
de todas ellas a la vez, como si fuera el efecto nwesario de su con
dición
o
de sus condiciones, que en tal caso serían "causa" y, por
lo tanto, no ya "condición". La libertad deriva de sí ¡misma y es
ella
!a que transforma los límites, en condición de su ejercicio. Si
una condición fuera la causa de !a 'libertad, ésta sería su efecto ne
cesario
y, por esto mismo, no libre o
el, resultado determinado y
mecánico
de
una combinación
de
condiciones. Las condiciones pue
den favorecer u obstaculizar la l!ibertad, no producirla; o la liber
tad
es antes
que ellas, o no
lo será después como resultado de ellas.
Pongamos por ejemplo una sala de conferencias, con aire acondi
cionado en invierno y en verano, dotada de cómodos sillones, abier
ta a
la hora más oportuna para escuchar y para hablar; supongamos
también
que en ella se encuentran el aud
las mejores condiciones físicas. ¿Son suficientes todas estaS
oondiciones
favorables
para que quien hable diga cosas interesantes
y bien di
oye y saque provec!ho
de lo
que se dire? :Del mismo .modo,
todas las· oondiciones favorables que puedan· imaginarse servirán pa
ra facilitar el ejercido de la libertad, pero no para hacer libre a
un solo hombre. Quien tiene hambre y quien oo siente esta necesi
dad (ni ninguna otra necesidad =terial) tienen la misllila libertad,
es decir
el
mismo rpoder de querer libremente,
aunque. en condicio
nes distintaS. Ahora bien, la diversidad de las condiciones podrá
ser un 11.m.ite, pero no !la causa por la que es producida o negada la
libertad. Puede ser espiritualmente libre el indigente; aunque se
halle privado de libertad económica y oprimido por las más ele
mentales necesidades, como puede ser esclavo del mal, del
aburri
miento o
del sufrimiento, quien
no carece de
nada y tiene Jo necesa
rio
y Jo superfluo,
es decir, quien se llalla liberado de la necesidad.
Haller depender la libertad de '1a sola satisfacción de las necesidades
materiales es dar por supuesto que no hay libertad y que el hom,
bre no es un ser libre; no es fundar la libertad, es partir de una po-
. sición
que por sí
misma la elimina. . La libertad no es el resultado
de una sensación agtadable, 1li el efecto de un deseo satisfecho. El
hombre no sólo tiene estas necesidades; también experimenta me
lancolla, abutrimient0, triteza,
dolores
físicos
y III!Orales, sentimieo-
21
Fundaci\363n Speiro
MICHELE FEDERJCO .SCIACCA
to de. vado, .de la nada, desesperación, muerte. F.s indudaqle que
el hambre y la miseria agudizan y hasta engendnu> estados. de áni
mo angustiosos y desesperados, pero no ,e,¡ s6lo la necesidad material
la que los engendra; satisfecha dicha nece,¡idad, la me;J.ancolía, el
aburrimiento, -la tristeza, el vado y la desesperación siguen acome
tiendo al hombre y precisamente por otros motivos. El remordi
miento por el mal hecho se podrá olvidar cuaodo el bambie retuer
ce
el estómago y la sed quema la garganta, pero, satisfechq el ham
bre y apagado el .ardor, vuelve el .. remordimiento y la libertad lo
snfre y sufriéndolo se libera y se actúa. Pero ésta es obra del espí
ritu, porque sólo_ en el ,espíritu y, como espiritwil, la libertad tiene
un
sentido
humano, el sentido que le es propio.
Marx tuvo presente la clase que él llamaba proletaria, afligida
por
el
egoísmo de
la clase burguesa y por miles de necesidades ma
teriales, iocluso elementales, e hizo bien en denunciar la explota
ción y reivindicar para los_. desheredados condiciones "humanas"
de vida. Pero el marxismo no sólo es esto, es mucho más que esto:
es
una concepción del hombre, de -la sociedad y de la historia que
ofende a la misma !111maoidad que pre•ende transformar y mejorar;
sobre
todo,
ofende
al· pobre,
en el
momento en que
se
imagina darle
la libertad y la felicidad. Si, para el marxismo, al proletario le es
snficiente
para sentirse libre ry feliz con
materiales, con
gozar de cuanro l:iay que gomr en el mundo
en buena armonía con
sus ..:,:nejantes,
de modo que
todos tengan
su
participación en
el
goce, demuestra,
por
otra parte, del proletario
(y del hombre en general) un concepto inferior .. La humanidad pro
funda
del. hombre, su
espiritualidad, es
despreciada y
,envilecida. El
santo dolor de
la libertad empeñada en la focha entre el hlen y el
mal,
sufriendo
por no ser nunca plenamente libre, ese dolor de
la libertad que sabe sufrir, llorar y aceptar, que sabe ser buena y
hermosa, es ofendido precisamente porque se cree que se le puede
apaciguar con un pedazo
de
-pan y con una diversión cualquiera.
Este razonamiento parte de una premisa arbitraria que lleva
implícita una metafísica elemental, iomedlata, empírica: el hombre
es un animal como todos
los otros;
el llamado espíritu no es más
que un
producto de fa evwución, lo mismo que el cuerpo, sujetos
22
Fundaci\363n Speiro
LA TEORJA MARXISTA DE LA UBERACION. DE· LA NECESIDAD
ambos a ottas tra,nsformaciQnes; por <;011Siguiente, el hombre sólo
es
materia orgánica
que
evoluciona his$icamente y, evolucionando,
se organiza y articula, de dist:inros modo&. Por lo tanto, el bombre
no
tiene
más que necesidades materiales y la organización social
se
halla determinada por ellas ( en un proceso dialéctico, en virtud
del cuad el ambiente es producido o modifi=lo por el hombre, y el
hombre, a su vez, se halla influido o determinado por el ambiente)
y, por consiguiente, por U1lJl sola estructura, la económica, puesto
que las necesidades .materiales se satisfacen con los bienes materia
les. 1ll hombre, estimulado por la necesidad, es un $11jet0 de pro
ducción
y de
consumo: produce para consumir, lo que equivale a
decir que e,! hombre es un sujeto destinado a gozar; trabaja para
procurarse los bienes que satisfacen sus oecesidades materiales, cuya
satisfacción le
procura el goce "pet.ecido. . Si logra satisfacer todoo
sus deseos materia:Jes (y en este caso hay que incluir la visita a un
museo
de arte, a la cual
Incluso puestos en el a,ro en que las necesidades del· hombre
fueran todas ellas materiales, la teoría marxista· de la libertad no se
ria verdadera.
Una sociedad en la que cada individuo tubaja y tiene
la
cantidad de bienes
correspondientes
a sus n«esklades, de
tal
modo que logra satisfacerlas todas, no · es una sociedad de seres li
bres, en la que los individuo,; componen e,! reino de la libertad, si
no U1lJl sociedad en la que no hay libertad, en la que los individuos
que
la componen no son seres a cuya naturaleza le pertenezca la
libertad; es el mismo caso de une sociedad animal, que, otgaoizada
económicamente,
no comporta la presencia de la libettad, precisa
menee porque a la naturaleza de los viwentes que la componen no
lé es inherente la libertad. En el caso que estamOS considerando, la
libertad de cada uno y de todos seria la resultante de U1lJl organi·
zación, de un "plano" racional y racionalmellte realizado, aunque
sea verdad que tal plano es debido a la actividad hu.mana. En otroS
términos, un grupo de técnicos de la producción y del consumo, al
hacer un cáilculo por el que se establece la suma de necesidades
vitales de [os individuoo, y se le asigna a cada uno un número de
horas de trabajo según sus· capacid..des, de modo que el "tánto"
Fundaci\363n Speiro
MlCHELE FEDBRJCO. SCIACCA
global de trabajo dé el "tanto" global de ptodua:ión suficiente
pata satisfacer el "ta.nro global." de necesidades, una v,e,; que ba lle
vado a cabo este plan según- una disciplina reguladora de todo el
ciclo productivo, Jo Iba .lhedto todo, no necesita máo; ésta es la lli
bettad, todos son libres. De este · modo, !la llibertad no es una con
quista que el indi\'iduo !hace por su cuenta y r.iesgo, aun en deter
minadas situaciones que no pueden desconocetse, es decir, una ini~
ciativa, una potencia Jnrerior y espiritual, sino sólo el resultado
mecánico de una organización d
producir, lo
mismo que un especifico farmacéutico, a ttavés
de una combinación bien calcu:lada de ingra!ientes económicos.
Sin embargo, al llegar a este punto, nos damos cuenta de que
el
discurso sobre ia libertad está aún por comenzar, porque hasta
el momento presente se 1m habládo de cosas distintas: de economía
y de libertad económica. El rnancisino respondería a nuestra ob
servación: "La !libertad económica es toda ila libertad, y se reafua
precisamente
a ttavés de ja organización del trabajo,· de la produc
ción y del consumo". Nada tendrfumos que obj= en el caso de
que,
primeramente, nos hubiera: demostrado que el hombte es un
animal entre tantos, que el espí,ritu es un subpooducoo de !la mate
ría y que vivir como !hombres l!Mo significa satisfacción de las
necesidades materiales, cubiertas !las cuales, el hombre no tiene otras
ni tiene OtraS aspiraciones. Verdadi,t,,roente, si se parre del presu,
puesoo de que di hombre es un ptodUCtO die la evolución narural,
de
que
su
origen reside ,en un grado de esta evolución, de que él
vive ,p<1t0 míllltenerse materialmente en la vida, de que no es capaz
de
otros gores fuera de los que las cosas y su -bajo pueden pro
curarle y de que roda otra necesidad nace de su condición social,
por
[o que, reafuada la sociedad perfecta, cesa la "enajenación"·,
bastando,
·por consiguiente, que tenga los medios económicos pata
satisfacer estas necesidades suyas a fin de que se sienta satisfecho
y contento de
vivir, no
!hay duda
de que la
iibertad económica es
toda la libertad que el hombre puede tener. Bfectivamente, pero
es ,toda la libertad porque se ha presupuesto que el hombre· sólo
tiene necesidades económicas, es decir, porque se le ha "imagina
do" de una cierta manera; porque se le ha negado .en el punto de par-
24
Fundaci\363n Speiro
LA TEORJA MARXISTA DE LA UBERACION DE LA NECBSlDAD
tida, negándole precisamente la libertad espiritual; p<>n¡ue se ha hecho
de él un animal idéntico a los otros, cuya difetencia específica ya no
es la razón, habida cuenta,
de que
también ésta es facultad materia,!
y medio para producir· y procurarse bienes econ6micos para sus
necesidades materiales.
Sería mejor decir que
la J.ibertad no es de
la
competencia del
hombre,
como decimos que tampoco lo es de
las abejas o de las hormigas.
Según
la teoría
¡tl]!ll.008ta, es libre el hombre que puede dispo
ner de \os medios económicos para satisfacer fas propias necesidades.
Imaginémonos
por un momento este tipo de hombre. Aquí lo te
nemos:
tien~ apetito y con qué satisfacerlo; tiene sed y con qué
apaciguarla; tiene
sueño
y un iechQ pata dotmit; tiene el deseo de
asistit a una competición deportiva y dispone del dinero para saca,
la entrada; quiete visitar una ciudad y coge el tren, e«:. Un hombre
así, que trabaja y ,produce todo cuanto es suficiente para satisfacer
todas sus necesidades y acaso más basta ,éJ punto de poder ayudar
a otra a hacer otro mnto, vendría a ser .,,1 tipo del hombre libre, el
hombre
liberado de ia necesidad. Pero, ¿quién reconoce, en este
tipo
de hombre libre,
e1 ,rostro de la libertad? Hasta puede habet
realizado la plena
libertad económica, y ser i~re un misera
ble, un desgraciado o un désventurado, un pobre esóavo dé sus ne
necesidades satisfedbas. Además
de
esto, y dejando a un lado el he
cho de que el hombre tiene otras necesidades y nuooa puede libe
rarse de todas ellas, desde el momento en que siempre le falta algo,
tal libertad económica es una de las libertades, no es la libertad,
y sólo tiene sentido si existe [a libertad espiritual y se '1alla en re
lación con ella. En efecto, por sí sdla no es libertad, porque:
1) No tiene sentido la libertad sino en relación con. el pro
blema
del bien
y del mal, es decir, si no es libettad moral, la única
por la que la voluntad es vdluntad buena o voluntad mala, según
que
quieta o no quiera de
acuerdo con la notma. En la libertad
económica
ni siquiera
se
plantea este problema, se suprime como
supetestructuta
de una determinada estructura social· (la burguesa).
En
cambio,
se plantea otra: el de la producción y disttibuci6tr¼
los bienes económicos con vistas a satisfacer las necesidades vita-
25
Fundaci\363n Speiro
MICHBLE FBDBRJCO SCIACCA ·
les dtll hombre, problema de la vida animal y no de la vida !llora!,
del vivir
y
no
del sentido del
vivir.
O, mejor dicho, también. del
sentido y del fin del vivir, pero en, el que el sentido del vivir es
el mismo vivir, y el fin producir ios medios para vivir y satisfucet
las necesidades de la vi~ orgánica, que, ·satisfechas, haa,n que !.a
misma vida sea g<>zada y; en cuanto gozada, fdiz. La ley económi
ca es la única 1ey moral y el bien y el mal sólo son el bien y
el mal económi<:06, y la virtud suprema, a la que se han de reducir
todas las demás, es la justicia social, ·enterulida romo fin en sí
misma, es decir como el máximo de los bienes, romo el bien. Don
de
hay petfecta justicia social, b"f pettecta sociedad virtuosa y es
petfecto cada uno de sus componentes, es decir j "virtuoso" con
perfecta virtud "económíca"! La moral es la misma economía so
cialista, sus leyes son las de esta economía, las acciones "buenas"
son ias "económicamente" productivas. Pero nna libettad que no
tiene
sentido mota! y cuyo sentido mota! es absorbido, suprimido
y negado por el sentido económico, no es libertad. Cuando se ha
bla de ella, se 'habla de otra. cosa, no de la iibert:ad-Por sí sola no es
la libertad, porque;
2) La libertad económíca, tal y como se realiza según el sis
tema marxista, no es la acroadón de -tla iniciativa del individuo,
sino. el resultado de un "plan", el cual se puede actuar precisamen
te privando de
la
iniciativa al individuo, encuadrando su trabajo
en un
engranaje, del que él es un diente que debe funcionar se
gún las exigencias del mecanismo. A esto . se objeta diciendo que
es un sacrificio temporal con el fin de
que !la humat:llidad realice,
en
la perfecta sociedad socialista, la perfecta libertad. Lo daremos
por bueno, peto aun cuando se realfaara tal libertad perfecta, no
setía obra de !la libre actividad de los individuos, sino la resultante
histórica de un proceso, es decir, algo que no es del :hombre sino
que le viene dado desde el exterior. El individuo necesita inttodu
cirse en
el plan, y
una. véz.integtado en él,
se sigue
la libertad; algo
asl
como
sucede cuando, al·
introducir una mooeda en !la máquina
que:expende billeres de entrada a una estación, se pone en· marcha
el
mecanismo,
. funciona
y
nos da, confeccion,ado, el ped'IZO de papel,
26
Fundaci\363n Speiro
LA TEORJA MARXISTA DE LA UBEMCION DE LA NECES!DAD
por medio del cual SJ>y "libre" de entrar, pero teniendo en cuenta
que tal
'libertad me la. ha. fabricado la máquina, sin tenerme a mí en
cuenta., hasta el . punto
de que
siempre está allí pata fabricar bille
tes !J?Ot medio de los cuales se obtiene la libertad de lk¡¡ar a 'los
andenes, acaso para dar un paseo (2), .Ahora bien, una libertad ,ecc;,
nómica
que
es ila resultante de un plan que funciona como una má
quina y del que 'los hombres vlienen a ser romo las ruedas, los lu
bricantes o los
dientes, ni siquiera una libertad ~ca, preci
samente
porque no es
obra de
la libertad del llombte. Y es que J,
libertad econ6m!ica, pata que sea esta lib=d partiarlat, presupone
la libertad sin adjetivos, puesta la cual, es posible, entre Jas otras
libertades,
incluso la economía. Pero si se . niega la libertad, ¿qué
l10ertad porrlicular i,e podrá realizar? Sólo la que es realizada desde
un plan, es
decir,
una hbertad que se ~e da
al
hombre desde el ex
re.tior, Jo mismo que la máquina de hl estación le entrega el billete
de andén.
Pero el marxista pooe la objeción de que, sin el "plao", no
es
posible disciplinar el egoísmo de los individuos, liberar al hom
bre d.el egoísmo individwd. ,A través de la. disciplina de la organi
zaci6n justamente racional y del preciso funcionamliento técnico,
aquél · se educa; .la escuela del trabajo de IIOdos para el bienestar de
la
colectividad forma
una
coru;iencia sooia!I, la cual impide que los
egoísmos individna!es
o de
una clase .se sacien .con daño de otros
individuos y de otra clase. Indudablemente, hay en estas afirmacio
nes. un
sentido
de
humanidlld y, digámoslo también, de altruismo,
pero el a[truismo social aún no es e1 moral; es un altruismo útil,
que
es cosa distinta del bien ~ Es. cierto. que la disciplina de
los
egoísmos desenfrenados
es
un bien social y tiene una moralidad
(2) Es verdad que la máquina no funcionaría si yo no introdujera una
moneda y .no hiciera girar 1a manivela; del mismo modo, el «plan» no-se
realizaría sin la colaboración de los individuos. 'Pero esto no modifica· nada
de cuanto estamos idilciendo, ya que no es libre el acto de insertarse en él
por ser dialécticamente (e hl$tóricamente) determinado y porque la venlll
dera libertad está, no en los individuos-, sino en la sociedad de que forman:
parte y precisamente reside en ella. como . tesultant:e de esta-organización
social.
27
Fundaci\363n Speiro
.MICHELE FEDERJCO SCUCCA
intrlnseca, pero tal disciplina sólo tiene sentido IDOral de cata a la
realización de una
condición
espitituá!l, que ya no es solamente al
truismo social. También es verdad que el marxismo le asigna al
proletario un
cometido hasta "heroico",
digámoslo así,
ya que, da
da su concepción
dialéctica, le
hace batirse frente
al capitalismo
en
una
lucha que
pretende
destruir al mismo capitalismo y al prole
tariado, precisamente porque
en fa "sociedad homogénea" ya no
habrá
c:Iases y,
por
lo tanto, ni siquiera la proletaria, que existe
como antítesis dialéctica de la capitalista; ,pero, precisamente, la so
ciedad
homogénea
es la actuación de !la economicidad total del hom
bre
y,
pot consiguiente, de su no-mo!
satisfacer el propio, de modo que con ello :no ;mpida que los otros
satisfagan ,el suyo, y además les ayude a satisfacerlo. Ti! educación
podrá todo
lo más
llegar a este .resultado:
a fuerza de
frenar el pro
pio egoísmo de modo que coexistan los de los otros, se llega a
adquirir
~¡ hábito de ser egoístas de manera que incluso los otros
lo puedan ser, ·es decir, a ser "altruistás" hacia el egoísmo ajeno,
para que los otros lo sean para con el nuestro. Pero esto no es edu
car
al hombre para que
se li'bere del egoísmo, sino instruirle para
que sepa é6mo ser egoísta en una ~edad en que todos lo saben
ser. Por esto,
digámosdo una vez· más,
la libertad
económica no
es
por sí sola
una libertad, porque:
3) para serlo nece.ita, ,en :primer lugar, que los hombres sean
libres precisamente respecto de
la libertad económica, entendida
como plena actuación de !la Hbertad. En otros términos, si la liber
tad económica significa satisfacción de las necesidades inmvidua!es
(lo que equivale a decir que no existen para el hombre otros bienes
fuera· de los subjetivos o subjetivamente queridos) y, por consi
guiente, del egoísmo ( querer los bienes subjetivamente es querer
los para la ,¡,roplia felicidad individua1 y, en nuestro caso, tal felici
dad es de orden material) y es indenrificada con la libertad tout
court, ella misma, liberando al hombre de la necesidad, Jo encierra
en
el egoísmo satisfecho, lo
reduce a
allgo solamente
"terrestre".
Ahora bien,
para ser libre y realizar una solidaridad humana, el
28
Fundaci\363n Speiro
LA TEORJA MARXISTA DE LA LIBERACION DE LA NECESIDAD
hombre, si de alguna cosa debe libetarse, es precisamente de la i.ibei:
tad económica
así
concebida, ya
que en tal caso didba libertad no
es
una condición del
ejercicio de . la llbettad, precisamente
porque
es su
negación, su máJcirno impedimento en cuanto sobrevaloración
d
fundamental de lograr. el
máximo
goce terreno; y todo
esto en
razón de
que todo se reduce a esta
vida, no existiendo nada
fuera de ella. Un hombre convencido (y éste es el tipo de hombre
mmista) de
que sólo de
su corul.ición sociai depende la realización
o
el fracaso de
su libertad, y que e1 bienestar eoonómiro es el prin
cipio primero de su
perfección de
hombre, aun
ruando goza,• del
mejor y más regulado bienestar, habría realizado, precisamente en
tonces,
su
petfecta esclavitud y se •habría negado íntegramente a sí
mismo romo = ~ibre. m dominio de las cosas a través del trabajo
viene a ser en
tal caso el dominio :,bsoluto de las cosas sobre el
hombre;
la satisfacción de las necesidades naturales es la capitn
lación del
espíritu ante
los instintos
el.ementales de
la
naturaleza y
la entrega incondicional de la libertad a · 1os estlrnulos del aierpo
y al placer de satisface,,los. Para que la 1ibertad económica sea una
condición
del ejercicio
de
la libettad espiritual, es necesario que el
hombre
posea ante todo un estado de libertad que fu haga duefio
(y por fo tanto libre) de sus necesidades, de modo que la satisfac
ción de
éstas no sea un acto económico, sino espiritnai (3). Sólo
(3) Téngase presente el pasaje evangélico de la mú!tiplicaci6n de los
panes
y de los peces (Mat., XIV, 13-21). La turba que "sigue a Jesús hasta
la tarde no siente otra necesidad que la de seguirlo :Y escucharlo. De sus
necesidades se arn:erdan los discípulos { «el lugar es desierto y la hora está
avanzada»)~ Jesús multiplica los · cinco panes y if.os dos peces 1 da de comer
a los cinco
mil. El pasaje es en extremo· significativo: no es la necesidad cor·
p6rea la que «deja en suspenso» la actividad del espíritu -iimponiéndose a
él,
sino que
-es el
mismo
espíritu ·(los discípulos) ·el -q_ue, paSada la ·hora,
decide satisfacerla:
la iniciativa de satisfacer el cuerpo ·es suya y no del
mistn()" cuerpo, La turba acepta para estar en· romli&iones de seguir aún a
Jesús y de escuchado, como para que -el espíritu continúe teniendo su ·ali~
mento espiritual. Libertad, antes de comer, en el< acto· de e.omer y después
de haber comido. ·
Por otra parte, sin embargo, no -~ escapar que la ·observación de los
29
Fundaci\363n Speiro
MICHELIJ' FEDERICO SCIACCA
cuando el hombre está profundamente convencido de que los bie
nes
materiales son instrumentales y de que su libertad humana no
se realiza satisfaciéndolos, sino que sólo se ve facilitada cuando sé
apacigua la oecesidad, no solamente por el placer que ello propor
ciona
sino pata continuar
haciendo sagrada entrega
de
la propia
vida
y para que también ,el cuerpo sea el colaborador del espíritu,
sólo entonces, digo, los bienes económicos son condici9t1 del ejer
cicio de
la libertad; además, dejan de ser "materiales", aunqu,, sean
"materiales"
los actos con que se producen y se llevan a cabo. En
estos actos eiciste el espíritu, son actos del espíritu. Sin embargo, en
tal caso, la condición económica no realiza
la. libertl!d, no hace que
el hombre sea libre; ya Jo era antes. Y a¡ando no lo es y es esclavo
de la. tierra, ninguna riqueza podrá ibacerlo libre por un solo instan
te; más aún, su l>ienestar Je despertará egoísmos y deseos siempre
nuevos,
y él se anegará en el torpe bienestar que, si bien Jo libera
del malestar físico, le
arrebata
el bien espiritual En una perfecta
sociedad económica, el hombre no sería libre de las necesidades
materiales,
sino
de
la libertad en cuanto tal, de ser hombre. A este
nivel, el
bienestar es
letal. O
se es !libre en el cumplimiento de la
ley moral y en la rec1'itud de la vo'luntad o, en el mundo, nada
pndrá 1hacer libre 'a. un solo hombre, ni siquiera aunque tuviese todo
el mundo
metido en
un puño o bajo el pie. No
faltando la libertl!d
del
espíritu, bien venida sea
también Ia condición económica para
favorecer su ejercicio, para liberar al hombre del hambre y garanti
zarle el· derecho
a
la vida, · como también pata preservarlo de todo
disclpulOs ( «la hora esiá · ávanzada» ), hombres de catite, viene á significar
que también el cuerpo tiene Sus exigencias que han de· ser satisfechas. Por
consiguiente, también es reC'onoé:ida por · parte de quien · eséuchaba y seguía
a Cristo Iii imperiosidad de· la neéesidád vitai .y la precis.tón de satisfacerla.
Pero quien multiplica
·el -
pan
y los peces es el Amor, Y también esto es sig'
nificativo:
en Una soéiedad de pobres, gobernada poi el amor de cada uno
had.a: todos y de todos hada cáda" uno, no hay "hambrientos: en ella se da
a los pobres
para ·vivir del dOn de
los
"pobies; en una sociedad· de ricos,
gobernada por el egoísmo y por las fauces del cuerpo, siemPre hay álguno
qué
,eh el 'juego dC los·· egbísDlos ·pierde'lá partida.
30
Fundaci\363n Speiro
LA TEORIA MARXISTA DE LA UBERACION DE LA NECESIDAD
cuanto hay de degradante, de ,inhumano, de percw:bador y de tor
cido
en la miseria.
• • •
Para Marx, siguiendo 'la línea hegeliana, no habría historia sin
libertad, principio
del
deveoir a. través de la traosformación y de la
superación; sin embargo, cl ilombre 'no, ha sido libre en et curso de
la, historia, sino que se ha '"isto "enajenado". Será libre cuando
haya una sociedad homogénea (sin ciases sociales): . libertad rotal,
proyectada 'hacia el futuro. Sólo entonces los deseos "del hombre"
habrán, llegado a ser deseos "humanos", los cuales podrán ser sa
tisfechos por completo. Estas afirmaciones significan· que la libertad
se
define con
rehu:ión a ios deseos y reside en el poder que tiene
el hombre· de satisfacerlos, es · decir, en la producción y en la ¡»
sesión de los medios adecuados; es libre una sociedad en la que
hay pe.rfecm coincidencia enrre 'las determinaciones que levantan
deseos, y las que proporcionan los medios para satis.facerlns.
Hagamos una observación. Si los deseOS humanos pueden ser
satis.fechas en sn totalidad por el hombre, son todos ellos inmanen
tes, ninguno de ·ellos apunta un milímetro más allá del horizonte
terrestte
(
en
efecto, para Marx, la actuación de '1a libertad toral es
posible
a través de la total "apropiación" del mundo , por parte· del
hombre, de la "humanización" o transformación de la naturaleza,
comecido que sólo la industria social es capaz de realizar).; si la
satisfacción
sólo es
posible en una estructura social homogénea, la
libertad
no caracteriza al hombre, sino
a
esra estructura, a una
de
terminada situación; es la. resultante de allgunas determinaciones,
aunque haya sido el hombre el que las haya producido en co'labora
ción
con
el ambiente. Así las cosas, hi libertad es determinada pot
ciertos deseos (determinados a su vez por el desarrollo 'histórico,
ya que el hombre, ·según Marx, no tiene una esencia ontdlógica,
sino qne' es Jo que él se hace), que· son satis.fechas en una determi
nada situación socia1. Con
esto
se [e niega
al
hombre una \"CZ más
la libertad, a) porque rio se le reconoce una libertad esencial; b)
porque· es una resulranlte y no se "comprende cómo de his determi-
31
Fundaci\363n Speiro
MICHELE FEDERICO SCIACCA
naciones pu«le "resultar" la. libortad, si no existe al comienzo de
toda dererm.inación; e) porque 1a libertad que Q!f30Cet"iza. una si
tuación social no
tiene ningún
significado
personal en la sociedad
homogénea:
es
un dato.
Del fondo de
estas objeciones surgen interrogantes perentorias:
¿es e1 hombre únicamente un complejo de deseos terrenos?, ¿es un
producto de
a.. historia, es decir, se reduce a su configuración his
tórica? ¿se
reducen su
comerido y m fin óltimo a
la "apropiación"
del
mundo a rravés de la industria social?, ¿es sólo un ser social y
su liberrad esencial se identifica con su esencia social?, ¿es que su
libertad sólo
está empefiada en el cometido temporal de la solida
ridad humana para e1 logro de la sociedad homogénea, sin que ella
sea ante todo
y sobre todo orden interior de la cpnc:iencia? Lo que
importa, como
dice Nietzsche, no
es
saber de qtlé soy libre (y en el
caso del
marxismo de la necesidad de la ,necesidad), sino par,i qtlé
y par,i quién say 1,ib,,e. ¿Podemos d
hombre son
satisfacer sus
y apropiarse el mundo para someterlo a sus necesidades o,
en
cambio,
residirán en liberado a la altura de la libertad del espí
ritu?
¿Significá•'humanizar di mundo transformarlo pata que satis
faga
los
deseos del hombre o adquirir conciencia
de
éil én el mismo
momento en que
adquiere autoconciencia, y darle un significado en
el mismo momento en que descubre
el profundo significado de sí
mismo, de su vida y de su muerte?
La concepción marxista es inmanentista y es una de las expre
siónes
más roherentes del inmanentismo moderno: refutarla como
errónea es refutar el error colosa'.l que entraña
el inmanentismo, Una
vez que el fin d·el hombre se sitúa en la tierra, el regnum hami-ms,
es fatal la consecuencia de identificar el concepto, de "humanismo"
con
el
de "cooquista del mundo", y e1 fin del hombre y de la hu
manidad ron tal conquista, El movimiento de ideas que va del
Renacimieoto a la Revdlución francesa es la ca,crera de la burguesía
por
Ia conquista del mundo; 1a secuela inmediata es la carrera del
proletariado hada la misma conquista: cl presupuesto metafísioo
oomún
es el inmaneotismo. Desde este punto de vista, capitalismo
Fundaci\363n Speiro
LA TEORJA MARXISTA DE LA UBERACION DE LA NECESIDAD
y · marxismo se hallan en . el mismo plano, como 'lo están la clase
burguesa
y la clase proletaria. Primeramente la burguesía, nutrida
de
liberalismo laicista,
se vio impulsáda a
adorar
la Historia, la
Ciencia y la Libertad como si
fueran Dios
y a vivir
y a pensar
como
si Dios no existiera. También
para ella su reino era (y es) de
este mundo
y su libertad la de podet satisfacer todas las necesidades.
Situada
sobre
este plano "económico",
su sed de gána.ncias caía en
el
desenfreno hasta el punto de oprimir a las· clases trabajadoras.
Luego
el proletariado se
despertó y no dijo
nada nuevo: no hizo
más que
recoger
fa misma palabra del capitalismo: "también tengo
yo derecho a satisfacer mis necesidades, a oo enajenar mi libertad",
y
también
él cayó en 1a · adoración del Progreso social, del Partido,
de la
futura sociedad
homogénea.
·UbetaJismo y marxismo snn "mun
danos", porque ambos
son inmanentistas. La diferencia reside en
estO: primeramente era s61o una clase privilegiada
la
que, perju
dicando
a la "masa",
trataba de conquistar el
mundo, de "apropiár
selo"
para ~ de libertad económica; excelente báse para per
mitirse el "lujo" de Otras libertades.; hoy es la masa la que tiende
al mismo fin a través de la
~liaünación de fa burguesía con objeto
de crear
1a sociedad homogénea, la únicamente 1ibre. Libertad libe
ral
y
1ibertad marxista soñ equivaléitres, · pon¡ue · son ramas del mis
mo; tronco, el inmanentism.o, cuyas raíces son tan superficiales -que
no penetran más allá de la "corteza" terrestre.· Antes de Marx ya
eia marxista 'la. burguesía y, después de Marx, es burgués el prole
tariado. Una
vez establecido
que todo el bien
del hombre
viene
dado
por su bienestar · económico, el úniro que puede satisfacer sus
deseos humanos, ,-quién puede negarle a un hombre el derecho de
ser feHz y libre, es
decir hombre?
De este
mndo, la lucha entre el
rico
y el pobre, entre el libre y el esclavo, robre la base ddl inma
nentismo,
se ha
desencadenado como lucha
de egoísmos, de acapa
ramiento
del mayor
bienestar o, por lo menos,
de pn mínimo vital
para todos, sin que tenga, de permanecer ~! .fundamento inmanen
tista,
nada noble, humano
ni moral. Los valores que hay que defen
der, y a Ios que apelan los 1itiganlleS, se ~esuelven en hipocresía.
Bajo
la m&scara existe el
de seguir saciándose
hasta llegar a la tumba, y de ser
• 33
Fundaci\363n Speiro
MtCHELE .FEDERICO $CIACCA
posit,Ie incluso después, o del hambrienro que no sólo desea extin
guir
la necesidad del hambre, sino todos ios deseos que la miseria
agiganta y e,mspera. Unos y otros se enfrentan en una IUGba sin
cuartel, iucba '.'religiosa"', dado que el paraíso es 'la tierra y la liber
tad la satisfacción de las necesidadat y deseos, "teológica",. de esa
tremenda
"teología",
cuyo
Dios maldito
se
llama Dinero. Sísifo
apuesta por sí mismo y, en el esfuerzo de subir la montaña, vuelve
a caer, pesadamente, ~bre:. sí mismo.
La cuestión socil\l como cuestión puramente económica y solu
ble sólo econ6micamente, no
tiene ningún sentido
moral y ni si
quiera
humano, porque
,:,1 hombre
deja de ser hombre si
reduce el
ptoblema de su vida al del bier,estar, es decir, al del egoísmo o bien
"administrado". El verdadero ma1estar de Ja sociedad no reside en
que
existan ricos y pobres, sino en que nadie. se sienta pobre de
espíritu
para con el mundo y rico en el mismo espíritu. La gran
cuestión
del hombre oo es
social ni
económjca ni política; es otra
muy distinta; la .de si Dios_ existe o si Dios no existe. Así, pues, que
Sísifo continúe llevando adelante peñascos a fuerza de brazos, pero
qoe suba al Calvario y apueste por Dios. Si Dios no existe, le des
aparece al 'hombre su más alta dignidad: no [e. queda más que ser
imagen de. sus deseos, cosa entre las cosas y cosa que quiere poseer
todo cuanto pueda. Pata sana:r la sociedad no basta con distribuir
equitativamente los· bienes, sino
ensefial:. a usarlos; consiguiente
mente,
o
la curación es moral, como restauración del imperio del
espíritu,.
o
cwtlquier curación económica vendrá a ser un remooio
peor que
la enfermedad .. En este último caso el hombre crece cor
porailmen:te
y se empequeñece espiritualmente. Hay que ''""' de los
bienes
matetiales en la . medida necesaria : para conservar la vi<\a,
a fin de que el hombre se perfeccione espiritualmente, es decir,
para que
diJfrute de los bienes espirituales. Se ttata de restaurat
la jerarquía de los. valores; así, los hombres han de ser amados
más que las cosas, más: que cualquier cosa y, por esro, el ansia de
ganar no debe llevar hasta ~ violación de los derechos ajenos y
a
la explotación inhumana; el fin de la vida tetrena no es la riqueza
y ni siquiera el bienestar social, sino la actuación integral de la
·ley moral, de la que 1a riqueza o el bienestar deben ser únicamente
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Fundaci\363n Speiro
LA TEORIA M..iRXlST A DE LA UBERA.ClON PE LA NECESIDAD
el in&trumento, y de la que 195 m,xlios necesarios para conservu
la
vida son
solamente la condición; se trata de trabajar no pru:a la
vida cómoda o para conseguir la sociedad homogénea, sino para
lograr ·la .vida virtuosa; no pa:ra ganar riquezas, que, si son fin de
sí
mismas, constituyen
la
extre,¡¡a miseria, sino pru:a conquistar la
peifección. lll bien económico es "bueno" -y, como ral, no "mate·
rjal"-si es "instrumento de virtud"-, si no es obstáculo sino con
dición del ejercicio de la libertad. En tiempos .P"sados, la sociedad
liberal
no
supo educar
al burgués
y al capitalista; en la actualidad,
la sociedad marxista no sabe educar. a un solo hombre porque no
lo
educa pata
que sea libre frente al mundo,
la única condición
que
!o hace verdaderamente señor
de . él; sólo cuando. no tiene sed
de posesión, se sirve de él sin hacerse · su siervo. ~ no .es posible
retornar
. ail espíritu sin. reconocer J.os .. valores m~ísicos, . sin un
renovado y poderoso lanzami~to del
hombre ·hacia
el ser. Y
no
. es
que
haya de
tomar de
fuera y en préstamos el trampolín: el espi·
ritu humano, en virmd de su mismo dinamismo interior, se ve lan
zado al Ser, porque el trampolín lo tiene dentt0 y no fuera, lo tiene
en la
presencia interior del mismo Ser. Sin este lazamiento, el homo
oeconomicu.r,
el ordi1klry busines, mMO del capitalismo burgués vale
tanto
como
el proletario y como el hombre de la sociedad homo
génea
o viceversa, ya que uno y
otro persiguen
la satisfacción de
sus
deseos, aunque el uno condu:,.ca al aislamiento social y el otro
a
la socialidad.
Ambos admiten únicamente los valores llamados
positivos,
que a fin de
cuentas son empíricos, y excluyen, mofán
dose
de
ella, toda finalidad metafísica. Las oo,;as los aplastan y el
mundo optime su libertad.
Una
libertad económica
en la que
se resuelva
toda la libertad
del hombre, es el no sentido de
la libertad. El problema de la liber
tad económica como el de la libertad política (y todo otro proble
ma,
no
se resuelve aisladamente, sino
en el problema global e in
tegral de hombre, que es problema metafísico y no económico, ni
político, ni de ninguna otra clase. La solución de un problema se
ha de ver en el complejo problema del hombre, y todos ellos en
la unidad concreta del espíritu. Perder
este punto
de vista es
dar
una
solución unllateral
y abstracta de un problema aislado y abs-
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Fundaci\363n Speiro
MlCHELE FEDERICO SC!ACCA
ttacto, es decir,_ es dar una solución equivocada a una exigencia
justa. Este es e'l error del -marxismo y su l.&nit.e, como '1o es del
liberalismo. Denunciar el error es criticarlo de manera construc
tiva, ya que permite recuperar la e,dgencia que ha dado ocasión
a
,la doctrina. Marxismo y liberalismo son dos soluciones erróneas,
opuestas y equivalentes al mismo tiempo. La libertad económica
es
mundana
como la libertad política, dos libertades que pretenden
poner rodas las libertades
dd hombre
en
la satisfacción inmanen
te de necesidades mundanas e inmanenties. Por esto, la democracia
de la libertad económica y la democracia de la libertad política son
dos fornas de una misma e idéntica concepción mundana o inma
nente del
hombre
y del mundo humano; la "religión" de la libertad
marxista vale tanto como la "religión" de la libertad liberal: tierra,
tierra y nada más que tierra, al principio y al final; y, por lo
tanto, fango, fango
y sieinpre fango, desde la cuna a la tumba.
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