Índice de contenidos

Número 213-214

Serie XXII

Volver
  • Índice

La infiltración progresista

LA INFILTRACION PROGRESISTA (*)
POR
VICENTE JOSÉ FERNÁNDEZ B,uRGUEÑO
SUMARIO: Introducción.-San Pío X y Pío XII contra el modetrus­
mo.-El cambio de términos: modernismo por progresismo.-El pro­
gresismo, cambio _ estratégico de la Revolución.-El Estado Mayor pro-.
gresista: el IDO-C.-El IDO-C en España.-La infiltración Progresista
en España.-La infiltración progresista en - las organizaciones apostó­
licas.-La infiltración progresista en la Universidad.-Los -frutos del
IDO-C.-La confluencia político-religiosa del progresismo.-Conclusión.
«Estamos en tiempos en los que se acogen y adoptan con fa-
cilidad ciertas ideas de conciliación de la fe con el »espíritu
moderno",

ideas que conducen mucho más lejos de lo que se
ctee, no

solamente a la debilitación, sino a
la pérdida total de
la fe ( ... ). No es rato encontrat personas que expresen dudas e
incertidumbres sobre las verdades o que incluso afirman. obsti­
nadamente errores manifiestos cien ·veces condenados y que, no
obstante, están convencidas de no haberse alejado nunca de la
Iglesia, ya que algunas veces han seguido las prácticas cristia­
nas: ¡Oh!, ¡cuántos navegantes, ~áritos pilotos!, y lo que menos
gusta a Dios, jcuántos capitanes, otorgando confianza a noveda­
des profanas y a la ciencia mentirosa de estos tiempos, que en
lugat de llegar a puerto han naufragado!» (1).
«La Iglesia sufre de
la defección y del escándalo de ciertos
religiosos y eclesiásticos que, actualmente, crucifican a
la Igle-
sia» (2).
·
«Por

alguna grieta
el humo de Satanás ha entrado en · la
Iglesia»
(3).
(*) Ponencia desarrollada en el foro con este dtulo en la XX Reunión
de amigos de la Ciudad Católica, Beniéasim (Hotel O:tange), el 12 de ~~
tubre de 1981.
(!) San Pío X, AlocucicSn a ioR cardenales el 27 de mayo de 1914.,
CTr. Carlos Etayo Elizondo, La hereiia del siglo XX, 1978, pág. 3.
(2)

Pablo VI, el 2 de abril de
1969. CTr. Carlos Etayo, op. cit., pá-
gina 4. ,
(3) Pablo VI, en junio de 1972. Cfr. Catlos Etayo, op. cit., pág. 4 .
• zf47 .
Fundaci\363n Speiro

VICENTE ]OSE FERNANDEZ BURGUEF/0
Introducción.
En estas tres frases, la primera de San Pío X, de 1914, y
las ottas dos de Pablo VI, de 1969 y 1972, respectivamente, está condensado lo que podemos considerar la herejía del
si­
.
glo

xx: el modernismo y su heredero natural, el progresismo;
ya que como nos dice Robert More!, «Progresismo: es lo que
San Pío X llam6 modernismo, y
lo condenó» ( 4 ).
Efectivamente, el progresismo de hoy es el modernismo de
ayer, llevado
a sus

últimas consecuencias,
exacerbado por
los
acontecimientos políticos y religiosos que tienen lugar después
de la segunda guerra mundial y tácticamente dirigido y manipu­
lado por los que pretenden la desttucci6n de la Iglesia Cat6lica. Hist6ricamente, como nos dice el P. Monsegú, «se ttata de
una corriente de pensamiento y de vida cuya primera manifes­ taci6n en la Iglesia Cat6lica se dio en
el período postbélico de
la segunda gran guerra, cobr6
. auge

o aliento con el hecho his­
t6rico del Vaticano II, y ha
alcanzado su

madurez y plenitud,
acaso diríamos mejor su total desquiciamiento o desbordamien­ to, después del Vaticano II, en esto que dicen postconcilio» (5).
San Pío X y Pío XII contra el modernismo.
No es nuestro prop6sito entrar en los orígenes y preceden­
tes del

modernismo (6). Sí,· en cambio, creemos de interés ex­
poner, aunque sea brevemente, las sucesivas condenas que sobre el mismo recayeron, tanto por parte de San Pío X como por
(4) Robert More!, Lexicon de L'Eg/ise NoveUe, París, 1971. Cfr. Pa­
dre
Bernardo Monsegú, C. P., El progresismo en España. Apunte hist6-
rico-crltico,
Hermandad

Sacerdotal
Espafiola, Madrid,
1977, pág. 41.
Recogido en Verbo, «El progresismo y su penetración en España. Apun­
te histórico-crítico», en Verbo, 153-154, marzo-abril de 1977, pág. 443.
(5) P. Bernardo Monsegú, op. cit., pág. 42.
(6)
Para los

interesados en este
tema son de gran interés: Eugenio
Vegas Latapie, «El modernismo después de la "Pascendí"», en Verbo, 65-
66, mayo-junio-julio de 196S, págs. 351 y sigs. También, P. Manuel Molina,
«El progresismo religioso (Orígenes, desarrollo y crítica)», en Verbo, 148-
149, octubre-noviembre de 1976, págs. 1.176 y sigs. El trabajo del Padre
Malina sobre otros
aspectos del progresismo continúa
en los
Verbos 150,
151-152 y 153-154. . '
En la exposición de este pun~~ hemos seguido los dos trabajos rese­
fíados anteriormente.
448
Fundaci\363n Speiro

LA INFILTRACION PROGRESISTA
Pío XII, ya que a ellas son debidas el cambio ulterior del tér­
mino modernismo por progresismo.
El modernismo fue condenado en 1907 por San Pío X me­
diante el Decreto
Lamentabili sane exitu y la encíclica Pascendi
dominici gregis,
calificándolo como «conjunto de todas las he­
rejías» y

a sus seguidores «como los peores enemigos de
la
Iglesia».
, Pese

a esta condena
y a la posterior denuncia del mismo
Pontífice, en su
Motu Propio, del 9 de septiembre de 1910,
los modernistas clandestinamente siguieron extendiendo su ac­
ción, incluso en el campo político
y social. En este aspecto son
de una clarividencia absoluta las palabras de Georges Berna­
nos (7):
« Una nueva invasión modernista comienza, cuyos primeros
corifeos estamos sufriendo. Cien años de concesiones, de equí­
vocos, han permitido que la anarquía empañe profundamente el
honor del clero. La causa del orden ya no puede tener confian­ za en muchos de estos descarnados_ Creo que nuestros hijos ve­
rán en el grueso de los militantes de
la Iglesia un verdadero
batallón de
la muerte. Seré fusilado por 'Sacerdotes bolchevi­
ques que llevarán el contrato social en el bolsillo y
la cruz sobre
el pecho». Más tarde, durante el pontificado de Pío XII,
el modernis­
mo se lanza al asalto de la Iglesia. Para ello eligen tres centros
de interés que intentan pOner al servicio de sus heréticas doc­
trinas. Estos centros de atención prioritarios son: los centros de
estudios teológicos, los medios católicos de comunicación
y los
centros de pastoral. La infiltración comienza a ser selectiva
y
estos centros prioritarios para el desarrollo de las ideas moder­
nistas no serán abandonados nunca. El resultado de esta acción es la formación de la llamada
Nueva Teología, compuesta principalmente por jesuitas
y domi-
(7) Henri Massis, La vida intelectual de Francia en tiempos de Mau­
rras, Ediciones Rialp, S. A., Madrid, 1956, págs. 184 y sigs. Citado por
Eugenio Vegas
La.tapie, op. cit., pág. 370, de la siguiente manera:
«Comienza una nueva invasi6n modernista y ya se ven sus
avanzada$.
Cien

años de concesiones
y de equívocos han permitido que la anarquía
penetre profundamente en el clero. La causa del orden ya no puede contar
con un gran número de esos "primaires déclassés'". Creo que nuestros hijos
verfa el grueso de las tropas de la Iglesia del lado de las fuerzas de la
muerte. Yo seré fusilado por sacerdotes bolcheviques que llevarán el Con­
trato social en el bolsillo y la cruz sobre el pecho ... ». ·
La referencia de Eugenio Vegas es: Henri Massis, Mau"as et notre
temps,
t. 1, pág. 174 (La Palatine, París, Gen~e, 1951).
449
Fundaci\363n Speiro

VICENTE ]OSE FERNANDEZ BURGUEJ'W
nicos. ganados por el modernismo. Y, en consecuencia, con su
desviación viene su condena. El 12 de agosto de 1950, Pío XII
publica
la Humani generis, en la que se denuncian y reprueban
todos los frutos de
la Nueva Teología, muchos de los cuales
apareen de nuevo en
d actual progresismo: el evolucionismo,
el existencialismo, el historicismo, el relativismo, el ireni-smo,
etcétera.
El cambio de términos: modernismo por progresismo.
Es, en 1963, cuando trasciende al gran público la resisten­
cia que los teólogos modernistas de la Nueva Teología han man­
tenido frente al magisterio de Pío XII principalmente en Francia.
Por ello, durante el pontificado de Juan XXIII
y durante
el Concilio Vaticano 11, se produce el cambio del término mo­
dernista por el de progresista.
Con ello, como nos dice el P. Manuel Malina, consiguieron
«evitar el quedar incluidos en las censuras y condenas contra
ellos lanzadas por San Pío X y Pío XII y dividir la Iglesia en
dos bandos que se llamaron progresistas y tradicionalistas» (8).
Y, continúa: «Pablo VI, a partir de la conclusión del Vati­
cano II, ha sufrido al igual que San Pío X
y Pío XII, el embate
más fiero de los progresistas que1 sin máscara ya, pugnan por
otra Iglesia» (9).
El progresismo, cam,hio estrátegico de la Revolución.
El progresismo representa un cambio de estrategia con res­
pecto a las herejías anteriores y ello por dos razones: ·
l.º El progresismo no es un enemigo claro y visible y ello
trae consigo una mayor dificultad en la defensa. Es un enemigo
infiltrado en nuestras _ ·filas que usa nuestro mismo uniforme
pero con un espíritu y fe distintos. Es una secta interior de la
Iglesia pero extraña a ella que trabaja para destruirla.
Ploncard D'Assac y D. van Hildebrand han plasmado muy
bien esta idea en dos·
imágenes que dan título a sus respectivos
(8) P, Manuel Molina, op. cit., pág. 1.176.
(9) P. Manuel Malina, op: cit.; pág. 1,176.
450
Fundaci\363n Speiro

LA INFILTRACION PROGRESISTA
libros: La Iglesia invadida (10) y El Caballo de Troya en la
Ciudad de Dios (
11 ).
2.º «Por primera vez en la historia el movimiento heréti­
co no actúa por sí mismo, sino subordinado a directrices exter-
nas» (

12).
.
Debido

al fracaso que supuso el ataque frontal contra la
Iglesia, la Revolución Anticristiana juega una nueva baza.
A
partir de ahora el camino a seguir es más sencillo y efectivo,
crear confusión,
división y

discordia en las filas cristianas.
A buen seguro que no fueron desoídas las palabras de
Le­
nin, el gran maestro de la estrategia revolucionaria, «Para acabar
con la religión, es mucho más importante introducir la lucha de
clases en el seno de la Iglesia que acabar con
la religión de
frente» ( 13 ).
Se trata, por consiguiente, de
actuar disolviendo,

formando
frentes antagónicos entre los fieles
y sobre todo en los medios
eclesiásticos. Más aún, no hay que liquidar de momento a
la
Iglesia, sino sólo juzgarla y ponerla al servicio de la revolución
comunista.
El Estado Mayor progresista: El IDO-C.
El progresismo mantiene una estructurá de carácter interna­
cional que le permite coordinar sus acciones, de tal manera que
da la impresión de estar surgiendo espontáneamente en todo el
mundo como un producto
natural de

la «necesidad del cambio de
estructuras».
El cerebro coordinador de los progresistas es e1 orgauismo
llamado IDO-C o Centro Internacional de Información
y Docu­
mentación relativa a la Iglesia conciliar.
El IDO-C proviene de la fusión de otros dos instrumentos
progresistas de información que funcionaron durante
e1 concilio:
el Centro de Comunicación sobre
e1 Concilio (C. C. C. C.), que
actuaba fundamentalmente

sobre la prensa conciliar
y e1 Centro
(10) Jacques Ploncard D'Assac, L'eglise occupée. Diffusión de la pen­
sée fran,aise, Chiré-en-Montreuil, 1975.
(11) Dietrich von Hildebraod, El caballo de Troya en la Ciudad de
Dios, Ediciones F0x, Madrid, 1969. ,
(12) Seminario de Estudios y Documentos de la Juota Ceotrsl de la
A. C. E., ¿Nuevo profetismo ... ? Corrientes y grupos proféticos~ Ediciones
Acci6n Cat6lica, 1969. (13) CTr. Documento oficial de la Secretaria de Estado, apartado 5.'
1963.
451
Fundaci\363n Speiro

VICENTE ]OSE FERNANDEZ BURGUERO
Holandés de Documentación Conciliar (D. O. C.), que represen­taba el ala más radical de
la izquierda dentro de la Iglesia Cató­
lica holandesa. La desautorización, por parte de
la Santa Sede, en junio de
1963, del movimiento criptocomunista polaco PAX, que dirigía
Piasecki (14), potencia la formación, en diciembre de 1965, del IDO-C, el
cual va a responder al mismo objetivo de P AX, pero
con una riqueza de medios mucho mayor y con una mayor in­ fluencia en prácticamente todo el mundo católico (15). La sede principal del IDO-C se encuentra en Holanda, pero
con sucursales establecidas en muchos países europeos, como
Francia, Italia, Inglaterra, España, etc.
Pero su ·actuación no se centra sólo en Europa o en América
del Norte; por el contrario, tiene un aparato muy similar para América Latina, con la única
diferencia de
que en esta zona del
globo, los aspectos progtesistas de tipo dogmático se presentan
como algo secundario, haciendo hincapié, fundamentalmente, en aquellos puntos doctrinales que de alguna manera puedan justifi­
car el compromiso de los sacerdotes con las directrices revolu­
cionarias para realizar una acción conjunta, cuyo fin es provocar
una revolución total en América Latina (16).
El IDO-C en España.
Como ya apuntábamos anteriormente, el IDO-C también ac­
túa en España. La revista inglesa
Approaches, en su número de
(14) Documento oficial de la Secretarla de Estado enviado por el Car­
denal Cicognani al Nuncio de Francia, para ser trasmitido a todos los Obis-.
pos y Superiores Mayores residentes en el país. Esta orden fue cumplida
con fecha
6 de junio de 1963. El documento íntegro puede encontrarse en:
El Affaire Pax. Espionaje soviético en la Iglesia Cat6lica, Textos y Docu­
mentos, Afrodisio Aguado, S. A., Madrid, 1965, págs. 37 a 55.
(15)
El IDO-C, una ;erarquía paralela, Ed. Cío, Madrid, 1968. Recoge
lo publicado en enero de 1968 por la revista inglesa Approaches.
(16) El principal centro de operaciones del 100-C .a nivel latino se
encuentra_ en
el Uruguay bajo la rúbrica del grupo Víspera, nombre con el
que opera una revista de circulación en los medios progresistas de toda
América. El director de la revista es Héctor Borrat y entre sus principalés
colaboradores se encuentran: Ernesto Cardenal y Gustavo Gutiérrez Merino.
El 100-C mantiene relaciones con diferentes organizaciones en todos
los países hispanoamericanos. Por citar algunos ejemplos: en Argentina
es el «Movimiento Iglesia y Cambio eo" la Argentina» (MIGAR); en Chile,
es «Iglesia Joven» y el_ «Instituto Belarmino» de los Padres Jesuitas, y por
último, en Perú, es también «Iglesia Joven» y la famosa «Oficina Nacional
de Intervención Social» (ONIS).
452
Fundaci\363n Speiro

LA INFILTRACION PROGRESISTA
enero de 1968, señalaba como componentes del IDO.C en Es­
paña
las siguientes personas (16 bis).
Mons. Antonio Montero, cerebro número uno e introductor
del
IDO-C en

nuestra Patria. En esa época encargado de la
edi­
torial y librería PPC (Propaganda Popular Cristiana). Rev. P. Arias, del diario
Pueblo.
Rev. P. Qpriano Calderón, de Eclessia.
Rev. P. Doucastella, del ISPA.
Rev. P. José María González Ruiz, canónigo de la catedral de
Málaga
y perteneciente a la editorial Siglo XXI, de Madrid.
D. Enrique Miret Magdalena, de
Triunfo.
D. Joaquín Ruiz Giménez, de Cuadernos para el Diálogo.
Posteriormente, el 21 de abril de 1978, en un reportaje del
diario
El Alcázar sobre el IDO-C se confirmaban los anteriores
nombres
y se añadían dos más, el de Mons. Iribarren, en esa
época secretario de
la Conferencia Episcopal y el del jesuita se­
cularizado

Jesús Aguirre, Duque Consorte de Alba, antiguo
di­
rector

general de música
y al que se le suponía como uno de los
introductores del IDO-C en España a través de revistas como
Misión Abierta (17).
La infiltración progresista en España.
El progresismo español, una vez más, es fruto de exporta­
ción,
carece de originalidad
y llega con retraso con respecto al
progresismo europeo ( 18 ).
Ahora bien, presenta algunas características que le hacen, en
el aspecto práctico, más acorde con los postulados progresistas la­
tinoamericanos que con los europeos.
Ello es debido a que, dentro del contexto político de la Es-
(16 bis) Approaches, enero de 1968. (17)
Alberto G.
Alvarez, «El IDO-C, una
infiltración marxista
en la Iglesia», en El Alcázar, 21 de abril de 1978, págs. 16-17.
(18) P. Bernardo Monsegú, op. cit., pág. 48. A la bnra de realizar este breve estudio sobre la infiltración progresista, hemos encontrado gran can­tidad de informaci6n, pero, desgraciadamente, ésta se encuentra dispersa en un número considerable de libros, folletos, revistas, periódicos, etc. Sola­mente hemos encontrado, de forma más sistematizada, el trabajo· del Padre Monsegú, anteriormente citado, y que ha sido referencia obligada en va~ rios
apartados de este trabajo.
Por ello, creemos que
serla de gran interés el escribir la historia del progresismo en nuestra Patria, y ojalá sirvan estas líneas para que se lleve a cabo.
453
Fundaci\363n Speiro

VICENTE. ]OSE FERNANDEZ BURGUERO
paña de los años cuarenta y cincuenta, era más sencillo subvertir los valores, incluso los religiosos, bajo las banderas de las rei­
vindicaciones socio-políticas que bajo los aspectos
del cambio re­
ligioso, bien de tipo pastoral o dogmático. Ello no quita que en España, como en el resto de Europa,
también hubiera una clara influencia de estos aspectos dogmá­
ticos y pastorales más genuinos del progresismo holandés, fran­
cés o alemán; pero, a pesar de ello, seguimos creyendo que es de
raíz latinoamericana

la que ha influido más en estos años de
auge del progresismo en España.
Lo que no impide que después de la muerte del General
Franco y tras la descomposición del régimen del 18 de julio, se
extienda más

el progresismo en cuanto a su variante dogmática
y actualmente es más seguido este último que intenta, y en mu­
cl,os casos consigue, cambiar lo que tradicionalmente ha sido el acervo doctrinal de la Iglesia. Hagamos, pues, un análisis de los hitos principales de la in­
filtración progresista en nuestra Patria.
, En

España, con un cierto paralelismo con lo que ocurrió en
Francia, el progresismo de carácter sociopolítico va a extenderse a partir de los años cincuenta utilizando, mejor dicho, infiltran­
do y poniendo a su servicio dos medios principales: por un lado,
las organizaciones apostólicas especializadas, fundamentalmente de
la Acción Católica y, por otro lado, la Universidad, manipulando
políticamente los primeros conatos subversivos que se producen
y las organizaciones de estudiantes y profesores que se empiezan
a formar.
Si, como antes apuntábamos, detrás del progresismo encon­
tramos la larga mano del comunismo, y baste para ello con
re­
cordar el movimiento PAX, en España, este hecho es de una cla­
ridad meridiana. Para demostrarlo basta con leer algunos docu­
mentos de
la época, seleccionados entre la abundante bibliografia
existente (19). Por ejemplo, las declaraciones de Santiago Carrillo en el año
1967 (20):
«La participación

del movimiento católico que lla­
maremos progresista y que comprende también un gran número de
sacerdotes y religiosos y la mayor parte de los cuadros de la Ac-
(19) Gran parte de esta bibliografía eatá recogida y sistematizada en:
!DOPA

(Investigación
y Documentación de Problemas Actuales); PJanifi.
caci6n comunista para España; A. D. U. E. (Asociación de Universitarias
Españolas), Madtid, 1975.
(20) Declaraciones de Santiago Carrillo a María Macciochi. Recogidas
en L 'Unita, 1967.
454
Fundaci\363n Speiro

LA INFILTRACION PROGRESISTA
ción Católica es extraordinariamente activa. Los comunistas re­
conocemos
de buena gana la lealtad y la combatividad de nues­
tros amigos los católicos. Tenemos
fe en ellos, en su acción por
la libertad y
la justicia, como verdaderos hermanos nuestros. Se
están atando ligaduras de fraternidad que espero nadie podrá
deshacer en el futuro. Nuestras relaciones con ellos son las
me­
jotes.
Pensamos

que esta alianza se prolongará en la lucha por
una democracia política y económica y, a más largo plazo
todavía,
por

el socialismo».
Y, continuaba Carrillo: «Un famoso teólogo ha dicho que en
España existen dos Iglesias: una está representada por la mayor
parte de la Jerarquía. ligada al Régimen y a todo su sistema
so­
cial:

la otra se orienta hacia el porvenir, que constituye el
fer­
mento

del progreso. Considero que para el futuro de España
se­
rla
muy

positivo que la totalidad de las
instituciones católicas
terminen

por identificarse con esta Iglesia, orientada totalmente
hacia el porvenir, que coincide con las aspitaciones progresistas
del pueblo. Una Iglesia de este género sería objetivamente un
factor de

progreso. Sé que restan todavía en pie sustanciales
di­
ferencias

ideológicas, pero no es posible olvidar que las moder­
nas corrientes teológicas, que yo llamaría, entre nosotros, · para
entendernos, de los revisioIÚstas, · se orientan hacia el reconoci­
miento del papel de la ciencia y de la acción de los hombres en
e! desarrollo de la historia. Esto facilita la posibilidad de que las
divergencias ideológicas puedan mantenerse sobre el
terreno del
pensamiento,

de la discusión civil y cortés, sin impedir la
cola­
boración

de la comunidad en la acción, para realizar profundas
transformaciones políticas y sociales. Nosotros podemos prever
que· esta

discusión ideológica podrá desembocar en una solución,
que estamos convencidos será favorable a nuestros principios,
pese a que los católicos piensen que lo será a 1os suyos».
Hay que reconocer la clarividencia de las palabras de Santia­
go Carrillo,
y lo fielmente que se
. han
llevado a la práctica todas
sus consignas. Queda claro que la discusión ideológica, si es que
la hubo,

entre los católicos progresistas y los comunistas fue
ga­
nada

ampliamente por estos últimos. Desgraciadamente, quizás
exista
algún progresista que, como apuntaba Cartilla, todavía
crea que el diálogo benefició a la Iglesia Católica.
Y en este mismo sentido, las palabras de Santiago Alvarez
son
concluyentes: «Se impondrá (la alternativa socialista) tarito más
pronto y "naturalmente" c;uanto más nos esforcemos -los marxis-
455
Fundaci\363n Speiro

VICENTE JOSE FERNANDEZ BURGUE1W
tas por desarrollar la acción de masas y por atraer hacia esa solu­
ción a

los católicos,
respondiendo constructivamente
a los inte­
rrogantes que éstos y la propia
Iglesia se

formulan» (21 ).
La infiltración progresista en las organizaciones apostólicas.
Lá Acción Católica tiende, a partir de los años 50, a especia­
lizarse, daodo lugar a diversos movimientos de acción y testimo­
nio que se dedican preferentemente al mundo obrero. Por citar sólo un ejemplo, surge
la JOC (Juventud Obrera Católica) como
movimiento obrero al que no puede considerársele simplemente como un grupo de
Acción Católica

especializado en el apostola­
do hacia los obreros, sino como un movimiento que hace suya
la
causa obrera. Lá JOC, dirigida principalmente a los jóvenes, se
basaba en el hecho de que cada militante fuera dueño absoluto
de su propio compromiso y
opción sociopolítica,

sustrayéndolos
a las consignas y directrices de carácter paternalista de la jerar­
quía. Al partir, por tanto, de estas premisas, divergían de su
auténtico significado para convértirse,
eri la mayor parte de los
casos, en agitadores políticos (22).
El progresismo, bajo
su aspecto

político y como trasmisor del
mensaje liberador del Evangelio va a encontrar en estos grupos apostólicos el lugar adecuado para desarrollar su activismo sin
encontrar por parte de las autoridades la consiguiente réplica.
Ello es debido a que movimientos como la HOAC, la JOC, la
JIC, la JEC, la JACE y demás variantes en la que se encuentra
la militancia católica entre los años 194
3 y

1967, al estar enmar­
cados en la Acción Católica, jurídicamente establecida y recono­
cida por el Estado, disponían de una libertad de reunión, difu­ sión de sus ideas
y acción proselitista que no tenían otras agru­
paciones sobre todo en el sector obrero (23). La explicación de este giro que van a tomar los movimientos
especializados y, en concreto, los dirigidos al sector obrero, pue­
de estar en las palabras dirigidas por Dolores Ibarruri al Co­ mité Central del PCE: «No podemos menospreciar
la importan­
cia de este sector obrero de
Acción Católica

viéndolo con el
(21) Santiago Alvarez, Sobre la unidad de cat6licos y comunistas, Nue­
va Realidad Española, junio de 1%5, pág. 14 (publicado en la Revista In­
ternacional
de Praga,
sección Tribuna de Problemas Actualea). Cfr. !DOPA,
op. cit., pág. 30.
(22) P. Bernardo Monsegú, op. cit., pág. 49.
(2.3) P. Bernardo Monsegú·, op. cit., pág. 49.
456
Fundaci\363n Speiro

LA lNfJLTRACION PROGRESISTA
mismo criterio que hace treinta años. Los obreros católicos cons­
rituyen una parte de la clase obrera española. Y sus creencias
religiosas, su
fe, su actividad católica no pueden constituir una
barrera entre ellos y nosotros» (24).
«Como quiera que sea, el hecho cierto es que estos "movi­
mientos apostólicos especializados" patrocinados por la Acción
Católica, organismos apostólicos dependientes de la
. Jerarquía,
se

vieron abocados
n:iás de
una vez al enfrentamiento no sólo
con los guardianes del orden judicial
y político establecido, sino
también
· con

la misma jerarquía eclesiástica. La tensión en este
aspecto hizo crisis de un modo clamoroso con motivo de las
VIII Jornadas de la A. C. E., en el Valle de los Caídos, junio
de 196 7; a
raíz de

la cual hubo un relevo de mandos en
el cuer­
po consiliar de la Acción Católica» (25). Pero
el progresismo no sólo se infiltraba en estos movimien­
tos; paralelamente se producía la infiltración en la Universidad.
La infiltración progresista en la Universidad. Después de
la liberalización en la vida universitaria que trajo
consigo la gestión de Ruiz Giménez; se producen los primeros
conatos subversivos en la Universidad. Estamos hablando de 1956
y detrás de ellos se encuentra la FUDE (Federación Universita­
ria Democtática Española), detrás de
la cual se encuentra la or­
ganización nniversitaria del PCE
y las Juventudes Socialistas.
Sólo dos años más tarde tiene lugar el famoso «Proceso Ce-
(24) «La corriente católica. Cambios y perspectivas», artículo publica­
do en el Boletín Internacional de Praga, pág. 1. Cfr. IDOPA, op. cit., pá­
gina 30. En el mismo artículo se podía leer, en sus páginas 1, 2 y 3: «Al plan­
tear la
perspectiva de

una unidad de
acción sólida
con
el movimiento
obrero católico y al destacar la importancia particular de este sector en la
lucha por la unidad, nuestro partido tiene en cuenta dos hechos impor­
tantes: En primer lugar, el considerable aumento de la influencia de esta co­
rriente en
el último decenio. Por razones diversas ... , las organizaciones ca~
tólicas eiercen ahora en España más influencia en el mundo obrero que
la
que ejercieron en cualquier otra época... Por otra parte, esta influencia
crece también a cuenta de otras .fuerzas políticas: socialistas, anarcosindica~
listas, etc. En segundo lugar, y esto es lo fundamental, nuestra posici6n se hace en
los cambios cualitativos que se operan en los últimos
afies del

movimiento
obrero católico». ·
(25) P. Bernardo Monsegú, op. cit., pág •. 50.
457
Fundaci\363n Speiro

VICENTE ]OSE FERNANDEZ BURGUEl'/0
rón», que pondría de manifiesto el alcance de la infiltración pro­
gresista en esa época, los contactos del mismo con el mundo
universitario y sus amplias relaciones internacionales.
El informe del Ministerio Fiscal constituye una pieza irrefu­
table de extraordinario valor histórico y documental sobre la
marcha de la
marxistización de

destacados miembros de la
Igle,
sía y sobre la acción subversiva emprendida coordinadamente
en España por las organizaciones internacionales de izquier­
das (26).
La desorientación política -más quizás que la politización
consciente de los testigos, muy numerosos, que declararon a
favor de Julio Cerón Ayuso en el proceso, cuyo defensor fue
José María Gil Robles- contribuyeron al éxito de la campaña
emprendida por medios progresistas europeos contra el proceso.
Veintiún sacerdotes, catedráticos como Laín Entralgo y un acta
notarial muy difundida, suscrita por los religiosos P.
Diez Ale­
gría, profesor de la Facultad de Teología; P. Llanos, falangista
de la Secretaría General del Movimiento; P. Mis ser, Capellán
de
la Sección Femenina de la FET de las JONS; P. Benzo Mes­
tre,
Capellán de
la Facultad de Derecho y que fue Consiliario
de la

ANC de P. y
el P. Maldonado, Capellán de la Iglesia Uni­
versitaria, avalaron la conducta política y religiosa del proce­
sado Cerón. A pesar del escándalo producido, la acción progresista sigue
teniendo lugar en las universidades. Pero otro acontecimiento
de vital importancia no tiene lugar hasta el año 1967, cuando
la criptocomunista U.
I. E. (Unión Internacional de Estudian­
tes) reconoce
al S.

D.
E. (Sindicato Democrático de Estudian­
tes) (27).
(26) Julio Cerón Ayuso, dirigente cat6lico y diplomático, habla fun­
dado, en 1958, clandestinamente, en Madtid, el F. L. P. (Frente de Libe­
ración Pot>ular), más conocido como FELIPE, y en el que convivieron una
gran parte de los lldetes áctuales de UCD, PSOE y PCE. Junto con Alva­
rez del Vayo y elementos separatistas vascos y catalanes, había metodizado
la acción de la llamada nueva
izquierda que
culmina con
el «Manifiesto
de incitación a
la huelga general del 18 de julio de 1959», causa decisiva de
su
proceso, en cuyo comité de huelga aparece como _figura relevante. Julio
Cerón fue condenado por el Consejó de Guerra a ocho afias de prisión.
(27) En enero de 1967, el Boletln de Información de la UIE, deda:
«E:tl enero de 1967 ú:.na delegación del S. D. E., de España, visitó el Se­
cretariado de la DIE, en Praga, para sostener discusiones sobre la situación
actual del movimiento estudiantil español.
El
Secretariado -de la IUE apoyó los resultados de las conversaciones
confirmando que
el S. D. E. es la Unión de Estudiantes de España y, por
lo tanto, tiene el derecho
exclusivo· de

representar a los estudiantes
espa~
458
Fundaci\363n Speiro

LA INFILTRACION PROGRESISTA
V amos a detenernos .en este hecho por la importancia que
presenta al
dar un impulso considerable a la comunista PUDE.
Al conocerse en los medios universitarios la auténtica rea­
lidad

de la
PUDE, los

métodos que utiliza
y su obediencia al
PCE, son muchos los universitarios que
se alejan de él (28).
Para evitar esto, la FUDE decide su acercamiento a los gru­
pos demócrata-cristianos de la Universidad para así poder en­
gañar mejor a los universitarios (29).
La U. E. D. (Unión de Estudiantes Democráticos), pese a
conocer los propósitos últimos de la FUDE, decide colaborar
con
ella (30).
En función de ello, el 9 de marzo de 1967 se funda en el
convento de los Franciscanos Capuchinos de Sarria, de Batee·
lona, el SDE. En esta fecha se forma la Asamblea Constitu­
yente, la cual puede ser considerada uno de los primeros éxitos
del IOO-C en España.
El Sindicato Democrático de Estudiantes queda compues­
to por:
l.' La PUDE (Federación Universitaria Democrática Espa­
ñola).
ñoles en el extranjero. También se tomaron-decisiones apropiadas para in­
tensificar la solidaridad y ayuda a los estudiantes de España, quienes, diri­
gidos por el S. D. E. están luchando por la libertad y los derechos acadé­
micos», cfr. IDOPA, op. Cit., págs. 75-76. (28) Boletin del Centro de Documentaci6n y Estudio, París, julio­
agosto de 1962.
Cfr. !DOPA, op. cit., pág. 76.
«La PUDE, mientras funcionaba en la clandestinidad, mientras tenía el
«gancho» de lo novedoso, atraía a los universitarios descontentos. Hoy van
siendo ya conocidas sus ideologÍas y sus fines, sus métodos de actuación y
sé rechaza abiertamente». (29) PUDE: Estudio sobre la restrUcturación. Comité Provisional de
la Facultad de Derecho, Madrid, octubre de 1963 ( edición clandestina ci­
clostilada). Cfr. !DOPA, op. cit., pág. 77.
«La federación tiene que atraerse a toda la Democracia Cristiana de
nuestra Facultad. Esta muestra un recdo que no puede ser vencido
si no es
mediante
la presentación de unos cuadros s6lidos. Para todo esto hay que
crear unas condiciones objetivas de estructuración que permitan la
máxima
eficiencia

-de nuestros elementos. Si
la federación no pasa a esta segunda
etapa, sus días están contados_
(al menos, dentro de nuestra Facultad) como
pi-esindicato para

convertirse en una
banda de
alborotadores».
(30) Estatutos de
la Unión de Estudiantes Demócratas, punto l.º, fo­
tra C, Madrid, enero de 1964 (edición clandestina ciclostilada). Véase !DOPA, op.
cit., pág. 78. «Estamos dispuestos a colaborar con la FUDE en nuestras aspiraciones,
aunque no nos
integremos eri ·ella por no estar de acuerdo totalmente en
cuanto a sus
procedimientos».
459
Fundaci\363n Speiro

VICENTE JOSE FERNANDEZ BURGUERO
2.º La UED (Unión de Estudiantes Democráticos), y 3.0 El MRU (Movimiento de Renovación Universitaria de
Catedráticos y Profesorado
de Universidades e Institutos).
Ya conocemos
la FUDE, pero, ¿qué hay detrás de las otras
dos organizaciones?
La
UED es una coalición de católicos ( deniócrata-cristia­
nos)

y comunistas (bajo
un matiz socialdemócrata). Se funda en
enero de
1964 en la Facultad de Derecho de Madrid de forma
clandestina, mediante un comité de coordinación que está ocu­
pado por gente de la FUDE y por personas afines a Ruiz Gi­
ménez,
el cual juega un papel centrista clave, actuando a través
de sus ayudantes de cátedra, Rodríguez Aramberri y Gregario Peces Barba.
A través de la UED el progresismo consigue infiltrarse, y
con él el marxismo, en los siguientes estamentos:
En el clero.
En organizaciones apostólicas, mediante dos nuevas or­
ganizaciones filiares, la FECUM (Federación Española de Con­
gregaciones Universitarias) y la JEC (Juventud Estudiantil Ca­
tólica). En los movimientos sociales católicos.
En los colegios, a través de otra filial, la AFS (Asocia­
ción para la Formación Social), cuya sede se encuentra en
el
mismo lugar que la revista de Ruiz Giménez, Cuadernos para
el Diálogo.
Por su parte, el MRU, es la asociación de profesores y ca­
tedráticos a todos los niveles de la enseñanza y
· tiene

de parti­
cular que, a· diferencia de las dos organizaciones anteriores, no
fue clandestina sino preparada abiertamente. Se fundó en la Uni­
versidad Complutense de Madrid, eu noviembre de 1962, por
el profesor José Luis Aranguren en su lugar más destacado, pero
teniendo a su lado a elementos tan característicos como Manuel
Jiménez de Parga, Mariano Aguilar Navarro, Simón Sáncbez Mon­ tero, Ramón Tamames, Enrique Tierno
Galván, Sureda,

Raúl
Morodo,
Ellas Díaz,

Eloy Terrón, Abilio Barbero, Marcelo Vi­
gil, Gonzalo Anés, J. L. Sampedro, Latorre y Rodríguez (ca­
tedrático de Instituto) ( 31 ).
(31) La lista de fundadores del MRU está extralda del Boletln del Cen­
tro de Documentación y Estudio, París, julio-agosto de 1962, y de la Carta-
460
Fundaci\363n Speiro

LA INFILTRACION PROGRESISTA
Poco después de su constitución, tres destacados miembros
del MRU, José Luis
Aranguren, Mariano Aguilar Navarro y
Manuel
Jiménez de Parga, colaboraron en el libro «Comenta­
rios civiles a la
Pacem in terris», junto con los jesuitas Díez
Alegría, José María Llanos y Federico Sopeña, capellán este ú].
timo de la Parroquia Universitaria. En este libro se defiende la
tesis de la colaboración entre
cristianos y
comunistas. La cap­
tación filocomunista ya perfectamente clara, quizás, de las pri­
meras de una larga serie de los jesuitas Sopeña, Llanos y Díez
Alegría, reviste una gran importancia y junto a la
aparición de
este

libro representa, desde nuestro punto de vista, la apertura
de la quinta columna progresista con ribetes marxistas en la
Iglesia espafiola.
Pero en la constitución del SDE van a estar presentes, de
forma activa, un gran número de movimientos católicos ya mar­ xistizados en mayor o menor grado en sus elementos directi­
vos. De esta forma se logra que algunas organizaciones de
lim­
pia ejecutoria católica hasta ese momento se conviertan en pun­ tas de lanza del progresismo filocomunista ya introducido en
sus cuadros dirigentes.
Entre las organizaciones presentes en la constitución del SDE
se encontraban: Acción Católica Pastoral, Acción Católica Ru­
ral, Acción Católica Obrera Adulta, Acción Católica Indepen­
diente, Congregación de la Mare de Deu de Montserrat, Dele­
gación Diocesana de Esculturismo, Franciscalia, Graduados de
Acción Católica (a cuyo frente estaba Miret Magdalena), Lliga
Espiritual de

la Mare de Deu de Montserrat, Guies de Sant
Jordi, Instituto Católico de Estudios Sociales, Movimiento Fa­ miliar, Juventud Obrera Católica (JOC), JEC de Madrid, Sa­
lamanca y Barcelona, FECUM (con
el P. Díez Alegría), Van­
guardias Obreras Juveniles (VOJ), Vanguardias Obreras Segla­
res (VOS), etc.
El resultado final del SDE y demás iniciativas en la Univer­
sidad es la formación, en el mes de abril de
1975, de

«La
Co­
misión Gestora de la Junta Democrática de las Universidades
de Madrid», que se adhiere al programa de la Junta Democrá­
tica de España (32).
Informe sobre la rreación del MRU que José Maria Aranguren, presidente
del MRU, dirigi6
al presidente del Centro de Documentación y Estudios,
con fecha 1 de diciembre de 1962. Cfr.
IIJOPA, op. cit., pág. 80.
(32) fü CoMeo del Pueblo, Organo del Partido del Trabajo de Espa­
na, año I, núm. 6, 1 de junio de 1975. Cfr.
IDOPA;, op. cit., pág. 80.
461
Fundaci\363n Speiro

VICENTE ]OSE FERNANDEZ BURGUERO
En esto quedaron los esfuerzos libetadores de los jóvenes
progresistas españoles de las divetsas asociaciones, muchas de
ellas católicas, de nuestras universidades.
Los frutos del IDO-C.
El IDO-C ha actuado en España, no sólo potenciando las
«comunidades de base» de las que más tarde hablaremos, sino a
través de una serie de organismos y personas, cuyo objetivo es
dominar la enseñanza en España introduciendo la llamada «Edu­
cación liberadora» del brasileño Paulo Freire, íntimamente li­ gado con la Teología de la Liberación, realizando esta acción
a través del CEOP ( Centro de
Estudios de

Orientación Peda­
gógica), presidido por Mary de Salas, el cual
constituye uno
de

los tentáculos del INODEP (Instituto Ecuménico para el
Drnarrollo de

los Pueblos), con sedes en París y Ginebra y que
es presidido por el propio Paulo Freire. El delegado del INODEP en España ha sido el marianista
P. Cecilia de Lora, secretario ejecutivo del Departamento de
Educación de la CELAM y con una clara relación con el movi­
miento «Cristianos por el Socialismo», interviniendo en la reu­ nión que este grupo celebró en El Escorial, en 1972.
·
·
Este

religioso, durante el tiempo que permaneció en Espa­
ña (Colegio del Pilar), trabajó conjuntamente con la UED y
con Joaquín Ruiz Giménez en la fundación de la AFS (Asocia­
ción para la Formación Social), organismo influenciado por la
línea ideológica de Cuadernos para el Diálogo; y que pese a las
reservas de
la Jerarquía consiguió penetrar en los colegios de
religiosos de segunda enseñanza, sensibilizando a un gran
nú,
mero

de sacerdotes y de estudiantes.
Representa al INODEP en España, como ya apuntábamos,
el CEOP o Centro de
Estudios de

Orientación Pedagógica que
preside la ex dirigente- de la Acción Católica y en
1a actualidad
miembro

del Consejo de Dirección de la Unión Mundial de
Obras Femeninas Católic.as (UMOFC), Mary de Salas, la cual
también es redactora de las revistas Vida Nueva y
Luz y Vida,
habiendo dirigido infinidad de cursillos para educadores, como
los celebrados en el Colegio de Loreto, en noviembre de 1973, y
en el Colegio del 'Pilar, en marzo de 1974, en los que se in:
trodudan, entre otras, .las obras marxistas de la. editorial 2YX,
Sociedad

Anónima.
Tanto
el CEOP clirectamente, como· el INODEP, han rea-
462
Fundaci\363n Speiro

LA INFILTRACION PROGRESISTA
!izado una labor de concientización. para r~giosos con el obje­
to de introducir en los colegios religiosos de enseñanza, a
través
de
ellos,

la educación. liberadora. Para estos cursillos
ha conta­
do con el apoyo de la Asociación para la Formación Social,
las
Comunidades

de Base
y el Movimiento de Cristianos por el So­
cialismo, grupos con los que se encuentran directamente rela­
cionados.
Pero no

sólo su labor perniciosa se extiende al ámbito re­
ligioso, sino que, paralelo a ello, se
han llevado a cabo acciones
en el campo seglar, ya que los
máximos dirigentes
del INODEP,
entre ellos el P. Cecilio de Lora,
han intervenido en la realiza­
ción de cursos sobre «Educación Liberadora» durante los años
1972 y 1973 en el Colegio Nuestra Señora del Camino,
de la
Ciudad Puerta de Hierro de Madrid
(33 ).
Por

último, en el Aula Magna Profesa de los Jesuitas, de la
calle Maldonado, I,
y en el Colegio de Nuestra Señora del Pi­
lar, de Castelló,
56, en Madrid, han tenido lugar las más im­
portantes jornadas de mentalización de educadores de Bachille­
rato y EGB habidas en esa época en España (16, 17, 18 y 19
de marzo de 1974).
· La AFS se encargó de informar, organizar, convocar e ins­
cribir a los participantes, siendo los encargados de los cursos:
José Antonio Fernández y Fernández, colaborador directo de
Paulo Freire como director del curso, ayudado por
Carmen Lata,
autora

de
las subversivas
fichas «Pensad» y Carlos Miguel Suá­
rez Rodillo. Intervinieron en los cursos audiovisuales
sobre «Me­
dios de dinámica social» numerosos s·ácerdotes activistas proce­
dentes de Venezuela, Ecuador, Panamá,· Uruguay y Chile.
Pero el IDO-C, en España, no sólo se ha limitado a estas
acciones sino a preparar la estructura
de la

Nueva Iglesia que
auspicia. Esta estructura está basada
en las

«Comunidades· de
Base o Grupos Proféticos».
Las comunidades de base han sido perfectamente calificadas
por el P. Monsegú y a su exposici6n nos acogemos (34). «Otro enclave, digámoslo así, de Progresismo en España y
fuera de España, son las llamadas «comunidades
dé base».

Sin
negar que haya habido ágrupaciones de este signo y miembros
de las

mismas que quisieron hacer de ellas un auténtico
eleméri-
(33) También se ha llevado a cabo una labor· de· alfabetización de cam­
pesinos temporeros-cuyo centro piloto-era
Jaéfü_En-_la misma línea

han
ac­
tuado ·en los,.clubs juveniles y culturales de. las zonas ~uburbiales de Ma-
drid~ en concreto, en d Bá.tán, a lo largo de 197.3. ·
(34)

P. Bernardo Monsegú,
op. cif., págti.' 52 y sigs:
463
Fundaci\363n Speiro

VICENTE JOSE FERNANDEZ BURGUERO
to de renovación eclesial, según el Vaticano II, promoviendo
una vida más intensa de piedad, oración y conciencia eclesial a
nivel comunitario,

a partir de la misma
célula o agrupación que
se dice «comunidad de base»; lo cierto es que la mayor parte
de ellas y los más de sus miembros degeneran en una especie
de carismáticos que se arrogan el derecho de censura a la
Igle­
sia,

comunidad univetsal, gran comunidad o comunidad parro­
quial, con censuras más o menos abiertas o hirientes hacia el
vértice o jetarquía, a la que responsabilizan con el enfeudamien­
to socio-politico a nivel de las estructuras o instituciones esta­
tales, lo que habría hecho perder a
la Iglesia de Cristo la con­
ciencia de sí misma y su condición de Iglesia de los pobres y
de los desheredados para caer al lado de los poderosos. Estas comunidades
.de base,

pues, han tenido como nota dis­
tintiva, no
la mayor intimidad religiosa, la obediencia y el ma­
yor crédito a la una, santa, católica y apostólica Iglesia de Cris­
to, sino la de un
poco o un mucho de resentimiento contra la
Iglesia Jerárquica, la Iglesia Institución, tildada de juridismo,
autoritarismo y convencionalismo. Lo del Pueblo de Dios
y co­
munidad de los creyentes lo entendieron, con un sentido
de­
mocrático y comunitario ajeno al ser jerárquico y de institu­
ción divina, tal y como habla tan bien defendido y proclamado
el Concilio Vaticano II».
De ahí aquellos grandes contrastes registrados entre ciertos
movimientos especializados apostólicos: los que chocaron con
Monseñor Morcillo
y continuaron luego con la. Operación Moi­
sés (1966), la Asamblea Peninsular de Valencia (1969), los ex­
abruptos homiléicos politizados o marxistizantes del P. Gamo, o
los escritos periodísticos de un P. Llanos, un González Ruiz o
un Miret Magdalena, hasta llegar a la explosión de la Asamblea de Vallecas y la de Canarias, por no citar más que los hitos más
significativos.
Los objetivos del CEOP y de las Comunidades de Base los
podemos resumir en los siguientes puntos:
l. La Iglesia Carismática y no Institucional, con la nega­
ción absoluta de todo lo que la Iglesia había enseñado en veinte
siglos.
2. Formación
rápida para hacer. la revolución en Hispanoamérica.
3. Desintegración del Movimiento Nacional, eliminando su
carácter institucional y enlazando con la
tereeta república

a tra­
vés de un vado en la Historia.
464
Fundaci\363n Speiro

LA INFILTRACION PROGRESISTA
4. Subversión en Europa y en el Tercer Mundo, en colabo­
ración de
vanguardja con
las organizaciones de otros países.
5. Mantenimiento a ultranza de la estrategia de las alian­
zas de Lenin, especialmente mediante la infiltración en los es­
tamentos intermedios de arraigo regional y
local, potenciándo­
los
para una

mayor eficacia desintegradora interna, una vez con­
seguida la captación de sus elementos directivos. 6. Activismo juvenil organizado, para lo cual se utilizan los
elementos más precoces y politizados de las comunidades de base.
El cumplimiento de estos objetivos es bien
claro que se ha
lfovado a

cabo perfectamente.
Relacionado con el IDO-C se encuentra el movimiento «Cris­
ti,inos por

el Socialismo», cuya historia nos ocuparía esta expo­
sición, ya de por sí larga.
Citemos brevemente algunas de sus actuaciones en nuestra
Patria:
·
Entre

el 8 y el 15 de julio de 1972 se llevó a cabo, en el
Colegio San José y Casa de Ejercicios de los Sagrados Corazo­
nes de El Escorial, un Congreso de los «Cristianos por el So­
cialismo» bajo el lema «Fe cristiana y cambio social en Amé­
rica Latina», patrocinado por el Instituto Misiológco de Bérriz,
el Instituto «Fe y Secularidad» y
la filial espafiola del CIDSE
( Cooperación Internacional para el Desarrollo Socio-Econó­
mico). Este congreso no fue más que
la continuación del «Primer
Encuentro Latinoamericano de Cristianos por el Socialismo»,
ce­
lebrado en Chile, en el Chile de Salvador Allende, del 2 al 9
de abril de ese mismo afio, y que fue presidido por el inefable
Mons. Sergio Méndez Arceo, obispo de Cuernavaca (México).
El comité de dirección del congreso estaba constituido
pór
el

P. Alfonso Alvarez Bolado, jesuita, en representación del Ins­
tituto «Fe y Secularidad», la Reverenda Madre Aurora Estra­ das por las Semanas Misiológicas de Bérriz; el P. Carmelo Gar­
cía, dominico, por el CIDSE, y el P. Jesús García, perteneciente
al departamento americano de Iusticia et Pax. Asistieron 400 personas, en su mayoría sacerdotes y religio­
sas y religiosos misioneros. Como observadores concurrieron
Mons. Oses, obispo de Huesca y Mons. Palenzuela, obispo de
Segovia. También asistió a alguna sesión Mons. Echarren, obis­
po auxiliar de Madrid. Las principales ponencias fueron dirigidas por el sacerdote
belga Joseph Comblin, expulsado de Brasil por actividades sub-
465
Fundaci\363n Speiro

VICENTE ]OSE FERNÁNDEZ BURGUENO
versivas; por los teóricos de la Teología de la Liberación, Hugo
Assman y el P. Gustavo Gutiérrez Merino y por el P. Gonza­
lez Arroyo, animador del movimiento «Cristianos por el So­
cialismo».
Reuniones posteriores se han celebrado en Avila ( enero de
1973), Perpignan (1974) y Burgos (1975).
Simpatizantes de este movimiento son, entre otros muchos,
los sacerdotes P. Díez Alegría, P. Llanos, P. González Ruiz, el
teólogo Enrique Miret Magdalena, el cristiano-marxista, ya fa­
llecido, Alfonso Carlos Comín y, cómo no, Joaquín Ruiz Ji­
ménez, de quien es la frase: «Respeto a los cristianos que han
hecho la opción marxista, los cuales no deben de ser inquie­
tados» (35). Entre otros frutos de la
· acción

de los «Cristianos por
el
Socialismo», podemos citar los veinte sacerdotes que en las elec­
ciones del
15 de
junio de 1977 se presentaron en representa­
ción de partidos de izquierdas o de extrema izquierda. Pero el 1D0-C no sólo ha actuado a través de estos gru­
pos, sino que siguiendo fielmente
la táctica progresista de do­
tninio de los medios de comunicación social, han establecido
sus redes en éstos, dominando muchas revistas religiosas, así
como las páginas de información religiosa de diarios y revistas
de ámbito y difusión
nacional.
La

lista de ellas podría ser interminable, pero bastará con
citar algunas: Vida Nueva, Misión Abierta, Propaganda Popu­
lar Católica, Er Ciervo,

Triunfo, Serra d'Or, Hechos y Dichos,
Mundo Social, Razón
y Fe, Incunable, Phase, Pastoral Misio­
nera, Iglesia Viva, Yelda,
etc.
Además,
y

a través del CEOP, dotnina las siguientes edito­
riales, entre .otras: Dom Bosco,- Tau.rus, ZVX, S. A., Marova
Fontanclla, Abadía de Montserrat, Sígueme, Edicusa, Marsiega,
Mies, etc:
La confluencia político-religiosa del progresismo.
Pero a lo largo de estos años y fundamentalmente después
del
·Concilio Vaticano
II y
su deficiente interpretación y aplica­
cadón, el progresismo no sólo afectó a las personas
y· organiza­
ciones antes citadas, sino que también, qtimís con más modera-
(35) Joaquín Ruiz Giménez, Nuevo Diario,· 15 de febrero--de 1976. '
Para más amplia información .sobre los_ «Cristianos por d Socialismo» véase
la colección de la revista. Iglesi~Mundo. En concreto, sobre e_l Congreso de
El Escoriai,-·véase, 1glesiá-Mtindo, núin. 31, 30 de julio de 1973. ·
466
Fundaci\363n Speiro

LA INFILTRACION PROGRESISTA
ción, por lo menos más sutilmente, derivaron hacia el progre­
sismo político, coloreándolo de religiosidad y
servicio a
las con­
signas que les venían, o creían
se.t del

agrado, de
la diplomacia
vaticana, de nuevo
la figura de Joaquín Ruiz Giménez y el pa­
pel que ha jugado en estos años el que fue.ta Nuncio en Es­
paña, Mons.
Dadaglio, los
que se movían en
la línea sociopolíti0
ca de la escuela de Angel Herrera Orla y de la Asociación Na­
cional Católica de Propagandistas, o nutrían
los cuadros
de
eso
que

se
ha dado en llamar la «Santa Casa» y cuyo órgano de ex­
presión es el diario
Y a. Actualmente ese progresismo a la es­
pañola, con mucho mimetismo de la democracia cristiana ita­
liana, lo encontramos tanto en Alianza Popular como en la
Unión de Centro Democrático, siendo quizás sus he.tederos más
significativos los

antiguos Tácitos, hoy formando la plataforma
moderada de UCD,
son los

de la Mata, Oreja, Alvarez, Alzaga,
Lavilla, etc. Entre ambos grupos podemos considerar
la posición ambi­
gua,
cuando no

claramente favorable al progresismo de gran
número de nuesiros
prelados. La

caridad hacia ellos nos impide
el profundizar en
la amplia responsabilidad de los que, con su
postura callada unas veces, vacilante otras, cuando no claramen­
te partidaria de las ideas y actitudes de los que forman la Nue­
va Iglesia,
han conseguido el desarme moral de un pueblo que
siempre

confió y se entregó a ellos ciegamente.
Dios juzgará el comportamiento de
los Mons.

Monte.to,
Se­
tién, Torija y Dorado, Oses, Palenzuela, Iniesta, Díaz Merchán,
Guix Ferretes, Echarren, Larrauri, etc.
No es de e,,trañar que con estos antecedentes en .1971 y en
la famosa Asamblea Nacional Conjunta, el progresismo se impu­
siera en deliberaciones, ponencias y conclusiones, lo cual con­
dujo a las puntualizaciones llevadas a cabo, con fecha 9 de fe­
brero de 1972, por la Santa Sede a través de la Sagrada Con­ gregación del Clero (36). Que de cierto
encierra la

frase «por
sus frutos los conoceréis» (37).
(36) P. Bernardo Monsegú, op. cit., pág. 53.
(37) Todo esto llevó a Santiago Carrillo a decir: « ... en la Iglesia se
ha creado un complejo de culpa. Hace un afio, en una asamblea del e~
pado y del clero, se presentó una resoluci6n pidiendo pérd_6n. al pueblo es­
pañol por el comportamiento -de ,la Iglesia durante la guerra. Aquella re­
solución no fue adoptada porque se necesitaban los dos tercios de_ los votos
para que lo fuese. Obtuvo algo· más de la mitad, pero era realmente una
autocrítica de
la Iglesia ante d pueblo. Eso, desde el punto de vista del
porvenir democrático, es de
buen augurio para España». Cfr. Santiago
Carrillo, Mañana, España, Coleeei6n Ebro, París, 1975. · ·
467
Fundaci\363n Speiro

VICENTE JOSE FERNANDEZ BURGUENO
La. muerte de Francisco Franco y la instauración del sistema
partitocrático trajo consigo el olvidar los pocos ropajes de di­ simulo que aún pudieran quedar en los progresistas españoles.
La. pérdida

del sentido
de. la

autoridad, generalizado en todas
las esferas del campo social, político
· y religioso, que están en
la mente de todos, hacen difícil entresacar en estos últimos años
algunos hechos sobresalientes, sobre todo aquellos que casi dia­
riamente se han ido produciendo (38). Citemos solamente la campaña que, a nivel internacional, se
llevó a cabo para que en la celebración de
la III CELAM, a
celebrar en Puebla de
los Angeles

(Puebla, México), no se re­
chazara el espaldarazo dado en la II CELAM, celebrada en Me­
dellín (Colombia) a la Teología de la Liberación, de los Gusta­
vo Gutiérrez, Iván Ilicht, Rugo Assman, etc., base, en gran me­
dida, del progresismo de raíz sociopolítica actual.
En España fue recogido, en las páginas de
Vida Nueva (39),
el documento publicado por dos obispos, Monseñor Oses
y Mon­
señor Iniesta, 53 teólogos, 17 movimientos e instituciones ecle­
siales, 113 comundidades populares, seis publicaciones periódicas
y numerosos periodistas e intelectuales. En realidad, la Plana
(38) Por citar solamente un caso, veamos cuáles fueron las actividades
de algunos de nuestros progresistas durante el año 1979:
-Al Seminario_ Europeo de Cristianos por el Sodalismo, asistieron José
María Diez Alegría y Alfonso Carlos Comln.
-
Al Encuentro de Curas J6venes, José María Castillo Sánchez, S. J.
-Al Cursillo sobre Puebla, José Ignacio González Faus, José María
Sánchez Caro y Manuel de Unciti. Allí se encontraron; enrte otros, con Leo­
nardo Boff y Segundo Galilea.
-Al ciclo de estudios Cambio sociocultural 'Y Cristianismo, Ricardo
Blázquez, Luis Arenas Maldonado, José Luis Pinillos, Juan Martín Velas­
co y Julio Lois.
-A las Jornadas de Cristianismo y Socialismo, Manuel de Azcárate,
José María Rovira Belloso y José Ignacio González Faus. Allí esraba el co­
nocido progresisra Giulio Girardi.
-Al ciclt, Fe cristiana y Revoluci6n sandinista, Alvaro Arguello, S. J.
y Juan Hernández Pico.
-Por último, en el Encuentro Cristiano-Marxista, de Holanda, junto
a «personalidades» como Mons. ·Arms, Mons. Batista Fragoso, Mons. Mén­
dez Arceo, Hugo Assman, Gonzalo Arrayo, Giulio Girardi, encontramos a
los españoles, Francesc Puy, Juan Casañes y Nicolás Bajo, este último fue
el que dio publicidad al documento de Puebla, antes citado, en su cali­
dad de Secreratio General del IEP ALA (Instituto de Estudios para Amé­
rica Latina).
(39) Vida Nueva, núm. 1.134, 10 de junio de 1978, pág. 15. También
fue
recogido en Ecclesia, mím. 1.889, del 10 de junio de 1978, y en el nú­
mero siguiente, 1980, de 17 de junio, pág. 13. Igualmente, eu Ya, 2 de
junio de 1978, pág. 23. ·
468
Fundaci\363n Speiro

LA INFILTRACION PROGRESISTA
Mayor del progresismo español que se oponía a este carnbip
que
venía a
yugular uno
de
'los grandes
puntos a los
-que se
asían continuamente.
Conclusión.
Hoy, en 1981, el progresismo se encuentra infiltrado en
prácticamente todos los
estratos sociales
y en las instituciones,
informa a los partidos políticos, desde la derecha a la izquier­
da, deja vacíos los seminarios, seculariza a los sacerdotes, in­
funde desconfianza y confusi6n al pueblo fiel.
· Es

el momento
de recordar las palabras de Pablo
VI: «Se impone un giro en la
sicología y teología decadente de
nuestros tiempos,
la que nos
presenta a Jesucristo casi en exclusiva como un hombre_ singuR
larmente bueno, un «hombre para los demás», midiéndole con
metro humano y sociol6gico. Hay que verlo, ante todo, como
Dios, que se humaniza para divinizamos
y santificarnos, no para
que

nos quedemos en
nuestra pura

condici6n humana, sociol6-
gica
y desacralizada» ( 40).
«Ni el cristianismo es, ante todo, un humanismo, como quie­
re prácticamente el progresismo, ni la finalidad de la venida
de
Cristo ha sido para liberamos de las estructuras políticas in­
justas y trae, como consecuencia, las estructuras o instituciones
injustas.
Las estructuras no pecan, quienes pecan son los hombres.
Seamos santos

y conseguiremos que el Reino de Dios venga so­
bre nosotros y esté en nosotros. Lo que en cristiano no podemos
pretender nunca es hacer de la tierra nuestro paraíso o nuestra
ciudad

permanente, sin ponemos en contradicci6n con el Evan­
gelio,
y por conquistar la tierta exponemos a perder el cielo.
Es
el· peligro
que acecha al progresismo, pues antepone el
hombre a Dios, la vida terrena o según la carne, a la vida teo­
logal, o según la
fe, poniendo en la transformaci6n de las es­
tructuras la atenci6n que debe poner en la conversi6n de las
conciencias. Busca lo primero, no el Reino de Dios, sino la añaR
didura, con lo que ni consigue que venga el Reino de Dios ni
que la añadidura consiga una felicidad que no es patrimonio de
este mundo.
Contra el progresismo, pues, porque, aparte ser la contra­
dicci6n más flagante con el Evangelio
y con la Tradición de la
(40) Pablo VI, Homilía del Domingo de Ramos de 1972. Cfr. Padre
Bernardo Monsegú,
op. cit., pág. 59.
469
Fundaci\363n Speiro

VICENTE JOSE FERNANDEZ BURGUENO
Iglesia, es el causante del desconcierto doctrinal, litúrgico, dis­
ciplinar, sacerdotal y religioso que hay hoy en la Iglesia. Los
progresistas se han entregado a una autocrítica corrosiva y de autodemolición de la Iglesia y, ellos, que pusieron en solfa el
triunfalismo de la Iglesia de ayer, tildada
de constantiniana, han
incurrido en otro triunfalismo o dogmatismo pastoralista pene­ trado de un relativismo doctrinal que arruina la
fe, siembra la
confusión y hace que hasta muchos sacerdotes duden de su iden­
tidad como tales» (41).
Pero hoy, la Providencia

ha colocado en la Cátedra de Pe­
dro a Juan Pablo II, el Papa de la esperanza de la Iglesia, el
Papa del hoy y
del mañana de la Cristiandad, el Papa que rea­
firma la doctrina, sanciona los dogmas y condena las herejías y
la primera

de todas el progresismo moderno.
Por ello necésitaremos, hoy más que nunca, reiterar, como
nos dice Eugenio Vegas, «la inquebrantable resolución de so­
meter ciegamente nuestras inteligencias a cuanto enseñe
el Papa,
infalible maestro en
materia de fe y costumbres, pues el Papa,
como legítimo sucesor de San Pedro
y a nadie más que al Papa
son aplicables
las palabras

del Señor, «Tú eres Pedro
y sobre
esa piedra edificaré Yo
mi Iglesia, y las puertas del infierno no
prevalecerán contra ella» (42).
(41) P. Bernardo Monsegú, op. cit., págs. 59-60.
(42)
· Eugenio Vegas Latapie, «El modernismo después

de la "Pascen­
di"», en Verbo, núm. 65-66, mayo-julio-julio de 1968.
470
Fundaci\363n Speiro