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Número 183-184

Serie XIX

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La familia y el bien común

LA FAMILIA t.Ef,. BI~ C()MUN
Los diversos niveles de la vida --~~a,' ·que comienzan por
l.a familia,. en los que ahonde sus :raíé<:s d,o amor la unidad
de la nación. · ' ·
«La unidad ahonda sus· raíces en .la vida de la nación.í> » . . . . . . . . . .
« ... cuando la_ vida humana, en·_Jtis __ di1/ersos niveles1 responde a
"las exigencias
de la justicia y del amor. El primera de eras niveles
nestá constiluid1.J por la 'familia.» ,,
«Esa unidad tiene su origen en el_sacr.amento del matrimonio, en
"aquella promesa solemne con que el hambre y la mu¡er se unen
,,entre .rí para toda la vida, repitiendo_ el _s~amental "no te aban·
"dunaré hasta la muerte!'. Era rmid&i, surge del amor y de !a mutua
"confianza,
y san su fruta y premio el a,mor y. la confianza de los
"hijos_ hacia sus padres. ¡Ay, Ji es~ :dmor ·entr~ los espOsas, entre
"Padres e hijos, se viera debilitado o· 1,esqurbrajado-! (;ons_cientes de:l
"mal que lleva c<>nsiga la disgregacirJn de la familia, roguemos hoy
"para que no suceda nada que pued4. destruir _ta;_uriidad, para_ que ·ta
"familia siga siendo la verdadera "séde 1e lá justicia y del amor".
»Parecida ju1ticia y amor nece.ritf! t~_bién 1.a_i}aéión, .ri quiere estar
"interiormente unida, si quiere constituii UQ..a ,unidad indisoluble. Y 11 dllnque resulte imposible parángonar Ita naciófl -esa sociedad com~
np11esta de m11cho1 millones rje pers.onas~ coiz la familia -que es,
"como se sabe1 la más pequeña comrmidad de la sociedad humana-.,
"sin embarga, la unidad depende de la ¡11sticia, que satisface las ne­
" usidades y garantiza los deréchfls y deberes de cada miembro de
"la nación. Hasta el -punto-de no permitir que surjan d_iso-nancia.r y
"contrastes a causa áe lds diferendtts qu_e llevan consigo los evidentes
'1pri11ilegios
para unos y la diSCriminaciOn para ()ft"O-S. Por la_ historia
nde
nuestra pdl'ria sabemos cuán dijícil es esta tat'eai; pero no p-or
"_ello-debemos eximirnas del gran esfuerzo, tendente a construir la
'-'justa unidad, entre los hi¡os de la misina patria. Ese esfuerzo debe
"ir. acompañado-del amor hacia esa patria, amor hacia su cultura y
"su historia, amor hacia sus _valor~,s espedfico.r, que deciden sobre
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Fundaci\363n Speiro

"s11 posición en la gran familia de lds nacione!; amor, en fin, hada
"los connacionales,
hombres que hablan lea misma leng11a y son res­
. "ponsables en la ctlllJ'a común r¡ue se llama "pat,iti' .» ,. . . . . . . .
«Como I" condición de 1" .rmidad interntJ en el ámbito de toda
"sociedad y comunidad, tamo nacional como familia,,
es

el
respeto
"de lo, derechos de cada 11no de sus miembros, asi también la
con­
''dición de la reconciliación enlt'e las naciones es el reconocimieµto
"y el respeto de los derechos de .cada nación. Se trata, sr,bre todo,
"del derecho·
tJ /¡, existencia y a la a11tddecisión, derecho a la p,opi"
"c11lt11ra y a su m11ltiforme ,destJrro/lo.»
JUAN PAJn.O II: Homilía en la Misa para
los peregrinos de Baja Silesia y Silesia de Opole
el martes día 5 de junio de 1979; L'Osservatore
· R,.omano, edición .semanal en lengua española,
año XI, núm. 24 (546), domingo 17 de junio
de
1979.
La familia, primera y fund!llll'!ntal comunidad hum.nna-
<<14 famili" es la primera y f11ndamental comunidad humana.
»Es
ambiente de vida, es ambiente de amor, La vida de toda so­
" ciedad, ndción y Estado, depende de la familia; I" famili" es, dentru
"de era sociedad,
un verdadero ambiente de vida y de amor. Hay
"que hacer muchu,
me¡o, dicho, hay q11e hacer todo /u posible para
"proporcionar a la familia las condiciones necesarias para ello: con­
" diciones de traha¡o, de vivienda, de manutención; cuidando de I"
"vida desde el
momento de la concepción, respeto social de la

pa­
"ternidad y

la
maternidad, gozo que dan los

niños
desde que llegan
"al mundo·,
pleno derechu " la educación y, al mismo tiempo, ayuda
"a
la educación en todt>s s11J' formas ...

He
áqfli 11n amplio y rico
"programa, del que
depende

el
porvenir del hombre y de la nación.»
" . .
«¡Cuán ardientemente deseo yo, que debo 1". vida, la· fe, l" len­
" gua y llnd familia pola ''con la fuerza de Dios! ¡Que supere todo ·cuanto la debilita, la des­
"troza, todo 1ct1anto no le permite ser ·11érdaderá ambiente de vidfJ
"'j de amor!»
232.
JUAN PABLO Il: Alocución a los peregrinos
en
tomo a
la Vir~ Negra el martes día S de
junio de 1979; L'Osservatore Romano, edición
·
semanal

en
lengua española, año XI, núm. 24
(S46), domingo 17 de junio de 1979.
Fundaci\363n Speiro

Las bases sobre las que está construida la familia que no puede
sustituir
el

legislador humano.
«LA familia está construida sobre la sabid11ria y el poder del
"mismo Cristo, porque se apoya sobre un sacrilinento. Y

está
cons­
"truida también, j se construye crmsiantemente, ,sobre la ley divina,
"que no puede ser sustituida en modo alguno por cualquier otra ley.
"¿Acaso p11ed~ un legislador h11ma,,o .abolir
los mandamientos que
"nos recuerda ho7
la lectura del libro del

Exodo:
"No matar, no
"cometer adtllterio, no· ro-bar, na decir falsos te1timonios'' (Ex 2o,
"13-16}? Todo, sabem(}s de memoria el Decál"go. Los diez manda­
,, mientas con1titt1yen la concdlenaci6n nec-esaria de la vida humana
"personal, ftJmiliar, social. Si falta esta concatenaci6n, la vida del
"hombre se hace inh11man,., Por ésto, el

deber
fundamental Je la
"familia, y después de la escuela, y de todas las instituciones, es la
"educación y consolidación de la vida h11mana sobre

el fundamento
"de
esta ley, que a nadie es /frito violar.»
JUAN PABLO 11: Homilía en la parroquia ro­
mana de San 19$6 el día 18 de marzo de 1979;
L'Osservatore Romano, edición semanal en len­
gua espaiiola, afio XI, núm. 13 (535), domingo
1 de abril de
1979.
La familia es insos~ituihle,. y es necesario que no sea suplan­
tada, Está simada en el . centro mismo del bien común.
«La solemnidad de Navidad y, en i11 contexto, ~ fieskl de la
"Sagrada Familia, no, resultan especialmente cercanas y entrtlfíables,
"preci,amente pürq11e en ellas
se encuentra ¡,. dimensión fundamen­
"tal de nuestra fe, es dedr, el misterio 'de la Encarnación, con la
"dimensi6n no menu, fundammlal de las vivencias del hombre.
"Todos deben ,econoter q11e. esld dimen.Jión esencial de las vivencias
"del hombre es cabalmente l" famifi,., Y, en la famili", !u es la pro­
"creacion: ,m hombre nuevo es concebido 1 nt1ee, y a fr(l1Jés de e-.rta
"concepción y nacimiento, el hombre y la mujer; en ,,, calidad de
"marido y mujer, llegan " ,er padre y madre, procreatlore,, alcan­
"zando una dignidad nueva
y as11miendu deberes nuevtn. ,[,a impor­
"tancia
de

estos deberes
fundamentales es enorme baj" muchos pun­
"tos de vista. -No sólo desde el punto de '1/ista de la comunidad con­
" creta que es stl familia, sino también desde el puntu de vista de
233
Fundaci\363n Speiro

"toda cO'muniddd hllmJna, de toda sociedad, nación, estado, escuela,
"profe,ión, ,¡mbier,te. Todo depende, en llnea.r generales,
del

modo
"C(lmo los pddres y la f,¡milia cumplan sus deberes primeros y fun­
"damentales,
del modo· y medida con que enseñen e, "ser hombre"
JJ a Ma criatura que grdt'id.S it ellt:H' ha· llegado,. a ser un ser humano,
"ha .obtenido· "la huf!UN'tüldd", En esto la familie,. es inS11stituible.
"Es necesd!rio hater
lo ímpo,ibfe para que la familia no sea sup!an­
'.'tada. Lo requi_ere ·n.o sólo el bien "privado" de cada persona, -sino
"también
. eJ bien común de ·.toda sociedad, nación (l estado de cual­
n quier continente. La familia ertá situada-. en el centro mismo del
"bien común, .en sus varid.f -ditn_ensionf!.s, precisamente porque en
"eilc, e.r ~oncebido y nace e/.-hombre. E.r·necesario hacer todo -Jopo­
,, sible para que· desde. ·s11 momento inicia/1 dejde la cuncepdón, este
".rer humano sea querido·, _esperado, Vivido como un valor particular,
'lúnko
e _irrepetible. Este ser debe-sentirse. importante, útil, amado
"y valorado, incluso, si esta in-válido-- _o es minusválido-; es m'ás, por
"esto precisamente más dl111!diJo dltn.
»A.r! nos enseña el misteri'a de 1(/ Encarnación. Esta es, asitniSfnO,
"la

lógica de
nuestra ft!. Esta es tambMn la lógica de

todo
humanis­
"·mo dllténlic~;-piet,_so, en_ eféct0·1. que no puede
ser de otra manerd.
"No estamor b'tfsri:mdo aqtd elementos tle' tontraposici6n, .sino· puntos
"dé encuentro que ;-'!on. si"1-ple:~con_sei:u.encia de la 11erdad total acercd
"del hombre. La fe ,ro ale¡a ·d los creyentes de esta verdad, ,/no que
"los
introduce en el mismo corazón de élla.»
JUAN-PABU> 11: Catequesis en la ·audiencia
general .. .del IW-én:ol~ dia 3. de enero de 1979;
L'OsServatore Romano,· édición semanal en len­
gua española, año XI, núm. 1 (523), domingo
·7 de enero de.1979.
La familia· y· la ·éduCación::humana y erl'Btiana.
< "mordial

de
la f,¡mffi(t en la edflcación humana y cristiana. En va.
urios textos, el-r~ciente crmdtio-• ha puesto de. relieve! etfortunada­
""mente; la misi6n ae·101-padrqs1 "primeros y principales eátlcttdores",
"difícilmente reempla;:dbie;
(Gravissimwn educ-ationis, 3); Es para
"ellos un deber natural, pt1esto qué han dddo la vídd ·a 111s hi¡os;
"es también el me¡or ml)dó de 'gárantizar á éstiÚ una educación ar­
"món'ic" por razóñ del é'tH'ácier ·absola/a,,/ente si11guldr de· la-rClaci6n
"padm-híjos
y de la alm6sfira ·de· afecto y ·seguridad 91111 pueden
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"crear los padreJ con la i"adiación de Ju propio amor ( cfr. Gaudiua.
"et spes, 52). La mayoría de las sociedádes civiles hiln tenido q11e
"llegar
a

reconocer el
p"pel especial y necesario de los pádres en
"la primera educación.
»Pero
no basta afirmetr y defender este principio · del derecho
"de los padres. S()bre too() hay qne pr()cttrar ayttdarles a desempeñar
"bien esta difícil tarea de la educación en

nuestros
tiemp·o1 moder-
11nos.
En

este
campo, la buena voluntad, el amor misma, no bartan.
"Es un aprendiza¡, que /()s padres deben adquirir, con la gracia de
"Dios, en primer lugar, fMtifitando las propi'as convicciones mo­
"rales
y religiosas, dando e;emplo, reflexionCll'ldo, asimismo, sobre
"sus experiencias, entre

sí,
con otro¡ padre si_ con educadores expertas
ny ctm sacerdotes. Se trata de ayudar a los niños y adolesce'flles "a
"apreciar
con

recta
conciencia los valores morales y a· prestarles 111
n adhesión 17ersontali y también a conocer y amar a Dio·J má.r perfec­
"tamente
(Gravissimum educationis, 1).»
"
«Esta educaci6n de s11 capacidad de ¡uzgar, de. su voluntad y de
"su fe, es
todo· un art~; 1,. atmósfera familiar debe estar

im¡,regnada
"de confianza,
diálogo, firmeza, respeto,

bien entendido, de la Jiber­
"tad incipiente; es _decir! de todO' Jo q11e ll~a a la iniciación gradual
"en
el eñc11entro con

el Señor
y en lar

costumbres
que honran ya al
"niño de hoy y preparan el hombre de mañana.
>>Ojalá que v11estro.r hiios puedan 'adquirir en vuestras
fami­
"Jias "la primera experiencia de una saludable so'Ciedad humana y
"de

la
Iglesid' (cfr. ib., 3). Os tocará también introducirlos poco
"a poco,
en

comunidttdtAr eductl!WdS más
amplidJ que la familia. En­
"tonces· é-sta debe ,aco'ffltPaiiar .a los adulescenle's cori.tPmOr paciente y
"e.rperanza,
colaborando-con lo.r otros

educadores
sin abdicar· de .ru
"misión.
De este modo-, fundamentados en s11 identidad cristiana
"para af-rontar' co-mo
se debe un mundo, plurdlista, a menudo indife­
"rente, e
incluso ho:Jtil, · á sus convicciones, estos -jó-vener llegarán d
"ser fuertes en la fe,. a servir ti Ja- sociedad y a tomar ·,parte acliw
"en

la
vida de

la Iglesia,
en comuizión con sus Pastores y poniendo
"por ohra las orientaciones del Concilio ·V atican0 11.»
JUAN PABLO _11: Mensaje con ocasión· de ce,-.
lebrar el m Congreso IIitemacional de la Fa­
milia el día
.30 .de octubre de 1978; L'Osserva­
tore Romano, ~ición_ semanal en lengua es­
pañola, año X, núm. 46 (515), domingo 12 de.
novierilbre de 1978.
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Fundaci\363n Speiro

Ci¡.al es la famjli~ ~al es' la nación; pórque tal es el hombre.
«s~ dice ¡11str,m,mte r¡11e '¡,, famili11 es la cé/11/a f1111damental de
"I" cida soda! .. Bs /4 comttnidad httman" fumlamental. Cual es la
"faiiüli¡i,. tal es !a. nación, porque tal es el hombre. Deseo, pues, r¡11e
"séáis
f11ertes gracitJS a familias profundammte radicadas en la for­
"kNeztJ
de TJ.io,, 1 deseo r¡11e el

hombre
pueda desttrrollarse plena­
"ménte subre la btJSe, del vínc11/o in.disoluble de

esposos-padres, den­
"tro del climí; familiar que nada .puede sustitmr. De,seo también, y
"r~zo siempre por elfo, que !a f~lia polaca engendre la vida y sea
"fiel al dere "del .,eno mal"'!o, se ata.a indirectamente J(Jd(J el (Jrden moral que
"~i'11,.• para asegurar
los

bienes
inviolables. del
hombre.
LtJ vida ocupa
"entre 'és/(Js
el primer puesto. LtJ Iglesia defiende el derecho a la
"vida, no

sólo en
consideración " la ma;estad del

Creador,
que es
"el ptimer Dador de esta vida, sino también por respeto al bien
"esencia!. de!hombre.»
JUAN PABLO Il: Homilía en Nowy Targ (Po­
lonia) á los trabajadores, ·con motivo de la ce­
lebración ~osa ante la imagen de la Virgen
Reina de .Podhale .el viernes día 8 de junio de
1979; L~O_saervator-e Romano, edición. semanal
en lengua española, año XI, núm. 24 (546),
domingo 17
de junio de 1979.
Defensa de la familia contra los males que afronta en estos
tiemp «Lt, lglesi" es consciente, 1m efect(J, de" que en estos tiempos la
''familia itfrant,, en América Latina serios problemas. Ultimamente
"dlgunos pa/Jes han intrt,dllcido
el divorcio en stilegislación, lo c11al
"con/lq,/a una nueva amenaza a la integridad f<1miliar.
En la mayo­
"ría de Vlle.rtros países· Je lamenta que· 1111 número alarmante de ni­
,, ños, porvenir de. esas .nariones y e1peranzas para el f11t11ro-, n~can
"en hoge1rtes . sin ninguna esltlbilirJad o,_ · como se les suele llamari
"en "familias incompletas"; Ademlu, en ciertos l11gares del "Conti­
"nente de la ésper~zd',· eJ!a· misma e1peranza r:o"e el riesgo de
"aesvttnecerse, pues e/lt, crece en .el seno Je las familias, 11111chas de
"las
cuales no p11ed ,, cularmente en ellas lo, resulttldos más negativos del desttrr(Jl/o: In-
Fundaci\363n Speiro

"dices verdaderamente deprimente.r de insdl11bridad, pobreza, y aun
"miseria, ignorancia
y analfabetismo, condiciones inhumanas de vi­
"vienda, subalimenta&ión cr6nita y tantas otras real-ídades no menos
ntristes.
»En d,tfenstJ de la familia, contra estos males, la Iglesia se com­
"promete a dar su ayuda,
e invita " los Gobiernos para que pongan
"como
punto clave de SIi acción: una polftica socio-familiar inteti­
n gente, audaz, per1everante, recanocietido· ·qüe ahi se encuentra, sin
"duda, el porvenir -la esperanza--- del continente. Habría que aña­
" dir queJ tdl politictJ fam#iar no

debe entenderse como
un esfuerzo
"indiscriminado para reducir a r:udiquier precio el indice de nata­
"tidad -lo, que mi predecesor, Pablo VI, 1/amab,a "disminuir el nú­
nmero de los invitados al banquete de !tJ vidd'-, cuando-es notorio
"qut!, aun para ,el desarrollo, 11n equilibrado indice de p&blación es
"indispensable. Se trala de combinar esfuerzos ptlt'a crear condiciones
"favorables a la existencia de familias sanas y equilibrad"': "aumen­
"lar la comida
en la mesd', siempre

en
expresión de Pablo VI.»
JUAN·. PABLQ II: Homilía en la Misa cele­
brada en Puebla de los Angeles el día 28 de
enero de 1979-; L'Osservatóre Romano,. edición
semanal en lengua española, año XI, núm. 5
(527), domingo 4 de febrero de 1979. ,
La familia de Nazaret, ejemplo de familia, comunidad funda~
mental

e
insnstitllihle para el hombre.
«La
Familia de Nazare{ .q11e la Iglesia, especidlmente en la li­
"turgia de hoy, presenta a todas las familiás, constituye, efectiva­
"menle, aquel punto, culminante
de referencia para la santidad de
"cada familia humana. Las páginas del Evangelio describen muy
"crm&isdmenlé U, historia de esta Pdtnilia, Apenas logramfJs conocer
"alguno1 acontecimientos de s11 vida. Sin embargo, tkjllello que sa­
"bemos es suficiente para comprometer los momentos fundamenkties
"en t,, vid" de cada familia, y para que aparezca aquella dimensión
"a
la que están llamados todos

los
hombres que viven la vida fami­
"liar: padres, mdtlre1, esposos, hi¡os. El Evangelio no's muestra, con
"gran claridad, el perfil educativo de la familia. "Ba;ó con ellos, y
"vino· a Nazatet,-y le1 estaba .r11¡eto ... " (Le 2, 51). Es necesaria, en
"los niño1 y en J4· eJatJ juvenil,-esttJ "sumisi6n", obediencia, pron­
"tit11d para aceptar los-maduros 'consejos de ltJ conducta humana fa­
"miliar. De esta manera- también "se sometió" feslÍs. Y

con
esta 11111-
237
Fundaci\363n Speiro

"misión", con esta prontitud de niño para aceptar los ,;emplos del
"comp.ortamil!nto humano, deben medir !01 padre! toda s11 conducta.
"Este

es el
punto partic11/,,rmente délfotdo de s11 responsahilidad pa­
nterna, de su responsdbilidad en relación con el hombre, de este pe­
" queño hombre que irá creciendo progresivamente, con¡;ado a ellas
"por·el mi.r.mo Dio:J.
Deben tener presente tam,bién todos los acon­
"tecimiento,s acaecidos en la Familia de ·Nazaret c111Jt1do Jesús tenía
"doce años;-esto es, e/J-o,s edllcdt'on· a· stt Hi¡o no sólo ¡,ara ellos,
,, sino para El, para los deberes que posteriormente asumirlt:L»
"
«Los problemas humanos más profundos están relacionado, con
"Ir, fr,mí/i,.. Esta constituye ltJ primera com11nidad, fundamental e
"i,uuslituible para el hombre. "u fr,mi/ia ha recibido de Dios esta
umisión, ser la primera
y vildl -cé/¡¡/a de la s "Concilio Vaticano II

(
Apostolicam actuositatem, 11}. De e,to tr,m­
,, bién quiere la Iglesia dar un
telrtimonio e1pecia/ durante la odava
"de la Ntilfftlad del Seño, mediante la fieJta de la Sagrada Familia.
"Quiere
recordar que " la fr,mí/ia van unido, los valores fundr,men­
"tal-es, que.
no·

se pueden
violar sin daños incttlculables de naturaleZtJ
"moral.
Con frecuencia,_ las perl¡,ectivas de ot'den material y el as­
"pecto "económico,'-social" pré"tlrdl!Cen sobre./0:1 principios de la mv­
" ralidt>d crhtiana y hasta de la humana. No b,:sta, pue,, con la­
" mentarse. Es nece.rario defender estos

valores
fundamentales con
te­
"nacidad y firmeza, porque su qt1e'branto lleva consigo daños inca/­
" cu/ahles
P"'" la wciedad y, en último término, para el hombre. La 11experiencia de las distintdS naciones en-/4 historia de la humanidad,
"igual que nuestra experiencit:1. corrtemporánea, pueden servir de ar­
"gumento' para réafirmar. esta verdad do/oro,a, que e, fácil, en el
"ámbito fund4111er,tal de ltJ existencia bumantJ; en la rual es deci,ivo
"el papel
de la ft1milia: destntir' los valores. esenciales; mientras -es
"muy difícil re·construirlos.
»¿De qué Valore.r se tra/4? Si debiéramos responder · adecuade1r­
"mente a esla. pregunta, seriá
rreresario indicar toda la jerarquía y
"el ·conjuntO' ·de 'Vdlotes qué rei:lprocainente· se definen y se· condi­
"cionan. Sin embargu1 int.f!ntando 'exfrr'esanto'S concisamente1 decimos 11 que· atptí se trata de dos valores fundamentales que entran riguro­
" sam&tte en
el

contexto de
aquello que tlámamos "amor c'ortyugal".
"El primero es
el valor de ./a persona, que se expresa en lá fidelidad
"mutua ab,uluta ha,ta
la muerte: fideUdt>d del marido en relación
"con la esposa, · -y de 'la mUjer en relación Con el esposo. 1/..,a canse­
,, cuenda de esta ttfirrmtción del ·valor . r/e la persona; que se mtint­
"fiesta en la recíproca relación entre las c6ny11ges1 debe ser ti:t.mbien
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"el respeto a/, val-or personal de la nlfetlla vid~, es decir, del niño,
"desde el prim:er momento de su concepción.
»La Iglesia ¡amás puede dispenstWse d,e Id obligación de sálvt>­
,, guardar eslos

dos
valores fundamentales, unidos con la vocación de
"la familia. Su custodia ha sido confiada a

la
Iglesia de
Cristo, de
"tal forma que no

cabe
la métlor duda. Al mismr, tiempo, la evidm­
,, cia -humanamente comprendida--de estos valores hace que la
"Iglesid, defendiéndolo,, se vea a sí m_isma como portáfloz de la
"auténtica
dignidad

del hombre: del bien de la
perwna, de la fami­
n lia, de las naciones. Aun respetando a cuantos piensan de distinta
"manera,
es muy difícil reconO"cer, desde

el
punto· de
vista objetivo
"e imp,wdál, que se CO'mp.orte a

medida de
la verdadera dignidad
"humana quien traiciona la fidelidad m:atrimonial, o bien quien per­
"mite que se aniquile o se< destruya la vida concebida en el seno ma­
"terno. En consecuencia, no se puede admitir que lo-s programdS qtie
"sugieren, facilitan
o admiten tal comportamiento sirvan al bien o-b­
"fetivo
del

hombre,
ál bien morál, y que contribuyan a hacer la 11vida humana verdaderamente más humana1 verdaderamente más dig­
",na del hom·bre: ;_ que sirvan a}a ·construccMn de una so-ciedad me¡or.»
JUAN PABLO Il: Homilía en la igÍesia romana
del
.. Gesú., el

último día del
afio; COsserva­
tore Romano, edición semanal en lengua ~
pañola, año XI, núm. 1 (523), domingo 7 de
enero de 1979.
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