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Número 247-248

Serie XXV

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La doctrina social católica

LA DOCTRINA SOCIAL CATOLICA
· La doctrina social de la Iglesia de la Rerum novarum a la
Laborem exercens.
«El 13 de mayo d~ 1981, dos 4ias antes del 90 aniversario
"de
la enciclica Rerum novarum, en un discurso que no .pude pro­
" nunciar, ,:xplicaba el

significado
de esta co11memoración con
las
"siguientes palabras:
"La Rerum novarum tiene .para la Iglesia
"una particular importancia, porque constituye un punto de re­
"refencia dinámico de. su doctrina ,y· de su acción social en el
"mundo contemporáneo"_. Y añadí.a: nLtJ doctrina sóc.ial} .diná­
"mica y vital, como toda realidad viviente, se compone de .ele­
"mentos

duraderos
y supremos> y-de elementos contingent"'e-s, que
"permiten
su evolución y desarrollo
,:n sintottla con las urgen­
" cías

de los problemas
prioritarios, sin

disminuir su
estabilidad
"y la
certeza

en los
principios y

en las normas
fundamentales"
"(L'Osservatore Romano, edición en lengua española, 17 de mayo
de 1981,
pág. J). · ·
»Repito hoy estas palabras porque indican claramente el sig­
"nificado y el
esplritu de
toda celebración organizada para recor­
"dar este aniversario, como es también la presente. En. sintonía
"con tal esplritu, vosotros reflexionaréis sobre las enseñanzas
"sociales que he propuesto en la
enclclica Laborem exercens, in­
"tercambiando

vuestros puntos de vista a la luz de la experien­
"cia vivida

en la pastoral, en la investigación académica, en
l~
''ofganizadones internacionales; en las· iniciativas y en las orga­
"nizaciones sindical.es.
»Es. evidente qu_e vuestro esfuezo en estos días no se cen~
"trará s6lo en la profundización de la doctrina social de la lgle,
"sía, sino también en su comprensión cada vez más plena, con
"vistas a la acción necesaria para ponerla t:n práotica en los di­
"
versos

sectores que están al alcance del hombre y que consti­
"tuyen 'el campo de sus responsabilidades sociales».
J
UAN PABLO II: Alocución en la inaÚgutaci6n
d simposio "internacional sobre el · tema: «De
la Rerum novarum» a la «_Laborem exercens»
hacia el afio 2000, el día 3 de. abril de 1982. L'Osservatore Romano, edición semanal en len­
gua espafiola, afio XIV, núm. 18 (696), domin­
go 2 de m,fyo de 1982.
831 •
Fundaci\363n Speiro

La Iglesia y su enseñanza social.
«El esfuerzo en el terreno social es offo sector que reclama
nun decidido compromiso, como Pástores y como Iglesia, en
"vuestra nación. ,,
»Es verdad que la Iglesia tiene su misi6ñ propia y especí­
"fica en

la tarea de
educaci<>n •en la fe· y de

salvaci6n en Cristo
"Redentor. Eso nunca puede ser olvidado ni relegado a un se­
,, gtindo lugar.

Sin embargo, es también
cierto que
Cristo quiere
"la dignidad

de· todo hombre ,y de todo
,el. hombre.
Por eso la
''Iglesia, los obispos, sacerdotes, religiosos
y fieles -sobre todo
"éstos, que

han de transformar el mundo desde
. dentro, como
"tarea propia; a luz de .la fe-han

de colaborar en todo lo po­
"sible a esa
dignificaci6n y elevación del hombre, para

hacerlo
"más humano, más desarrolliklo y

más abierto al Dios de la tras­
" cendencia. '
»Os exhorto, por ello, a difundir cada vez más la enseñanza
"social de la Iglesia entre vuestros saperdotes, seminaristas, re­
"ligiosos y fieles.· Buscad todos los. caminos posibles, Y que ello
· "contribuya a
una mayor

elevaci6n moral y material de los ne'
"cesitados.
»Predicad -también sin descanso las exigencias sociales del
"cristianísmo; y

favoreced
tpdas las formas ·de
acercamiento y
"ayuda -'<Óon
·talque sea

con criterios
y finalidades evangélicas,
"según las indicac/o111'i de

la
Iglesia-a
los más necesitados de
"vuestros fieles;.
del hombre venezolano que

sufre.
JuAN PABLO I( Alocución a los-obispos ve­
, nezolanos en la Nuhciatura Apostólica de Cara­
cas, sábado 26 de enero. L'Osservatore Romano,
edición semanal en lengua española, afio XVII,
núm. 5 (840), domingo 3 de febrero de 1985 ..
El compromi-eo de la ·Iglesia ante la ''cuestión social".
«Desde e/primer momento en el que surgi6 la llamada "cues­
"ti6n
social"
en el siglo pasado, como consecuencia del fen6me­
"no de lq gran industrializaci6n, la

Iglesia se ha comprometido
"a seguir su trayectoria paso a
paso, decidiendo

quedarse jun,to
"a quien más sufre

y se halla indefenso, y elevando oportuna­
"mente
$U voz contra las sistemáticas ·violaciones de la dignidad
832
Fundaci\363n Speiro

"de la persona humana, la expfotaci6n del obrero y la aparici6n
"de crecientes

zonas de miseria e incluso de hambre».
JuAN PABLO II: Discurso a los ·obreros. de las
min8s de Monteponi. L'Os.servatore 'Romano,
edición semánal en lengua española, año XVI,
núm. 44 (879}, domingo 3 de noviembre de
1985.
La rica herencia· del Magisterio en el campo social.
«El Magisterio se ha expres(Jlio en el campo social desde el
"comienzo. Esto constituye. una rica herencia ... En nuestro siglo,
"su enseñanza ha desa"ollado los principios que deberzan apli­
,, car

se a toda
situaci6n social
en la que el
va/.or de
la persona
"humana
y su dignidad, as/ como el respeto de cada una de las
"perronas deben

ser los criterios últimos
de los discernimientos
"concretos :y. de los programas soc_io-econ6micos que se -decidán.
"El desarrollo sistemático de su doctrina social permite a /a Igle­
"sia responder

a la diversidad de situaciones de
.una a
otra
na­
nción, de un conrtinente al otro. Sin llegar a ser un cuadro ríf.i­
"do y preconcebido para la sociedad, la doctrina social es una vía
"muy segura para todos los cristianos en su ·co'ntrihución a la
,,sociedad en-la que viven».
JUAN PABLO 11: Discurso a los participantes
en la asamblea pleriaria· de la Pontificia Comi­
si6n. «Iustitia et1 Pa:x»: L'Osservatore Romano,
edición semanal __ en lengua española!, año XVII,
núm. 52 (887), domingo 29 de diciembre de
1985.
¿
Cuál es la competencia de la Iglesia: en .las cuestiones so-·
ciales?
«La cuestión social es y seguirá siendo siempre "global", por
"as/ decirlo,

desde el momento que afecta a
cadtt una dtr las per­
"sonas humanas en particular y a todos los hombres en con¡un­
"to: afecta al hombre en su naturaleza profunda y en su existen­
"cia. El
hombre

mismo, la
dignidad de

su
humanidad, debe
cons­
"tituir li inspiración profunda y la fuerza dinámica para buscar
"soluciones
adecuadas
a los

problemas de la sociedad. El hombre
"sigue siendo el criterio decisivo para un mt{ndo -que pretende
"construirse en la iusticia y en la paz. De esta visi6n global de
833
Fundaci\363n Speiro

''la persona humana deben dimanar los principios de reflexión,
"los critérios de iuicio sobre situaciones y estrupturas, las orien­
"taciones para una acción respetuosa con la verdad.
»Bien· lo

sabéis: la Iglesia no tiene competencia directa para
"proponer soluciones técnicas de carácter
econ6mico-pol!tico; sin
,, embargo, invita a una revisi6n constante de todos los sist-{!mas
"según el criterio de la dignidad de la persona humana. A ello
"invita a las Iglesias locales, a
las comunidades
cristianas
en sus
"diverso1r niveles,-fltovimientos de acción apost6lica y social,,
"Pastores,
enseñantes,

investigadores
y, en definitiva, a todos los
"bauti7.ados, según su propia responsabilidad y según el ptfeSto
"que ocupan en la sociedad. »Dejándose guiar por ·este criterio
fundamental, se pueden
"superar

los
sistemas falsos

o pardales, las
ideologias materia·
"listas o ·eco'lt.Ómísticas. Es así como uno se siente libre para un
"examen objetivo de la' realidad social y para las decisiones ope­
"rativas encaminadas a la /Jctuación de soluciones ;u~tas. Es así,
"sobre todo, como uno se pone al servicio de la verdadera li­
"bertad radicada en Dios, para cooperar a su obr4 creadora y
"redentora y para realizar la salvación de la humanidad segán
"el
camino trazado por
Cristo, verdadero Dios
y verdadero
"hombre».
JuAN PABLO II: Alocuci6n en la inauguración
del simposio internacional .sobre d tema: «De
la R.erum novarum» a la «La.borem exercens»
hacia el alío 2000, el día 3 de abril de 1982.
L'OsservQtore Ro,r,anó, edici6n semanal en len.
gua espalíola, alío XIV, núm. 18 (696), domin­
So 2 de mayo de 1982.
La promoción de la dignidad y la libertad del hombre como
hase de

toda acción social.
«El cambio profundo al que acabo de referirme será estéril
"si no se funda en un respeto pleno,
un ,espeto convenido

a la
"dignidad del

hombre, de todo hombre.
»Precisamente en

el programa de vuestros traba¡os
habézs
"establecido

una relación éstrecha entre li lucha contra la mise­
liria y cotAtra el hambre y la afirmación del derecho a la vida y
"del derecho a la liliertad. En el curso de mi reciente via¡e pas­
"taral a India, al encontrarme en Madrás con los responsables
,, de las . religiones tradiciOnales, expresé el mismo convencimien·
"ta: "La abolici6n de las condiciones de vida inhumanas es una
834
Fundaci\363n Speiro

"auténtica victoria espiritual porque trae al hombre libertad y
ndignidad".
»La promoción de la dignidad y de la libertad del hombre,
nque son va/,ores netamente evangélicos, es una dimensión esen­
"cial de la misi6n de la Iglesia. El hombre es, en efecto, "el ca­
"mino primero

y fundamental de
.la Iglesia,
camino
trazado por
"Cristo mismo" (Redemptor hominis, 14). Por ello la Iglesia no
"se limita

a la proclamaci6n abstracta de
esw valores, sino

que
"se preocupa

por encontrar
a/'hombre en

la
realidad concreta
de
"sus necesidades y sufrimientos, sus angustias y sus e,speranzas.
»As/,
no

cesa de defender con
'todas sus fuerzas lá vida ,hu­
"mana} que viene de ·Dios. Permitidme que note con .pena que,
"una sensibilidad muy viva y casi sacrosanta frente a los aten­
"tados contra la vida, cuales son el hecho del hambre; de la gue­
""a,
del

terrorismo,· no se
encuentra una sensibilidad similar ante
"el atentado constituido

por el aborto y que, sin embargo, siega
"numerosas vidas-inocentes».
JuAN PABLO II: Discurso a los participantes
en el congreso internacional_ sobre d externú~
nio por hambre, el 13 de febrero. L'Osserl){l­
tore Romano, edici.6.iJ. semanal en lengua espa­
fiola, año XVIII, núm. 12 · (899), domingo 23
de
mlttZO de

1986.
·
Las realidades sociales del mundo de hoy o la doctrina so-
cial de la Iglesia. ·
«Es preciso, pues, estar al mismo tiempo atentos. al Magiste­
"rio ry atentos ,i los hechos de los que surgen nuevas cuestiones.
"Y estas

cuestiones son comple;as. Entre los grandes
desafios de
"hoy, baste

citar la
miseria y el hambre de masas. en los pafses
"en vfas
de desa"ollo, la

proliferaci6n de armas
convencionales
"y no convencionales, la crisis económica y monet(Jria· interna­
"cional, la fragilidad de las estructuras politicas, aprovechada por
"intereses
particulares y de
grupo, las violr;ciones de
los derechos
"human.os fundamentales, las in¡ustas opresiones de los sistemas
"totalitarios, lá crisis

de valores que afecta a las sociedades, a la
"familias, a los individuos,
ry, en particular a los ¡6venes.
»Lo especifico de

vuestra Comisi6n no es ciertamente la
acu­
"mulaci6n
de

un deber técnico; es el asumirlo
y evaluarlo a la
"luz del

Evangelio y de
los principios

doctrinales trazados por
"el Magisterio.

Lo podéis
realizar aprovechandó

el serio
traba¡o
"de cierto número de centros, dti organismos, de sésiones que es-
835
Fundaci\363n Speiro

"tudien en profundidad estos problemas, con la ayuda de emi­
''nentes especialistas».
JuAN PABLO II: Discurso en la asamblea ple­
naria de la Pontificia C:Omisión «Iustitia" et Pax».
L'Oservatore ·Romano, edición semanal en len­
gua española, año XVI, núm. 53 (835), domin­
go 30 de diciembre de 1984.
( La · doctrina social de la Iglesia y los problemas de los traba-
jadores. .
. «La problemática de frecuente iniusticia y explotacíón del
"traba¡ador ba preocupado desde

antiguo a
la Iglesia. Ella, para
"tratar de

buscar una respuesta a esos problemas, ha
emánado
"una
serie

de documentos que componen· la
l/¡¡mada doctrina
so­
_"cial de

la Iglesia .
. »Esa

doctrina; .que los Papas tenemos el derecho y deber de
"proclamar a todas las gentes de
buena voluntad -'-Como parte
"importante

del mensaje de
salvación-,-, tiene
principios válidos
"en tod4s partes; pero han d,e acomodarse a las diversas circuns­
"tancias de cada pueblo.
"
. »La Iglesia no tiene la competencia ni /os medios para ofre,
"cer soluciones técnicas a tales problemas.· Sin embargo,- como
"parte integrante

de su misión, puede y debe
próclámar siempre
"los principios y valores morales, humanos y cristianos, de la
"vida social. Estos pueden ayudar
eficawiente, a
iluminar las
con'
"ciencias, a cambiar los. corazones y -a impulsar las voluntades de
"todos los cit¡dadanos; especialmente de quienes tienen la posi­
'' bilidad, y la

responsabilidad de poner los medios para crear un
"orden social más
;usto; capaz de

superar también las dificul­
"tades que se presenten en las- diversas coyutzturas adversas.
"Como diíe en Puebla, "Urge sensibilizar a los fieles acerca de
"esta doctrina.

social de la Iglesia". Hay que
poner particular
"cuidado

en la formaci6n de una conciencia
social a todos

los ni­
" veles y en todos_ los sectores'». ·
83_6
JúAN PAB-LO II: Discurso a los obreros en la
plaza de _ San Francisco, Quito, 30 de enero.
L'Osservatore Rom4no, edición semanal en lenw
gua española, año XVII, núm. 6 (841), domin-
go

10
de febrero de 1985. ·
Fundaci\363n Speiro

¡Promover eficazmente la _doctrina social!
«Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justitia
"(Mt 5, 6). Con estas poJabras Jesús nos convoca a la santidad,
"a
la justicia. o
perfecci6n que surge de la escucha de la Palabra
"de Dios

hecha estilo de vida, conducta social, existencia
cati­
"
diana.

De esta
¡¡,sticia que
la Iglesia quiere
promover eficaz­
"mente
contra los hombres mediante su doctrina social, que vo­
,, sotros,

j6venes, debéis estudiar.
cqn interés

y aplicar
co,¡ tes6n.
»El

cristiano auténtico ha de
asumir responsablemente
las
·"exigencias sociales
que nacen.

de
su fe. La· visi6n del mundo. ry
"de la vid_a que nos da el Evangelio y que nos explica la. doctri­
"na soda! católica, impulsa a la _acción cOn~tructiva m,uCbo más
"que cuoJquier ideologla, por muy atrayente que parezca».
JUAN PABLO lI!' Discnrso a los jóvene,s en _d
hipódromo -Mo,nterrico, _ de Lima: sábado 2 de
íebrel'O. L'Osservatore Romano, edición semanal
en lengua española, año XVII, núm. ? (842),
domingo 17 de febrero de 1Q85. ·
Función de _la ense:Q.anza so~i~J_ de 1,·1~lesi1:1.
«Ese es el substrato de· la enseñatiia social di! la Iglesia. A la
"fiel aplicaci6n

de la
·
misma · debe orientarse oJ cristiáno, como
"camino

concreto
hacia_ la soluci6n_ de ~antas problemas que afec­
"tan

a nuestra sociedad.
Para elfo, _será necesario

difundir tal
"enseñanza
y formar bien a quienes la propongan con fidelidad.
"Se prestará. as/ un

gran servicio
al hombre de hoy, porque en
"ella encontrará el estímulo Para despertar las conciencias, pro·
umover
una

mayor
;usticia, fomentar
una
me;or comunicación
de
"bienes,-favorecer un más generalizado acceso a los beneficios
"de /a cultura y cimentar de. este modo una más paclfica·,cbnv?
'' venci<,». . . JuAN J;>ÁBLO 11:_ Homilí1;1 durante la._Misa en
el Metro-Centro· de San. Salv8.dor._ .L'O$$ervato-.
·
re Romano~ edición semiuíál eti' lengua-española,
año XV, núm. 12 (742), domingo 20 de mar­
zo de 1983. ·
Ha de estudiarse y dif,,,;dirse lá !loctrina social de la .Iglesia.
Ella .profµndiza los problenif:iS 'réla?vos .;i. la j-uepcia y la
paz.
«El insistió mucho sobre el estudio y profundización .doctn­
"nal de los problemas relativos a la ¡usticia y la paz. Este-e#udio
837
Fundaci\363n Speiro

"debe realizarse a la luz del Evangelio y del Magisterio de la
"Iglesia. Hay ya una amplia
enseñan;.a social
de la Iglesia que
"es preciso

reunir, publicar, explicar, profundizar,
continuar y
"dar a conocer. Se remonta a lejos. Seria útíl un conocimiento
"de los textos de los Padres 'de la Iglesia, de los grandes teólo­
"logos
y· de
las principales intervenciones
en materia
social en la
"historia de la Iglesia. Los documentos del Magisterio constitu­
"yen evidentemente fuentes
capit"¡¡les, sobre

toda los que, desde
"hace un ·siglo, han analizado las situaciÓnes contemporáneas y
"han orientado los esfuerzos sociales de los cristianos. En los tex­
ntos
del
(;oncilio Vaticano
11 h111y una puesta al dia y una sin­
"tesis
privilegiadas.

¿Cóm no citar,
al menos,

la Constitución pas­
"toral Gaudium et spes, de la que el año próximo celebra,emos
"el veinte aniversario? ¿Se han leido estos textos suficientemen­
"te? ¿Han sido estudiados,

comprendidos en profundidad, con
"todas sus

implicaciones? No es del todo seguro. Es preciso com­
,, pletarlos con

todos
.los textos
que han seguido las
enciclicas
"Populorum progressío, Laborem exercens, y las múltiples inter­
"venciones puntuales de los
Papas, de

otros
obispos y de

los de­
"legados de la Santa Sede. Sólo
e~a profundización

doctrinal per­
"mite situar bien
la. responsabilidad

de los cristianos en
.el in­
"menso campo
social, la

responsabilidad de todos los miembros
"d.el Pueblo de Dios, cada uno según la misión especifica que
"le es

propia».
JuAN PABLO II: Discurso en la Asamblea ple­
naria-de la Pontificia Comisión «Iustitia et
Pax»-. L'Osservatore Roman,o, edición semanal
en lengua espafiola, afio XVI, núm. 53 (835),
domingo
30 de diciembre de 1984.
La doctrina social de la Iglesia debe seguirse fielmente, pues
parte
de
la perennidad de la
persona humana
que
trao-.
ciende toda situación histórica y no de las . arenas move­
dizas de las ideologías. ·
«Los Pastores de la Iglesia, llamados como están a dar tes­
"timonio de la verdad, han recibido de Cristo mismo la
misí6ñ
"y
la

autoridad de decir
al hombre
toda
la verdad
sobre el hom­
"bre
y sobre

las exigencias de esta verdad (cf. Discurso de
/JPet·
"tura de la III Conferencia General del Episcopado Latioameri,
"cano en Puebla, núm. 9). Estas exigencias, en cuanto que bra--,
"tan de la perenne identidad de la persona humana, trascienden
"toda situación

histórica
y precisamente
por esto son capaces de
838
Fundaci\363n Speiro

"guiar el compromiso del cristiano en todo lugar y tiempo, al es­
"tar éstos
llamados a "grabar la ley
di1Jina en
la
ciudad terrena"
"(Gaudium et spes, 43).
»Por tanto, la doctrina social propuesta por la Iglesia debe
"seguirse fielmente, y no podrá haber
razones de
orden histórico
"que puedan

justificar la infidelidad a la misma. Equivaldria a
"construir sobre las arenas movedi:i:as de las ideologias y no so-
.
"bre
la

roca
de una
verdad que está antes y por encima de todas
"las ideologlas y de todos los sistemas y es criterio de
iuicio de
"los mismos.

Sólo
está unidad con el
Magisterio, que enseña por
"mandato de Cristo la verdad sobre el hombre, puede hacer
bro­
"tar
un

compromiso del laico verdaderamente
efic¡rz, esto es, ca­
"paz de

promover realmente la dignidad de la persona» .
La pastoral $0Cial.
. JUAN PABLO II: Alocución a los participantes
en la Asamblea organizada por la Conferencia
Episcopal Italiana sobre el tema: «De la Re­
rum novarum a hoy»,: 31 de octubre de 1981.
L'Osseroatore ·Romano,
edición semanal en len­
gua espafiola, afio XIII, núm. 49 (675), domin­
go 6 de: diciembre de 1981.
«En toda la pastoral social y en la acción de los laicos en l,z
"sociedad, es preciso comprender y respetar integramente la mi­
"sión salvifica

de la
Iglesia con
respecto al
mundo, como
señala­
"ba hace

poco el Sinodo de los
Obispos; y e;ercer esa actividad
"siempre en la perspectiva de
la misma Iglesia. Esta, como Ma­
"dre y

Maestra, exhorta a sus hi¡os a saber
discernir e
iluminar
"las situaciones,

los sistemas,
las ideologlas
y
la vida
polltica ...
"a patttir del · Evangelio,

leido
· de acuerdo con su- ~seiimn:a so­
"cial: Quiere

decir que los cristianos deben apoyarse
en la
doc­
"trina o ensefíantp social

de la Iglesia, donde
se expresa "lo que
"ella

posee como propio: una visión
gldbal del hombre y de la
"humanidad" (Populurum · progressio, 13).
»En otras palabras: el trabaio
pastor¡1l y
el
empeño cristiano
"en
el

campo social deben aparecer como
derivados de la fe; y
"no
como fruto de

ideologias. Ni el Bvangelio ni la enseñan­
"za social

de la Iglesia que
pr011iene de. él

son ideologias; por
nez. contrario, -representan para ellas )}fuente poderosa de inter­
''pelaciones". As/, pues, la origitralidad siempre nueva del men­
"sa;e
evangélico
necesita ser
de]endida permanentemente
de las
"tentativas de
ideologización (cf.. Puebla, 539).
839
Fundaci\363n Speiro

»Sólo cuan4o se tiene conciencia clara de la motivación de
"fe,

de la
que, deriva.
el compromiso apostólico global
-y éste
"encuadrado en la misión salvlfica de la Iglesia- la pastoral y
"la. acción social

podrán impregnar del fermento del Evangelio,
"purificar
y ordenar las realidades temporales y ponerlas al ser­
,, vicio

de la instauración
. del

reino de Dios:
»Sobre esta plataforma común, se impone
que todos hablen
''la

misma
"lengua", aprendida

en la fidelidad a Cristo
y en la
"obediencia al Evangelio, sin reducciones ni extrapolaciones; que -
"haya una sola "luz" para las lecturas de los "signos de los tiem­
"pos",-en nclima" de serena y genuina caridad. Entonces la gen­
" te comprenderá y recibirá el mensaje de la reconciliación y · del
"amor, que la Iglesia
en Br¡;sil quiere vivir y

proclamar».
·
JuAN PABLO 11: Alocución a los obispo_s bra­
sileños de la región Este-1 en visita «ad Limi­
na Apóstolorum»-. L'Osservatore Romano, edi­
ción semanal en lengua española, afio XVIII,
núm, 11 · (898), domingo 16 de marzo de 1986.
Requisitos para la práctica de la doctrina social de la Iglesia.
«La doctrina social de la Iglesia aporta criterios éticos radi­
" cales.

Todo cristiano ha de sentirse urgido en llevarlos a la
"práctica. Para ·ello es necesdrio no s6lo-generosidad ·de corazón,
"sino. empeño eficaz y competencia técnica. Hace falta que cris­
"tianos convencidos, peritos a la vez -en· los distintos saberes·· y .
"conocedores por .propia. experienci¡1 de los ámbitos pollticos,
"económicos

y sociales,
reflexionen a
fondo sobre los problemas
"de la sociedad
contemporánea; para

iluminarnos con la luz del
"Evangelio
(cf. Instrucción de la Sagrada

Congregación para
la
"Doctrina

de la Fe sobre la teologia de la liberación, XI.
14).
nDe esta reflexi6n surgirán orientaciones y pauta!, plural'es en
'!muchos casos, que estimulen a los hombres de acción y los gulen
"en su actuar. De este· intercambio entre hombres de perzs'amien­
"to ry de acción, podrá derivar la mejora de · 1a sociedad, la jus-
"ficiá y, con ella, la paz». '
840
JüAN PABLO. 11: Discutso a los fieles en el
. aeropuerto de Ayacucho, domingo 3 de febrero. VOsserv.atore Romano. edici6n seman:a1··en len­
gua esp8ñola, -año XVII, núm. 7 (842), domingo
17 de febrero de 1985. ·
Fundaci\363n Speiro