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Número 189-190

Serie XIX

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Manipulaciones genéticas: los aprendices de brujo

MAfflPULACIONES GElMilTICAS:
LOS APRENDICES DE BRUJO
POl!.
]ÉB.OME l.EJEUNE
Profesor de la Facultad de Medicina,-de París.
Miembro de la Academia Pontificia de Ciencias.
«¡Ay de vosotros, doctores de la Ley, que detentais las llaves de
la
Ciencia y os habéis negado a entrar e impedís a los otros que en­
tren!».
Esta terrible condena, que nos ha sido transmitida por el
mayor
médico del
mundo,
San Lucas, tiene aún aplicación en nues­
tros

días.
Los doctores de la ley· son los nuevos doctores de las
nuevas leyes de la vida. Ellos también detentan una parte de las
claves de la ciencia, pero también ellos se niegan a entrar del todo
en ella:· no utilizan más que una parte de sus conocimientos, y,
así, enmascara.o. la verdad.
En el principio, hay un mensaje
Ciertamente, no soo más que unos aprendices. La dignidad del
hombre está en no ser más que
aprendiz. Pero

quieren
jugar a
ser
brujos.
Es decir, querrían ejercer, a partir de una sabiduría trun­
cada, un

control
del mundo que no sería legítimo más que si uti­
Hzaran la otra parte de sus conocimientos, aquella que no quie~
ren tomar en consick;raáón. Por esto es por lo que estos nuevos
doctores de

estas nuevas leyes
son condenables.
No por no
poseer
más que una comprensión imperfecta, sino por haber amputado de­
liberadamente la realidad que observan. Resulta
de ello una ver­
dadera esquizofrenia.
Es decir, una ruptura de la inteligencia, por­
que entre los hechos concretos, científicamente establecidos, algunos
son aceptados de buen grado, pero· otros, igualmente ciertos, se dejan
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Fundaci\363n Speiro

JEROME LEJEUNE
en la sombra deliberadamente por miedo a que la luz pueda mostrar
el buen camino. Y, sin embargo, los progresos realizados, sobre todo
en los dos últimos años, son tan revolucionarios y han precisado
hasta

tal punto nuestra concepción de la naturaleza misma de
los
seres,

que resulta muy difícil
seguir conservando ¡¡na actitu4 va­
nidosa y no entra! súbitamente, diría -yo,· en contemplación ante
esas
maravillas que nos reserva
la vid!!. Quisiera recorrer, con us­
tedes, este panorama de la biología de hoy.
La primera cosa que reyela, la ptjmera cosa que nos enseña,
es una frase que todos conocemos: en el principio, hay un men­
saje; este mensaje está en la vida y ese mensaje es 4e vida.
Esta paráfrasis del fulgurante resumen de San Juan es muy exac­
tamente el credo de los materialistas más consecuentes. · Cuando se
analizan los mecanismos

de
la biología molecular y se capta cómo
un mensaje inscrito en la materia, transcrito progresivamente en
varias etapas en el _interior del sistema viviente; cuando se com­
prende que este mensaje gobierna la animación de la materia, ·en­
tonces se percibe que el único resumen de nuestra ciencia moderna
es simplemente: «en el principio, hay un mensaje».
Esto era bien conocido, y ha sido tan firmemente demostrado,
esencialmente en los organismos inferiores, como las · bacterias
y
los virus, que se ha abocado a construir una síntesis que resultaba
extraordinariamente atrayente porque era simplista
y ~recia exp.U·
cario

todo.
Un azar cegado
Todavía no hace dos años, todo el mundo aceptaba esta salida
audaz que yo quisiera
resumiros en pocas palabras :
En el interior del sistema viviente existe una información. Esta:
información está inscrita en una molécula muy larga, el ADN ( de
la
cual hay un metro de longitud en cada célula reproductora) ; esta
información es leida con· gran precisi6n por un mecanismo _muy com­
plejo, en una primera transcripción, y después por una traducción
y, finalmente, ponie en marcha el conjunto de lo que es material
en los se.res vivos, y, en _cierto modo, anima-la materia.
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MANIPULACIONES GENETICAS: LOS APRENDICES DE• BRUJO
Hace mucho tiempo que sabemos que no hay materia viviente,
pero que existe una
materia animada.
La diferencia entre lo mine­
ral y lo
organizado, entre

lo bruto y lo
vivo, es, esencialmente, que
el vivo sabe algo que no está inscrito en lo bruto. De esta manera,
ya que esta información, esta orden terminante, este espíritu, en una
palabra, está inscrito en una primera molécula, el ADN, que gobier­
na todo lo demás, parecía imponerse la hipótesis más sencilla: pues­
to que el mecanismo es de una extraordinaria fidelidad y le basta
que el mensaje quede exactamente adaptado a las necesidades exte­
riores, estamos ante un determinismo absoluto, ante u.na necesidad.
En contrapartida, como se pueden producir algunos errores duran­
te
la transmisión
del mensaje a lo largo de
suresivas generaciones,
habrá

ahí un cierto azar: y finalmente todo será como lo creía el
pobre Demócrito, fruto del azar
y de la necesidad. Hasta ta:l punto
que, en un resumen soberbio,
J acques Monod llegó a pretender que
¡ el

azar cegado
podía inventar la visión!
Esto era mucho pedirle al azar.
Es sorprendente que unos es­
píritus muy lógicos
recur
inesperada­
mente oportunos. Es evidente que el -azar tiene muchos atractivos
para los espíritus que cultivan la necesidad. Desde hace un año sa­
bemos que esto era
parcialmenre apli<:able a los organismos inferio­
res, virus y bacterias, que, por otra
parte, son absolutamente idénticos
en nuestros días a como eran en el alborear de la vida sobre el pla­
neta, no han cambiado absolutamente nada; no han evolucionado
nada. Pero esto no es aplicable a los organismos
superiores. Ahora
sabemos

que el mensaje no se lee
mecánicameute letra
a letra, ni
se
transcribe

automáticamente a las proteínas según
el código gené­
tico. Curiosamente, los seres vivos superiores, es decir, por encima
de los mlicrobios y de las bacrerias, los que tienen un núcleo y una
célula complicados, juegan el papel de un motor en una pelicula
de cine.
Cuando se han filmado un gran número de tomas · y se quiere
hacer con ellas una película, un hombre coge unas tijeras y
recorta
la

película para quitar los trozos
sin interés y para acercar las se­
t;uencias que se ilustran

unas a
otras por .contraste o por comple­
mento. El trabajo del
montador está dirigido por el director que
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/ÉROME LEJEUNE
quiere destacar esta o aquella acaon, suprimir las repetiaones, o,
al contrario, incrustar nnevas
imágenes en sitios · imprevistoo.
Pues

bien, esto es lo que hace la célula viva. No lee su men­
saje tontamente de manera lineal, como cabría esperar si lo hiáera
por pura necesidad, sino que lo recorta. Nuestra manera de leer
nuestros genes no es
canturrear letra a letra siguiéndolas con la
punta del dedo, sino que tomamos frases enteras, saltamos otras, y
las encadenamos dándolas sentido. Los hallazgos de la evolución
son como estos resúmenes de los escritores. Ya no es posible ima­
ginar solamente
U005 errores simplistas en un sistema tan complejo,
aunque fueran necesariamente benéficos.

Si la información ya no
pasa directamente del
repertorio general

de
la especie hacia la pe­
riferia de la célula, entonces ya no se puede sostener que nos con­
formamoo con doo fuentes: el azar, de una parte, y la necesidad,
de otra. Hoy día ya no sería
posible escribir

el libro de Monod, sin
embargo
tan notable, sencillamente porque el estado de la ciencia
ya no se presta más a ello.
Sabemoo que

existe, por lo menos, otra
vía informativa,
más difusa que el ADN, simple banda magnética,
y también más general, puesto que permite a la célula reformular las órdenes a las que
se va

a someter.
La too,;lidad de lo vivo, y no
únicamente su ADN, contiene una lógica infusa.
Si trato de ponerles a ustedes al corriente de lo que ha suce­
cido en esos últimos años, es porque este fenómeno es uno de los
más importantes. Hoy día ya no es posible simplificar la biología
como se había creído tan sólo
hace cuatro
o cinco
añoo.
La segunda enseñanza concierne a loo medios que emplea el
organismo para no tomar más que una parte de las instrucciones
que posee. Ahí hay un fenómeno de información recíproca de una
complejidad que en la hora actual escapa a nuestra comprensión.
Se conoce su mecánica, relativamente sencilla, aunque tiene de­
talles muy delicad06. Existen máquinas-herramienta capaces de re­
conocer determinad06 sitios de la película de que os hablaba antes,
de recortar en esos
sitios y de empalmar según unos planes pre­
vistos de antemano.
Esas enzimas han sido utilizadas, en laboratorios, para recortar
tomo se quiera

determinadas
seruendas y
obtener de alguna manera
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MANIPULACIONES GENETICAS: LOS APRENDICES DE BRUJO
una información genéticá aislada como una definición de diccio­
nario,
y concentrarla en estado puro en un. frasquito. Esto tiene un
interés extraordinario.
Hemoo llegado a. profundizar en el extraor­
dinario
descubrimiento que
hizo un

día Noé
coando observó,
a su
costa, que un jugo
azucarado fermentado

contenía un producto
nuevo
capaz de

perturbar las ideas.
Y efectivamente, una
gran parte de las síntesis que sabemos rea­
lizar están

hechas por
hongos, por
levaduras; es así como hacemos
el vino o la cerveza, y aun el queso, obligando a unos microorga­
nismos
a transformar ciertos productos químicos
para que el alimen­
to nos resulte más agradable.
Con las enzimas de las que os hablaba, resulta posible ir a buscar
un

carácter genético en
unas céluilas humanas,

por ejemplo,
y ha­
cerle traspasar, por rotura, hasta el interior
del patrimonio de

cier­
tos microbios
y obligar a esos microbios a fabricar unas sustancias
que nos interesan a todos, pero que no tienen ningún interés para
ese pobre microbio. Así, se les puede hacer fabricar una hormona
como la stomatostatina que frena el crecimiento
y permite regular­
lo; u otra hormona, como la 1nsuilina, y esta bacteria, que no sabe
lo que es tener hígado -porque una bacteria n.o tiene hígado--,
se va a poner a fabricarnos insulina, que nos permitirá regular la
función glicogénica del hígado y utilizar este mecanismo en nume­
rosas afecciones, incluidas,
claro está,

la diabetis,
y aun hacerle fa­
bricar el interferón, ¡ que luego se utiliza para protegemos de los
microbios!
De esta manera, dentro de unos años, ustedes verán construir
unas enormes bodegas en las que en vez de fabricar cerveza o vino
se
v!a a obligar a fabricar tal o cual rnroicamenro, o tail producto quí­
mico
complicado que la
industria· tendría muchas dificultades
en
sintetizar. Y de alguna manera,
utilizar la ingeniería genética

para
someter a los organismos inferiores y hacerles trabajar para nosotros.
El impos.ible superhomln-e
Los-vaticinadores de la ciencia han ido mucho más lejos, claro
está, y se dice que, ya que se sabe manipular las genes en los seres
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JEROME LEJEUNE
inferiores, por qué no se lrace lo mismo en el hombre. Y a:lgunos
ya han propuesto manipular los genes humanos. Esto es técnicamen­
te
imposible en
nuestra
época ;
no sabríamos hacerlo de
ninguna
11lWlera. Pero suponiendo que esto llegue a ser posible, esto podría
tener, al menos,
interés para luchar contra a:lgunas enfermedades ge­
néticas. Dejando a
un lado la cuestión técnica, podemos decir que
si pudiéramos modificar ciertos
genes anormales,
eso
se podría uti­
lizar
en beneficio real de los enfermos.
Desgraciadamente, no es para esto que nuestros aprendices de
brujo querrían utilizar el método; se les ha metido en la cabeza
fabricar

superhombres, y si ustedes leen
la literatura periodística,
tan extendida en el momento actual, sabrán que el superhombre es
ya cosa como para mañana, pues ya algunos sabios, en algún sitio ...
en Arizona, si no es en las llanuras de Siberia, están preparando
una mezcla especia:! que permitirá fabricar superhombres.
Dejo a un lado la técnica. No tiene interés, porque no existe.
Pero donde uno queda herido de estupor es en la idea misma del
superhombre, porque resulta una
imposibilidad mayor y definiriva
para que

fabriquemos uu superhombre: «Para poner a puuto
uuos
hombres

que sean
más sabios que nosotros, ¡ nos haría falta ya ser
más sabios que tales
hombres!>>. Pero

queda otra vertiente, otra
tentación
para los aprendices de brujo: manipular los microbios no
ya para obtener buenos medicamentos, sino para ha¡:erles fabricar
unas toxinas espantooas o. para hacer surgir en nuestros tubos de
cultivo unas
cepas de una virulencia extrema; dicho de otra ma­
nera, para emplear
la bacteriología en la preparación de la guerra.
Este. riesgo existe verdaderamente. En este momento es rechaz~do
con indignación, al menos ·oficialmente, por todas las naciones civi­
lizadas (pero en realidad, esto no es seguro).
Señalar el sitio donde la luz ilumina
Pero si, afortunadamente, todavía encontramos esta especie de
prohibición moral, lanzada
cootra. el uso abominable de la bacterio­
logla,

lo
debemos a

un solo hombre:
Pastwr,
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MANIPULACIONES GENEIICAS: WS APRENDICES DE BR.U/O
Pasteur tiene una responsabilidad gigantesca. El es quien in­
ventó toda la biología molecular moderna
al demostrar la simetría
de las moléculas. Es él quien ha revuelto todas
las ideas. Ha abierto
una brecha enorme . en la ignorancia,. y toda la ciencia se ha engol­
fado a través de ella. Pero Pasteur era un verdadero guía. No se
enfrentó
únicamente ron el

muro
de ía ignorancia, sino que tan
pronto como abría una brecha, mostraba un . camino. Cada vez que
descubría un nuevo germen, la
prirne:ra cosa

que
hacía era tratar
de compreuder cómo se podía luchar rontra la enfermedad. Jamás
trató de ver cómo se podría extender esa enfermedad.
Dicho de otra .manera, resulta que, psicológicamente, Pasteur,
al inventar las vacunas, vacunaba la humanidad. entera contra un
uso abomirulble de la ciencia que descubría. Esa es la responsabi­
lidad de los científicos. Los científicos hacen forzosamente descu­
brimientos peligrosos, porque cada vez aum~tam.os nuestro poder
sin aumentar nuestra sabiduría y, ¡x>r ello, podemos hacer aún
mayor mal.
Pero la verdadera responsabilidad no está en decir: esconded
esto, porque puede ser peligroso; la única
responsabilidad no
está
en ocultar la verdad, sino, por el contrario, en llevarla bien
alta y
mostrar los sitios que ilumina. Esto es lo que hizo Pasteur, y yo
creo sinceramente que si h_asta ahora no ha habido guerra bacterio­
lógica, a él sé lo debemos. Es muy de lamentar que quienes nos han
dado
el poder sobre el átomo, que quienes ·han sido poseídos de ese
terrible espíritu prometeico que
cada día nos empuja· a arrebatar una
nueva

chispa del fuego de las estrellas, con el
riesgo de
que un buen
día hagamos arder el planeta, es muy de lamentar que
esos no
hayan

tenido un Pasteur entre ellos para guiarles. Porque en vez de
utilizar esta nueva energía inmediatamente, para hacer con ella una
explosión con arrasamientos abominables, probablemente hubieran
comenzado por utilizarla pacíficamente con
el mínimo de peligro
para fas poblaciones; y, en ese momento, si esta energía se hubiera
sujetado en primer lugar al sentido común, hubiese sido casi impo­
sible

proyectar su utilización para destruir.
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JllROME L.P.JEUNE
El árbol del bien y del mal
Hablabais hace poco, señora, de la responsabilidad de los cien­
tíficos; esta
es su

única responsabilidad. No se puede reprochar a
Einstein que,

con sus fórmulas, haya
hecho posible la construcción
de una
bomba. Los descubrimientos se suceden inexorablemente; y
sería de una ingenuidad
extrema la de quien creyera que escon­
diendo lo por él encontrado hoy, no lo
encontraría otro
mañana.
Pero lo que . sí se puede pedir a los científicos, lo que se les
debe pedir,
es que enseñen a dónde conduce eso;
y, una vez visto
a
dónde conduce,

que indiquen el
buen camino,

porque siempre hay
un
camino bueno y otro malo.
El
árbol de

la ciencia es muy
ciertamente el árbol del bien y del
mal. Este
árbol de

la ciencia que casi nos sofoca por lo mucho
que se extiende
sobre nosotroo, lleva

por igual frutos buenos
y
malos. A nosotr05 nos toca indicar cuáles hay que coger. La esqui­
zofrenia de
la que les hablaba a ustedes al principio, consiste en
que en los
descubrimientos que
se hacen cada día, ya no
se precisa
cuál

es
el buen uso y cuál es el malo; y esto es lo que crea esta in­
quietud y este miedo ante la técnica.
La ciencia es peligrosa, se dice, iY aún van a hacemos unos in­
ventos que van a ser todavía más abominables que loo precedentes !
Esto surede, sencillamente, porque los inventos son incompletoo y,
sobre todo, porque el uso del conocimiento está truncado. Os voy
a poner unos sencillos ejemplos ...
Como
es sabido, fa reproducción de los hombres es el resultado
de
la fecundaci6n de una célula enorme e inm6vil, el 6vulo, por
una célula masculina de una agilidad extraordinaria, el espermato­ zoide. Está eqnipado para remontar
toda la senda genital, inmensa
a su escala, y es un navegante intrépido. Puede vivir varios días de
sus reservas con tal de que el ambiente le sea propicio. Incluso se
le
puede congelar, en el líquido en que se encuentra, y bajar la
tJemperatnra casi

hasta el cero
absoluto. De esta manera se pueden
conservar por un. tiempo casi indefinido unos espermatozoides, en
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MANIPULACIONES GENETICAS: LOS APRENDICES DE BRUJO
una especie de detención del tiempo. Y claro está que se puede
proyectar
usarlos
después, ya que una vez descongela.dos recupe­
ran toda su
vitalidsd. Esto ha da.do un impulso muy grmde al
arte
veterinario, permitiendo obtener una
descenclencia extraordi­
nariamen.te numerosa

a
partir de un semental de especial reputación,
o

de un toro que engendraba
unas vacas lecheras maravillosas.
La incertidumbre es mayor cuando se trata, no ya de razas se­
leccionadas arbitrariamente por el hombre, sino de una especie to­
talmente salvaje, qurero decir, de la especie humana.
Y para darles a ustedes una idea de esta incertidumbre, porque
nuestro patrimonio se reparte en cada generación, les recordaré la
anécdota que se attibuye a Bernard Shaw y a Isa.dora Duncan. Isa.do­
ra Duncan era una belleza, muy reputada por su hermosura; Bernard
Shaw lo
era, a su vez, por su ingenio. En un cena, Isa.dora Duncan
estaba a
su la.do, y deslumbrada por el fasto intelectual que habla
despleg,,.do
para ella, le
hizo una
declaración a
quemarropa, y le dijo:
profesor, me tiene que hacer un hijo, que será lo más extraordina­
rio del mundo: yo le daré mi belleza, y usted su inteligencia. Ber­
nard Shaw
se quedó reflexionando y le dijo: sí, pero, ¿y si es al
revés?
Quien se quiere eonvertir en angel, resulta bestial
Este peligro es

constante. en genética.
Sabernos muy bien que
las cualidades son hereditarias, pero sabemos también que se re­
parten de distinta manera en cada individuo y que no podemos pre­
ver de antemano si un sujeto determinado va a transmitir una de
sus cualidades, o por el contrario, la cualidad recíproca. Sin embargo, se puede admitir, tomando ejemplo de los vete­
rinarios, que es realmente posible actuar
sobre el patrimonio

de una
especie
utilizando la

fecundación con
esperma selecciona.do.
Y us­
tedes saben que, muy recientemente, ha aparecido ea todos los pe­
riódicos que un multimillonario
norteamericano se

propuso meter en
pequeños frascos congelados los espermas de
algunos premios Nobel,
de los cuales al menos uno ha revelado su identidad,
mientras que
los
otros han

tenido
el pudor

de no confesarla.
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Jl!.ROME LEJEUNE
La idea no es nueva. Fue propuesta por el difunto Müller, pro­
fesor de
genética y premio Nobel de su estado, el cual decidió so­
bre la
marcha que

era una· pena
que la
mayoría de
las mujeres in­
teligentes
y de buena estampa de. nuestra generación tuvieran la
mala costumbre de hacerse
hacer sus hijos tranquilamente por su
pobre marido. Sería mucho
más satisfactorio escoger unos reproduc­
tores

altamente
seleccionados, y toda pareja consciente, organizada
y responsable ante el futuro de la sociedad, debería dirigirse a los
acreditados manipuladores en
Iugar de
dirigirse a maridos mediocres.
Müller propuso poner en
sus frasquitos

el esperma de sujetos
brillantes,
y para no ofender a nadie, lo tomaría de grandes cele­
bridades.

Y o recuerdo haberlo
oído· decir: yo guardada, por ejem­
plo,
el esperma de Lavoisier, de Pastenr, -¡era muy halagador te­
ner a dos franceses en sus
-frasquitos!-, y· también,

continuaba, el
de Lenin y
el de Stalin.
¡Oh, el señor Müller tenía opiniones políticas
y no las ocul­
taba nada! Es interesante que el mismo señor Müller, dos años más
tarde,

en otro congreso. en Chicago,
salía exactamente con la. mismá
historia durante dos horas. Dio una nueva Iista. Era la misma que
la antigua ; no he citado
más que una parte de ella. Sólo faltaba un
nombre:
el de Stalin. Esto sucedía un año despues de la Kroutche­
visatJion
y la desestalinización.
Esto no es una broma. Ha sucedido realmente y Müller no era
un tonto. Hada
su pequeña excursión

política, pero lo cierto era
que trataba de escoger
lo mejor de lo que entendía. El hecho de que
estuviera obligado a revisar su lista, porque
el partido
había
cambia­
do, es una prueba expe,'Ímental y objetiva de una cosa muy eviden­
te: sencillamente que para juzgar a hombres no se debe de ser parte.
Dicho de otra manera, habría que ser un ángel ... ¡y el que hace de
ángel,
hace la bestia!
El deeeo del rey
Por

tanto, no podemos
escoger unos «buenos reproductores»,
masculínos

o femeninos, y
someter a los hombres

al
mismo régimen
al

que los veterinarios someten a
los animales; sería realmente in-
1210
Fundaci\363n Speiro

MANIPULACIONES GENETICAS: LOS APRENDICES DE BRUJO
humano. Pero, sin · embargo, la idea de controlarlo todo, siempre
vuelve a aparecer. Por ejemplo,
ustedes verán
que tres o cuatro
veces al año aparece en sus periódicos un descubrimiento sensacio­
nal:
¡ Al fin, escojan ustedes el sexo de su hijo! Fabriquen de encar­
go un chico o una chica.
Los métodos varían, ya desde hace mucho
tiempo. Están variando ya
desde antes
de
Hipócrates y
después,
nunca han funcionado. Estos falsos descubrimientos permiten, sin
embargo, comprobar que los hombres
y las mujeres tienen ideas
muy extrañas acerca del sexo de sus hijos. Preguntad
al rey, y vereis que el rey quiere un chico, y des­
pués, una chica. Preguntad
al pueblo, y el deseo del pueblo es Ull
chico y después también una chica, y luego un chico, y otro chico.
Preguntad a las feministas
miNtantes: primero
un chico, y después
otro chico. Esto es muy raro. Cuando se hace
la estadística

general,
se descubre que si
existiera un

método para escoger el
sexo del
hijo,

estaríamos ante el
más grave peligro que amenazara la huma­
nidad.

Porque por término medio, el
80% de

los padres quieren
para .empezar, un chico; y suponiendo que
hayan tenido ese chico,
cuando

se les pregunta por el segundo hijo, al menos el
75% toda­
vía

quisieran un segundo chico. Es
decir, que si existiera un método;
el

Estado no podría desinteresarse de la
catástrofe que
se abatirla
sobre nuestros hijos, a
saber, que en la generación siguiente no ha­
bría ni siquiera una mujer de cada cinco.
Habría que recurrir a,! único remedio que tenemos, que son los
ordenadores.

Unos dirían: yo quiero un chico; otros, yo quiero
una chica.
Se metería todo en un ordenador gigante que optimiza­
ría
fos deseos de la población; así se haría la mejor elección, es decir
que

disgustaría
al menor número posible de gentes, y contentaría
a las más posibles. Después de enormes cálculos, se demuestra muy
claramente que

el
ordenad<>r acabaría
echando a
cara o cruz.
Es

decir, que si
llegiram<>s a
poseer una. elección semejante,
¡ al
final nos veríamos obligados a fabricar nosotros
mismos un azar
que nos rebasa!
La otra posibilidad, más dificil de comprender, es que la fe­
cundación n<> se haga necesariamente en el interior de las vías ge­
nitales.
Se puede hacer una fecundación in vitro y ustedes saben
12Il
Fundaci\363n Speiro

JER.OME LEJEUNE
que los niños de Edwards -es el nombre de un médico inglés-----,
especialmente
la

pequeña
Louise Braun

y
otro chico cuyo nombre
he
olvidado, deben

su nacimiento
a un

proceso que no era intrama­
terna:l. Esto tiene su explicación ; no es una proeza contra natura.
Es la utilización de una decisión muy precisa de la naturaleza, a
saber,
que en el sentido topográfico del término,
la fecundación se
hace
siempre fuera del organismo materno. Quiero
decir que
en
sentido topográfico,
la vagina, al abrirse hacia el exterior, es una es­
pecie

de tubo comunicaute con el
exte1ior, y como la cavid.ad ute­
rina

comunica con
la vagina y la trompa comunica con la cavidad
uteriua, resulta que, en términos topográficos, el interior mismo
únicamente un repliegue
para proteger al huevo fecundado.
El niño-probeta
Y, efectivamente, el huevo maduro que es atrapado por el pa­
bellón de
la trompa cuaudo es puesto por el ovario, y que avauza
sobre

esa especie de correa sin fin que
son los pequeños cilios de la
mucosa, este huevo no está sostenido por nada; está libre; simple­
mente, flota en un poco de líquido que le proporciona la pared
tubárica. En el momento de la fecundación, el nuevo ser humauo
está realmente, topográficamente hablando, fuera de su madre. Y,
por esto, cuando se reconstruye el liquido
tubárico en

un frasquito,
se puede perfectamente tomar un óvulo de una mujer en
el m<>­
mento

en que va a ponerlo,
fecundarlo con

esperma humauo,
y ver
que esta fecundación se produce ciertamente fuera de una estructu­
ra tisul:ar materna, porque es as-i como se . hace en la naturaleza. ..
Claro está que es únicamente la fecundación lo que puede suceder
así; porque en cuauto el ser
hu¡nauo ha
hecho sus
primeras divisi<>­
nes,
al

cabo de seis o siete días, la pequeña masa celular que empie­
za a

temblar necesita absolutamente encontrar algo
más para flotar
que el liquido nutricio. Pero no sabemos en absoluto fabricar una
cosa que se pueda parecer, ni de
lejos, a la maravillosa mucosa ute-
1212
Fundaci\363n Speiro

MANIPULACIONES GENETICAS: WS APRENDICES DE BRUJO
rina madurada por las hormonas y a punto para recibir al embrión
que se va a implantar en ella.
No existe el
niño-probeta. Es absolutamente inimaginable, ni
aun en los diez o aun veinte años en que somos capaces de prever,
que
inventemos una
manera de conseguir un hombrecito desarrollán­
dose en una botella. El
suefio de Aldous Huxley es, quizá por largo
tiempo, totalmente irrealizable.
En cierto modo es una pena, porque si
el experimento hubiera
tenido éxito se sacaría de él una consecuencia importante: Si se vie­
ra desarrollarse en una botellita a un niño de u.no o dos meses, un
hombrecito del tamaño del pulgar, el Tom-Pouce del que les he ha­
blado en otra ocasión, si se le viera dentro de una botella y la bo­
tella saliera diciéndonos que ese niño es mío, nadie .creería a la
botella. Se sabría perfectamente que un niño pertenece a alguien.
Lo que sigue siendo interesante es que
la fecundación extra'
corpórea

es
la demostración experimental en nuestra especie de que
el hombre comienza
en la fecundación. Es decir, que el comienzo
del ser humano y.a no es una cuestión metafísica; es una demostra­
ción esperimental. Si Edwards y Steptoe no hubieran estado total­
mente seguros, en el sentido científico del término, de que lo que
iban a reimplantar en el interior del útero de la madre no era ni
un tumor, ni un animal, sino un verdadero ser humano, jamás- se
hubieran atrevido a hacer esta manipulación. A Luisa. Braun se le
ho visto bajo dos aspectos: bajo su aspecto microscópico en el que
no
tenia más que algunas células, y eo su aspecto de bebé, tal
como ha vuelto a salir, nueve meses después de su · reingreso en el
organismo materno.
Lo que llama la atención es que esta esquizof reoia de la que os
he hablado al principio, no nos
ha mostrado más que la p05ibilidad
de

sortear el
obstáculo: a fin de cuentas, se podía uno pasar sin los
buenos métodos antiguos de hacer niños,
y esto es lo que ha fasci­
nado al mundo. Pero
se han guardado mny bien de mostrarles a
ustedes
la realidad entera, demostrativa
y experimental: es cierto
que la vida humana, como
toda vida,

empieza en la
fecundación.
No

hay
más que un comien%0, que es ese.
Y esa es
la verdad que ustedes no han oído por ra.clio, ni han
12U
Fundaci\363n Speiro

leído;.'eh sus periódicos, rfr --VíStó en ·-la ·lelev'isión. A, esto: :me· refería
cuando les decía que los doctores de Ji nueva ley pecan delibera­
dameote'pó a

ustedes
todo lo
que
saben.
Una idea diabólica
· ·1'001aré otto'·eJémP,lo "estúpido, éste inventatlo; es·· el -de "un -mul­
timillOilfil"io ··americano el :cüal,-: ( en: urut; nÓvd-a que· tuvo cierto éxito)
pretendía' que había, pa:gado1 :a üfla·- persbha ·por Hevar· ·a -un iiiño-si~
lido· de •sus preciosas• &lulas' (las del• múltimillooario;· claro 'está).
ES'la idea• del «clónagé» ,· segúh Lf cuál se

podría
ih jertar a ! bres o·' aga:villatlfJ's é'oh1o -'se 'b~ce ·cbn-·'iós vegetaleS->TéC-hicamente
esto consiste SerttíU-á.m.ehte etf dedr:·-st-.se-·-tomara wi-á célula de· un
indi'víduo adulto y se fo·mrajetit•éhiudeo, ciértamente que se ten­
dría en
ese ·mldro todo •el -¡;attimonio"genético del donador. ·
Si· : entonces · --se cogiese un--'huevo' fecundado y-se' le qui fata su
núcleo legítimo -para reem¡ilazarlo 'por ese núcleo. extraño (proce­
dente del multimillonario étn:uestión) ·se·· debería observar el desa­
rrollo embrionario- de un -sujeto exactamente -·poseedor· ·de· los carac­
teres ·genéticoo del que lé ·ha pro¡,orcionado el -núcleo. Bastaría,
pues, · con reimplantarlo· 'Sehcilla.hrertlte ·en una nodriza · uterina, que
¡,odría ser•eventualmente fa donlmte del óvulo, pero que no· hubie'
ta dado ·SUS propios crom<ísOOlas;' sus propioi>' genes· al niño, porque
ese

niño no
poseeríá más que'el núcko salido de su pseudo-padre.
Dig6 su pseudo padre
pot 'qü~ séda 'slf átitepasado inmediato, o más
bien su hermano gemelo, bien que algo mayor.
Estd es posible en
los vertebrados inferio·,res;:-· En::: 16s: :battacios, como los tritones y las
ranas, se pueden fabricar pequeños animales que no poseen más
caracteres genéticos que los del que ha aportado el núcleo. La· con­
clusión inmediata -es-·que esto también· es ·posible en el hombre.
Está és una dé esas simplífi1:adones dé aprendiz de brujo que
se niega terminán!'elnéi'lte .

a considerat la
tótalidad de
lo que
sabe;
Hay· -una · diferencia mu:y:-· dara entre, hls ranas y ·nosotros; es que
esos animales tienen una metahlórfesis. -Uña tana· empié1a. por ser
un pecedtó';· ·un e í'éflacu:ajo·-es. ·ett -,ét-:sentidó' anatómico -de" la palabra,
1214
Fundaci\363n Speiro

MANIPULACIONES GENETICAS: LOS APRENDICES DE BRUJO
un verdadero pez. Y . después· sobreviene un aaidente extraordina­
rio; la nana se 'po,nei' 18. e releer: . febrilmente 'todo 'su patrio:wnio gené­
tico y ·se da cuenm. de qlJ!.e ·,se ha· construido-a la;·.-manera de un pez;
pero como, sabe:.también---coostruirse.;como,.un te:tmpodo, ¡·se olvida
de ser pez;· :y-se hace ratia!-,
Esto ·n.o slKJ«!e.• en la especie hUffial'la. ·Esto no pasa en las es"
pecies superiores~ no hay en ,ellas.metamorfosis -en el curso de la
embriogénesis. La, embriogénesis está directamente dirigida hacia la
meta superior; ,recueirda ciertas etapas .. ,de. fa ,evolu.ción,· pero mm­
ca pasa por un· individuo funcionalmente completo--de un, nivel in­
ferior. Y además hay otra diforeru:ia ,e.-idente,• ----'sin siquiera mi­
rar tan lejQS--'-; cuando amputais, una . pata a l1.t1lít rana o .la co­
la a una largartija, vuelve a salir. Eso no-pasa en-los hombres,
Y
esta diferencia

es muy importante.
Es por esto, probablemente,
por

Jo que se
puroe coger

un núcleo
de una célula del cuerpo· de
un ha.tracio, porque ese--núcleo es ·capaz -de vo:lvet a encarrilar el
desarrollo
embr-ionatrio, Y" :de volver a -empezar-la lectura de su pro~
grama.: Mientras ·-que nosotros: somos un05 organismos;. tan compli­
cados y· han sido-necesarias· -tantas órdenes _ sucesivas ·para elaborar~
nos, que un programa, lan • bien integrado no puede leerse a saltos.
Este, deseo -de confecrcionat . .-,un homb.1:te .... a su imagen' es, -en el
sentido estricto del término, wia idea diabólica. Por de pronto, ha­
bría que
tener una ivanidad-.increíble -para creerse suficientemente
bello y-, suficientemente interesante para desear contemplar la pro­
pia-réplica ·-.absolutamente exacta- en la generación siguiente. Uni­
camente un millonario podría creerse suficientemente-. precioso pa­
ra: ello.
La felicidad que proporcionan los hijos radica en que volvemos
a
encontrar en
ellos una
parte de
nuestros propios
defectos y
una
parte de ·-las cualidades de nuestro conjunto.
Hay que hacer los hombres uno por uno
Fiero aunque -todo esO fu.era posible, incluso si fuera posible
una producción ·en serie: semejan.te, como la había imaginado Aldous
1215
Fundaci\363n Speiro

/EROME LEJEUNE
Hwcley, en su novela cun mundo feliz»,. estO sería una catástrofe te­
rrible. Imaginen ustedes. por un solo instante un hombre en la his­
toria que se pudiera
multiplicar por miles de ejemplares exacta­
mente idénticos; .eso sería un drama terrorífico para la humanidad,
Y no digo de hacer unos miles de pequeños Hitler o millares de pe­
queños Stalin, no, eso es wia comparación demasiado groset:a.
Tomad, en cambio, un hombre que par~ muy bueno, muy
bondadoso, muy simpático y muy inteligente. Tomad un Enstein.
Prepararos una

generación
de mil Enstein. Oiréis
un coro de ala-­
banzas : si es maravilloro, así la ciencia va a progresa·r a pasos de
gigante. Eso sería una enorme tontería, sería una catástrofe abso­
luta. Miren lo qne va a pasar, suponiendo que eso sea posible. Esas
gentes estarían todas igualmente dotadas unas que otras, puesto
que S!erían todas. un Enstein, y, además, eso se sabría. Es decir, que
tendrían a la vez, los derechos hereditarios de una nobleza gené­
tica aunque completamente nueva. Y también las prerrogativ,as de­
bidas a su superioridad intelectual en ciertos ámbitos.
Después de una floración que durara cinco o seis años, esterili­
zarían completamente la ciencia canalizando todo el pensamiento
científico en el que se les considerara maestros, en un molde y en
nn corsé. del cual no podrá salir por lo menos durante dos gen.e­
raciooes.
La naturaleza es muy sabia y se limita a fabrica:rnos un número
muy pequeño de ejemplares ( a lo más dos o tres mellizos idénticos)
y casi siempre hace los hombres y la, mujeres uno por uno, una
por una, quizás para
hacerlos mejor.
Las gentes que imaginan estas manipulaciones, los que creen
en la partenogénesis, es decir, en hacer individuos a partir solamen ~
te de mujeres ( cuando no creen en la única partenogénesis que ha
existido en toda nuestra especie), esas gentes llegan progresivamen­
te sin saberlo, al mismo aspecto que
Aldous Hwcley habla

señalado
en Un mundo feliz. Es decir, a una tecnología que trabaja sobre
la
ciencia,

pero en realidad
desencarnada. Desencarnada en

el sen­
tido de que
ya no interesa el hecho de que es el espíritu el que mue­
ve la materia, sino que interesa el hecho de que se vaya a encerrar
una cierta fracción de inteligencia dentro de la materia.
1216
Fundaci\363n Speiro

MANIPULACIONES GENETICAS: LOS APRENDICES DE BRUJO
El rasgo más atroz y probablemente el más profundo que ha
descubierto
Aldous Hwdey en toda su obra, es que, según él, una
sola palabra se ha quedado como obscena en esa civilización en la
que
todo está permitido, eo la que las deoominaciooes más preci­
sas y más fundaciooales de todos los órganos geoitales, u otras, erao
de
uso corrieote. Una sola palabra había resultado prohibida. Todos
los manuales se tuvieron que volver a escribir de manera que todos
los autores cambiaran esa palabra por Únoa puntos suspensivos, por­
que
esa palabra era la única
palabra obsceoa, la

única que
no se
podía pronw,dar y

ésta es
la palabra, mtdre.
En la civilización de Un mundo feliz no h3¼' más que una
cosa vergonzosa, la maternidad.
El error del doctor Fausto
Esta visión es absolutamente genial. En realidad solamente los
artistas pueden

comprender la cieocia. Los científicos la fabricao
pero· tio ven más allá de sus· narices. Los artista.5 fa huelen, la ven
de lejos, y de hecho, la ven veoir. Nos extasiamos con Aldous
Huxley: ha
previsto esto
con cuareota años de anticipación. Pero
no ha previsto absolútameote
nada. Leao ustedes a

los buenos auto­
res, que les conta1rán la historia completa.
Hay uno, extraordinario. Es Goethe. Todo el mundo conoce •
Fausto,

claro está. Habrán
ustedes observado

que
el primer Fausto
tieoe una historia muy sencilla :
una chica seducida, abandonada,
que mata a
su hijo, y esta es la culpa del doctor Fausto. No es ha­
ber querido rejuvenecerse, sino no haber acogido al hijo que él
había hecho

a Margarita. Toda la. historia de Fausto se resume,
quizá en

el recuerdo de la pérdida de un hijo de esta maoera, o por
aborto. ·
Pero

Goethe
ha ido mucho más lejos: con el segundo Fausto,
con
el que no hay costumbre de leer. En él, el pobre doctor,. siem­
pre
guiado por

Mefistófeles, tiene ya el cerebro un poco tocado,
y
es llevado en más o menos mal estado a un cierto doctor Wagner,
que ha ocupado el laboratorio de alquimia del difunto Fausto. Y
1217
Fundaci\363n Speiro

JEROME LEJEUNE .-
el doctor Wagner está,hacioodo una,,experi~ia maravill06ll; está
fabricando
un hombrecill9 en una Mueña ,cápsula,, Incluso Mefis­
tófeles
tiene miedo; le
par~e que .es diabólial'11ellte peligroso. Cuan­
do al
fio. ha fabricado al

hombr<,<:illo,
éste. viene, a revolotear sobre
la
cabeza del pobre doctor
Fausto que

se vuelve completamente loco.
Después de esto,
imagina a Heleo.a, e

imagina
toda la historia, para
terminar con un cuadro- absolutamente.gigantesco: crea:.:u,na. so<;:Í.e­
dad témico-:,acialista y el último acll) de poder. que hace para am­
pliar esa fábrica es destruir el único vestigio de felicidad, la ca­
baña de Philemon
y de Baucis. Es el .último acto del , Pu\" bien, en: est<: mon,,ento esta!I)QS asistiendo-al ,egn11do:· ·Faus­
to. Goethe lo ha visto claramente: H¡¡c~r un,hombrecito, . .¿para qµé?
Pues bien, para h¡¡cer un

hombre a su
imageo. Porque

eo el fondo
:,abe bim que

él, hombre, está
hecho a

•imagen de algo. Y como
no lo quiere reconocer, se dice a sí UV$.r;no.que,.,sj.,,! ~Jin, ,éJ-:·tnisn10
fabricará un hombre, podría triunfar, sí, porque el hombre está
hecho; pero a su imagen,-·
Esto es nuevamente·, -la esquizofrenia,. el no queret r.ecpnQCer la
evidencia, tan sencilla, de que -el h001bre . está hecho a -imagen de
Dios.
¿De dónde -viene esta esquizofrenia? Con .esto voy, a term,inar
porque he hablado -demasiado tiempo, y creo que convieoe. que me
detenga en eso.
Proviene del-bochó -de que nuestro sistema, de, ;pensam.ien.to está
profundamente quebrantado. Está quebrantado ·por "Un~ ,lógica falsa
que pretende hacer una tesis, u.na antítesis, :y después una :síntesis.
Son las muletas de los marxistas. Y a e:,a lógica pretende que hasta
se puede hacer una tesis, una antítesis y una hípótesis. Es la :prótesis
masónica, que también cojea sobre tres pies.
¿Por qué-
esas dos

prótesis- intelectuales
son-- malas-? Porque

no
se ajustan a las leyes de la razón.
Es neées8rio que una púé-rta esté o' abierta ó' oeITa-d:a
Cuando se han inventado las máquinas para estimular ciertas
funciones de nuestra inteligencia,, se las ha construido un ,poco a
1218
Fundaci\363n Speiro

MANIPULACIONES GENETICAS: WS APREN/illCES .J)EAJRJJ/O
imagen . de 11~0. ~ &:., las. han,., un nµme~o
~ hilos, extllaOrd.inariamente enmarañados y. de una
longitud
gigantesca, Silos hilos que. forman la red. de sus cerebro,;,
de

los que
1.ist~ .tienen. dentro de. ~u: calota craneal, fueran co!oca­
d0$ en .fila, irían y volverían hasta la luna. Son cifras astronómicas,
en.el.sentido.
estricto ~ la palabra. En.,11uestras máquinas se.chan
construido unas.,redes,
.mucho más pequeñas, pero que se,. ajustan
a 1as mismas leyes

lógicas, y muy
exactamente a

una
(lOCión , muy
sencilla

que consiste en que,
cuando se llega a una bifur<:ación, hay
que
seguir o. por

la derecha
o poda· izquierdao
EsJo-. quie,re .:decir,_ .ex,l.Ctam.ente, .que en electrónica d razona­
miento es bi¡¡ai:io; todo valor es .uno o cero. Musset lo dijo mucho
más simplemente : es , necesario_ que, una. puerta esté o, abierta o ·. ce­
rradl!--He aq11í toda la.lógica binaria,,,Y,los teóricos que constru­
yen esas máquinas, después de soltarnos infatigablemente .unos ra­
zonamient~
co_mo morcillas: sin, :ningún error,. han tardado

unos
clos mil años . en volver, a descubrir que· .la ú.nica posibilidad de te­
ntr un pensamiento claro_ es · la que- ,antes,. señora. Presidenta, recor­
dal;,:ais: «est est, non:. non» .. 0.e.s que-:S'Í, o es que no. No es posi­
ble
construir.::unas máquinas que simulen nuestra

inteligencia
y que
no responclan formalmente a esta regla : «Que vuestro sí, sea que
sí, y vuestro no,· sea que no»., Y para.: ccmtinu.ar vuestra ·cita: «todo
lo demás, viene del diablo», Los, ,electró!licos saben que ,esto es. en­
diabladamente cierto. B)ISta únicamente que. una

de sus'
. puertas
se
entreabra, para que. la máquina se derrumbe,
La muerte no· _obtiene ,,victoria
¿Esto nos lleva a concebir el porvenir de la ciencia, .o más exac­
tamente el
porvenir

de la
vida ante

la
ciencia, rernblande o, por el
contrario, coh una-relativa serenidad?; Pues bien, yo -<::reo que las
dos cosas
·a la
vez.
Porqqe-s_i mantenemos firmemente la-ún.ica ma­
nera de pensar Q sea_ la lógi.qa, que:·.dice: lo. que,es tal cosa no es al
mismo tiempo otra
, cosa,· entonces, la ciencia

no
es peligrosa; mas,
si pierde esta lógica, se vuelye loca, , completai:nnte loca. Pero esta
1219
Fundaci\363n Speiro

JEll.OME LE/EUNE
lógica es muy difícil porque hay que tener en cuenta todo, para
evitar la esquizofrenia. Por ejemplo, cuando ustedes ven un niño
gravemente enfermo y que unas gentes lo quieren matar porque han
visto también que está enfermo, es necesario que ustedes tengan en
cuenta la totalidad de lo que ven : es cierto que padece una enfer­
medad grave;
es espantoso.
Pero también es verdad que es un hom­
bre. No olvido que
estoy viendo

que es un hombre,
y por tanto
no lo mato.
¡ Ahí estamos! Y a no ·se pregunta si se va -a matar a unos niños
en el vientre de sus madres porque padecen una enfermedad quí­
mica o cromosómica.
,De esto todavía se habla en los periódicos,
pero

ya no en los
periódicos médicos. En éstos se considera si se
debe matar o no
a los

niños anormales después del nacimiento; y
esto se discute en periódicos como el Lancet, el periódico médico
mayor del mundo.
Y únicamente es así porque
han perdido ese conocimiento com­
pleto, y no tienen
más que

un conocimiento truncado.
Se va a ma­
tar a vuestros hijos, si son anormales; se matará a vuestros enfer­
mos

graves;
se matará a vuestros padres ancianos. Este es el futuro
que les proponen a ustedes;- esto quizá no
sea automático,
pero co­
rremos el riesgo de que suceda.
De todas maneras, para lo de los niños ya esta ahí, incluso en
Francia, en pequeña
escala. Se mata a los niños· después del naci­
miento y deliberadamente. Se les ha aplicado un precepto muy malo
de la educación antigua que decía: «quien bien te ama, te hará
llorar». (Esto no me había convencido nunca cuando yo era niño).
Los médicos lo han actualizado repitiendo: «quien bien cuida, bien
mata».
(Esto me parece todavía mucho más delirante). Y, sin em­
bargo, estáis esruchando a grandes conciencias, totalmente oficiales,
que os prometen eso en la radio y en la televisión.
Pues bien, de lo que uno no se suele dar cuenta es de que hace
falta una tenacidad y una honestidad moral extraordinarias en el
empleo de la lógica para que la inteligencia no descarrile.
Pero, afortunadamente, resulta que no tenemos únicamente a
nuestra disposición la lógica. Si sólo tuviéramos eso, sería una ca­
tástrofe: la que Chesterton ha descrito brevemente: un loco es un
1220
Fundaci\363n Speiro

MANIPULACIONES GENETICAS: LOS APRENDICES DE BRU/0
hombre que ha perdido todo menos la razón. Pero que -ade­
más--se

niega a utilizarla totalmente. Necesitaría
la totalidad
de
la razón para repasar todo al mismo tiempo, y evitar el naufragio
en un asesinato colectivo mediartte una bomba atómica,_ o en el ase­
sinato específico de los eofermos o las geotes que no le gusren.
Afortunadamente, existe otra inteligencia, que no sabemos meca­
nizar y que se llama la inteligencia del corazón. Ella nos enseña
que
hay
cosas que
no se debeo
hacer, sin
obligarnos a analizar la
inmensa cadena de razonamientos que nos llevaría fácilmente a la
misma conclusión, pero que exigirla un esfuerzo enorme. Es una
economía maravillosa que tengamos un corazón para guiar a la ra­
zón. Porque, a veces, la razón tiene unas salidas que el corazón no
podría sufrir. Ya lo dijo Pascal.
Queda
por saber si hay que temblar ante la selección que se
quiere imponer a
los hombres,
ante la barbarie tecnológica que
nos amenaza.
Antaño, el hombre estaba sometido a la selección natural : te­
nía
los hijos
que podía y que sobrevivían.
Con el uso conceptivos
y del aborto la reproducáón se ha hecho voluntaria.
V amos a asistir a una cosa muy nueva y que no está descrita en
los. manuales : la selección sobrenatural.
Porque en una población que
se adueña
de su fecundidad, hasta
el punto de no tener hijos si se le antoja, no quedan sino quienes
toman como
referencia alguna
cosa que
les sea superior,

quienes
aman la vida, quienes aman al Creador de la vida, acabarán por
tener hijos suficientes
para reemplazar
las geoeraciones. Y se verá,
por primera vez en nuestra especie, por primera vez en la historia
de !os hombres, que un control absoluto deja aparecer otro poder
que acarrea uo vuelco progresivo, pero ineluctable,
Siempre

sale ganando la vida;
la muerte no obtiene victoria.
Ante esto, yo quisiera sencillamente deciros para terminar, que
ante este panorama, ante esta
coos.telaci6n de
conocimientos nuevos
y deslumbrantes, que cada semana cambian un poco nuestra concep­
ción y rectifican ciertos errores,
y delante de los peligros a donde
esta razón,

que ha perdido la ponderación que le aportaba el cora-
1221
Fundaci\363n Speiro

JEROME. LEJI!UNE, i \\' .:,.!/
zón, corre e) riesgo de lle.va,;nos, el ,científico está maravillado por
.ese secretCl increíble,. casi i~prensible, y · ,sin embargo . evidente:
esta
decisi\
del Dios qui,. hizo el

cielo
y fa tierra de hace.r todas . ,. ' ' . . '",, ,, 1. -.. ·, .'_, ' ,.,
esas cosas tan o~~, p.µ:a ___ 195-,,sahi0$. y )~. _g_ranfies_ ~~ciencias
de este m,u¡do,, ydtc mostrarlas, a )os niños y¡ los ¡:¡ueJe "°'""·
,_u
Fundaci\363n Speiro