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Número 181-182

Serie XIX

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Del movimiento GRECE a la «Nouvelle Droite» francesa

DEL MOV1MIEN'l'O G-RECE A LA "NOUVELLE DROITE"
. FMNCES,\.
POR
M.S. C.
Ea iuni_o Je 1978 distribuíamos ero 165-166 de VERBO.
Incluía un artículo, "El movimiento GRECE'', al que pe,tenecen ios
siguientes pólrrafos:
« y cuando el bien surtido muest oúio, en España invacando el Conoslio paree/a agotiido 1 re­
ducido " las dos grandes familias lar heteroáoxú,s cris­
túmas y de la teosa/la, ( d.¡ami,; "[>"1'te lo.s políticos) "[>are ce
un gé,,.,.o nUff1Ja
y promete,Jor de lar más imaspechaáas es­
pecies, un nuevo pang~mo f'acista, el movimumlo
GRECE.»
Bfeai.,amenre: Aunque el cuei,po de aquel artículo s.e dedicaba
a las ideas de este movimÍento en Europa, mmbién mostraba ras­
tros de

su
estal:decimiento en llspaña:
.,
«En Valencia,. a fm del añtJ .. 1977, la fa,;haá,, de la ba­
sflica de /a Virgen de los Desampmaáas "[>arecio emb~
1$,,, oomo e,t,í de moda en /a Españd a4ual, con grande, .,,_
. váslicas e . imcripciones qi,e .declans "Honor, . Raza y Ju¡ti,.
e,,,. PENS .. ; "Honar y R~za .. ; "R-, y Ju¡timl·; "PENS'·.
P"1'ece ser, aunque nadie ente,µJ,;.(, nada de aquella , que
lar sigla, PENS quieren decir, "Partido Español Nacional So­
oi,a/tstd'. Hue//a, intelectuales de /a cosmaviri6n que nos pa se hallan "" /a, revistas "Ruta Solar" (1976) y "Graal''
(1,977) que l;a,n r,¡,areoúlo st1t:esivamente, surmmdo pocos mi­
meras en#e qptbaS; sus' dirigentes son los mi.rmo1" 1 úmca
su sede, un /oc4l anteriormente ocupado pe.. el f11mOso nazi
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Otto Sl,a,zeny. También ,e hallan rasgo, C<>Tl'MmeJ con CEDADE
(Cent>ro E,p,m,ol de Amigo, de Europa), asooiadón de a/,gu­
na
endidad en Barcelona. Con alguno, medio, f4angista.r es­
pecia/,mene radicalizado, hacia la izq#ierda. Y con lo, fondo,
ed#oria/,e, de la, di,J;rib#idorar de libro,, Aztlan, de, Madrid,
y Sarmata, de Barcelona.»
Pasteriomnem:e, la prensa católica .francesa e italiana ha man­
tenido, día tras día, la denuncia de esre movimiento. Por su parte,
él mismo ha evolucionado y se presentll ahora en Francia con el
nombre

de
"Nouvelle Droite".

Sus
nu....s formas suscitan

un
nue­
vo

brote de apologías
y de denuncias, y todo cl asunto, puesto de
moda, es vertido a!l español en este ultimo verano de 1979, en diarios
y revistas populares. Pero lo es desde un punto de vista religiosa­
mente indiferente, s:in avisar-de su alcance sobre '.la fe de 1os es­
palidles. Entre estos report:ajes de segunda mano, aipar-ece una mo­
destll lboj naciorud0sociad.ismo, not~ble en Barcelona, que se pronuncia a favor
de
ETA
y dcl separatismo w.sco. Explica escuetllmenre tan sor­
prendenre contraste con el nacionalismo ,exaltado que siempre pro­
fesó con estll fórmula:, es que anteponemos la ram a la política.
Cerrada la temporada de verano, unos días antes de la gran con­
centración de la Plaza de Oriente de Madrid, aparece en una calle
rufluyente
una pintada que dice: "Ni Dios ni España: Raza y Euro­
pa". Dí,,,¡ después, nos 11ega de Barcelona una ,boja con un nuevo
proyecto europeo: "La Europa de las etnias".
Aclaremos, para el futuro, que estll "Nouvelle Droite" francesa,
con incipientles fifü,!es eopafio!as, no tiene nada que ver con los
ensayos
de nuevas derrobas que se estlln tratando de organizar en
Espafia para facilitar el juego democrático. Estas, renuncian a h
confesiona!lillad del Estado pero, salvo en esto, son de "inspiración
cristiana". "Nouvelle Droite", en cambio, es ~-lmente anti­
cristiana desde sus precedentes y orígenes, hastll su actual configu­
ración. Por eso nos ocupamos en denunciarla, y en denunciar con
especiai énfasis esa esencia suya; a falra de habetlo hecho . quienes
este

verano
han informado a· nuestro gran público.
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MOVIMIENTO GRECE Y LA «NOUVELLE DROITE»
Sin embargo, hay, afortunodamente, uno entre los reportaje,
espaíidles J:1ecimtes que, aunque sin especial intención ni relieve,
recoge ese carácter anticristiano con sufidente claridad. Ello facili­
tará estudios futuros. Es de Gaceta Ik,str«da de 18-XI-1979. Dice
así:
«Con Alain de Benoist por la Nouve/le D1"oite y con
Yvan Blat, presidente
del Club de l'Horlage acompañad,; de
dos
de "" miembros, Jean-Yves le Gmlou y Michel Leroy,
hemos conversado largM1Zente» (

... ).
«En cuanto ,,J problema especifico del cristiardsmo, le diré
que
de él hacemos especlfictnnente una critica ba¡o varios
ángulos. Primero, sobre
el plano de la filosofúi general, la
metaflsica oristiana que implica la idea de un Dio, personal,
un mundo creado, inteligible, ordenado, no corresponde
a la,
opciones filosóficas de la ND que es más exiskmcia/,ista, más
nominalista, que cree antes en lo que se llamaba en la E.dad
Media 11las unúJersales", que piensa que se va de lo partial­
lar a lo universal y no de lo universal a lo particular, que el
hombre
da sentido al mundo pero que el sentido no existe
fuera
del hombre; que hay quizás algo divino en el mundo,
pero
que

éste
participa también de la creación que el hombre
añade
a la creación, luego hay ah/ dos escuela, de penMTnier,.
to
filosófico diferentes. Por otra parte, en la medida en que
criticábamos el iglkllitarismo, hacemos de él UtM crítica histó­
rica, genealógica de alguna manera. Y creo que el cristianismo
ha contribuido a propagar en el

esp¡¡,;io
mental europeo la
idea igumitaria con la idea, en la época puramente metaflsica.
de la igualdad delante de Dios. Esta no arra,waba en la vida
tert'estre las consecuenciar que arrastra m:tmihnente, en que se
ha querido tramponer la igualdttá civil de la revolución de 1789
y la igualdad ante un Dios en una igualdad total en la tierra,
porque
el paraíso en el fondo todo el mundo lo ha empezado
" situar en esté- mundo, mientrm U, Iglesia ahora no di&e
,,ad,, para evitar ese m,,Jemendido. El tercer punto sobre el
que reaccionamos, y en cierto modo más büm frente a la "vieja
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deredid', es la fórmula bien conocida de un noccidente._ori-s­
iúm Es oierto r¡ue Occidente _ha sÍ,d._o ~stiano ·d,;,ante 'flUl.­
cho tiempo y si quiero subrayar que esta cristianización de
Occidente h4
producido 11UJ1fflmentos inmensos, mat6riales y
espirituales, que no es cosa de discutir. La idea que hay detras
de

ello,
de que no hay más Occidente que el cristianismo, me
parece falsa.
El cristiar,,ismo no h" naddo en Occidente, y
cutmdo
se impuso en él

h"'7ia ya dos o
tres mil af/Qs de civi­
lizaoión griega, celta, germánica, que no -pueden -olvidarse en
absoluto. En la medida en que el cristianismo se reclama una
religión unwersal, puede haber en Occidente aristiarws
y ca­
t6licos. Pero hemos querido reaccíona,r · co'l1tra una -religión
que, a la inversa de la judaica o la islámica que forman "cuer­
po" con un pueblo y · U1kl cultura que encuentra en ella sus
ralees,

no
puede ddjudicarse el origen de nuestra memoria co­
lecJwa eliminando, como ha pretendido hacerlo, todo lo que
suponía
la civiliztlCión precristiana antig11a que tenla su gran­
deza, que era nuestra cwJliztlCión, y nació realmente in situ.
Occidente no tiene por qué. servit- de sostén al cristianismo,
pienso que el cristianismo no puede 1lW1lilknr a nadie. Frtmcia
y Europa deben buscar una m,e,,a fuerza en la afmnación
de
sus oulturas regionales y sus creencias proftmdar.»
Como es de suponer, en nuestro reportaje de VERBO de junio
de
1977, se
recogen muchos más aspectos diferentes de ese ancicris­
cianismo,
que lo confirman y muestran insa!lvable, aún para los mo­
vim.iellitOs 'de "inspiración cristiana", _o de "liberalismo católico"
que salierao al tablero de aj<;tlrez de las alían= oon 11a concesión
previa
y gratuita. de la renuncia a. la oonfesionalidad del Estado .
. Una de las fotos que ilustran el repo11taje .de "G. I." muestra
una

mesa
presidencia, ron los

principales
dirig,,ntes de la Nueva
Derecha franoesa, r tras ellos, una inscripción cuya traducción es:
"Contra, el totalitarismo, contra e'l iguaditarismo, contra el racis·
mo". Sin embargo, fa montaña de recortes que prueban lo contra­
rio no cesa de crecer.
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