Índice de contenidos
Número 183-184
Serie XIX
- Textos Pontificios
-
Estudios
-
Jean Jacques Rousseau estudiado por Jules Lemaître
-
«El discurso sobre la desigualdad» y «El contrato social» de J. J. Rousseau
-
Civilización y cultura
-
El Líbano y el drama del petróleo
-
La justicia y el marxismo
-
Marxismo y neopoliticismo jurídico
-
La Instrucción Pastoral de los Obispos refugiados en Mallorca (II)
-
Clío amordazada
-
Clima humano de las empresas y eficacia de la producción
-
- Actas
- Ilustraciones con recortes de periódicos
- Información bibliográfica
![](https://fundacionspeiro.org/img/magazines/covers/194_serie-xix.jpg)
Autores
1980
El Líbano y el drama del petróleo
POR LA PAZ EN EL LIBANO
POR LA
PAZ EN
EL PROXIMO ORIENTE
EL LIBANO Y EL DRA.i"\IA DEL P:Erl'ROLEO
POB.
PmllE DE LMsus SAINT GÉNIBs
P.residente del Comité de Ayuda a los Cristianos del LJ.Dano
En el Líbano, los peligros aumentan
La ocupación por un ejército sirio que se ha convertido en una
fuer:za de conquista y de destrucción, los temibles campos atrinche
rados instalados en su suelo por 500.000 palestinos que allí se en
cuentran, amenazan siempre a las infelices familias cristianas ron
minándoles a escoger entre la esclavitud, el exilio o la muerte.
Pero
además, el Llbooo se ha convertido en uno de los elemen
tos esenciales del drama ptetrolffeto internacional, drama que se
desarrolla en el Próximo Oriente y del que depende la suerte de
Occidente. Desde
los acontecimientos. de lnin han sido provocadas en las
naciones pt6ximas a los ¡,o,,os de petróleo serias perturbaciones, por
medio de grupos a menudo incontrolados pero que buscan crear
una agitación pterrevolucionaria.
Se
han atacado sucesivamente a Siria (50 oficial.~dumnos ase
sinados), luego a Afganistán, luego a Irak y a Turquía y han llega
do a tener la audacia, en Arabia Saudita, de hader ocupar la Mez
quita de la Meca por poderosos comandos que
s61o fueron expul
sados
después de tres semanas
de sangrientos combates
.
• • •
¿Quién ha provocado estos disturbios?
Seguramente no
son las potencias .occidentales; tienen necesidad
esencial
del
petróleo oriental.
297
Fundaci\363n Speiro
PIERRE DE LASSUS SAINT GSNIBS
¿Quizás las luchas interiores o cierto renacimioo.t
es
una
razón suficiente,
pues
los··g¡,biernoo ·m1>•1rlrna.nes del P.tóximo
Oriente
saben
que toda revolución local limita
o
paraliza los snmi
nistros de petroleo que son su riqueza y su fuerza; saben también que
los
disturbios
violentos y prolongados traen frecuentemente
inge
rencias
exteriores, y es sabido que 1as masas musulmanas son extre
madamente hostiles a
las
iaflt1encias extranjeras, sobre todo si son
de origen americano o so_viétim.
Un país, uno sók/, la URSS, obtendría un inmen.so beneficio de
una
paraJización petrolífera del Próximo Ori
vasión dei Afganistán, brutal y premeditada, por fuerzas rusas ex
tr~damente importantes,
hace
todavía más probable
esta ambición
soviética.
El
Afganistán está · sólo a
algunos · centenares de kll6metros del
estrecho de
Ormuz
y el Irfa, qúe lo separa de los pozos de Irak y de
Arabia Saudita no pue"de a~lihnerite oponer· una resistericia seria.
LilS potencias occidentales tienen que tomar las medidas apropiadas
para hacer frente a esta situación grave del Próximo Oriente .
• • •
Pero una región amenazada debe de ser protegida en todos sus
frentes peligrosos.
Y es en el Noroeste, en el borde de los campos
petrolíferos del Irak, que Siria, por su presencia en el Líbano, puede
contribuir a apretar· gra-.emente el cerco · soviético de los pozos del
Próximo Ori'ente.
Siria
está
actualmente en la órbita de la URSS, de la cnal recibe
armas,
instructores y aylida técnica, ayudaS que- han sido inctemen-
tada5 recielltemente. · · ·
Siria conoce además graves difirultades internas, que han obligado
ai Presidente Assad a retira, dd Líbano tt0¡,as de ocupación para re
forzar
el orden
en Damasco. Pero ¿puede hacerlo por esta sola razón
sin perder prestigio? Otra solución, n:¡ucho más tentadora se presen
ta ante él: aumentar súbitamente la
presi6n de su ejército de
1>cupa
ción para llegar
a una anexión
por lo menos de una parte del Líbano.
Es'
pues de· temer que, empujado por la URSS, busque así refÓrzar
su autoridad por
el prestigio
que
alcanzaría al
realizar esta
ptimera
298
Fundaci\363n Speiro
EL LIBANO Y EL DRAMA DEL PEtROLEO
etapa de. la constitución de la Gran Siria p.cOJlletida desde hace tiem.
po y que los Sunnitas no han podido crear.
En las circunstancias actuales, la anexión deL Llba,,o, unida a la
p.cesencja de
los Palestinos armados y una
cietta atmósfera
del Gran
Islam ( una de cuyas manifestaciones es el envio al Sur del Líbano
de
algunos centenares de voluntarios iranios), crearía
un peligro
tan
grande
para
Israel que un conflicto sirio-israelí sería inevitable. Los
soviétiQJs tendrían
entonces la
ocasión de in¡ervenir, pues Moscú ha
hecho
saber que no toleraría un ataque sobre
Damasco .
. Esto indica hasta qué punto puede llegar a ser de una gravedad
excepcional la situación
~ del. Líbano.
Bajo el pretexto de defender Siria contra una agresión de Israel,
sostenido por
los Estados Unidos -J.os soviéticos podrían intervenir
ditectamente en Irak. Serían entonces tentad<;>s de tomar al paso el
control de
los pozos
iraquís--, o quizá mismo destruidos si fuese
necesario en una lucha de
es!" importancia.
Solamente Je quedaría a la URSS extender su dominio sohte
los
pozos del Golfo. A par¡i,r de posiciones tan favotables, ya adqui
ridas, est0 sería
un juego, dada
la superioridad
de sus fuerzas armadas.
Así sería
ganada por los soviéticos la guerra del petróleo que
les
convertiría en los dueños de Occidente
y colocarla bajo la do
minación de
la URSS las naciones del
Ptóximo Oriente
convertidas
en repúbicas soviéticas.
• • •
¿Cómo evitar que el Líbano constituya el punto de partida de
cfiles desastres?
Parece
indispensable
reunir· la
mesa redonda que se pide hace
mucho tiempo para
decidir la ttans'formación en el Líbano de la
fuerza de disuasión (la
actual FDA) -que está formada abusiva
mente por elementós
sirios casi
exclUSivamente musulmanes, -por
una
fuerZa imparcial- que represente fas dos-·pattes, cristiana y musul
mana, ·que se han Opuesto.
Los violentos combates que han asolado el Líbano desde hace
dos años estaban a cargo de este ejército sirio alauita~mU:sulmán, ejér
cito extranjero, de un país extranjero y vecino, ruyos intereses terri-
299
Fundaci\363n Speiro
PIERRE DE LASSUS SAINT GENIP.S
toriales, económicos y polítlms son enteramente opuestos a los del
Líbano, mientras que las fuerzas cristianas se oponen a las matanzas
de sus hermanos, representaban por el contrario la más auténtica
identidad
libanesa, instaladas en el país anres que el Islam y defen
diendo únicamente los
intereses
libaneses.
Es inicuo no haberles dado ninguna participación en la fuerza
de seguridad controlando . su país mienttas que, también las fuerzas
palestinas
encuadradas por oficioles sirios, como ocurre con la Saika,
forman
parte de las FDA.
El ejército sirio,
que ha abusado tan gravemente de su misión, po
dría ser reemplazado progresivamente y r,tpidameo,,. por una verda
dera fuerza de disuasión mitad musulmana, mitad cristiana, que dis
pusiese de
medios poderosos
par" po-fm " tuda m,eva tematwa
var su
identidad.
• • •
Ahora que los musulmanes y los cristianos, tanto unos como otros,
no pueden
admitir que los pozos de petrólro pasen bajo control so
viético, deben sin demora crear
la mesa redonda deseada hace tiempo.
En ella estarían representantes de países musulmanes y cristianos
amigos, que no tuviesen intereses particn1ares en el Líbano y 1Je11dría
corno
finalidad
constituir en
este
país una fuerza de seguridad nor
mal, bi-partita, en espera
de organizar un ejército
libanés sólido.
Si aún los
mismos musulmanes reclaman esta
solución es porque
es no
solamenre conforme
a
la justicia y a la razón, sino también
neces"'*1 para conseN1ar la paz, sería posible al ejército sirio, bajo la
presión de poderosas ta20nes de interés general, matcliarse del Líbano
sin dar la impresión de traicionar la causa del Gran Islam.
En el· momento en el que precisamente se puede decidir una
nueva renovación de la Fuerza de
Diswisión Ar:abe, se
podría, en
la
mesa redonda proyectada, harer que se instalase rápidamente una fuer
za de seguridad normal, indispensable para la paz de un Llbaoo inde
pendiente,
en
espera de
una solución
general de la cuestión palestina
y de los problemas del Próximo Oriente.
300
Fundaci\363n Speiro
POR LA
PAZ EN
EL PROXIMO ORIENTE
EL LIBANO Y EL DRA.i"\IA DEL P:Erl'ROLEO
POB.
PmllE DE LMsus SAINT GÉNIBs
P.residente del Comité de Ayuda a los Cristianos del LJ.Dano
En el Líbano, los peligros aumentan
La ocupación por un ejército sirio que se ha convertido en una
fuer:za de conquista y de destrucción, los temibles campos atrinche
rados instalados en su suelo por 500.000 palestinos que allí se en
cuentran, amenazan siempre a las infelices familias cristianas ron
minándoles a escoger entre la esclavitud, el exilio o la muerte.
Pero
además, el Llbooo se ha convertido en uno de los elemen
tos esenciales del drama ptetrolffeto internacional, drama que se
desarrolla en el Próximo Oriente y del que depende la suerte de
Occidente. Desde
los acontecimientos. de lnin han sido provocadas en las
naciones pt6ximas a los ¡,o,,os de petróleo serias perturbaciones, por
medio de grupos a menudo incontrolados pero que buscan crear
una agitación pterrevolucionaria.
Se
han atacado sucesivamente a Siria (50 oficial.~dumnos ase
sinados), luego a Afganistán, luego a Irak y a Turquía y han llega
do a tener la audacia, en Arabia Saudita, de hader ocupar la Mez
quita de la Meca por poderosos comandos que
s61o fueron expul
sados
después de tres semanas
de sangrientos combates
.
• • •
¿Quién ha provocado estos disturbios?
Seguramente no
son las potencias .occidentales; tienen necesidad
esencial
del
petróleo oriental.
297
Fundaci\363n Speiro
PIERRE DE LASSUS SAINT GSNIBS
¿Quizás las luchas interiores o cierto renacimioo.t
una
razón suficiente,
pues
los··g¡,biernoo ·m1>•1rlrna.nes del P.tóximo
Oriente
saben
que toda revolución local limita
o
paraliza los snmi
nistros de petroleo que son su riqueza y su fuerza; saben también que
los
disturbios
violentos y prolongados traen frecuentemente
inge
rencias
exteriores, y es sabido que 1as masas musulmanas son extre
madamente hostiles a
las
iaflt1encias extranjeras, sobre todo si son
de origen americano o so_viétim.
Un país, uno sók/, la URSS, obtendría un inmen.so beneficio de
una
paraJización petrolífera del Próximo Ori
tr~damente importantes,
hace
todavía más probable
esta ambición
soviética.
El
Afganistán está · sólo a
algunos · centenares de kll6metros del
estrecho de
Ormuz
y el Irfa, qúe lo separa de los pozos de Irak y de
Arabia Saudita no pue"de a~lihnerite oponer· una resistericia seria.
LilS potencias occidentales tienen que tomar las medidas apropiadas
para hacer frente a esta situación grave del Próximo Oriente .
• • •
Pero una región amenazada debe de ser protegida en todos sus
frentes peligrosos.
Y es en el Noroeste, en el borde de los campos
petrolíferos del Irak, que Siria, por su presencia en el Líbano, puede
contribuir a apretar· gra-.emente el cerco · soviético de los pozos del
Próximo Ori'ente.
Siria
está
actualmente en la órbita de la URSS, de la cnal recibe
armas,
instructores y aylida técnica, ayudaS que- han sido inctemen-
tada5 recielltemente. · · ·
Siria conoce además graves difirultades internas, que han obligado
ai Presidente Assad a retira, dd Líbano tt0¡,as de ocupación para re
forzar
el orden
en Damasco. Pero ¿puede hacerlo por esta sola razón
sin perder prestigio? Otra solución, n:¡ucho más tentadora se presen
ta ante él: aumentar súbitamente la
presi6n de su ejército de
1>cupa
ción para llegar
a una anexión
por lo menos de una parte del Líbano.
Es'
pues de· temer que, empujado por la URSS, busque así refÓrzar
su autoridad por
el prestigio
que
alcanzaría al
realizar esta
ptimera
298
Fundaci\363n Speiro
EL LIBANO Y EL DRAMA DEL PEtROLEO
etapa de. la constitución de la Gran Siria p.cOJlletida desde hace tiem.
po y que los Sunnitas no han podido crear.
En las circunstancias actuales, la anexión deL Llba,,o, unida a la
p.cesencja de
los Palestinos armados y una
cietta atmósfera
del Gran
Islam ( una de cuyas manifestaciones es el envio al Sur del Líbano
de
algunos centenares de voluntarios iranios), crearía
un peligro
tan
grande
para
Israel que un conflicto sirio-israelí sería inevitable. Los
soviétiQJs tendrían
entonces la
ocasión de in¡ervenir, pues Moscú ha
hecho
saber que no toleraría un ataque sobre
Damasco .
. Esto indica hasta qué punto puede llegar a ser de una gravedad
excepcional la situación
~ del. Líbano.
Bajo el pretexto de defender Siria contra una agresión de Israel,
sostenido por
los Estados Unidos -J.os soviéticos podrían intervenir
ditectamente en Irak. Serían entonces tentad<;>s de tomar al paso el
control de
los pozos
iraquís--, o quizá mismo destruidos si fuese
necesario en una lucha de
es!" importancia.
Solamente Je quedaría a la URSS extender su dominio sohte
los
pozos del Golfo. A par¡i,r de posiciones tan favotables, ya adqui
ridas, est0 sería
un juego, dada
la superioridad
de sus fuerzas armadas.
Así sería
ganada por los soviéticos la guerra del petróleo que
les
convertiría en los dueños de Occidente
y colocarla bajo la do
minación de
la URSS las naciones del
Ptóximo Oriente
convertidas
en repúbicas soviéticas.
• • •
¿Cómo evitar que el Líbano constituya el punto de partida de
cfiles desastres?
Parece
indispensable
reunir· la
mesa redonda que se pide hace
mucho tiempo para
decidir la ttans'formación en el Líbano de la
fuerza de disuasión (la
actual FDA) -que está formada abusiva
mente por elementós
sirios casi
exclUSivamente musulmanes, -por
una
fuerZa imparcial- que represente fas dos-·pattes, cristiana y musul
mana, ·que se han Opuesto.
Los violentos combates que han asolado el Líbano desde hace
dos años estaban a cargo de este ejército sirio alauita~mU:sulmán, ejér
cito extranjero, de un país extranjero y vecino, ruyos intereses terri-
299
Fundaci\363n Speiro
PIERRE DE LASSUS SAINT GENIP.S
toriales, económicos y polítlms son enteramente opuestos a los del
Líbano, mientras que las fuerzas cristianas se oponen a las matanzas
de sus hermanos, representaban por el contrario la más auténtica
identidad
libanesa, instaladas en el país anres que el Islam y defen
diendo únicamente los
intereses
libaneses.
Es inicuo no haberles dado ninguna participación en la fuerza
de seguridad controlando . su país mienttas que, también las fuerzas
palestinas
encuadradas por oficioles sirios, como ocurre con la Saika,
forman
parte de las FDA.
El ejército sirio,
que ha abusado tan gravemente de su misión, po
dría ser reemplazado progresivamente y r,tpidameo,,. por una verda
dera fuerza de disuasión mitad musulmana, mitad cristiana, que dis
pusiese de
medios poderosos
par" po-fm " tuda m,eva tematwa
identidad.
• • •
Ahora que los musulmanes y los cristianos, tanto unos como otros,
no pueden
admitir que los pozos de petrólro pasen bajo control so
viético, deben sin demora crear
la mesa redonda deseada hace tiempo.
En ella estarían representantes de países musulmanes y cristianos
amigos, que no tuviesen intereses particn1ares en el Líbano y 1Je11dría
corno
finalidad
constituir en
este
país una fuerza de seguridad nor
mal, bi-partita, en espera
de organizar un ejército
libanés sólido.
Si aún los
mismos musulmanes reclaman esta
solución es porque
es no
solamenre conforme
a
la justicia y a la razón, sino también
neces"'*1 para conseN1ar la paz, sería posible al ejército sirio, bajo la
presión de poderosas ta20nes de interés general, matcliarse del Líbano
sin dar la impresión de traicionar la causa del Gran Islam.
En el· momento en el que precisamente se puede decidir una
nueva renovación de la Fuerza de
Diswisión Ar:abe, se
podría, en
la
mesa redonda proyectada, harer que se instalase rápidamente una fuer
za de seguridad normal, indispensable para la paz de un Llbaoo inde
pendiente,
en
espera de
una solución
general de la cuestión palestina
y de los problemas del Próximo Oriente.
300
Fundaci\363n Speiro